1. 22 de Abril de 2018 – Número 753
TARIFA DE GAS SUBIÓ EL DOBLE QUE
LA INFLACIÓN
El sinceramiento tarifario es tan antipático como necesario. Pero la alternativa de
emitir billetes para pagar subsidios es socialmente más costosa porque potencia la
inflación. Una manera de morigerar los impactos negativos del sinceramiento es
disminuir la carga impositiva espuria que encarece las tarifas.
Los ajustes de las tarifas de luz, gas, agua y transporte público están provocando mucho
fastidio en la población. El creciente malestar indujo a que se presentaran iniciativas
legislativas que disponen detener y/o revisar el aumento. El planteo tiene escaso sustento
técnico y mucho de oportunismo, pero el rechazo de la población sigue siendo
mayoritario y enfático.
El principal argumento es el impacto negativo de los “tarifazos” sobre las familias de más
bajos ingresos y las pequeñas empresas. Esto es explícito y visible. Pero usar fondos
públicos para mantener las tarifas por debajo de los costos que demanda producir los
servicios lleva, por un lado, a la escasez y a la baja calidad de los servicios y, por el otro, a
mayor inflación porque obliga a pagar subsidios con emisión monetaria. Los costos
sociales ocultos de no actualizar las tarifas se manifiestan a través de menos
producción y empleo, deterioro de los servicios, daño al medio ambiente y una
distribución del ingreso más regresiva, tanto porque se exacerba la inflación como
porque se usan fondos públicos para que sectores medios y altos de la sociedad paguen los
servicios a precios artificialmente bajos.
Para corregir el atraso tarifario es necesario dimensionar su magnitud. Tomando como
referencia los ajustes en la tarifa de gas residencial en la Ciudad de Buenos Aires, con datos
de facturación de la empresa Metrogas, se observa que:
• En el 2016 el metro cúbico de gas subió 49%, mientras que la inflación fue 41%.
• En el 2017 el metro cúbico de gas subió 88%, cuando la inflación fue 25%.
• A abril del 2018 el gas ya subió 41% cuando la pauta de inflación anual es de 15%.
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2. Estos datos muestran que desde que empezó el proceso de sinceramiento, el precio del gas
residencial viene subiendo consistentemente muy por encima de la inflación. En el
acumulado desde el año 2016 a la fecha, el precio del gas residencial subió el doble
que la inflación. Esto se produjo aun cuando la Corte Suprema mediante un fallo dispuso
imprimirle gradualidad al sinceramiento. Se ve con claridad que la decisión de la Justicia
difirió temporalmente el problema, pero no aporto soluciones ni evitó enervar a la población.
Lo recomendable es que la tarifa cubra la totalidad de lo que cuesta producir el
servicio público. Esto permite financiar las inversiones que mantendrán la calidad del
servicio e inducir a la población a su uso racional. Para las familias de menores ingresos
es necesario gestionar un esquema de tarifa social. Para el resto de las familias es
pertinente establecer una tarifa plana, mecanismo por el cual momentos de mucha
necesidad de consumo (invierno para el gas, verano para la luz) son financiados por
períodos de baja necesidad.
Otro punto clave a tener en cuenta es que, aprovechando el atraso tarifario, los Estados
nacional, provinciales y municipales dispusieron una maraña de impuestos y tasas sobre las
tarifas. Como parte del sinceramiento se debería revertir este proceso. Una manera
práctica de hacerlo es estableciendo que los próximos aumentos de tarifas queden
exentos de todos los impuestos y tasas. Se trata de un mecanismo análogo al que se usa
en materia salarial con los componentes no remunerativos para alivianar el peso de las
cargas sociales sobre los aumentos de salario. En la misma lógica, esta herramienta puede
alivianar el peso de los impuestos sobre el sinceramiento tarifario. No es una solución óptima
pero ayuda a mejorar la situación achicando la brecha entre el esfuerzo que hacen las
familias y las empresas para pagar los servicios públicos y lo que reciben las empresas
proveedoras. En otras palabras, con el mismo esfuerzo de los consumidores se lograría una
mayor recomposición de los ingresos de los productores de servicios públicos.
Posponer los aumentos de tarifa no solo no resuelve el tema sino que agrava los costos
económicos y sociales. En lugar de plantear dilaciones oportunistas y demagógicas es
necesario buscar soluciones innovadoras. Una de ellas es establecer que a partir de
ahora todos los aumentos tarifarios queden exentos de cualquier tipo de imposición.
Aumentos en la tarifa de gas residencial en CABA e inflación
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