Importancias de los cromosomas en la transmisión de la información genética
1. Importancias de los cromosomas en la transmisión de la información
genética
La herencia genética es suministrada conjuntamente por los
progenitores; es decir, el genotipo del nuevo ser está constituido por el
aporte de ambos.
El macho aporta la herencia en los cromosomas del espermatozoide.
La hembra aporta su herencia en los cromosomas del óvulo.
La unión de espermatozoide y óvulo forma la célula huevo y dentro de
ésta se encuentran los cromosomas de ambos; estos cromosomas son
los que guardan la información de los caracteres hereditarios.
Los cromosomas son unos filamentos en los que se agrupan los genes,
formados por secuencias de ADN y ARN.
Un gen es una unidad de trasmisión hereditaria que determinará,
durante el desarrollo de un ser, la aparición o no de un determinado
carácter. Así, pues, los elementos que determinan las características a
heredar por un nuevo ser son los genes que están ubicados en los
cromosomas de la célula huevo.
En una célula, los cromosomas se agrupan por pares; en la célula huevo
(origen de todas las que tendrá el nuevo ser), cada par posee un
cromosoma de cada uno de los progenitores.
Los dos cromosomas que forman cada par son, generalmente,
morfológica e intrínsecamente similares, y los genes situados en ellos en
lugares homólogos, los llamados alelos o genes homólogos, son
responsables de una determinada característica a la hora del desarrollo
del nuevo ser.
Los genes alelos, entonces, son dos genes que ocupan el mismo lugar o
“locus” en un par de cromosomas homólogos, es decir, en un par de
cromosomas que tienen igual tamaño, forma y secuencia de genes.
También podemos decir que alelo es cada una de las variantes que
puede presentar una secuencia de ADN polimórfica.
Cuando en alguna característica hereditaria interviene no solo un gen
sino varios, que concurran en la trasmisión de este carácter, hablamos
de alelismo múltiple.
2. Trabajos científicos que contribuyeron al estudio de la teoría
cromosómica de la herencia
La teoría cromosómica ha sido modificada y utilizada por grandes
pensadores y científicos a través de varias décadas.
Todo comenzó cuando Mendel y Darwin propusieron sus primeros
esquemas relacionados con la evolución, en 1865. En este año fue
que Mendel propuso, aunque sin ninguna prueba concreta, que
las células contenían algún tipo de factor que era llevado de una
generación a la siguiente, mientras que por su parte, Darwin
propuso que los factores eran trasladados a través de las
"gémulas" (un término que el mismo acuñó), las que viajaban a
través de todas las partes de los organismos de las personas hacia
los órganos sexuales.
Luego, Walter Sutton tomó el trabajo desarrollado por Mendel y
observó que sus estudios sobre el comportamiento de los
cromosomas durante la división celular eran consistentes con
aquellos que había realizado Mendel; por lo que Sutton pudo
seguir investigando y desarrollando más su teoría, y creó la base
de lo que hoy es conocida como la teoría cromosómica de la
herencia. El que seguiría con la investigación sería el alemán
Walther Flemming, el que exploró más profundamente la división
celular, y acuñó el término "cromatina" (de hecho, lo que
Flemming descubrió, fue el cromosoma, pero no sería llamado así
hasta unos años después).
Unos años más tarde, el que haría un nuevo descubrimiento sería
Theodor Boveri, quien tomó los descubrimientos de Flemming y los
llevó aún más adelante, dando la primer evidencia de que los
cromosomas proveen la continuidad de genes entre las
generaciones. Luego de que Boveri haga un gran avance, el que
terminaría de cerrar el círculo de la teoría cromosómica de la
herencia, fue el mismo Walter Sutton, el cual, gracias a sus
investigaciones, pudo postular que todos los cromosomas tienen
una estructura estable (la cual llamó individualidad) que era
mantenida entre generaciones, y utilizó esta propiedad para
poder ser capaz de seguir el comportamiento de cromosomas
individuales a través de las diferentes etapas de la meiosis.
Thomas Hunt Morgan Recibió un Ph.D. en 1890 en la Universidad
John Hopkins. Morgan inició sus estudios en ratas y ratones, pero
éstos se reproducen tan despacio que no resultaban
convenientes para hacer estudios sobre herencia. Buscando un
organismo más apropiado, se decidió por Drosophila
melanogast er, la mosca de la fruta, debido a sus características:
es un organismo pequeño (3 mm), fácil de mantener en el
laboratorio (se pueden recoger un millar en una botella de cuarto
de litro), es fértil todo el año y muy prolífica (produce una
generación cada 12 días, o 30 generaciones al año). Además los
3. machos y las hembras se distinguen con facilidad, y el desarrollo
embrionario ocurre en el exterior, lo que facilita el estudio de
las mutaciones en el desarrollo. Por último, Drosophila tiene sólo 4
pares de cromosomas, todo lo cual le convierte en un organismo
muy apropiado para los estudios sobre herencia. Los estudios de
Morgan con Drosophila comenzaron en 1907. Inicialmente, su
intención era mantener varias generaciones, esperando que
apareciera un mutante ocasional, algo que Hugo de
Vriesacababa de observar en plantas. Sin embargo, después de
dos años manteniendo las moscas, sus esfuerzos permanecían
vanos.
Wilson y Stevens
En la mayoría de los manuales de biología o de genética, al tratar
el tema de la determinación del sexo se nombra a McClung por
su descubrimiento del “cromosoma accesorio” (1902), mientras el
descubrimiento e interpretación de los cromosomas sexuales se
atribuye a Wilson (1905), o bien a “Wilson y Stevens” (lo que lleva a
pensar, erróneamente, que trabajaban juntos); en algunos casos,
incluso, se atribuye el descubrimiento a Morgan. Aunque Wilson
realizó investigaciones semejantes a las de Stevens (ambos
publicaron en 1905 los trabajos en los que demostraban la
existencia de cromosomas sexuales en ciertos insectos),Wilson
propuso unas interpretaciones del papel de los cromosomas
sexuales muy alejadas de la teoría mendeliana. Pero Wilson tenía
una merecida fama como investigador y profesor y una dilatada
carrera científica a sus espaldas, y obtuvo por sus descubrimientos
un mayor reconocimiento que Stevens.