Este documento cuenta y muestra que tanto los pacientes oncológicos pediátricos como lo que afrontan otro tipo de enfermedades bien físicas o mentales no solo se enfrentan a la enfermedad, si no que a veces tienen que aprender a controlar sus emociones y estado de ánimo para no decaer y superar lo que venga de la mejor manera posible.
Alteraciones emocionales y conductuales en menores oncológicos
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2. Como todos bien sabemos o podemos imaginar, el
cáncer infantil cuenta con una serie de
reacciones, fases de adaptación y repercusiones,
que no en todos son iguales. Hay diferentes
formas de afrontar dicha situación ya que se trata
de un proceso dinámico y flexible que según
Predeira y Palanca depende de una serie de
variables las cuales hay que tener en cuenta.
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4. Cabe destacar las variables personales del paciente (edad,
nivel de desarrollo psicoevolutivo, grado de comprensión…),
variables propias de la enfermedad como pueden ser: el tipo de
cáncer, su pronóstico, fase de dicha enfermedad, diagnóstico,
tratamiento, recaídas y desenlace. Y por último destacar las
variables ambientales (adaptación de la familia, apoyo social,
apoyo económico, medio sociocultural…).
Todos estos aspectos señalados influirán el grado de secuelas
de los pequeños.
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6. Los problemas emocionales están presentes a lo largo de la enfermedad
oncológica siendo bastantes diversos y común en todos los pacientes que
lo sufren. De hecho cada vez más autores consideran los trastornos
psicológicos una reacción asegurada en los menores con cáncer.
Si es verdad que los niños se van familiarizando a lo largo de las fases con
el entorno hospitalario y van disminuyendo los síntomas y sus reacciones
adaptativas. La mayoría son capaces de lidiar con el caos emocional que les
invade.
Hay una pequeña minoría que derivan a trastornos más graves.
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8. Los trastornos psicológicos más comunes en estos pequeños son:
Alteración de la conducta, reacciones desadaptativas, estrés,
depresión, ansiedad, temor a la muerte, ira, sentimientos de culpa,
baja autoestima, angustia, vergüenza (por la alopecia y los cambios
corporales) etc ; conllevando todo esto a un mayor aislamiento del
menor, reduciendo así su participación en actividades de gusto para
ellos anteriormente ya que muchos de ellos se encuentran fatigados,
con insomnio o irritabilidad.
El insomnio es una reacción emocional frecuente durante la fase de
tratamiento médico activo. Otra reacción frecuente puede ser tener
problemas con la comida como para así obtener los pacientes el
control y rebelarse contra todos.
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10. El 98% de pacientes oncológicos pediátricos presentan trastornos
de adaptación, encontrando más dificultades en niños que en
niñas.
Por otro lado se hizo un estudio en el cual tras una división por
grupos se pudo demostrar que en muchos casos padecen más
síntomas de estrés o ansiedad pacientes tratados a nivel
ambulatorio y sin enfermedades significativas que los propios
niños con cáncer, demostrando así que estos son capaces de
responder en función de su propio estado emocional.
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12. Sin embargo he de decir que tanto los pacientes como los familiares afirman que el
proceso de afrontamiento del cáncer no termina cuando finaliza el tratamiento, ni lo
hace incluso cuando se dice que el menor está curado o es superviviente a largo
plazo. Lo cierto es que el recuerdo del trauma permanece durante varios años, como
lo hace la amenaza de la recaída. Muchos padecen de estrés postraumático.
En conclusión, los momentos críticos del proceso de la enfermedad, son
concretamente durante las fases de diagnóstico, tratamiento y recaída, donde se suele
manifestar principalmente sintomatología ansioso-depresiva. Y además el periodo de
curación y supervivencia suele ir acompañado por lo general de un optimismo
generalizado a pesar de la presencia de cierta incertidumbre y vulnerabilidad.
13. Hernández S, López Carrizosa C, Durá Ferrandis E. Indicadores
de alteraciones emocionales y conductuales en menores
oncológicos. Psicooncología: Investigación y clínica
biopsicosocial en oncología. 2009; 6 (2-3): 311-325.