Este documento describe la investigación-acción como un enfoque valioso para que los docentes universitarios mejoren su práctica a través de la reflexión continua. La investigación-acción implica que los profesores identifiquen áreas de oportunidad, planifiquen e implementen acciones para abordarlas, observen los resultados, y reflexionen de manera cíclica para promover el cambio continuo. Al asumirse como investigadores de su propia práctica, los docentes pueden transformarse en sujetos pedagógicos compro
1. EL DOCENTE COMO INVESTIGADOR DE SU PROPIA
PRÁCTICA
EL eje principal de formación profesional en las carreras es la
investigación. Art.72 RRA.
Una pregunta que por lo general ronda entre los nuevos docentes
es: ¿cómo llegar a ser un buen profesor universitario? A veces
se piensa que deben existir fórmulas, más o menos efectivas, que
les lleve a cumplir este anhelo; otros creen que con el pasar de los
años se podrá llegar a ese ideal. Ni uno ni otro son criterios válidos.
El primero porque las recetas son nada más que eso, si no están
acompañadas de reflexión, decisión y esfuerzo, de poco sirven. Lo
segundo, puede llevarles a lo que se cuestiona a muchos docentes
de los diferentes niveles de enseñanza: ¡repetir el primer año
durante varias décadas! No resulta muy inteligente creer que el
simple paso del tiempo puede convertirles en buenos académicos;
si así fuese, la educación superior no hablaría de crisis.
A riesgo de caer en el error de emitir fórmulas infalibles, cuestión
muy fácil, por cierto, nuestra experiencia y la sabiduría de muchos
especialistas de la pedagogía sugieren que un docente se forma en
la práctica reflexiva. De modo concreto, ellos plantean la
aplicación del paradigma de la Investigación-Acción (I-A) en las
instituciones universitarias como medio para la formación
permanente del profesorado. El gran valor de esta innovación es
que el mismo docente es quien, a través de la reflexión continua,
se convierte en gestor de su desarrollo profesional, no solo en el
área pedagógica sino en su especialidad.
El experto mexicano Morán Oviedo asegura que la I-A induce al
profesor universitario a verse como un intelectual, capaz de
percibir, interpretar y problematizar las situaciones relevantes
que le ofrece su quehacer cotidiano. El profesor que asume como
2. investigador de su práctica educativa, se interroga sobre su
función, sobre su papel y sobre su figura; se pregunta sobre su
desempeño y sus objetivos de enseñanza, revisa los contenidos y
métodos, así como los instrumentos y procedimientos que utiliza;
regula el trabajo didáctico, evalúa el progreso y los productos. La
intención de la docencia en forma de investigación consiste en que
la actuación docente universitaria se someta a cuestionamiento y
reflexión, que se comuniquen y se discutan proyectos, se analicen
resultados, se prueben y comprueben hechos, en pocas palabras,
que se introduzca rigor teórico y metodológico a similitud de la
investigación convencional.
INVESTIGACIÓN, COMPRENDER PARA TRANSFORMAR
La investigación-acción educativa se utiliza para describir una
propuesta de actividades que realiza el profesorado en sus propias
aulas con fines tales como: el desarrollo curricular, su
autodesarrollo profesional, la mejora de los programas educativos,
la práctica pre-profesional, los sistemas de planificación y la
política de desarrollo. Estas actividades tienen en común la
identificación de estrategias de acción que son implementadas y
más tarde sometidas a observación, reflexión y cambio. Se
considera como un instrumento que genera cambio social y
conocimiento educativo sobre la realidad social y/o educativa,
proporciona autonomía y da poder a quienes la realizan.
En forma más concreta, para mejorar su práctica educativa el
profesor debe estar permanentemente formulándose
interrogantes como:
¿Cuál es sentido de mis clases?
¿Qué significa mis clases para los alumnos?
¿Cómo las perciben mis estudiantes?
3. ¿Realmente están construyendo aprendizajes significativos?
¿Qué tipo de contenidos debo enseñar?
Los temas que enseño ¿realmente son los pertinentes y
tienen impacto en mis alumnos?
¿Están desarrollando capacidades con mis clases?
¿Cuál es mi habilidad para preguntar en clase?
¿Qué preguntan mis alumnos?
¿Cuáles son sus errores más frecuentes?
¿En qué invierto más el tiempo orientando, explicando,
corrigiendo, respondiendo preguntas?
¿Qué es lo que digo cuando oriento las clases?
¿Cuál es el papel del estudiante en mis clases?
¿Cuándo hablan los alumnos es para solicitar más
información?
¿Se implican mis alumnos en las propuestas de estudio e
investigación que les planteo?
¿Los recursos que diseño y elaboro favorecen el aprendizaje
de los estudiantes?
¿Cómo es la evaluación que realizo a mis alumnos?
¿La evaluación que aplico está orientada a apreciar los
aprendizajes logrados?
¿Evalúo capacidades intelectuales superiores?
Un instrumento valioso, sugerido en los últimos años por el CES,
para cumplir con estas tareas es el portafolio docente en donde, a
modo de diario profesional, se reúne todos aquellos planes, sílabos,
experiencias, innovaciones, investigaciones, proyectos,
evaluaciones, producciones, recursos … que se generan en la
4. práctica del docente. Desde luego que no se trata de una simple
recopilación de documentos, sino del registro de las vivencias
académicas del catedrático que deben ser evaluadas de modo
objetivo y que puedan inducir planteamientos de cambio e
innovación. Como explica Zoia Bozu (2012), los portafolios
docentes constituyen un fenómeno reciente en el campo de la
formación del docente universitario y favorecen el vehículo de un
nuevo desarrollo profesional que ayuda a los catedráticos a
hacerse más responsables en su propio aprendizaje. Los usos de
esta herramienta han demostrado importantes beneficios para
el profesorado, entre los que se destacan:
Potencia la organización, planificación y la implicación
responsable en el propio proceso formativo y de desarrollo
profesional.
Fomenta la reflexión sobre la docencia y el pensamiento crítico.
Aporta mayor autenticidad y perspectiva temporal al proceso
de aprendizaje.
Permite demostrar los propios méritos y el desarrollo
profesional como docente durante un periodo de tiempo
concreto.
Constituye un instrumento valioso para la autoevaluación.
Según lo anterior, la práctica pedagógica se presenta como un
espacio para observar, experimentar, evaluar, validar o invalidar,
elaborar, reelaborar e innovar. Los maestros deben ser
portadores de nuevas prácticas y experimentaciones pedagógicas.
El profesor puede transformarse y constituirse en sujeto
pedagógico.
No es posible una exposición amplia de la metodología de la I-A en
el presente ensayo, solo se describe sus principales etapas, por
5. ventaja la red trae mucha información al respeto que puede ser
estudiada por los académicos. Según Smyth citado por Contreras
(2012), cuatro son las fases que representan los tipos de
reflexión que deberían adoptar los docentes:
1. Describir: ¿qué es lo que hago?
2. Informar: ¿qué significado tiene lo que hago?
3. Confrontar: ¿cómo he llegado a ser de esta manera?
4. Reconstruir: ¿cómo podría hacer las cosas de manera
diferente?
En la obra: “Lo que hacen los mejores profesores de universidad”,
su autor Kein Bain (2007), afirma que los buenos profesores van
incluso más lejos, preguntándose: ¿estoy preparado para
realizar cambios en sesiones concretas de clase, o en todo el
curso, para conectar con mis estudiantes?, ¿cómo puedo elegir
ejemplos de lo que les resultará más significativo?, ¿estoy
dispuesto a ir mejorando la asignatura conforme progrese -
cambiando exámenes, tareas, o lo que hago en clase- para
responder a lo que vaya aprendiendo sobre los intereses y
conocimientos de mis estudiantes? Con una ingente cantidad de
materia a estudiar, ¿puedo elegir ese contenido en el que los
estudiantes están más interesados?, ¿cómo puedo mejorar la
enseñanza de mi asignatura?
La implementación de la I-A al igual que la investigación
convencional que se guía por el método científico, también debe
observar determinados pasos, fases o lineamientos para tratar de
conseguir organización y sistematización al proceso investigativo,
de lo contrario es fácil caer en un simple análisis subjetivo de los
temas y problemas de la docencia. En este sentido, el modelo de
Kemmis (1995), nos parece el más operativo.
Planificación.
6. Se inicia con una “idea general” con el propósito de mejorar o
cambiar algún aspecto problemático de la práctica profesional.
¿Qué está sucediendo ahora? ¿En qué sentido es problemático?
¿Qué puedo hacer al respecto?
Dentro del plan de acción podemos considerar al menos tres
aspectos.
El problema o foco de investigación.
Toda investigación se inicia con una hipótesis latente. A los
docentes lo que les interesa tienen que ver con lo que perciben
que ocurre en las aulas y desearía cambiar. Lo importante es
identificar un área que se desea mejorar y estar seguro de que
el cambio es posible que tenga lugar.
Es importante que el foco de estudio o problema que se
seleccione sea de interés, que sea un problema manejable,
mejorable y que implique algún aspecto del proceso enseñanza
y aprendizaje.
El diagnóstico del problema o estado de la situación.
Identificado el problema es preciso hacer un reconocimiento o
diagnóstico del mismo. La finalidad es hacer una descripción y
explicación comprensiva de la situación actual.
Otro aspecto a considerar es la recogida de información sobre
el tema que desea investigar, sobre la acción que quiere
implementar. Para ello se necesita hacer una revisión
documental o bibliográfica. Una vez realizada la revisión
documental, conviene que se formule algunas preguntas de
comprobación como, por ejemplo:
¿Dispongo de suficiente información relacionada con el tema?
¿He leído suficiente sobre la metodología?
7. ¿Tengo previstos libros o artículos que me falta por leer?
La hipótesis acción o acción estratégica.
Un momento importante es la formulación de la propuesta de
cambio o mejora: la hipótesis-acción o acción estratégica.
La “acción estratégica” o plan de acción, es el elemento clave de
toda investigación acción. Es una forma de deliberación que
genera una clase de conocimiento que se manifiesta en un juicio
sabio.
La búsqueda deliberada de información es esencial para
plantear la acción. Un criterio importante es el intento de
comprender las circunstancias en las que la acción tiene lugar:
las relaciones entre las circunstancias, el contexto, la intención
y la acción.
Acción
La acción es deliberada y está controlada, se proyecta como un
cambio cuidadoso y reflexivo de la práctica. Se enfrenta a
limitaciones políticas y materiales, por lo que los planes de acción
deben ser flexibles y estar abiertos al cambio. Se desarrolla en
un tiempo real.
Observación.
La observación implica la recogida y análisis de datos relacionados
con algún aspecto de la práctica profesional. Se observa la acción
para poder reflexionar sobre lo que hemos descubierto y aplicarlo
a nuestra acción profesional.
La I-A prevé una mejora de la práctica profesional, la información
obtenida nos permite identificar evidencias o pruebas para
comprender si la mejora ha tenido lugar o no.
Reflexión.
8. Constituye la fase que cierra el ciclo y da paso a la elaboración del
informe y posiblemente el replanteamiento del problema para
iniciar un nuevo ciclo de la espiral autoreflexiva.
La reflexión se la entiende como el conjunto de tareas tendentes
a extraer significados relevantes, evidencias o pruebas en relación
a los efectos o consecuencias del plan de acción.
La reflexión permite indagar en el significado de la realidad
estudiada y alcanzar cierta abstracción o teorizando sobre la
misma. Es el proceso de extraer el significado de los datos; implica
una elaboración conceptual de esa información y un modo de
expresarla que hace posible su conversación y comunicación.
El informe de investigación-acción.
El informe es una vía de dar a conocer los resultados a otras
personas para que puedan ponerlos a prueba en su práctica
profesional. Comunicar la investigación es la mejor manera de
validarla. Hacer pública la I-A conduce al análisis y crítica de otros
docentes o investigadores.
POR QUÉ LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN EN EDUCACIÓN;
POR QUE ES LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN LA QUE
RESULVE LOS PROBLEMAS SOCIALES Y LA EDUCACIÓN ES
UNA PRÁCTICA SOICAL