Este documento resume los mecanismos y factores involucrados en el desarrollo de la autoinmunidad. Explica que la autoinmunidad surge cuando el sistema inmune ataca antígenos propios y puede desencadenar enfermedades autoinmunes. Analiza factores genéticos como genes HLA, factores inmunológicos como deficiencias en el complemento, y fallas en la tolerancia central que permiten que células autorreactivas escapen y causen autoinmunidad. También examina cómo la activación de células autorreactivas y la autofag
Histologia del sistema respiratorio y sus funciones
AUTOINMUNIDAD
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Catedra de Inmunologia, Escuela de Laboratorio Clinic, Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí.
Revisión bibliográfica de autoinmunidad
(Sarahí Almache Salazar)1
, Jorge Cañarte Alcívar2-3-4
1
Estudiante de la Escuela de Laboratorio Clínico. Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo – Manabí –
Ecuador
2
Docente Investigador. Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo – Manabí – Ecuador
3
Medico especialista en Inmunología Clínica, StemMedic, Manta – Manabí – Ecuador.
4
Director de Docencia e Investigación, Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestiva IECED, Portoviejo – Manabí – Ecuador
Resumen.-
En el presente trabajo se abordará los
mecanismos y vías involucradas en el desarrollo
de la autoinmunidad, siendo esta denominada
como una respuesta inmune de tipo celular y/o
humoral, contra antígenos propios, de la cual se
desconocer su causa actualmente, pero que se
asocia a diversos factores desencadenantes que
repercuten en su desarrollo, encontrando que lo
procesos autoinmunitarios, son el
desencadenante de diversas enfermedades
autoinmunes que afectan alrededor de 5%, siendo
estas de gran impacto y cronicidad debido a que
no se cuenta con curas necesarias para la
erradicación de las mismas.
Palabras claves.- Autoinmunidad, Complejo
mayor de histocompatibilidad, Tolerancia
inmunológica, Autofagia.
Introducción.-
El sistema inmunitario, es el encargado de
defendernos del ataque de los agentes agresores
tanto del medio interno como externo, en este las
células que lo constituyen desde el nacimiento, se
integraran, aprenderán, a través de su desarrollo
y maduración la capacidad de poder reconocer y
respetar la integridad de los antígenos propios y
asi mismo a reconocer los antígenos extraños, con
los que puede entrar en contacto nuestro
organismo. No obstante en ciertas circunstancias,
el propio sistema inmune se vuelve en contra de
lo propio, de esta manera generando diversos
procesos inflamatorio con repercusiones
perjudiciales, para el organismo, estableciéndose
como hipótesis que esto se debe a un error del
sistema inmunitario, por otra parte se menciona
que estas reacciones no se deban a un error sino
más bien a la deficiencia o incapacidad de vencer
o eliminar algún tipo de patógeno que por algún
motivo no se ha logrado identificar y que en el
proceso de eliminación se desarrolla un proceso
inflamatorio (1).
Es a través de este error, defecto o incapacidad
inmunológica que surge la autoinmunidad,
denominada como una respuesta inmune de tipo
celular y/o humoral, contra antígenos propios,
siendo este proceso autoinmunitario el
desencadenante de diversas enfermedades
autoinmunes que afectan alrededor de 5% de los
seres humanos, encontrando mayor prevalencia
en el sexo femenino, siendo este tipo de
patologías crónicas e incurables presentando un
alto impacto social, encontrando que diversos
aspectos que influyen de gran manera en el
desarrollo de aquellas tales como factores
genéticos, epigenéticos, encontrando que varias
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enfermedades autoinmunitarias comparten signos
y síntomas, mecanismos fisiopatológicos y
factores genéticos, lo que está a favor de un
origen común genéticas similares, mencionando
que su causa no se conocer actualmente pero se
la asocia a diversos factores (2).
Factores genéticos.
Dentro de los factores genéticos encontramos
varios genes y elementos epigenéticos que
contribuyen al desarrollo de autoinmunidad y por
ende enfermedades autoinmunitarias, diversos
estudio de agregación familiar y tasas de
concordancia en gemelos monocigotos y dicigotos
han permitido establecer la importancia del
componente genético, encontrando además que
existe predisposición familiar, es decir familiares
de pi primer y segundo grado de una persona con
una afección autoinmune tienen un mayor riesgo
de sufrir una EAI y no necesariamente la misma,
destacándose que los genes antígeno leucocitario
humano HLA localizados en el brazo corto del
cromosoma seis, son los responsables de las
asociaciones más fuertes con diferentes procesos
de autoinmunidad, establecidos diversos alelos
del HLA-DQB1 y HLA-DRB1 asociados a la
autoinmunidad. Tambien se establece cierta
influencia con mutaciones del gen AIRE
(autoimmune regulator), que ocasionan
alteraciones en la tolerancia a autoantígenos lo
que conduce a afecciones autoinmunes que
comprometen varios órganos (3).
Factores inmunológicos.
Alteraciones en el funcionamiento del sistema
inmune pueden contribuir al desarrollo de la
autoinmunidad y por ende el desarrollo de
enfermedades autoinmunitarias, entre aquellos
factores inmunológicos desencadenantes
encontramos, carencias genéticas de factores del
complemento, como C1q, C4 o C2. El 90% de los
individuos con deficiencia de C1q y el 75% con
deficiencia de C4 desarrollan lupus eritematoso
sistémico; más de 20 loci han sido asociados con
el desarrollo de Diabetes tipo I; deficiencia de IgA,
en condiciones normales, muchos antígenos de
virus o de sustancias presentes en los alimentos
no entran a los tejidos porque se lo impiden la
presencia de anticuerpos de la clase IgA
secretados en el del tracto gastrointestinal; la
deficiencia de esta Ig, que ocurre en una de cada
400 personas, facilita que ciertos antígenos se
pongan en contacto con células o tejidos e
induzcan una respuesta autoinmune; defectos de
los linfocitos B que los hacen perder la tolerancia
a lo propio y generar autoanticuerpos que pueden
alterar diferentes células: si a las endoteliales,
generando inflamación, si a los eritrocitos,
anemias hemolíticas, si a los PMNs,
agranulocitosis, si a las plaquetas,
trombocitopenia; alteraciones en la producción de
citoquinas que conduce a alteraciones en el
funcionamiento de los linfocitos T y de las DCs;
Pérdida de tolerancia de los linfocitos T, si son
linfocitos T CD4 se transforman en LsTh1 que son
productoras de grandes cantidades de citoquinas
proinflamatorias, si son LsTCD8, que se convierten
en linfocitos citotóxicos (4).
Es de gran importancia mencionar que el proceso
de autorreactividad, presentara variación desde
un bajo nivel fisiológico de autorreactividad
esencial para la selección especifica de linfocitos y
homeostasis del sistema inmunitario, hasta un
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nivel de autoinmunidad, manifestándose como
autoanticuerpos circulantes e infiltrados menores
de tejido sin consecuencias clínicas, hasta la
autoinmunidad patógena asociada con un órgano
inmunomediada lesión (4).
Tolerancia central ineficiente.
En la autoinmunidad se debe de comprender que
los principales mecanismos de tolerancia se
ejercen centralmente, en el timo para las células T
y el hígado fetal y la médula ósea para las células
B, sin embargo al presentarse autorreactividad, se
ponen en manifiesta de si la tolerancia central y
las células autorreactivas que escapan
contribuyen a la autoinmunidad. Haciéndose
hincapié en que la selección negativa elimina las
células T autorreactivas con alta fidelidad, no
obstante en estudios recientes más definitivos
han demostrado una fuga significativa en este
proceso, situando como ejemplo, los análisis con
los tetrámeros péptido-MHC mostraron que la
frecuencia y la avidez de las células T CD8
de sangre periférica específicas para diversos
péptidos derivados de virus en individuos sanos
no infectados previamente con estos virus
estaban en el mismo rango que las células T que
reconocen los auto-péptidos , mientras que la
frecuencia de las células T CD8 +
específicas para
SMCY, un antígeno codificado por el cromosoma
Y, se redujo solo en 2/3 en hombres frente a
mujeres.
Encontrando que la deleción incompleta de
células T CD8 específicas de SMCY también se
observó en ratones machos no
transgénicos. Además, solo 60% de eliminación de
CD4 específico de CreSe detectaron células T en el
timo y la periferia de ratones transgénicos para la
expresión ubicua de Cre, y de manera
impresionante no se detectó deleción cuando la
expresión de Cre se restringió al páncreas, pulmón
o intestino, de esta manera proponiéndose que la
selección negativa "poda" el repertorio con una
eficiencia proporcional al nivel de expresión de
autoantígenos en el timo, pero no elimina
completamente las células T autorreactivas, que
podría ser el desencadenante de la
autoinmunidad (5)(6).
Accionamiento de las células autorreactivas.
Dentro del accionamiento de las células
autorreactivas, varias molecylas inhibitorias, tales
como CTLA-4, PD-1, LAG-3, TIM3, VISTA, TIGIT,
FcγRIIb, son expresadas en la superficie de las
células T y B para reducir las respuestas inmunes
excesivas, evidenciándose que la deficiencia de
algunas de estas moléculas conduce a la
autoinmunidad, lo que proporciona una fuerte
evidencia de que los linfocitos autorreactivas
están presentes en el repertorio periférico, pero
normalmente están bajo control (7).
Las células T y B autorreactivas exportadas a la
periferia también pueden permanecer inactivas
debido a la ignorancia de los antígenos específicos
de tejido secuestrados detrás de las barreras
anatómicas. Esto siendo aplicable a los tejidos
definidos como sitios inmunológicamente
privilegiados, como los ojos, el cerebro y los
testículos, no obstante el secuestro de antígenos
de tejido periférico puede romperse por agentes
infecciosos u otras causas de daño tisular, lo que
lleva a la participación de células autorreactivas
ignorantes y el desarrollo de enfermedades. Tal
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evento depende de varios factores, que incluyen
la naturaleza y la dosis del antígeno, el número de
exposiciones, la frecuencia de las células T
activadas y la regulación positiva de MHC y
moléculas coestimuladoras en los tejidos
afectados (8).
Autofagia y autoinmunidad.
La autofagia es una vía de degradación de
proteínas altamente conservada de las levaduras
a los humanos que es esencial para eliminar los
agregados de proteínas y las proteínas mal
plegadas en las células sanas. Recientemente, los
polimorfismos de genes relacionados con la
autofagia se han implicado en varias
enfermedades autoinmunes, como el lupus
eritematoso sistémico, la artritis reumatoide, la
psoriasis y la esclerosis múltiple. Numerosos
estudios revelan que la autofagia y las proteínas
relacionadas con la autofagia también participan
en la regulación inmune. Las deleciones
condicionales de proteínas relacionadas con la
autofagia en ratones han brindado protección
contra la encefalomielitis autoinmune
experimental y la destrucción articular mediada
por TNF en modelos animales de esclerosis
múltiple y artritis experimental,
respectivamente. Como la autofagia está
fuertemente implicada en funciones inmunes,
como la eliminación de bacterias intracelulares, la
secreción inflamatoria de citocinas.
Mencionándose que la autofagia presenta un gran
papel en el desarrollo de los linfocitos debido a
que la activación adecuada de los linfocitos es
crítica para el desarrollo de los linfocitos, y la
activación defectuosa puede provocar
autoinmunidad; una señal principal de activación
de las células T es la presentación del antígeno a
través de las moléculas I, II del complejo mayor de
histocompatibilidad (MHC) que residen en la
superficie celular para mostrar los antígenos, el
MHC de clase I se encuentra en todas las células
nucleadas y el MHC de clase II se encuentra en las
células presentadoras de antígeno (APC), incluidos
los macrófagos, las células dendríticas y las células
B. Para permitir la presentación adecuada de los
antígenos, los péptidos derivados de proteínas
intracelulares o extracelulares deben ser digeridos
o procesados a través de vías de degradación que
incluyen el sistema ubiquitina-proteasoma y la
autofagia, encontrando que el desarrollo de
autofagia defectuosa o hiperactiva modula el
desarrollo y la función de las células B y, por lo
tanto, contribuye a la autoinmunidad (9)(10).
Conclusiones.-
De acuerdo a la información recopilada se
concluye que la autoinmunidad es un complejo
asociado a diferentes factores desencadenantes
desde un aspecto genético hasta uno ambiental,
asociado por ende a la edad del individuo, este
pudiéndose originar en cualquier etapa de la vida,
este presentando en su origen varias vías que se
asocian directamente a producir el proceso
inmunitario ya sea por la falta de diversos genes
que codifican para diversas proteínas que son
necesarias para el correcto desarrollo de diversas
células inmunitarios, o por fallas dentro de la
tolerancia central, que por diversos mecanismo
deja que diversas células autorreactivas escapen y
que en el momento menos esperado
desencadenen un proceso autoinmunitario, así
mismo implicándose en ella el proceso de la
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autofagia, todo estos siendo claves para el
desarrollo de autoinmunidad y por ende el
surgimiento de las enfermedades
autoinmunitarias.
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