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31
Neoplasias de los testículos 

Andrew J. Stephenson • Timothy D. Gilligan
Tumores de células germinales
Otros tumores testiculares
L
as neoplasias testiculares abarcan un grupo de tumores con ca­
racterísticas morfológicas y manifestaciones clínicas diversas, el
95% de los cuales corresponde a tumores de células germi­
nales. Estos se clasifican de modo amplio en seminomas y no semi­
nomas debido a sus diferencias en la evolución natural y el trata­
miento. Los tumores de células germinales son neoplasias malignas
relativamente infrecuentes, responsables del 1 a12% de los cánceres
en los hombres estadounidenses, con una incidencia de alrededor de 5
casos cada 100000 individuos. Aproximadamente el 90% de los tumo­
res de células germinales se origina en los testículos y entre el 2 y el 5%
es el de origen extragonadal (el retroperitoneo y el mediastino son los si­
tios más comunes). Con el desarrollo de la quimioterapia basada en cis­
platino y la integración de la cirugía, los tumores de células germinales
se convirtieron en un modelo de neoplasia curable, que sirve como pa­
radigma de los tratamientos multidisciplinarios para el cáncer (Einhom,
1981). Antes de que se empezara a utilizar la terapia con cisplatino, la
tasa de curación de los pacientes con tumores de células germinales
avanzados oscilaba entre 5 y 10%. En la actualidad, la supervivencia a
largo plazo de los hombres con tumores de células germinales metastá­
sicos oscila entre 80 y 90%. Como consecuencia de la curación exitosa
de los pacientes (incluso aunque presenten enfermedad avanzada), un
objetivo terapéutico importante pasó a ser la reducción al mínimo de la
toxicidad relacionada con el tratamiento sin comprometer la curabili­
dad. Las muertes asociadas con los tumores de células germinales están
relacionadas con la resistencia intrínseca a la quimioterapia con platino
y a la imposibilidad de erradicar por completo los elementos patológicos
residuales en el período temprano de la enfermedad.
Los tumores testiculares no de células germinales son infrecuentes
e incluyen tumores de los cordones sexuales, el estroma o ambos, los
tumores linfoides y hematopoyéticos, los tumores de los conductos co­
lectores y la red testicular y los tumores de los anexos testiculares. En el
Cuadro 31-1 se presenta una clasificación de las neoplasias testiculares.
TUMORES DE CÉLULAS GERMINALES
Epidemiología
Para el año 2010 se estimó que en los Estados Unidos 8 400 hombres
desarrollarían cáncer de testículo y que 380 morirían debido a esta en­
fermedad (Jernnal y cols., 2010). En el país mencionado, el cáncer
de testículo es la neoplasia maligna más frecuente en hombres de
entre 20 y 40 años y el segundo cáncer más frecuente después de la
leucemia en hombres de entre 15 y 19 años (Homer y cols., 2009). Los
tumores testiculares presentan tres picos de incidencia máxima: durante
la lactancia, entre los 30 y los 34 años y hacia los 60 años. La incidencia
de tumores de células germinales bilaterales es de alrededor del 2%
Tumores de los anexos testiculares
(Fossa y cols., 2005). Ellinfoma testicular es menos frecuente que el
tumor de células germinales, aunque representa la mayoría de los
tumores testiculares en hombres mayores de 50 años y tiene mayores
probabilidades de ser bilateral de forma sincrónica.
La incidencia del cáncer testicular varía de manera significativa de
acuerdo con la región geográfica: las tasas son máximas en la región
escandinava, Alemania, Suiza y Nueva Zelanda, intermedias en los
Estados Unidos y Gran Bretaña, y mínimas en África y Asia. La
incidencia de este cáncer en hombres blancos estadounidenses no
hispanos es cinco veces mayor que en afroamericanos, cuatro ve­
ces mayor que en asiáticos y 78% mayor que en bispanos (Homer y
cols., 2009).
La incidencia de tumores de células germinales parece ser crecien­
te en todo el mundo (McKieman y cols., 1999; McGlynn y cols., 2005;
Purdue y cols., 2005). En los Estados Unidos, la incidencia ajustada
según la edad en hombres de entre 15 y 49 años aumentó desde 2,9 cada
100000 en 1975 hasta 5,1 cada 100000 en 2004 (Holmes y cols., 2008).
En este período, la incidencia aumentó de una manera significativa para
el seminoma que para los tumores no seminomatosos (McGlynn y cols.,
2005; Powles y cols., 2005). Se observó el cambio de estadio en varios
países como resultado, al menos en parte, del mayor conocimiento
sobre esta enfermedad y del diagnóstico más temprano. Entre 1973
y 2001, el porcentaje de tumores diagnosticados en estadio localizado
aumentó desde 55 hasta 73% en los hombres blancos estadounidenses.
La distribución de estadios en los hombres afroamericanos permaneció
estable durante el mismo período (McGlynn y cols., 2005). Solo en ellO
al 30% de los hombres la enfermedad se diagnostica en el estadio de
metástasis a distancia. En el Reino Unido, el cambio en la distribución
en estadios con el paso del tiempo se limitó en especial a un incremento
de la identificación de seminomas localizados y una reducción de los
tumores de células germinales no seminomatosos metastásicos; las tasas
de tumores de células germinales no seminomatosos localizados y de
seminomas metastásicos permanecieron bastante constantes (McGlynn
y cols., 2005). En la actualidad, el seminoma localizado se considera
la forma de presentación más frecuente del tumor de células germi­
nales y corresponde a alrededor del 50% de los hombres con este
tipo de tumores (Powles y co!s., 2005). En consecuencia, los tumores
de células germinales testiculares contemporáneos tienen, en promedio,
cualidades pronósticas más favorables que los que se diagnosticaban en
las décadas de 1970 y 1980.
Factores de riesgo
Se identificaron cuatro factores de riesgo confirmados para el cán­
cer de testículo: criptorquidia, antecedentes familiares de cáncer
de testículo, antecedentes personales de cáncer de testículo y neo­
plasia intratubular de células germinales. Los hombres estériles
845
846 SECCIÓN VII • Genitales masculinos
Cuadro 31 -1
Clasificación de los tumores testiculares de la Organización Mundial de la Salud
Tumores de células germinales
Lesiones precursoras: células germinales malignas intratubulares
(carcinoma in situ) 

Tumores de un Üpo histológico (formas puras) , 

Seminoma 

Variante: semi noma con células del sincitiotrofoblasto 

Seminoma espermatoc;ítico 

Variante: seminoma espermatocítico con sarcoma 

Carcinoma embrionario 

Tumor del saco vitelino 

Poliembrioma 

Tumores trofoblásticos 

Coriocarcinoma 

Coriocarcinoma ,con otros tipos celulares 

Tumor trofoblástico del sitio placentario 

Teratoma 

Teratoma maduro 

Quiste dermoide 

Teratoma inmaduro 

Teratoma con áreas malignas 

, Tumores de más de un tipo histológico (formas mixtas): espedficar
los tipos y estimar los porcentajes '
Tumores de los cordones sexuales y del e~troma gonadal
Formas puras 

Tumor de células de Leydig 

Tumor de célul'as de Sertoli 

Tumor de células de Sertoli de células grandes calcificante
Tumor 'de células de Sertoli rico en lípidos
, Tumor de célul'as de la granulosa
Tumor de células de la granulosa de tipo adult6
Tumor de células de la gr';1nulosa de tipó juvenil
Tumores del grupo tecoma/fibroma 

Tumores de los cordones sexuales y del estroma gonadal con 

diferenciación incompleta 

Formas mixtas 

Formas no clasificadas 

Tumores que contienen tanto células,germinales y elementos 

de los cordones sexuales y el estroma ganadal 

Gonadoblastoma 

Tumores mixtos de células germinales-cordones ,sexuales y 

el estroma gonada!, no clasificados 

Otros tumores
Tumor carcinoide 

Tumores de tipos epiteliales del ovario 

, Tumores linfoides y hematopoyéticos
linfoma 

Plasmodtoma 

leucemia 

Tumores de los cOflductos colectores yla red testicular
Adenoma
, Carcinoma
Tumores de la túnica albugínea, el epidídimó, el,cordón espermático, las,
estructuras de sostén.y los apéndices
Tumor adenomatoide
Mesotelioma 

Benigno 

Maligno 

Adenoma 

Carcinoma 

Melanótico neuroectodérmico 

Tumor de células redondas pequeñas desmoplásico 

Tumores de los tejidos blandos 

Tumores no clasificados 

Tumores secundarios 

lesiones seudotumorales 

Nódulos de los túbulos inmaduros 

lesiones testiculares del síndrome suprarrenogenital 

Lesiones testiculares del síndrome de insensibilidad a los andrógenos ' 

Maduración precoz nodular 

Orquitis específica 

Orquitis inespecífica 

Orquitis granulomat<;lsa 

Malacoplaquia 

Restos de corteza suprarrenal 

Peritonitis fibrorí1atosa 

Funiculitis 

Residuos de peritonitis meconial 

Granuloma espermático 

Deferentitis nudosa 

Lipogranuloma esclerosante 

Fusión esplénica gónadal 

Remanentes mesonéfricos 

Endometriosis 

Quiste epidérmico 

Displasia quística 

Quiste mesolítico 

Otros 

Datos de Vogelzang Nj, Scardino PT, Shipley W U, Coffey OS, eds, Genitourinary oncology. Filadelfia: Lippincott Williams & Wilki ns; 1999.
también presentan mayor incidencia de cáncer de testículo. Varios tales cumplirían un papel fundamental en la carcinogénesis del tu­
estudios informaron que los aumentos recientes en la incidencia mor de células germinales (Liu y cols., 1999; Huyghe y cols., 2003;
del cáncer de testículo pueden atribuirse sobre todo a los efectos McGlynn y cols., 2003; Richiardi y cols., 2004; Bray y cols., 2006;
de la cohorte, lo que implica que la dieta u otros factores ambien- Verhoeven y cols., 2008).
CAPíTULO 31 • Neoplasias de los testículos 847
Los hombres con criptorquidia presentan un riesgo entre cuatro
y seis veces mayor de presentar cáncer de testículo, pero el riesgo
relativo (RR) desciende a un valor de entre 2 y 3 si la orquidopexia se
efectúa antes de la pubertad (Dieckmann y Pichlmeier, 2004; Wood y
Elder, 2009). Aunque la mayor parte del aumento del riesgo refleja el in­
cremento de la probabilidad de que el testículo no descendido desarrolle
cáncer, un metaanálisis de estudios sobre criptorquidia informó que
el testículo contralateral descendido normalmente también presenta
un aumento leve del riesgo (RR 1,74, intervalo de confianza [1C] 95%
1,01-2,98) (Akre y cols., 2009). Los hombres con familiares en primer
grado con cáncer de testículo también revelan un aumento notable del
riesgo, con la mediana de edad en el momento del diagnóstico en estos
hombres de entre 2 y 3 años menor que en la población general (Mai y
cols., 2009). El RR individual para desarrollar cáncer de testículo oscila
entre 8 y 12 en presencia de un hermano afectado, en comparación con un
RR de entre 2 y 4 en presencia de un padre afectado (Westergaard y cols.,
1996; Sonneveld y cols., 1999; Herrunin.ki y Chen, 2006). Los hombres
con antecedentes de cáncer de testículo presentan un riesgo 12 veces ma­
yor de desarrollar un tumor de células germinales en el testículo contra­
lateral, pero la incidencia acumulada durante 15 años es solo de 2%. El
riesgo es mayor en pacientes más jóvenes en el momento del diagnóstico
del cáncer de testículo y en hombres en los cuales el primer tumor de cé­
lulas germinales era un seminoma (Theodore y cols., 2004; Fossa y cols.,
2005). En un estudio poblacional sobre cáncer en el testículo contralate­
ral se estableció que un hombre menor de 30 años con un seminoma de
testículo tiene un riesgo del 3,1 % de desarrollar un cáncer en el testículo
contralateral (Fossa y cols., 2005). En el mismo estudio se informó una
tasa de supervivencia global a los 10 años del diagnóstico con un segundo
cáncer primario de testículo (es decir, contralateral) del 93%.
La mayoría de los tumores de células germinales se origina en una
lesión precursora denominada neoplasia intratubular de células ger­
minales (que también se denomina carcinoma in situ). Los hombres
con neoplasias intratubulares de células germinales presentan un riesgo
significativamente mayor de desarrollar un tumor de células germinales
invasor. La neoplasia intratubular de células germinales se desarrolla
en el parénquima testicular adyacente en el 80 al 90% de los pacien­
tes con tumores de células germinales invasores y se asocia con un
riesgo del 50% de desarrollar estos tumores a los 5 años y del 70% a
los 7 años (Skakkebaek y cols., 1982; Dieckmann y Skakkebaek, 1999;
Montironi, 2002). Entre el 5 y el 9% de los pacientes con tumores de
células germinales desarrolla neoplasias intratubulares de células
germinales en el testículo contralateral no afectado, aunque la inci­
dencia de este tumor en el testículo contralateral aumenta hasta al­
rededor de 36% en hombres con atrofia testicular o criptorquidia
(Dieckmann y Ley, 1996; Dieckmann y Skakkebaek, 1999). El análisis
del perfil de expresión génica indica que la neoplasia intratubular de célu­
las germinales se desarrolla antes del nacimiento a partir de un gonocito
cuya maduración se detuvo (Hussain y cols., 2008; Sonne y cols., 2009).
En los hombres con antecedentes de tumor de células germinales, el ha­
llazgo de microlitiasis testicular en la evaluación ecográfica del testículo
contralateral se asocia con un riesgo elevado de desarrollar una neoplasia
intratubular de células germinales (Karellas y cols., 2007). No obstante, la
importancia de la microlitiasis en la población general es incierta; en un
estudio realizado en 1 500 voluntarios del ejército se halló una prevalencia
del 5,6% de microlitiasis, aunque menos del 2% de los pacientes con micro­
litiasis desarrolló cáncer en los 5 años siguientes (DeCastro y cols., 2008).
Patogenia y biología
La carcinogénesis de los tumores de células germinales no se ha llegado
a comprender del todo. Como se señaló, los tumores de células germi­
nales testiculares se desarrollan a partir de una lesión precursora, la neo­
plasia intratubular de células germinales, que a su vez parece provenir de
células germinales primordiales con maduración detenida o gonocitos
que no pudieron diferenciarse en preespermatogonias (Rajpert-de Meyts
y Hoei-Hansen, 2007; Hussain y cols., 2008). Se estima que estas célu­
las entran en estado de latencia hasta la pubertad, cuando comienzan a
ser estimuladas por el aumento de las concentraciones de testosterona.
El aumento de la incidencia de cáncer de testículo, que comenzó a
observarse durante la primera mitad del siglo xx, se asoció con un in­
cremento de la incidencia de otras enfermedades del aparato reproductor
masculino, como hipospadias, criptorquidia y subfertilidad (Rajpert-de
Meyts y Hoei-Hansen, 2007; Sonne y cols., 2008). Estos hallazgos con­
dujeron a formular la hipótesis de que el cáncer de testículo y estos otros
trastornos son el resultado de un síndrome de disgenesia testicular, que a
su vez es secundario a factores ambientales, del estilo de vida o ambos,
y a una susceptibilidad genética. Los factores ambientales o del estilo de
vida específicos no se definieron. Se propuso el aumento de la exposi­
ción prenatal al estrógeno como factor de riesgo, si bien este tema resulta
controvertido (Martin y cols., 2008). Existen evidencias más firmes que
avalan que la reducción de la actividad de los andrógenos puede provocar
características del síndrome de disgenesia testicular, como criptorquidia,
hipospadias y espermatogénesis deficiente, pero la relación directa entre
la menor señalización por los andrógenos y el desarrollo de una neoplasia
intratubular de células germinales o de un tumor de células germinales
sigue siendo hipotética (Sonne y cols., 2008; Hu y cols., 2009).
Las evidencias a favor de una contribución de los factores ambientales
y del estilo de vida sobre el desarrollo de cáncer de testículo abarcan el
aumento rápido de su incidencia y el hallazgo de que el riesgo en segun­
das generaciones de inmigrantes es similar al del país donde nacieron.
Asimismo, las madres de niños con cáncer de testículo (pero no los pa­
cientes con cáncer de testículo propiamente dichos) presentan concen­
traciones sanguíneas más elevadas de algunos contaminantes orgánicos,
en comparación con otras madres (Sonne y cols., 2008). Las evidencias
a favor de factores genéticos incluyen la agrupación de los cánceres de
testículo en algunas familias, las diferencias extremas en la incidencia
de cáncer de testículo entre estadounidenses de etnia blanca y negra y
el hallazgo de locus de susceptibilidad en los cromosomas 5, 6 y 12 en
estudios de casos y controles (Mai y cols., 2009). Asimismo, los polimor­
fismos específicos de ciertos genes, como el gen que codifica el ligando
c-KIT, se asociaron con un aumento del riesgo de cáncer de testículo
(Blomberg Jensen y cols., 2008; Kanetsky y cols., 2009). Los gonocitos
dependen del ligando e-KIT para sobrevivir y el gen que codifica esta
proteína se localiza en el brazo corto del cromosoma 12. Alrededor del
70% de los tumores de células germinales tiene una copia adicional
del cromosoma 12 en la forma de un isocromosoma 12p (i[12p]) (Bosl
y cols., 1989). En consecuencia, parece posible desde un punto de vista
biológico que exista una conexión entre las mutaciones o los polimorfis­
mos en este gen y el desarrollo de un tumor de células germinales.
Una de las características más llamativas de los tumores de células
germinales es su sensibilidad a la quimioterapia basada en cisplatino,
que permite curar la enferm'edad en la gran mayoría de los pacientes
con enfermedad metastásica extensa. La base biológica específica de
esta vulnerabilidad aguda a la quimioterapia sigue sin comprenderse to­
talmente, pero se cree que se relaciona con la relación estrecha entre los
tumores de células germinales, las células madre embrionarias y los go­
nocitos, que tienen un umbral bajo para experimentar apoptosis en res­
puesta al daño del DNA (Mayer y cols., 2003; Schmelz y cols., 2010).
Los tumores de células germinales tienen niveles intrínsecos elevados
de proteína TP53 natural (que cumple un papel en la mediación de la
detención del ciclo celular y la apoptosis), pero las mutaciones de TP53
son infrecuentes en estos tumores y tampoco se hallaron diferencias
constantes en el estado de TP53 cuando se compararon los tumores de
848 SECCIÓN VII • Genitales masculinos
células germinales quimiosensibles con los quimiorresistentes (Burger
y cols., 1998; Houldsworth y cols., 1998). Asimismo, la expresión de
la proteína antiapoptótica BCL2 es baja en los tumores de células ger­
minales, aunque los niveles de esta proteína tampoco permiten distin­
guir entre las líneas celulares quimiosensibles y las quimiorresistentes
(Mayer y cols., 2003). El análisis de la expresión génica reveló un au­
mento de la expresión de varios genes que facilitan la apoptosis, como
FASLG, TNFSFlO y BAX, mientras que la expresión de BCL2 está re­
ducida (Schmelz y cols., 2010). Los patrones de expresión de genes que
controlan el punto de control de las fases Gl/S en los tumores de célu­
las germinales parecen promover la inducción de la apoptosis (Schmelz
y cols., 2010). Los tumores de células germinales también carecen de
transportadores para la exportación del cisplatino de la célula y presen­
tan menor capacidad de reparación del daño del DNA inducido por este
fármaco (Mayer y cols., 2003). No obstante, un pequeño porcentaje
de los tumores de células germinales es resistente a la quimioterapia,
pero el fundamento de esta resistencia sigue desconociéndose, aunque
la deficiencia en la reparación de los errores de emparejamiento del
DNA, las inestabilidades microsatelitales y las mutaciones en BRAF se
asociaron con fracasos terapéuticos (Honecker y cols., 2009).
Hasta el 10% de los tumores de células germinales es extragona­
dal y se desarrolla en la línea media corporal. Hay dos teorías com­
petitivas principales que intentan explicar la patogenia de los tumores
de células germinales extragonadales. La primera teoría sugiere que se
originan en células germinales que migraron hacia regiones incorrectas
a lo largo de la cresta genital y fueron capaces de sobrevivir en un am­
biente extragonadal' La segunda teoría propone una migración inversa
desde el testículo a localizaciones extragonadales (Chaganti y Hould­
sworth, 2000).
Los tumores de células germinales no seminomatosos primarios del
mediastino difieren en varios elementos de los que se originan en el
testículo o el retroperitoneo. En primer lugar, son menos sensibles a la
quimioterapia y presentan un pronóstico menos favorable, con una tasa
de supervivencia global a los 5 años de alrededor del 45% (Bokemeyer
y cols., 2002b). Los tumores de células germinales no seminomatosos
mediastínicos tienen mayores probabilidades de tener componentes
de un tumor del saco vitelina y, en consecuencia, de coexistir con un
aumento de la concentración sérica de a.-fetoproteína (Kesler y cols.,
2008). Estos tumores también se asocian con síndrome de Klinefelter y
con neoplasias malignas hemáticas portadoras de copias adicionales del
brazo corto del cromosoma 12, como se observa en adultos con tumores
de células germinales (Bokemeyer y cols., 2002a; McKenney y cols.,
2007). En contraste, los seminomas mediastínicos tienen un pronós­
tico similar al de los seminomas testiculares. Los tumores de células
germinales primarios del retroperitoneo no pueden diferenciarse a
través de sus propiedades biológicas de los tumores de células ger­
minales testiculares y se asocian con el mismo pronóstico.
Clasificación histológica
La clasificación histológica del tumor de células germinales se describe
en el Cuadro 31-2 (Sobin y Wittekind, 2002). Los tumores de células
germinales se clasifican de modo amplio en seminomatosos y no se­
minomatosos, y la distribución relativa de cada uno de ellos es de
52 a 56% y de 44 a 48%, respectivamente (McGlynn y cols., 2005;
Powles y cols., 2005). Los tumores de células germinales no semi­
nomatosos abarcan el carcinoma embrionario, el tumor del saco
vitelino, el teratoma y el coriocarcinoma, sean puros o combinados
como tumores de células germinales mixtos, con seminoma o sin él
(Ulbright, 2005). La mayoría de los tumores de células germinales no
seminomatosos son mixtos, dado que están compuestos por dos o más
Cuadro 31.2
Clasificación de los tumores de células germinales
de la Organización Mundial de la Salud
. Neoplasia ifltratubular de células germinales
Tumores de un tipo histológico (formas puras)
Seminoma .
Seminoma con células sincitiotrofoblásticas
Semiiloma espermatocítico
Carcinoma embrionario
Tumor del saco viteJino
Tumores trofoblásticos
Coriocarcinoma
Neoplasias trofoblásticas diferentes del coriocarcinoma
Coriocarcinoina monofásico
TumortrofobJástico del sitio placentario
Teratoma
. Quiste dermoide
Teratoma monodérmico
Teratoma con neoplasia maligna de tipo somática (transformación
maligna) .
Tumores de más de.un subtipo histológico (formas mixtas)
De Sobin LH, Wittekind CH. UICC: TNM Classilication 01 malignant tumors. 6' ed.
NuevaYork: Wiley-Liss; 2002.
subtipos de tumores de células germinales. Los tumores de células ger­
minales que contienen tanto subtipos no seminomatosos como semino­
matosos se clasifican como no seminomatosos.
Neoplasia intratubular de células germinales. Excepto el se­
minoma espermatocítico, todos los tumores de células germinales
invasores que se presentan en adultos se originan en neoplasias in­
tratubulares de células germinales, formadas por células germinales
indiferenciadas con aspecto similar al del seminoma y ubicados en las
áreas basales de los túbulos seminíferos. El túbulo suele revelar una
espermatogénesis disminuida o ausente, y los constituyentes normales
fueron sustituidos por los de la neoplasia intratubular de células germi­
nales. El hallazgo de esta neoplasia en una pieza de orquiectornía de un
hombre con cáncer de testículo no influye en el pronóstico en relación
con el riesgo de recidiva del cáncer (von Eyben y cols., 2004). La neo­
plasia intratubular de células germinales es mucho menos frecuente en
pediatría (Cheville, 1999).
Seminoma. El seminoma es el tipo más frecuente de tumor de cé­
lulas germinales. En promedio, los seminomas se desarrollan a un
promedio de edad mayor que los tumores no seminomatosos y la
mayoría de los casos se diagnostica en la cuarta o la quinta déca­
da de la vida (Rayson y cols., 1998). En el examen macroscópico,
el seminoma es un tumor blando multinodular u homogéneo de color
dorado o blanco (Fig. 31-1A). Puede identificarse necrosis, aunque
por lo general está localizada y no es tan prominente como en otros
tumores de células germinales. Los seminomas están formados por
células de núcleos poligonales y citoplasma claro dispuestas en lá­
minas, divididas en nidos por tabiques fibrovasculares que contienen
linfocitos (véase la Fig. 31-IB) (Ulbright, 2005). Los sincitiotrofo­
biastos, que se tiñen con colorantes para la gonadotropina coriónica
humana (hCG), se pueden identificar en alrededor del 15% de los
casos de seminomas puros pero no pudo determinarse con precisión
si influyen en el pronóstico (Cheville, 1999). A menudo se identi­
fican infiltrados linfocíticos y reacciones granulomatosas; además,
los seminomas parecen estar asociados con una mayor incidencia de
sarcoidosis (Rayson y cols., 1998; Tjan-Heijnen y cols., 1998). Los
seminomas pueden confundirse con un carcinoma embrionario de pa­
trón sólido, un tumor del saco vitelina o un tumor de las células de
Sertoli (Ulbright y Young, 2008). Si bien la tinción inmunohistoquí­
mica cumple un papel limitado en el diagnóstico del tumor de células
germinales, los seminomas por lo general producen resultados nega­
CAPíTULO 31 • Neoplasias de los testículos 849
tivos para CD30, positivos para CD117 y fuertemente positivos en la
prueba de fosfatasa alcalina placentaria. El seminoma anaplásico se
consideraba en el pasado un subtipo de seminoma, no obstante, esta
distinción no tiene una relevancia biológica o clínica clara y se aban­
donó. El seminoma se origina en una neoplasia intratubular de
células germinales y, por lo general, se estima que es el precursor
común de los demás subtipos de tumores de células germinales no
seminomatosos (Ulbright, 2004). Esta capacidad del seminoma de
transformase en elemento de un tumor no seminomatoso tiene impor­
tantes implicancias terapéuticas para el tratamiento del seminoma (se
comentará más adelante) (Ulbright, 2004).
Seminoma espermatocítico. El seminoma espermatocítico es
poco frecuente y representa menos del 1% de los tumores de célu­
las germinales. Aunque se clasifica como una variedad de seminoma,
en realidad, constituye una entidad clinicoanatomopatol6gica distinta de
los tumores de células germinales. A diferencia de otros tumores de
células germinales, el seminoma espermatocítico no se origina en una
neoplasia de células germinales intratubular, no se asocia con ante­
cedentes de criptorquidia ni con bilateralidad, no expresa fosfatasa
alcalina placentaria ni i(12p), y no forma parte de tumores de células
germinales mixtos (Ulbright, 2005). En el examen histológico, este tu­
mor se distingue del seminoma en que tiene núcleos redondeados, míni­
mo infiltrado linfocítico y tres tipos celulares específicos, que abarcan cé­
lulas pequeñas semejantes a linfocitos, células medianas con citoplasma
eosinófilo denso y núcleo redondeado, y células grandes mononucleares
o multinucleares (Aggarwal y Parwani, 2009). La incidencia máxima se
observa en la sexta década (Eble, 1994; Chung y cols., 2004a). Este es un
tumor benigno (solo se documentó un caso que produjo metástasis) y
casi siempre se cura con orquiectomía (Chung y cols., 2004a). Una ex­
cepción está constituida por el seminoma espermatocítico con sarcoma,
que es muy poco frecuente, exhibe elementos de diferenciación sarcoma­
tosa y se caracteriza por un pronóstico desfavorable.
Carcinoma embrionario. El carcinoma embrionario está formado por
células malignas indiferenciadas semejantes a células epiteliales primi­
tivas de embriones en estadios iniciales con núcleos pleomorfos densos
(Ulbright, 2005). En el examen macroscópico, el carcinoma embrionario
es una neoplasia de color dorado o amarillento, que a menudo presenta
grandes áreas hemorrágicas y necróticas. El aspecto microscópico de es­
tos tumores es muy variable y pueden crecer formando láminas sólidas
o en patrones papilares, glandulares-alveolares o tubulares (véase la Fig.
31-1C). En ciertos casos, se identifican sincitiotrofoblastos. El carcinoma
embrionario es un tumor agresivo que produce metástasis con frecuencia
elevada, con frecuencia a pesar de que las concentraciones séricas de los
marcadores tumorales son normales. El carcinoma embrionario es el
tipo celular más indiferenciado de los tumores de células germinales
no seminomatosos, con capacidad totipotencial de diferenciarse en
otros tipos celulares de estos tumores (incIuso de teratoma) dentro
del tumor primario o en sitios metastásicos. Como ya se comentó, la
presencia y el porcentaje de carcinoma embrionario influyen sobre el
riesgo de provocar metástasis en tumores de células germinales no semi­
nomatosos en estadio clínico 1. El carcinoma embrionario típico produce
resultados positivos con las tinciones para AElIAE3, fosfatasa alcalina
placentaria y OCT3/4 y no se tiñe con colorantes para c-KIT.
Coriocarcinoma. El coriocarcinoma es un tumor agresivo infrecuente,
que se manifiesta típicamente con aumento de las concentraciones séri­
cas de hCG y con enfermedad generalizada. El coriocarcinoma se suele
diseminar a través de vías hematógenas, con las localizaciones habi­
tuales de las metástasis en los pulmones y el encéfalo, aunque también se
informaron metástasis en los ojos y la piel (Tinkle y cols., 2001; Osada
y cols., 2004). En el examen microscópico, el tumor está compuesto por
sincitiotrofoblasto y citotrofoblasto; el primero se tiñe con colorante para
hCG (véase la Fig. 31-1D) (Cheville, 1999). El seminoma y el carcinoma
embrionario también pueden contener sincitiotrofoblasto. Las áreas de
hemorragia y necrosis son prominentes.Al igual que la enfermedad trofo­
blástica gestacional, el coriocarcinoma testicular es susceptible de experi­
mentar hemorragias, en ocasiones de forma espontánea e inmediatamente
después de iniciar la quimioterapia; esta hemorragia puede ser catastró­
fica, en particular en los pulmones o el encéfalo (Motzer y cols., 1987).
Tumor del saco vitelino. Los tumores del saco vitelino puros (en oca­
siones también denominados tumores del seno endodérmico) representan
una fracción muy pequeña de los tumores de células germinales del adul­
to, pero son más frecuentes en el mediastino y en pediatría. Los tumores
de células germinales mixtos con frecuencia contienen elementos del
tumor del saco vitelino, que consiste en una red de células cuboides de
tamaño mediano con glóbulos tipo hialino, eosinófilos, cítoplasmáticos
y extracitoplasmáticos (Epstein, 2010). Los glóbulos hialinos son una
cualidad típica de estos tumores y se identifican en hasta el 84% de los
pacientes. Los tumores del saco vitelino pueden presentarse en patrones
glandular, papilar o microquístico. Una característica habitual es el cuer­
po de Schiller-Duval, que remeda los senos endodérmicos y se visualiza
en alrededor del 50% de los casos (véase la Fig. 31-1E). Los tumores
del saco vitelino por lo general producen a-fetoproteína, aunque no
hCG. En hombres con tumor de células germinales no seminomatoso en
estadio clínico 1y marcadores tumorales séricos normales, el hallazgo de
un tumor del saco vitelino se asocia con un riesgo más bajo de recidiva,
aunque esta observación puede ser solo el resultado de que los marcado­
res tumorales (a-fetoproteína) son más sensibles para detectar enferme­
dad micrometastásica en este tipo de tumores (Read y cols., 1992).
Teratoma. Los teratomas son tumores que contienen elementos di­
ferenciados de forma completa o incompleta, de al menos dos de las
tres capas de células germinales: endodermo, mesodermo y ectodermo.
Todos los componentes se encuentran mezclados de manera caracterís­
tica. Los tumores bien diferenciados se designan como teratomas ma­
duros, mientras que los diferenciados de forma incompleta (es decir,
similares a los tejidos fetales o embrionarios) se denominan teratomas
inmaduros. Los teratomas maduros pueden incluir elementos maduros
de hueso, cartílago, dientes, pelo y epitelio pavimentoso, hecho que
explica muy bien el nombre de teratoma, que significa "tumor mons­
truo" en griego (véase la Fig. 31-1F). El aspecto macroscópico del te­
ratoma depende en especial de los elementos presentes dentro de él; en
la mayoría se identifican áreas sólidas y quísticas. Por lo general, los
teratomas se asocian con marcadores tumorales séricos normales,
aunque pueden causar una elevación leve de la concentración sé­
rica de a-fetoproteína. Alrededor del 47% de los tumores de células
germinales mixtos del adulto contiene teratoma, pero los teratomas
puros son infrecuentes. Por el contrario, el teratoma puro constituye
un porcentaje elevado de las neoplasias de células germinales en la
población pediátrica (Epstein, 2010).
En los adultos, los teratomas presentan una histología con caracterís­
ticas benignas, si bien con frecuencia se detectan metástasis en indivi­
duos con tumores de células germinales no seminomatosos avanzados.
Se estima que los elementos no teratomatosos (en especial el carcinoma
embrionario) tienen la capacidad de madurar y convertirse en teratomas,
y que las metástasis se originan en estos elementos antes de su diferen­
ciación. El teratoma es resistente a la quimioterapia. En consecuen­
cia y dada la presencia frecuente de metástasis en los tumores de células
germinales no seminomatosos avanzados, los pacientes con tumor resi­
dual después de la quimioterapia requieren una resección quirúrgica de
consolidación, porque entre el 40 y el 50% tiene un teratoma residual.
La quimiorresistencia natural del teratoma limita la implementación de
estrategias terapéuticas para el tumor de células germinales no semino­
matoso, que solo se basan en quimioterapia.
A pesar de su aspecto histológico benigno, los teratomas pueden
contener anomalías genéticas halladas con frecuencia en tumores de
850 SECCIÓN VII • Genitales masculinos
Figura 31-1. A. Corte macroscópico de un testículo con un seminoma. B. Seminoma (tinción de hematoxilina y eosina [H&E]). C. Carcinoma embrionario
(tinción H&E). D. Coriocarcinoma (tinción H&E). E. Tumor del saco vitelino (tinción H&E). F. Teratoma (tinción H&E). (A-F. Cortesía de la doctora Donna E.
Hansel.)
células germinales malignos, como aneuploidías, i(l2p) y capacidad quístico con frecuencia contiene hCG y u-fetoproteína, lo que confirma
proliferativa muy variable (Castedo y cols., 1989; Sella y cols., 1991). su potencial maligno (Sella y cols., 1991; Beck y cols., 2004). La ines­
Los estudios también demostraron que el líquido dentro del teratoma tabilidad genética del teratoma tiene importantes implicancias clínicas.
CAPíTULO 31 • Neoplasias de los testículos 851
Los teratomas pueden proliferar de modo incontrolable, invadir es­
tructuras circundantes y tornarse irresecables (en cuyo caso cons­
tituyen el síndrome de teratoma proliferativo) (Logothetis y cols.,
1982). Ocasionalmente, el teratoma puede transformarse en una
neoplasia maligna de origen somático, como un rabdomiosarcoma,
un adenocarcinoma o un tumor neuroectodérmico primitivo (Little
y cols., 1994; Comiter y cols., 1998; Motzer y cols., 1998). Estos tumo­
res se denominan "teratoma con neoplasia maligna de tipo somática" o
"teratoma con transformación maligna". Con frecuencia estos tumores
presentan anomalías en el cromosoma 12 o i(12p), que indican su ori­
gen en un tumor de células germinales. La transformación maligna es
muy agresiva, resistente a la quimioterapia convencional y asociada con
un pronóstico desfavorable. Por último, el teratoma no resecado en un
paciente con un tumor de células germinales no seminomatoso avan­
zado por lo general produce recidivas tardías (Sheinfeld, 2003). Todos
estos eventos pueden culminar en consecuencias letales.
Manifestaciones iniciales
Signos y síntomas
El modo de presentación más frecuente del cáncer de testículo es
con un tumor testicular indoloro. Con menor frecuencia, los pacientes
experimentan dolor testicular agudo causado por la expansión rápida
del testículo por la hemorragia o el infarto tumoral debidos al creci­
miento rápido del tumor. El dolor se asocia con mayor asiduidad a un
tumor de células germinales no seminomatoso, porque estos tumores
tienden a estar más vascularizados y crecen a mayor velocidad que los
seminomas. Con frecuencia los pacientes informan antecedentes de un
traumatismo testicular, aunque es probable que el traumatismo inciden­
tal sea responsable de la advertencia de un tumor testicular preexistente.
Los pacientes también pueden experimentar molestias escrotales poco
definidas o pesadez escrotal. En alrededor del 66% de los pacientes
con tumores de células germinales no seminomatosos y en el 15% de
los pacientes con seminomas puros se detectan metástasis regionales
o a distancia, y los síntomas de la enfermedad metastásica constitu­
yen la forma de presentación en ellO al 20% de los individuos. Las
metástasis retroperitoneales voluminosas pueden manifestarse como un
tumor palpable o provocar dolor abdominal, dolor lumbar secundario a
obstrucción ureteral, dolor dorsal como consecuencia del compromiso
del músculo psoas o las raíces dorsales, edema del miembro inferior por
la compresión de la vena cava inferior o síntomas gastrointestinales. Las
metástasis pulmonares pueden manifestarse con disnea, dolor torácico,
tos o hemoptisis. Las metástasis a los ganglios linfáticos supraclavicula­
res pueden presentarse como un tumor cervical. Alrededor del 2% de
los hombres desarrolla ginecomastia, producida por el aumento de la
concentración sérica de hCG, por la disminución de la producción de
andrógenos o por el aumento de los niveles de estrógenos (más frecuente
en hombres con tumores de células de Leydig). Aunque alrededor de
dos tercios de los hombres con tumores de células germinales pre­
sentan menor fertilidad, la consulta por infertilidad es un modo de
presentación muy poco frecuente.
Examen físico
El médico debe examinar con atención al testículo afectado y luego el
contralateral normal con el fin de comparar sus tamaños y sus consis­
tencias; la palpación debe intentar identificar tumores testiculares o ex­
tratesticulares. La atrofia del testículo comprometido o del contralateral
es frecuente, en particular en pacientes con antecedentes de criptorqui­
dia. Toda área firme dentro del testículo sugiere una neoplasia maligna
y debe someterse a pruebas adicionales. Un cáncer de testículo puede
provocar hidrocele, que afecta la capacidad del examinador de evaluar
el testículo. En ese caso, se justifica la indicación de una ecografía es­
crotal para evaluar el testículo. También deben buscarse evidencias de
tumores abdominales palpables o hipersensibilidad a la compresión del
abdomen, adenopatías inguinales (en particular si el paciente se sometió
a una cirugía inguinal o escrotal en forma previa), ginecomastia y ade­
nopatía supraclavicular, y se debe auscultar el tórax en busca de enfer­
medad intratorácica.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial del tumor testicular debe realizarse con una
orquiepididimitis, una torsión, un hematoma o una neoplasia paratesticu­
lar (sea benigna o maligna). Otras posibilidades diagnósticas son hernia,
varicocele o espermatocele, aunque por lo general se pueden distinguir
del tumor testicular a través del examen físico. Un tumor intratesticular
firme debe considerarse un cáncer hasta demostrar lo contrario y
debe evaluarse con ecografía escrotal. En pacientes con un diagnósti­
co presuntivo de orquiepididimitis, se debe indicar una reevaluación
entre 2 y 4 semanas después de completar un tratamiento adecuado
con antibióticos por vía oral. En caso de persistencia del tumor o de
dolor en el área, se debe solicitar una ecografía escrotal.
Retraso en el diagnóstico
Aunque el cáncer de testículo es la neoplasia maligna más frecuente
en adultos jóvenes de sexo masculino, el retraso en el diagnóstico es
un fenómeno confirmado en asociación con la enfermedad y tanto los
médicos como los pacientes contribuyen a esa demora. Los pacientes
con cáncer de testículo suelen ser jóvenes y pueden tener menor dispo­
sición a consultar al médico al aparecer los síntomas, debido a negación,
ignorancia o acceso limitado a la atención médica. Cuando se retrasa el
diagnóstico, el período de retraso más prolongado se atribuye al médico
en hasta dos tercios de los casos. En estudios antiguos se demostró
que hasta un tercio de los tumores testiculares se confunde en un
principio con una epididimitis o un hidrocele (Bosl y cols., 1981). En
pacientes que consultan con signos o síntomas de un tumor de células
germinales metastásico, estos pueden atraer toda la atención del mé­
dico y conducir a que no sea capaz de diagnosticar el tumor primario.
Estos pacientes pueden ser sujetos de tratamiento inapropiado, pruebas
diagnósticas erróneas y cirugías innecesarias con la consecuente poster­
gación en el tratamiento definitivo. Se publicaron informes de pacientes
sometidos a laparotomía exploradora, vaciamiento ganglionar cervical
o mastectomías para el tratamiento de un tumor de células germinales
metastásico no sospechado. El tiempo de retraso se asocia con un esta­
dio clínico avanzado, una respuesta subóptima a la quimioterapia y una
menor supervivencia. Moul y cols. (1990) informaron una reducción de
la tasa de supervivencia en pacientes con tumores de células germinales
tratados entre 1970 y 1987, en los que el retraso diagnóstico fue mayor
de 16 semanas, aunque estas diferencias no resultaron significativas en
los pacientes tratados con la quimioterapia contemporánea basada en
cisplatino. Stephenson y cols. (2004) informaron que entre los pacientes
en los cuales el tratamiento se retrasó más de 30 días debido a la realiza­
ción de una laparotomía exploradora innecesaria, una mayor proporción
debió recibir quimioterapia intensiva (múltiples regímenes, dosis eleva­
das y quimioterapia de rescate).
El retraso en el diagnóstico se puede evitar mejorando la educación
del paciente y el médico. Los médicos deben considerar el diagnóstico
de tumor de células germinales en todo hombre de entre 15 y 50 años
con un tumor testicular de consistencia firme, un tumor retroperitoneal
en la línea media o un tumor en la fosa supraclavicular izquierda. El
examen detallado con pruebas serológicas y radiológicas apropiadas
(concentraciones séricas de a-fetoproteína, hCG, lactato deshidrogena­
sa [LDH] y ecografía testicular) deben permitir arribar al diagnóstico
correcto.
852 SECCIÓN VII • Genitales masculinos
Evaluación diagnóstica y
tratamiento inicial
Ecografía eserotal
En un hombre que consulta debido a un tuinor testicular, un hidrocele o
signos o síntomas escrotales de causa desconocida, se debe considerar
realizar una ecografía escrotal como extensión del examen físico,
porque es fácil de obtener, económica y no invasiva. Con los trans­
ductores de alta frecuencia (entre 5 y 10 MHz), se pueden identificar
lesiones intratesticulares tan pequeñas como de unos pocos milímetros,
que se distinguen con facilidad de enfermedades extratesticulares. En
la ecografía, un tumor de células germinales típico es hipoecogénico
y puede presentarse como una o dos lesiones separadas (Fig. 31-2). La
ecoestructura heterogénea dentro de una lesión se asocia con mayor fre­
cuencia con un tumor de células germinales no seminomatoso, porque
los seminomas suelen ser homogéneos. El aumento del flujo dentro de
la lesión en la ecografía Doppler color sugiere una neoplasia maligna,
aunque su ausencia no excluye un tumor de células germinales. La aso­
ciación entre una microlitiasis testicular y un tumor de células germina­
les no se definió con claridad y este hallazgo aislado no requiere pruebas
adicionales urgentes (DeCastro y cols., 2008). Debido a que la inciden­
cia del tumor de células germinales bilateral es del 2%, ambos tes­
tículos deben examinarse con ecografía, aunque la identificación de
tumores bilaterales en el momento del diagnóstico es inusual (0,5%
de todos los tumores de células germinales) y la presentación me­
tacrónica es más frecuente (Fossa y cols., 2005).
En los hombres con tumores de células germinales avanzados y
examen testicular normal, se debe solicitar una ecografía escrotal
para excluir una cicatriz o una calcificación pequeña no palpable
que indique un tumor testicular primario "consumido". En los pa­
cientes con evidencias ecográficas de lesiones intratesticulares debe in­
dicarse orquiectomia radical. En los hombres con tumores de células
germinales avanzados, con testículos normales en el examen físico y la
evaluación ecográfica, se debe buscar un tumor de células germinales
primario extragonadaI.
El hallazgo de lesiones intratesticulares pequeñas « 10 mm) no pal­
pables, no asociadas con tumores de células germinales diseminados ni
con amento de la concentración sérica de los marcadores constituye un
dilema diagnóstico. La mayoría de estas lesiones es benigna (quiste tes­
ticular, infarto pequeño, nódulo de células de Leydig o tumor de células
de Leydig o de Sertoli pequeñas), aunque del 20 al 40% de ellas puede
representar un tumor de células germinales pequeño (por lo general, un
seminoma) (Hindley y cols., 2003; Connolly y cols., 2006; Muller y
cols., 2006). Las opciones terapéuticas consisten en orquiectomía ingui­
nal, exploración inguinal y resección (con biopsia por congelación para
excluir un tumor de células germinales) y control estricto con ecografías
seriadas (con exploración de las lesiones que aumentan de tamaño). La
ecografía intraoperatoria resulta útil durante la exploración quirúrgica
del testículo, con el fin de locali.zar la lesión. El riesgo de neoplasia
maligna aumenta con el tamaño de la lesión (Carmignani y cols., 2005).
Marcadores tumorales séricos
El cáncer de testículo es una de las pocas neoplasias malignas que tiene
marcadores tumorales séricos precisos (LDH, a-fetoproteína y hCG),
hallazgo fundamental para el diagnóstico, el pronóstico, el tratamiento y
la monitorización de la enfermedad. Se deben medir las concentraciones
séricas de los marcadores tumorales en el momento del diagnóstico, des­
pués de la orquiectomia, para controlar la respuesta a la quimioterapia,
y en busca de recidivas durante el seguimiento y una vez finalizada la
terapia.
Figura 31-2 . Imagen transversal del testículo izquierdo, que muestra una
lesión intratesticular hipoecogénica multinodular, que resultó ser un
seminoma puro en la pieza de orquiectomía. SAG, LT, TEST, imagen sagital
del testículo izquierdo.
En el momento del diagnóstico, las concentraciones de a-fetopro­
teína están elevadas en el 50 al 70% de los pacientes con tumores
de células germinales no seminomatosos en estadio bajo (estadios
clínicos 1, HA, IIB) Yen el 60 al 80% de los tumores avanzados (esta­
dios IIC y 111). Los carcinomas epidermoides y los tumores del saco
vitelino secretan a-fetoproteína, mientras que los coriocarcinomas y
los seminomas no lo hacen. En los pacientes con seminomas prima­
rios puros y aumento de la concentración sérica de a-fetoproteína,
se sospecha un tumor de células germinales no seminomatoso. La
vida media de la a-fetoproteína oscila entre 5 y 7 días. Los niveles
de a-fetoproteína también pueden elevarse en pacientes con carcinoma
hepatocelular y con cáncer de estómago, de páncreas, de las vías biliares
y de pulmón. En los individuos con hepatopatías no malignas (infec­
ciosa, medicamentosa, alcohólica, autoinmunitaria) la concentración de
a-fetoproteína también puede estar elevada. El incremento del nivel sé­
rico de a-fetoproteína también es característico de la ataxia telangiecta­
sia y de la tirosinemia hereditaria.
Las concentraciones de hCG aumentan en el 20 al 40% de los pa­
cientes con tumores de células germinales no seminomatosos de bajo
grado y en el 40 al 60% de los que tienen estos tumores en estadios
avanzados. Alrededor del 15% de los seminomas secreta hCG, aunque
esta hormona también la produce el corioq:¡rcinoma y el carcinoma
embrionario. Las concentraciones superiores a 5 000 UIIL suelen indi­
car un tumor de células germinales no seminomatoso. La vida media
de la hCG oscila entre 24 y 36 horas. Las concentraciones de hCG pue­
den aumentar en el cáncer de hígado, de las vías biliares, de páncreas, de
estómago, de pulmón, de mama, de riñón y de vejiga. La subunidad a de
la hCG la comparten varias hormonas hipofisarias, por lo cual los inmu­
noensayos para detectar hCG deben tratar de identificar la subunidad
~. La reactividad cruzada de la prueba para identificar hCG con la
de la hormona luteinizante puede causar elevaciones falsas positivas
de la medición de la hCG en pacientes con hipogonadismo primario.
La concentración sérica elevada de hCG causada por hipogonadismo se
normaliza entre 48 y 72 horas después de la administración de testosterona,
por lo que esta prueba puede llevarse a cabo para distinguir entre los resul­
tados de hCG positivos verdaderos y los falsos. El consumo de marihuana
también puede provocar resultados falso positivos de esta hormona.
Las concentraciones de LDH están elevadas en alrededor del 20%
de los tumores de células germinales de bajo grado y en el 20 al60%
de los tumores avanzados. La LDH se expresa en el músculo liso, el
cardíaco y el esquelético. El linfoma también puede elevar las concen­
traciones de LDH. De las cinco isoenzimas de la LDH, la LDH-l es la
que aumenta con mayor frecuencia en los tumores de células germina­
les. Las concentraciones de esta isoenzima se correlacionan con el nú­
mero de copias del cromosoma 12p, que con frecuencia está amplificado
en estos tumores. La magnitud de la elevación de la LDH se correlaciona
con el tamaño del tumor. Como marcador inespecífico de los tumores de
células germinales, su aplicación principal sería la evaluación pronósti­
ca del tumor de células germinales en el momento del diagnóstico. La
vida media sérica de la LDH es de 24 horas.
Cuando se sospecha un tumor de células germinales se debe obte­
ner una muestra de sangre para medir las concentraciones séricas
de a-fetoproteína, hCG y LDH antes de la orquiectomía, con el fin
de contribuir al diagnóstico y la interpretación de los JÚveles de los
marcadores tumorales después de la orquiectomía. Con fines de esta­
dificación resulta importante conocer si las concentraciones séricas de los
marcadores tumorales, obtenidas antes de la orquiectornía, comenzaron a
descender tras la operación y, si así fue, a qué velocidad. Los resultados
de las pruebas de marcadores rumorales no deben usarse para guiar la
decisión de realizar una orquiectornía radical, puesto que el hallazgo de
concentraciones de AFP o hCG dentro del intervalo normal no excluye
un tumor de células germinales. Un aumento significativo del nivel sérico
de a-fetoproteína puede indicar la presencia de un tumor de células ger­
minales no seminomatoso en un paciente cuyo diagnóstico histológico es
un seminoma puro, dado que los seminomas no producen a-fetoproteína.
No obstante, los valores elevados de forma fronteriza deben interpretarse
con precaución. En algunos pacientes ocasionales con tumor prima­
rio testicular, retroperitoneal o mediastíJÚco, en los cuales la carga
tumoral requiere implementar un tratamiento urgente, el hallazgo
de un valor muy elevado de a-fetoproteína, HCG o ambas puede con­
siderarse suficiente para el diagnóstico de un tumor de células germi­
nales. En pacientes muy infrecuentes con enfermedad médica inestable,
el tratamiento no necesita retrasarse hasta que los resultados de la histolo­
gía permitan confirmar el diagnóstico. No obstante, estos pacientes deben
someterse a orquiectornía radical después de completar la quimioterapia,
porque el testículo se considera el "santuario" de las células germinales
malignas debido a la existencia de la barrera hematotesticular y a que con
frecuencia el testículo contiene células germinales tumorales invasoras
residuales, teratoma, neoplasia intratubular de células germinales o una
combinación de todas ellas (Geldart y cols., 2002).
Orquiectomía radical inguinal
Los pacientes en los que se sospecha una neoplasia testicular deben so­
meterse a una orquiectornía radical inguinal con extirpación del testículo
que alberga el tumor y el cordón espermático homolateral hasta el nivel
del anillo inguinal profundo. La orquiectomía o la biopsia transes­
crotal están contraindicadas porque dejan la porción inguinal del
cordón espermático y pueden afectar el drenaje linfático del testícu­
lo, lo que puede aumentar el riesgo de recidiva local y de metástasis
ganglionares pelvianas o inguinales. Dado el crecimiento rápido del
tumor de células germinales, la orquiectornía debe llevarse a cabo en el
momento oportuno y deben evitarse retrasos mayores de 1 a 2 semanas.
La orquiectornía radical aporta el material para efectuar el diagnóstico
histológico y el estadio T primario, aporta información pronóstica im­
portante basada en la histología del tumor y permite curar entre el 80 y
el 85% y entre el 70 y el 80% de los pacientes con seminomas en estadio
clínico 1y con tumor de células germinales no seminomatoso en estadio
clínico 1, respectivamente.
El examen histopatológico del testículo debe permitir la determinación
del tipo histológico del tumor (véase Cuadro 31-2) (Sobin y Wittekind,
2002), el tamaño tumoral, la multifocalidad, la invasión tumoral local
CAPíTULO 31 • Neop[asias de [os testículos 853
(red testicular, túnica albugínea, túnica vaginal, epidídimo, cordón esper­
mático, escroto), el estadio T primario (Cuadro 31-3) (Sobin y Wittekind,
2002; Greene y cols., 2002), la presencia de neoplasia intratubular de
células germinales, la invasión de los vasos sanguíneos o linfáticos (co­
nocida como invasión linfovascular) y el estado de los márgenes quirúr­
gicos. En los pacientes con tumor de células germinales mixto, se debe
identificar el subtipo tumoral individual, incluida su proporción relativa.
Dada la relativa infrecuencia del tumor de células germinales y la impor­
tancia de la histología del tumor primario para seleccionar el tratamiento,
se recomienda que anatomopatólogos con experiencia revisen el tumor
primario (Krege y cols., 2oo8a). En un ensayo clínico multicéntrico alea­
torizado reciente, 5 de 382 piezas de tumor de células germinales no se­
minomatoso (1,3%) se reclasificaron como seminomas cuando se efectuó
la revisión anatomopatológica centralizada (Albers y cols., 2008).
Cirugía con conservación del testículo
La cirugía con conservación del testículo (u orquiectomía parcial)
es un método que genera grandes discusiones y no cumple función
alguna en el paciente en el que se sospecha una neoplasia testicular
con un testículo contralateral normal. No obstante, puede conside­
rarse para tumores limitados al órgano que miden menos de 2 cm
en pacientes con tumores bilaterales sincrónicos o con un tumor
en un testículo solitario y producción suficiente de andrógenos en
ese testículo contralateral. También puede preferirse, en caso de sos­
pechar un tumor benigno o una lesión indeterminada en pacientes con
concentraciones séricas normales de a-fetoproteína, hCG y LDH. La ci­
rugía con conservación del testículo rara vez es posible en tumores más
grandes (> 2 cm), porque su resección completa con frecuencia deja un
parénquima testicular residual insuficiente para su preservación. Cuan­
do se efectúa una cirugía con conservación del testículo, se deben
obtener muestras de biopsia del parénquima testicular adyacente
para excluir una neoplasia intratubular de células germinales, que
se identifican en esta zona en el 80 al 90% de los casos de tumores
de células germinales y se asocia con un 50% de riesgo de que se de­
sarrolle un tumor de células germinales dentro de los 5 años y del 70%
dentro de los 7 años (Skakkebaek y cols., 1982; Dieckmann y Skakkebaek,
1999; Montironi, 2002). La radioterapia adyuvante en el tumor resi­
dual con dosis de 20 Gy o mayores por lo general es suficiente para
prevenir el desarrollo de un tumor de células germinales. El Gennan
Testicular Cancer Study Group (Grupo de estudio alemán sobre cáncer
de testículo) no informó recidivas locales durante una mediana de se­
guimiento de 91 meses en 46 pacientes con tumores pequeños limitados
al órgano, sometidos a cirugía con conservación del testículo y que re­
cibieron radioterapia adyuvante debido a la presencia de una neoplasia
intratubular de células germinales (Heidenreich y cols., 2001).
Biopsia del testículo contralateral
Entre el 5 y el 9% de los pacientes con tumores de células germina­
les tiene una neoplasia intratubular de células germinales en el testículo
contralateral normal (Dieckmann y Skakkebaek, 1999). En pacientes
con un testículo atrófico, antecedentes de criptorquidia o edad menor de
40 años, el riesgo de presentar una neoplasia intratubular de células ger­
minales en el. testículo contralateral alcanza hasta el 36% (Dieckmann
y Loy, 1996). En consecuencia, puede considerarse obtener una biopsia
inguinal abierta del testículo contralateral en pacientes con factores de
riesgo para presentar este tumor o en los que se identifiquen lesiones
sospechosas en la ecografía preoperatoria (Motzer y cols., 2006).
Sospecha de tumor de células germinales extragonadal
Entre el 2 y el 5% de estos tumores es de origen extragonadal (Bokemeyer
y cols., 2002b). Solo el 33% de los pacientes con tumor de células
germinales metastásico sin un nódulo primario testicular presenta un
854 SECCIÓN VII • Genitales masculinos
tumor de células germinales primario extragonadal, porque este mis­ considerar el diagnóstico de tumor de células genninales extragona­

mo porcentaje tiene una neoplasia intratubular de células genninales dal con transformación maligna, lo cual es avalado por la expresión de 

y otro porcentaje igual presenta evidencias ecográficas de un tumor i(l2p) en las piezas de biopsia. 

primario "consumido" (Scholz y cols., 2002). Se debe sospechar un Los pacientes en los que se sospecha un tumor de células genninales 

tumor de células germinales en todo hombre joven con un tumor en la extragonadal deben someterse a una orquiectomia inguinal en algún mo­

línea media. El hallazgo de un aumento de la concentración sérica de mento durante el tratamiento, si el patrón de las metástasis sugiere un tu­

<x-fetoproteína, hCG o ambas, con una evaluación testicular normal, mor primario testicular derecho o izquierdo, o se identifican evidencias 

se considera suficiente para confirmar el diagnóstico de un tumor de ecográficas de un tumor primario "consumido". 

células genninales; la confirmación histológica con biopsia no resul­

ta necesaria para implementar el tratamiento. Cuando los marcadores 

séricos tumorales son normales, debe efectuarse una biopsia del tumor Estadificación clínica 

para confirmar el diagnóstico de tumor de células genninales antes de 

indicar el tratamiento. Una biopsia que muestra un carcinoma pobre­ El pronóstico del tumor de células germinales y las decisiones relacio­

mente diferenciado representa un dilema diagnóstico, si no es posible nadas con el tratamiento inicial dependen del estadio clínico de la enfer­

confirmar la localización del tumor primario. En este caso, se puede medad, que a su vez se basa en los hallazgos histológicos y en el estadio 

Cuadro 31-3
Estadificación TNM del tumor testicular: American joint Committee on Caneer (Comité de Consenso Estadounidense
sobre Cáncer) y Union Internationale Contre le Caneer (U nión Internacional contra el Cáncer)
, Tumor primario m* 

, La extensión del tumor primario suele clasificarse después de fa orquiectomía total y, debido a esta razón, seJe asigna un estadio anatomopatológico. 

, pTX No es posible evaluar el tumor primario 

pTO Sin evidencias de tumor primario (p. ej., cicatriz histológica en el testlculo) 

pTis Neoplasia intratubular de céfulas germinales (carcinoma in situ) 

pTl Tumor limitado al testículo.y el epidídimo sin invasión vascu lar ni linfática; el tumor puede invadir la túnica albugínea .pero no la túnica vagi­
~ 	 .
pT2 	 Tumor limitado al testículo y el epidídimo con invasión vascular/linfática ó extensión del tumor a través 'de la.túnica albugínea y compromisp
de la túnica vaginal
pT3 El tumor invade el cordón espermático con invasión vascular/linfática o sin ella
pT4 El tumor invade el escroto con invasión vascular/linfática o sin ella
Ganglios linfáticos regionales (N)
CLíNICO (determinado por la estadificación no invas(va)
NX No es posible evaluar los ganglios linfáticos regionales
NO Sin metástasis.en los ganglios linfáticos regionales
Nl Metástasis con una masa ganglionar de 2 cm o menor en su dimensión máxima o varios ganglios linfáticos, ninguno mayor de 2 cm en su
dimensión máxima . .
N2 Metástasis con una masa ganglionar mayor de 2 cin pero menor de 5 cm en su dimensión máxima, ci varios ganglios linfáticos, si alguno de
ellos es mayor de 2 cm pero menQr de 5 cm en su dimensión máxima
N3 . Metástasis con una masa ganglionar mayor de 5 cm en su dimensión máxima . ' .
ANATOMOPATOLÓG/CO (pN) (determinado según los hallazgos anatomopatológicos del vaciamiento ganglionar retroperitoneal sin quimioterapia ni
radioterapia previa)
pNX No·es posib.
le evall:Jar los ganglios linfáticos regionales
pNO Sin metástasis en lo~ ganglios linfáticos regiOriales ,
pN1 Metástasis con una masa ganglionar de 2 cm o menor en su dimensión máxima y cinco ganglios linfáticos positivos 'o menos, ninguno mayor
de 2 cm en su dimensión máxima
pN2 Metástasis con una masa ganglronar mayor de 2 cm pero menor de 5 cm en su dimensión máxima, más de 5 ganglios linfáticos positivos,
ninguno mayor de 5 cm o evidencias de extensión tumoral extraganglionar
pN3 Metástasis con una masa ganglionar mayor de 5 cm en su dimensión máxima
Metástasis a distancia (M)
MX . No es posible evaluar las metástasis a distancia
MO Sin metástasis a distancia
M1 Metástasis adistancia
M1 a Metástasis a los ganglios linfáticos no regionales o pulmonares
M1 b Metástasis a distancia en un sitio diferente deganglios linfáticos no regionales o pulmón ,
Marcadores tumorales séricos (S) .
SX . Los estudios de marcadores tumorales no están disponibles o no se efectuaron
SO Niveles de marcadores dentro de los límites normales .
51. LDH < l,5x N' y
hCG (mUl/mL) < 5 000 Y
AFP (nglmL) < 1 000
52 	 LDH1 ,S-10xNo
hCG (mUI/mL) 5 OÓO-50 000 o
AFP (nglmL) 1 000"10 000
53 	 LDH>10xNo
hCG (mUI/mL) > 50 000 o
AFP (nglmL) > 10 000
continúa
CAPÍTULO 31 • Neoplasias de los testículos 855
Cuadro 31-3
Estadificación TNM del tumor testicular: American joint Committee on Cancer (Comité de Consenso Estadounidense sobre
Cáncer) y Union Internationale Contre le Cancer (Unión Internacional contra el Cáncer) (cont.)
AGRUPACIÓN EN ESTADIOS
GRUPO T N M
Estadio O . pTis NO MO
Estadio.1 pT1A NO MO
Estadio lA pTl NO MO
Estadio lB Pt2 NO MO
pT3 NO MO
pT4 NO MO
Esta:diol5 Cualquier pTfTX NO MO'
Estadía II Cualquier pTfTX Nl-N3 MO
Estadio IIA Cualquier prfTX Nl MO
Cualquier pTfTX Nl MO
Estadio.llB Cualquier pTfTX N2 MO
Cualquier pTfTX N2 MO
Esta:dio,IIC Cualquier pTfTX N3 MO
Cualquier pTfTX N3 !vio
Estadio 111 Cualquier pTfTX Cualquier N Ml
Estadio lilA . Cualquier pT!rX Cualquier N Ml a
, Cualquier pTfTX Cualquier N Ml a
Estadio III~ Cualquier pTfTX Nl-N3 MO
Cualquier pTfTX Cualquier N Ml a
Estadio.lllC Cualquier pTiTX Nl-N3 MO
Cualquier pTfTX Cualquier N Mlá
CualquierpTfTX :tualq!Jiér N Ml b
S(MARCADORES
TUMORALES SÉRICOS)
SO
SX
SO
SO
SO
SO
51-53
SX
SO
51
SO
51
SO
51
SX '
SO
51
52
$2
53
 . 	 53
Cl:lalquier S
'Excepto en pTis y pT4, la extensión del tumor primario se clasifica con orquiectomía radical. TX puede usarse en otras categorías, si no se efectúa orquiectomía radical.
'N indica el límite superior normal de la prueba de LDH.
AFP, a-fetoproteína; hCG, gonadotropina coriónica humana; LDH, lactato deshidrogenasa.
Usado con autorización del American joint Committee on Cancer (AjCC), Chicago, Illinois. La fuente original de este material es AjCC Cancer 5taging Manual, séptima edición
(2010), publicado por Springer Science and Business Media, LLC, www.springer.com.
De AjCC. Testis. En: Edge SE, Byrd DR, Comptom CC, eds. AjCC cancer staging manual. 7' ed. Nueva York: Springer; 2010. pp. 469-473.
Conceptos clave: diagnóstico y tratamiento inicial
., . 	El hallazgo de un tuIllor.sólidp intratesticular en un hombre pos­
puberal debe considerarse un tumor de células germinales hasta '
que se demuestre lo contrario.
.• Salvo escasas excepciones, la orquiectomía inguinal conligadura '
alta del cordón espermático debe llevarse a cabo en los hombres
en los cuales se sospecha un tumor de células germinales.. No se
recomienda la orq).liectomia ni la biopsia transescrotal.
• La cifllgía conservadóra del testículo solo se tiene en cuenta para
tratar el tu¡nor de células germinales ;en Piicientes seleccionados
con tumores pequeños en untestÍculb solitario o con tumores
testiculares bilaterales sincrónicos, cuando la pteservaeión del
testÍ<;:ulo afectado permita que el pacümte recib¡l una dotación
suficÍentede andrógeno testicular.
'. 	El retraso en el diagnóstico es un evento frecuente en los tumores
de células ge)"ffiinales, y alrededor de un tercio de los casos eh el
período inicial se ,diagnostica de torna errónea.
• Si las concentraciones séricas de los marcadores tumorales están
elevadas antes de la .orquíectomía,deben volver a medirse des­
. pués de la orquiectomía con el fifl de determinar si est{)s nivekes
empiezan a descenclet, permanecen estables o.son crecientes. Las
concentraciones sérkas de los marcadores tumorales antes de la
. orquiectoII).Ía no,deben usarse para tomardecisiónes terapéuticas.
anatomopatológico del tumor prima:rio, en las concentraciones séricas
de los marcadores tumorales después de la orquiectomía y en la presen­
cia y la extensión de la enfermedad metastásica, determinadas a través
del examen físico y los estudios de diagnóstico por la imagen para la es­
tadificación. En 1997, el American Joint Committee on Caneer (AJCC,
Comité de Consenso Estadounidense sobre el Cáncer) y la Union Inter­
nationale Contre le Caneer (UICC, Unión Internacional contra el Cán­
cer) desarrollaron una clasificación internacional consensuada para los
tumores de células germinales (véase el Cuadro 31-3). Los sistemas de
clasificación del AJCC y el UICC tienen cualidades únicas, dado que
por primera vez se incluye una categoría con marcadores tumorales séri­
cos (S) basada en los valores de a-fetoproteína, hCG y LDH después de
la orquiectomía para establecer estadios pronósticos más precisos que
los definidos de acuerdo con la extensión anatómica de la enfermedad.
Los sistemas de estadificación del AJee yel mee se actualizaron
en 2002 y consideran la presencia de invasión Iinfovascular en el
tumor primario, con la designación, en ese caso, del tumor limitado
al órgano como perteneciente al estadio pT2. El estadio clínico 1 se
define como enfermedad clínicamente limitada al testículo, el estadio
II indica la presencia de metástasis en los ganglios linfáticos regionales
(retroperitoneales) y el III representa metástasis en ganglios linfáticos
no regionales, viscerales o ambos.
Estudios de diagnóstico por la imagen
El tumor de células germinales sigue un patrón predecible de disemina­
ción metastásica, lo que contribuye a su tratamiento exitoso. Excepto
856 SECCIÓN VII • Genitales masculinos
en el coriocarcinoma, la vía más frecuente de extensión de la enfer­
medad es a través de los canales linfáticos desde el tumor primario
hasta los ganglios linfáticos retroperitoneales y, luego, a sitios distan­
tes. El coriocarcinoma muestra una tendencia a diseminarse por vía
hematógena. El retroperitoneo es la localización inicial de las metás­
tasis en el 70 al 80% de los pacientes con tumores de células germi­
nales. El mapeo detallado realizado a partir de series de vaciamientos
ganglionares retroperitoneales aumentó nuestros conocimientos sobre el
drenaje linfático testicular e identificó las ubicaciones más probables de
las metástasis (Sheinfeld, 1994). En relación con los tumores testicu­
lares derechos, el drenaje principal se produce hacia los ganglios lin­
fáticos interaortocavos, que se encuentran debajo de los vasos rena­
les, seguidos por los ganglios paracavos y paraaórticos. La "zona de
aterrizaje" (drenaje primario) de los tumores testiculares izquierdos
corresponde a los ganglios linfáticos paraaórticos, seguidos por los
ganglios interaortocavos (Donohue y cols., 1982). El patrón de drena­
je linfático en el retroperitoneo se moviliza de derecha a izquierda. En
consecuencia, la diseminación contralateral desde la "zona de aterrizaje"
primaria es frecuente en los tumores del lado derecho, aunque rara vez se
observa en los tumores del lado izquierdo y suele asociarse con tumores
voluminosos. Los depósitos metastásicos más caudales suelen refle­
jar la extensión retrógrada a los ganglios linfáticos ilíacos distales e
inguinales debido a la enfermedad muy voluminosa y, de forma más
infrecuente, al drenaje linfático testicular aberrante. Los linfáticos
retroperitoneales drenan hacia la cisterna del quilo detrás de la arte­
ria renal derecha y el pilar derecho del diafragma. En consecuencia,
pueden identificarse metástasis en los ganglios linfáticos retrocrurales en
pacientes con enfermedad retroperitoneal. Desde allí, la diseminación
linfática prosigue a través del conducto torácico hacia la región posterior
del mediastino y la fosa supraclavicular izquierda.
Estadificación clínica del abdomen y la pelvis. Todos los pacien­
tes con tumores de células germinales deben someterse a estudios de
diagnóstico por la imagen del abdomen y la pelvis. La tomografía com­
putarizada (TC) obtenida tras la administración de medios de contraste
por vía oral e intravenosa se considera el método no invasivo más efi­
caz para la estadificación del retroperitoneo y la pelvis. La Te también
permite una evaluación anatómica detallada del retroperitoneo, con el
fin de identificar malformaciones que pueden complicar el vaciamiento
ganglionar retroperitoneal subsiguiente, como la presencia de una vena
renal izquierda circunaórtica o retroaórtica, una arteria renal del polo
inferior o un uréter derecho retrocavo. La resonancia magnética (RM)
es una alternativa a la Te. La Iinfangiografía no resulta útil cuando se
pueden obtener imágenes transaxiales.
En ellO al 20% de los seminomas y en el 60 al 70% de los tumores de
células germinales no seminomatosos se identifican adenomegalias retro­
peritoneales en la Te. El retroperitoneo sigue siendo el área más difícil de
estadificar clínicamente con precisión. A pesar de los avances en las téc­
nicas tomográficas durante las últimas 4 décadas, se informó una tasa
constante de entre 25 y 35% de ganglios linfáticos retroperitoneales
comprometidos en la anatomia patológica asociados con tumores de
células germinales no seminomatosos en estadio clínico 1y Te "nor­
mal" (Fernández y cols., 1994). No se llegó a un consenso en relación con
el tamaño del ganglio linfático retroperitoneal por debajo del cual se con­
sidera "normal" la Te. Se suele aplicar un valor de corte de 10 mm para
identificar adenomegalias, aunque se informaron tasas de falso negativos
de hasta 63% con el uso de este criterio para el tamaño. Entre el 12 y el
40% de los pacientes con estadios clínicos IlA y IIB produce una sobrees­
tadificación clínica con la Te (es decir, ganglios linfáticos negativos en el
examen histológico de las piezas obtenidas en el vaciamiento retroperito­
neal, a pesar de la visualización de adenomegalias en la TC).
Los avances en el conocimiento de los sitios de drenaje primario de
los tumores del lado izquierdo y el derecho impulsaron las investigacio-
Figura 31-3.Tomografía computarizada abdominopelviana posterior a
una orquiectomía de un paciente con un tumor de células germinales no
seminomatoso en el testículo derecho. Se muestra un ganglio linfático
de 7 mm en la zona de drenaje linfático primario. La biopsia del ganglio
linfático tras el vaciamiento retroperitoneal demostró que estaba invadido
por un teratoma.
nes para aumentar la sensibilidad de la Te abdominopelviana mediante
la reducción de valor de corte para el tamaño en los ganglios linfáti­
cos positivos de acuerdo con el examen clínico presentes en la "zona
de aterrizaje" primaria; se propuso un valor de corte de solo 4 mm.
Leibovitch y cols. (1995) demostraron que el empleo de un valor de
corte de 4 mm en la zona de derivación linfática primaria y de 10 mm
fuera de esa región se asociaba con una sensibilidad y una especificidad
para la detección de enfermedad en el estadio anatomopatológico II de
91 y 50%, respectivamente. En un estudio similar, Hilton y cols. (1997)
informaron una sensibilidad y una especificidad del 93 y el 58%, res­
pectivamente, con el uso de un nivel de corte de 4 mm para los ganglios
linfáticos en la "zona de aterrizaje" primaria, que se encontraran por
delante de una línea horizontal que biseca la aorta. Sobre la base de esta
evidencia, los ganglios linfáticos retroperitoneales mayores de 5 a
9 mm localizados en la "zona de aterrizaje", en particular los que se
encuentran delante de los grandes vasos en las imágenes tomográfi­
cas, deben considerarse sospechosos de ser metástasis ganglionares
regionales (Fig. 31-3). Debido al crecimiento rápido de los tumores de
células germinales, se recomienda basar la decisión terapéutica en estu­
dios tomográficos realizados dentro de las 4 semanas anteriores al inicio
del tratamiento.
Los tumores de células germinales malignos acumulan ftuorodesoxi­
glucosa (FDG) y así varios estudios investigaron el papel de la tomo­
grafía por emisión de positrones marcados con FDG (FDG-PET) en
la estadificación de estos tumores en el momento del diagnóstico y al
determinar la respuesta posterior a la quimioterapia. Algunos estudios
piloto pequeños sugirieron que la FDG-PET podía identificar las me­
tástasis retroperitoneales en los seminomas en estadios bajos y en los
tumores de células germinales no seminomatosos en estadio clínico 1
con mayor precisión que la Te (Albers y cols., 1999). En un ensayo
clínico prospectivo revisado sobre la aplicación de la FDG-PET en 111
pacientes contemporáneos con tumores de células germinales no semi­
nomatosos en estadio clínico 1 sometidos a vigilancia, se identificaron
recidivas en 33 de 87 pacientes con resultados negativos en la PET, con
una tasa estimada libre de recidivas del 63% (Huddart y cols., 2007).
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la FDG-PET no era
sensible lo suficiente para estadificar con precisión los tumores de cé­
lulas germinales no seminomatosos en estadio clínico 1. De Wit y cols.
(2008) también informaron que la FDG-PET solo ofrecía resultados
algo mejores que la TC como herramienta de estadificación primaria
para el tumor no seminomatoso en estadio bajo. Por lo tanto, en la
actualidad, no se considera que la FDG-PET cumpla papel alguno
en la evaluación sistemática de los tumores de células germinales no
seminomatosos y de los seminomas en el momento del diagnóstico.
La enfermedad en estadio clínico II se subclasifica en función del ta­
maño de los ganglios linfáticos regionales observados mediante estudios
de diagnóstico por la imagen abdominopelvianos en el HA (adenomega­
lias retroperitoneales ::; 2 cm), el lIB (adenomegalias retroperitoneales
> 2 cm pero ::; 5 cm) y el IIC (ganglios linfáticos> 5 cm).
Estadificación anatomopatológica del abdomen y la pelvis. En
centros europeos seleccionados se efectúa vaciamiento ganglionar retro­
peritoneal en pacientes con tumor de células germinales no seminoma­
toso en estadio clínico lonA, en especial con fines de estadificación,
sin intenciones de curar la enfermedad, para identificar ganglios linfáti­
cos regionales y determinar la necesidad de quimioterapia subsiguiente
(Nelson y cols., 1999; Janetschek y cols., 2000; Albers y cols., 2003,
2008; Bhayani y cols., 2003; Nielsen y cols., 2007). El estadio N anato­
mopatológico difiere del estadio clínico en que el primero también tiene
en cuenta los ganglios linfáticos comprometidos:
pNO: sin metástasis ganglionares regionales
pN1: 5 o más ganglios linfáticos comprometidos, ninguno mayor de
2cm
pN2: más de 5 ganglios linfáticos comprometidos, alguno de los gan­
glios linfáticos de entre 2 y 5 cm
pN3: alguno de los ganglios linfáticos mayor de 5 cm
En los pacientes con enfermedad en estadio anatomopatológico II
(cualquier pT, pNl-3, MO), el riesgo de metástasis ocultas (y recidivas
después del vaciamiento ganglionar retroperitoneal) se relaciona estre­
chamente con el volumen de metástasis ganglionares regionales (entre
ellO y el 30% de los tumores pN1 versus 50 al 80% de los tumores
pN2-3). El estadio anatomopatológico N no puede aplicarse a las piezas
obtenidas mediante vaciamiento ganglionar retroperitoneal de pacientes
que recibieron quimioterapia o radioterapia.
Estudios de diagnóstico por la imagen del tórax
En todos los pacientes con tumores de células germinales se deben in­
dicar estudios de diagnóstico por la imagen del tórax antes de tomar
decisiones con respecto al manejo terapéutico. El hallazgo de metástasis
torácicas en ausencia de enfermedad retroperitoneal o aumento de los
marcadores tumorales séricos es muy infrecuente, en particular cuan­
do el tumor primario es un seminoma. En consecuencia, la indicación
sistemática de Te puede asociarse con una tasa elevada de falso positi­
vos, que pueden complicar la selección posterior del tratamiento (Horan
y cols., 2007). Por lo tanto, parece razonable solicitar radiografías de
tórax en el momento del diagnóstico como estudios de estadificación
inicial, y TC si se identifican concentraciones séricas elevadas de mar­
cadores tumorales después de la orquiectomía, se identifica enfermedad
metastásica en el examen físico o la TC abdominopelviana, o se detectan
hallazgos anormales o ambiguos en la radiografía de tórax. Puede pare­
cer sensato indicar una TC de tórax en pacientes con tumor de células
germinales no seminomatoso en estadio clínico 1con evidencias de inva­
sión linfovascular o predominio de carcinoma embrionario, porque algu­
nos estudios informaron una tasa elevada de diseminación hematógena al
pulmón en pacientes en los cuales no se identificaron metástasis ganglio­
nares retroperitoneales en la TC (Hermans y cols., 2000; Sweeney y cols.,
2000). Las adenopatías mediastínicas o hiliares halladas en un paciente
sin metástasis retroperitoneales deben hacer sospechar una etiología di­
ferente del tumor de células germinales, como un linfoma o sarcoidosis,
y en ese caso debe confirmarse el diagnóstico histológico del tumor de
CAPíTULO 31 • Neop[asias de [os testículos 857
células germinales mediante mediastinoscopia y biopsia, antes de iniciar
el tratamiento.sistémico (Hunt y cols., 2009).
Las metástasis viscerales en los huesos y en el encéfalo son infrecuen­
tes en los tumores de células germinales en ausencia de síntomas u otros
indicadores clínicos. Por lo tanto, se considera que la obtención sistemá­
tica de gammagrafía ósea o de Te del encéfalo en el momento del diag­
nóstico no es beneficiosa. Una excepción notable es la Te del encéfalo
en pacientes con concentraciones muy altas de hCG (> 10 000 UUL),
porque estos niveles con frecuencia se asocian con coriocarcinoma me­
tastásico, que provoca metástasis encefálicas con mayor asiduidad.
Marcadores tumorales séricos
Las concentraciones séricas de a-fetoproteína, hCG y LDH poste­
riores a la orquiectoDÚa son importantes para estadificar, definir el
pronóstico y seleccionar el tratamiento. En consecuencia, en todos
los pacientes se deben obtener muestras de sangre después de la or­
quiectoDÚa para confirmar que se produce un descenso adecuado de
estos marcadores, acorde a su vida media, en los pacientes que tenían
valores elevados antes de la orquiectoDÚa. La presencia de concen­
traciones séricas elevadas o crecientes de marcadores tumorales des­
pués de la orquiectomía sugiere una enfermedad metastásica, y estos
pacientes deben someterse a quimioterapia como medida de elección
inicial. Si la evaluación en busca de metástasis es negativa y los valores
de los marcadores revelan un descenso lento (es decir, no acorde a sus
vidas medias), se debe implementar un control estricto de los pacientes,
con comprobación periódica de las concentraciones de los marcadores tu­
morales hasta que los niveles se normalicen o empiecen a aumentar. Una
concentración estable de a-fetoproteína o hCG un poco por encima del
intervalo normal se debe interpretar con precaución y se deben excluir
otras causas de elevación de estos niveles, antes de tomar decisiones te­
rapéuticas. Al igual que se mencionó para los estudios de diagnóstico por
la imagen realizados durante la estadificación, las decisiones terapéuticas
deben basarse en las concentraciones séricas de los marcadores tumorales
obtenidas dentro de las 4 semanas anteriores al inicio del tratamiento.
Clasificación pronóstica de los tumores
de células germinales avanzados
Un análisis retrospectivo internacional de 5 202 pacientes con tumo­
res de células germinales no seminomatosos avanzados, que se trataron
entre 1975 y 1990 con regímenes de quimioterapia basados en plati­
no (cisplatino o carboplatino), determinó que las concentraciones de
a-fetoproteína, hCG y LDH al inicio de la quimioterapia, la presencia
de metástasis viscerales no pulmonares y de tumor de células germina­
les no seminomatoso primario en el mediastino eran factores pronóstico
significativos e independientes de la progresión y la supervivencia. En
660 pacientes con seminoma avanzado, solo la presencia de metástasis
viscerales no pulmonares predijo de forma significativa la progresión
y la supervivencia (International Germ Cell Consensus Classijication,
1997).
Sobre la base de estos análisis, se desarrolló una clasificación
de riesgos del International Germ Cell Caneer Collaborative Group
(1997) (IGCCCG, Grupo Cooperativo Internacional sobre Cáncer
de Células Germinales) para los tumores avanzados (Cuadro 31-4).
El grupo de riesgo del IGCCCG debe determinarse en cada pacien­
te con tumor de células germinales metastásico para guiar la toma
de decisiones terapéuticas para seleccionar la quimioterapia (se ana­
lizará más adelante). Esta clasificación solo se aplica a pacientes con
tumor de células germinales avanzado en el momento del diagnóstico, y
no sirve para pacientes con recidivas de este tumor. La clasificación tam­
bién se basa en las concentraciones séricas de los marcadores tumorales
después de la orquiectornía al comienzo de la quimioterapia, aunque no
en los valores previos a la orquiectomía.
858 SECCiÓN VII • Genitales masculinos
Cuadro 31-4
Clasificación de riesgos del tumor de células germinales
avanzado del International Cerm Cell Collaborative Croup
Buen pronóstico
NO SEMINOMATOSO SEMINOMA 

Testicu lar/retroperitoneal.primario Cualquier sitio primario 

y y 

Sin metástasis viscerales no plJlmo­ Sin metástasis viscerales no 

nares pulmonares 

y y
Marcadores normales: todQs de: AFP normal, cualquier valor de
hCG y de LDH
AFP < 1 000 nglmL y
hCG < 5 000 UI/L (1 000 nglmL) y
LDH < 1,5 veces el límite sllPerior
normal
56% de los no seminomatosos 90% de seminomas
, SLEa 5 años 89% SLE a 5 años 82%
, Supervivencia a 5 años 92% Supervivencia a 5 años 86%
Pronóstico Intermedio .
NO SEMI NOMATOSO SEMINOMA 

Testicular/retroperitoneal primario Cualquier sitio primario 

y y 

Sin metásiasis viscerales no pulmo­ Sin metástasis viscerales no 

nares pulmonares 

y y
Marcadores intermedios: t090S de: AFP normal, cualquier hCG, 

cualquier LDH 

AFP ;:: 1 000-10 000 nglmL y 

:5 10 000 nglmL 

o 

hCG ;:: 5 000-50 000 UI/L y 

~ 50 000 UI/l:. o 

LDH ;:: 1,5 veces el límite superior 

normal y ~ 1Oveces el valor normal 

28% de los no seminomatosos 10% de seminomas 

SLE a 5 años 75% SLE a 5 años 67% 

Supervivencia a 5 años 80% Supervivencia a 5 año.s 72% 

Mal Pronóstico 

. NO SEMINOMATOSO SEMINOMA
Primario mediastínico Ningún paciente ciasificado
como con mal pronóstico
o 

Metástasis viscerales no pulmonares 

o
Marcadores séricos anormales: algun<;> 

de: 

AFP ;> 10 000 nglmL o 

hCG > 50 000 UI/L (10 000 nglmLl o 

LDH > 10 veces el límite superior 

normal.
16% nO seminomatosos 

SLE a 5 años 41% 

Supervivencia a 5 años 48% . 

Alrededor del 56, el 28 y el 16% de los pacientes con tumores de
células germinales no seminomatosos se clasifica como de pronóstico
bueno, intermedio y malo, respectivamente, de acuerdo con los criterios
del IGCCCG, y las tasas de supervivencia libre de enfermedad y global
a los 5 años en los mismos pacientes correspondieron a 89 y 92%, 75 Y
80% Y41 Y 48%, respectivamente. No existe una categoría de riesgo de
pronóstico malo para el seminoma. Aproximadamente el 90 y el 10%
de los pacientes con seminoma avanzado se clasifican como parte de
los grupos de pronóstico bueno e intermedio, respectivamente, según
los criterios del IGCCCG, y las tasas de progresión a los 5 años y de
supervivencia global en los mismos pacientes fueron del 82 y el 86% y
del 67 y el 72%, respectivamente. Van Dijk y cols. (2006) publicaron un
metaanálisis de 10 estudios que reclutaron a 1 775 pacientes con tumor
de células germinales no seminomatoso tratados después de 1989 e in­
formaron estimaciones de supervivencia general a los 5 años del 94, el
83 y el71 %, respectivamente, para los grupos con buen pronóstico, pro­
nóstico intermedio y mal pronóstico, según los criterios del IGCCCG.
Estos resultados representan un aumento significativo de la superviven­
cia en comparación con los del estudio original (en particular en los pa­
cientes clasificados dentro del grupo con mal pronóstico) y se atribuyen
al tratamiento más eficaz y a la mayor experiencia en el tratamiento de
los pacientes con tumor de células germinales no seminomatoso.
El sistema TNM incorporó las concentraciones de marcadores (SO-3)
y a las metástasis viscerales no pulmonares en la estadificación del cán­
cer de testículo. No obstante, este sistema no considera las diferencias
en el pronóstico entre los seminomas y los tumores no seminomatosos
con metástasis viscerales no pulmonares. De acuerdo con el sistema
TNM, ambos se clasificarían como estadios IIlC, pero el IGCCCG cla­
sificaría al primero como de riesgo intermedio, mientras que al segundo
lo clasificaría como de mal pronóstico. En consecuencia, el sistema del
IGCCCG se aplica de modo preferencial para la evaluación pronóstica y
la selección de la quimioterapia.
Criopreservación de espermatozoides
Si bien la esterilidad es una forma de presentación inusual del tumor
de células gerDÚnales, hasta el 52% de los hombres tiene oligozoos­
permia en el momento del diagnóstico y el 10% tiene azoospermia
(DH Williams y cols., 2009). El epitelio germinal es exquisitamente sen­
sible a la quimioterapia basada en platino y a la radioterapia. Casi todos
los pacientes presentarán azoospermia después de la quiDÚoterapia
y el 50 y el 80% de los pacientes con parámetros seminales nor­
males en el momento del diagnóstico los recuperará en 2 y 5 años,
respectivamente (Bokemeyer y cols., 1996a; Feldman y cols., 2008).
La recuperación de la espermatogénesis después de la radioterapia
para el tratamiento de un seminoma puede tardar entre 2 y 3 años
o más (Fossa y cols., 1999b). El vaciamiento ganglionar retroperitoneal
puede ocasionar una disfunción eyaculatoria en el 80% de los pacientes
sometidos a un vaciamiento bilateral completo sin preservación nervio­
sa; el porcentaje puede ser incluso superior. Dado el impacto de los
tratamientos para el cáncer de testículo sobre la fertilidad, se les
recomienda a los hombres indecisos o los que planean ser padres
en el futuro criopreservar espermatozoides antes de iniciar el tra­
tamiento. La preservación de los espermatozoides en un banco puede
llevarse a cabo antes o después de la orquiectomía radical.
Tratamiento
AFP, et-fetoproteína; hCG, gonadotropina coriónica humana; LDH, lactato deshidro­ Principios terapéuticos
genasa; PLE, progresión libre de enfermedad.
El tratamiento de los tumores de células germinales se basa en su po­
De International Germ Cell Consensus Classification: a prognostic factor-based stag­
ing system for metastatic germ cell cancers. International Germ Cell Caneer Col­ tencial de crecimiento rápido y de curación en casi todos los pacientes.
laborative Group. JClin Oncol 1997;15:594-603. Esto se traduce en la necesidad de diagnosticar y estadificar de in­
mediato el tumor, y de aplicar el tratamiento apropiado para evi­
CAPíTULO 31 • Neoplasias de los testículos 859
tar que los pacientes mueran o que presenten efectos colaterales de
tratamientos que no habrían sido necesarios de haberse llevado a
cabo'el diagnóstico de forma más temprana e implementado el tra­
tamiento apropiado. Después de la orquiectoITÚa, se deben realizarse
estudios de diagnóstico por la imagen para la estadificación, se deben
medir las concentraciones séricas de los marcadores tumorales y desa­
rrollar o implementar planes terapéuticos sea la mayor brevedad posible.
La probabilidad de curación, aun en presencia de enfermedad
metastásica, también condujo a aplicar abordajes terapéuticos agre­
sivos en la administración de la quimioterapia y la realización de
cirugía posterior a la quimioterapia con el fin de resecar los tumores
residuales. La quimioterapia suele administrarse independientemente
del recuento bajo de leucocitos o de la trombocitopenia, y la quimiote­
rapia nefrotóxica (cisplatino) con frecuencia se indica a pesar de que el
paciente presente insuficiencia renal moderada o grave (Williams, 1987a;
Einhom y cols., 1989; Bajorin y cols., 1993; Loehrer y cols., 1995;
Bokemeyer y cols., 1996b; Nichols y cols., 1998; De Wit y cols., 2001).
Asimismo, se debe implementar un abordaje quirúrgico agresivo para
extirpar toda la enfermedad residual después de la quimioterapia para el
tumor de células germinales no seminomatoso, incluso aunque sea nece­
saria la exploración de varios sitios anatómicos. La juventud y el buen
estado de salud general de los pacientes con tumores de células germi­
nales permiten efectuar un abordaje invasivo, si se considera necesario.
Las concentraciones séricas de los marcadores tumorales influyen con
intensidad sobre el tratamiento de los tumores de células germinales, en
particular del tipo no seminomatoso. Como se dijo antes, el aumento
de la concentración sérica de u-fetoproteína o hCG después de la
orquiectomía indica la presencia de metástasis y estos pacientes re­
quieren, de ser posible, quimioterapia como primer tratamiento. En
los individuos que reciben quimioterapia, las concentraciones séricas
crecientes de los marcadores tumorales durante o después del tratamien­
to por lo general indican que la enfermedad es refractaria o recidivante,
respectivamente. Como se discutió, las concentraciones séricas de u­
fetoproteína, hCG y LDH al inicio del tratamiento quimioterápico cons­
tituyen factores pronóstico importantes e influyen sobre la selección y
la duración de los regímenes quimioterápicos (lnternational Germ Cell
Consensus Classification, 1997).
El cáncer de testículo es una enfermedad relativamente infrecuente
y los urólogos generales, como así también los oncólogos generales,
no suelen tratar un gran volumen de pacientes con tumores de células
germinales. Asimismo, los algoritmos terapéuticos son relativamente
complejos y variables, y los datos que avalan ciertos tratamientos, como
el vaciamiento retroperitoneal, se basan en los resultados obtenidos por
un número relativamente pequeño de cirujanos que llevaron a cabo un
gran número de operaciones de este tipo (Donohue y cols., 1993, 1995;
Heidenreich y cols., 2003; Stephenson y cols., 2005b; SB WiJliams y
cols., 2009). La mayoría de los residentes de urología estadouniden­
ses completa su entrenamiento con dos o menos procedimientos de
vaciamiento retroperitoneal (Lowrance y cols., 2007). VarÍos estudios
informaron un aumento de la supervivencia cuando el tratamiento está a
cargo de instituciones que manejan un elevado volumen de casos (Aass
y cols., 1991; Harding y cols., 1993; Feuer y cols., 1994; ColIette y
cols., 1999; Joudi y Konety, 2005; Suzumura y cols., 2008). En conse­
cuencia, siempre que sea posible, los pacientes con tumores de células
germinales deben tratarse en centros que hayan efectuado numerosos
procedimientos de esta clase, donde cirujanos con gran experiencia en
esta cirugía sean los encargados del vaciamiento retroperitoneal.
Comparación entre el seminoma y el tumor
de células germinales no seminomatoso
La distinción entre el seminoma y el tumor de células germinales no
seminomatoso adquiere gran importancia en relación con el tratamiento.
Conceptos clave: neoplasias testiculares
• El carcinoma de células gerirúnales sigue un patrón de disemi­
.nación predecible desde 	el tumor primario hacia los ganglios
linfáticos retroperitoneales y desde allí a las regiones dondeme~
tastatiza a distancia. .
• La "zona de drenaje linfático primario" de los tumores del lado
izquierdo incluye los ganglios linfáticos aórticos e hiliares rena­
les izquierdos, mientras que los tumores del lado derecho drenan
en primer lugar en los ganglios linfáticos interaortocavos y pa­
racavos.
• La tomografía computarizada es el método óptimo para la estadi­
·ficación en el retroperitoneo, aunque se obtienen resultados falso
negativos en el 25 al 35% yen el 14 al 20% de los pacientes con
tumor de células genninales no seminomatoso en estadio clínico
1 y con seminoma, respectivamente, cuando se emplea un nivel
de corte de 1 cm.
• La radiografía y la tomografía computarizada del tórax se consi­
deran métodos de estadificación aceptables en ausericia de ade- .
nopatías retroperitoneales o de concentraciones séricas elevadas
de los marcadores tumorales.
• Los niveles séricos crecientes de los marcadores tumorales deSe
pués de la orquiectomía indican que existe un tumor de células
genninales metastásico y estos pacientes deben recibir quimio­
terapia.
• La clasificación de riesgos del IGCCCGse emplea para evaluar
el pronóstico de los pacientes con tumor de células germinales
metastásico y seleccionar la quimioterapia. En presencia de un
tumor d~ células genninales .no seminomatoso, el riesgo del
IGCCCG se asigna en función de las concentraciones séricas de
los marcadores tumorales después de la orquiectómía, de la pre­
sencia de un tumor primario en el mediastino ydel hallazgo de
metástasis viscerales no pulmonares. En los pacientes con semi­
noma, el riesgo del IGCCCG se asigna solo de acuerdo con el .
hallazgo de metástasis viscerales no pulmonares.
• Todos los pacientes deben saber de la posibilidad de criopreser­
var espermatozoides antes del vaciamiento ganglionar retrope­
ritoneal, la quimioterapia o la radioterapia, debido álos efectos
potenciales de estos tratamientos sobre la fertilidad. .
Comparado con el tumor no seminomatoso, el seminoma se caracteri­
za por una evolución natural relativamente favorable. Por lo general, el
seminoma tiende a ser menos agresivo, a diagnosticarse en un estadio
más temprano y a diseminarse con un patrón predecible a través de los
canales linfáticos hacia el retroperitoneo, antes de extenderse por vía he­
matógena a los pulmones u otros órganos. En el momento del diagnós­
tico, la proporción de pacientes con seminoma en estadios clínicos
1,11 YID es del 85, ellO y el 5%, respectivamente, mientras que los
mismos porcentajes para los pacientes con tumores no seminoma­
tosos corresponden a 33, 33 Y33%, respectivamente (Powles y cols.,
2005). El seminoma también se asocia con una menor incidencia
de metástasis ocultas en pacientes con estadio clínico 1 (lO a 15%
versus 25 a 35% para el tumor no seminomatoso) y con un menor
riesgo de recidiva sistémica después del tratamiento retroperitoneal
(1 a 4% después de la radioterapia para el seminoma versus el 10%
después del vaciamiento retroperitoneal para los tumores no semi­
nomatosos), lo que tiene importantes implicancias en la indicación de
quimioterapia. El seminoma tiene menores probabilidades de aumentar
las concentraciones séricas de los marcadores tumorales, y estos nive­
les no son tan altos como los de los tumores no seminomatosos. Las
concentraciones séricas de los marcadores tumorales no se usan para la
clasificación de riesgos del IGCCCG de los seminomas.
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  • 1. e ítulo 31 Neoplasias de los testículos Andrew J. Stephenson • Timothy D. Gilligan Tumores de células germinales Otros tumores testiculares L as neoplasias testiculares abarcan un grupo de tumores con ca­ racterísticas morfológicas y manifestaciones clínicas diversas, el 95% de los cuales corresponde a tumores de células germi­ nales. Estos se clasifican de modo amplio en seminomas y no semi­ nomas debido a sus diferencias en la evolución natural y el trata­ miento. Los tumores de células germinales son neoplasias malignas relativamente infrecuentes, responsables del 1 a12% de los cánceres en los hombres estadounidenses, con una incidencia de alrededor de 5 casos cada 100000 individuos. Aproximadamente el 90% de los tumo­ res de células germinales se origina en los testículos y entre el 2 y el 5% es el de origen extragonadal (el retroperitoneo y el mediastino son los si­ tios más comunes). Con el desarrollo de la quimioterapia basada en cis­ platino y la integración de la cirugía, los tumores de células germinales se convirtieron en un modelo de neoplasia curable, que sirve como pa­ radigma de los tratamientos multidisciplinarios para el cáncer (Einhom, 1981). Antes de que se empezara a utilizar la terapia con cisplatino, la tasa de curación de los pacientes con tumores de células germinales avanzados oscilaba entre 5 y 10%. En la actualidad, la supervivencia a largo plazo de los hombres con tumores de células germinales metastá­ sicos oscila entre 80 y 90%. Como consecuencia de la curación exitosa de los pacientes (incluso aunque presenten enfermedad avanzada), un objetivo terapéutico importante pasó a ser la reducción al mínimo de la toxicidad relacionada con el tratamiento sin comprometer la curabili­ dad. Las muertes asociadas con los tumores de células germinales están relacionadas con la resistencia intrínseca a la quimioterapia con platino y a la imposibilidad de erradicar por completo los elementos patológicos residuales en el período temprano de la enfermedad. Los tumores testiculares no de células germinales son infrecuentes e incluyen tumores de los cordones sexuales, el estroma o ambos, los tumores linfoides y hematopoyéticos, los tumores de los conductos co­ lectores y la red testicular y los tumores de los anexos testiculares. En el Cuadro 31-1 se presenta una clasificación de las neoplasias testiculares. TUMORES DE CÉLULAS GERMINALES Epidemiología Para el año 2010 se estimó que en los Estados Unidos 8 400 hombres desarrollarían cáncer de testículo y que 380 morirían debido a esta en­ fermedad (Jernnal y cols., 2010). En el país mencionado, el cáncer de testículo es la neoplasia maligna más frecuente en hombres de entre 20 y 40 años y el segundo cáncer más frecuente después de la leucemia en hombres de entre 15 y 19 años (Homer y cols., 2009). Los tumores testiculares presentan tres picos de incidencia máxima: durante la lactancia, entre los 30 y los 34 años y hacia los 60 años. La incidencia de tumores de células germinales bilaterales es de alrededor del 2% Tumores de los anexos testiculares (Fossa y cols., 2005). Ellinfoma testicular es menos frecuente que el tumor de células germinales, aunque representa la mayoría de los tumores testiculares en hombres mayores de 50 años y tiene mayores probabilidades de ser bilateral de forma sincrónica. La incidencia del cáncer testicular varía de manera significativa de acuerdo con la región geográfica: las tasas son máximas en la región escandinava, Alemania, Suiza y Nueva Zelanda, intermedias en los Estados Unidos y Gran Bretaña, y mínimas en África y Asia. La incidencia de este cáncer en hombres blancos estadounidenses no hispanos es cinco veces mayor que en afroamericanos, cuatro ve­ ces mayor que en asiáticos y 78% mayor que en bispanos (Homer y cols., 2009). La incidencia de tumores de células germinales parece ser crecien­ te en todo el mundo (McKieman y cols., 1999; McGlynn y cols., 2005; Purdue y cols., 2005). En los Estados Unidos, la incidencia ajustada según la edad en hombres de entre 15 y 49 años aumentó desde 2,9 cada 100000 en 1975 hasta 5,1 cada 100000 en 2004 (Holmes y cols., 2008). En este período, la incidencia aumentó de una manera significativa para el seminoma que para los tumores no seminomatosos (McGlynn y cols., 2005; Powles y cols., 2005). Se observó el cambio de estadio en varios países como resultado, al menos en parte, del mayor conocimiento sobre esta enfermedad y del diagnóstico más temprano. Entre 1973 y 2001, el porcentaje de tumores diagnosticados en estadio localizado aumentó desde 55 hasta 73% en los hombres blancos estadounidenses. La distribución de estadios en los hombres afroamericanos permaneció estable durante el mismo período (McGlynn y cols., 2005). Solo en ellO al 30% de los hombres la enfermedad se diagnostica en el estadio de metástasis a distancia. En el Reino Unido, el cambio en la distribución en estadios con el paso del tiempo se limitó en especial a un incremento de la identificación de seminomas localizados y una reducción de los tumores de células germinales no seminomatosos metastásicos; las tasas de tumores de células germinales no seminomatosos localizados y de seminomas metastásicos permanecieron bastante constantes (McGlynn y cols., 2005). En la actualidad, el seminoma localizado se considera la forma de presentación más frecuente del tumor de células germi­ nales y corresponde a alrededor del 50% de los hombres con este tipo de tumores (Powles y co!s., 2005). En consecuencia, los tumores de células germinales testiculares contemporáneos tienen, en promedio, cualidades pronósticas más favorables que los que se diagnosticaban en las décadas de 1970 y 1980. Factores de riesgo Se identificaron cuatro factores de riesgo confirmados para el cán­ cer de testículo: criptorquidia, antecedentes familiares de cáncer de testículo, antecedentes personales de cáncer de testículo y neo­ plasia intratubular de células germinales. Los hombres estériles 845
  • 2. 846 SECCIÓN VII • Genitales masculinos Cuadro 31 -1 Clasificación de los tumores testiculares de la Organización Mundial de la Salud Tumores de células germinales Lesiones precursoras: células germinales malignas intratubulares (carcinoma in situ) Tumores de un Üpo histológico (formas puras) , Seminoma Variante: semi noma con células del sincitiotrofoblasto Seminoma espermatoc;ítico Variante: seminoma espermatocítico con sarcoma Carcinoma embrionario Tumor del saco vitelino Poliembrioma Tumores trofoblásticos Coriocarcinoma Coriocarcinoma ,con otros tipos celulares Tumor trofoblástico del sitio placentario Teratoma Teratoma maduro Quiste dermoide Teratoma inmaduro Teratoma con áreas malignas , Tumores de más de un tipo histológico (formas mixtas): espedficar los tipos y estimar los porcentajes ' Tumores de los cordones sexuales y del e~troma gonadal Formas puras Tumor de células de Leydig Tumor de célul'as de Sertoli Tumor de células de Sertoli de células grandes calcificante Tumor 'de células de Sertoli rico en lípidos , Tumor de célul'as de la granulosa Tumor de células de la granulosa de tipo adult6 Tumor de células de la gr';1nulosa de tipó juvenil Tumores del grupo tecoma/fibroma Tumores de los cordones sexuales y del estroma gonadal con diferenciación incompleta Formas mixtas Formas no clasificadas Tumores que contienen tanto células,germinales y elementos de los cordones sexuales y el estroma ganadal Gonadoblastoma Tumores mixtos de células germinales-cordones ,sexuales y el estroma gonada!, no clasificados Otros tumores Tumor carcinoide Tumores de tipos epiteliales del ovario , Tumores linfoides y hematopoyéticos linfoma Plasmodtoma leucemia Tumores de los cOflductos colectores yla red testicular Adenoma , Carcinoma Tumores de la túnica albugínea, el epidídimó, el,cordón espermático, las, estructuras de sostén.y los apéndices Tumor adenomatoide Mesotelioma Benigno Maligno Adenoma Carcinoma Melanótico neuroectodérmico Tumor de células redondas pequeñas desmoplásico Tumores de los tejidos blandos Tumores no clasificados Tumores secundarios lesiones seudotumorales Nódulos de los túbulos inmaduros lesiones testiculares del síndrome suprarrenogenital Lesiones testiculares del síndrome de insensibilidad a los andrógenos ' Maduración precoz nodular Orquitis específica Orquitis inespecífica Orquitis granulomat<;lsa Malacoplaquia Restos de corteza suprarrenal Peritonitis fibrorí1atosa Funiculitis Residuos de peritonitis meconial Granuloma espermático Deferentitis nudosa Lipogranuloma esclerosante Fusión esplénica gónadal Remanentes mesonéfricos Endometriosis Quiste epidérmico Displasia quística Quiste mesolítico Otros Datos de Vogelzang Nj, Scardino PT, Shipley W U, Coffey OS, eds, Genitourinary oncology. Filadelfia: Lippincott Williams & Wilki ns; 1999. también presentan mayor incidencia de cáncer de testículo. Varios tales cumplirían un papel fundamental en la carcinogénesis del tu­ estudios informaron que los aumentos recientes en la incidencia mor de células germinales (Liu y cols., 1999; Huyghe y cols., 2003; del cáncer de testículo pueden atribuirse sobre todo a los efectos McGlynn y cols., 2003; Richiardi y cols., 2004; Bray y cols., 2006; de la cohorte, lo que implica que la dieta u otros factores ambien- Verhoeven y cols., 2008).
  • 3. CAPíTULO 31 • Neoplasias de los testículos 847 Los hombres con criptorquidia presentan un riesgo entre cuatro y seis veces mayor de presentar cáncer de testículo, pero el riesgo relativo (RR) desciende a un valor de entre 2 y 3 si la orquidopexia se efectúa antes de la pubertad (Dieckmann y Pichlmeier, 2004; Wood y Elder, 2009). Aunque la mayor parte del aumento del riesgo refleja el in­ cremento de la probabilidad de que el testículo no descendido desarrolle cáncer, un metaanálisis de estudios sobre criptorquidia informó que el testículo contralateral descendido normalmente también presenta un aumento leve del riesgo (RR 1,74, intervalo de confianza [1C] 95% 1,01-2,98) (Akre y cols., 2009). Los hombres con familiares en primer grado con cáncer de testículo también revelan un aumento notable del riesgo, con la mediana de edad en el momento del diagnóstico en estos hombres de entre 2 y 3 años menor que en la población general (Mai y cols., 2009). El RR individual para desarrollar cáncer de testículo oscila entre 8 y 12 en presencia de un hermano afectado, en comparación con un RR de entre 2 y 4 en presencia de un padre afectado (Westergaard y cols., 1996; Sonneveld y cols., 1999; Herrunin.ki y Chen, 2006). Los hombres con antecedentes de cáncer de testículo presentan un riesgo 12 veces ma­ yor de desarrollar un tumor de células germinales en el testículo contra­ lateral, pero la incidencia acumulada durante 15 años es solo de 2%. El riesgo es mayor en pacientes más jóvenes en el momento del diagnóstico del cáncer de testículo y en hombres en los cuales el primer tumor de cé­ lulas germinales era un seminoma (Theodore y cols., 2004; Fossa y cols., 2005). En un estudio poblacional sobre cáncer en el testículo contralate­ ral se estableció que un hombre menor de 30 años con un seminoma de testículo tiene un riesgo del 3,1 % de desarrollar un cáncer en el testículo contralateral (Fossa y cols., 2005). En el mismo estudio se informó una tasa de supervivencia global a los 10 años del diagnóstico con un segundo cáncer primario de testículo (es decir, contralateral) del 93%. La mayoría de los tumores de células germinales se origina en una lesión precursora denominada neoplasia intratubular de células ger­ minales (que también se denomina carcinoma in situ). Los hombres con neoplasias intratubulares de células germinales presentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar un tumor de células germinales invasor. La neoplasia intratubular de células germinales se desarrolla en el parénquima testicular adyacente en el 80 al 90% de los pacien­ tes con tumores de células germinales invasores y se asocia con un riesgo del 50% de desarrollar estos tumores a los 5 años y del 70% a los 7 años (Skakkebaek y cols., 1982; Dieckmann y Skakkebaek, 1999; Montironi, 2002). Entre el 5 y el 9% de los pacientes con tumores de células germinales desarrolla neoplasias intratubulares de células germinales en el testículo contralateral no afectado, aunque la inci­ dencia de este tumor en el testículo contralateral aumenta hasta al­ rededor de 36% en hombres con atrofia testicular o criptorquidia (Dieckmann y Ley, 1996; Dieckmann y Skakkebaek, 1999). El análisis del perfil de expresión génica indica que la neoplasia intratubular de célu­ las germinales se desarrolla antes del nacimiento a partir de un gonocito cuya maduración se detuvo (Hussain y cols., 2008; Sonne y cols., 2009). En los hombres con antecedentes de tumor de células germinales, el ha­ llazgo de microlitiasis testicular en la evaluación ecográfica del testículo contralateral se asocia con un riesgo elevado de desarrollar una neoplasia intratubular de células germinales (Karellas y cols., 2007). No obstante, la importancia de la microlitiasis en la población general es incierta; en un estudio realizado en 1 500 voluntarios del ejército se halló una prevalencia del 5,6% de microlitiasis, aunque menos del 2% de los pacientes con micro­ litiasis desarrolló cáncer en los 5 años siguientes (DeCastro y cols., 2008). Patogenia y biología La carcinogénesis de los tumores de células germinales no se ha llegado a comprender del todo. Como se señaló, los tumores de células germi­ nales testiculares se desarrollan a partir de una lesión precursora, la neo­ plasia intratubular de células germinales, que a su vez parece provenir de células germinales primordiales con maduración detenida o gonocitos que no pudieron diferenciarse en preespermatogonias (Rajpert-de Meyts y Hoei-Hansen, 2007; Hussain y cols., 2008). Se estima que estas célu­ las entran en estado de latencia hasta la pubertad, cuando comienzan a ser estimuladas por el aumento de las concentraciones de testosterona. El aumento de la incidencia de cáncer de testículo, que comenzó a observarse durante la primera mitad del siglo xx, se asoció con un in­ cremento de la incidencia de otras enfermedades del aparato reproductor masculino, como hipospadias, criptorquidia y subfertilidad (Rajpert-de Meyts y Hoei-Hansen, 2007; Sonne y cols., 2008). Estos hallazgos con­ dujeron a formular la hipótesis de que el cáncer de testículo y estos otros trastornos son el resultado de un síndrome de disgenesia testicular, que a su vez es secundario a factores ambientales, del estilo de vida o ambos, y a una susceptibilidad genética. Los factores ambientales o del estilo de vida específicos no se definieron. Se propuso el aumento de la exposi­ ción prenatal al estrógeno como factor de riesgo, si bien este tema resulta controvertido (Martin y cols., 2008). Existen evidencias más firmes que avalan que la reducción de la actividad de los andrógenos puede provocar características del síndrome de disgenesia testicular, como criptorquidia, hipospadias y espermatogénesis deficiente, pero la relación directa entre la menor señalización por los andrógenos y el desarrollo de una neoplasia intratubular de células germinales o de un tumor de células germinales sigue siendo hipotética (Sonne y cols., 2008; Hu y cols., 2009). Las evidencias a favor de una contribución de los factores ambientales y del estilo de vida sobre el desarrollo de cáncer de testículo abarcan el aumento rápido de su incidencia y el hallazgo de que el riesgo en segun­ das generaciones de inmigrantes es similar al del país donde nacieron. Asimismo, las madres de niños con cáncer de testículo (pero no los pa­ cientes con cáncer de testículo propiamente dichos) presentan concen­ traciones sanguíneas más elevadas de algunos contaminantes orgánicos, en comparación con otras madres (Sonne y cols., 2008). Las evidencias a favor de factores genéticos incluyen la agrupación de los cánceres de testículo en algunas familias, las diferencias extremas en la incidencia de cáncer de testículo entre estadounidenses de etnia blanca y negra y el hallazgo de locus de susceptibilidad en los cromosomas 5, 6 y 12 en estudios de casos y controles (Mai y cols., 2009). Asimismo, los polimor­ fismos específicos de ciertos genes, como el gen que codifica el ligando c-KIT, se asociaron con un aumento del riesgo de cáncer de testículo (Blomberg Jensen y cols., 2008; Kanetsky y cols., 2009). Los gonocitos dependen del ligando e-KIT para sobrevivir y el gen que codifica esta proteína se localiza en el brazo corto del cromosoma 12. Alrededor del 70% de los tumores de células germinales tiene una copia adicional del cromosoma 12 en la forma de un isocromosoma 12p (i[12p]) (Bosl y cols., 1989). En consecuencia, parece posible desde un punto de vista biológico que exista una conexión entre las mutaciones o los polimorfis­ mos en este gen y el desarrollo de un tumor de células germinales. Una de las características más llamativas de los tumores de células germinales es su sensibilidad a la quimioterapia basada en cisplatino, que permite curar la enferm'edad en la gran mayoría de los pacientes con enfermedad metastásica extensa. La base biológica específica de esta vulnerabilidad aguda a la quimioterapia sigue sin comprenderse to­ talmente, pero se cree que se relaciona con la relación estrecha entre los tumores de células germinales, las células madre embrionarias y los go­ nocitos, que tienen un umbral bajo para experimentar apoptosis en res­ puesta al daño del DNA (Mayer y cols., 2003; Schmelz y cols., 2010). Los tumores de células germinales tienen niveles intrínsecos elevados de proteína TP53 natural (que cumple un papel en la mediación de la detención del ciclo celular y la apoptosis), pero las mutaciones de TP53 son infrecuentes en estos tumores y tampoco se hallaron diferencias constantes en el estado de TP53 cuando se compararon los tumores de
  • 4. 848 SECCIÓN VII • Genitales masculinos células germinales quimiosensibles con los quimiorresistentes (Burger y cols., 1998; Houldsworth y cols., 1998). Asimismo, la expresión de la proteína antiapoptótica BCL2 es baja en los tumores de células ger­ minales, aunque los niveles de esta proteína tampoco permiten distin­ guir entre las líneas celulares quimiosensibles y las quimiorresistentes (Mayer y cols., 2003). El análisis de la expresión génica reveló un au­ mento de la expresión de varios genes que facilitan la apoptosis, como FASLG, TNFSFlO y BAX, mientras que la expresión de BCL2 está re­ ducida (Schmelz y cols., 2010). Los patrones de expresión de genes que controlan el punto de control de las fases Gl/S en los tumores de célu­ las germinales parecen promover la inducción de la apoptosis (Schmelz y cols., 2010). Los tumores de células germinales también carecen de transportadores para la exportación del cisplatino de la célula y presen­ tan menor capacidad de reparación del daño del DNA inducido por este fármaco (Mayer y cols., 2003). No obstante, un pequeño porcentaje de los tumores de células germinales es resistente a la quimioterapia, pero el fundamento de esta resistencia sigue desconociéndose, aunque la deficiencia en la reparación de los errores de emparejamiento del DNA, las inestabilidades microsatelitales y las mutaciones en BRAF se asociaron con fracasos terapéuticos (Honecker y cols., 2009). Hasta el 10% de los tumores de células germinales es extragona­ dal y se desarrolla en la línea media corporal. Hay dos teorías com­ petitivas principales que intentan explicar la patogenia de los tumores de células germinales extragonadales. La primera teoría sugiere que se originan en células germinales que migraron hacia regiones incorrectas a lo largo de la cresta genital y fueron capaces de sobrevivir en un am­ biente extragonadal' La segunda teoría propone una migración inversa desde el testículo a localizaciones extragonadales (Chaganti y Hould­ sworth, 2000). Los tumores de células germinales no seminomatosos primarios del mediastino difieren en varios elementos de los que se originan en el testículo o el retroperitoneo. En primer lugar, son menos sensibles a la quimioterapia y presentan un pronóstico menos favorable, con una tasa de supervivencia global a los 5 años de alrededor del 45% (Bokemeyer y cols., 2002b). Los tumores de células germinales no seminomatosos mediastínicos tienen mayores probabilidades de tener componentes de un tumor del saco vitelina y, en consecuencia, de coexistir con un aumento de la concentración sérica de a.-fetoproteína (Kesler y cols., 2008). Estos tumores también se asocian con síndrome de Klinefelter y con neoplasias malignas hemáticas portadoras de copias adicionales del brazo corto del cromosoma 12, como se observa en adultos con tumores de células germinales (Bokemeyer y cols., 2002a; McKenney y cols., 2007). En contraste, los seminomas mediastínicos tienen un pronós­ tico similar al de los seminomas testiculares. Los tumores de células germinales primarios del retroperitoneo no pueden diferenciarse a través de sus propiedades biológicas de los tumores de células ger­ minales testiculares y se asocian con el mismo pronóstico. Clasificación histológica La clasificación histológica del tumor de células germinales se describe en el Cuadro 31-2 (Sobin y Wittekind, 2002). Los tumores de células germinales se clasifican de modo amplio en seminomatosos y no se­ minomatosos, y la distribución relativa de cada uno de ellos es de 52 a 56% y de 44 a 48%, respectivamente (McGlynn y cols., 2005; Powles y cols., 2005). Los tumores de células germinales no semi­ nomatosos abarcan el carcinoma embrionario, el tumor del saco vitelino, el teratoma y el coriocarcinoma, sean puros o combinados como tumores de células germinales mixtos, con seminoma o sin él (Ulbright, 2005). La mayoría de los tumores de células germinales no seminomatosos son mixtos, dado que están compuestos por dos o más Cuadro 31.2 Clasificación de los tumores de células germinales de la Organización Mundial de la Salud . Neoplasia ifltratubular de células germinales Tumores de un tipo histológico (formas puras) Seminoma . Seminoma con células sincitiotrofoblásticas Semiiloma espermatocítico Carcinoma embrionario Tumor del saco viteJino Tumores trofoblásticos Coriocarcinoma Neoplasias trofoblásticas diferentes del coriocarcinoma Coriocarcinoina monofásico TumortrofobJástico del sitio placentario Teratoma . Quiste dermoide Teratoma monodérmico Teratoma con neoplasia maligna de tipo somática (transformación maligna) . Tumores de más de.un subtipo histológico (formas mixtas) De Sobin LH, Wittekind CH. UICC: TNM Classilication 01 malignant tumors. 6' ed. NuevaYork: Wiley-Liss; 2002. subtipos de tumores de células germinales. Los tumores de células ger­ minales que contienen tanto subtipos no seminomatosos como semino­ matosos se clasifican como no seminomatosos. Neoplasia intratubular de células germinales. Excepto el se­ minoma espermatocítico, todos los tumores de células germinales invasores que se presentan en adultos se originan en neoplasias in­ tratubulares de células germinales, formadas por células germinales indiferenciadas con aspecto similar al del seminoma y ubicados en las áreas basales de los túbulos seminíferos. El túbulo suele revelar una espermatogénesis disminuida o ausente, y los constituyentes normales fueron sustituidos por los de la neoplasia intratubular de células germi­ nales. El hallazgo de esta neoplasia en una pieza de orquiectornía de un hombre con cáncer de testículo no influye en el pronóstico en relación con el riesgo de recidiva del cáncer (von Eyben y cols., 2004). La neo­ plasia intratubular de células germinales es mucho menos frecuente en pediatría (Cheville, 1999). Seminoma. El seminoma es el tipo más frecuente de tumor de cé­ lulas germinales. En promedio, los seminomas se desarrollan a un promedio de edad mayor que los tumores no seminomatosos y la mayoría de los casos se diagnostica en la cuarta o la quinta déca­ da de la vida (Rayson y cols., 1998). En el examen macroscópico, el seminoma es un tumor blando multinodular u homogéneo de color dorado o blanco (Fig. 31-1A). Puede identificarse necrosis, aunque por lo general está localizada y no es tan prominente como en otros tumores de células germinales. Los seminomas están formados por células de núcleos poligonales y citoplasma claro dispuestas en lá­ minas, divididas en nidos por tabiques fibrovasculares que contienen linfocitos (véase la Fig. 31-IB) (Ulbright, 2005). Los sincitiotrofo­ biastos, que se tiñen con colorantes para la gonadotropina coriónica humana (hCG), se pueden identificar en alrededor del 15% de los casos de seminomas puros pero no pudo determinarse con precisión si influyen en el pronóstico (Cheville, 1999). A menudo se identi­ fican infiltrados linfocíticos y reacciones granulomatosas; además, los seminomas parecen estar asociados con una mayor incidencia de sarcoidosis (Rayson y cols., 1998; Tjan-Heijnen y cols., 1998). Los seminomas pueden confundirse con un carcinoma embrionario de pa­ trón sólido, un tumor del saco vitelina o un tumor de las células de Sertoli (Ulbright y Young, 2008). Si bien la tinción inmunohistoquí­ mica cumple un papel limitado en el diagnóstico del tumor de células germinales, los seminomas por lo general producen resultados nega­
  • 5. CAPíTULO 31 • Neoplasias de los testículos 849 tivos para CD30, positivos para CD117 y fuertemente positivos en la prueba de fosfatasa alcalina placentaria. El seminoma anaplásico se consideraba en el pasado un subtipo de seminoma, no obstante, esta distinción no tiene una relevancia biológica o clínica clara y se aban­ donó. El seminoma se origina en una neoplasia intratubular de células germinales y, por lo general, se estima que es el precursor común de los demás subtipos de tumores de células germinales no seminomatosos (Ulbright, 2004). Esta capacidad del seminoma de transformase en elemento de un tumor no seminomatoso tiene impor­ tantes implicancias terapéuticas para el tratamiento del seminoma (se comentará más adelante) (Ulbright, 2004). Seminoma espermatocítico. El seminoma espermatocítico es poco frecuente y representa menos del 1% de los tumores de célu­ las germinales. Aunque se clasifica como una variedad de seminoma, en realidad, constituye una entidad clinicoanatomopatol6gica distinta de los tumores de células germinales. A diferencia de otros tumores de células germinales, el seminoma espermatocítico no se origina en una neoplasia de células germinales intratubular, no se asocia con ante­ cedentes de criptorquidia ni con bilateralidad, no expresa fosfatasa alcalina placentaria ni i(12p), y no forma parte de tumores de células germinales mixtos (Ulbright, 2005). En el examen histológico, este tu­ mor se distingue del seminoma en que tiene núcleos redondeados, míni­ mo infiltrado linfocítico y tres tipos celulares específicos, que abarcan cé­ lulas pequeñas semejantes a linfocitos, células medianas con citoplasma eosinófilo denso y núcleo redondeado, y células grandes mononucleares o multinucleares (Aggarwal y Parwani, 2009). La incidencia máxima se observa en la sexta década (Eble, 1994; Chung y cols., 2004a). Este es un tumor benigno (solo se documentó un caso que produjo metástasis) y casi siempre se cura con orquiectomía (Chung y cols., 2004a). Una ex­ cepción está constituida por el seminoma espermatocítico con sarcoma, que es muy poco frecuente, exhibe elementos de diferenciación sarcoma­ tosa y se caracteriza por un pronóstico desfavorable. Carcinoma embrionario. El carcinoma embrionario está formado por células malignas indiferenciadas semejantes a células epiteliales primi­ tivas de embriones en estadios iniciales con núcleos pleomorfos densos (Ulbright, 2005). En el examen macroscópico, el carcinoma embrionario es una neoplasia de color dorado o amarillento, que a menudo presenta grandes áreas hemorrágicas y necróticas. El aspecto microscópico de es­ tos tumores es muy variable y pueden crecer formando láminas sólidas o en patrones papilares, glandulares-alveolares o tubulares (véase la Fig. 31-1C). En ciertos casos, se identifican sincitiotrofoblastos. El carcinoma embrionario es un tumor agresivo que produce metástasis con frecuencia elevada, con frecuencia a pesar de que las concentraciones séricas de los marcadores tumorales son normales. El carcinoma embrionario es el tipo celular más indiferenciado de los tumores de células germinales no seminomatosos, con capacidad totipotencial de diferenciarse en otros tipos celulares de estos tumores (incIuso de teratoma) dentro del tumor primario o en sitios metastásicos. Como ya se comentó, la presencia y el porcentaje de carcinoma embrionario influyen sobre el riesgo de provocar metástasis en tumores de células germinales no semi­ nomatosos en estadio clínico 1. El carcinoma embrionario típico produce resultados positivos con las tinciones para AElIAE3, fosfatasa alcalina placentaria y OCT3/4 y no se tiñe con colorantes para c-KIT. Coriocarcinoma. El coriocarcinoma es un tumor agresivo infrecuente, que se manifiesta típicamente con aumento de las concentraciones séri­ cas de hCG y con enfermedad generalizada. El coriocarcinoma se suele diseminar a través de vías hematógenas, con las localizaciones habi­ tuales de las metástasis en los pulmones y el encéfalo, aunque también se informaron metástasis en los ojos y la piel (Tinkle y cols., 2001; Osada y cols., 2004). En el examen microscópico, el tumor está compuesto por sincitiotrofoblasto y citotrofoblasto; el primero se tiñe con colorante para hCG (véase la Fig. 31-1D) (Cheville, 1999). El seminoma y el carcinoma embrionario también pueden contener sincitiotrofoblasto. Las áreas de hemorragia y necrosis son prominentes.Al igual que la enfermedad trofo­ blástica gestacional, el coriocarcinoma testicular es susceptible de experi­ mentar hemorragias, en ocasiones de forma espontánea e inmediatamente después de iniciar la quimioterapia; esta hemorragia puede ser catastró­ fica, en particular en los pulmones o el encéfalo (Motzer y cols., 1987). Tumor del saco vitelino. Los tumores del saco vitelino puros (en oca­ siones también denominados tumores del seno endodérmico) representan una fracción muy pequeña de los tumores de células germinales del adul­ to, pero son más frecuentes en el mediastino y en pediatría. Los tumores de células germinales mixtos con frecuencia contienen elementos del tumor del saco vitelino, que consiste en una red de células cuboides de tamaño mediano con glóbulos tipo hialino, eosinófilos, cítoplasmáticos y extracitoplasmáticos (Epstein, 2010). Los glóbulos hialinos son una cualidad típica de estos tumores y se identifican en hasta el 84% de los pacientes. Los tumores del saco vitelino pueden presentarse en patrones glandular, papilar o microquístico. Una característica habitual es el cuer­ po de Schiller-Duval, que remeda los senos endodérmicos y se visualiza en alrededor del 50% de los casos (véase la Fig. 31-1E). Los tumores del saco vitelino por lo general producen a-fetoproteína, aunque no hCG. En hombres con tumor de células germinales no seminomatoso en estadio clínico 1y marcadores tumorales séricos normales, el hallazgo de un tumor del saco vitelino se asocia con un riesgo más bajo de recidiva, aunque esta observación puede ser solo el resultado de que los marcado­ res tumorales (a-fetoproteína) son más sensibles para detectar enferme­ dad micrometastásica en este tipo de tumores (Read y cols., 1992). Teratoma. Los teratomas son tumores que contienen elementos di­ ferenciados de forma completa o incompleta, de al menos dos de las tres capas de células germinales: endodermo, mesodermo y ectodermo. Todos los componentes se encuentran mezclados de manera caracterís­ tica. Los tumores bien diferenciados se designan como teratomas ma­ duros, mientras que los diferenciados de forma incompleta (es decir, similares a los tejidos fetales o embrionarios) se denominan teratomas inmaduros. Los teratomas maduros pueden incluir elementos maduros de hueso, cartílago, dientes, pelo y epitelio pavimentoso, hecho que explica muy bien el nombre de teratoma, que significa "tumor mons­ truo" en griego (véase la Fig. 31-1F). El aspecto macroscópico del te­ ratoma depende en especial de los elementos presentes dentro de él; en la mayoría se identifican áreas sólidas y quísticas. Por lo general, los teratomas se asocian con marcadores tumorales séricos normales, aunque pueden causar una elevación leve de la concentración sé­ rica de a-fetoproteína. Alrededor del 47% de los tumores de células germinales mixtos del adulto contiene teratoma, pero los teratomas puros son infrecuentes. Por el contrario, el teratoma puro constituye un porcentaje elevado de las neoplasias de células germinales en la población pediátrica (Epstein, 2010). En los adultos, los teratomas presentan una histología con caracterís­ ticas benignas, si bien con frecuencia se detectan metástasis en indivi­ duos con tumores de células germinales no seminomatosos avanzados. Se estima que los elementos no teratomatosos (en especial el carcinoma embrionario) tienen la capacidad de madurar y convertirse en teratomas, y que las metástasis se originan en estos elementos antes de su diferen­ ciación. El teratoma es resistente a la quimioterapia. En consecuen­ cia y dada la presencia frecuente de metástasis en los tumores de células germinales no seminomatosos avanzados, los pacientes con tumor resi­ dual después de la quimioterapia requieren una resección quirúrgica de consolidación, porque entre el 40 y el 50% tiene un teratoma residual. La quimiorresistencia natural del teratoma limita la implementación de estrategias terapéuticas para el tumor de células germinales no semino­ matoso, que solo se basan en quimioterapia. A pesar de su aspecto histológico benigno, los teratomas pueden contener anomalías genéticas halladas con frecuencia en tumores de
  • 6. 850 SECCIÓN VII • Genitales masculinos Figura 31-1. A. Corte macroscópico de un testículo con un seminoma. B. Seminoma (tinción de hematoxilina y eosina [H&E]). C. Carcinoma embrionario (tinción H&E). D. Coriocarcinoma (tinción H&E). E. Tumor del saco vitelino (tinción H&E). F. Teratoma (tinción H&E). (A-F. Cortesía de la doctora Donna E. Hansel.) células germinales malignos, como aneuploidías, i(l2p) y capacidad quístico con frecuencia contiene hCG y u-fetoproteína, lo que confirma proliferativa muy variable (Castedo y cols., 1989; Sella y cols., 1991). su potencial maligno (Sella y cols., 1991; Beck y cols., 2004). La ines­ Los estudios también demostraron que el líquido dentro del teratoma tabilidad genética del teratoma tiene importantes implicancias clínicas.
  • 7. CAPíTULO 31 • Neoplasias de los testículos 851 Los teratomas pueden proliferar de modo incontrolable, invadir es­ tructuras circundantes y tornarse irresecables (en cuyo caso cons­ tituyen el síndrome de teratoma proliferativo) (Logothetis y cols., 1982). Ocasionalmente, el teratoma puede transformarse en una neoplasia maligna de origen somático, como un rabdomiosarcoma, un adenocarcinoma o un tumor neuroectodérmico primitivo (Little y cols., 1994; Comiter y cols., 1998; Motzer y cols., 1998). Estos tumo­ res se denominan "teratoma con neoplasia maligna de tipo somática" o "teratoma con transformación maligna". Con frecuencia estos tumores presentan anomalías en el cromosoma 12 o i(12p), que indican su ori­ gen en un tumor de células germinales. La transformación maligna es muy agresiva, resistente a la quimioterapia convencional y asociada con un pronóstico desfavorable. Por último, el teratoma no resecado en un paciente con un tumor de células germinales no seminomatoso avan­ zado por lo general produce recidivas tardías (Sheinfeld, 2003). Todos estos eventos pueden culminar en consecuencias letales. Manifestaciones iniciales Signos y síntomas El modo de presentación más frecuente del cáncer de testículo es con un tumor testicular indoloro. Con menor frecuencia, los pacientes experimentan dolor testicular agudo causado por la expansión rápida del testículo por la hemorragia o el infarto tumoral debidos al creci­ miento rápido del tumor. El dolor se asocia con mayor asiduidad a un tumor de células germinales no seminomatoso, porque estos tumores tienden a estar más vascularizados y crecen a mayor velocidad que los seminomas. Con frecuencia los pacientes informan antecedentes de un traumatismo testicular, aunque es probable que el traumatismo inciden­ tal sea responsable de la advertencia de un tumor testicular preexistente. Los pacientes también pueden experimentar molestias escrotales poco definidas o pesadez escrotal. En alrededor del 66% de los pacientes con tumores de células germinales no seminomatosos y en el 15% de los pacientes con seminomas puros se detectan metástasis regionales o a distancia, y los síntomas de la enfermedad metastásica constitu­ yen la forma de presentación en ellO al 20% de los individuos. Las metástasis retroperitoneales voluminosas pueden manifestarse como un tumor palpable o provocar dolor abdominal, dolor lumbar secundario a obstrucción ureteral, dolor dorsal como consecuencia del compromiso del músculo psoas o las raíces dorsales, edema del miembro inferior por la compresión de la vena cava inferior o síntomas gastrointestinales. Las metástasis pulmonares pueden manifestarse con disnea, dolor torácico, tos o hemoptisis. Las metástasis a los ganglios linfáticos supraclavicula­ res pueden presentarse como un tumor cervical. Alrededor del 2% de los hombres desarrolla ginecomastia, producida por el aumento de la concentración sérica de hCG, por la disminución de la producción de andrógenos o por el aumento de los niveles de estrógenos (más frecuente en hombres con tumores de células de Leydig). Aunque alrededor de dos tercios de los hombres con tumores de células germinales pre­ sentan menor fertilidad, la consulta por infertilidad es un modo de presentación muy poco frecuente. Examen físico El médico debe examinar con atención al testículo afectado y luego el contralateral normal con el fin de comparar sus tamaños y sus consis­ tencias; la palpación debe intentar identificar tumores testiculares o ex­ tratesticulares. La atrofia del testículo comprometido o del contralateral es frecuente, en particular en pacientes con antecedentes de criptorqui­ dia. Toda área firme dentro del testículo sugiere una neoplasia maligna y debe someterse a pruebas adicionales. Un cáncer de testículo puede provocar hidrocele, que afecta la capacidad del examinador de evaluar el testículo. En ese caso, se justifica la indicación de una ecografía es­ crotal para evaluar el testículo. También deben buscarse evidencias de tumores abdominales palpables o hipersensibilidad a la compresión del abdomen, adenopatías inguinales (en particular si el paciente se sometió a una cirugía inguinal o escrotal en forma previa), ginecomastia y ade­ nopatía supraclavicular, y se debe auscultar el tórax en busca de enfer­ medad intratorácica. Diagnóstico diferencial El diagnóstico diferencial del tumor testicular debe realizarse con una orquiepididimitis, una torsión, un hematoma o una neoplasia paratesticu­ lar (sea benigna o maligna). Otras posibilidades diagnósticas son hernia, varicocele o espermatocele, aunque por lo general se pueden distinguir del tumor testicular a través del examen físico. Un tumor intratesticular firme debe considerarse un cáncer hasta demostrar lo contrario y debe evaluarse con ecografía escrotal. En pacientes con un diagnósti­ co presuntivo de orquiepididimitis, se debe indicar una reevaluación entre 2 y 4 semanas después de completar un tratamiento adecuado con antibióticos por vía oral. En caso de persistencia del tumor o de dolor en el área, se debe solicitar una ecografía escrotal. Retraso en el diagnóstico Aunque el cáncer de testículo es la neoplasia maligna más frecuente en adultos jóvenes de sexo masculino, el retraso en el diagnóstico es un fenómeno confirmado en asociación con la enfermedad y tanto los médicos como los pacientes contribuyen a esa demora. Los pacientes con cáncer de testículo suelen ser jóvenes y pueden tener menor dispo­ sición a consultar al médico al aparecer los síntomas, debido a negación, ignorancia o acceso limitado a la atención médica. Cuando se retrasa el diagnóstico, el período de retraso más prolongado se atribuye al médico en hasta dos tercios de los casos. En estudios antiguos se demostró que hasta un tercio de los tumores testiculares se confunde en un principio con una epididimitis o un hidrocele (Bosl y cols., 1981). En pacientes que consultan con signos o síntomas de un tumor de células germinales metastásico, estos pueden atraer toda la atención del mé­ dico y conducir a que no sea capaz de diagnosticar el tumor primario. Estos pacientes pueden ser sujetos de tratamiento inapropiado, pruebas diagnósticas erróneas y cirugías innecesarias con la consecuente poster­ gación en el tratamiento definitivo. Se publicaron informes de pacientes sometidos a laparotomía exploradora, vaciamiento ganglionar cervical o mastectomías para el tratamiento de un tumor de células germinales metastásico no sospechado. El tiempo de retraso se asocia con un esta­ dio clínico avanzado, una respuesta subóptima a la quimioterapia y una menor supervivencia. Moul y cols. (1990) informaron una reducción de la tasa de supervivencia en pacientes con tumores de células germinales tratados entre 1970 y 1987, en los que el retraso diagnóstico fue mayor de 16 semanas, aunque estas diferencias no resultaron significativas en los pacientes tratados con la quimioterapia contemporánea basada en cisplatino. Stephenson y cols. (2004) informaron que entre los pacientes en los cuales el tratamiento se retrasó más de 30 días debido a la realiza­ ción de una laparotomía exploradora innecesaria, una mayor proporción debió recibir quimioterapia intensiva (múltiples regímenes, dosis eleva­ das y quimioterapia de rescate). El retraso en el diagnóstico se puede evitar mejorando la educación del paciente y el médico. Los médicos deben considerar el diagnóstico de tumor de células germinales en todo hombre de entre 15 y 50 años con un tumor testicular de consistencia firme, un tumor retroperitoneal en la línea media o un tumor en la fosa supraclavicular izquierda. El examen detallado con pruebas serológicas y radiológicas apropiadas (concentraciones séricas de a-fetoproteína, hCG, lactato deshidrogena­ sa [LDH] y ecografía testicular) deben permitir arribar al diagnóstico correcto.
  • 8. 852 SECCIÓN VII • Genitales masculinos Evaluación diagnóstica y tratamiento inicial Ecografía eserotal En un hombre que consulta debido a un tuinor testicular, un hidrocele o signos o síntomas escrotales de causa desconocida, se debe considerar realizar una ecografía escrotal como extensión del examen físico, porque es fácil de obtener, económica y no invasiva. Con los trans­ ductores de alta frecuencia (entre 5 y 10 MHz), se pueden identificar lesiones intratesticulares tan pequeñas como de unos pocos milímetros, que se distinguen con facilidad de enfermedades extratesticulares. En la ecografía, un tumor de células germinales típico es hipoecogénico y puede presentarse como una o dos lesiones separadas (Fig. 31-2). La ecoestructura heterogénea dentro de una lesión se asocia con mayor fre­ cuencia con un tumor de células germinales no seminomatoso, porque los seminomas suelen ser homogéneos. El aumento del flujo dentro de la lesión en la ecografía Doppler color sugiere una neoplasia maligna, aunque su ausencia no excluye un tumor de células germinales. La aso­ ciación entre una microlitiasis testicular y un tumor de células germina­ les no se definió con claridad y este hallazgo aislado no requiere pruebas adicionales urgentes (DeCastro y cols., 2008). Debido a que la inciden­ cia del tumor de células germinales bilateral es del 2%, ambos tes­ tículos deben examinarse con ecografía, aunque la identificación de tumores bilaterales en el momento del diagnóstico es inusual (0,5% de todos los tumores de células germinales) y la presentación me­ tacrónica es más frecuente (Fossa y cols., 2005). En los hombres con tumores de células germinales avanzados y examen testicular normal, se debe solicitar una ecografía escrotal para excluir una cicatriz o una calcificación pequeña no palpable que indique un tumor testicular primario "consumido". En los pa­ cientes con evidencias ecográficas de lesiones intratesticulares debe in­ dicarse orquiectomia radical. En los hombres con tumores de células germinales avanzados, con testículos normales en el examen físico y la evaluación ecográfica, se debe buscar un tumor de células germinales primario extragonadaI. El hallazgo de lesiones intratesticulares pequeñas « 10 mm) no pal­ pables, no asociadas con tumores de células germinales diseminados ni con amento de la concentración sérica de los marcadores constituye un dilema diagnóstico. La mayoría de estas lesiones es benigna (quiste tes­ ticular, infarto pequeño, nódulo de células de Leydig o tumor de células de Leydig o de Sertoli pequeñas), aunque del 20 al 40% de ellas puede representar un tumor de células germinales pequeño (por lo general, un seminoma) (Hindley y cols., 2003; Connolly y cols., 2006; Muller y cols., 2006). Las opciones terapéuticas consisten en orquiectomía ingui­ nal, exploración inguinal y resección (con biopsia por congelación para excluir un tumor de células germinales) y control estricto con ecografías seriadas (con exploración de las lesiones que aumentan de tamaño). La ecografía intraoperatoria resulta útil durante la exploración quirúrgica del testículo, con el fin de locali.zar la lesión. El riesgo de neoplasia maligna aumenta con el tamaño de la lesión (Carmignani y cols., 2005). Marcadores tumorales séricos El cáncer de testículo es una de las pocas neoplasias malignas que tiene marcadores tumorales séricos precisos (LDH, a-fetoproteína y hCG), hallazgo fundamental para el diagnóstico, el pronóstico, el tratamiento y la monitorización de la enfermedad. Se deben medir las concentraciones séricas de los marcadores tumorales en el momento del diagnóstico, des­ pués de la orquiectomia, para controlar la respuesta a la quimioterapia, y en busca de recidivas durante el seguimiento y una vez finalizada la terapia. Figura 31-2 . Imagen transversal del testículo izquierdo, que muestra una lesión intratesticular hipoecogénica multinodular, que resultó ser un seminoma puro en la pieza de orquiectomía. SAG, LT, TEST, imagen sagital del testículo izquierdo. En el momento del diagnóstico, las concentraciones de a-fetopro­ teína están elevadas en el 50 al 70% de los pacientes con tumores de células germinales no seminomatosos en estadio bajo (estadios clínicos 1, HA, IIB) Yen el 60 al 80% de los tumores avanzados (esta­ dios IIC y 111). Los carcinomas epidermoides y los tumores del saco vitelino secretan a-fetoproteína, mientras que los coriocarcinomas y los seminomas no lo hacen. En los pacientes con seminomas prima­ rios puros y aumento de la concentración sérica de a-fetoproteína, se sospecha un tumor de células germinales no seminomatoso. La vida media de la a-fetoproteína oscila entre 5 y 7 días. Los niveles de a-fetoproteína también pueden elevarse en pacientes con carcinoma hepatocelular y con cáncer de estómago, de páncreas, de las vías biliares y de pulmón. En los individuos con hepatopatías no malignas (infec­ ciosa, medicamentosa, alcohólica, autoinmunitaria) la concentración de a-fetoproteína también puede estar elevada. El incremento del nivel sé­ rico de a-fetoproteína también es característico de la ataxia telangiecta­ sia y de la tirosinemia hereditaria. Las concentraciones de hCG aumentan en el 20 al 40% de los pa­ cientes con tumores de células germinales no seminomatosos de bajo grado y en el 40 al 60% de los que tienen estos tumores en estadios avanzados. Alrededor del 15% de los seminomas secreta hCG, aunque esta hormona también la produce el corioq:¡rcinoma y el carcinoma embrionario. Las concentraciones superiores a 5 000 UIIL suelen indi­ car un tumor de células germinales no seminomatoso. La vida media de la hCG oscila entre 24 y 36 horas. Las concentraciones de hCG pue­ den aumentar en el cáncer de hígado, de las vías biliares, de páncreas, de estómago, de pulmón, de mama, de riñón y de vejiga. La subunidad a de la hCG la comparten varias hormonas hipofisarias, por lo cual los inmu­ noensayos para detectar hCG deben tratar de identificar la subunidad ~. La reactividad cruzada de la prueba para identificar hCG con la de la hormona luteinizante puede causar elevaciones falsas positivas de la medición de la hCG en pacientes con hipogonadismo primario. La concentración sérica elevada de hCG causada por hipogonadismo se normaliza entre 48 y 72 horas después de la administración de testosterona, por lo que esta prueba puede llevarse a cabo para distinguir entre los resul­ tados de hCG positivos verdaderos y los falsos. El consumo de marihuana también puede provocar resultados falso positivos de esta hormona. Las concentraciones de LDH están elevadas en alrededor del 20% de los tumores de células germinales de bajo grado y en el 20 al60%
  • 9. de los tumores avanzados. La LDH se expresa en el músculo liso, el cardíaco y el esquelético. El linfoma también puede elevar las concen­ traciones de LDH. De las cinco isoenzimas de la LDH, la LDH-l es la que aumenta con mayor frecuencia en los tumores de células germina­ les. Las concentraciones de esta isoenzima se correlacionan con el nú­ mero de copias del cromosoma 12p, que con frecuencia está amplificado en estos tumores. La magnitud de la elevación de la LDH se correlaciona con el tamaño del tumor. Como marcador inespecífico de los tumores de células germinales, su aplicación principal sería la evaluación pronósti­ ca del tumor de células germinales en el momento del diagnóstico. La vida media sérica de la LDH es de 24 horas. Cuando se sospecha un tumor de células germinales se debe obte­ ner una muestra de sangre para medir las concentraciones séricas de a-fetoproteína, hCG y LDH antes de la orquiectomía, con el fin de contribuir al diagnóstico y la interpretación de los JÚveles de los marcadores tumorales después de la orquiectomía. Con fines de esta­ dificación resulta importante conocer si las concentraciones séricas de los marcadores tumorales, obtenidas antes de la orquiectornía, comenzaron a descender tras la operación y, si así fue, a qué velocidad. Los resultados de las pruebas de marcadores rumorales no deben usarse para guiar la decisión de realizar una orquiectornía radical, puesto que el hallazgo de concentraciones de AFP o hCG dentro del intervalo normal no excluye un tumor de células germinales. Un aumento significativo del nivel sérico de a-fetoproteína puede indicar la presencia de un tumor de células ger­ minales no seminomatoso en un paciente cuyo diagnóstico histológico es un seminoma puro, dado que los seminomas no producen a-fetoproteína. No obstante, los valores elevados de forma fronteriza deben interpretarse con precaución. En algunos pacientes ocasionales con tumor prima­ rio testicular, retroperitoneal o mediastíJÚco, en los cuales la carga tumoral requiere implementar un tratamiento urgente, el hallazgo de un valor muy elevado de a-fetoproteína, HCG o ambas puede con­ siderarse suficiente para el diagnóstico de un tumor de células germi­ nales. En pacientes muy infrecuentes con enfermedad médica inestable, el tratamiento no necesita retrasarse hasta que los resultados de la histolo­ gía permitan confirmar el diagnóstico. No obstante, estos pacientes deben someterse a orquiectornía radical después de completar la quimioterapia, porque el testículo se considera el "santuario" de las células germinales malignas debido a la existencia de la barrera hematotesticular y a que con frecuencia el testículo contiene células germinales tumorales invasoras residuales, teratoma, neoplasia intratubular de células germinales o una combinación de todas ellas (Geldart y cols., 2002). Orquiectomía radical inguinal Los pacientes en los que se sospecha una neoplasia testicular deben so­ meterse a una orquiectornía radical inguinal con extirpación del testículo que alberga el tumor y el cordón espermático homolateral hasta el nivel del anillo inguinal profundo. La orquiectomía o la biopsia transes­ crotal están contraindicadas porque dejan la porción inguinal del cordón espermático y pueden afectar el drenaje linfático del testícu­ lo, lo que puede aumentar el riesgo de recidiva local y de metástasis ganglionares pelvianas o inguinales. Dado el crecimiento rápido del tumor de células germinales, la orquiectornía debe llevarse a cabo en el momento oportuno y deben evitarse retrasos mayores de 1 a 2 semanas. La orquiectornía radical aporta el material para efectuar el diagnóstico histológico y el estadio T primario, aporta información pronóstica im­ portante basada en la histología del tumor y permite curar entre el 80 y el 85% y entre el 70 y el 80% de los pacientes con seminomas en estadio clínico 1y con tumor de células germinales no seminomatoso en estadio clínico 1, respectivamente. El examen histopatológico del testículo debe permitir la determinación del tipo histológico del tumor (véase Cuadro 31-2) (Sobin y Wittekind, 2002), el tamaño tumoral, la multifocalidad, la invasión tumoral local CAPíTULO 31 • Neop[asias de [os testículos 853 (red testicular, túnica albugínea, túnica vaginal, epidídimo, cordón esper­ mático, escroto), el estadio T primario (Cuadro 31-3) (Sobin y Wittekind, 2002; Greene y cols., 2002), la presencia de neoplasia intratubular de células germinales, la invasión de los vasos sanguíneos o linfáticos (co­ nocida como invasión linfovascular) y el estado de los márgenes quirúr­ gicos. En los pacientes con tumor de células germinales mixto, se debe identificar el subtipo tumoral individual, incluida su proporción relativa. Dada la relativa infrecuencia del tumor de células germinales y la impor­ tancia de la histología del tumor primario para seleccionar el tratamiento, se recomienda que anatomopatólogos con experiencia revisen el tumor primario (Krege y cols., 2oo8a). En un ensayo clínico multicéntrico alea­ torizado reciente, 5 de 382 piezas de tumor de células germinales no se­ minomatoso (1,3%) se reclasificaron como seminomas cuando se efectuó la revisión anatomopatológica centralizada (Albers y cols., 2008). Cirugía con conservación del testículo La cirugía con conservación del testículo (u orquiectomía parcial) es un método que genera grandes discusiones y no cumple función alguna en el paciente en el que se sospecha una neoplasia testicular con un testículo contralateral normal. No obstante, puede conside­ rarse para tumores limitados al órgano que miden menos de 2 cm en pacientes con tumores bilaterales sincrónicos o con un tumor en un testículo solitario y producción suficiente de andrógenos en ese testículo contralateral. También puede preferirse, en caso de sos­ pechar un tumor benigno o una lesión indeterminada en pacientes con concentraciones séricas normales de a-fetoproteína, hCG y LDH. La ci­ rugía con conservación del testículo rara vez es posible en tumores más grandes (> 2 cm), porque su resección completa con frecuencia deja un parénquima testicular residual insuficiente para su preservación. Cuan­ do se efectúa una cirugía con conservación del testículo, se deben obtener muestras de biopsia del parénquima testicular adyacente para excluir una neoplasia intratubular de células germinales, que se identifican en esta zona en el 80 al 90% de los casos de tumores de células germinales y se asocia con un 50% de riesgo de que se de­ sarrolle un tumor de células germinales dentro de los 5 años y del 70% dentro de los 7 años (Skakkebaek y cols., 1982; Dieckmann y Skakkebaek, 1999; Montironi, 2002). La radioterapia adyuvante en el tumor resi­ dual con dosis de 20 Gy o mayores por lo general es suficiente para prevenir el desarrollo de un tumor de células germinales. El Gennan Testicular Cancer Study Group (Grupo de estudio alemán sobre cáncer de testículo) no informó recidivas locales durante una mediana de se­ guimiento de 91 meses en 46 pacientes con tumores pequeños limitados al órgano, sometidos a cirugía con conservación del testículo y que re­ cibieron radioterapia adyuvante debido a la presencia de una neoplasia intratubular de células germinales (Heidenreich y cols., 2001). Biopsia del testículo contralateral Entre el 5 y el 9% de los pacientes con tumores de células germina­ les tiene una neoplasia intratubular de células germinales en el testículo contralateral normal (Dieckmann y Skakkebaek, 1999). En pacientes con un testículo atrófico, antecedentes de criptorquidia o edad menor de 40 años, el riesgo de presentar una neoplasia intratubular de células ger­ minales en el. testículo contralateral alcanza hasta el 36% (Dieckmann y Loy, 1996). En consecuencia, puede considerarse obtener una biopsia inguinal abierta del testículo contralateral en pacientes con factores de riesgo para presentar este tumor o en los que se identifiquen lesiones sospechosas en la ecografía preoperatoria (Motzer y cols., 2006). Sospecha de tumor de células germinales extragonadal Entre el 2 y el 5% de estos tumores es de origen extragonadal (Bokemeyer y cols., 2002b). Solo el 33% de los pacientes con tumor de células germinales metastásico sin un nódulo primario testicular presenta un
  • 10. 854 SECCIÓN VII • Genitales masculinos tumor de células germinales primario extragonadal, porque este mis­ considerar el diagnóstico de tumor de células genninales extragona­ mo porcentaje tiene una neoplasia intratubular de células genninales dal con transformación maligna, lo cual es avalado por la expresión de y otro porcentaje igual presenta evidencias ecográficas de un tumor i(l2p) en las piezas de biopsia. primario "consumido" (Scholz y cols., 2002). Se debe sospechar un Los pacientes en los que se sospecha un tumor de células genninales tumor de células germinales en todo hombre joven con un tumor en la extragonadal deben someterse a una orquiectomia inguinal en algún mo­ línea media. El hallazgo de un aumento de la concentración sérica de mento durante el tratamiento, si el patrón de las metástasis sugiere un tu­ <x-fetoproteína, hCG o ambas, con una evaluación testicular normal, mor primario testicular derecho o izquierdo, o se identifican evidencias se considera suficiente para confirmar el diagnóstico de un tumor de ecográficas de un tumor primario "consumido". células genninales; la confirmación histológica con biopsia no resul­ ta necesaria para implementar el tratamiento. Cuando los marcadores séricos tumorales son normales, debe efectuarse una biopsia del tumor Estadificación clínica para confirmar el diagnóstico de tumor de células genninales antes de indicar el tratamiento. Una biopsia que muestra un carcinoma pobre­ El pronóstico del tumor de células germinales y las decisiones relacio­ mente diferenciado representa un dilema diagnóstico, si no es posible nadas con el tratamiento inicial dependen del estadio clínico de la enfer­ confirmar la localización del tumor primario. En este caso, se puede medad, que a su vez se basa en los hallazgos histológicos y en el estadio Cuadro 31-3 Estadificación TNM del tumor testicular: American joint Committee on Caneer (Comité de Consenso Estadounidense sobre Cáncer) y Union Internationale Contre le Caneer (U nión Internacional contra el Cáncer) , Tumor primario m* , La extensión del tumor primario suele clasificarse después de fa orquiectomía total y, debido a esta razón, seJe asigna un estadio anatomopatológico. , pTX No es posible evaluar el tumor primario pTO Sin evidencias de tumor primario (p. ej., cicatriz histológica en el testlculo) pTis Neoplasia intratubular de céfulas germinales (carcinoma in situ) pTl Tumor limitado al testículo.y el epidídimo sin invasión vascu lar ni linfática; el tumor puede invadir la túnica albugínea .pero no la túnica vagi­ ~ . pT2 Tumor limitado al testículo y el epidídimo con invasión vascular/linfática ó extensión del tumor a través 'de la.túnica albugínea y compromisp de la túnica vaginal pT3 El tumor invade el cordón espermático con invasión vascular/linfática o sin ella pT4 El tumor invade el escroto con invasión vascular/linfática o sin ella Ganglios linfáticos regionales (N) CLíNICO (determinado por la estadificación no invas(va) NX No es posible evaluar los ganglios linfáticos regionales NO Sin metástasis.en los ganglios linfáticos regionales Nl Metástasis con una masa ganglionar de 2 cm o menor en su dimensión máxima o varios ganglios linfáticos, ninguno mayor de 2 cm en su dimensión máxima . . N2 Metástasis con una masa ganglionar mayor de 2 cin pero menor de 5 cm en su dimensión máxima, ci varios ganglios linfáticos, si alguno de ellos es mayor de 2 cm pero menQr de 5 cm en su dimensión máxima N3 . Metástasis con una masa ganglionar mayor de 5 cm en su dimensión máxima . ' . ANATOMOPATOLÓG/CO (pN) (determinado según los hallazgos anatomopatológicos del vaciamiento ganglionar retroperitoneal sin quimioterapia ni radioterapia previa) pNX No·es posib. le evall:Jar los ganglios linfáticos regionales pNO Sin metástasis en lo~ ganglios linfáticos regiOriales , pN1 Metástasis con una masa ganglionar de 2 cm o menor en su dimensión máxima y cinco ganglios linfáticos positivos 'o menos, ninguno mayor de 2 cm en su dimensión máxima pN2 Metástasis con una masa ganglronar mayor de 2 cm pero menor de 5 cm en su dimensión máxima, más de 5 ganglios linfáticos positivos, ninguno mayor de 5 cm o evidencias de extensión tumoral extraganglionar pN3 Metástasis con una masa ganglionar mayor de 5 cm en su dimensión máxima Metástasis a distancia (M) MX . No es posible evaluar las metástasis a distancia MO Sin metástasis a distancia M1 Metástasis adistancia M1 a Metástasis a los ganglios linfáticos no regionales o pulmonares M1 b Metástasis a distancia en un sitio diferente deganglios linfáticos no regionales o pulmón , Marcadores tumorales séricos (S) . SX . Los estudios de marcadores tumorales no están disponibles o no se efectuaron SO Niveles de marcadores dentro de los límites normales . 51. LDH < l,5x N' y hCG (mUl/mL) < 5 000 Y AFP (nglmL) < 1 000 52 LDH1 ,S-10xNo hCG (mUI/mL) 5 OÓO-50 000 o AFP (nglmL) 1 000"10 000 53 LDH>10xNo hCG (mUI/mL) > 50 000 o AFP (nglmL) > 10 000 continúa
  • 11. CAPÍTULO 31 • Neoplasias de los testículos 855 Cuadro 31-3 Estadificación TNM del tumor testicular: American joint Committee on Cancer (Comité de Consenso Estadounidense sobre Cáncer) y Union Internationale Contre le Cancer (Unión Internacional contra el Cáncer) (cont.) AGRUPACIÓN EN ESTADIOS GRUPO T N M Estadio O . pTis NO MO Estadio.1 pT1A NO MO Estadio lA pTl NO MO Estadio lB Pt2 NO MO pT3 NO MO pT4 NO MO Esta:diol5 Cualquier pTfTX NO MO' Estadía II Cualquier pTfTX Nl-N3 MO Estadio IIA Cualquier prfTX Nl MO Cualquier pTfTX Nl MO Estadio.llB Cualquier pTfTX N2 MO Cualquier pTfTX N2 MO Esta:dio,IIC Cualquier pTfTX N3 MO Cualquier pTfTX N3 !vio Estadio 111 Cualquier pTfTX Cualquier N Ml Estadio lilA . Cualquier pT!rX Cualquier N Ml a , Cualquier pTfTX Cualquier N Ml a Estadio III~ Cualquier pTfTX Nl-N3 MO Cualquier pTfTX Cualquier N Ml a Estadio.lllC Cualquier pTiTX Nl-N3 MO Cualquier pTfTX Cualquier N Mlá CualquierpTfTX :tualq!Jiér N Ml b S(MARCADORES TUMORALES SÉRICOS) SO SX SO SO SO SO 51-53 SX SO 51 SO 51 SO 51 SX ' SO 51 52 $2 53 . 53 Cl:lalquier S 'Excepto en pTis y pT4, la extensión del tumor primario se clasifica con orquiectomía radical. TX puede usarse en otras categorías, si no se efectúa orquiectomía radical. 'N indica el límite superior normal de la prueba de LDH. AFP, a-fetoproteína; hCG, gonadotropina coriónica humana; LDH, lactato deshidrogenasa. Usado con autorización del American joint Committee on Cancer (AjCC), Chicago, Illinois. La fuente original de este material es AjCC Cancer 5taging Manual, séptima edición (2010), publicado por Springer Science and Business Media, LLC, www.springer.com. De AjCC. Testis. En: Edge SE, Byrd DR, Comptom CC, eds. AjCC cancer staging manual. 7' ed. Nueva York: Springer; 2010. pp. 469-473. Conceptos clave: diagnóstico y tratamiento inicial ., . El hallazgo de un tuIllor.sólidp intratesticular en un hombre pos­ puberal debe considerarse un tumor de células germinales hasta ' que se demuestre lo contrario. .• Salvo escasas excepciones, la orquiectomía inguinal conligadura ' alta del cordón espermático debe llevarse a cabo en los hombres en los cuales se sospecha un tumor de células germinales.. No se recomienda la orq).liectomia ni la biopsia transescrotal. • La cifllgía conservadóra del testículo solo se tiene en cuenta para tratar el tu¡nor de células germinales ;en Piicientes seleccionados con tumores pequeños en untestÍculb solitario o con tumores testiculares bilaterales sincrónicos, cuando la pteservaeión del testÍ<;:ulo afectado permita que el pacümte recib¡l una dotación suficÍentede andrógeno testicular. '. El retraso en el diagnóstico es un evento frecuente en los tumores de células ge)"ffiinales, y alrededor de un tercio de los casos eh el período inicial se ,diagnostica de torna errónea. • Si las concentraciones séricas de los marcadores tumorales están elevadas antes de la .orquíectomía,deben volver a medirse des­ . pués de la orquiectomía con el fifl de determinar si est{)s nivekes empiezan a descenclet, permanecen estables o.son crecientes. Las concentraciones sérkas de los marcadores tumorales antes de la . orquiectoII).Ía no,deben usarse para tomardecisiónes terapéuticas. anatomopatológico del tumor prima:rio, en las concentraciones séricas de los marcadores tumorales después de la orquiectomía y en la presen­ cia y la extensión de la enfermedad metastásica, determinadas a través del examen físico y los estudios de diagnóstico por la imagen para la es­ tadificación. En 1997, el American Joint Committee on Caneer (AJCC, Comité de Consenso Estadounidense sobre el Cáncer) y la Union Inter­ nationale Contre le Caneer (UICC, Unión Internacional contra el Cán­ cer) desarrollaron una clasificación internacional consensuada para los tumores de células germinales (véase el Cuadro 31-3). Los sistemas de clasificación del AJCC y el UICC tienen cualidades únicas, dado que por primera vez se incluye una categoría con marcadores tumorales séri­ cos (S) basada en los valores de a-fetoproteína, hCG y LDH después de la orquiectomía para establecer estadios pronósticos más precisos que los definidos de acuerdo con la extensión anatómica de la enfermedad. Los sistemas de estadificación del AJee yel mee se actualizaron en 2002 y consideran la presencia de invasión Iinfovascular en el tumor primario, con la designación, en ese caso, del tumor limitado al órgano como perteneciente al estadio pT2. El estadio clínico 1 se define como enfermedad clínicamente limitada al testículo, el estadio II indica la presencia de metástasis en los ganglios linfáticos regionales (retroperitoneales) y el III representa metástasis en ganglios linfáticos no regionales, viscerales o ambos. Estudios de diagnóstico por la imagen El tumor de células germinales sigue un patrón predecible de disemina­ ción metastásica, lo que contribuye a su tratamiento exitoso. Excepto
  • 12. 856 SECCIÓN VII • Genitales masculinos en el coriocarcinoma, la vía más frecuente de extensión de la enfer­ medad es a través de los canales linfáticos desde el tumor primario hasta los ganglios linfáticos retroperitoneales y, luego, a sitios distan­ tes. El coriocarcinoma muestra una tendencia a diseminarse por vía hematógena. El retroperitoneo es la localización inicial de las metás­ tasis en el 70 al 80% de los pacientes con tumores de células germi­ nales. El mapeo detallado realizado a partir de series de vaciamientos ganglionares retroperitoneales aumentó nuestros conocimientos sobre el drenaje linfático testicular e identificó las ubicaciones más probables de las metástasis (Sheinfeld, 1994). En relación con los tumores testicu­ lares derechos, el drenaje principal se produce hacia los ganglios lin­ fáticos interaortocavos, que se encuentran debajo de los vasos rena­ les, seguidos por los ganglios paracavos y paraaórticos. La "zona de aterrizaje" (drenaje primario) de los tumores testiculares izquierdos corresponde a los ganglios linfáticos paraaórticos, seguidos por los ganglios interaortocavos (Donohue y cols., 1982). El patrón de drena­ je linfático en el retroperitoneo se moviliza de derecha a izquierda. En consecuencia, la diseminación contralateral desde la "zona de aterrizaje" primaria es frecuente en los tumores del lado derecho, aunque rara vez se observa en los tumores del lado izquierdo y suele asociarse con tumores voluminosos. Los depósitos metastásicos más caudales suelen refle­ jar la extensión retrógrada a los ganglios linfáticos ilíacos distales e inguinales debido a la enfermedad muy voluminosa y, de forma más infrecuente, al drenaje linfático testicular aberrante. Los linfáticos retroperitoneales drenan hacia la cisterna del quilo detrás de la arte­ ria renal derecha y el pilar derecho del diafragma. En consecuencia, pueden identificarse metástasis en los ganglios linfáticos retrocrurales en pacientes con enfermedad retroperitoneal. Desde allí, la diseminación linfática prosigue a través del conducto torácico hacia la región posterior del mediastino y la fosa supraclavicular izquierda. Estadificación clínica del abdomen y la pelvis. Todos los pacien­ tes con tumores de células germinales deben someterse a estudios de diagnóstico por la imagen del abdomen y la pelvis. La tomografía com­ putarizada (TC) obtenida tras la administración de medios de contraste por vía oral e intravenosa se considera el método no invasivo más efi­ caz para la estadificación del retroperitoneo y la pelvis. La Te también permite una evaluación anatómica detallada del retroperitoneo, con el fin de identificar malformaciones que pueden complicar el vaciamiento ganglionar retroperitoneal subsiguiente, como la presencia de una vena renal izquierda circunaórtica o retroaórtica, una arteria renal del polo inferior o un uréter derecho retrocavo. La resonancia magnética (RM) es una alternativa a la Te. La Iinfangiografía no resulta útil cuando se pueden obtener imágenes transaxiales. En ellO al 20% de los seminomas y en el 60 al 70% de los tumores de células germinales no seminomatosos se identifican adenomegalias retro­ peritoneales en la Te. El retroperitoneo sigue siendo el área más difícil de estadificar clínicamente con precisión. A pesar de los avances en las téc­ nicas tomográficas durante las últimas 4 décadas, se informó una tasa constante de entre 25 y 35% de ganglios linfáticos retroperitoneales comprometidos en la anatomia patológica asociados con tumores de células germinales no seminomatosos en estadio clínico 1y Te "nor­ mal" (Fernández y cols., 1994). No se llegó a un consenso en relación con el tamaño del ganglio linfático retroperitoneal por debajo del cual se con­ sidera "normal" la Te. Se suele aplicar un valor de corte de 10 mm para identificar adenomegalias, aunque se informaron tasas de falso negativos de hasta 63% con el uso de este criterio para el tamaño. Entre el 12 y el 40% de los pacientes con estadios clínicos IlA y IIB produce una sobrees­ tadificación clínica con la Te (es decir, ganglios linfáticos negativos en el examen histológico de las piezas obtenidas en el vaciamiento retroperito­ neal, a pesar de la visualización de adenomegalias en la TC). Los avances en el conocimiento de los sitios de drenaje primario de los tumores del lado izquierdo y el derecho impulsaron las investigacio- Figura 31-3.Tomografía computarizada abdominopelviana posterior a una orquiectomía de un paciente con un tumor de células germinales no seminomatoso en el testículo derecho. Se muestra un ganglio linfático de 7 mm en la zona de drenaje linfático primario. La biopsia del ganglio linfático tras el vaciamiento retroperitoneal demostró que estaba invadido por un teratoma. nes para aumentar la sensibilidad de la Te abdominopelviana mediante la reducción de valor de corte para el tamaño en los ganglios linfáti­ cos positivos de acuerdo con el examen clínico presentes en la "zona de aterrizaje" primaria; se propuso un valor de corte de solo 4 mm. Leibovitch y cols. (1995) demostraron que el empleo de un valor de corte de 4 mm en la zona de derivación linfática primaria y de 10 mm fuera de esa región se asociaba con una sensibilidad y una especificidad para la detección de enfermedad en el estadio anatomopatológico II de 91 y 50%, respectivamente. En un estudio similar, Hilton y cols. (1997) informaron una sensibilidad y una especificidad del 93 y el 58%, res­ pectivamente, con el uso de un nivel de corte de 4 mm para los ganglios linfáticos en la "zona de aterrizaje" primaria, que se encontraran por delante de una línea horizontal que biseca la aorta. Sobre la base de esta evidencia, los ganglios linfáticos retroperitoneales mayores de 5 a 9 mm localizados en la "zona de aterrizaje", en particular los que se encuentran delante de los grandes vasos en las imágenes tomográfi­ cas, deben considerarse sospechosos de ser metástasis ganglionares regionales (Fig. 31-3). Debido al crecimiento rápido de los tumores de células germinales, se recomienda basar la decisión terapéutica en estu­ dios tomográficos realizados dentro de las 4 semanas anteriores al inicio del tratamiento. Los tumores de células germinales malignos acumulan ftuorodesoxi­ glucosa (FDG) y así varios estudios investigaron el papel de la tomo­ grafía por emisión de positrones marcados con FDG (FDG-PET) en la estadificación de estos tumores en el momento del diagnóstico y al determinar la respuesta posterior a la quimioterapia. Algunos estudios piloto pequeños sugirieron que la FDG-PET podía identificar las me­ tástasis retroperitoneales en los seminomas en estadios bajos y en los tumores de células germinales no seminomatosos en estadio clínico 1 con mayor precisión que la Te (Albers y cols., 1999). En un ensayo clínico prospectivo revisado sobre la aplicación de la FDG-PET en 111 pacientes contemporáneos con tumores de células germinales no semi­ nomatosos en estadio clínico 1 sometidos a vigilancia, se identificaron recidivas en 33 de 87 pacientes con resultados negativos en la PET, con una tasa estimada libre de recidivas del 63% (Huddart y cols., 2007). Los investigadores llegaron a la conclusión de que la FDG-PET no era sensible lo suficiente para estadificar con precisión los tumores de cé­
  • 13. lulas germinales no seminomatosos en estadio clínico 1. De Wit y cols. (2008) también informaron que la FDG-PET solo ofrecía resultados algo mejores que la TC como herramienta de estadificación primaria para el tumor no seminomatoso en estadio bajo. Por lo tanto, en la actualidad, no se considera que la FDG-PET cumpla papel alguno en la evaluación sistemática de los tumores de células germinales no seminomatosos y de los seminomas en el momento del diagnóstico. La enfermedad en estadio clínico II se subclasifica en función del ta­ maño de los ganglios linfáticos regionales observados mediante estudios de diagnóstico por la imagen abdominopelvianos en el HA (adenomega­ lias retroperitoneales ::; 2 cm), el lIB (adenomegalias retroperitoneales > 2 cm pero ::; 5 cm) y el IIC (ganglios linfáticos> 5 cm). Estadificación anatomopatológica del abdomen y la pelvis. En centros europeos seleccionados se efectúa vaciamiento ganglionar retro­ peritoneal en pacientes con tumor de células germinales no seminoma­ toso en estadio clínico lonA, en especial con fines de estadificación, sin intenciones de curar la enfermedad, para identificar ganglios linfáti­ cos regionales y determinar la necesidad de quimioterapia subsiguiente (Nelson y cols., 1999; Janetschek y cols., 2000; Albers y cols., 2003, 2008; Bhayani y cols., 2003; Nielsen y cols., 2007). El estadio N anato­ mopatológico difiere del estadio clínico en que el primero también tiene en cuenta los ganglios linfáticos comprometidos: pNO: sin metástasis ganglionares regionales pN1: 5 o más ganglios linfáticos comprometidos, ninguno mayor de 2cm pN2: más de 5 ganglios linfáticos comprometidos, alguno de los gan­ glios linfáticos de entre 2 y 5 cm pN3: alguno de los ganglios linfáticos mayor de 5 cm En los pacientes con enfermedad en estadio anatomopatológico II (cualquier pT, pNl-3, MO), el riesgo de metástasis ocultas (y recidivas después del vaciamiento ganglionar retroperitoneal) se relaciona estre­ chamente con el volumen de metástasis ganglionares regionales (entre ellO y el 30% de los tumores pN1 versus 50 al 80% de los tumores pN2-3). El estadio anatomopatológico N no puede aplicarse a las piezas obtenidas mediante vaciamiento ganglionar retroperitoneal de pacientes que recibieron quimioterapia o radioterapia. Estudios de diagnóstico por la imagen del tórax En todos los pacientes con tumores de células germinales se deben in­ dicar estudios de diagnóstico por la imagen del tórax antes de tomar decisiones con respecto al manejo terapéutico. El hallazgo de metástasis torácicas en ausencia de enfermedad retroperitoneal o aumento de los marcadores tumorales séricos es muy infrecuente, en particular cuan­ do el tumor primario es un seminoma. En consecuencia, la indicación sistemática de Te puede asociarse con una tasa elevada de falso positi­ vos, que pueden complicar la selección posterior del tratamiento (Horan y cols., 2007). Por lo tanto, parece razonable solicitar radiografías de tórax en el momento del diagnóstico como estudios de estadificación inicial, y TC si se identifican concentraciones séricas elevadas de mar­ cadores tumorales después de la orquiectomía, se identifica enfermedad metastásica en el examen físico o la TC abdominopelviana, o se detectan hallazgos anormales o ambiguos en la radiografía de tórax. Puede pare­ cer sensato indicar una TC de tórax en pacientes con tumor de células germinales no seminomatoso en estadio clínico 1con evidencias de inva­ sión linfovascular o predominio de carcinoma embrionario, porque algu­ nos estudios informaron una tasa elevada de diseminación hematógena al pulmón en pacientes en los cuales no se identificaron metástasis ganglio­ nares retroperitoneales en la TC (Hermans y cols., 2000; Sweeney y cols., 2000). Las adenopatías mediastínicas o hiliares halladas en un paciente sin metástasis retroperitoneales deben hacer sospechar una etiología di­ ferente del tumor de células germinales, como un linfoma o sarcoidosis, y en ese caso debe confirmarse el diagnóstico histológico del tumor de CAPíTULO 31 • Neop[asias de [os testículos 857 células germinales mediante mediastinoscopia y biopsia, antes de iniciar el tratamiento.sistémico (Hunt y cols., 2009). Las metástasis viscerales en los huesos y en el encéfalo son infrecuen­ tes en los tumores de células germinales en ausencia de síntomas u otros indicadores clínicos. Por lo tanto, se considera que la obtención sistemá­ tica de gammagrafía ósea o de Te del encéfalo en el momento del diag­ nóstico no es beneficiosa. Una excepción notable es la Te del encéfalo en pacientes con concentraciones muy altas de hCG (> 10 000 UUL), porque estos niveles con frecuencia se asocian con coriocarcinoma me­ tastásico, que provoca metástasis encefálicas con mayor asiduidad. Marcadores tumorales séricos Las concentraciones séricas de a-fetoproteína, hCG y LDH poste­ riores a la orquiectoDÚa son importantes para estadificar, definir el pronóstico y seleccionar el tratamiento. En consecuencia, en todos los pacientes se deben obtener muestras de sangre después de la or­ quiectoDÚa para confirmar que se produce un descenso adecuado de estos marcadores, acorde a su vida media, en los pacientes que tenían valores elevados antes de la orquiectoDÚa. La presencia de concen­ traciones séricas elevadas o crecientes de marcadores tumorales des­ pués de la orquiectomía sugiere una enfermedad metastásica, y estos pacientes deben someterse a quimioterapia como medida de elección inicial. Si la evaluación en busca de metástasis es negativa y los valores de los marcadores revelan un descenso lento (es decir, no acorde a sus vidas medias), se debe implementar un control estricto de los pacientes, con comprobación periódica de las concentraciones de los marcadores tu­ morales hasta que los niveles se normalicen o empiecen a aumentar. Una concentración estable de a-fetoproteína o hCG un poco por encima del intervalo normal se debe interpretar con precaución y se deben excluir otras causas de elevación de estos niveles, antes de tomar decisiones te­ rapéuticas. Al igual que se mencionó para los estudios de diagnóstico por la imagen realizados durante la estadificación, las decisiones terapéuticas deben basarse en las concentraciones séricas de los marcadores tumorales obtenidas dentro de las 4 semanas anteriores al inicio del tratamiento. Clasificación pronóstica de los tumores de células germinales avanzados Un análisis retrospectivo internacional de 5 202 pacientes con tumo­ res de células germinales no seminomatosos avanzados, que se trataron entre 1975 y 1990 con regímenes de quimioterapia basados en plati­ no (cisplatino o carboplatino), determinó que las concentraciones de a-fetoproteína, hCG y LDH al inicio de la quimioterapia, la presencia de metástasis viscerales no pulmonares y de tumor de células germina­ les no seminomatoso primario en el mediastino eran factores pronóstico significativos e independientes de la progresión y la supervivencia. En 660 pacientes con seminoma avanzado, solo la presencia de metástasis viscerales no pulmonares predijo de forma significativa la progresión y la supervivencia (International Germ Cell Consensus Classijication, 1997). Sobre la base de estos análisis, se desarrolló una clasificación de riesgos del International Germ Cell Caneer Collaborative Group (1997) (IGCCCG, Grupo Cooperativo Internacional sobre Cáncer de Células Germinales) para los tumores avanzados (Cuadro 31-4). El grupo de riesgo del IGCCCG debe determinarse en cada pacien­ te con tumor de células germinales metastásico para guiar la toma de decisiones terapéuticas para seleccionar la quimioterapia (se ana­ lizará más adelante). Esta clasificación solo se aplica a pacientes con tumor de células germinales avanzado en el momento del diagnóstico, y no sirve para pacientes con recidivas de este tumor. La clasificación tam­ bién se basa en las concentraciones séricas de los marcadores tumorales después de la orquiectornía al comienzo de la quimioterapia, aunque no en los valores previos a la orquiectomía.
  • 14. 858 SECCiÓN VII • Genitales masculinos Cuadro 31-4 Clasificación de riesgos del tumor de células germinales avanzado del International Cerm Cell Collaborative Croup Buen pronóstico NO SEMINOMATOSO SEMINOMA Testicu lar/retroperitoneal.primario Cualquier sitio primario y y Sin metástasis viscerales no plJlmo­ Sin metástasis viscerales no nares pulmonares y y Marcadores normales: todQs de: AFP normal, cualquier valor de hCG y de LDH AFP < 1 000 nglmL y hCG < 5 000 UI/L (1 000 nglmL) y LDH < 1,5 veces el límite sllPerior normal 56% de los no seminomatosos 90% de seminomas , SLEa 5 años 89% SLE a 5 años 82% , Supervivencia a 5 años 92% Supervivencia a 5 años 86% Pronóstico Intermedio . NO SEMI NOMATOSO SEMINOMA Testicular/retroperitoneal primario Cualquier sitio primario y y Sin metásiasis viscerales no pulmo­ Sin metástasis viscerales no nares pulmonares y y Marcadores intermedios: t090S de: AFP normal, cualquier hCG, cualquier LDH AFP ;:: 1 000-10 000 nglmL y :5 10 000 nglmL o hCG ;:: 5 000-50 000 UI/L y ~ 50 000 UI/l:. o LDH ;:: 1,5 veces el límite superior normal y ~ 1Oveces el valor normal 28% de los no seminomatosos 10% de seminomas SLE a 5 años 75% SLE a 5 años 67% Supervivencia a 5 años 80% Supervivencia a 5 año.s 72% Mal Pronóstico . NO SEMINOMATOSO SEMINOMA Primario mediastínico Ningún paciente ciasificado como con mal pronóstico o Metástasis viscerales no pulmonares o Marcadores séricos anormales: algun<;> de: AFP ;> 10 000 nglmL o hCG > 50 000 UI/L (10 000 nglmLl o LDH > 10 veces el límite superior normal. 16% nO seminomatosos SLE a 5 años 41% Supervivencia a 5 años 48% . Alrededor del 56, el 28 y el 16% de los pacientes con tumores de células germinales no seminomatosos se clasifica como de pronóstico bueno, intermedio y malo, respectivamente, de acuerdo con los criterios del IGCCCG, y las tasas de supervivencia libre de enfermedad y global a los 5 años en los mismos pacientes correspondieron a 89 y 92%, 75 Y 80% Y41 Y 48%, respectivamente. No existe una categoría de riesgo de pronóstico malo para el seminoma. Aproximadamente el 90 y el 10% de los pacientes con seminoma avanzado se clasifican como parte de los grupos de pronóstico bueno e intermedio, respectivamente, según los criterios del IGCCCG, y las tasas de progresión a los 5 años y de supervivencia global en los mismos pacientes fueron del 82 y el 86% y del 67 y el 72%, respectivamente. Van Dijk y cols. (2006) publicaron un metaanálisis de 10 estudios que reclutaron a 1 775 pacientes con tumor de células germinales no seminomatoso tratados después de 1989 e in­ formaron estimaciones de supervivencia general a los 5 años del 94, el 83 y el71 %, respectivamente, para los grupos con buen pronóstico, pro­ nóstico intermedio y mal pronóstico, según los criterios del IGCCCG. Estos resultados representan un aumento significativo de la superviven­ cia en comparación con los del estudio original (en particular en los pa­ cientes clasificados dentro del grupo con mal pronóstico) y se atribuyen al tratamiento más eficaz y a la mayor experiencia en el tratamiento de los pacientes con tumor de células germinales no seminomatoso. El sistema TNM incorporó las concentraciones de marcadores (SO-3) y a las metástasis viscerales no pulmonares en la estadificación del cán­ cer de testículo. No obstante, este sistema no considera las diferencias en el pronóstico entre los seminomas y los tumores no seminomatosos con metástasis viscerales no pulmonares. De acuerdo con el sistema TNM, ambos se clasificarían como estadios IIlC, pero el IGCCCG cla­ sificaría al primero como de riesgo intermedio, mientras que al segundo lo clasificaría como de mal pronóstico. En consecuencia, el sistema del IGCCCG se aplica de modo preferencial para la evaluación pronóstica y la selección de la quimioterapia. Criopreservación de espermatozoides Si bien la esterilidad es una forma de presentación inusual del tumor de células gerDÚnales, hasta el 52% de los hombres tiene oligozoos­ permia en el momento del diagnóstico y el 10% tiene azoospermia (DH Williams y cols., 2009). El epitelio germinal es exquisitamente sen­ sible a la quimioterapia basada en platino y a la radioterapia. Casi todos los pacientes presentarán azoospermia después de la quiDÚoterapia y el 50 y el 80% de los pacientes con parámetros seminales nor­ males en el momento del diagnóstico los recuperará en 2 y 5 años, respectivamente (Bokemeyer y cols., 1996a; Feldman y cols., 2008). La recuperación de la espermatogénesis después de la radioterapia para el tratamiento de un seminoma puede tardar entre 2 y 3 años o más (Fossa y cols., 1999b). El vaciamiento ganglionar retroperitoneal puede ocasionar una disfunción eyaculatoria en el 80% de los pacientes sometidos a un vaciamiento bilateral completo sin preservación nervio­ sa; el porcentaje puede ser incluso superior. Dado el impacto de los tratamientos para el cáncer de testículo sobre la fertilidad, se les recomienda a los hombres indecisos o los que planean ser padres en el futuro criopreservar espermatozoides antes de iniciar el tra­ tamiento. La preservación de los espermatozoides en un banco puede llevarse a cabo antes o después de la orquiectomía radical. Tratamiento AFP, et-fetoproteína; hCG, gonadotropina coriónica humana; LDH, lactato deshidro­ Principios terapéuticos genasa; PLE, progresión libre de enfermedad. El tratamiento de los tumores de células germinales se basa en su po­ De International Germ Cell Consensus Classification: a prognostic factor-based stag­ ing system for metastatic germ cell cancers. International Germ Cell Caneer Col­ tencial de crecimiento rápido y de curación en casi todos los pacientes. laborative Group. JClin Oncol 1997;15:594-603. Esto se traduce en la necesidad de diagnosticar y estadificar de in­ mediato el tumor, y de aplicar el tratamiento apropiado para evi­
  • 15. CAPíTULO 31 • Neoplasias de los testículos 859 tar que los pacientes mueran o que presenten efectos colaterales de tratamientos que no habrían sido necesarios de haberse llevado a cabo'el diagnóstico de forma más temprana e implementado el tra­ tamiento apropiado. Después de la orquiectoITÚa, se deben realizarse estudios de diagnóstico por la imagen para la estadificación, se deben medir las concentraciones séricas de los marcadores tumorales y desa­ rrollar o implementar planes terapéuticos sea la mayor brevedad posible. La probabilidad de curación, aun en presencia de enfermedad metastásica, también condujo a aplicar abordajes terapéuticos agre­ sivos en la administración de la quimioterapia y la realización de cirugía posterior a la quimioterapia con el fin de resecar los tumores residuales. La quimioterapia suele administrarse independientemente del recuento bajo de leucocitos o de la trombocitopenia, y la quimiote­ rapia nefrotóxica (cisplatino) con frecuencia se indica a pesar de que el paciente presente insuficiencia renal moderada o grave (Williams, 1987a; Einhom y cols., 1989; Bajorin y cols., 1993; Loehrer y cols., 1995; Bokemeyer y cols., 1996b; Nichols y cols., 1998; De Wit y cols., 2001). Asimismo, se debe implementar un abordaje quirúrgico agresivo para extirpar toda la enfermedad residual después de la quimioterapia para el tumor de células germinales no seminomatoso, incluso aunque sea nece­ saria la exploración de varios sitios anatómicos. La juventud y el buen estado de salud general de los pacientes con tumores de células germi­ nales permiten efectuar un abordaje invasivo, si se considera necesario. Las concentraciones séricas de los marcadores tumorales influyen con intensidad sobre el tratamiento de los tumores de células germinales, en particular del tipo no seminomatoso. Como se dijo antes, el aumento de la concentración sérica de u-fetoproteína o hCG después de la orquiectomía indica la presencia de metástasis y estos pacientes re­ quieren, de ser posible, quimioterapia como primer tratamiento. En los individuos que reciben quimioterapia, las concentraciones séricas crecientes de los marcadores tumorales durante o después del tratamien­ to por lo general indican que la enfermedad es refractaria o recidivante, respectivamente. Como se discutió, las concentraciones séricas de u­ fetoproteína, hCG y LDH al inicio del tratamiento quimioterápico cons­ tituyen factores pronóstico importantes e influyen sobre la selección y la duración de los regímenes quimioterápicos (lnternational Germ Cell Consensus Classification, 1997). El cáncer de testículo es una enfermedad relativamente infrecuente y los urólogos generales, como así también los oncólogos generales, no suelen tratar un gran volumen de pacientes con tumores de células germinales. Asimismo, los algoritmos terapéuticos son relativamente complejos y variables, y los datos que avalan ciertos tratamientos, como el vaciamiento retroperitoneal, se basan en los resultados obtenidos por un número relativamente pequeño de cirujanos que llevaron a cabo un gran número de operaciones de este tipo (Donohue y cols., 1993, 1995; Heidenreich y cols., 2003; Stephenson y cols., 2005b; SB WiJliams y cols., 2009). La mayoría de los residentes de urología estadouniden­ ses completa su entrenamiento con dos o menos procedimientos de vaciamiento retroperitoneal (Lowrance y cols., 2007). VarÍos estudios informaron un aumento de la supervivencia cuando el tratamiento está a cargo de instituciones que manejan un elevado volumen de casos (Aass y cols., 1991; Harding y cols., 1993; Feuer y cols., 1994; ColIette y cols., 1999; Joudi y Konety, 2005; Suzumura y cols., 2008). En conse­ cuencia, siempre que sea posible, los pacientes con tumores de células germinales deben tratarse en centros que hayan efectuado numerosos procedimientos de esta clase, donde cirujanos con gran experiencia en esta cirugía sean los encargados del vaciamiento retroperitoneal. Comparación entre el seminoma y el tumor de células germinales no seminomatoso La distinción entre el seminoma y el tumor de células germinales no seminomatoso adquiere gran importancia en relación con el tratamiento. Conceptos clave: neoplasias testiculares • El carcinoma de células gerirúnales sigue un patrón de disemi­ .nación predecible desde el tumor primario hacia los ganglios linfáticos retroperitoneales y desde allí a las regiones dondeme~ tastatiza a distancia. . • La "zona de drenaje linfático primario" de los tumores del lado izquierdo incluye los ganglios linfáticos aórticos e hiliares rena­ les izquierdos, mientras que los tumores del lado derecho drenan en primer lugar en los ganglios linfáticos interaortocavos y pa­ racavos. • La tomografía computarizada es el método óptimo para la estadi­ ·ficación en el retroperitoneo, aunque se obtienen resultados falso negativos en el 25 al 35% yen el 14 al 20% de los pacientes con tumor de células genninales no seminomatoso en estadio clínico 1 y con seminoma, respectivamente, cuando se emplea un nivel de corte de 1 cm. • La radiografía y la tomografía computarizada del tórax se consi­ deran métodos de estadificación aceptables en ausericia de ade- . nopatías retroperitoneales o de concentraciones séricas elevadas de los marcadores tumorales. • Los niveles séricos crecientes de los marcadores tumorales deSe pués de la orquiectomía indican que existe un tumor de células genninales metastásico y estos pacientes deben recibir quimio­ terapia. • La clasificación de riesgos del IGCCCGse emplea para evaluar el pronóstico de los pacientes con tumor de células germinales metastásico y seleccionar la quimioterapia. En presencia de un tumor d~ células genninales .no seminomatoso, el riesgo del IGCCCG se asigna en función de las concentraciones séricas de los marcadores tumorales después de la orquiectómía, de la pre­ sencia de un tumor primario en el mediastino ydel hallazgo de metástasis viscerales no pulmonares. En los pacientes con semi­ noma, el riesgo del IGCCCG se asigna solo de acuerdo con el . hallazgo de metástasis viscerales no pulmonares. • Todos los pacientes deben saber de la posibilidad de criopreser­ var espermatozoides antes del vaciamiento ganglionar retrope­ ritoneal, la quimioterapia o la radioterapia, debido álos efectos potenciales de estos tratamientos sobre la fertilidad. . Comparado con el tumor no seminomatoso, el seminoma se caracteri­ za por una evolución natural relativamente favorable. Por lo general, el seminoma tiende a ser menos agresivo, a diagnosticarse en un estadio más temprano y a diseminarse con un patrón predecible a través de los canales linfáticos hacia el retroperitoneo, antes de extenderse por vía he­ matógena a los pulmones u otros órganos. En el momento del diagnós­ tico, la proporción de pacientes con seminoma en estadios clínicos 1,11 YID es del 85, ellO y el 5%, respectivamente, mientras que los mismos porcentajes para los pacientes con tumores no seminoma­ tosos corresponden a 33, 33 Y33%, respectivamente (Powles y cols., 2005). El seminoma también se asocia con una menor incidencia de metástasis ocultas en pacientes con estadio clínico 1 (lO a 15% versus 25 a 35% para el tumor no seminomatoso) y con un menor riesgo de recidiva sistémica después del tratamiento retroperitoneal (1 a 4% después de la radioterapia para el seminoma versus el 10% después del vaciamiento retroperitoneal para los tumores no semi­ nomatosos), lo que tiene importantes implicancias en la indicación de quimioterapia. El seminoma tiene menores probabilidades de aumentar las concentraciones séricas de los marcadores tumorales, y estos nive­ les no son tan altos como los de los tumores no seminomatosos. Las concentraciones séricas de los marcadores tumorales no se usan para la clasificación de riesgos del IGCCCG de los seminomas.