1. La evaluación como oportunidad
En el contexto educativo, la evaluación no debe considerarse simplemente como una medición de
conocimientos adquiridos, sino como una instancia esencial de aprendizaje; como un proceso
continuo que brinda a los estudiantes la oportunidad de reflexionar sobre su progreso, identificar
áreas de mejora y consolidar su comprensión. Cuando se entiende la evaluación de esta manera,
se convierte en una herramienta poderosa para fomentar el crecimiento y el desarrollo de
habilidades, promoviendo un enfoque centrado en el aprendizaje a lo largo de toda la trayectoria
educativa
Luego de haber finalizado con las prácticas en cuarto grado “C” de la Escuela Manuel Belgrano y
de haber implementado la secuencia didáctica correspondiente, es importante poder analizar qué
tan significativas han sido las clases para los estudiantes y si se lograron los propósitos planteados
al iniciar con el desarrollo de esta secuencia.
Una de las maneras de poder realizar ese análisis, es mediante las evidencias de aprendizajes. Una
evidencia es una certeza clara, de la que no se puede dudar. En el marco del conocimiento público:
implica demostrar algo.
La información puede ser recogida por: observación sistemática o de respuestas de los
estudiantes. En este caso, tome como evidencias, la carpeta de tres de los estudiantes. Dichas
evidencias me permiten inferir la comprensión del tema enseñado, mediante su análisis puedo
conocer la forma en que aprende uno (y el grupo) y así construir parámetros de rendimiento. Por
ejemplo, en el plan de clase n° 6: reconocimiento de enfermedades derivadas de la mala postura o
carga de peso sobre el cuerpo, se evidenciaron los siguientes procesos de aprendizajes: Pedro
participa activamente de las actividades planteadas para poder reconocer las malas
posturas y el daño que ellas pueden causar en nuestra columna. Luego se autoevalúa
pudiendo reconocer e identificar de manera correcta posturas buenas de posturas malas
en una fotocopia, además, que actividades realiza con la postura correcta dentro y fuera
de la escuela. Thiago participa activamente en la dinámica “del libro” planteada para
incorporar el hábito de la buena postura. En la resolución de las actividades logra
identificar y diferenciar las imágenes con buena postura de las imágenes con mala postura
y realiza su autoevaluación de manera satisfactoria. Dante participa activamente en las
actividades planteadas durante toda la clase. Logra resolver las actividades de manera
correcta, reconociendo en una fotocopia aquellas imágenes que mostraban posturas
adecuadas y realiza su autoevaluación sin dificultades.
Si bien el desempeño de cada uno de los tres estudiantes ha sido diferente en cada clase, al final
se logra evidenciar que todos han ido evolucionando desde la primera hasta la última clase y han
llegado a comprender los temas propuestos en cada plan.
Por otro lado, para ir registrando los aprendizajes alcanzados por los estudiantes durante toda la
secuencia didáctica, diseñé una rúbrica general. Las rúbricas son “asistentes” de la evaluación, son
documentos que articulan las expectativas ante una tarea o un desempeño a través de una lista de
criterios y la descripción de sus niveles de calidad. Es importante tener en cuenta, que los criterios
y los estándares que se utilicen sean claros, detallados y específicos, para permitir una
comprensión y una comunicación profunda y para que los estudiantes identifiquen los objetivos
que tienen que alcanzar, las expectativas y los niveles de logro.
2. En mi caso, la rúbrica fue diseñada sólo por mí, pero sería conveniente poder realizarla en
conjunto con los estudiantes.
Además, al finalizar la implementación de la secuencia didáctica, realicé una prueba como
instrumento de evaluación. Si bien a dicha evaluación le correspondía una calificación (bueno, muy
bueno, excelente) basada en los parámetros de evaluación que utiliza la docente tutora, al
momento de ser devuelta a los estudiantes pude realizar con ellos una retroalimentación, es
decir, interacciones dialogadas progresivas; un modo de conversación entre docentes y
estudiantes con el propósito de articular las evidencias de aprendizajes con los objetivos y los
criterios de evaluación. Dicha retroalimentación fue realizada previamente a la devolución de sus
evaluaciones donde se les explicó de manera general los resultados obtenidos y se hiso hincapié
en aquellos puntos donde la mayoría de los estudiantes no había logrado un buen desempeño. y
posteriormente a su devolución, me fui acercando a cada niño que quizás no había logrado un
buen desempeño y se les fue explicando detalladamente cuál había sido el error y se buscó que de
manera oral pueda revertirlo.
Por último, en cuanto al diseño de pruebas auténticas, éstas proponen que los estudiantes sean
evaluados por medio de tareas que tuvieran un significado en el mundo real. Se trata de una
forma de aprender en la cual los aprendizajes tengan valor no solo en el ámbito escolar, sino que
sea genuino. En síntesis, la evaluación auténtica, puede definirse como aquella que propone
situaciones del mundo real o cercanas a ellas, problemas significativos, complejos, para que los
estudiantes utilicen sus conocimientos previos, pongan en juego estrategias y demuestren la
3. comprensión de saberes. Por ejemplo, en el plan de clases n° 6, los estudiantes recibieron la visita
de un médico especialista en traumatología el cual les brindo información acerca de cómo cuidar
nuestro sistema óseo arto muscular, qué alimentos debimos ingerir para proteger nuestros
huesos, qué actividades físicas nos serian de gran ayuda, entre otros aspectos importantes.
Considero que dicha charla, les sirvió para poder tomar decisiones a futuro pensando en proteger
su sistema y cuidar su salud.