indicadores para el proceso de esterilización de ceye .pdf
Diabetes mellitus (dm) subclínica y clínica en gatos
1. Diabetes mellitus (DM) subclínica y clínica en gatos
MVZ Esp. Cert. Tamara L. Iturbe Cossío
Hospital Veterinario de Especialidades-UNAM titurbe@hotmail.com
Centro de Medicina para Gatos CEMEGATOS cemegatos@hotmail.com
DM subclínica en gatos
Se refiere a los gatos que están en una etapa temprana del desarrollo de DM, por
lo que no presentan signos clínicos, pero sí hiperglucemia en ayuno. Es decir, si
bien su glucemia en ayuno se encuentra por arriba del rango de referencia, no
excede el umbral renal para la reabsorción de glucosa, por lo que no presenta
glucosuria ni los signos relacionados (poliuria, polidipsia). Estos pacientes con
frecuencia parecen saludables, tienen un peso estable, y son normalmente
identificados cuando se les practican estudios de laboratorio por otras razones. La
hiperglucemia puede ocurrir también por otras razones, incluyendo estrés,
enfermedades que estimulan la secreción de hormonas que antagonizan a la
insulina y terapia farmacológica diabetogénica.
Diagnóstico. Puesto que la hiperglucemia por estrés es tan frecuente en los
gatos, se debe de revalorar la glucemia en casa o se debe realizar la medición de
la concentración sérica de fructosamina para ayudar a diferenciar entre la
hiperglucemia por estrés y la DM subclínica. Si la hiperglucemia es persistente, se
deben identificar y corregir las probables causas de resistencia a la insulina.
Posteriormente se debe reevaluar al paciente. Si la DM clínica se produce a pesar
de la intervención dietética y eliminación de factores antagonistas, se debe iniciar
la terapia con insulina.
Tratamiento
• Prevenir el comienzo de la DM clínica. Revertir o reducir otras causas de la
resistencia a la insulina.
• Combatir la obesidad y alcanzar el peso y condición corporal ideal mediante
dietoterapia y actividad física. Se debe dar el seguimiento adecuado.
• Llevar al paciente a euglucemia, sin necesidad de insulina.
Monitorización. Se debe dar seguimiento estrecho a los pacientes (peso,
condición corporal, glucemia, etc).
DM clínica en gatos
Cuando la hiperglicemia supera 250-280 mg/dL, sobrepasa el umbral renal de
reabsorción tubular de la glucosa y se presentarán los signos clínicos de poliuria y
polidipsia; también puede presentar polifagia y pérdida de peso. Un signo que
podemos observar con frecuencia es posición plantígrada. Y algunos asociados a
lipidosis hepática, como hepatomegalia e ictericia también podrían estar
presentes. No es común la presencia de cataratas en el gato.
2. Diagnóstico.
La manifestación de los signos arriba mencionados sugiere la presencia de la
enfermedad, sin embargo se deben realizar pruebas de laboratorio para apoyar el
diagnóstico y descartar que el gato esté cursando con otras enfermedades.
Frecuentemente, los resultados del hemograma incluyen leucograma de estrés; en
la bioquímica sérica se encuentra hiperglucemia, hipercolesterolemia e
hipertrigliceridemia. Si se encontrara aumento de fosfatasa alcalina (FA) y alanina
amino transferasa (ALT) aspartatoamino transferasa (AST), el gato pudiera estar
cursando además con enfermedades hepáticas o pancreatitis, y debe ser
evaluado más a fondo.
El urianálisis revelará la presencia de glucosuria y puede revelar la presencia de
proteínas, cetonas y/o bacterias. Siempre debe realizarse un cultivo de orina en
animales glucosúricos, ya que es común la presencia de infección.
Extremar precauciones al interpretar una "hiperglucemia y glucosuria" en el gato.
La hiperglicemia por estrés es muy común en los pacientes felinos y que ésta
puede superar el umbral renal y por lo tanto es posible encontrar hiperglicemia con
glucosuria por estrés, sin que el paciente sea diabético. Se deben utilizar todos los
datos del examen clínico, pruebas de laboratorio y medición sérica de proteínas
glucosiladas (hemoglobina glucosilada y fructosamina) para el diagnóstico de
diabetes mellitus en gatos. Estas proteínas servirán también para la monitorización
de la enfermedad.
Debido a que la diabetes y el hipertiroidismo provocan signos clínicos similares y
pueden ocurrir simultáneamente, a todos los gatos >7 años de edad se les deben
realizar pruebas para descartar hipertiroidismo.
Tratamiento. La base del tratamiento para la DM clínica es la insulina, además de
dietoterapia y actividad física. Se debe dar a los clientes una idea realista del
compromiso que implica, junto con un estímulo positivo de que es posible controlar
esta enfermedad. Proporcionar un apoyo personal veterinario técnico y entrenado.
Objetivos generales del tratamiento
• Disminuir signos clínicos y así, proveer de una buena calidad de vida.
• En etapas tempranas de la enfermedad, alcanzar la remisión diabética, la cual se
reporta puede ser lograda aprox. 3 meses después de haber comenzado con la
terapia, sin embargo puede tomar hasta un año o más.
• Lograr que el dueño perciba una buena calidad de vida y esté satisfecho con el
tratamiento.
• Evitar la presentación de complicaciones, especialmente la cetoacidosis
diabética y la neuropatía periférica.
• Evitar la hipoglucemia y los signos clínicos asociados. No se debe pretender
alcanzar los niveles de glucemia normales, la mayoría de los gatos que están
controlados clínicamente se encuentran entre 90 y 270 mg/dL, muchas veces el
pretender alcanzar niveles de glucemia normales puede llevar al paciente a
periodos de hipoglucemia y éstos son mucho más peligrosos que una
hiperglicemia ligera.
3. Dietoterapia. La dieta de los gatos con DM debe ser alta en proteínas y baja en
carbohidratos (para reducir la demanda de secreción de insulina por parte de las
céls. β). Se puede ofrecer dividida en 2 raciones (alimentación cada 12 horas) ó a
libre acceso puesto que los gatos tienen efectos pospandriales prolongados (más
de 18 horas) y el promedio de glucemia no difiere entre estas dos opciones, por
esta misma razón la administración de insulina no necesita estar coordinada con la
administración de alimento. Los gatos obesos deben ser sometidos a una dieta de
reducción de peso controlada; ya que la obesidad disminuye la sensibilidad a la
insulina en un 50%.
Hipoglucemiantes orales. Los hipoglucemiantes orales no se consideran
apropiados para un uso a largo plazo, puesto que es bajo el porcentaje de
pacientes que se ven beneficiados por su uso (aproximadamente entre 5-30% de
los casos) desafortunadamente, favorecen el depósito amiloide exacerbando la
pérdida de las células β. Sólo se recomiendan si el dueño se niega a la terapia con
insulina o está considerando la eutanasia; siempre se recomendarán junto con
dietoterapia y actividad física.
Insulinización. Existe una gran variedad de productos de insulina, pero son dos
los que han mostrado tener una duración de acción apropiada en la mayoría de los
gatos diabéticos: La insulina humana recombinante zinc-protamina [PZI], que está
aprobada por la FDA para su uso en gatos, pero desafortunadamente hasta la
fecha no se encuentra disponible en nuestro país. Y la insulina glargina, que a
pesar de no estar aprobada para veterinaria, tiene una duración de acción
adecuada y por su disponibilidad es la mejor alternativa para el tratamiento en
gatos. Se recomienda iniciar primero el tratamiento con insulina y posteriormente
adicionar dietoterapia, puesto que el cambio de dieta puede alterar la ingesta de
alimentos y el impacto de la respuesta a la insulina. Del mismo modo, con la
terapia continua y la modificación de glucotoxicidad, la respuesta del animal a la
insulina mejorará con el tiempo. Se debe tener cuidado en el aumento de la dosis
de insulina antes de tiempo; los aumentos sólo se deben hacer una vez que la
ingesta de alimentos se ha estabilizado y sólo si los signos clínicos no han
mejorado después de 1 semana de tratamiento.
Inicio del tratamiento. La dosis inicial de glargina (100U/mL) debe ser de
0.25U/kg cada 12 horas, basado en una estimación de peso corporal magro del
gato. Esto equivale a 1 U cada 12 horas en un gato común; incluso en un gato
muy grande, la dosis inicial de insulina no debe exceder de 2 U por gato cada 12
horas. Se debe indicar monitorización contínua desde casa y monitorización de
glucemia el día inicial del tratamiento, si se considera necesario. Reevaluar al
paciente en 7 días, independientemente de que la glucemia en sangre sea o no
monitorizada.
Monitorización. Se debe de realizar una monitorización continua puesto que el
gato recién diagnosticado y tratado puede desarrollar hipoglicemia en individuos
que pueden rápidamente entrar en remisión. Los gatos con insulina de acción
prolongada pueden no manifestar signos de hipoglucemia hasta que la glucosa en
4. sangre esté riesgosamente baja, por lo que es importante identificar una
hipoglucemia latente realizando pruebas de glucosa en casa cuando sea posible.
Monitorización continua desde casa para todos los gatos
1. Registrar diario el consumo de alimento y consumo de agua, cantidad de orina y
capacidad para saltar. Si no es posible realizar la monitorización de glucosa en
sangre, es imprescindible poner especial atención y documentar cambios en los
signos clínicos para detectar la remisión diabética.
2. Registrar la dosis diaria de insulina y el horario en el que se aplica.
3. Observar cualquier signo sugestivo de hipoglucemia; se deben explicar los
signos de hipoglucemia a los propietarios para que estén pendientes por si
llegaran a presentarse. Si esto ocurriera, el propietario debe conocer también
los procedimientos que debe llevar cabo (ver hipoglucemia).
4. Realizar pruebas de orina periódicamente, buscando glucosuria negativa
(sugestiva de hipoglucemia o remisión diabética) o cetonuria positiva (sugestiva
de hiperglucemia sustancial). Si no es posible realizar la monitorización de
glucosa en sangre, es imprescindible realizar pruebas de glucosa en orina
usando cristales de detección de glucosa en la cama del animal, puede ser útil
para detectar la remisión diabética.
Monitorización de glucemia el día inicial del tratamiento
La monitorización de la glucemia y la decisión sobre el control la glucosa
sanguínea en el primer día de tratamiento con insulina es a criterio del veterinario.
El objetivo de la monitorización inicial es únicamente identificar hipoglucemia; que
es la preocupación apremiante para los gatos en esta etapa inicial, puesto que los
gatos no suelen mostrar signos evidentes hasta que la glucosa en sangre es
riesgosamente baja. La dosis de insulina no debe incrementarse con base en la
evaluación de la glucosa la sangre del primer día.
1. Monitorización de glucemia en casa. Si la glucosa en sangre es <150mg/dl
disminuir la dosis de insulina 0.5 U.
2. Monitorización de glucemia en hospital. Es otra opción, aunque se debe de
considerar que los gatos hospitalizados pueden presentar hiperglucemia e
hiporexia por estrés, lo que dificulta considerablemente la interpretación de los
valores de glucemia.
A la semana después de iniciado el tratamiento con insulina.
Las estrategias de monitorización pueden estar influenciadas por la persistencia o
resolución de los signos clínicos.
Si los signos clínicos han mejorado, y no hay presencia de cetonuria:
1. Continuar con la dosis actual de insulina
2. Iniciar la monitorización en casa si no se ha empezado.
3. Si es posible una revisión al azar, valorar la hipoglicemia a las 6 a 8 horas
después de la administración de insulina.
4. Si la glucosa en sangre es <150 mg/dl, disminuir la dosis de insulina a 0.5 U
cada 12 horas, considerar dosificar cada 24 horas, o suspender el tratamiento
con insulina y esperar los signos clínicos y que la glucosuria reaparezca antes
de reiniciar la insulina a 0.5 U cada 12 horas.
5. Si los signos clínicos han persistido o empeorado:
1. Evaluar el cumplimiento del cliente y las técnicas de dosificación.
2. Si la reacción es buena, considerar un incremento de la dosis a 2 U cada 12
horas.
3. Si el gato es cetonúrico, ha desarrollado neuropatía periférica o no tiene buen
apetito, evaluar una cetoacidosis diabética y descartar complicaciones de la
enfermedad (como pancreatitis) que pueden estar empeorando el estado
diabético.
Durante el primer mes después de iniciado el tratamiento con insulina
Cada 1 o 2 semanas se debe de monitorizar en casa lo siguiente (en la clínica u
hospital sólo si no es posible en casa):
1. Revisión de glucosa en sangre al azar a las 6 a 8 horas después de la
administración de insulina.
2. Disminuir la dosis de insulina si la glucosa en sangre es <150 mg/dl.
3. Disminuir cuidadosamente la dosis de insulina si los signos clínicos persisten o
empeoran o si se observa cetonuria. No exceder 3 U por inyección.
4. Uroanálisis (para detectar glucosuria, cetonuria o infección).
5. Considerar la curva de glucosa en sangre si los signos clínicos persisten o
empeoran y la dosis de insulina es de 3 U por inyección.
Al mes posterior al inicio del tratamiento con insulina
Examinación en clínica, recomendada para todos los gatos:
1. Historia clínica, examen físico, peso y uroanálisis.
2. Medir fructosamina a menos que los registros detallados de la monitorización en
casa estén disponibles.
3. Análisis de laboratorio si se indican a través de la examinación.
4. Si es necesario, ajustar la insulina; la dosis de insulina no debe aumentarse
más de 1 unidad a la vez.
5. Si los signos clínicos persisten con 3 U cada 12 horas, el gato debe ser
reevaluado. Considerar problemas de acción o duración de la insulina,
enfermedades concurrentes, o medicamentos que provoquen resistencia a la
insulina. La mayoría de los gatos con insulina glargina no necesitan más de 3 U
de insulina cada 12 horas para controlar la diabetes.
Monitorización del tratamiento con insulina a largo plazo
En casa, recomendar a los clientes monitorizar y registrar lo siguiente:
1. Diariamente: ingesta de comida y agua, cantidad de orina, habilidad para saltar
y dosis de insulina.
2. Semanalmente: peso corporal.
3. Cada dos semanas: glucosa en orina y cetonas. Si la glucosa en orina es
constantemente negativa, considerar la remisión diabética.
4. Mensualmente: revisiones de glucosa en sangre al azar (dos veces al mes si es
posible), realizando la medición de glucemia antes de la administración de la
glargina y a las 8 horas posteriores.
En la clínica:
1. Cualquiera de los puntos arriba enlistados que el cliente no pueda llevar a cabo.
6. 2. Si el gato va bien, no realizar cambios sólo con base en incrementos de las
mediciones de glucosa en sangre, en especial si son tomadas en la clínica.
3. Cada 3 meses: examinación incluyendo el peso.
4. Cada 3 a 6 meses: concentración de fructosamina en suero. Si está en el
extremo más inferior del rango de referencia o debajo del rango de referencia,
considerar hipoglucemia y remisión diabética.
a. Considerar monitorización de glucosa en sangre o glucosa en orina en casa,
o disminuir la dosis de insulina y hacerlo de nuevo en 4 semanas.
b. Si la glucosa en sangre es constantemente <150 mg/dl o la glucosa en orina
es continuamente negativa, o ambas, considerar disminuir la dosis de
insulina, cambiando el tratamiento a cada 24 horas, o dejar la insulina y
monitorizar la respuesta. En los gatos, la toxicidad de la glucosa suprime la
función de las células beta, y con un control de hiperglucemia y la eliminación
de la toxicidad de la glucosa, las células beta restantes vuelven a su función
normal y comienzan a secretar insulina.
5. Cada 6 a 12 meses: estudio de laboratorio completo.
Curvas de glucemia en gatos con tratamiento con glargina.
Se recomienda encarecidamente la monitorización en casa, puesto que en la
clínica las curvas de glucosa en sangre son más propensas a ser afectadas por
hiperglucemia por estrés y esto puede llevar a malas interpretaciones del control
de la glucemia del paciente. La mayoría de los dueños son capaces de aprender a
hacer esto con un poco de apoyo y la interpretación de los resultados de glucosa
es mucho más fácil para el médico. Puesto que las mediciones de glucemia
aisladas son insuficientes para poder determinar el control metabólico, se prefiere
realizar curvas de glucosa que permitan determinar la eficacia de la insulina, nadir,
duración del efecto de insulina, grado de fluctuación de los niveles de glucosa
sérica y efecto Somogyi. Se generan realizando mediciones de glucemia cada 2-4
hrs durante 12 horas. Este método es el ideal y se recomienda encarecidamente
obtener la interpretación más exacta de la glucosa en relación con los signos
clínicos., ya que los resultados son más fiables.
Resultados esperados:
Nadir: de 80 a 150 mg/dl.
Tiempo del nadir: 8 horas después de la inyección de insulina (un nadir
puede no identificarse fácilmente si se utiliza insulina glargina).
Promedio de glucosa en sangre <250 mg/dl; idealmente no una sola
glucosa en sangre >300 mg/dl.
Si el nadir es
<80 mg/dl, disminuir 0.5 U por inyección para gatos, o reducir la dosis a
cada 24 horas si se trata de 1 U cada 12 horas.
>150 mg/dl, aumentar la insulina de 0.5 a 1 U por inyección con base en la
severidad de la hiperglicemia.
80 a 150 mg/dl, si el promedio de glucosa es <250 mg/dl: no cambiar.
Instrucciones adicionales al cliente:
• Mecanismo de insulina, administración, manejo y almacenamiento
• Tipos de jeringas
7. • Acción y Solución de problemas
• Metodología para realizar curva de glucemia en casa
8. Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies, S. C.
www.ammvepe.com.mx