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IRA#2
1. IRLANDA
BRIGITH MAGALY DUARTE SAINEA
Fundación Universitaria Juan De Castellanos
Facultad: De Ciencias Jurídicas Y Políticas Internacionales
Programa: Derecho
TUNJA
2016
2. IRLANDA
BRIGITH MAGALY DUARTE SAINEA
DERECHO DE LOS TRATADOS Y POSICIONAMIENTO HEMISFERICO
DOCTOR DIEGO MAURICIO HUIGUERA
Fundación Universitaria Juan De Castellanos
Facultad: De Ciencias Jurídicas Y Políticas Internacionales
Programa: Derecho
TUNJA
2016
3. INTRODUCCION
En el presente trabajo abordaremos el conflicto del Ulster de una forma objetiva,
aunque esta objetividad en la distancia no es del todo real ya que como es lógico el
problema no se aborda de la misma manera ni desde el mismo punto de vista que
tendría un británico o un norirlandés. Debemos decir a su vez que la información
está contrastada por todas las opiniones que forman parte de este conflicto, es decir
que poseemos información de católicos, protestantes, unionistas, radicales,
terroristas. Lo que deseamos indicar es que lo que buscamos es una visión de lo
más objetiva y diferenciada sin caer en favoritismos hacia cualquiera de las partes
implicadas en el conflicto se propone contribuir a reducir ese déficit, aportando
desde la perspectiva interamericana algunas pautas iniciales para el análisis de la
conveniencia, viabilidad, fundamentos, alcances y modalidades del control de
convencionalidad IRLANDA.
4. IRLANDA
El conflicto Irlandés es uno de los entuertos más bravos e intrincado de la historia
humana, el cual desató una ola de violencia asombrosa y muy pocas veces vista;
este conflicto, viejo de siete siglos, tal vez no esté solucionado por siempre jamás,
pero últimamente ha entrado en una etapa que nadie, en su sano juicio, hubiera
anticipado.
Irlanda del Norte ha sido el escenario de uno de los conflictos más resistentes y
violentos de Europa occidental. En él se enredan problemas estructurales, intereses
políticos, herencias culturales, ataques paramilitares, desigualdades
socioeconómicas, choques identitarios. Todo ello ha transformado el conflicto desde
un problema británico-irlandés sobre la independencia de la isla –que finalmente fue
dividida en 1920- hacia un dilema constitucional sobre la pertenencia de la región al
Reino Unido o su anexión a la República de Irlanda, y un problema interno de
convivencia entre las comunidades católica y protestante. Aunque en 1998 se firmó
el Acuerdo de Belfast o de viernes Santo, la región continúa sumergida en una
convivencia fracturada.
En todo conflicto hay al menos dos bandos. Los de Irlanda del Norte son los
católicos por un lado y los protestantes por el otro. Manifestación en Belfast Muchas
manifestaciones políticas han terminado en violencia. Eso en cuanto a la religión.
5. Políticamente, los católicos son mayoritariamente republicanos, mientras los
protestantes son mayoritariamente unionistas. Republicanos quiere decir que
reclaman dejar de ser parte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte e
incorporarse a la República de Irlanda. Unionista es todo el que defiende que Irlanda
del Norte siga siendo una provincia británica. De modo que el origen del conflicto en
Irlanda del Norte se centra en que los católicos-republicanos están enfrentados a
los protestantes-unionistas.
Hasta principios del siglo XVII, Irlanda era una sola y la religión predominante era el
catolicismo. Cuando Enrique VIII rompió con Roma e instauró su propia iglesia
comenzaron a cambiar las cosas. Inglaterra empezó a enviar colonos -ya
convertidos al protestantismo- a instalarse sobre todo en los condados de noreste
de Irlanda. Gerry Adams, líder del Sinn Fein, uno de los políticos más influyentes en
Irlanda del Norte. Los colonos protestantes llegaron a ser prósperos comerciantes
y artesanos, gracias a los vínculos que tenían con Inglaterra. Cuando comenzaron
los debates sobre la posibilidad de un gobierno propio para los irlandeses, los
protestantes se opusieron. En primer lugar, porque pensaban que un gobierno
autónomo iba a ser copado por los católicos. En segundo lugar, porque atribuían su
prosperidad económica a su religión y temían que el protestantismo perdiera terreno
ante el catolicismo si se separaban de Gran Bretaña.
6. La separación finalmente llegó, aunque no para Irlanda del Norte. Cuando se
estableció la República de Irlanda en 1921, Londres decidió que como la población
del noreste era mayoritariamente protestante, esa zona debería ser parte del Reino
Unido. Los protestantes no sólo coparon las instituciones provinciales de gobierno,
sino que durante 50 años adaptaron y modificaron leyes para dificultar el acceso de
los católicos a puestos de poder. Cerrado el acceso a la participación, algunos
movimientos católico-republicanos optaron por la vía armada para hacer escuchar
su voz.
La violencia Camioneta en llamas. El IRA realizó muchos atentados que dejaron
cientos de muertos. Este debate político y religioso ha tenido a lo largo de los años
expresiones de violencia muy concretas. Desde la batalla de Boyne en 1690, en la
que el protestante Guillermo de Orange derrotó al católico Jaime II, hasta nuestros
días, Irlanda del Norte ha sido escenario de la violencia de los dos bandos. Desde
siempre unionistas-protestantes y católicos-republicanos han creado sus propios
grupos armados para atacar al otro. Estos grupos armados llegaron incluso a
cumplir funciones de policía local en algunas zonas de Irlanda del Norte. Las
acciones de estos grupos dejaron más de 3 mil muertos a lo largo de 35 años como
resultado de atentados, ejecuciones extrajudiciales y enfrentamientos con la policía
y el ejército.
7. El Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés) nació en 1970 y es
la principal organización armada católico-republicana en Irlanda del Norte. Es
conocido no sólo por sus operaciones, sino también porque se asegura que es el
brazo armado de Sinn Fein, el partido más antiguo de la provincia. A lo largo de su
existencia ha sufrido varias divisiones. Estas escisiones (IRA Auténtico, Ejército
Irlandés de Liberación Nacional) siguen operando en la provincia y no se han
sumado a otras treguas hechas en el pasado ni al actual anuncio de desarme.
El desarme el unionista David Trimble encabezó el primer gobierno autónomo de la
provincia. A finales de los '90 unionistas y republicanos lograron ponerse de acuerdo
para tener un gobierno autónomo en Irlanda del Norte. Sin embargo, el
establecimiento y la propia acción del gobierno siempre se vieron obstaculizados
por el debate en torno al desarme del IRA. Algunos de los partidos unionistas se
negaban a formar parte del gobierno hasta tener la certeza de que el IRA había
entregado todas sus armas. Sinn Feinn, por su parte, acusa a los unionistas de
sabotear el gobierno y argumenta que en los últimos años han ido desactivando
parte del arsenal del IRA. Además, los atentados del 11 de septiembre en Estados
Unidos y el inicio de la llamada "guerra contra el terrorismo" hicieron que el IRA
comenzara a cuestionarse seriamente si la violencia es un método apropiado para
lograr sus fines políticos. Las cosas empeoraron en enero de 2005 con la muerte de
8. Robert McCartney, apuñalado por militantes del IRA en una pelea en un bar de
Belfast. El asesinato de este padre de familia generó una ola de críticas y una
erosión todavía más profunda del respaldo popular que le quedaba a la organización
rebelde.
El "domingo sangriento" de 1972, captado por una cámara de la BBC. Debido a la
imposibilidad de lograr un acuerdo sobre el desarme, el gobierno autónomo de
Irlanda del Norte tuvo una vida muy corta. Desde su establecimiento en 1999, la
autonomía fue suspendida dos veces en los años siguientes y en este momento el
gobierno de Irlanda del Norte está de nuevo en manos de Londres. Por eso el tema
del desarme -anunciado en 2005- se consideraba vital para poder recuperar el
gobierno autonómico. Y con él la posibilidad de que católicos y protestantes
pudieran vivir en paz en Irlanda del Norte.
9. IDEAS ANALITICAS
El punto central era que, si el IRA definitivamente declaraba un cese al fuego y daba
fin a su violencia, luego el Sinn Fein, el partido político vinculado al IRA, podría
unirse a una compleja negociación junto con todos los partidos políticos en Irlanda
del Norte y ambos gobiernos, para plantear un nuevo acuerdo político basado en el
consentimiento de la gente del Norte y Sur de la isla de Irlanda.La victoria orangista
contribuyó al fortalecimiento de la hegemonía protestante: el Parlamento irlandés
fue dominado por protestantes, lo que permitió la elaboración y aprobación de una
legislación sumamente restrictiva (Penal Laws) para con los católicos en Irlanda, en
el ámbito político, económico y social, que para muchos estudiosos del tema
constituye una manifestación de la inseguridad protestante en Irlanda, derivada, a
su vez, de la inseguridad inglesa ante el espacio católico de Francia, Irlanda, y
Europa en general, casi olvidándose de que su situación era resultado de una
escisión voluntaria.
En cumplimiento de sus estipulaciones se realizaron plebiscitos simultáneos el 22
de mayo de 1999 en Irlanda del Norte y en la República de Irlanda (Irlanda del Sur).
Pero surgieron después tropiezos en el proceso de paz porque las milicias de los
10. dos lados anticiparon su negativa a deponer las armas y a entregar sus arsenales,
acciones previstas para el 22 de mayo del año 2000.
«La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio
de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el
ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional
como la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado,
también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las
disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la aplicación de leyes
contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En
otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de “control de
convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos
concretos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el
Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la
interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de
la Convención Americana.»
Como parte del acuerdo político que siguió al proceso de paz de Irlanda del Norte,
ésta sigue siendo parte del Reino Unido. Esto fue aceptado por las grandes
mayorías del Norte y del Sur de Irlanda. Antes del proceso de paz parecía imposible
11. imaginar un resultado aceptable para todas las partes. Vender la necesidad de
moderar expectativas a sus propios seguidores era una tarea difícil para los líderes
de Sinn Fein y del IRA.
El Respeto y Reconocimiento puede ser más importante que los grandes cambios
estructurales. El conflicto de Irlanda del Norte en su etapa final se enfocó más en
la igualdad y el respeto por la minoría Nacionalista, que en la unidad de Irlanda. La
minoría había sido discriminada y tratada como ciudadanos de segunda clase por
décadas. Los esfuerzos de los británicos para cambiar esta situación desde 1970
no fueron suficientes para hacerlos sentir valorados y respetados; sin embargo el
proceso de paz y los acuerdos políticos sí lo lograron.
Las posibilidades de lograr un cambio a través de políticas democráticas pueden
ser mayores de lo que ustedes piensan; casi nadie en 1993 hubiera imaginado que
Sinn Fein, el más pequeño de los dos partidos nacionalistas, y el más pequeño pero
más extremo de los partidos unionistas, el DUP, rápidamente se convirtieran en la
mayor fuerza electoral en Irlanda del Norte, o que Martin McGuinness, con un
considerable y amplio récord de violencia, se convirtiera en Primer Ministro Adjunto
de Irlanda del Norte y (como lo hizo a principios de este año) estrechara la mano a
la Reina.
12. Aquellas negociaciones preliminares se realizaron sin normas acordadas, con
Mitchell manejando de hecho las formalidades, gozando de la confianza de todos
los partidos. En esta fase, no se impusieron restricciones de tiempo a las
intervenciones en las plenarias, y muchas intervenciones eran larguísimas y
repetitivas. Era inevitable que algunos partidos se extendieran explicando su actitud
hacia el “proceso de paz” y su análisis de antecedentes históricos en esta etapa de
inducción del proceso negociador.
Las presidencias independientes facilitaron más activamente estas negociaciones
que las negociaciones sustantivas. Buscaban propuestas de parte de los partidos,
proporcionaban tablas comparativas para orientar los debates y utilizaban
encuentros bilaterales para facilitar un avance. Como los acuerdos no surgían
voluntariamente, Mitchell acabó proponiendo y negociando con sus propios
borradores de acuerdo sobre los puntos que aún estaban en discordia. Bajo el
reglamento que él mismo contribuyó a establecer para el resto de la negociación,
Mitchell no volvió a desempeñar un papel mediador tan directo o decisivo.
Desde mi punto de vista, la respuesta no está tanto en la consistencia o coherencia
de las sublevaciones y sí en la configuración histórica del Estado y de la nación, o
mejor, en la configuración histórica del Estado y su reflejo en las múltiples narrativas
13. acerca de la nación, incluyendo aquellas que nacen de los movimientos insurgentes;
el Gobierno británico se dio por satisfecho porque las cantidades que mencionó la
Comisión cuadraban con los datos que poseían los servicios de inteligencia. El
reverendo radical protestante, Ian Paisley, declaró en aquel momento su
desconfianza en el proceso, por la ausencia de datos públicos, lo que entorpeció el
desarrollo de los acuerdos políticos que se habían logrado.
Esta problemática del «diálogo», de la «conexión» o de la «viva interacción» entre
el juez interamericano de derechos humanos y los jueces nacionales es hoy en día
una de las grandes problemáticas que interpela a la doctrina latinoamericana.
Constituye ni más ni menos que el meollo de la efectividad del sistema
interamericano de derechos humanos; más aún, lo condiciona.
La Corte apuesta por la pedagogía al sistematizar el estado actual del derecho
internacional y de los derechos nacionales de los Estados Parte sobre la cuestión
del alcance de las leyes de amnistía. Su inventario de derecho internacional y
nacional comparado es imponente, como si aspirara a aumentar la autoridad de su
demostración, en particular respecto a las autoridades internas y principalmente las
jurisdicciones nacionales que sigue valorando cuando su jurisprudencia se ha
“ajustado” al estándar interamericano. El resultado es una «consolidación”
14. incontestable de su jurisprudencia relativa a la inconvencionalidad de las leyes de
amnistía que se ha enraizado, según demuestra la Corte en varios sistemas
judiciales nacionales; Este pasaje muestra a las claras que el Derecho internacional
de los derechos humanos está por encima de todo, incluso por encima de las leyes
que, aunque hayan sido adoptadas conforme a los cánones constitucionales
internos desconocen de manera flagrante principios que tienen por objeto, como en
este caso, hacer frente a violaciones masivas de los derechos de la persona
humana.
Paralelamente a esta aniquilación judicial de las políticas de impunidad, era
necesario que la Corte pudiera imponer a los Estados la obligación de perseguir a
los autores de violaciones masivas de los derechos humanos con el fin de que éstos
pudieran ser debidamente sancionados. Esta obligación, la ha forjado la Corte a
partir de los informes de la Comisión interamericana que se fundamentaban en el
«derecho» de las víctimas y de sus familiares «a la verdad». Reconstituir la
construcción original de este «derecho a la verdad» permitirá asimismo comprender
el aporte esencial de la jurisprudencia interamericana al derecho internacional de
los derechos humanos en este ámbito.
15. COCLUSIONES
El Gobierno británico informó hoy de que el máximo órgano de direccióndel Ejército
Republicano Irlandés (IRA) continúa activo, aunque su "carácter es totalmente
político", y sigue comprometido con el proceso de paz en Irlanda del Norte. Así lo
confirma un informe elaborado por una comisión creada el mes pasado por Londres
para supervisar la actividad de los grupos terroristas en la provincia, inmersa en una
nueva crisis institucional por dos asesinatos atribuidos a algunos de los miembros
del IRA.
Para Irlanda del Norte, Theresa Villiers, indica que todos los grupos paramilitares
católicos y protestantes siguen existiendo, pero respaldan el proceso democrático
iniciado con la firma del Acuerdo del Viernes Santo (1998). La constatación de que
el antiguo brazo armado del partido Sinn Féin, principal representante de la
comunidad católica-nacionalista en la provincia, continúa apoyando la vía
democrática podría ayudar a las formaciones a acercar de nuevo sus posiciones de
cara a un futuro acuerdo. De momento, el mayoritario Partido Democrático Unionista
(DUP), a favor de la permanencia de la región en el Reino Unido, ya ha anunciado
la vuelta al Gobierno autónomo de los tres ministros que dimitieron el pasado agosto
en protesta por el supuesto regreso de la violencia del IRA.
16. El líder del DUP, el ministro principal Peter Robinson, también abandonó
temporalmente por el mismo motivo su puesto en el Ejecutivo de Belfast, de poder
compartido entre católicos y protestantes, y le sustituye aún su correligionaria Arlene
Foster. En el centro de esta nueva crisis está el asesinato el pasado agosto de Kevin
McGuigan, ex miembro del IRA, en un acto que la policía de la provincia (PSNI)
vinculó con una presunta actividad de ese grupo, lo que motivó una fuerte reacción
de los partidos unionistas-protestantes.
Ante la parálisis institucional, el Gobierno de Londres se vio obligado en septiembre
a crear una comisión para evaluar el nivel de actividad actual de los principales
grupos terroristas en Irlanda del Norte. En la difusión de su primer análisis, la
ministra citó extractos del informe en el que los tres miembros que forman la
comisión afirman "tajantemente" que "los líderes de las principales organizaciones
paramilitares" continúan "comprometidos con la vía pacífica para alcanzar sus
objetivos políticos"