El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) ha sido descrito en un 1% o menos de las enfermedades Inmuno Deficientes Primarias (IDP). La mayoría ha desarrollado el LES antes de las manifestaciones clínicas de la inmunodeficiencia, de hecho, al momento del diagnóstico del LES tenían recuento de inmunoglobulinas normales y posteriormente desarrollaron la hipogammaglobulinemia, entre otras manifestaciones sintomáticas.
Lupus Eritematoso Sistémico - Vía Clásica del Complemento
1. Universidad Técnica de Manabí
“Lupus Eritematoso Sistémico -
Vía Clásica del Sistema de Complemento”
Autor:
Carlos David Palma Solorzano
Facultad de Ciencias de la Salud, Escuela de Medicina
Coautor:
Dr. Jorge Cañarte Alcívar
Dra. Ivon Howland Álvarez
Docentes de la Universidad Técnica de Manabí
INTRODUCCION
El sistema del complemento es descrito
como un mecanismo inmunológico que,
entre sus distintas funciones, se encarga de
detectar de manera rápida y progresiva las
distintas formas patogénicas y bacterianas
que se introducen en organismo
permitiendo su eliminación, a través de las
vías que se conectan directamente con el
medio externo, sean estas tanto las barreras
físicas o químicas como en el tracto de la
mucosa, intestinos, entre otras. Sin
embargo, se les asocia a varias condiciones
patológicas producto de un defecto
estructural y funcional innato de dichas
formas patogénicas foráneas que pueden
generar distintos tipos de alteraciones y
enfermedades autoinmunes, que causan
infecciones con su consiguiente
inflamación y rechazo, con el riesgo de un
posible desarrollo neoplásico a futuro.
De las vías principales que conforman el
sistema de complemento en el sistema
inmune: Vía clásica, Vía alternativa y Vía
de las lectinas, existen en su entorno de
funcionabilidad deficiencias en función o
número de las proteínas pertenecientes a
cualquiera de las tres vías de activación o en
las proteínas reguladoras y de proliferación
linfocitaria correspondiente, proteínas
reguladoras del sistema del complemento
que de forma fisiológica regulan la
activación del complemento y mantienen la
homeostasis corporal de los sistemas
adherentes al organismo.
El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) ha
sido descrito en un 1% o menos de las
enfermedades Inmuno Deficientes
Primarias (IDP). La mayoría ha
desarrollado el LES antes de las
manifestaciones clínicas de la
inmunodeficiencia, de hecho, al momento
del diagnóstico del LES tenían recuento de
inmunoglobulinas normales y
posteriormente desarrollaron la
hipogammaglobulinemia, entre otras
manifestaciones sintomáticas.
La autoinmunidad es descrita como el
segundo hallazgo más frecuente, cerca del
70% desarrolla algún tipo de enfermedad
autoinmune, lo cual se debe a la persistencia
de linfocitos B autorreactivos dirigidos
2. contra antígenos encontrados en la médula
ósea o en la circulación. En algunas de las
Inmuno Deficiencias Primarias (IDP) la
presencia de autoinmunidad se debe a un
defecto en la inducción de tolerancia T
periférica, la cual se manifiesta con una
disminución de los linfocitos T reguladores.
En otras IDP la autoinmunidad se debe a un
defecto en la tolerancia de células B ya sea
central o periférica.
DESARROLLO PATOLOGICO:
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una
enfermedad autoinmune de curso crónico,
que entre sus características y numerosas
manifestaciones clínicas y multisistémicas
de su curso de progresión, son causadas
debido a la producción de autoanticuerpos
contra autoantígenos, los cuales impiden un
reconocimiento funcional idónea al
contacto con el agente foráneo y su estadio
de tolerancia defectuosa, y a la formación
desde los primeros instantes de su acción en
la inmunidad, múltiples inmunocomplejos
que inducen respuestas inflamatorias que se
depositan o tienen relativo contacto con
diversos órganos y tejidos, incluidos los
riñones, las articulaciones, la piel el
corazón, el cerebro, los pulmones y la
sangre. (1)
En los pacientes que presentan anomalías de
nivel genético o relacionado con ella que
dan como resultado deficiencias
autoinmunitarias como el LES, se da la
presencia de células T específicas,
componentes fijos que actúan para un
autoantígeno con la suficiente capacidad
para inducir la producción de futuros
autoanticuerpos que son responsables para
combatir invasiones patogénicas o incluso
cambios relativos a la respuesta de defensa,
en este caso a un elemento de amenaza
inexistente. Estos tipos de anticuerpos
pueden ser fundamentales de forma
negativa en el desarrollo de la patogenia,
como respuesta a un daño tisular. Los
factores patogénicos más invocados son los
autoanticuerpos, las células B y T, los
factores genéticos, hormonales y
ambientales y la apoptosis, incluso
existiendo una cierta relación de asociación
entre la enfermedad con antígenos
leucocitarios humanos como los HLA-B8,
HLADR3 y HLA-DR2, son algunos
anticuerpos que actúan de ellos tienen la
propiedad de causar lesiones son del tipo
IgG, que poseen una alta afinidad por el
ácido desoxirribonucleico (ADN)
bicatenario con la que están compuestos,
dependientes de la interacción entre los
principales elementos de control antigénico
como células B y las células T
colaboradoras. (2)
“LES” – VÍA CLÁSICA DEL
COMPLEMENTO
Producto de esta activación se generan
fragmentos proteolíticos como C3a, C4a y
C5a que son anafilotoxinas y
quimioatrayentes llevando a la liberación de
numerosos mediadores inflamatorios. C3 es
la proteína más abundante del complemento
y es indispensable en las 3 vías. C4 es la
segunda más abundante y es fundamental en
la vía clásica y de la lectina. Tanto C3 como
C4 son sintetizadas en el hígado. Desde
hace varios años se sabe que la patogénesis
del LES involucra alteraciones en la
activación del complemento y en la
depuración de complejos inmunes por los
eritrocitos. (3)
Existen trastornos congénitos que afectan
de forma sustancial el correcto
funcionamiento de los componentes
3. pertenecientes al sistema de complemento,
en especial los C1, C2 ó C4, que impiden
que se pueda activar la vía clásica del
complemento de forma eficiente. Entre
ellos, la deficiencia del componente C2 es
la deficiencia del sistema del complemento
más común, ya que estudios demuestran su
presencia en estadios tempranos al nacer,
con una incidencia alta a comparación del
resto de deficiencias de otros componentes
de la vía clásica. Se asocia con trastornos en
los niveles séricos de inmunoglobulinas
como IgA e IgG4, todo lo cual puede
contribuir a la elevada susceptibilidad a las
infecciones. Otros pacientes presentan
niveles disminuidos de IgA e IgG2 y el
nivel de IgG3 se mantiene normal. (4, 12)
Se caracterizan internamente por una
desorganización estructural que afecta el
exón 6 que codifica a este componente, lo
cual deriva en 2 tipos de deficiencias, que se
caracteriza por una deleción que induce la
formación de un codón de parada prematuro
que produce una ausencia de la síntesis de
la proteína haplotipos del sistema principal
de histocompatibilidad (SPH). El otro caso
se caracteriza por una mutación que
provoca un bloqueo en la secreción y
expresión adecuada de dicho componente.
Son conocidas 2 formas de esta deficiencia:
la homocigótica, y la heterocigótica. (5)
Las deficiencias de C4A y C4B, constituyen
uno de los factores genéticos más fuertes
que favorecen el desarrollo de LES. La
deficiencia homocigótica y heterocigótica
del componente C4A está presente entre el
40 y 60 % de los pacientes con LES y, que,
entre sus características más notorias,
presenta niveles bajos de principales
anticuerpos de detención inmediata como
IgD, IgG2, IgG4, y factor B, los niveles de
IgA e IgG3 se producen de manera alta y los
de IgG1 e IgM no evidencia alteraciones
notorias. (5)
Mientras que las deficiencias congénitas de
C1q es producida por una alteración
homocigótica de 4 pares de bases en el exón
10 que codifica para el componente C1s,
produce la deficiencia selectiva provocando
una síntesis de proteínas de manera errónea
y defectuosa, producto de una mutación sin
sentido en el exón 10 que provoca la
formación de un codón de parada, la que
caracteriza a esta deficiencia, la cual se debe
a mutaciones de cualquiera de los 3 genes
que codifican para las cadenas que
conforman este componente. Estas
mutaciones puntualmente conducen a la
formación de codones de parada, cambios
de bases y a un aumento de aminoácidos.
Sin embargo, la principal mutación que
caracteriza a esta deficiencia es la
formación de un codón de parada en el exón
2 en el gen que codifica para la cadena A de
C1q, y en todos los pacientes deficientes de
C1q se han identificado 2 mutaciones: una
en la posición de glicina 70 y otra en prolina
14 del mismo gen. (6)
Los anticuerpos anti-C1q, presentes en el
estadio dela enfermedad, alteran la
respuesta del complemento, diferenciando
su accionar y activándolo, mediante su
unión a la membrana basal glomerular,
interactuando con una porción del colágeno
anexada a la presencia de inmunoglobulinas
principales para su progresión como el IgG.
(6, 7)
COMPONENTES QUE INTERACTUAN
CON EL AVANCE DEL “LES”
La participación del sistema inmune
adaptativo como la inmunidad innata que
también esta participa de manera
inconsciente en las alteraciones
inmunológicas que estas representan en la
enfermedad, siendo los anticuerpos
mononucleares parte de sus elementos
4. insignia. Diferencian la configuración de
estructuras microbianas guardadas y
semiprotegidas por el sistema y el entorno,
denominadas patrones moleculares
asociados a patógenos [PAMP] a través de
receptores de reconocimiento de patrones
[RRP], activan paulatinamente los
mecanismos intracelulares que orientan a la
respuesta inmune adaptativa idónea que
pueda combatir, en lo posible, al LES. (8)
Los monocitos de sangre periférica,
elementos de preferencia combativa para el
cese del desarrollo de enfermedades
potenciales, son reclutados y requeridos de
urgencia en los tejidos vecinos o que
presentan dificultades para cumplir su
función, logrando diferenciarse en
macrófagos son críticos en la patogénesis de
muchas enfermedades, incluyendo el LES.
Incluso el número de células
mononucleares/macrófagos en los procesos
de exudados inflamatorios pueden llegar a
reducirse, con defectuosa reacción cutánea
de antígenos. Los monocitos-macrófagos en
pacientes estudiados previamente con LES
en etapas no tan agresivas, presentan menos
capacidad de fagocitar células apoptóticas;
esto debido a alguno de los defectos
intrínsecos en las funciones celulares,
incluyendo defectos de adherencia,
reducción de la expresión de receptores de
superficie. (8, 9)
Las células poliformonucleares (PMN)
exhiben una completa funcionalidad
fagocítica y quimiotáctica, que se ve
reducida en el desarrollo lento del LES. Se
encontró afectación en la desgranulación de
este tipo de células PMN, siendo
secundarias a la actividad aumentada de
colagenasa en pacientes con LES. Además,
hay tomar en cuenta el hipotético defecto en
el reconocimiento patogénico producto de
la disminución de receptores de superficie
de C3b del complemento. El descenso en la
producción de citocinas, tal como la
producción de distintos de IL-12 por células
PMN también son determinantes en
desarrollo progresivo, y a la vez crónico. (8,
9)
Las células NK, expresan marcadores de
superficie CD56 y CD16, y las CD56,
CD16+ y CD56, CD16-, representando el
90 y 10%, en sangre periférica.
Relacionadas con citocinas que puede
proporcionar señales coestimuladoras de
células T CD4 y aumentar su proliferación,
detectando las diversas alteraciones de la
auto tolerancia frente a los distintos
antígenos presentes. (9)
AUTOANTICUERPOS PROTECTORES
Algunos de estos autoanticuerpos naturales
generados por la acción defensiva
defectuosa del sistema inmune pueden
bloquear enfermedades de diversos
orígenes, resaltando las falencias
autoinmunes, al reconocer autoantígenos y
células autorreactivas se unan a sus
estructuras aledañas sin causar grandes
estragos, aparentemente. Los
autoanticuerpos protectores en el LES están
sustentados por una parte por la existencia
de polirreactivos, de isotipo IgM, de baja
afinidad y por consiguiente reconocen tanto
los antígenos propios como los no propios.
(10)
También la administración de anticuerpos
monoclonales anti-histona H3 resulta
protectora en la lesión hepática inducida por
fármacos en modelos animales. Otra clase
de autoanticuerpos son los anticuerpos
catalíticos o abzimas. La actividad de los
anticuerpos catalíticos se localiza
primariamente en el dominio variable del
anticuerpo y pudiera corresponder a la
diversidad innata de los repertorios de
5. inmunoglobulinas. Las abzimas se han
descrito en el LES y otras enfermedades
autoinmunes donde moléculas blanco-
definidas, como la cromatina, se someten a
hidrólisis. Los anticuerpos protectores en si,
pueden atenuar y configurar el
funcionamiento del sistema inmune, y que
la eliminación o la interferencia con las
respuestas de células B mediante
anticuerpos monoclonales terapéuticos
como el anti-CD20. (10, 11)
Existen autoanticuerpos en el LES que no
pueden clasificarse como patogénicos ni
como protectores, por lo tanto, se
consideran neutros o indiferentes. Esta
categoría de anticuerpos se produce en las
infecciones frente a determinados
microorganismos, cuando estos no
participan en la eliminación del agente
agresor. Estos anticuerpos aparentemente
carentes de utilidad están siendo relegados
a la categoría de anticuerpos trastos, noción
reminiscente del ADN trasto referente a la
proporción del genoma humano que resulta
un ADN carente de función. (12, 13)
Sin embargo, el dogma del ADN
presumiblemente no funcional o neutro se
está revisando a la luz de las evidencias de
su participación en la regulación de la
expresión de genes y patogénesis de
enfermedades. Si las propiedades
protectoras fueran dependientes de
características inmunoquímicas de los
anticuerpos como la avidez, isotipo o
especificidad, estaríamos ante un uno paso
sobre la identificación definitiva de su
utilidad y afectación al entorno en él que se
desenvuelve. (12, 15)
El análisis de los autoanticuerpos presentes
al combatir las distintas afecciones, se unen
y activan los componentes del
complemento, otras proteínas como las
integrinas. La separación de los
autoanticuerpos en patogénicos y
protectores puede resultar relativa e
incompleta si no se tienen en cuenta todos
los factores involucrados en una respuesta
de anticuerpos, principalmente los que
dependen del organismo respondedor y del
estímulo desencadenante de la
respuesta. Estos análisis tienen la misión de
definir la ubicación exacta de los
autoanticuerpos patogénicos y protectores
en la compleja red de interacciones entre la
respuesta inmune innata y la adaptativa.
(14, 15)
6. CONCLUSIONES:
El Lupus Eritematoso Sistémico
(LES) es una enfermedad de origen
autoinmune que, aunque no se
tenga una certeza de la causa
precisa del porque se genera, se ha
podido comprobar mediante
estudios, que las alteraciones o
deficiencias de componentes de la
Vía Clásica, tiene mucho que ver
en el desarrollo de la enfermedad.
Deficiencias relacionadas a los
componentes C1, C2, C4 y C1q
poseen repercusión directa en la
baja resistencia y funcionalidad de
respuesta ante agentes de
generación propia que atentan con
el desarrollo de la tolerancia
inmunológica del organismo.
La supresión de componentes
adherentes a la Vía Clásica
producen la generación de
autoanticuerpos que al no saber
distinguir los auto antígenos
preexistente en el medio
inmunológico, generan reacciones
adversas que van desde una
respuesta inflamatoria
descontrolada, desarrollando un
daño transformado en erupciones
cutáneas que se pueden extender
incluso a daños profundo a nivel
tisular hacia otros órganos
pertenecientes a los sistemas
vitales y funcionales, entre otras
alteraciones subsecuentes,
causadas por los defectos en el
complemento podrían resultar en
una falla de selección negativa de
células B, permitiendo que las
células B autorreactivas
sobrevivan y se propaguen.
Al haber una inhibición de la
acción del complemento al captar
y seleccionar respuestas idóneas
hacia los antígenos no dañinos, los
anticuerpos generados por los
linfocitos B suprimen su
funcionalidad, siendo relegados a
la categoría de anticuerpos trastos,
provocando desviaciones
generalizadas del ADN del
genoma de cada célula de
respuesta inmunológica
preexistente, modificando la
regulación de la expresión de
genes y posterior estallido
progresivo patogénico de la
enfermedad, en ausencia de
complemento, la eliminación de
los complejos inmunes es anormal,
afectando la vía ligando o con la
unión de receptores Fc en
neutrófilos y otros tipos de células.
Las células polimorfonucleares
participan activamente en la
detención del avance del LES en
todo el organismo, siendo los
monocitos/macrófagos y células
NK, ya que la expresión de
receptores de superficie de C3b del
complemento en el LES está
disminuida, debido a que su
habilidad para lisar y degradar
controladamente el desarrollo de
deficiencias orgánicas sin previa
inmunización, ocasionando formas
dañina del proceso de
autotolerancia homogénea; siendo
linfocitos granulares que no
expresan receptores de antígeno, al
existir un defecto en el
reconocimiento de patógenos
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