AL ALUMNO EN LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA NO SE LE PERMITE DECIDIR DE QUÉ MODO HA DE ADQUIRIR LOS CONOCIMIENTOS

1. EL ALUMNO NO DECIDE CÓMO DEBE APRENDER
Así como al obrero no le es dado determinar cómo debe producir,
pues es decisión del capitalista, al alumno en la institución
educativa no se le permite decidir de qué modo ha de adquirir
los conocimientos: es decir, no elige la forma de aprendizaje
que pude emplear. Una vez más son las autoridades educativas,
los productores de textos y cursos, los profesores, los que
determinan el tipo de método que deben emplear los
aprendices. Para los más de ellos, será el aprendizaje
memorístico, o, de modo menos frecuente, la comprensión, la
investigación o la experimentación.
Asimismo, los encargados de enseñar definen los recurso que se
empelarán: libros, bibliotecas, laboratorios, Internet,
herramientas… Después de varios años de estas experiencias, los
aprendices advierten que el método de aprendizaje no es asunto
suyo, como no lo será en el futuro el procedimiento de la
producción.
La diaria experiencia muestra que los alumnos, desde sus
primeras vivencias escolares, aprenden que su papel es
reproducir, lo más fielmente posible, los saberes entregados
en las aulas. No se busca el desarrollo de habilidades y métodos
de estudio para que puedan utilizarlos de acuerdo con sus
intereses capacidades o con la naturaleza de la tarea. Esta
acción reductora que se da en nuestras escuelas restringe la
aptitud humana para enfrentar creativamente los retos de la vida.