3. Necesidades de un restaurante.
1-Tener una gastronomía adecuada a los
distintos tipos de clientes
2-Tener unos precios adecuados a las
economías de sus clientes. Estos desean poder
comer dentro de un abanico de precios que no
siempre tiene por qué ser altos.
3-Atender las solicitudes especiales y
puntuales de los clientes sin poner
inconvenientes (menús por enfermedad,
régimen u otras causas).
4-Dar un trato personalizado, reconociendo a
los clientes repetitivos (con discreción cuando
fuere preciso).
4. 5-Tener unas instalaciones adecuadas al tipo de cliente que visita el restaurante, como
comedores privados, salones para banquetes, etcétera.
6-Ofrecer los servicios deseados por los distintos tipos de clientes como teléfono
portátil, aparcacoches, etcétera.
7-Tener unos horarios amplios adecuados a los hábitos de los clientes.
8-Comunicarse con los clientes en sus idiomas (los más usuales)
9-Tener un sistema de reservas amable, ágil, fácil de localizar, discreto y sin errores.
10-Ofrecer distracciones a los clientes en sus esperas, como periódicos, revistas,
etcétera.
11-Estar situado en una zona cómoda por su proximidad a los clientes y por su fácil
acceso y aparcamiento.
12-Estar situado en una zona segura de robos, de multas y demás sustos.
13-Tener unos empleados con una amabilidad sorprendente que hagan cómoda y
agradable la estancia a los clientes.
14-Sorprender a los clientes con platos nuevos, únicos y muy buenos.
15-Sorprenderles con tentadores menús por su contenido y precio.
16-Disponer de una arquitectura atractiva por su modernidad, extravagancia o
antigüedad.
17-Estar ubicados en un entorno geográfico atractivo.
18-Obtener premios y popularidad en los medios de comunicación.
19-Un ambiente y clientela homogénea en la estética y comportamientos.
6. Colores beneficiarios y No benefisarios
Los colores condicionan nuestra percepción de todo –incluso, de los alimentos. No es lo
mismo comer la negrura de la berenjena, que la vivacidad de un tomate. Con seguridad,
este último nos resulta mucho más atractivo. Y es que los colores inciden en nuestra
apreciación del sabor y, de esta manera, influyen en nuestro apetito. Entonces, ¿qué tal
si conocemos los colores que nos dan hambre y los que nos la quitan?
7. Rojo
Es uno de los colores más intensos del espectro. De hecho, todo cobra más energía
cuando es de color rojo. Este color eleva el ritmo respiratorio, aumenta la presión
arterial y estimula nuestro apetito. Por eso mismo, es uno de los colores infaltables en
los platos de los chefs más prestigiosos.
Naranja
Es un color cálido que se asocia a los cítricos y, por consiguiente, a la vida sana. Suele
tener una repercusión "activadora" del organismo. En este sentido, aumenta el
suministro de oxígeno al cerebro, estimula la actividad mental y... nos da mucha
hambre.
Azul
El azul nos da tranquilidad y calma. Ahora bien, este color aparece rara vez en los
alimentos naturales y por ello es supresor del apetito. Por eso, algunos expertos
recomiendan instalar una luz azul en el refrigerador cuando estamos a dieta para
reducir nuestros impulsos de comer
Amarillo
El amarillo constituye un captador de atención por excelencia. Este color suele
asociarse con la luz solar o con las flores primaverales. Este hecho, entre otros, hace
que el amarillo nos proporcione alegría y estimule nuestras ganas de comer
8. Verde
El verde es el color de la naturaleza y es uno de los principales emblemas de la vida
sana. Esto hecho no es arbitrario y cuenta con una muy buena justificación: los
alimentos verdes son, en general, saludables. Por este motivo, el verde estimula
nuestro apetito.
Gris
La comida gris es... gris. Los alimentos de este color carecen de cualquier atractivo y
suelen cerrar nuestro apetito al instante. En general, el gris hace que sintamos disgusto
hacia la comida: es un poderoso inhibidor del apetito
Turquesa
Terminemos con un color que abra nuestro apetito: el turquesa. Este color nos hace
evocar las aguas cristalinas del Caribe o del Mediterráneo y hace que nos queramos
zambullir en el plato de comida más próximo