En el siglo XVIII, el 80% de la población española era analfabeta, lo que causaba retraso económico. Para abordar esto, se abrieron escuelas gratuitas por todo el país y se establecieron academias para maestros. Aunque los ilustrados iniciaron reformas educativas, no tuvieron éxito inmediato debido a que se desconectaron del pueblo y los grupos de poder se negaron a cambiar. La Constitución de 1812 ordenó escuelas en todos los pueblos para ofrecer