1. WILLIAM OSWALDO DIAZ REYES
DERECHO DE LOS TRATADOS
G-2
YUGOSLAVIA
¿POR QUÉ ENTRÓ EN CRISIS EL ESTADO FEDERAL YUGOSLAVO? ¿QUÉ
PAPEL HA DESEMPEÑADO LA COMUNIDAD INTERNACIONAL EN LA
GESTACIÓN DE LOS CONFLICTOS YUGOSLAVOS, ADEMÁS ESTARIAMS
HABLANDO PARA EL PRESENTE CASO SOBRE CONTROL DE
CONVENCIOALIDAD?
Quisiera empezar el presente escrito dando una breve pincelada a la historia de la
antigua Yugoslavia y de cómo se ha seguido desarrollando a través del tiempo, y
de culés han sido los principales conflictos que dejado rasgos en los cuales se ha
visto envuelta la población civil, cabe decir que hace aproximadamente un cuarto
de siglo comenzaron las guerras de secesión de Yugoslavia 1991-2001. El proceso
se abrió con la Guerra de los Diez Días en 1991 y finalizó con la Guerra de
Macedonia 2001, entre ambos conflictos se dieron la Guerra de Croacia entre 1991-
1995, la Guerra de Bosnia-Herzegovina 1992-1995 y la Guerra de Kosovo 1998. De
aquella contienda bélica se constituyeron como estados independientes Eslovenia,
Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro, Macedonia y Kosovo. En estas
líneas haremos un somero repaso sobre qué fue y cómo se desarrolló la disolución
de la antigua Yugoslavia.
Creada en 1945, la República Federativa de Yugoslavia (RFSY) fue un actor
geopolítico de primer orden durante el desarrollo de la Guerra Fría entre 1945-1990.
Aliada en un principio con la URSS y el bloque del este, la situación cambió
radicalmente con la expulsión de Yugoslavia de la Kominform por actitudes
revisionistas, oportunistas y nacionalistas. Fuera del bloque oriental, las autoridades
yugoslavas, con Josip Broz más conocido como “Tito” a la cabeza, tenían un gran
2. problema, habían perdido sus principales socios políticos y comerciales, por lo que
la pregunta era, ¿qué hacer? La solución surgió rápido cuando los Estados Unidos
ofrecieron a Yugoslavia ayuda económica y militar.
La ayuda resolvía los problemas económicos y de seguridad que podría tener
Yugoslavia a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo algo más sería necesario. En
este sentido, las élites yugoslavas se sacaron de la galera dos recursos que
constituirían los elementos definidores e identificadores de Yugoslavia durante la
Guerra Fría. Por un lado, en el plano económico, social y político, se creó y
desarrolló el Socialismo Autogestionario. En términos simples, se buscaba dar
mayor poder a los obreros, a las fábricas y a las repúblicas, creando un sistema
socialista descentralizado diferente al erigido en la URSS. En el plano internacional,
se desarrolló primero la política de neutralidad y posteriormente el movimiento de
Países no Alineados.
Esos dos recursos, que no dejaban de ser una huida hacia delante, permitieron a
Yugoslavia contar con una relativa estabilidad y prosperidad económica, política y
social, mientras que en el plano geopolítico, Yugoslavia se convirtió en la nación
más favorecida, tanto en términos diplomáticos como económicos, de los Estados
Unidos. No obstante, las cosas comenzaron a cambiar con la muerte de Tito en
1980. Y no porque el Mariscal fuese lo único que unía a los yugoslavos, sino porque
fue a comienzos de 1980 cuando Yugoslavia comenzó a sufrir una crisis de deuda
y desempleo.
Durante toda la década de 1980 la economía y la sociedad yugoslava sufrirían esta
crisis financiera y económica. Sin embargo, como en aquellos momentos Yugoslavia
todavía seguía siendo un socio privilegiado de occidente, el FMI continuó
refinanciando sus pagos, al tiempo que sus acreedores fueron aceptando impides
de deuda. Sin embargo, con la caída del bloque del este entre los años 1989-1991,
otros países como Polonia o Checoeslovaquia se habían situado como socios
preferenciales de Occidente. Si Yugoslavia quería seguir disfrutando de la categoría
de nación más favorecida, debería adaptarse a los tiempos, olvidarse del socialismo
3. y moverse hacia el capitalismo. Después de todo, con el fin de la Guerra Fría,
Yugoslavia ya no tenía ningún valor geoestratégico.
Formada por un total de seis repúblicas y dos provincias autónomas, los dos
principales protagonistas del estado yugoslavo eran Eslovenia y Serbia. Las demás
repúblicas e instituciones federales se mantenían a la expectativa de lo que se
decidiese en Ljubljana y Belgrado. Esto fue exactamente lo que sucedió a lo largo
de 1990 y la primera mitad de 1991.
En enero de 1990 se celebró el 14º congreso de la Liga Comunista de Yugoslavia
(LCY). En él, la delegación eslovena se enfrentó con la delegación serbia debido al
rumbo que debía tomar Yugoslavia. Los eslovenos argumentaban que era
necesario avanzar hacia la democracia liberal, la economía de mercado y un modelo
más descentralizado, mientras que los serbios argumentaban que era preferible
más centralización. Finalmente el congreso se saldó con un rotundo fracaso, con la
delegación eslovena abandonando el congreso y junto a ella la croata.
Con la LCY fuera de juego, Eslovenia declaró que convocaría elecciones
pluripartidistas en su república para abril de 1990 y a renglón seguido cada
república fue celebrando sus elecciones hasta fines de 1990, siendo Serbia la última
república en celebrarlas. De las elecciones salieron fortalecidos los proyectos
nacional-soberanistas en Eslovenia y Croacia, mientras que en Serbia salió
reforzado el sector nacional-centralista de Slobodan Milosevic. Por otro lado, las
autoridades federales, especialmente el ejecutivo, se vio desbordado por la
situación, observando cómo sus intentos de mantener a Yugoslavia unida y llevarla
hacia Occidente fracasaban por la oposiciónde las repúblicas de Eslovenia, Croacia
y Serbia.
En la primera mitad de 1991, cuando todas las repúblicas ya contaban con sus
propios ejecutivos federales y con sus respectivos presidentes, se celebraron una
serie de reuniones presidenciales en donde se intentaron poner los mecanismos
para adecuar los diferentes intereses existentes. Por un lado, Eslovenia y Croacia
insistían cada vez más en la independencia. Más aún, Eslovenia, a finales de 1990
4. y Croacia en mayo de 1991, celebraron referendos de independencia que se
saldaron con resultado positivo. Por otro lado, Serbia y Montenegro mantenían que
era necesaria una recentralización de Yugoslavia o por lo menos la creación de una
Yugoslavia en donde viviesen todos los serbios y otras repúblicas que así lo
deseasen. Por último, Macedonia y Bosnia-Herzegovina tenían una posición
intermedia entre ambas posturas, defendiendo la continuidad de Yugoslavia pero
en un modelo más federal que el existente. No obstante, el acuerdo fue imposible y
el 25 de junio de 1991 Eslovenia y Croacia declaraban su independencia respecto
a la República Federativa de Yugoslavia, Estado que de facto dejaba de existir para
hacerlo poco después de iure. Al día siguiente de la declaración de independencia
de Eslovenia, el Ejército Popular de Yugoslavo (EPY) puso rumbo al territorio más
septentrional de Yugoslavia para poner fin a la deriva soberanista. No obstante, y
para sorpresa de muchos, Eslovenia consiguió defender su independencia y forzar
la entrada de actores internacionales para negociar un alto el fuego. Si Eslovenia
obtuvo la victoria ante el EPY se debió, por un lado, a que el ejército yugoslavo envió
tropas mal pertrechadas a la zona, sin ninguna experiencia de combate y en un
número claramente insuficiente, y por otro lado, por la excelente preparación
eslovena de la independencia, especialmente en el plano mediático, en el cual se
vendió la imagen de que lo que se estaba dirimiendo en Eslovenia era algo similar
a lo sucedido en Hungría en 1956 o en Praga en 1968. Tras unos diez días de
conflicto, se alcanzaron los Acuerdos de Brioni, por los que las tropas yugoslavas
debían retirase de Eslovenia, mientras que ésta debía anular su independencia por
tres meses.
Luego viene la guerra de Croacia, ya que en Croacia ya se venían dando
enfrentamientos armados de baja intensidad desde el verano de 1990 con la
Revolución de los Troncos, pero los verdaderos enfrentamientos comenzarían en el
estío de 1991. Aunque Croacia también se había mostrado muy activa a la hora de
obtener la independencia, a diferencia de Eslovenia no habían preparado casi nada
para obtenerla y defenderla. Además, Eslovenia era prácticamente un territorio
homogéneo desde el punto de vista nacional, Croaciano. Así, la minoría serbia, que
era el 12% del total de la población en 1991 y que se agrupaba especialmente en las
5. zonas de Krajina, Eslavonia Occidental y Eslavonia Oriental no estaba muy contenta
con los planes del ejecutivo croata. Rápidamente se auto organizaron bajo la
República Serbia de Krajina, la cual recibió el apoyo del ejecutivo serbio a través
del Ejército Popular Yugoslavo y de las bandas de paramilitares serbios como los
Tigres de Arkan o las Águilas Blancas de Vojslav Seselj.
Las autoridades croatas se vieron desbordadas por el empuje del bando serbio, al
cual no le costó demasiado controlar las zonas mencionadas anteriormente.
Especialmente trágica resultó la caída de Vukovar, en noviembre de 1991,
convirtiéndose rápidamente en un símbolo de la nación y el nacionalismo croata. Un
par de meses después, a comienzos de 1992, se decretó un alto al fuego entre las
dos partes, que permitía la implementación del Plan Vance y la congelación del
conflicto por un tiempo. Así, las autoridades croatas podían replegarse y preparar al
mínimo detalle las operaciones para recuperar los territorios administrados por la
República Serbia de Krajina, mientras que las autoridades serbias podían olvidar a
los serbios de Croacia y centrase en Bosnia- Herzegovina.
Bosnia-Herzegovina era la república más plurinacional de Yugoslavia, su población
estaba compuesta por bosniacos musulmanes el 43% de la población, serbios
ortodoxos 31% de la población y croatas católicos 17%. Más aún, su población se
encontraba entremezclada, siendo prácticamente imposible establecer áreas
étnicamente homogéneas a no ser que se usase la limpieza étnica. Por ello, de la
desaparición de Yugoslavia, eran los habitantes de Bosnia-Herzegovina los que
más tenían que perder.
comenzó en abril de 1992. Las tropas paramilitares serbias, con el apoyo del ahora
Ejército de la República Srpska, comenzó a expandirse y limpiar étnicamente los
territorios de Bosnia Oriental, que según las autoridades guiadas por Radovan
Karadzic debían quedar bajo soberanía serbia. Ante el empuje inicial serbio, la
alianza entre musulmanes y croatas lo hizo lo mejor que pudo para defender los
territorios que estaban bajo su control. No obstante, no pasó mucho tiempo cuando
los croatas, a fines de 1992, también decidieron ponerse en contra del bando
6. bosnio. Esto se debía a que en marzo de 1991, Milosevic y Tudjman habían
acordado la división de Bosnia-Herzegovina a través del Acuerdo de Karadjordjevo,
los cuales serían ratificados mediante el Acuerdo de Graz de mayo de 1992 entre
las autoridades serbias y croatas de Bosnia.
A comienzos de 1993, los serbios ocupaban alrededor del 70% del territorio total de
Bosnia-Herzegovina, mientras que croatas y bosniacos se enfrentaban por el control
del centro de Bosnia y la Herzegovina. La situación se estaba descontrolando. Los
diferentes planes de paz no funcionaban, las autoridades serbias de Bosnia
quedaron aún más descontroladas cuando Milosevic rompió con ellas a mediados
de 1993. Por consiguiente, era necesario volver á restablecer la coalición bosnio-
croata. Esto se logró a comienzos de 1994, con el Acuerdo de Washington. A partir
de este momento, el bando serbo-bosnio iría perdiendo terreno, mientras que el
bando bosnio-croata lo iría ganando. En este sentido, importante fue que Serbia se
viese sometido a una presión internacional de importancia, a través de un bloqueo
económico que duraba desde 1992, para que se alinease con la comunidad
internacional y dejase de apoyar las aventuras de los serbios en Bosnia y Croacia.
División territorial de Bosnia i Herzegovina tras los Acuerdos de Dayton
En 1995 se firmó el Acuerdo de Split, que permitía a las tropas del Ejército Croata
entrar en Bosnia para ayudar a la Armija a equilibrar las fuerzas en BiH. A su vez,
en Croacia, el gobierno iba a recuperar el control sobre las zonas ocupadas por los
serbios a través de la Operación Flash y Tormenta.
Así, sólo la zona de Eslavonia Oriental quedaba por recuperar, lo que sería
realizado de forma pacífica a través del Acuerdo de Erdut. Por su parte, en Bosnia-
Herzegovina, en el verano de 1995, las tropas croatas y de la Armija avanzaron
posiciones sobre los territorios controlados por los serbios de Bosnia, con la
inestimable ayuda de la OTAN. Así, para septiembre se había conseguido
establecer un equilibro de fuerzas, que permitió alcanzar en noviembre de 1995,
aunque no sin dificultad, los Acuerdos de Dayton, con los cuales se ponía fin a la
Guerra de Bosnia i Herzegovina.
7. La Guerra de Kosovo (1998-1999)
Durante las tres primeras guerras de secesión de Yugoslavia, las autoridades
kosovares, lideradas por Ibrahim Rugova, decidieron usar la no violencia y confiar
en Occidente para poder obtener la independencia de Serbia. No obstante, cuando
los albano-kosovares observaron que en Dayton nada era mencionado sobre
Kosovo y que Milosevic era considerado como un alto estadista y un hombre de paz,
la estrategia de Rugova se vino abajo. Después de todo, los acontecimientos
previos demostraban que sólo empuñando las armas se podría obtener la
independencia. Así fue como el Ejército de Liberación Kosovar (ELK) comenzó a
ganar popularidad.
Creado a comienzos de 1990, no fue hasta 1996 cuando el ELK comenzó a estar
verdaderamente activo. Y no sería hasta 1998 cuando sus acciones comenzarían a
ser importantes. El objetivo de los insurgentes era realizar atentados contra todo lo
que perteneciese al “invasor” serbio, población civil incluida, para así provocar la
reacción de las autoridades serbias, lo que a su vez volvería a provocar la
intervención diplomática de las potencias occidentales. Y la estrategia funcionó a la
perfección. Menos de un año de que el ELK comenzase con su estrategia, que las
fuerzas militares y paramilitares serbias se excediesen en su respuesta y tras el
incidente de Racak, del cual todavía no se sabe si fue perpetrado por las fuerzas
serbias o fue un montaje del ELK, se convocaba la Conferencia de Rambouillet para
febrero-marzo de 1999.
La conferencia resultó ser una encerrona para las dos delegaciones. Las potencias
occidentales estaban cansadas de aquella cuestión que derivaba del fin de
Yugoslavia, por lo que decidieron presentar un acuerdo cerrado a las dos partes. O
lo firmaban o no, pero no había posibilidad de discusión. Aunque en un principio lo
rechazaron, la delegación kosovar accedió a rubricarlo. Después de todo sabían
que Serbia no podría aceptar que la OTAN tuviese plena autonomía y libertad de
movimiento por todo el territorio serbio. Al fin y al cabo aquello era como una
invasión militar y el establecimiento de un protectorado en un país soberano e
8. independiente que formaba parte de instituciones internacionales reconocidas.
Finalmente, Serbia rechazó rubricar el acuerdo y las potencias occidentales
decidieron bombardear a Serbia a través de la OTAN, en una operación que servía
más para legitimar la existencia de la OTAN que para llevar estabilidad a la zona.
Finalmente, tras tres meses de bombardeos, Serbia accedió a retirar las tropas de
Kosovo, mientras que la Resolución 1244 era aprobada y poco después la OTAN
desplegaba sus tropas en la zona, mientras que la ONU hacia lo mismo sólo que
con personal civil y administrativo. Así, Kosovo obtendría la independencia de facto,
proclamándola oficialmente en 2008.
La Insurgencia en el Valle de Presevo y la Guerra de Macedonia (1999-2001)
La resolución del conflicto kosovar en los términos mencionados anteriormente,
produjo consecuencias indeseadas, pero no por ello inesperadas. En la zona de
Presevo, Bujanovac y Medveda, en el sur de Serbia y haciendo frontera con Kosovo,
se formó el Ejército de Presevo, Medveda y Bujanovac. El objetivo de los
insurgentes era unir esas zonas con Kosovo, debido a que había una gran cantidad
de población albanesa en ellas. No obstante, la comunidad internacional no tenía
ningún interés en simpatizar con las causas y objetivos de los insurgentes, por lo
que se accedió a que Serbia usase su monopolio de la fuerza para resolver la
insurgencia, lo que sucedió en mayo de 2001 sin embargo, el irredentismo albanés
no iba a finalizar ahí, ya que en Macedonia, país en el que el 25% de su población
es de nacionalidad albanesa, la mayor parte de ella concentrada en las zonas
fronterizas con Kosovo y Albania, estalló la guerra.
El Ejército de Liberación Nacional, que fue creado a partir de veteranos de los
ejércitos de Kosovo y de Presevo, inició una rebelión armada a comienzos de 2001
en las zonas del norte del país. El objetivo de los insurgentes no era independizarse
de Macedonia, sino conseguir mayores cotas de autonomía dentro de la propia
estructura estatal de Macedonia. Sin embargo, al igual que en el caso de Presevo,
la comunidad internacional no estaba por la labor de favorecer a guerrillas que
aumentasen más inestabilidad a la zona y más en un país como Macedonia, que
9. había conseguido conjugar bien los intereses de la minoría albanesa. Así, y tras la
intervención de la OTAN, se consiguieron calmar los ánimos de ambos bandos y
rubricar el Acuerdo de Ohrid, por el cual se ponía fin al conflicto y se otorgaban
mayores derechos, especialmente culturales, a la minoría albanesa.
El patinazo de la comunidad internacional
Desde la Guerra de los Diez Días hasta la Guerra de Macedonia, la respuesta de la
comunidad internacional a los conflictos yugoslavos fue bastante discutible. El error
que todos los actores internacionales en el conflicto cometieron fue tratar con
condescendencia a los actores locales que protagonizaban las disputas. Las
potencias y organizaciones internacionales, comenzando por la Unión Europea,
pasando por las Naciones Unidas y finalizando por los Estados Unidos consideraron
que aquello iba a ser una especie de Berlín 2 que aquellos estados eran los mismos
del siglo XIX a los cuales se les dominaba con extrema facilidad. Se equivocaron, y
su error fue aprovechado por los agentes locales que supieron manipular a la
perfección a las potencias internacionales para poder conseguir sus objetivos en el
espacio balcánico.
En la actualidad, el sueño de unir a los eslavos del sur ha quedado como una
anécdota, como un vestigio del pasado. Sin embargo, los siete estados que han
sustituido a la antigua Yugoslavia tienen que hacer frente a problemas que ya
existían incluso antes de su formación. La federación ya no existe y es probable que
en el futuro tampoco lo vuelva a hacer. Sin embargo, la historia de los Balcanes
demuestra que las estructuras estatales van y vienen, pero que las nacionalidades
permanecen. Por eso, Eslovenia, Croacia, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia,
Montenegro y Kosovo deben recuperar el ideal yugoslavo y trabajar conjuntamente
en las cuestiones características de los Balcanes si quieren un futuro de largo
recorrido para sus estructuras estatales.
A raíz de los acontecimientos antes mencionados, y para dar tratar de organizar
algunas ideas analíticamente, me permito formular unas preguntas las cuales creo
,que ayudaran a comprender un poco más el tema, pues a mi manera de ver es un
10. conflicto un poco complicado, ya que se vinieron desarrollando guerras civiles entre
las mismas republicas de Yugoslavia, lo cual hace que se generen preguntas y no
está de más que las adjunte en este escrito, creo que es una de las mejores formas
para suplir vacíos cuando realizamos una investigación o un seguimiento por decirlo
así, a un tema tan interesante como es el que en estos momentos abordo y
desarrollo, tratando de comprender y expresar sobre mi tema, el cual
complementare de conformidad a las siguientes preguntas.
¿POR QUÉ ENTRÓ EN CRISIS EL ESTADO FEDERAL YUGOSLAVO. como
sucedió en otros países del área a un enfrentamiento entre Diría que en el Estado
federal yugoslavo la ausencia de pluralidad ideológica se vio acompañada de un
notable grado de descentralización, que convirtió a las repúblicas, y a las divisiones
administrativas menores, en agentes políticos de relieve. Entre 1945 y 1990 las
tensiones internas en el Estado federal reflejaban disputas nacionales entre esos
poderes territoriales, y no se hacían sentir, por tanto, en la forma de enfrentamientos
ideológicos, Cuando los problemas económicos y la muerte del mariscal Tito
aceleraron la crisis, las tensiones se agudizaron, pero se mantuvieron en el mismo
escenario, la desintegración del viejo régimen no dio lugar izquierda y derecha, sino
que se tradujo en una repetición de la tradicional colisión entre naciones, producto,
ante todo, de la ruptura de las reglas del juego protagonizada por las autoridades
serbias. Las disputas ideológicas sólo aparecieron en el interior de cada una de las
repúblicas que integraban el Estado federal. En los dos últimos decenios
Yugoslavia experimentó una significativa crisis económica. La economía se
mostraba incapaz de extraer provecho de algunas de sus innegables ventajas en
comparación con otros países del área: su descentralización, su relativa focalización
en el consumo, algunos elementos próximos a las economías de planificación
centralizada adquirieron, entre tanto, un renovado vigor, en la forma de una
poderosísima burocracia, de una notable falta de estímulos o de una evidente
ineficacia en la gestión. El país, que importaba con facilidad las crisis que llegaban
de Occidente, no había conseguido mitigar agudas tensiones internas, como las
derivadas de la existencia de alarmantes diferencias de desarrollo: éstas
configuraban un norte rico (Eslovenia, Croacia), un sur manifiestamente
11. empobrecido (Montenegro, Kosovo, Macedonia) y un centro a mitad de camino
entre una y otra situación (Serbia, Bosnia).
¿CUÁL ES LA NATURALEZA DE LOS CONFLICTOS YUGOSLAVOS? La
naturaleza de las crisis yugoslavas remite a una poderosa reaparición de la historia,
en la cual los elementos ideológicos desempeñan un papel menor. Muchos
enfrentamientos lo son entre etnias, culturas, lenguas, religiones, y no entre
ideologías políticas o sistemas económicos. Muy en particular, es imposible
identificar en la arena yugoslava una colisión entre el comunismo, que de acuerdo
con una interpretación estaría representado por las autoridades serbias, y la
democracia liberal, representada por las autoridades eslovenas y croatas. Hay, bien
es cierto, una significativa oposición, de evidentes resonancias ideológicas, entre el
proyecto multiétnico y multicultural que una buena parte de la población bosnia, la
mayoría de los musulmanes, pero también, y con ellos, muchos serbios y croatas
ha intentado defender, y el proyecto exclusivista y xenófobo avalado por los
gobiernos de Serbia y de Croacia. Más allá de las observaciones anteriores,
satanizar al nacionalismo haciéndolo responsable de todos los males es olvidar, al
menos, dos cosas. En primer lugar, hay diferentes tipos de nacionalismo no es
comparable el comportamiento exhibido por un nacionalismo agresivo el hoy
imperante en Serbia, el demostrado por nacionalismos que han buscado el diálogo
y la cooperación entre etnias, el dominante entre los musulmanes bosnios y el
desplegado por una comunidad humana decidida a resistir frente a una visible
agresión externa, el nacionalismo que se hace notar en estas horas entre los
albaneses de Kosovo. En segundo lugar, no está de más recordar que en buena
medida los conflictos yugoslavos remiten, como ya hemos señalado, al
comportamiento de grupos humanos en el poder primero el gobernante en Serbia,
más adelante el imperante en Croacia, que se han servido del nacionalismo para
preservar su condición de privilegio: en este marco, el nacionalismo más bien
parece un instrumento que la causa primera de los problemas. Por último, los
conflictos yugoslavos obligan a distinguir, como tantas otras veces, entre los
pueblos y los gobiernos: no estamos ante un enfrentamiento entre comunidades
humanas en el cual unas sean un dechado de perfecciones y otras alarmantes
12. engendros del mal. El papel central, la dispersión de la población por las repúblicas
limítrofes, el control sobre una poderosa maquinaria militar y la reapertura de viejas
heridas han colocado en manos de Serbia unas capacidades que no han estado al
alcance de otras naciones.
¿QUIÉN ROMPIÓ, EN LOS HECHOS, EL ESTADO FEDERAL YUGOSLAVO?
Puedo decir según lo que e investigado respecto del tema que Junto al efecto
combinado de los factores ya mencionados se hizo sentir un elemento que ya he
nombrado y es su deseo de mantenerse en el poder, y me refiero a la élite
gobernante de una de las repúblicas, Serbia, decidió acometer, encabezada por
Milosevic, un giro radical en su mensaje político en beneficio de un nacionalismo de
perfiles cada vez más agresivos. Milosevic se ocupó de llamar la atención sobre la
presunta discriminación que padecían los serbios fuera de su república. El
nacionalismo que cobraba cuerpo se asentaba, además, en la idea de que el
fortalecimiento pasado del Estado federal había operado siempre en detrimento del
fortalecimiento de Serbia . Entre 1986 y 1991 las autoridades serbias acometieron
diversas rupturas en las reglas del juego del Estado federal Abolieron los estatutos
que conferían a Kosovo y a la Vojvodina la condición de regiones autónomas,
desplegaron un discurso de clara, y eventualmente violenta, defensa de los
intereses de los serbios residentes en las restantes repúblicas, Postularon una
abierta recentralización de las relaciones internas en el Estado federal en detrimento
de los poderes republicanos, establecieron significativas obstrucciones a la
sucesión, rotatoria, en la presidencia de aquél, y rechazaron cualquier proyecto
político que pusiese en cuestión el derecho de todos los serbios a vivir en un solo
Estado, en su momento no dudaron en apoyar, en fin, la configuración en Croacia y
Bosnia de regiones autónomas que en los hechos eran pequeños estados con
pretensión de independencia.
QUIÉNES RECHAZARON LA CONVERSIÓN DEL ESTADO FEDERAL EN UNA
CONFEDERACIÓN? En 1990 y 1991, y ante todo por la oposición de las
autoridades serbias, se le cerró el camino a cualquier opción confederal. Cuando la
crisis empezó a adquirir perfiles peligrosos, cuatro de las seis repúblicas yugoslavas
13. Eslovenia, Croacia, Bosnia y Macedonia reclamaron la conversión del Estado
federal en una confederación de estados libres e independientes. A la luz de lo
sucedido después, ese proyecto confederal se antoja que hubiera sido mucho más
civilizado y razonable que lo que a la postre ganó terreno, hubiese preservado la
existencia de políticas comunes entre las repúblicas, en el ámbito, por ejemplo, de
la conservación de espacios económicos conjuntos o de la determinación de una
política exterior colectiva. Hubiese permitido, en fin, dejar de lado un escenario en
el que se apreciaban por todas partes los efectos de la ruptura en las reglas del
juego del Estado federal acometida por las autoridades serbias.
¿HAY ALGUNA RAZÓN DE PESO EN LAS TESIS ESGRIMIDAS POR LAS
AUTORIDADES SERBIAS? Digo que, Cuando las autoridades serbias ofrecen
alguna explicación sobre su comportamiento, su argumento central es siempre el
mismo: el abandono unilateral, que Eslovenia y Croacia protagonizaron, del Estado
federal creó problemas muy graves a los serbios presentes en otras repúblicas,
cuyos derechos fueron violentados. En consecuencia, la desaparición de la
federación eximió a Serbia de cualquier obligación de respeto de las fronteras inter
republicanas existentes con anterioridad a la primavera de 1991. Esta tesis que,
como todas, algo tiene de verdad se asienta en un voluntario olvido de la naturaleza
de la política desplegada por el gobierno serbio con posterioridad a 1986. Las
autoridades serbias protestan por algo que no fue sino una consecuencia de su
propio comportamiento, si no hubiesen roto las reglas del juego en el Estado federal,
probablemente la secesión de Eslovenia y de Croacia no se hubiese producido las
responsabilidades correspondientes hubiesen sido, entonces, otras y no hubiesen
sido violentados los derechos de los serbios presentes en esas repúblicas. Esto
aparte, la constante acusación de inconstitucionalidad que recibieron, del lado
serbio, los referéndum de autodeterminación celebrada en Eslovenia, Croacia,
Bosnia, Macedonia y Kosovo no impidió que las minorías serbias de la Krajina
recurrieran al mismo procedimiento y que los responsables gubernamentales de
Belgrado viesen con buenos ojos otro referéndum, el de Montenegro, que era
visiblemente favorable a sus intereses. Este es un ejemplo más de cómo la política
de las autoridades serbias mostró en los hechos un escaso respeto por normas y
14. principios. Los argumentos del gobierno serbio no aciertan a explicar, en fin, qué
justificación puede haber para el salvaje método empleado, lo que se ha dado en
llamar limpieza étnica. Existe una dramática desproporción entre la naturaleza de la
ofensa la conculcación de los derechos de los serbios en diferentes regiones y la
naturaleza de la respuesta el uso de la fuerza, en primer lugar, y el despliegue de
operaciones de limpieza étnica.
¿CÓMO SE EXTENDIÓ LA GUERRA A BOSNIA? A los conflictos en Eslovenia y
en Croacia les siguió, en abril de 1992, una extensión de la guerra a Bosnia, en
donde también existían significativas bolsas de población serbia. El esquema de
culpas compartidas que he trazado para explicar la crisis croata no sirve para dar
cuenta de los acontecimientos bosnios, en los que es fácil identificar una clara
víctima, el grueso de la población musulmana y aquellos croatas y serbios que se
pusieron de su lado. El referéndum de autodeterminación celebrado a principios de
1992 en Bosnia se tradujo en un respaldo mayoritario al proyecto de una república
independiente y multiétnica, que reproducía bien a las claras el temor de muchos
bosnios a lo que empezaba a ser una realidad preocupante: una Yugoslavia en la
que a la luz de lo ocurrido en Croacia y de la independencia de esta última y de
Eslovenia la dominación serbia era un claro problema. El gobierno bosnio había
sentado, por lo demás, las bases de un equilibrio entre las tres principales
comunidades residentes en la repúblic musulmanes, serbios y croatas. Había
garantizado, así, un grado notabilísimo de descentralización en la toma de
decisiones, había repartido el poder entre las tres etnias y, por encima de todo,
había decidido prescindir de las unidades de defensa territorial que correspondían
a la república. La respuesta de las autoridades serbias, apoyadas de nuevo en el
ejército federal, fue la misma que en Croacia. La limpieza étnica se abrió camino en
regiones muy extensas de Bosnia, mientras la capital de la república, Sarajevo, era
objeto de un constante acoso militar. Un porcentaje elevadísimo de la población, y
fundamentalmente de la población musulmana, se vio obligado a abandonar sus
casas y a buscar refugio en otras áreas de la república, en Croaciao en otros países.
Con el paso del tiempo las propias milicias croatas presentes en buena parte del
15. territorio de Bosnia desarrollaron también operaciones de limpieza étnica, con la
víctima principal, de nuevo, en la población musulmana.
¿QUÉ FUE EL PLAN VANCE-OWEN? ¿QUÉ SIGNIFICA LA PARTICIÓN DE
BOSNIA? Durante bastantes meses la principal concreción de las presiones
internacionales para la resolución del conflicto de Bosnia fue el llamado plan Vance-
Owen. En su esencia, el plan pretendía garantizar, al menos formalmente, la
integridad territorial y la soberanía de Bosnia. Determinaba también una decena de
cantones cuya dirección política se fijaba con arreglo a criterios étnicos, en unos de
ellos el gobierno estaría encabezado por musulmanes, en otros por serbios y en
otros, en fin, por croatas. Con el paso del tiempo ha perdido importancia que el plan
que nos ocupa le confiriese un carácter legal a una división en cantones asentada
en visibles y aberrantes criterios étnicos. También la ha perdido el hecho de que la
comunidad internacional confiase en que criminales de guerra como Radovan
Karadzic el principal dirigente de las milicias serbias de Bosnia y Mate Boban su
homólogo croata, no precisamente caracterizados por su respeto de los derechos
de las minorías, se aprestasen a encabezar el gobierno de alguno de esos cantones.
Quienes pensaban que el plan Vance-Owen institucionalizaba los resultados de
largos meses de sistemática limpieza étnica podían contentarse con la idea de que
garantizaba la preservación de Bosnia como Estado independiente y soberano.
Pero ni siquiera el plan Vance-Owen consiguió abrirse paso, toda vez que, a
mediados de 1993, la comunidad internacional acabó dándo su visto bueno a la
propuesta serbio-croata de partición de Bosnia en tres estados étnicamente
homogéneos. Las protestas del gobierno legítimo de la república, que seguía
empeñado en defender una Bosnia interétnica e intercultural como la que se
manifestaba en su propia configuración, toda vez que en él participaban
musulmanes, serbios y croatas, no se trataba, por tanto, de un gobierno musulmán,
apenas sirvieron de nada la comunidad internacional, deseosa de quitarse de
encima un engorroso problema, prefirió respaldar una vez más a los fuertes y cerrar
los ojos antes las consecuencias, en este caso evidentes, de su comportamiento.
El plan de partición prácticamente acababa con toda ficción de Estado común y, en
la línea trazada por el plan Vance-Owen, su antecesor en todos los sentidos,
16. respaldaba en los hechos los resultados de la conquista de territorios por la fuerza.
Significativo es que los dos gobiernos autoritarios de la zona, el croata y el serbio,
se pusiesen de acuerdo para repartirse un territorio, el de Bosnia, en visible perjuicio
de quienes eran la mayoría en él: los bosnios musulmanes. Al amparo de lo que la
comunidad internacional ha decidido premiar, el Estado musulmán que puede ver
la luz, no tendrá demasiados motivos para preservar su voluntad de reafirmación
multiétnica, aparte de verse en la obligación de afrontar ingentes problemas de
supervivencia. Mientras es probable que las repúblicas serbia y croata de Bosnia
acaben sumándose a sus estados matrices respectivos, una situación semejante a
la de Palestina en 1947-1948 ha cobrado cuerpo, en fin, en un escenario desde el
que en estas horas se transmite un inquietante mensaje al resto del continente
europeo, los señores de la guerra se han salido con la suya, han conseguido mover
en su provecho las fronteras, han consolidado formaciones político-territoriales
asentadas en la pureza étnica y lo han hecho, además, con el beneplácito de la
comunidad internacional. Aunque el acuerdo bosnia-croata de principios de 1994
puede alterar en alguna medida esta situación, el problema de fondo sigue siendo
el mismo.
Y para dar respuesta a mi planteamiento del problema en la cual me pregunto ¿por
qué entró en crisis el estado federal yugoslavo? ¿Qué papel ha desempeñado la
comunidad internacional en la gestación de los conflictos yugoslavos? Me permitiría
decir que esa respuesta ya la he resuelto pues como dije anteriormente se entra en
la crisis cuando el presidente TITO fallese, es donde se empiezan a generar una
serie de factores que hace que cada republica busque su independencia a través
de guerras, y para resolver de la manera mas adecuada la segunda pregunta de mi
problema jurídico creo que Sea cual sea la perspectiva de análisis, y pese a lo
afirmado unas líneas más arriba, es evidente que el comportamiento de la
comunidad internacional en relación con los conflictos yugoslavos ha dejado mucho
que desear. La diferencia en la actitud, y en los movimientos, que la ONU ha
exhibido en relación con las sucesivas crisis, y la adoptada en el pasado en lo que
respecta al conflicto del Golfo, es palmaria, como lo es el plegamiento que el máximo
organismo internacional demuestra para con los intereses de las grandes potencias.
17. Al respecto, el comportamiento de la CE es bien gráfico, Claramente superada por
los acontecimientos, dividida en cuanto a las opiniones y dependiente en muchos
casos de las peculiaridades de cada uno de los estados miembros, la CE no ha
dudado en respaldar ostentosas conculcaciones del derecho de autodeterminación
y ha reaccionado siempre de manera tardía al uso de la fuerza. La práctica pacífica
de la fórmula referendaria no consiguió, por lo demás, lo que sí lograron unas
semanas de sangriento conflicto bélico, el reconocimiento de la independencia de
las nuevas repúblicas. La CE ha sido rehén, en fin, de intereses particulares, como
los blandidos por Alemania en los casos de Eslovenia y Croacia ya nos hemos
referido a ello, o por Grecia en el de Macedonia. Sean cuales sean las opiniones,
es innegable que ha existido cualquier cosa menos una política comunitaria
dispuesta a hacer valer, con premura, consensos y principios. Con estos
antecedentes, y tras un período de incertidumbres, no es difícil imaginar el futuro.
Lo que ya es la Unión Europea bien puede dar su visto bueno a lo que en unos
casos, Croacia parece una activa revisión de fronteras llamada a ratificar los efectos
de las políticas de limpieza étnica, en otros Bosnia-Herzegovina la desaparición de
un Estado independiente y soberano, y en un tercero Kosovo la consolidación de
las arbitrariedades y de los abusos protagonizados por los dirigentes serbios.
Estamos, en suma, ante un triunfo más y ésta es la tónica comunitaria de los
intereses sobre los principios. Pese a las apariencias, no son muy diferentes las
cosas que pueden decirse con respecto a la política norteamericana.
Supuestamente más inclinados a defender principios y derechos, en la realidad los
EE.UU. no han hecho valer ninguna de sus amenazas ni han intervenido
militarmente, ni han garantizado el suministro de ayuda humanitaria, ni han
rechazado una aberración política como es el plan de partición de Bosnia. Mientras,
la Federación Rusa poco más ha hecho que ratificar viejas tendencias históricas
que la aproximaban a Serbia y a su mundo. La serbio filia permea a todas las
corrientes políticas en Rusia, y no sólo a aquéllas que se ha dado en identificar
como conservadoras o ultranacionalistas. Por ende y ya para culminar a mi manera
de entender este problemática, creo que es necesario aplicar un control de
convencionaliad aunque en principio Yugoslavia no haga parte de corte penal
18. internacional, creo que se vulneraron derechos de personas que aún no se han
compensado o reparado, es entonces donde me realizo una pregunta más, y es de
¿ qué ha pasado con la corte europea, la unión Europea la ONU, y del porque solo
buscan el bien común antes de prevalecer los derechos y principios? es la única
respuesta que no desarrollare ya que realmente no la logre percibir más que, solo
se busca el interés propio y además, de otra manera en la cual, las guerras
presentadas me han enseñado por decirlo así, son el medio de buscar poder, y
ejercerlo sobre otros sin importar el bienestar de la población civil, con el fin de
conseguir el objetivo .
Realmente ya para culminar quiero dar a conocer que realmente no se presentó
control de convencionalidad puesto que se realizaron varios abusos en contra de
los derechos humanos, ya que con la llegada de los ustachis que eran los
nacionalistas checos leales a los nazis, masacraron a miles de serbios para lo cual
llega Tito a tratar de dirimir esta masacre y ,realmente los estados e instituciones
internacionales no llevaron a cabo ningún plan o tipo de ayuda para solventar dicho
conflicto sino hasta el final, ya cuando realmente cesaba o culminaba el conflicto,
luego la guerra de Kosovo que aún está latente dejo un millón de muertos, y sin
dejar a un lado las multitudes de muertos que se generaron en un mar de sangre
con la llegada de Milosevic, siento que esta guerra política, religiosa y multiétnica,
solo sirvió para la independencia de los países que antes conformaba Yugoslavia,
pero nos damos cuenta que a través de los años aún sigue latente aquellos hechos
de aquella guerra que violo derechos humanos de manera radical, y aun está latente
la guerra presentada en Kosovo, pues hoy en día hay tensión por dicho conflicto
que aún no acaba.