2. La profesión odontológica reconoció que no
podía limitarse a las obligaciones
profesionales para con el paciente individual,
sino que tenía una obligación de gran
significado respecto de las necesidades de
salud de la comunidad.
Pasó de ser una práctica individual para
asumir la defensa de la salud colectiva.
3. La condición médica del ejercicio de la
medicina y cirugía dental ha ganado espacio
en los currículos de odontología. Las
prácticas clínicas en medio hospitalario han
avanzado hasta constituir internados a
tiempo completo de un semestre o más de
duración.
Esta tendencia ha sido acogida en numerosas
facultades de odontología aunque no es fácil
contar con profesores identificados con lo
médico-quirúrgico hospitalario.
4. Los dentistas como profesionales liberales
reconocieron la necesidad de asociarse para
mejorar su prácticas.
Para ello formaron sociedades generales y
especializadas.
En El Perú la Academia de Estomatología (1929)
fue la primera organización científica de la
profesión
Luego se formaron tantas asociaciones como
especialidades tiene la profesión.
En todo caso, las especialidades necesitan
mantener una relación con el todo.
5. Más allá del interés por el perfeccionamiento
profesional , surgió el interés por mejorar la
atención colectiva que se ofrece en las
instituciones del ministerio de salud y de la
seguridad social .
Estamos frente a una superación como
gremio que defiende sus intereses, pero que
defiende también los intereses de salud de la
población.
6. Con referencia a los aspectos clínicos :
La profesión reconoció la importancia de los
Rayos X para el diagnóstico y tratamiento en
las distintas especialidades de la odontología
Sin embargo, a pesar de la experiencia
recogida a lo largo de los años, todavía se
practica exodoncia y otros actos quirúrgicos
sin la ayuda diagnóstica de la radiografía.
7. La profesión reconoció la enorme utilidad de
la anestesia local para evitar el dolor a los
pacientes durante los procedimientos
odontológicos y, sin embargo, todavía se
taladra dentina viva sin anestesia, se inyecta
sin utilizar anestesia tópica en las mucosas y
hasta se realizan exploraciones profundas y
aperturas camerales sin anestesia. Aún se
sigue utilizando el temido explorador para
detectar lesiones cariosas.
8. En las escuelas de odontología se adoptó la
utilización de practicas pre clínicas en
material inerte. Los fabricantes se
apresuraron a fabricar maniquís y otros
artilugios para que los alumnos se adiestren
antes de tratar a un paciente.
Esta práctica se tiene como gran adelanto a
pesar de reconocer que un maniquí es muy
diferente a un paciente. El alumno tiene
necesidad de readaptar lo aprendido si quiere
tener éxito en sus tratamientos.
9. Las facultades de odontología innovadoras han ido
descartando la utilización de maniquís de acuerdo con la
tendencia actual que recomienda un temprano contacto
con el paciente.
Una de nuestras facultades en Perú descartó desde su
fundación el uso de maniquís y demostró que el mejor
paciente para el aprendizaje de procedimientos simples es
el niño. Propició que el alumno tenga un pronto contacto
con el niño, eliminando la vieja tradición de dejar para el
término de la carrera su aprendizaje clínico.
Es tan grande la necesidad de atención en la población
infantil de los sectores pobres, que no tiene sentido hacer
restauraciones costosas en maniquís.
10. La profesión fue cambiando rápidamente y se
hizo una profesión predominantemente
femenina.
Y a pesar de ello todavía los varones
predominan en los cargos directivos de las
facultades de odontología, de las sociedades
científicas y del gremio.
Es tiempo de que las mujeres asuman la
posición que corresponde a su número,
calificación profesional y especial
sensibilidad humana.
11. La profesión reconoció que tiene un papel
legal como interlocutora entre las
necesidades de la salud de la población y los
poderes del Estado.
El ejercicio de este rol demanda que la
profesión asuma una posición en la política
pública y logre una capacidad interpretativa
de cara a los medios de comunicación.
12. La profesión reconoció el valor de la ayuda
de personal de colaboración como es el
conformado por asistentes dentales,
higienistas y técnicos de laboratorio.
Sin embargo, todavía se observa al
profesional cumpliendo todas las tareas que
demanda un consultorio, limpieza y
esterilización, cobranza, atención telefónica,
y tareas en el laboratorio.
13. La profesión y las facultades de odontología
reconocieron el valor de la prevención como
arma efectiva para reducir la prevalencia de las
infecciones de la boca. La aparición del efecto
protector del flúor y la importancia de las
técnicas de higiene, junto al control de las dietas
cariogénicas constituyeron aportes valiosos para
la prevención.
Sin embargo, las facultades y el ejercicio
profesional siguieron centrados en la reparación
del daño, descuidando la atención preventiva.
14. La profesión reconoció que el control
periódico era un recurso valioso para
mantener la salud bucal.
Sin embargo, los sistemas de recuerdo para
la concurrencia de los pacientes no
prosperaron. El profesional se contentó con la
llegada eventual de pacientes aquejados por
alguna nueva necesidad de atención.
15. Existe la percepción de que las distintas
formas de atención deben constituir un
esfuerzo integrado, de manera que el sistema
público y la práctica privada contribuyan al
bienestar de la población.
Ocurre, sin embargo, que los distintos
servicios públicos y privados actúan por su
cuenta en perjuicio de una atención
sistemática.
16. La profesión reconoce la importancia de los
medios de comunicación masiva, como son la
prensa, radio y televisión, pero no ha
desarrollado capacidad teórica y técnica para
utilizar estos medios en beneficio de la salud
general de la población, que al mismo
tiempo, revertiría en una mayor concurrencia
a los servicios públicos y privados
17. El gremio odontológico es consciente de la
mala distribución de odontólogos en las
distintas regiones y poblaciones de un
determinado país. Debería promover una
mejor legislación a fin de que la
remuneración de los profesionales debería
ser significativamente superior para quienes
prestan sus servicios en lugares alejados de
las grandes ciudades, especialmente en
aquellas del medio rural.
18. Como hemos constatado existe una brecha entre
los reconocimientos que la profesión odontológica
hace de las mejores condiciones del ejercicio
profesional en sus aspectos científico-tecnológicos
y sociales y los avances que se logran en la
práctica.
Las facultades de odontología y la profesión
organizada deben diseminar las mejores prácticas
en concordancia con los avances del conocimiento.
La confección de protocolos para sistematizar los procedimientos
clínicos contribuiría a mejorar la práctica profesional
Roberto J. Beltrán
Profesor Emérito. UPCH.
www.robertojbeltrán.com