LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
Discurso artístico en la obra de Giorgio Armani
1. INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE EDUCACIÓN
NORMAL.
“GRAL. LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO”
TÍTULO:
ESCRITO ARTISTICO
PRÁCTICAS SOCIALES DEL LENGUAJE
Lic. En Educación Preescolar
PRESENTAN:
LUCERO MEDINA
KARLA CECILIA REYES
FERNANDA MONARREZ
ALICIA DE LA CRUZ
VICTORIA ARAGÓN
GABRIELA DURÁN
DANIELA ARREOLA
MAESTRA:
Fabiola Lizet González Gutiérrez
2° semestre
Lerdo,Dgo Mayo 2014
2. El discurso artístico expresa percepciones y
sensaciones que tienen los seres humanos que no
son explicables de otro modo. En un principio tuvo
una función ritual, mágico-religiosa, pero esta
función cambió a través del tiempo. La noción de
discurso artístico es hoy sujeta a profundas
polémicas. Esto debido a que el significado de la
palabra "arte" varía según la cultura, la época, el
movimiento, o el grupo de personas para las
cuales el término es productor de sentido. El
discurso artístico se construye sobre la base de un
juego con las apariencias sensibles, los colores,
las formas, los volúmenes, los sonidos, etc.
Discurso artístico
3. Enrique Portocarrero
Tal vez Armani no encaje en aquel clásico concepto del
'couturier' de la Alta Costura, que aludía a un artista de
patrones, de estructuras con organicidad interna, de
volúmenes y formas casi escultóricas o de siluetas más
o menos surgidas de una visión global del conjunto del
oficio. Pero no importa lo anterior, porque en los diseños
y en el estilismo de Armani hay también un indudable
discurso artístico y una estrecha relación con las
grandes corrientes culturales del final de siglo. Véase,
por ejemplo, que la supresión de elementos en sus
diseños tiene un sólido paralelismo con el minimalismo,
o que su predileción por los colores neutros de geología
mutable se asemeja a muchas corrientes del arte
matérico. Y no sólo eso, ya que si por un lado su
inspiración étnica enlaza con el mestizaje cultural de su
época, por otro sus creaciones y su visión de los
cuerpos se hace voluntariamente compatible con la
4. Hay en la obra de Armani, pues, consistencia suficiente como para
legitimar una retrospectiva en cualquier museo que, eso sí, esté a la
altura de unos tiempos que ven en la moda el reflejo de los cambios
sociales, culturales y artísticos. Por ello, es una pena el
ensombrecimiento del discurso artístico de su muestra, ante la
excesiva luz que proyecta la estrategia de márketing de Armani.
Y es que, lo más racional hubiera sido no interferir en la pura visión del
arte de Armani, con el mismo aparato publicitario empleado en una
noche de los Oscars, en la apertura de su tienda en Rodeo Drive o en
cualquier show organizado por Gabriella Forte. Porque para saber de
esto último, es decir, de su formidable talento de marca independiente
en un mundo dominado por los poderosos LVMH o Pinault, no es
necesario ni un museo ni una exposición.