Los excesos de gasto público ponen piso a la inflación
1. 17 de Enero de 2016 – Número 635
LOS EXCESOS DE GASTO PÚBLICO
PONEN PISO A LA INFLACIÓN
El gobierno hizo explícitas sus metas de reducción de la inflación. Aunque
modestas, cumplirlas exige un programa integral de reducción en los excesos de
gasto público producidos en los últimos años. Abordar los bolsones más visibles de
empleo público espurio es apenas uno de los componentes. Mucho más importante
como determinantes del crecimiento del gasto público es la expansión
indiscriminada de jubilaciones sin aportes y subsidios económicos a empresas.
Las autoridades económicas explicitaron que la meta de inflación para el presente año será
de entre 20% y 25% anual. Se trata de un nivel inferior al del año pasado, pero no muy
diferente al observado en años anteriores. Se planteó además que el ritmo de crecimiento en
los precios irá disminuyendo progresivamente hasta alcanzar niveles de un dígito entre los
años 2018 y 2019. Comparado con otros países, incluso los vecinos, se trata de metas muy
modestas. Hay un reconocimiento de que la Argentina no sólo sufre una de las inflaciones
más altas del mundo sino que la seguirá soportando por varios años más.
El principal motivo es el muy alto déficit fiscal. Aun con record de presión tributaria, los
ingresos no alcanzan para cubrir las erogaciones del Estado. La consecuencia es una
masiva emisión monetaria que impacta sobre los precios. Esto marca la importancia crucial
de encarar un programa integral de reducción del gasto público.
Para abordar la tarea de disminuir el gasto público es importante identificar los principales
componentes del incremento. Según los datos del Ministerio de Economía, entre los años
2004 y 2014, la presión impositiva nacional creció 8 puntos porcentuales del PBI mientras
que el gasto público 12 puntos del PBI. Dentro del crecimiento del gasto se destacan:
• El gasto en personal e insumos subió en 2 puntos porcentuales del PBI.
• El gasto previsional subió en 4 puntos porcentuales del PBI.
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2. • El gasto en subsidios económicos (tarifas y empresas públicas) subió en 4 puntos
porcentuales del PBI.
Estos datos muestran que sólo estos tres componentes de gasto público explican 10 de los
12 puntos porcentuales de PBI que subió el gasto público. Además, si bien el exceso de
contratación de personal en el Estado ha sido un factor importante de expansión, no fue el
principal. Mayor incidencia cuantitativa tuvo la expansión del gasto previsional vía el
otorgamiento indiscriminado de jubilaciones sin aportes y los subsidios para sostener el
retraso de las tarifas de servicios públicos y los déficits de las empresas del Estado.
Los primeros pasos tendientes a corregir las manifestaciones más visibles de uso del Estado
para distribuir empleo a militantes, familiares y amigos vienen siendo avalado por gran parte
de la sociedad. Pero frente a la magnitud del déficit fiscal, es imprescindible incorporar en la
agenda de políticas públicas la revisión de las reglas que rigen el sistema previsional, reducir
los subsidios económicos normalizando las tarifas de servicios públicos y erradicar las
ineficiencias, abusos y corrupción en las empresas del Estado.
No menos importante son los aspectos cualitativos. La sistemática depredación y
colonización que sufrió el Estado plantea un enorme desafío de reconstrucción.
Aunque el sector público nunca tuvo tantos empleados, en los niveles centrales y en
numerosas delegaciones del interior, la gestión de la asistencia social se privatizó en las
organizaciones sociales. Los conflictos en Jujuy demuestran las resistencias que se
enfrentan para lograr que el Estado recupere la gestión. Fenómenos parecidos ocurren en
las empresas públicas como lo señala el caso de Aerolíneas Argentinas donde gran parte de
los subsidios que se le transfieren son apropiados por intereses privados.
Con resignación hay que asumir que la inflación, con todas sus secuelas económicas
y sociales negativas, seguirá siendo alta por varios años. La principal razón son las
dificultades para financiar el muy alto déficit fiscal, aún en un escenario de nuevo acceso al
crédito internacional. Esto marca la altísima importancia de que todas las áreas del sector
público adopten criterios de austeridad y simultáneamente incorporen innovación y
profesionalismo. El desafío no sólo es reducir el déficit fiscal sino también reconstruir
el Estado. Esto implica un profundo cambio de prioridades. En lugar de que el Estado sea la
vía para que dirigentes sociales o empresas privadas se apropien de fondos públicos, debe
pasar a actuar como un instrumento de progreso económico y social.
Aumento de la presión impositiva y los principales componentes del gasto público
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