2. Meningitis
Los neutrófilos son un indicador significativo de meningitis
bacteriana, sin embargo también aparecen precozmente en
una infección fúngica.
Por otra parte, los linfocitos pueden estar elevados junto con
los neutrófilos en el escenario de una meningitis bacteriana
aguda.
Las isoenzimas 4 y 5 de la lactato deshidrogenasa se
encuentran elevadas en el líquido cefalorraquídeo en el caso de
una meningitis bacteriana, debido a su producción por los
granulocitos; mientras que en la meningitis vírica pueden
observarse elevaciones de las
isoenzimas 1 y 2 debido a su producción en los linfocitos.
La concentración de lactato en líquido cefalorraquídeo
aumenta en la meningitis bacteriana, pero típicamente no lo
hace en las meningitis víricas o asépticas.
3. Encefalitis viral
A diferencia de la meningitis, donde la mayor parte del
proceso infeccioso y de la respuesta inflamatoria
asociada se limita a las meninges, en la encefalitis hay
además afectación del parénquima cerebral.
La amplificación por PCR de los ácidos nucleicos virales
se ha convertido en el procedimiento diagnóstico de
elección para muchos tipos de encefalitis viral. Así, un
resultado negativo del virus del herpes simple mediante
PCR excluye el diagnóstico de encefalitis por virus del
herpes simple, a menos que la prueba se haya realizado
en una fase muy avanzada de la enfermedad. Con otros
virus los resultados son menos claros.
Sin embargo, la PCR es hoy día la prueba diagnóstica
principal para las infecciones del sistema nervioso
central producidas por citomegalovirus, virus Epstein-
Barr, virus varicela zoster y enterovirus.
4. Esclerosis múltiple
En la mayoría de los pacientes con esclerosis múltiple se
observa un índice IgG / albúmina mayor de 0,27, un
índice IgG mayor de 0,7 y una tasa de síntesis de IgG
mayor de 8. La sensibilidad es elevada en pacientes
clasificados clínicamente como esclerosis múltiple
“definitiva”, pero es más baja en pacientes con esclerosis
múltiple “posible”.
Para el diagnóstico de esclerosis múltiple se hace un
estudio de bandas oligoclonales por electroforesis. Para
descartar la posibilidad de que el paciente tenga una
gammapatía monoclonal que aparecería en el líquido
cefalorraquídeo, debe realizarse paralelamente un
proteinograma en suero. En el 75 al 90 % de los pacientes
se identifican dos o más bandas oligloconales. Al
comienzo de la enfermedad pueden no encontrarse
bandas oligoclonales, y en algunos pacientes el número
de bandas puede aumentar con el tiempo.
5. Tumor pineal o hipotalámico
En el escenario de un tumor pineal con o sin
un tumor hipotalámico concomitante, y
particularmente si es un niño, el diagnóstico
diferencial incluye un tumor germinal. Si la
afetoproteína o la gonadotropina coriónica
en suero no están claramente elevadas, es
de interés su determinación en el líquido
cefalorraquídeo para descartar claramente
un tumor germinal.
6. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
En el diagnóstico de la demencia, el uso de la evaluación de
la proteína 14-3-3 en el líquido cefalorraquídeo se ha
considerado útil para confirmar o rechazar el diagnóstico
de enfermedad de Creutzfeldt-Jacob. Concentraciones
elevadas de esta proteína neuronal se ha encontrado que
correlacionan razonablemente bien con el desarrollo de la
enfermedad de Creutzfeldt-Jacob.
Sin embargo, elevaciones de la proteína 14-3-3 en líquido
cefalorraquídeo también están presentes en casos de
infarto y encefalitis y ocasionalmente en pacientes con
enfermedad de Alzheimer, demencia fronto-temporal,
enfermedad de Lewy y meningitis carcinomatosa, de tal
forma que la interpretación debe hacerse con cautela.