La proteína C reactiva (PCR) es una proteína de fase aguda que se sintetiza en el hígado en respuesta a la inflamación o daño tisular. La PCR tiene la capacidad de activar el sistema del complemento y opsonizar bacterias, desempeñando un papel importante en la inmunidad innata. Los niveles elevados de PCR se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras afecciones. La PCR también puede utilizarse como marcador pronóstico en varias enfermedades.
1. Proteína C Reactiva: Proteína de fase aguda. Es capaz de aglutinar y
de opsonizar bacterias, asícomo activarel sistema de complemento por
lo que se incluye dentro de los mecanismos de defensa inespecíficos.
Autor
Javier Ricardo Villavicencio Menéndez
Estudiante de 4to nivel de la escuela de Medicina de la Universidad Técnica de Manabí
Tutor
Dr. Jorge Cañarte
Catedrático de Inmunología de la escuela de Medicina de la Universidad Técnica de
Manabí
Introducción
La importancia de la inflamación en las
enfermedades ha sido muy relevante en
el estudio para determinar el curso que
presenten en los procesos patogénicos y
también para conocer el pronóstico y el
nivel de gravedad que lleven a cabo
dichas enfermedades.
Existen marcadores sistémicos de
inflamación conocidos como reactantes
de fase aguda que son un grupo de
proteínas sintetizadas en el hígado y
cuya concentración en la circulación se
incrementa ante la presencia de un
estímulo inflamatorio y de la presencia
de necrosis tisular mediante la
liberación de citosinas.
Entre estos grupos de proteínas
encontramos la proteína C reactiva
(PCR) que como ya se ha mencionado
su inducción se debe a la respuesta del
daño tisular de ciertos estímulos
infecciosos, inflamatorios o neoplasias.
Se la ha considerado también como un
mediador directo de diversos procesos
patológicos ya que se ha demostrado
que el incremento de los niveles séricos
de esta proteína puede predecir el
desarrollo de futuras enfermedades, en
especial las coronarias.
Por ello es indispensable conocer los
mecanismos fisiológicos y patológicos
en el curso de las enfermedades y su
relación con los niveles séricos de los
reactantes de fase aguda, sobre todo de
la PCR.
2. Proteína C reactiva
La Proteína C reactiva (PCR) es una
proteína de fase aguda, utilizada como
un marcador sistémico de inflamación y
de daño de tejidos, cuya denominación
se debe a su capacidad de reaccionar al
polisacárido C de la cápsula de los
pneumococos. Se la ha considerado
como una proteína termolábil, forma
parte del sistema inmune innato, y su
síntesis se produce mediante la
respuesta al daño tisular por
infecciones, inflamación o neoplasias.
Es sintetizada por los hepatocitos
(aunque también por los adipocitos) y
las células del endotelio vascular y su
expresión se debe a la liberación de
citosinas, como la IL-6 y, en menor
grado, la IL-1 y el TNF-α. [1, 2, 3, 6]
El gen que codifica esta proteína se
encuentra en el cromosoma 1. [6]
La PCR pertenece a un grupo de
proteínas cíclicas pentaméricas
dependientes de calcio llamadas
pentraxinas que se han mantenido a lo
largo de la evolución. [1] En
condiciones fisiológicas es una
molécula muy estable, altamente
resistente a la proteólisis. [5]
La PCR se encuentra comúnmente
aumentada en enfermedades como la
artritis reumatoidea, en infecciones
virales, en la tuberculosis, fiebre
reumática activa, infarto agudo de
miocardio, etc. También se la puede
hallar luego de una operación quirúrgica
y en gran porcentaje luego de
transfusiones sanguíneas. La
determinación de PCR no sólo indica la
intensidad de la enfermedad sino
también la respuesta del paciente a un
tratamiento dado. [2]
Mecanismos de acción de la PCR
El principal ligando biológico de la
PCR es la fosfocolina así como a
algunos otros ligandos autólogos y
extrínsecos, que provocarían la
agregación o precipitación de aquellas
estructuras celulares o moleculares que
poseen estos ligandos. Algunos de estos
ligandos autólogos incluyen a
componentes de células apoptóticas o
de membranas celulares dañadas, como
diversos fosfolípidos, la fibronectina, la
cromatina o partículas pequeñas de
ribonucleoproteínas. Los ligandos
extrínsecos incluyen a ciertos grupos de
glucanos, fosfolípidos y componentes
capsulares o somáticos de
microorganismos como bacterias,
hongos y parásitos. [3, 4, 5]
3. Cuando la PCR está unida a estos
ligandos es reconocida por la proteína
plasmática C1q que activa la vía clásica
del complemento, además que estimula
la fagocitosis de estructuras que se han
unido a esta proteína. [1, 4] La
capacidad de la PCR para activar el
complemento y opsonizar partículas
resulta gran importancia en la respuesta
de la inmunidad innata frente a los
patógenos. Cuando una célula en
apoptosis es opsonizada y
posteriormente fagocitada por
macrófagos, induce la producción y
liberación de diversas citocinas que
inhiben el desarrollo de respuestas
inmunológicas adaptativas. La PCR
tiene la capacidad tanto de opsonizar
células apoptóticas, como de desacoplar
las proteínas del complejo de ataque a la
membrana dependiente del
complemento. Esto permite una mayor
permanencia de las células apoptóticas
antes de ser eliminadas, aunque
facilitando su captación por fagocitos.
Así, la PCR juega un papel fundamental
en limitar la activación de respuestas de
inmunidad adaptativa. [1,5]
Algunos autores han descrito otros
mecanismos como la oxidación de LDL,
la disminución de la producción de
óxido nítrico, la producción de factor
tisular, la producción de PAI-I, entre
otros, a través de los cuales la PCR
podría influir directamente en la
vulnerabilidad vascular. [7]
Incremento de los niveles séricos de la
PCR
El aumento de las cifras de PCR
depende de la concentración de
mediadores inflamatorios producidos en
el sitio afectado, incrementándose hasta
más de 10.000 veces sus valores
normales, con la síntesis de novo en el
hígado. Dichas cifras comienzan a
elevarse a partir de las 6 horas del
comienzo de la inflamación alcanzando
sus concentraciones máximas pasadas
las 48 horas, y una vez que el estímulo
cesa, las concentraciones de la PCR en
la circulación vuelven a sus valores
normales. [1,3] En general cuando la
PCR es < 10 mg/L indica procesos
inflamatorios leves como gingivitis,
angina o simplemente un ejercicio
intenso y prolongado. En elevaciones
moderadas entre 10 – 100 mg/L se
presenta en entidades como el infarto
agudo de miocardio (IAM), pancreatitis,
bronquitis, cistitis y en la mayoría de
enfermedades reumáticas. Cuando los
valores exceden los 100 mg/L
4. estaríamos hablando de procesos
infecciosos bacterianos agudos graves
como la sepsis, también en
traumatismos graves o en la vasculitis
sistémica. [3]
Diversos estudios epidemiológicos han
mostrado que los niveles séricos de
PCR tienen valor predictivo para el
desarrollo de enfermedades y síndromes
cardiovasculares, reumáticas y otras
patologías. La relación existente entre
los niveles de PCR y el riesgo de
desarrollar eventos cardiovasculares ha
sido consistente entre estudios. Después
de un IAM, los niveles séricos de la
PCR se incrementan súbitamente,
observándose la extensión de la
necrosis. También se ha revelado que
PCR se deposita conjuntamente con
fracciones activadas del complemento
dentro de las zonas de infarto agudo,
contribuyendo ambas a la gravedad de
lesión isquémica. [1] Hay estudios que
sugieren que la PCR contribuye
directamente en la patogénesis,
progresión y complicación de la
enfermedad ateroesclerótica de manera
directa, ya que su concentración se
correlaciona con el grosor íntima-media
mediante la disfunción del endotelio
que facilita la activación, migración y el
alojamiento de los leucocitos en el
interior de la íntima arterial, induciendo
la formación de lesiones vasculares y
además relacionándose con el grado de
calcificación de las arterias coronarias.
[1, 7]
Se ha tomado en cuenta también
pacientes con artritis reumatoide (AR),
ya que la PCR como sabemos es
altamente sensible a condiciones
inflamatorias, además a diferencia de la
velocidad de sedimentación globular
(VSG) no se ve afectada por el género,
edad u otros factores como la presencia
de anemia o algunas proteínas del suero.
Agregado a esto, existen numerosos
estudios que le otorgan un rol pro-
aterogénico.
Se ha observado que las
concentraciones basales elevadas de
PCR son predictores de mortalidad
cardiovascular en pacientes con AR, en
especial valores mayores a 3 mg/L
sobre todo cuando existe FR positivo.
[8]
El vínculo entre la respuesta
inflamatoria y el predominio de
lipoproteínas de baja intensidad más
pro-aterogénicas así como la posible
estimación de marcadores del riesgo
coronario relacionados con el
metabolismo lipoproteico a partir de los
5. niveles séricos de PCR, C3 y C4
complemento en pacientes con Artritis
Reumatoide. [10]
Entonces la inflamación crónica con la
cual los pacientes con AR lleva consigo
a un proceso de ateroesclerosis
acelerada, lo que les otorga un mayor
riesgo cardiovascular que la población
general, un riesgo comparable al de los
pacientes con diabetes mellitus tipo 2,
ya que se ha visto variantes genéticas en
el gen de la PCR en pacientes con
diabetes mellitus tipo 2, que predice su
incidencia debido a que tienen elevados
los niveles de PCR. Así mismo, se
encuentra elevada la prevalencia de
hipertensión, síndrome metabólico (SM)
y obesidad por el aumento de las cifras
séricas de esta proteína. [8, 11] Por años
también se ha considerado que los
pacientes con LES presentaban mayor
tasa de enfermedad ateroesclerótica, ya
que ciertos pacientes presentaban un
perfil lipídico pro-aterogénico
secundario al uso de corticoides y
muchas veces al síndrome nefrótico
concomitante. También resulta
interesante encontrar que los pacientes
con LES presentan una tasa muy baja de
producción de PCR, indicando que en
enfermedades autoinmunes se reduce la
expresión de la misma. [7]
Existen otros factores que parecen
incrementar los niveles de PCR
circulante, como la enfermedad
periodontal, el tabaco, la fibrilación
auricular, el consumo de café y el
estrés. Por el contrario, se ha observado
una disminución de los niveles séricos
de PCR relacionada con la pérdida de
peso, la ingesta moderada de alcohol y
el ejercicio. [3]
La PCR como un marcador
pronóstico de varias enfermedades
Por mucho tiempo se ha intentado
utilizar la PCR como un marcador
pronóstico de ciertas complicaciones,
pero sigue siendo tema de discusión.
Como esta proteína es un marcador de
inflamación sistémico, siendo sensible
pero no específico, tiene un valor
predictivo asociándose al desarrollo de
enfermedades cardiovasculares, como
síndromes coronarios agudos, también
en eventos vasculares cerebrales,
enfermedad arterial periférica y muerte
súbita cardiaca, así como en otros
procesos infecciosos agudos graves y
crónicos.
En un estudio se realizó la medición de
ciertos biomarcadores de inflamación
6. como la PCR y el fibrinógeno en
pacientes considerados de riesgo
intermedio, en donde se inició terapia
de estatinas, que reducen la PCR,
independientemente del descenso del
cLDL, que da como resultado un mejor
pronóstico clínico cuanto más baja sea
la concentración de PCR alcanzado, y
sugiere que las enfermedades
cardiovasculares se evitarían en un
período aproximado de 10 años en los
pacientes que se han evaluado a tiempo
los niveles de PCR o fibrinógeno. Sin
embargo, también se realizaron análisis
exploratorios que sugieren que la
evaluación temprana de los niveles de
PCR puede mejorar el riesgo de dichas
enfermedades pero sólo en los hombres.
[9]
Otros estudios realizados en adultos han
sugerido también la utilidad de la PCR
como un predictor pronóstico en los que
se encuentran asociados entre la mayor
concentración de PCR al diagnóstico y
peor evolución de los pacientes. [6]
1) Mirete y cols en un estudio realizado
con adultos que padecían de neumonía
adquirida en la comunidad, sugiere que
la PCR puede tener utilidad en la
predicción de complicaciones pleurales.
En su estudio la concentración de PCR
en el momento del diagnóstico, es
mayor en el grupo de pacientes con
mayor riesgo de la clasificación de
FINE y en pacientes que con el tiempo
desarrollarán empiema. [12]
2) Lobo y cols confirman la relación
entre mayores concentraciones de PCR,
severidad de disfunción orgánica
múltiple y mortalidad, en una población
heterogénea de pacientes críticos
ingresados en una unidad de cuidados
intensivos (UCI). Estos autores
practican muestreo consecutivo de todos
los pacientes que ingresan en UCI por
cualquier motivo y permanecen
ingresados más de 48 horas. [13]
3) Memis y cols encuentran asociación
entre mayor concentración de PCR y
mayor mortalidad en pacientes con
sepsis. [14]
4) Cox y cols en un estudio sobre
manejo de infección en ancianos,
observan que los que fallecen tienen una
mediana de PCR significativamente
mayor que la de los supervivientes. [15]
5) Oberhuffer y cols en un estudio
realizado en pacientes con sepsis para
evaluar el pronóstico empleando
distintos marcadores de inflamación al
ingreso, observan que la PCR es mayor
7. en los pacientes que desarrollan
disfunción multiorgánica y en los que
fallecen. [16]
Conclusiones
La proteína C reactiva al ser una
proteína de fase aguda, tiene gran
diversidad de efectos pro-inflamatorios,
siendo altamente sensible pero no
específica a la respuesta inflamatoria y
al daño tisular. Su síntesis en las células
hepáticas y su expresión aumentada se
debe a la liberación de citosinas como la
IL-6, la IL-1 y el TNF-α en respuesta a
los procesos inflamatorios que se
presenten en nuestro organismo, y
exacerba a la lesión tisular en diferentes
patologías, ya que facilita al desarrollo
de enfermedades más graves, por lo que
debemos entender que la relación entre
la concentración circulante de la PCR
con la gravedad y progresión de una
enfermedad, nos permite distinguir que
no solo es un marcador sistémico de
inflamación, sino que también
contribuye a la patogénesis de muchas
enfermedades en las que participa
directamente la respuesta inmune
innata. Los niveles séricos se
incrementan dependiendo del grado de
enfermedad que posea el paciente
siendo leve en procesos inflamatorios
como la gingivitis, moderado en
complicaciones cardiovasculares como
el IAM, la inflamación de mucosas,
incluso en la mayoría de enfermedades
reumáticas; y graves en la sepsis o en
traumatismos severos. Por otro lado se
dice que su déficit se relaciona al
desarrollo de enfermedades
autoinmunes como él LES. Entonces
como la PCR es un marcador sistémico
de inflamación se la ha utilizado en
muchas veces para predecir el curso de
una enfermedad, sobre todo en ciertas
afectaciones coronarias, en la
ateroesclerosis y otras complicaciones
cardiovasculares y reumáticas.
8. Referencias bibliográficas
1) LM Amezcua-Guerra, RS del Villar,
Rafael BP. Proteína C reactiva: aspectos
cardiovasculares de una proteína de fase
aguda. Archivos de Cardiología de
México. 2007. Disponible en:
http://www.medigraphic.com/pdfs/archi
/ac-2007/ac071i.pdf
2) PCR-Látex. Prueba de aglutinación
en placa para la determinación de la
proteína C reactiva. Wiener lab. Rosario
– Argentina. 2000. Disponible en:
http://www.wiener-
lab.com.ar/VademecumDocumentos/Va
demecum%20espanol/pcr_latex_directo
_sp.pdf
3) MS del Villar, Rafael BP. Proteína C
reactiva: más que un marcador de
inflamación. Instituto Nacional de
Cardiología “Ignacio Chávez”. 2006.
Disponible en:
http://www.izt.uam.mx/newpage/contac
tos/anterior/n60ne/proteina.pdf
4) José Antonio Gómez Gerique. La
proteína C reactiva como marcador de
cualquier tipo de inflamación. Clínica e
Investigación en arterioesclerosis. 2006.
Disponible en:
http://www.elsevier.es/es-revista-
clinica-e-investigacion-arteriosclerosis-
15-articulo-la-proteina-c-reactiva-como-
13089495
5) Mariela Illescas, Eulalia Villa.
Determinación de la concentración de
interleucina 6 (il-6), proteína c reactiva
(pcr) y factor reumatoide (fr) en
pacientes diagnosticados de patologías
autoinmunes. Universidad de Cuenca.
2013. Disponible en:
http://dspace.ucuenca.edu.ec/bitstream/
123456789/4627/1/TESIS.pdf
6) María Carmen de MA. Utilidad de la
proteína C reactiva como marcador
pronóstico en niños con patología grave
infecciosa. Universidad Autónoma de
Barcelona. 2010. Disponible en:
http://ddd.uab.cat/pub/tesis/2011/hdl_10
803_42013/mcma1de1.pdf
7) YH Muñiz, ZM Guibert Toledano,
GA Reyes. Correlación de las cifras de
proteína C reactiva aterosclerosis en
pacientes con Lupus Eritematoso
Sistémico. Revista cubana de
reumatología. 2015. Disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S181
7-
59962015000200005&script=sci_arttext
&tlng=en
8) José Antonio de Jesús BG, Oscar
Alejandro GP, Marisol SM. Proteína C
9. reactiva como marcador de riesgo
cardiovascular en una cohorte en
pacientes con Artritis Reumatoide.
Revista cubana de Reumatología. 2016.
Disponible en:
http://revreumatologia.sld.cu/index.php/
reumatologia/article/view/486/pdf
9) The Emerging Risk Factors
Collaboration. C-reactive protein,
fibrinogen, and Cardiovascular Disease
Prediction. N Engl J Med. 2012.
Disponible en:
http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/N
EJMoa1107477#t=article
10) Dr. Ulises MC, Dr. José Antonio
RM, Dra. C. María Eugenia AB,
Marcadores de respuesta inflamatoria y
riesgo coronario en pacientes con
artritis reumatoide. Revista cubana de
Investigaciones Biomédicas. 2013.
Disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci
_arttext&pid=S0864-
03002013000300009
11) Guadalupe MV, Alberto Daniel
RM, Antonio de Jesús GS, Melissa RV,
Alicia Guadalupe GS, Jorge Iván GN,
Arnulfo Nava. Artritis reumatoide y
dislipidemias. México. 2013.
Disponible en:
http://www.medigraphic.com/pdfs/resid
ente/rr-2013/rr131c.pdf
12) Mirete C, Gutiérrez F, Masiá M,
Ramos JM, Hernández I, Soldán B.
Reactantes de fase aguda en la
neumonía adquirida en la comunidad.
Med Clin (Barc). 2004
13) Lobo SM, Lobo FR, Bota DP,
Lopes-Ferreira F, Soliman HM, Melot
C, et al. C-reactive protein levels
correlate with mortality and organ
failure in critically ill patients. Chest.
2003
14) Memis D. Gursoy O, Tasgodan M,
Süt N, Kurt I, Türe M, et al. High C-
reactive proteína and low colesterol
levels are prognostic markers of
survival in severe sepsis. J Clin Anesth.
2007
15) Cox ML, Rudd AG, Gallimore R,
Hudkinson HM, Pepys MB. Real time
measurement of C-reactive protein in
the management of infection in the
elderly. Age Ageing. 1986
16) Oberhuffer M, Volgelsang H,
Russwurm S, Hartong T, Reichart K.
Outcome prediction by traditional and
new markers of inflamation in patients
with sepsis. Clin Chem Lab Med. 1999