Este documento define la justicia como una virtud cardinal que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde de manera equitativa y proporcional. Explica que la justicia regula la igualdad en la distribución de recompensas y castigos, mientras que la equidad permite al juez considerar las circunstancias personales de cada caso. Además, señala que se puede practicar la justicia y la equidad tratando a todos por igual en la escuela y colaborando en las tareas del hogar.