La evolucion de la especie humana-primero de secundaria
La representacion teatral en el siglo de oro
1. La representación teatral en elLa representación teatral en el
Siglo de OroSiglo de Oro
Imagen de Juan Gallo bajo licencia Creative Commons en Flickr
2. Este periodo es el momento de máximo esplendor en la
literatura dramática española. Se engloba en el
Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del XVII.
Inicialmente las obras se representaban en los patios de las
casas al aire libre, donde se colocaba un tablado de madera
entre dos paredes. Los vecinos empiezan a alquilar las
habitaciones a la gente que no quiere ver la representación
de pie. El espacio es similar al que se utiliza en estos
momentos en Francia, en Inglaterra es circular.
Las primeras compañías son del siglo XVI y vienen muy
influenciadas por la Comedia del Arte. Destaca la figura de
Lope de Rueda que era autor, director y actor en sus piezas.
3. El primero nace en Sevilla en 1574 y es llamado Corral de las Atarazanas.
En sus principios, los corrales eran los patios interiores de las casas, donde se
montaba un escenario al aire libre, con cortina o sin ella. Más adelante las
representaciones comenzaron a tener una función social y, por ello, a finales del
siglo XVII se empezaron a construir espacios para la representación cuyo modelo
era el corral. Como en Inglaterra, también se representaba en posadas.
La colocación del público era muy rigurosa y jerárquica, respetando las
separaciones por condición social y sexo. Los espectadores estaban tanto
sentados como de pie. Cuanto más privilegiada era la vista y más cerca se estaba
del escenario significaba ser de mayor alcurnia. En medio del patio había gradas y
bancos. Los primeros bancos eran ocupados por comerciantes, artesanos y
primeros burócratas (sólo hombres). Detrás de ellos y de pie se situaban los
mosqueteros y la gente de servicio. Este último grupo era considerado el más
alborotador y el que más problemas daba. En la entrada había alguaciles y, tanto
estos como los escritores o cargos municipales, entraban gratis. Al final, en la
cazuela, se sentaban las mujeres. Incluso detrás de la cazuela había unos
espacios, llamados desvanes o tertulias, donde se sentaba la gente culta como los
curas, encontrándose en un espacio cerrado fuera de la vista de las mujeres. Los
espacios más caros estaban protegidos por rejas o celosías, los aposentos. Esto
era para guardar la intimidad y seguridad de ese espectador en concreto y estaban
reservados a la burguesía y nobleza. Hay un aposento especial, localizado dentro
del escenario, allí se sentaba el rey.
El corral de comedias.
4. En sus comienzos se representaba los domingos y días de fiesta, ampliándose
después a los martes y jueves. En Madrid y Sevilla, grandes ciudades del Siglo de
Oro, se comenzó a representar de forma diaria, excepto del miércoles de ceniza al
domingo de resurrección.
Las medidas solían ser 14 metros de largo y 9 de ancho, siempre adaptadas a las
medidas del patio. El escenario como tal no tenía mucho más de 7 metros de ancho y
2 ó 3 de fondo. La decoración tenía un gran componente verbal, siendo descrito a
través del texto el espacio donde se localizaba la acción. Habitualmente no había telón
delante, sí detrás, aunque un corral de comedias propiamente dicho solía tener
ambos.
El escenario al fondo suele contener 9 huecos (3 por planta), denominados nichos,
donde se incluyen las puertas. A veces, los 9 tenían la cortina cerrada y eran
empleados para representar espacios interiores, ya que los exteriores se solían sugerir
mediante artilugios colocados en los laterales o, incluso, aprovechando algo del
espacio de las gradas. La forma de sugerir el lugar donde se estaba era abriendo una
cortina y encontrando dentro de ese nicho algún objeto simbólico. Los nichos no tenían
un orden de apertura establecido. El quinto nicho, el de vestuario, solía contener un
espacio que se debía de mantener toda la representación.
En la portada encontramos un ejemplo de un corral de comedias, en este caso el de
Almagro, donde podemos comprobar lo especificado hasta ahora.
5. Es imprescindible saber que el autor escribe siendo absolutamente consciente de
las limitaciones técnicas que tiene la sala donde se va a representar su obra. Para
hacernos a una idea de cómo se empleaban los elementos de decorado,
anotaremos que el sol se solía representar mediante un círculo de papel con
velas encendidas detrás.
La maquinaria estaba absolutamente oculta a la vista del público, habiendo
poleas detrás de los corredores.
La tramoya es un elemento en continua mejora, gozando de destacables avances
en el siglo XVII. Cuando se hacía algún cambio escénico se hacía ante el público,
ya que daba espectacularidad al show. Una de las leyes del teatro de la época
era no simular ni mentir, ofrecer la máxima veracidad posible, por eso mostraban
los trucos al público. De hecho, todo decorado o adorno tenía que estar justificado
bajo unas normas:
- Que sea mencionado o descrito en una acotación específica.
- Que se le de uso durante la escena.
- Que, en el caso de que hablemos de comedia, el elemento en sí
tenga una importante función simbólica .
Los principales corrales eran:
• Corral de la Cruz (1579): propiedad de la hermandad de la Soledad.
• Corral del Príncipe (1582): Actual Teatro español.
6. Estructura de la representación.
Todo lo que se ofrecía en la jornada lo hacían los mismos actores. Dichas
jornadas eran extensas y el público pasaba varias horas en el teatro, al conjunto
se le denominaba “fiesta barroca”. La duración programada solía ser de tres horas
que se prolongaba a cinco.
Se comenzaba con canciones acompañadas de algún instrumento. No había una
línea musical establecida ya que, cada compañía, tenía sus gustos. Eso sí, para
meterse al público en el bolsillo, siempre se intentaba incluir algo en la canción
sobre la ciudad donde se estaba representando. Lo que estaba claro es que era
música alegre que preparaba al público para una jornada de diversión. El
instrumento principal era la guitarra.
Tras esto, seguía una loa que también ensalzaba a la ciudad y podía argumentar
el suceso de una historia tomando un personaje principal. Era muy corta y
predisponía al público para la representación.
7. La obra comienza con la primera jornada, de larga duración y extensos textos. En
este momento es donde más uso se hace del decorado verbal, ya que hay que
ofrecer mucha información al público para introducirlo en el género. Por decirlo de
alguna manera, esta es la presentación de la obra.
Luego se ofrece un entremés de carácter cómico en un acto que nada tiene que ver
con la obra en sí.
La segunda jornada es la parte central, es dónde se desarrolla el conflicto.
También hay que apuntar que es el momento más importante y complejo para la
tramoya. Era imprescindible que finalizase con gran tensión dramática, incluyendo
algún momento que generase sorpresa si era necesario.
Según el grado de tensión, y antes de finalizar con la obra, se procedía a realizar un
baile, tal vez seguido de otro entremés.
La tercera jornada llega con el desenlace de la obra.
Para finalizar y despedir había diversas opciones. Podía haber un entremés en
forma de mojiganga (teatro breve paródico) que podía tratar sobre cualquier tema.
También se podía presentar un baile y una música semejante a la inicial para
realizar la salida de público.
8. Las compañías.
Tenían un repertorio muy concreto donde los personajes estaban escritos por los
autores pero diseñados por los actores.
Los tipos de compañía, según sus componentes, eran los siguientes: bululú (1
único actor), ñaque (2 hombres), gangarilla (3 ó 4 hombres, entre ellos un músico
y un muchacho), cambaleo (1 mujer y 5 hombres), garnacha (5 ó 6 hombres, 1
mujer y 1 muchacho), bojiganga (6 ó 7 hombres, 2 mujeres y 1
muchacho), farándula (ilimitado número de hombres y 3 mujeres) y compañía (16
intérpretes y 1 cobrador).
Los actores gozaban de gran popularidad y solían estar protegidos por un noble, si
eran autores especialmente. Las mujeres estaban muy bien valoradas.
Todo buen autor tenía que tener una primera dama. La costumbre era que dicho
autor se casase con ella, ya que la mujer solamente podía actuar si
estaba casada y el marido asistía a todas las representaciones. Las damas
jóvenes, habitualmente eran representadas por el muchacho de la compañía.
El autor de comedias ejerce director y primer actor.
9. El actor y sus personajes.
A un actor se le contrataba para desarrollar un tipo de personaje concreto:
gracioso, barbas, primera dama, etc. Había más damas, llegando a la cuarta
incluso. Había dos galanes habitualmente, el primero y otro que le hacía sombra.
No nos podemos olvidar de los músicos y el guardarropa que, en una urgencia,
llegaban a representar papeles menores.
Es interesante considerar la influencia que tuvo la Comedia del Arte sobre este
teatro donde, habitualmente, podemos reconocer algún personaje de dicho
periodo.
Tengamos en cuenta que el teatro del Siglo de Oro es absolutamente
conservador, donde se trataba a la monarquía absoluta como si gozase de un
poder divino, probablemente para continuar favoreciendo el mecenazgo.
El actor más importante del Siglo de Oro fue Juan Rana, especializado en el
perdonaje del Gracioso. La Calderona, madre de Juan de Austria, era la más
importante actriz.