El documento discute el crecimiento reciente de la industria cinematográfica colombiana pero también los desafíos que aún enfrenta. Aunque la calidad técnica y la producción de películas han mejorado, el cine colombiano sigue teniendo poca asistencia a las salas de cine y las películas nacionales solo duran una semana en cartelera en comparación con meses para las películas de Hollywood. El documento argumenta que se necesitan estrategias como salas alternas, cuotas de permanencia en pantalla para películas
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Ensayo futuro cine colombiano
1. Historia Del Cine Colombiano
Ensayo: El Futuro Del Cine Colombiano
Hace apenas veinte años, hablar de cine colombiano era referirse a un fantasma. Con dos o
tres estrenos anuales, una calidad técnica irregular y un público bastante apático, la actividad
cinematográfica en el país existía de milagro. Claro que hubo un par de moñonas de taquilla
aquí y allá, pero esas escasas producciones no bastaban para soñar con un verano taquillero.
Ahora que está terminando la primera década del siglo, el panorama ha cambiado de manera
significativa. En los últimos años el cine colombiano ha alcanzado un nivel técnico
satisfactorio, ha conseguido canales de exhibición y ha conquistado un buen número de
espectadores. Esos logros son factores necesarios para el éxito del sector, pero no son
condiciones suficientes; aunque ha dejado atrás los tropiezos básicos del pasado y hoy tiene
un gran potencial de expansión, aún debe superar obstáculos significativos para poder llegar
a ser una industria sostenible.
Esta claro que el cine colombiano ha venido creciendo. Las películas se hacen, se estimulan
en la producción, no obstante, un hecho visible es la falta de taquilla, es decir, de asistencia
a las salas cuando se estrena. Lo otro es un equilibrio entre mantenerla en cartelera así como
su promoción. Estamos llenos de Hollywood y películas como estas duran hasta tres meses,
pero una película nuestra una semana, cuando mucho seis.
El debate se encuentra en circulación. ¿Qué hacer? Más respaldos del Estado, sugieren;
contar con salas alternas; impulsar estrategias de atracción hacia el cine colombiano; otros
dicen que contar historias sólidas que el público las defienda; yo creo que hay que pensar en
alternativas, por ejemplo la de salas alternas que puedan ayudar a activar unos espacios
independientes, donde exista actividad y circulación del cine colombiano; también se deben
generar cuotas de permanencia en pantalla, como un tratamiento especial a la producción
nacional, algo equivalente a lo que existe con otros productos en el mercado.
Hay mecanismos en los cuales el Estado puede ayudar a la presencia de las películas
nacionales en pantalla, pero es importante que existan condiciones dignas para que las
películas estén frente a su público. El Estado debe generar acciones concretas, hace falta,
digamos, voluntad política para entender que si bien es cierto que ha habido una serie de
esfuerzos importantes para alimentar el proceso de escritura de guiones, de desarrollo de
proyectos, de producción, de postproducción, creo que la parte de la distribución está
relativamente abandonada, y es justo la parte más importante de la cadena, porque es el
momento en que es posible generar multiplicadores o réplicas para que la gente no siga
dependiendo de las ayudas del Estado para un próximo proyecto, sino que un proyecto genere
semillas multiplicadores de experiencias, que puedan consolidar una naciente industria donde
existan espacios de trabajo, que se multipliquen los espacios y las opciones de trabajo para
técnicos, actores, guionistas, etc.
2. Uno como estudiante de cine se forma para en un futuro contar algo, porque quiere transmitir
algo, porque es un pulso generado por la pasión en el contexto de un ámbito estético
expresivo, y solo un pulso tan intenso como ese, es el que permite que uno luche tanto tiempo
por un proyecto; De esta manera, el tamaño del mercado colombiano se ha convertido en la
principal restricción para la expansión del cine nacional. Con unos costos crecientes,
jalonados por las pujantes industrias de la televisión y la publicidad, la taquilla colombiana
sólo permite sacar adelante cintas de bajos presupuestos. Para que películas con costos
medios o altos tengan una probabilidad de éxito razonable, se requiere que tengan un mayor
acceso a los mercados externos mediante esquemas de coproducción que apenas se están
empezando a explorar, vamos a ver qué pasa, pero yo lo que veo es que si no hacemos una
reflexión en el contexto en que se mueve la distribución, el futuro del cine es incierto como
propuesta de industria cultural activa.
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