En este trabajo se pretende dar cuenta de las particularidades que conlleva la
construcción de la autoridad en el primer trabajo con adolescentes. En este sentido,
algunas de las cuestiones a considerar, radican en el hecho de “pensarse como docente
en la práctica”, teniendo que conciliar las representaciones que uno trae consigo de la
formación de grado, el sentido común, el grupo tangible y concreto con el que se
trabajará y la interpretación de la sociedad en la que vivimos.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTORIDAD DOCENTE AL TRABAJAR CON ADOLESCENTES
1.
II Congreso Internacional
sobre profesorado
principiante e inserción
profesional a la docencia
El acompañamiento a los docentes noveles:
prácticas y concepciones
Buenos Aires, del 24 al 26 de febrero de 2010
2. II Congreso Internacional sobre profesorado principiante e inserción profesional a la docencia
López Pepe, Guillermina Sofía 1
Eje temático: La inserción profesional de los docentes principiantes en los nuevos
escenarios educativos.
ENSAYO
LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTORIDAD DOCENTE
AL TRABAJAR CON ADOLESCENTES
López Pepe, Guillermina Sofía
DNI: 32270449
glopezpepe@yahoo.com.ar - glopezpepe@fch.unicen.edu.ar
Prof. Ciencias de la Educación – FCH UNICEN
Adscripta a la cátedra de Administración de la Educación de la carrera de Ciencias de la Educación,
Facultad Ciencias Humanas, UNICEN, sede Tandil.
Tesista de licenciatura en Ciencias de la Educación y miembro del proyecto “Universidad, disciplinas y sujetos. Procesos de
constitución u transformación” Dirigido por la Dra. Lucía Beatriz García.
Docente en Instituto Monseñor Cesar Cáneva y Colegio Privado Libertas (Olavarría)
Palabras clave: autoridad – adolescentes – representación – formación
Resumen
En este trabajo se pretende dar cuenta de las particularidades que conlleva la
construcción de la autoridad en el primer trabajo con adolescentes. En este sentido,
algunas de las cuestiones a considerar, radican en el hecho de “pensarse como docente
en la práctica”, teniendo que conciliar las representaciones que uno trae consigo de la
formación de grado, el sentido común, el grupo tangible y concreto con el que se
trabajará y la interpretación de la sociedad en la que vivimos.
El primer trabajo tiene algunas particularidades que se intentarán explicitar aquí,
que son, el ejercicio de la profesión teniendo poca diferencia cronológica con los
alumnos, el temor al manejo de grupos adolescentes, la necesaria adecuación de los
contenidos de la formación de un profesor en ciencias de la educación, que se
caracteriza por un fuerte bagaje teórico, a los espacios curriculares de la escuela media.
Y conciliar permanentemente, al implementar una propuesta de trabajo, el interés de los
jóvenes y aquello que se pretende enseñar; para ello, en la construcción de la autoridad
es crucial el manejo de los contenidos por parte del docente entre otras características
que se profundizarán en el trabajo.
3. II Congreso Internacional sobre profesorado principiante e inserción profesional a la docencia
López Pepe, Guillermina Sofía 2
LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTORIDAD DOCENTE
AL TRABAJAR CON ADOLESCENTES
La presente ponencia tiene como finalidad analizar algunos de los procesos que
tienen lugar en las primeras experiencias laborales docentes de un reciente egresado de
la Universidad; lo que implica posicionarse frente a un grupo de alumnos adolescentes,
sin tener experiencia en el sistema, conjugándose los miedos propios de toda “obra que
comienza a estrenar en la primer temporada”, destacando la importancia de la reflexión
acción desde los inicios. En este sentido, es necesario considerar aquellas
representaciones que juegan un rol central en la construcción de la identidad docente,
ciertos rasgos de los adolescentes como grupo etario específico y las cualidades que el
docente debe poseer para ejercer su profesión.
Los docentes recientemente graduados de la universidad que ingresan a la vida
profesional sin previa experiencia y van a ir construyendo su rol dejando atrás su
condición de alumnos dentro del grupo clase para pasar a la posición activa y
diferenciada de profesor, frente a un grupo de alumnos donde la distancia cronológica no
es muy significativa; tal como señala Analía Umpiérrez, “El ser parte de una institución,
estar en otra posición dentro del campo de juego, le exige acudir a diferentes estrategias
para conformar su presentación y `comenzar a ser otro´” en este sentido, es preciso
replantearse las representaciones que se poseen y así construir la identidad docente; en
palabras de Porta y Sarasa, “Se entiende por identidad docente, a los supuestos,
interpretaciones y significados personales que otorgan los docentes a su quehacer. Son
representaciones que se construyen a lo largo de la vida de cada uno, desde sus
historias personales y en contacto con el medio”. (154:2006).
Estas representaciones conviven y direccionan nuestro ejercicio profesional en el
desarrollo del acto pedagógico; para analizarlas recuperaremos los aportes de la autora
Marta Souto, quién considera el acto pedagógico como un encuentro, una relación que se
enmarca en un espacio y un tiempo determinado; que a su vez articula lo social con lo
individual, lo pasado, con lo presente y lo futuro; lo conocido con lo desconocido; lo
pensado, con lo sentido y lo actuado. Esta concepción es muy rica para dar cuenta de lo
que le sucede al docente que recién se está iniciando, ya que tiene un gran caudal de
expectativas, como señala la autora, es que “lo social impregna de significado lo
educativo. Lo educativo tiene y genera sentidos sociales”.
Este marco psicosocial se refleja en el ejercicio frente al aula, considerando todo
lo que hace al currículum explícito y al oculto, a las relaciones con la autoridad, a la
evaluación, los modos de trabajo, etc. Y estas imágenes, según señalan Porta y Sarasa,
4. II Congreso Internacional sobre profesorado principiante e inserción profesional a la docencia
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parecen reforzarse durante la formación “ésta imagen pareciera reforzarse en el período
durante el cual permanece en la institución formadora de docentes, donde se plasma en
él una manera particular de operar con la cual enfrentará su función educadora”
(142:2006).
El ingreso a las instituciones de manera concreta, implica interactuar con las
culturas institucionales, donde se conocerán pautas de trabajo aceptadas y ejercidas por
distintos colegas, y aquí se intercambian estrategias y formas posibles de resolver
situaciones que son nuevas para los docentes principiantes y pueden desestabilizarlos.
Diker y Terigi, recuperando a Rockwell, “los maestros se comunican las anécdotas de
experiencias pasadas y los incidentes que acaban de suceder con su grupo. Se
intercambian recomendaciones prácticas y reflexiones propias sobre la labor docente”
(Rockwell, 1987: 17). Del mismo modo Davini reconoce que los ámbitos de formación de
los docentes, entendiéndolos como “ambientes de modelación de las prácticas y del
pensamiento, de instrumentación de estrategias de acción técnico-profesionales y de
desarrollo de las formas de interacción socioprofesionales” (Davini, 1995: 79), además de
la formación de grado es la trayectoria escolar previa, o biografía escolar de los docentes
y la socialización profesional, que se desarrolla en las escuelas y colegios al compás de
la experiencia laboral. Lo importante es poder reflexionar para hacer lo más conscientes
posibles éstas huellas que tenemos de experiencias y creencias para el ejercicio de la
profesión; y poder analizar las propias prácticas.
Es en la práctica donde el docente construirá su rol y ejercerá autoridad, hay que
considerar algunos pilares centrales para lograrlo; por un lado tener cierto respaldo
institucional, desde el equipo de conducción para que los profesores noveles se sientan
mínimamente acompañados.
Otra cuestión central es demostrar su idoneidad profesional, creo que poseer
conocimientos sólidos es lo que diferencia claramente al docente del alumno cuando la
cuestión de la edad cronológica no está muy marcada. El dominio de los contenidos y la
capacidad de explicarlos es central y es visto, en opinión de los adolescentes como
destacable para considerarlo un buen docente, además de características como la
predisposición al trabajo, lograr un clima cordial de trabajo, que sea responsable. En
palabras de Cullen; “Enseñar no es moco de pavo. Tener que vérselas diariamente con el
conocimiento,para poder comunicarlo de modo tal que otros lo aprendan,desde muy
diversas situaciones previas y con fuertísimos condicionantes,no es “soplar y hacer
botellas”. (136:1997)
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Una encuesta realizada a 85 adolescentes entre 15 y 18 años, de dos colegios
privados de la ciudad de Olavarría arrojaron los siguientes resultados en relación a las
características que valoran, en su opinión, de un buen docente.
Los docentes deben ejercer su función en un contexto social particular, tal como
teorizaron Dubet y Martuccelli, respecto a la crisis de las instituciones más importantes
dadoras de subjetividad para los individuos como son la Escuela, la familia y la Iglesia; o
como señala Bauman, enseñar en contextos de “Modernidad líquida”. Lo que respecta al
ejercicio de la docencia, no es un ámbito que está exento de cierta pérdida de legitimidad
y autoridad, se enseña en un marco cada vez menos regulado desde pautas claras;
donde las familias suelen demandar en exceso a las escuelas en búsqueda de límites, de
contención; en palabras de Osorio; “La declinación de la función de autoridad por parte
de los adultos, deja a niños y a jóvenes a la intemperie, desamparados y despojados de
dignidad y de derechos, porque se pasa de la negociación infructuosa a la orden
arbitraria”. (19:2009).
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López Pepe, Guillermina Sofía 5
Por ello es crucial analizar qué ocurre con los adolescentes como grupo etario con
características específicas en este contexto de pérdida de valores, de declinación de la
autoridad. En palabras de Erikson, “El adulto es el frontón necesario para que el joven
tenista haga sus prácticas, se pruebe, pruebe los golpes, mejore sus tiros y resulte, sin
desgaste para el frontón un adulto hecho y derecho”. Complementando lo expresado por
Osorio y Erikson, los límites y las pautas son fundamentales para que el joven discrimine
aquello que está bien de aquello que no. Psicológicamente, el proceso de enfrentamiento
generacional es inevitablemente doloroso, ya que obliga a la pérdida de ilusiones,
provoca falta de confianza en las propias fuerzas, tristeza, rabia; pero promueve
confirmación personal y desarrollo de la libertad. Por esta razón es necesario analizarnos
como docentes, padres y sociedad; que comprender a los jóvenes no implique
convertirse en sus amigos, para que ellos no resulten técnicamente huérfanos y pierdan
ciertos límites y autoridad que son necesarias; el término autoridad, dice Savater,
significa "ayudar a crecer", y eso es una obligación de los adultos, pero actualmente,
afirma el autor, "la autoridad ha sido abolida por los adultos y ello sólo puede significar
una cosa: que los adultos se rehúsan a asumir la responsabilidad del mundo en el que
han puesto a los niños" (108:1997). Desde el ámbito escolar, expresa Adriana Puiggrós,
“La autoridad pedagógica se construye en el/la docente a partir del ejercicio de un saber
experto”. (180:2007).
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López Pepe, Guillermina Sofía 6
Como muestra el gráfico, la autoridad del docente, según alumnos adolescentes,
se sustenta mediante el respeto por su posición diferenciada, donde es escuchado y por
ser quien posee los conocimientos. Una cuestión central también, es que el docente es
una autoridad cuando respeta y comprende a los alumnos, demostrándoles cierto cariño;
y cuando merece respeto sin infringir miedo, cuestión central comparando enseñanzas
muy tradicionales.
Cada docente desarrolla estrategias para llevar adelante sus clases, según los
contenidos a enseñar, la personalidad y la experiencia; además de las representaciones y
la formación de grado recibida; en este sentido, y consultando con docentes
recientemente graduados de la Universidad, un punto fuerte es la teoría, y aunque les
falta práctica, la experiencia se irá adquiriendo con el tiempo, con las ganas de hacer, con
la predisposición al trabajo y a aprender; siendo la vocación un pilar fundamental en la
construcción del rol. En este sentido hay dos cuestiones fundamentales que señalar para
que el docente principiante construya su rol; continuar su formación, profesionalizarse y la
vocación.
En relación al primer punto, señalan Diker y Terigi, la formación de nivel
universitario es visualizada, como un medio de jerarquización de la profesión docente, y
en esta dirección se ubican los ejes del “I Congreso Internacional sobre Profesorado
principiante e Inserción profesional a la docencia”, destacando los espacios que
favorecen la formación de los docentes principiantes; asistiendo a cursos, participando de
congresos, escuchando los debates actuales y reflexionando sobre su propia práctica,
para ir poniendo en palabras la articulación de teoría y práctica. Otra cuestión a destacar,
es poder participar de espacios de adscripción, ayudantías y posterior a la formación de
grado iniciarse con la tesis de grado con el apoyo de un tutor que con su experiencia y
conocimientos orienta y guía.
La participación en ámbitos académicos favorecen el desarrollo profesional de los
docentes con un gran bagaje teórico como punto fuerte, pero algunos graduados
expresan cierta dificultad para recortar y adecuar los materiales a los alumnos de nivel
medio, respecto a extensión y complejidad; de todos modos, manifiestan en sus primeras
experiencias, que con explicaciones claras, acompañamiento y constancia en el trabajo
los alumnos pueden alcanzar buenos logros y aprendizajes significativos.
Es aquello que el docente hace y se refleja en cada clase lo que los alumnos
captan; el entusiasmo, la energía que se pone en cada encuentro, la dedicación para
explicar, para que los alumnos realmente aprendan, que puedan relacionar con la vida
8. II Congreso Internacional sobre profesorado principiante e inserción profesional a la docencia
López Pepe, Guillermina Sofía 7
cotidiana desde ejemplos que se trabajan,
buscar diferentes estrategias para abordar los
contenidos y procurar incluir de algún modo la
tecnología como herramienta en la relación con
el conocimiento; para explorar el qué
(contenido), innovando en el cómo sin perder el
eje del para qué que es la función indelegable de
la escuela.
Que la docencia no sea meramente una
salida laboral y que se haga con vocación es una cuestión que no pasa desapercibida; la
responsabilidad y el respeto es algo que los alumnos destacan a la hora de expresar las
cualidades más notables de un docente; siendo una tarea que conlleva mucho de la
persona. Como sostiene Francisco Llorente “Los jóvenes respetan la autoridad, la que
procede de la verdadera capacidad y no el autoritarismo que impone opiniones y
principios con un único argumento: `¡Porque lo mando yo!´, y que sólo se hace respetar
en función del miedo. Los jóvenes necesitan la autoridad como modelo en la vida; hacen
falta profesores capaces y entusiastas ante su trabajo”. Por ello, es cabal ser consientes
de la tarea que emprendimos quienes elegimos la docencia como profesión.
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López Pepe, Guillermina Sofía 8
En el presente gráfico queda plasmado la importancia que los adolescentes le dan
a la vocación a la par del conocimiento y manejo de los contenidos y con un porcentaje
alto también reconocen la claridad expositiva, que el docente tenga buena disposición al
trabajo, buena relación con los alumnos y compromiso con sus tareas. Respecto a la
buena relación con los alumnos; creo que uno puede tener un clima agradable de trabajo,
sin necesidad de que se den faltas de respeto ni permisividad absoluta. Otra cuestión
importante creo que tiene que ver con que el docente contextualice los temas a tratar y
mostrar que hay miradas diferentes, como señala Litwin, “No hay nada más alentador
para la calidad del pensamiento que el aprendizaje de perspectivas diferentes para el
estudio de un mismo fenómeno.. (54:2008) Y todo lo mencionado es lo que ayuda a
pensar en docentes que todavía son un ejemplo; como se grafica a continuación.
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Conclusiones
En el presente trabajo se pretendió dar cuenta de algunas cuestiones que hacen a
los inicios en el ejercicio de la profesión docente, aquellas que se conjugan para el
momento de estar frente a un grupo clase de adolescentes; el cambio de rol, pasar de ser
alumno a profesor; las representaciones que conviven con el sujeto, el peso de las
primeras experiencias laborales como prácticas concretas que también contribuyen a la
formación profesional. El peso teórico fuerte dada su formación de grado en la
Universidad y las posibilidades de ir profesionalizándose en los ámbitos académicos;
desarrollando actividades de investigación y la importancia de la reflexión acción que se
busca promover como ejercicio constante. En palabras de Perrenoud, “Sabemos que no
se reflexiona sobre la práctica de manera espontánea. Para que la reflexión sea un modo,
una práctica habitual y no una moda, no puede ser esporádica: debe sistematizarse,
hacerse frecuentemente de tal manera que permita una profunda mirada hacia el interior
de las prácticas docentes” (Perrenoud, 2004). Y destacando la formación teórica como
“ante ojera” necesaria para leer nuestras prácticas, señala Anijovich, y otros “la reflexión
será más elaborada, crítica y con mayor capacidad de generar cambios en las acciones
del docente si es capaz de mirar su práctica a la luz de lecturas y marcos de referencia
teóricos que le permitan enriquecer sus hipótesis de trabajo, fundarlas y volver a probar
sus estrategias de acción en una nueva situación”. (54:2009).
Y como docentes que trabajamos con adolescentes, es fundamental ofrecerles un
espacio de contención, con límites claros para que ellos puedan confrontar y constituir su
personalidad. En este sentido, no hay que olvidar la importancia de educar con el
ejemplo, tanto padres como docentes, como señala Jackson, “es esencial que los
docentes que tratan de producir cambios transformadores personifiquen las cualidades
que procuran inculcar a sus alumnos. Deben esforzarse al máximo por ser ejemplos
vivientes de ciertas virtudes, valores o actitudes. (165:2002). No olvidándonos nunca que
aquello que hacemos y decimos tiene llegada a los alumnos, y que si trasmitimos
compromiso con nuestra tarea, esmero, comprensión, motivación, todo eso se aprecia y
valora.
11. II Congreso Internacional sobre profesorado principiante e inserción profesional a la docencia
López Pepe, Guillermina Sofía 10
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