Cuento

1. MAMA YOLA
Aquella tarde de agosto los vientos movían las ramas de los pisonaes y
molles en extrañas danzas, mientras los rayos del sol arrullaban nuestras
almas, cogí mi vieja chompa para protegerme del frio y bajé por Chuspipata
hacia la añeja calle Miscabamba. Caminaba distraído y un rumor acarició mis
oídos, la curiosidad me llevó hacia un callejón cerca de la Av. Nuñez. Las voces
eran altisonantes pero tiernas. Daba la bienvenida un estrecho y oscuro pasaje
empedrado, flanqueado por húmedas paredes de adobe. Caminé hasta el final,
donde se lucía un inmenso patio y el sol volvía a relucir.
En medio, había una gran cantidad de mujeres, todas ellas vestidas de
faldas y polleras multicolores con hermosos sombreros blancos de amplias alas,
adornada con una gruesa cinta negra, era el prefacio que algo bueno iba a
ocurrir.
Al medio del patio había una mesa cubierta por una “lliqlla” multicolor, la
misma que muchas mamitas usan para cargar a sus “wawas”. Tres mujeres de
rostros curtidos presidian la mesa central, lucían gruesas trenzas donde
predominaban cabellos blancos, marco de esos encantadores surcos que las
vidas les ofrendo a sus bellos rostros. El paso del tiempo terminó
glorificándolos sus acciones de lucha.
_ ¡Paylla kachun! __ (que ella continúe) _ era una mamita que parada
levantando el brazo sacudía su blanco sombrero, una vez más repitió:
_ ¡Paylla Kachun! _ otras le siguieron, _¡paylla kachun!_ más voces se
unieron, luego todas en coro repitieron _¡Paylla kachun!_

2. Las voces dulces de las mujeres empezaron a dominar todo el recinto.
Entre ellas, reconocí a muchas mamitas como a doña Beni la de las especerías, a
doña Encarga de las verduras, A doña Anki la de los jugos. A doña Goya de los
desayunos. A doña Raquel la popular “carajito” de los molidos. A doña Meche la
de los picantes. Eran las señoras del Mercado Central de Abastos reunidas no
sé para qué.
También reconocí a “mamá Yola”, era así como la llamaban las señoras del
mercado. Adornaba un enorme lunar su curtido rostro, gruesa trenzas y de
mirada dominante, inconfundible figura y estampa que vestía una cafarena
oscura y una falda gris. Esta vez, no llevaba sombrero alguno. Mujer guerrera y
líder. Era la actual “Secretaria General del Sindicato de Trabajadores del
Mercado Central de Abastos de Abancay”, quién desde hace algunos años
lideraba a estas humildes y trabajadoras mujeres que generaban el sustento
económico para su familia.
La habíamos visto tantas veces luchando en primera fila, ya defendiendo
a los maestros en sus huelgas, haciendo ollas comunes para los petroleros que
iban en marcha de sacrificio, para el reconocimiento de la Universidad (UTEA),
en la defensa del Escuela Normal cuando pretendían llevárselo la sede a
Andahuaylas. En fin, tantos hechos que demostraban que era una mujer de valía
y pundonor o en toda causa que consideraban justa, ella estaba en primera línea
para defender los derechos de la población juntos a las mujeres aguerridas y
trabajadoras del mercado, y eso lo sabían todas las autoridades de la ciudad.
Nuevamente el intenso coro de mujeres me sacó de mis cavilaciones, y
una vez más todos al unísono corearon.

3. _ ¡Paylla kachun! _
_ ¡Paylla kachun! _
_Mamanchis Yola kachun_ (que mamá Yola continúe) no había más que
debatir, ellas ya habían decidido y por el clamor y la exigencia de todas las
trabajadoras, Mamá Yola, sería una vez más la dirigente del Sindicato.
*lliclla : manta multicolor que usan los pobladores del ande
para múltiples fines, como cargar sus bebes,
*wawa : Bebe tierno.
*kachun kachun : Que ella (el) sea, que continúe
*Mamanchis : Nuestra madre