1. LINFOCITO
Autora:
Lidia Andrea Espinales Casanova
Facultad de Ciencias de la Salud, Escuela de Medicina
Coautor:
Dr. Jorge Cañarte Alcivar
Universidad Técnica de Manabí
Introducción
En los seres vivos el sistema inmune se clasifica en una inmunidad innata y una
inmunidad adquirida. El sistema inmune innato se caracteriza por poseer una menor
especificidad comparada con el sistema inmune adaptativo o adquirido.
La función de los linfocitos como las células que median la inmunidad adaptativa se
estableció durante décadas de investigación en varias líneas. Uno de los primeros
indicios sobre la importancia de los linfocitos en la inmunidad adaptativa vino del
descubrimiento de que los seres humanos con estados de inmunodeficiencia
congénita y adquirida tenían un número reducido de linfocitos en la circulación
periférica y en los tejidos linfáticos. (1)
Generalmente los linfocitos pertenecen a una clase de leucocitos de menor tamaño
(entre 9 a 18 µm), y representan aproximadamente el 30% del total en la sangre
periférica. (2) Presentan un núcleo grande de forma esférica de color violeta-azul y en
su citoplasma se pueden reconocer diferentes orgánulos celulares tales como
mitocondrias, ribosomas libres y un aparato de Golgi de menor tamaño.
El número total de células linfocitarias en un adulto sano es de 5x1011. De ellos,
aproximadamente el 2% se encuentran en la sangre, 10% en la médula ósea, 15% en
los tejidos linfáticos mucosos de las vías digestiva y respiratoria y 65% se encuentra
en los órganos linfáticos, especialmente en los ganglios y el bazo. (1)
Los descubrimientos más importantes se realizaron en base a experimentos con
ratones, los cuales permitieron demostrar que la inmunidad protectora frente a los
microbios puede transferirse únicamente con linfocitos o los productos que éstos
secretan.
2. Numerosos experimentos también lograron la identificación de diferentes tipos de
linfocitos: Linfocitos T, linfocitos B y los Natural Killer (NK). Estos tres tipos tienen un
origen en común el cual es la célula troncal hematopoyética y posteriormente
completan su desarrollo en los órganos linfoides primarios y secundarios.
Los linfocitos T y B son los encargados del reconocimiento específico, comenzando
en el lugar de su maduración, en donde los linfocitos B cumplen su desarrollo en la
médula ósea y los linfocitos T en el timo, conocidos también como los órganos linfoides
centrales o primarios. (3)
Este tipo de linfocitos T y B poseen receptores para antígenos determinados, y a partir
de ahí se encargados de ejecutar diferentes funciones como por ejemplo la producción
de anticuerpos (en el caso de linfocitos B) y de la destrucción de células anormales
que amenazan el sistema inmunitario (en el caso de linfocitos T). Para responder a
todas estas amenazas por parte de los microbios, los tipos de linfocitos van a necesitar
la ayuda de diferentes tipos de células para poder activar sus mecanismos contra los
patógenos. Básicamente este tipo de respuestas tienen lugar en el interior de los
órganos linfoides, los cuales tienen el deber de crear un entorno adecuado que facilite
la interacción eficaz entre linfocitos, las células auxiliares y el antígeno extraño.
El objetivo del presente trabajo es actualizar el conocimiento de los lectores y
despertar su interés a conocer más acerca de cómo funcionan los mecanismos en el
que el sistema inmune, especialmente las células linfocitarias, actúa para proteger al
organismo de patógenos extraños.
Fundamentación teórica.
Uno de los descubrimientos que más llama la atención acerca de los linfocitos es su
capacidad de generar un gran repertorio de diversos receptores para el antígeno.
La inmunidad adaptativa emplea como sistema de reconocimiento un repertorio
amplio y variado de receptores de antígenos distribuidos clonalmente en linfocitos T y
B. La existencia de millones de clones diferentes brinda un repertorio adecuado para
el reconocimiento de los diferentes antígenos microbianos. (4)
Subgrupos de linfocitos
Linfocitos B.
La respuesta inmune humoral es mediada por anticuerpos o inmunoglobulinas que
son secretados por los linfocitos B, llamados así porque en las aves maduran en un
órgano llamado bolsa de Fabricio. La inmunidad humoral constituye el principal
mecanismo de defensa frente a infecciones bacterianas. (5)
Los linfocitos B cumplen su etapa de desarrollo en dos etapas: la primera tiene lugar
en la médula ósea y no es dependiente de los antígenos. La segunda etapa, tiene
lugar en los órganos linfáticos secundarios como los ganglios linfáticos, bazo y tejidos
linfoides asociados a las mucosas. La segunda etapa se caracteriza por ser
dependiente de los antígenos. La segunda etapa también se caracteriza por ser el
lugar en donde los linfocitos B se convierten en células productoras y secretoras de
anticuerpos y posteriormente pasan a adherirse a un antígeno específico.
3. Una característica importante del linfocito B es que todos los anticuerpos que
producen son específicos para una sola clase antígeno, denominándose también
anticuerpos monoclonales. Las células B interactúan posteriormente con los linfocitos
T que activan su proliferación y pasan a cambiar el isotipo de inmunoglobulina (IgM,
IgE, IgG, IgD, IgA) que producen, a través de este proceso mantienen la especificidad
del antígeno. (6)
Linfocitos T
Los linfocitos T son responsables de la respuesta inmunitaria celular, se originan a
partir de las células madre de la medula ósea, después de un tiempo abandonan ésta
región migrando hacia el timo, terminando su maduración en este mismo.
Esta clase de linfocitos se caracteriza por detectar antígenos proteicos que se
encuentran en relación con las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad
(MHC). Existen diferentes clases de linfocitos T:
Linfocitos T colaboradores CD4+. Este tipo de linfocitos se generalmente
reconocen péptidos de antígeno que son presentados por el MHC de clase II
que mayormente se encuentran en las células dendríticas, linfocitos B,
macrófagos y otras células presentadoras de antígenos. Posteriormente, al ser
activados, secretan sustancias conocidas como citocinas que van a ayudar a
activar a otras células del sistema inmune. (7)
Linfocitos T citotóxicos CD8+. A diferencia de los CD4+ que reconocen péptidos
presentados por el MHC de clase II, los linfocitos CD8+ especializan en
reconocer péptidos presentados por MHC de clase I y tienen capacidad
microbicida. (8)
Poblaciones de linfocitos que se distinguen por la historia de exposición
al antígeno.
En las respuestas inmunitarias adaptativas, los linfocitos vírgenes que salen de la
médula ósea o del timo se dirigena los órganos linfáticos periféricos, donde los activan
los antígenos para que proliferen y se diferencien en células efectoras y memoria,
algunas de las cuales migran a los tejidos. (1)
Existirá una población de linfocitos T y B estimulados por el antígeno que se
denominará célula de memoria de vida larga, que tiene la función de estimular
respuestas con más rapidez y potencia que en exposiciones anteriores al mismo tipo
de antígeno.
Receptores de los linfocitos T y B
Durante su desarrollo, los linfocitos B adquieren su propio receptor denominado BCR,
y TCR en el caso de los linfocitos T.
Un dato importante de las células T es que solo pueden reconocer el antígeno cuando
se presentan dentro de Ia hendidura de unión al péptido de las moléculas del complejo
mayor de histocompatibilidad (CMH). Además, mientras el TCR es el modo primario
por el cual las células T interactúan con el complejo CMH-péptido, estas células
también expresan correceptores para las moléculas del CMH (CD4 o CD8) que
definen las subpoblaciones de las células T. (9) En otras palabras, los linfocitos T
necesitan de la ayuda de otros tipos de células para poder reconocer el antígeno, las
cuales se denominan células presentadoras de antígenos (APC) siendo las células
dendríticas el tipo más importante.
4. A diferencia de los linfocitos T, los linfocitos B son capaces de reconocer el antígeno
de forma directa, gracias a su composición formada por inmunoglobulinas de
membrana que se encuentran integradas en el BCR. Por otra parte, si las secuencias
secuestradas se encuentran en el interior del antígeno, estas no van a ser reconocidas
por el BCR.
Reconocimiento del antígeno
Tanto los receptores de linfocitos B (BCR) como los receptores de linfocitos T (TCR)
van a interactuar solo con una pequeña región del antígeno que está compuesta por
aminoácidos, denominada epítopo. En el caso de los linfocitos B, algunos de los
patógenos más importantes tienen cubiertas de polisacárido, y los anticuerpos que
reconocen epítopos formados por las subunidades de azúcar de dichas moléculas son
esenciales para proporcionar protección inmunitaria contra esos patógenos. (10)
La diferencia con respecto al reconocimiento del antígeno por parte de los linfocitos T
y B manifiesta que algunos epítopos microbianos van a ser reconocidos solo por las
células T y otros epítopos solo serán reconocidos por células B. Un ejemplo en donde
un mismo epítopo es reconocidos tanto por BCR como por TCR es en el caso de las
secuencias peptídicas lineales que no logran alterarse después del reconomiento del
antígeno.
Las células presentadoras de antígenos interactúan con las células T.
La fase de activación y expansión clonal de los linfocitos T es seguida por una fase de
muerte durante la cual un 90% de las células efectoras es eliminado por apoptosis.
Los mecanismos que inducen esta fase de contracción o muerte incluyen
interacciones Fas- FasL, TNF y TNFR I y II, así como CD40-CD40L. (11)
La activación de las ramas humoral y mediada por células del sistema inmunitario
requiere citocinas producidas por linfocitos TH. (12)
Las células presentadoras de antígeno empiezan captando al dicho antígeno, este
proceso lo realizan mediante fagocitosis o endocitosis, luego van a presentar una
parte de dicho antígeno en su membrana unido a una molécula MHC clase II. El papel
del linfocito TH comienza cuando este interactúa con el complejo de antígeno y la
molécula MHC clase II en la membrana de la célula presentadora de antígeno. Es por
esta razón que esta célula produce una señal adicional que conduce a la activación
de la célula TH.
Subgrupos de los linfocitos T CD4+
Actualmente existen tres subgrupos de linfocitos T CD4+ que son TH1, TH2 y TH17,
entre las que se destacan Th1 y Th2. (13) En 2006 el grupo de Stockinger definió un
grupo de células TH que expresa IL-17 y es diferente a TH1 y TH2, estas fueron
después nombradas las células TH17. (14)
Estos subgrupos poseen diferentes funciones que van a actuar como la defensa del
anfitrión contra numerosos tipos de microorganismos infecciosos y también van a
participar en distintos tipos de lesiones tisulares que se presentan en enfermedades
autoinmunitarias.
La función ejercida por los linfocitos TH17 está relacionada a varias enfermedades
como la artritis reumatoide debido al aumento de secreción de una clase de citocina
proinflamatoria, denominada IL-17. (15)
5. Los linfocitos TH1 generan varias las respuestas contra microbios intracelulares como
por ejemplo las micobacterias, también favorecen la proliferación de células Tc y
ayudan a la activación de los macrófagos y el incremento en su actividad microbicida.
Su diferenciación la dirigen principalmente las citocinas IL-12 y IFN-γ.
Los linfocitos TH2 median las respuestas contra patógenos extracelulares como los
helmintos. Favorecen la reproducción de células B y el cambio de isotipo a IgE. El
principal producto de las células Th2 es IL-4, aunque también produce otros tipos de
citocinas como IL-5, IL-9, IL-13 E IL-25 y anfiregulina. IL-4 favorece el cambio de
isotipo a IgE y la diferenciación de las células Th2. (16)
Los linfocitos TH17 ejercen su función en las respuestas contra bacterias
extracelulares y hongos, favoreciendo la respuesta inflamatoria y el reclutamiento de
neutrófilos. Este tipo de linfocitos TH está asociado con una serie de enfermedades
autoinmunes como la encefalomielitis, psoriasis, artritis reumatoide e inflamaciones
gástricas. (17) Los principales productos de citosinas que producen las células TH17
son IL-17A, IL-17F, IL-6, IL-21 e IL-22.
Las células TH1, TH2 y TH17, además de caracterizarse por poseer funciones
colaboradoras, tienen destinos supresores o inhibidores de otros tipos de respuestas,
ya que mutuamente funcionan como antagónicamente. (15) En la actualidad se ha
descubierto que los linfocitos T reguladores también tienen un papel importante en los
primeros pasos de la infección vírica de modo directo y también indirectamente, ya
que estos provocan la diferenciación de los linfocitos TH17 a través de la secreción del
factor de crecimiento transformante β.
Conclusiones.
Durante los últimos años se ha incrementado enormemente la información los
diferentes tipos de linfocitos y su importancia en la protección del organismo.
Seguramente en la actualidad se sabe más acerca de las funciones y mecanismos de
los linfocitos que de otros tipos de células del sistema inmune que ayudan a combatir
al organismo frente agentes extraños.
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