Asignación II del Diplomado en Docencia Universitaria, Módulo II: TIC. Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES). Octubre de 2018. Respaldo de Audio Clase.

1. Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES)
Centro de Formación UNES Distrito Capital
Diplomado en Educación Universitaria
Módulo II – Tecnología de la Información y la Comunicación
Caracas 08 de octubre de 2018
ASIGNACIÓN ACADÉMICA II
Historia de la Filosofía Medieval:
Resumen de la Transición del Mundo Antiguo a la Cristiandad Occidental
Autor:
César Augusto Vidal
Tutor:
Prof. Alejandro Campero
Los siglos V y X son cruciales para el análisis representado en este proceso de traspaso cultural,
político, social y por su puesto religioso. El ambiente de poder, se puede apreciar como un interregno, el
cual predominó en toda Roma. Esto se puede visualizar, por ejemplo, con los orígenes del imperio
carolingio, donde los mayordomos de los palacios francos, fueron asumiendo los poderes por una
involución en la política de los reinos merovingios, siendo uno de los más famosos: Pipino de Herisal,
restableciendo así la unidad del reino en el año 688, proclamándose príncipe de los francos, y así
posteriormente su hijo, Carlos Martel, vence a los árabes en la región occidental. Luego, continúan las
contiendas, desapareciendo los reinos progresivamente hasta la llegada de Pipino “el breve” (padre de
Carlo Magno y Carlomán) quien se aliaría al Papa de la época, y de esta forma realizó una reforma a la
Iglesia, fortaleciendo así las posturas cristianas.
Hay dos etapas que caracterizan dicho interregno, 1) la herencia cultural – religiosa del mundo
clásico, y 2) el ascenso al pensamiento de la nueva cristiandad occidental. San Agustín, junto a sus
obras, forma parte de este ascenso, o mejor dicho, herencia, pues, se conservaron muy bien sus ideales
respecto a la fe, la iluminación o el saber, también el arte, y etc., pero, el dogma estuvo arraigado a la
cristiandad.

2. En este ínterin, donde paralelamente a las invasiones bárbaras del siglo V se hunde
definitivamente el imperio romano, se logra una acentuación de la cristiandad en Constantinopla, y
cristiandad , es referencia del pensamiento sincronizado (previamente por San Agustín y otros) entre fe
y filosofía; sin embargo, ocurrirá igual que con el arrianismo surgido en Alejandría (creencia no
trinitaria, afirma que Jesucristo fue creado por Dios Padre y está subordinado a él), separándose incluso,
en las diversas ideas existentes sobre la cristiandad.
En este otro proceso, termina de consolidarse ya – a modo metafísico – la idea en torno al Verbo
de Dios, y surgen las cuestiones desde Antioquía, Alejandría, Bizancio, etc., (estas cuestiones surgieron
como movimientos o corrientes de pensamiento sobre la cristiandad. Se puede decir que se dieron
posturas filosóficas para encarar la propuesta de la concepción de Cristo, y/o de su naturaleza, y hubo
algunas alternativas dialécticas). Aunado a los problemas desarrollados hasta ahora, se les suman las
inferencias del pseudo Dionisio Areopagita (pseudo porque dicho nombre es un facsímil tomado de un
discípulo de San Pablo) y su teología negativa como mística predominante posteriormente en la
escolástica. Su neoplatonismo planteaba efusivamente la relación integrada entre el bien y el amor; al
menos es lo que se puede comprender de la siguiente cita:
“Hemos de preguntarnos cómo conocemos a Dios, al que no percibimos ni por los
sentidos ni por el entendimiento, y que no es absolutamente nada de las cosas que
son. Tal vez diremos verdaderamente que no conocemos a Dios por su naturaleza
(pues aquello que su naturaleza es, se desconoce, y supera toda razón y mente), sino
que por el orden de todas las cosas… vamos al conocimiento de aquel sumo bien y fin
de todos los bienes, por medio de la remoción y de la superación de todas las cosas de
las que es causa” (De los nombres divinos, c. 7,3).1
1 Francisco Canals Vidal, “Historia de la Filosofía Medieval”, p. 49.
Continuando las ideas metafísicas del fin de la patrística griega, se presenta al estrado otro autor
importante: San Juan Damasceno, el cual, se motivará por las ideas aristotélicas en cuando a la teoría
creacionista de Dios partiendo de, 1) la mutabilidad, 2) la necesidad de conservación y 3) el orden del
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1
Francisco Canals Vidal, “Historia de la Filosofía Medieval”, p. 49.
mundo, lo cual concluye en la omnisciencia de Dios mismo, pues, está presente en “el todo”.

3. Otro medio que permitiría definitivamente la transición efectiva de toda la cultura patrística a lo
que – con la escolástica sería el pensamiento cristiano occidental – fue la preocupación de compilar las
obras y artes liberales como legado histórico del mundo antiguo en declive progresivo, en ese sentido,
aparece una figura de nombre Marciano Cápela, quien realizaría una enciclopedia contentiva de las siete
artes liberales: gramática, retórica, dialéctica, aritmética, geometría, astronomía y música, haciendo por
consecuencia el cierre definitivo de legado cultural antiguo.
Entre aquellos autores que transmitirían la cultura antigua, también destacan: Casiodoro y
Boecio, el primero, de larga trayectoria y reconocimiento por su habilidad para consolidar las posturas
entre el cristianismo y el arrianismo, compiló en una enciclopedia aquellas posturas agustinianas (y por
ende neoplatónicas) sobre la inmortalidad del alma y eleva una teoría creacionista respecto a la
complejidad de esta, diciente que “el alma está en todo el cuerpo, aunque no totalmente en cada una de
sus partes” (Canals Vidal, (2006), p. 52). Por su parte, Boecio “el último romano”, educado en Atenas
en materia de filosofía antigua y acusado de colaborar con los bizantinos y condenado a muerte en el
525, tuvo como gran quehacer la traducción de casi todas las obras aristotélicas y realizó algunos
comentarios de ellas, además, su orientación filosófica se basó en el neoplatonismo y en algunas
características estoicas, pero, siempre bajo el afianzamiento del dogma cristiano.
Con el resurgimiento del imperio carolingio, comenta el autor, que los historiadores llaman a
este proceso histórico: “la unificación de lo realizado en la transmisión del saber clásico y patrístico”,
esto, por supuesto, a la primera parte de la sociedad cristiana occidental. En esta oportunidad, nacen una
serie de escuelas de pensamiento e instituciones un tanto más ordenadas y confluyentes que vienen a
vigorizarse en los tradicionalismos irlandeses por ejemplo, en los británicos, hispánicos e italianos, y
así, dejando a un lado las posturas africanas, alejandrinas, o las del mundo oriental en sí.

4. Surgen entonces nuevos líderes como Alcuino, Rábano Mauro, Cándido de Fulda, entre otros,
sin embargo, la mayor influencia recae en Juan Escoto Erígena, que, acusado de promover opiniones
diabólicas en sus primas obras, presenta un pensamiento proveniente de la patrística latina, y sus
influencias neoplatónicas no son más que reiteraciones de los aportes San Agustín. Además, su
conocimiento del griego es referenciado del pseudo Dionisio, por último, poseía conocimientos de
hebrero, pues, colocó y tradujo citas textuales de la biblia. Escoto Erígena, orienta su argumentación en
la identificación entre religión y filosofía, y dice que: “Hay que sostener que la verdadera filosofía es la
verdadera religión y por ´conversión´ hay que afirmar que la verdadera religión es la verdadera
filosofía” (De praedestinatione, cap.1)2, en este sentido, se puede apreciar la síntesis definitoria que
realiza éste autor en el esfuerzo de armonizar racionalmente la religión en camino de la verdad única:
conocer a Dios.
Finalmente se puede decir que con el renacimiento carolingio, todos estos antecedentes sobre las
artes liberales, el entendimiento e integración de las ideas neoplatónicas, las diversas argumentaciones
filosóficas (unas mayormente platónicas, otras aristotélicas) y así sucesivamente, dejan de por sí, o
abren paso a lo que será la dialéctica de los siglos IX al XI en la otra parte de la historia de la filosofía
medieval (la escolástica).
Bibliografía
- Francisco Canals Vidal, (2009). “Historia de la Filosofía Medieval”. Editorial HERDER,
España.
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2 Francisco Canals Vidal, “Historia de la Filosofía Medieval”, p. 60.