1. La deficiencia en comprensión lectora es una de las quejas principales sobre las competencias
de nuestro alumnado. Lamentablemente, no puede aprenderse lo que no se enseña -y no es
tan fácil encontrar profesorado que enseñe comprensión lectora directamente-, y si se aprende,
se hace de una manera espontánea que como vemos no parece dar buenos resultados.
Aunque apresuradamente, en la presentación anterior he resumido la que suele ser mi
exposición sobre el asunto allí donde he tenido que hacerla. La versión que pongo es la más
resumida, porque realmente hay que ir al grano. Analizo primero las deficiencias según mi
opinión y paso posteriormente a proponer el modelo que yo creo correcto.
Aquí voy, además, a resumir la explicación en este decálogo de la enseñanza de la
comprensión lectora, que como veréis es a pesar de lo dificultosa que parece de inculcar, muy
fácil de plantear (como casi todo en educación):
1. Explícita.
La enseñanza de la comprensión debe basarse primero en convertirla en contenido, no en
simple actividad, como hasta ahora suele ocurrir. No basta con usar textos y hacer lecturas,
debemos enseñar explícitamente técnicas, destrezas o hábitos de comprensión lectora en
nuestra materia y el alumnado debe ser consciente de que está recibiendo esa enseñanza
explícitamente durante todo su periplo educativo. Es lamentable que la lectura en ciertos
estadios se use, se evalúe, pero no se enseñe.
2. Completa.
La comprensión es muy variada, no es un producto único, sino complejo. Nadie es capaz de
saturar jamás la comprensión lectora de ningún texto en ninguna lengua; sin embargo,
debemos preparar al alumnado para una comprensión lo más completa posible, es decir, de
todos los tipos. Se suele hablar de tres: comprensión literal, inferencial y crítica, pero
igualmente podríamos hablar de comprensión local, global, interpretativa y reflexiva, o de
cualquier otra clasificación...dejemos los tipos ahora: la cuestión fundamental es que una
enseñanza de la comprensión lectora debe presentar al alumnado tareas completas de
comprensión que le obliguen a profundizar en el texto desde varios frentes intelectuales y
emocionales.
Para una enseñanza completa de la comprensión lectora es fundamental, además, que el
profesorado no haga siempre actividades consistentes en descubir el significado único.
3. Variada.
La enseñanza tiende a acomodarse a ciertos textos y ciertos contextos. La comprensión lectora
varía sustancialmente según los tipos de texto y de contexto. La educación suele ocuparse
excesivamente de los textos que le son más propios (expositivos o argumentativos o literarios,
por ejemplo) y expone poco al alumnado a textos de otros tipos y contextos, como los textos
del ámbito público, privado o laboral como pueden ser cartas, informes, facturas, folletos o
formularios.
4. Estratégica
Sabemos que los lectores expertos usan ciertas estrategias para alcanzar la comprensión y
que los malos lectores o no las usan o usan inadecuadas destrezas. No basta con trabajar la
comprensión de un texto propuesto -lo que sería mejorar la comprensión de ese texto
solamente-, sino que debemos proveer al alumnado de estrategias para comprender los textos
que le sirvan para diferentes textos y situaciones. Estrategias tan sencillas como aprender a
establecer un resumen adecuado han dejado de ser enseñadas sistemáticamente, lo que
supone un empobrecimiento de la educación. Existen además del resumen, multitud de
2. estrategias cuya efectividad se ha demostrado que mejora con la práctica.
5. Común.
Que la comprensión lectora debe ser una enseñanza común y consensuada de todo el
profesorado no es una afirmación de amable idealismo propio de nuestro tiempo, es un
requisito imprescindible por el problema que solemos conocer como transferencia. El alumnado
une las estrategias aprendidas a la materia o al profesor o profesora que se lo enseña pero no
realiza la transferencia espontáneamente a los casos en que la necesitaría en otras
situaciones. Por otra parte, no basta con un simple acuerdo, debe haber una coordinación en la
formación, puesto que pudiera darse el caso de que cada profesor planteara la misma destreza
con requisitos opuestos que resultaran en una contradicción flagrante para el alumnado.
Si un centro no tiene cubierta explícitamente esta coordinación, podemos decir que o no tiene
realmente un proyecto educativo de centro, o su proyecto es claramente deficiente.
6. Prolongada.
La comprensión lectora se aprende durante toda la vida, y por tanto, se enseña durante toda la
vida. Muchas de las enseñanzas superiores aunque no lo digan, consisten en enseñar a
comprender textos superiores. No puede plantearse una enseñanza de la comprensión sólo
para un ciclo, o para primaria, o para ESO. La enseñanza de la comprensión lectora debe ser
explícitamente prolongada desde sus inicios hasta la educación universitaria y superior.
7. Contextualizada.
No debe confiarse la enseñanza de la comprensión lectora a la orientación o a la tutoría. Las
destrezas deben aprenderse en sus contextos, no libres de contenido como una simulación. La
enseñanza de la comprensión lectora debe enseñarse en el contexto de todas las asignaturas
usando sus textos propios y sirviendo a los fines de esa materia.
8. Modelada.
La lectura es una de las actividades que más se aprende por modelos en todas sus facetas. El
modelado es una corriente de educación directa que cree que el profesorado debe verbalizar
en primera persona en voz alta el transcurso de su pensamiento al afrontar problemas de
comprensión. Esta enseñanza testimonial, que pasa después el testigo al propio alumnado, se
une a la enseñanza cooperativa y a la educación entre pares, de modo que al "confesar"
nuestras formas de comprender en público, establecemos modelos que nos hacen avanzar a
todos (profesorado y alumnado) ayudado por todos (alumnado y profesorado).
9. Metacognitiva.
Este conocimiento autorreflexivo de nuestra propia manera de leer es fundamental para
mejorar. Se habla mucho de pruebas de diagnóstico, pero el primero que debe hacer un
diagnóstico es el propio alumno, él es el que debe darse cuenta de lo que le pasa porque sólo
así podrá aplicar fórmulas de mejora y apreciar su efectividad. Desarrollar la capacidad
metacognitiva del alumnado es imprescindible para que él sea el protagonista del aprendizaje
lector.
10. Motivadora.
Motivadora quiere decir motivadora, no lúdica, ni divertida. Muchos de los problemas de
comprensión derivan del mal autoconcepto del alumnado, sólo si planteamos actividades en las
3. que puedan tener éxito, podremos conseguir motivación hacia un nuevo autoconcepto. En
ocasiones se plantean actividades más para evaluar su comprensión que para enseñársela y
esas pruebas naturalmente ofrecen resultados desastrsoso en ocasiones, que desmotivan
notablemente. La enseñanza de la comprensión debe adaptarse escrupulosamente a la zona
de desarrollo próximo del alumnado para poder ser motivadora.
Creo firmemente en este decálogo y creo igualmente que no supone una tarea titánica e
insuperable: plantea actuaciones accesibles para todos los centros educativos. Lógicamente,
no son los únicos principios, pero creo que sí los fundamentales, a pesar de que acompañarlos
con otras medidas como la implicación de padres y madres, el fomento de la lectura y su
visibilidad, ayudaría sin duda.