El impacto de cáncer es una noticia que afecta a toda la familia, la enfermedad se hace presente e impone restricciones en la vida de la persona que la padece así como en la de su pareja y familiares.
3. Los cuidadores de un familiar o paciente con cáncer,
deben saber que durante la enfermedad las personas
pueden pasar por diversas etapas: negación, ira,
depresión, negociación, aceptación.
Cada uno de nosotros ejercemos distintos roles en el
día a día. Cuando no podemos hacerlo, porque estamos
enfermos, otros deben cubrir la función. Por esta razón
se dice que es la familia completa la que se debe
adaptar al nuevo escenario que plantea la enfermedad.
4. El impacto del cáncer será diferente según la etapa en
la que se encuentra el grupo familiar (familia en
formación; con niños pequeños; con niños adolescentes
o bien etapa del “nido vacío”). También va a depender
del rol que ejerce el paciente, en relación a si es
proveedor o ejerce un rol de dueño/a de casa, o de
cuidador/a de otros.
Se recomienda el afrontamiento de la enfermedad en
conjunto, considerando la individualidad de cada uno
de los miembros de la familia. Muchas veces podemos
reaccionar con ira o tristeza frente a lo que no podemos
manejar.
5. El diagnóstico de un cáncer supone grandes cambios
físicos y psicológicos tanto en el paciente en sí como en
su entorno familiar más cercano. Cada proceso difiere
de unos casos a otros dependiendo de factores como el
tipo de tumor diagnosticado, los sistemas de apoyo con
los que cuenta la persona (familia, pareja, amigos…),
los tratamientos médicos administrados, la situación
personal en la que se diagnostica, el estilo personal de
afrontamiento o el historial de enfermedades
padecidas, entre otros factores (Hernández et al.,
2012).
6. Diversas investigaciones sugieren que las personas con
cáncer identifican el apoyo emocional e instrumental
como los elementos más ventajosos de ayuda recibida
del ámbito familiar, siendo la “pareja” la que
proporciona el amparo y el soporte emocional más
tangible (afirmación y confianza de no ser
abandonado/a) (Palacios-Espinosa, González y Zani,
2015).
7. Una de las variables que destaca dentro del ámbito
familiar es la posibilidad de crear un sentido nuevo y
diferente frente a la amenaza de la enfermedad, es
decir, replantear y reorganizar prioridades en cuanto al
funcionamiento de la vida en pareja o en la unidad
familiar. Contrariamente, puede suponer un gran
riesgo el hecho de que la relación se identifique
totalmente con la enfermedad, sin dejar ningún espacio
para los elementos sanos que conforman el vínculo
(Borstelmann et al., 2015).