2. Es un método de investigación cualitativa que se basa, fundamentalmente, en
convertir en centro de atención lo que ocurre en la actividad docente cotidiana, con el
fin de descubrir qué aspectos pueden ser mejorados o cambiados para conseguir una
actuación más satisfactoria.
Gran parte de los estudiosos del tema señalan al psicólogo social K. Lewin como el
creador de esta línea de investigación, surgida de las ciencias sociales en la década de
los 40. Las grandes etapas de la evolución de las prácticas de investigación-acción y
sus concepciones se producen en el marco de la sociología de la intervención, donde
destaca P. Freire.
3. Según la investigación-acción aplicada a la educación, se han creado
movimientos diversos, caracterizados todos ellos por el predominio de la praxis.
Se puede mencionar de manera especial la aportación de L. Stenhouse, quien
introduce la concepción del maestro investigador, y su discípulo y colaborador, J.
Elliot. Estos autores propugnan que el docente pueda llevar a cabo una
investigación sistemática sobre su propia acción educativa con el objetivo de
mejorarla.
Desde esta óptica, el docente integra los roles de investigador, observador y
maestro. Heredera de la investigación-acción es la corriente abanderada por D.
Schön, quien en 1983 expone su teoría de la práctica reflexiva, en la cual aboga
por un docente que reflexione de modo permanente sobre su práctica de
enseñanza con el fin de transformarla.
4. Los diferentes movimientos nacidos dentro de la investigación-acción señalan las
siguientes fases como esenciales en su proceso:
La reflexión sobre un área problemática, por ejemplo, la falta de atención de los
estudiantes en clase,
La planificación y la aplicación de acciones alternativas para mejorar la situación
problemática, como puede ser el planteamiento de nuevas actividades, de nuevas
dinámicas de grupo, etc.,
Y la evaluación de los resultados de la acción efectuada con el fin de emprender
un segundo ciclo o bucle de estas tres fases, esto es, por seguir con el mismo
ejemplo, la evaluación de los efectos ocasionados con las nuevas actividades y
organización de grupos propuesta en la atención de los estudiantes. Esta
evaluación conlleva el planteamiento de nuevos problemas, como pudiera ser, el
rol del profesor en el aula, pongamos por caso.
5. Por tanto, adquieren forma de una constante espiral, puesto que es un método
de trabajo en el que cada respuesta aporta nuevos interrogantes, esto es,
nuevos aspectos sobre los que reflexionar. En este sentido, la investigación-
acción es longitudinal, ya que, una vez se ha seguido este proceso, se
continúa con el replanteamiento del problema, lo que desencadena un nuevo
ciclo.
Las herramientas básicas para poder llevar a cabo una investigación sobre la
acción educativa propia son la observación y el diálogo con otros
profesionales o entre investigadores y docentes, llevados a cabo de modo
sistemático y registrado. De este modo, pueden triangularse los resultados
obtenidos, esto es, pueden someterse a control cruzado los puntos de vista de
profesores, estudiantes y observadores). Es, pues, una investigación
cooperativa.
6. Los instrumentos más empleados para la recogida de datos son el
diario del profesor, diario de aprendizaje, el informe de clase, la grabación
de clases, entrevistas a personas implicadas en el proceso, discusiones en
grupo, la creación de un portafolio (tanto del profesor como del
aprendiente), etc.
El docente en su práctica es así el marco de referencia de todo el
proceso de investigación, pues en su diseño la investigación en la acción
contempla la acción y la reflexión como dos caras de una misma realidad.
Es, sobre todo, una vía de formación permanente, que permite al
profesorado ejercer la investigación en el aula en busca de una mejora
significativa de la calidad educativa.
El docente debe ser un constante investigador e innovador en su
práctica pedagógica para fomentar la educación de hoy y del mañana.
7. • Latorre, A. (2003). La investigación-acción. Conocer y cambiar la práctica educativa. Graó:
Barcelona.
• Richards, J. C. y Lockhart, C. (1994). Estrategias de reflexión sobre la enseñanza de idiomas,
1998.
• Van Lier, L. (2001). «Investigación-acción», en Textos, 27, pp.81-88.
• Elliot, J. (1991). La investigación-acción en educación. Madrid: Morata, 1994.
• Nunan, D. Y. Richards, J. C. (1990). Second Language Teacher Education. Cambridge:
Cambridge University Press.
• Stenhouse, L. (1985). La investigación como base de la enseñanza. Madrid: Morata, 1987.
Bibliografía