Continuamos con el ciclo de charlas sobre las emociones y su aplicación en la vida diaria desde la perspectiva física, psicológica y bíblica. Para escuchar el audio puedes dar clic en el siguiente link: http://goo.gl/lHG3Zn
Las anteriores charlas se pueden encontrar en la página de SlideShare de Ejecutivos y Empresarios (http://www.slideshare.net/EjecutivosyEmpresarios). Son bienvenidos todos los comentarios o si desean compartir esta información pueden hacerlo con total libertad.
3. Agenda 2015
1. El manejo de las emociones.
2. Ira.
3. Miedo y ansiedad.
4. Tristeza y vergüenza.
6. Sorpresa, esperanza y compasión.
7. Taller.
8. Alegría y humor.
9. Amor y felicidad.
10. Expresión de las emociones.
11. Síntesis y cierre.
4. Recordemos…
Emociones; son reacciones
naturales que nos permiten la
adaptación a ciertos estímulos
ambientales ó de uno mismo.
Algunos componentes de las
emociones, Reacciones
fisiológicas y Los
pensamientos.
5. Emociones negativas; Tristeza y Vergüenza.
Tristeza: Sentimiento de dolor anímico producido por un suceso
desfavorable que suele manifestarse con un estado de ánimo
pesimista, la insatisfacción y la tendencia al llanto..
Es la emoción que activa el proceso
psicológico que nos permite superar
pérdidas, desilusiones o fracasos.
Nos permite establecer distancia con
las situaciones dolorosas para
impulsar la interiorización y
cicatrización del dolor generado por
ellas. Así mismo, el sentir tristeza,
nos ayuda a empatizar con la tristeza
de los otros y así crear redes de
apoyo y consuelo.
6. Emociones negativas; Tristeza y Vergüenza.
Vergüenza: Turbación del ánimo, que suele encender el color
del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por
alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena.
La vergüenza es un sentimiento que
cubre y esconde.
Es la creencia dolorosa en una
deficiencia de uno mismo. Cuando
alguien hace algo malo, se siente
culpable. Entonces, aquel que tiene
vergüenza dice: “No hice algo malo, sino
soy malo; soy culpable”.
La vergüenza no es hacer algo, sino
sentir que somos inadecuados.
7. La tristeza es una emoción útil
aunque dolorosa puesto que
es el punto de arranque del
proceso de aceptación de una
realidad que nos daña.
A nivel físico: llanto, retardo psicomotor, rostro abatido, falta
de apetito, problemas de sueño.
A nivel mental focalización de la atención en la situación
problemática, dificultad para mantener la mente en blanco,
problemas de concentración, pensamientos intrusivos sobre la
situación.
A nivel conductual la persona se encuentra desmotivada para
realizar las tareas cotidianas y actividades sociales.
Emociones negativas; Tristeza.
8. A nivel físico: Rubor, sudoración excesiva, mareo,
temblores.
A nivel mental Sentirse como niños, "black-outs“,
problemas de habla.
A nivel conductual
• Se nos dificulta mirar a la persona que nos avergüenza.
• En su presencia, nos sentimos muy chiquitos, débiles,
expuestos y vulnerables.
• Entre más tiempo permanezcamos en esa relación, nos
sentiremos peor con nosotros mismos.
• Nos sentimos demasiado dañados y antipáticos para
merecer respeto. Tenemos pensamientos que aumentan
la vergüenza hasta sentimos menos que humanos.
Emociones negativas; Vergüenza.
9. Tristeza desde la perspectiva
bíblica
La tristeza es también una herramienta que Dios usa para
dejarnos ver en qué hemos estado poniendo nuestra
confianza.
(2Co 7:9-11)
La tristeza que viene de Dios produce arrepentimiento
(v.10) puesto que revela nuestros ídolos, y aunque esto
no es fácil y sí doloroso de reconocer; uno llega a estar
agradecido con Dios por hacernos pasar por esos
momentos.
10. Vergüenza desde la perspectiva
bíblica
Sentir vergüenza no esta mal, antes eso habla que en ti
aún está activo el Espíritu Santo que es quien te
redarguye y te hace sentir que lo que hiciste estuvo mal.
(Jua 16:7-8)
Ahora bien, de sentir vergüenza por haber fallado a
permitir que esa vergüenza te aleja de Dios, allí si existe
un problema.
(Gén 3:7-10 NVI)
11. Venciendo la tristeza y la
vergüenza
1. El pasado es pasado y Cristo te ha hecho nueva persona.
(2Co 5:17)
2. Lo que hiciste por mal que estuviera, si ya le pediste perdón a
Dios, él ya te perdono.
(Isa 43:25).
3. Tienes que dejar atrás todo eso que nada bueno te trae y
proseguir hacia la meta.
(Flp 3:13-14)
4. Trata de pensar en lo bueno.
(Flp 4:8-9)
5. Recuerda, la posición en la que Cristo te tiene hoy en día.
(Gál 2:20)
(Sal 42:11) (1Sa 16:1)
12. ¡SEÑOR, Dios de Israel, tú eres justo!
Tú has permitido que hasta hoy
sobrevivamos como remanente.
Culpables como somos, estamos en tu
presencia, aunque no lo merecemos.»
(Esd 9:15)
Notas del editor
Continuamos con el ciclo de charlas sobre las emociones y su aplicación en la vida diaria desde la perspectiva física, psicológica y bíblica. Las anteriores charlas se pueden encontrar en la página de SlideShare de Ejecutivos y Empresarios (http://www.slideshare.net/EjecutivosyEmpresarios), además, los audios ya se encuentran colgados en la página de Casa Sobre la Roca, en el apartado de nuestro ministerio en la ciudad de Medellín
Es necesario recordar que las emociones son algo natural, Dios nos ha dotado con emociones como “un sistema de retroalimentación concebido para captar su atención de modo que usted pueda examinar la validez de su meta (…) cuando una experiencia o una relación lo deja sintiéndose enojado, ansioso o deprimido, esas emociones son señales para alertarle a que puede estar atesorando una meta defectuosa que se basa en una creencia equivocada. Nos enojamos si nuestras metas son bloqueadas. Nos sentimos ansiosos si nuestras metas son inciertas. Nos deprimimos si percibimos nuestras metas como imposibles, porque el corazón de la depresión es la desesperanza” Devocional Diariamente en Cristo, de Neil y Joanne Anderson
Es la emoción que activa el proceso psicológico que nos permite superar pérdidas, desilusiones o fracasos. Nos permite establecer distancia con las situaciones dolorosas para impulsar la interiorización y cicatrización del dolor generado por ellas. Así mismo, el sentir tristeza, nos ayuda a empatizar con la tristeza de los otros y así crear redes de apoyo y consuelo.
La vergüenza es un sentimiento que cubre y esconde.Cubre sobre todo la emoción primaria de enojo, que evoca una contra-agresión que tiene su procedencia en la educación.Esconde indicios de penosidad y ridículo.
La vergüenza es la creencia dolorosa en una deficiencia de uno mismo. Cuando alguien hace algo malo, se siente culpable. Entonces, aquel que tiene vergüenza dice: “No hice algo malo, sino soy malo; soy culpable”. Eso es la vergüenza.
La vergüenza no es hacer algo, sino sentir que somos inadecuados. Es pensar que somos defectuosos y que los demás nos van a abandonar por ello. Por eso, cuando tenés vergüenza, inmediatamente la ocultás. A nadie le gusta pasar vergüenza; uno quiere que nadie se dé cuenta.
La tristeza es una experiencia difícil para el ser humano. Siempre se siente como algo no natural, inclusive hasta llegando a causar que nos sintamos enfermos físicamente. Es una experiencia inevitable y aun así parece siempre tomarnos por sorpresa.
Mucha de nuestra tristeza tiene que ver con nuestras expectativas, ilusiones y sueños no cumplidos. Nos da tristeza el pensar en las cosas que “pudieron ser” pero también nos da tristeza el pensar en aquellas que nunca regresarán. Y es que uno pierde cierta “inocencia” al darse cuenta de que vivíamos con ilusión y sueños, pero lamentablemente muchas veces cegados a la realidad. La tristeza nos deja sin fuerza, sin energía, sin pasión, sin esperanza y propósito.
Sin embargo, la tristeza es también una herramienta que Dios usa para dejarnos ver en qué hemos estado poniendo nuestra confianza.
(2Co 7:9-11)
Sin embargo, ahora me alegro, no porque se hayan entristecido sino porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo que nosotros de ninguna manera los hemos perjudicado. La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte. Fíjense lo que ha producido en ustedes esta tristeza que proviene de Dios: ¡qué empeño, qué afán por disculparse, qué indignación, qué temor, qué anhelo, qué preocupación, qué disposición para ver que se haga justicia! En todo han demostrado su inocencia en este asunto.
La tristeza entonces es un regalo de Dios que nos hace parar de la dirección dañina en que nos encontrábamos para evaluar y apretar el botón de “reset”. La tristeza que viene de Dios produce arrepentimiento (v.10) puesto que revela nuestros ídolos, y aunque esto no es fácil y sí doloroso de reconocer; uno llega a estar agradecido con Dios por hacernos pasar por esos momentos.
¿Está mal que nos de vergüenza?,
definitivamente no está mal, al contrario eso habla que en ti aún está activo el Espíritu Santo que es quien te redarguye y te hace sentir que lo que hiciste estuvo mal. Lo que si realmente estuviera mal es que fallaras a Dios y no sintieras ni una pisca de vergüenza por lo que hiciste, ¡Eso si no es normal!
(Jua 16:7-8)
Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes. Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error[a] en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio;
Ahora bien, de sentir vergüenza por haber fallado a permitir que esa vergüenza te aleja de Dios, allí si existe un problema. Porque nada tiene que impedirte el hecho de acercarte a Dios, aun cuando sientas que eres el más pecador de los pecadores.
A pesar de tu vergüenza y que muchas veces optas por alejarte de Dios en lugar de acercarte por ese mismo sentimiento, Dios sigue insistiendo en buscarte, lo vemos desde el inicio de la creación, cuando Adán y Eva pecaron contra Él:
(Gén 3:7-10 NVI)
En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera. Cuando el día comenzó a refrescar, oyeron el hombre y la mujer que Dios andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. Pero Dios el SEÑOR llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás? El hombre contestó: —Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí.
El pecado desde un inicio causa vergüenza, esa vergüenza provocada por el hecho que al pecar hemos quedado expuestos en nuestra naturaleza, lastimosamente esa misma vergüenza lejos de buscar de Dios nos hace escondernos de Él.
Y es que nuestro prejuicio sobre ¿El que dirá Dios de mi falta?, me llevan a pensar que Dios se ha cansado de mi, que Dios ya se aburrió de mis recurrentes fallos o que Dios está a punto de desecharme, por eso mismo muchas veces optamos por alejarnos en lugar de buscarlo.
Dios nunca te dirá que eres un fracasado, que eres un bueno para nada, que eres un hipócrita de primera, que eres un caso perdido, ¡No!, esa no es la voz de Dios, Dios jamás te diría algo que lejos de animarte te desanime, sus palabras siempre son llenas de amor, llenas de ánimo, de confianza, de fe, de restauración, ¡Nunca de derrota!
1. El pasado es pasado y Cristo te ha hecho nueva persona. No puedes pasarte la vida pensando en las cosas que no debiste hacer o las que debiste hacer. Lo hecho, hecho esta y debes de estar consciente que te enfrentaras a resultados de todas las decisiones que tomaste ene el pasado, aunque eso no significa que las enfrentaras sola, porque ahora eres propiedad de Cristo, por lo tanto todo es nuevo a partir del momento en el que le entregaste tu vida a Él. La Biblia dice: Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! (2Co 5:17)
2. Lo que hiciste por mal que estuviera, si ya le pediste perdón a Dios, él ya te perdono. Hay muchos que no se creen perdonados porque consideran que lo que hicieron estuvo demasiado mal. Tienes que entender que cuando Dios te perdona, su perdón es un perdón: TOTAL, a tal punto que dice la Biblia: »Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados. (Isa 43:25).
3. Tienes que dejar atrás todo eso que nada bueno te trae y proseguir hacia la meta. El Apóstol Pablo lo tenía muy claro y decía: Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Flp 3:13-14).
4. Trata de pensar en lo bueno. A veces creemos que imposible pensar en otra cosa, cuando nuestra mente esta cautivada por lo negativo, pero los pensamientos que en nuestra mente se anidan son producidos por lo que vemos, oímos o vivimos, nosotros podemos cambiar eso a través de buenas prácticas, no hay manera de vencer al mal que a través del bien, por lo tanto el Apóstol Pablo nos da un consejo: Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes. (Flp 4:8-9).
5. Recuerda, la posición en la que Cristo te tiene hoy en día. Ahora tú eres un hijo o una hija de Dios, ahora tú eres un Príncipe o una Princesa porque tu Padre es el Rey de reyes y Señor de señores, por lo tanto tienes que comprender que ahora Él vive en ti, por lo tanto TODO lo puedes porque Él es tu fortaleza. El Apóstol Pablo decía: He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. (Gál 2:20).