1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del poder popular para la Educación Superior
Universidad Yacambù
Facultad de Humanidades
Octubre 2016
Participante:
Valecillos M,
Jessica C .
2. Es un término de origen latino que se refiere a la furia y
la violencia. Se trata de una conjunción de sentimientos
negativos que genera enojo e indignación. Por ejemplo: “El
empresario vivió un día de ira: primero insultó a un
transeúnte, luego empujó a un vecino y, finalmente, golpeó a
un policía”. La psicología recomienda manifestar la ira de
alguna manera, para evitar que ésta genere una enfermedad.
Es importante señalar que existen diversas formas no
violentas de canalizar un sentimiento negativo; actividades
tan sanas como la práctica de algún deporte o tan
enriquecedoras como el estudio de música y la ejecución de
un instrumento representan algunas de las decisiones más
adecuadas para convertir al ira en algo positivo.
3. El entorno familiar, asociado a un aprendizaje estricto
donde no tienen muestras de amor, afecto y ternura, es
uno de los desencadenantes más habituales de los
comportamientos de la ira. Los estallidos de ira son
comunes por parte de la figura paterna, así como la
inhibición de la figura materna. En este caso el niño
interioriza que el único modo de expresión permitido es
aquel que se basa en la ira, quedando atrofiadas otras
manifestaciones características del ser humano.
4. No es capaz de conectar con sus verdaderas emociones
y sentimientos, y mucho menos aún es capaz de
expresarlas, si no es a través de la ira.
Existe una incapacidad para comprender las
situaciones, sobre todo en la parte emocional,
convirtiendo al iracundo en una persona
poco asertiva y vulnerable que trata de compensar
esta carencia mediante la ira.
6. Hipertensión.
Dolores de cabeza.
Depresión.
Problemas en el sistema gastrointestinal.
Estreñimiento o diarrea.
Problemas respiratorios.
Glaucoma.
7. La ira crea en el entorno un ambiente de
temor.
Afectan a su entorno más cercano.
perjudicar seriamente otras relaciones
sociales incluyendo el ámbito laboral.
En los casos más extremos, la pérdida de
control, lo cual puede llegar a degenerar en
accidentes o acciones violentas que después
pueden tener graves repercusiones.
8. 1.- Respuesta corporal, en donde nuestro cuerpo se activa para la
defensa o el ataque. Nuestro ritmo cardiaco aumenta al igual que
nuestra respiración se acelera, nuestros músculos se tensan y el
flujo sanguíneo se dispara preparándonos para actuar ante una
amenaza percibida.
«Cuando llegamos a este momento de excitación estamos más
predispuestos actuar de forma impulsiva llegando así va emitir conductas
agresivas»
9. 2.- Respuesta cognitiva, depende de donde estemos inmersos en una
situación, esta por si sola no tiene ningún valor emocional, es la
valoración personal que hacemos de ella la que le confiere un
significado, es decir, las emociones están en función de nuestros
pensamientos, es por lo que cuando interpretamos una situación
como un abuso, una injusticia, una falta de respeto o como un
obstáculo para conseguir una meta, sentimos ira.
10. 3.-Gestión conductual. En estos casos la conducta está orientada para
defendernos de aquello que se interpone en nuestro camino y para esto se
genera una energía interna que mueve a la destrucción del obstáculo.
Aunado a esto, no podemos confundir la emoción de la ira con la
agresividad, ya que ésta es una de las múltiples maneras de gestión
emocional. Experimentar y expresar la ira a través de la agresividad
depende de las conductas que hayamos aprendido a lo largo de nuestra
vida.