El documento discute varios temas relacionados con la enseñanza y el aprendizaje en el aula. Argumenta que para tener una buena intervención docente, es importante partir de los conocimientos previos de los estudiantes. También explora la diferencia entre instrucción, enseñanza y educación, y sostiene que la educación debe permitir a los estudiantes comprender la vida y saber vivirla. Además, analiza los desafíos de la educación en una sociedad cada vez más globalizada e influenciada por la tecnología.
1. OLIVA GETSEMANI BERNALRAYO
PREESCOLAR601
CONVIVIR, APRENDER Y ENSEÑAR EN EL AULA
NORBERTO BOGGINO
Para tener una buena intervención docente conviene partir de los conocimientos previos
con los que se aproximan al conocimiento que queremos asimilar, que el contenido tiene
que estar bien organizado, que debemos presentar el tema objeto de estudio para crear
una base desde la que partir y motivar a quienes aprenden, procurar que analicen sus
aciertos y errores para comprender mejor mediante una evaluación permanente del
proceso, que los ritmos y materiales estén ajustados a sus características, etc.
• Instrucción: nos permite aportar conocimientos, generalmente de carácter técnico.
• Enseñanza: además, nos permite incorporar conocimientos y habilidades para la vida.
• Educación: además de contener los conocimientos y habilidades anteriores, nos permite
comprender la vida misma y saber vivirla.
Los distintos análisis sobre la sociedad actual coinciden en reseñar que existe un nuevo
modo de producir los bienes que hoy necesitamos y que es, además, muy diferente al que
conocíamos hace tan solo unas décadas, debido principalmente a los avances en la
tecnología y a la forma de organizar la producción y distribución de los productos, pero
también se advierten formas diferentes de organizar la convivencia: las relaciones
familiares y la estructura familiar han cambiado profundamente en los últimos años, el
modo de disfrutar del ocio, etc.
Es cierto que se están alcanzando niveles en el desarrollo de las comunicaciones y el
tratamiento y utilización de la información, que está provocando avances espectaculares
en nuestra sociedad. Pero también es cierto que la distancia que separa el mundo
desarrollado y el que vive bajo el umbral de la pobreza y el subdesarrollo cada vez es
mayor. Las desigualdades son más notorias cada día. Las diferencias entre los jóvenes en
unos países y otros se amplía al ritmo que unos pueden acceder y utilizar la informaci6n y
el conocimiento que se genera en las sociedades avanzadas y los demás no tienen acceso
al mismo de igual modo.
Los adelantos y aplicaciones técnicas han revolucionado los distintos campos de nuestra
existencia: la medicina, los sistemas de producción y distribución de bienes, las
comunicaciones, etc. Entre estos adelantos técnicos, las tecnologías que permiten el acceso
a grandes bancos de datos ocupan un lugar destacado, así conviene reseñar:
• Importancia de las redes informáticas (Internet).
• Creación de nuevas formas de socialización y de identidad individual y colectiva.
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• En educaci6n se impone un cambio obligado en el modo de organizar el proceso de
enseñanza y aprendizaje, de modo que podamos introducir a nuestros alumnos y alumnas
en la utilización adecuada de estos poderosos instrumentos.
La variedad de formas de pensar y entender el mundo es cada vez mayor en nuestras
comunidades. La riqueza de las relaciones entre personas procedentes de culturas
diferentes es un valor que debe favorecer el progreso de las sociedades.
Los docentes tenemos que desarrollar la sensibilidad necesaria para comprender estos
fen6menos que están configurando la forma de vida en nuestro planeta, de manera que
ayudemos a nuestros alumnos y alumnas a comprender adecuadamente la sociedad en la
que viven.
Con el fin de ayudar a nuestros alumnos y alumnas a entender y abordar los retos que se
les van a presentar en su vida, los sistemas educativos prevén un conjunto de
conocimientos culturales que definen como 20 21 "currículo", en el que articulan los
objetivos, contenidos, orientaciones metodológicas, etc., que permiten orientar la
planificación y el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje en las aulas.
Sin embargo, son los valores los principios que nos permiten formarnos juicios para
orientar nuestra conducta en situaciones cotidianas, y son fundamentales para comprender
nuestros razonamientos, sentimientos y modos de actuar.
Podemos diferenciar, a efectos de su estudio, dos aspectos distintos aunque
complementarios sobre la educaci6n en valores: por una parte, lo que se refiere al
desarrollo y educación de actitudes individuales y, por la otra, las capacidades necesarias
para abordar con éxito nuestra convivencia en la comunidad.
La escuela debe abordar estos dos aspectos indisociables de nuestra vida, el desarrollo de
nuestra individualidad como personas únicas que somos y, al mismo tiempo, la
sociabilidad necesaria para relacionarnos con los demás con el fin de formar individuos
capaces de mantener y desarrollar la responsabilidadpersonal y la cooperación, de manera
que sean personas que pretendan el bien común del grupo, pero sin caer por ello en la
falta de identidad personal.
Fomentar el desarrollo de valores en nuestro alumnado, procurando su desarrollo
personal, es imprescindible, pero no llegamos a tener una dimensión verdaderamente
humana Si no es a través de la relación con los demás. Por ello, es preciso que los
eduquemos para la convivencia y el fomento de una sociedad justa, y esto nos conduce
hoy a la necesidad de abordar en las aulas procesos de enseñanza y aprendizajedirigidos a
la educación para la ciudadanía en democracia.
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En el camino que conduce a nuestro alumnado hacia la educaci6n en valores y los
principios que fomentan el ejercicio de la ciudadanía en una democracia con un sentido
crítico y un pensamiento global, pueden recibir la ayuda necesaria a través de la acci6n
directa de los docentes, que con nuestros conocimientos les orientamos para interpretar
los menos que les rodean, pero además de aportarles conocimientos, podemos ayudarles
con nuestro ejemplo, de modo que la práctica diaria de los valores por parte de aquellas
personas que les acompañamos en sus procesos diarios de aprendizaje, suponen un
estímulo extraordinario para ellos.
Para el sistema educativo que tuvo su origen en una cultura occidental profundamente
enraizada con la escolástica, el conocimiento se adquiere a partir del sigan lingüístico. Por
esto lo central en el proceso de enseñanza, desde los primeros alumnos de preescolar
hasta los últimos niveles de la educación universitaria, es el discurso verbal bajo todas las
modalidades orales y escritas. Esta concepci6n epistemológica ha sido profundamente
cuestionada desde el Emiliode Rousseau hasta los más recientes estudios provenientes de
las ciencias cognitivas y, sin embargo, los maestros y maestras de todo el mundo siguen
"dictando clase" y dando "lecciones" a sus estudiantes. Esto es lo que les enseñan en la
universidad y es lo que les ordena el sistema. Todo el aparato escolar está organizado —
desde los edificios y los muebles, hasta los horarios y los presupuestos— en torno a la
palabra. La calidad del proceso se mide por horas de palabras, por cantidad de palabras
dichas, por cantidad de palabras leídas, por cantidad de temas expuestos, por cantidad de
respuestas aprendidas, por habilidad para leer palabras... Tanto es así que la escuela no da
tiempo para la vida, no tiene espacio para los objetos del mundo, no dispone de
organización ni de lugares para la interacci6n grupal con la realidad.
El desarrollo de las organizaciones ha sufrido cambios radicales en los dos últimos siglos y
ellos responden en alto grado a las profundas transformaciones que la sociedad ha
experimentado por cuenta de los descubrimientos científicos y la innovación tecnológica.
Para que el conocimiento, como lo entienden las ciencias actuales, pueda circular por las
instituciones educativas es indispensable buscar nuevas opciones de organización que
rompan el esquema tradicional de máquinas para enseñar, pues las necesidades de
avanzar en los procesos de aprendizaje implican cambios drásticos en la concepci6n de
unas instituciones que están demostrando de manera dramática su incapacidad para
conectarse con las necesidades, expectativas y potencialidades de las generaciones jóvenes
de hoy.
Una enseñanza sin significatividad es una específica forma de enseñar respectivamente de
manera mecanicista, sin permitir que el otro cuestione el objeto de conocimiento, ni que
se diferencie en esa experiencia de pensar y por lo tanto de aprender, y requiere una forma
memorística. Necesita, además, promover la adecuación del sujeto de manera imitativa, sin
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interrogantes, con muy pocas posibilidades acerca de convertir al sujeto en un ser
aut6nomo para que pueda modificar la realidad de acuerdo a sus necesidades.
Los aprendizajes que llamamos significativos se oponen de forma manifiesta a aquellos
que consideramos repetitivos, de funcionalidad escasa o nula, con una modalidad de
modelamiento subjetivo ligadoa un vínculo que se caracteriza por la improductividad y la
sujeci6n acrítica de las determinaciones sociales que se proponen desde la curricula.
Cuando el aprendizajeremite a modos mecanicistas, memorísticos y repetitivos, existe una
permanente cerrazón de la subjetividad ante lo que considera peligroso, esto es, lo nuevo
que invade al sujeto. Este se halla inerme frente al contenido que le amenaza, y no dispone
de recursos subjetivos, ni agresividad para cuestionar el objeto, interpretar la realidad y
daré significaciones arbitrarias pero que, sin embargo, son posibles de relacionar con lo
sabido, y por lo tanto está en estado de indefensión para tratar a "esto" que viene a
irrumpir en su subjetividad.
Definimos a la prevención como un hacer lugar, y con ello queremos respetar el origen
etimológico del término. Si intentamos trasladar algo de esa significaci6n a la realidad
escolar, notaremos que ese hacer lugar en verdad tendría que producirse en las cerrazones
más fuertes de cada instituido. A pesar del riesgo de parecer reduccionistas, podremos
aislar algunos de esos espacios donde se suceden acontecimientos institucionales en los
que permanentemente se producen problemáticas cuyo origen se pierde en los
atolladeros de la escuela. Cuando reconocemos que existen acuciantes problemas en los
aprendizajes de los niños, no debemos omitir que en realidad la escuela crea 58 59 una
forma de vida muy particular para estos, pues allí aprenden a ser pacientes, a permanecer
inmovilizados de manera coactiva, a esperar una pregunta para poder decir y hacer, y a
transitar obligadamente un tiempo monótono.