El documento define el TDAH como un trastorno de conducta que se manifiesta en la infancia a través de síntomas como hiperactividad, impulsividad y dificultad para mantener la atención. Existen tres subtipos principales dependiendo de los síntomas que predominen. Aunque se pensaba que desaparecía en la adolescencia, los estudios muestran que los síntomas persisten en muchos casos, especialmente la impulsividad y falta de atención. El documento proporciona recomendaciones para profesores sobre cómo identificar y ay
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TDAH: Definición, síntomas y recomendaciones
1. TDAH: Definición
El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) es un trastorno en el que
intervienen tanto factores genéticos como ambientales. El TDAH es un trastorno de conducta que
aparece en la infancia, y que se suele empezar a diagnosticar en torno a los 7 años de edad
aunque en algunos casos este diagnostico se puede realizar de una manera más precoz. Se
manifiesta como un aumento de la actividad física, impulsividad y dificultad para mantener la
atención en una actividad durante un periodo de tiempo continuado. Además de esto hay niños en
los que se observan a su vez problemas de autoestima debidos a los síntomas propios
del TDAH y que los padres no suelen asociar a dicho trastorno. A su vez, el TDAH se puede
asociar con frecuencia a otros problemas, y sus consecuencias se aprecian en distintos
ambientes de la vida del niño, no solo el escolar, sino que también afecta en gran medida a las
relaciones interpersonales tanto con la familia, como con otros niños y con sus educadores,
siendo estas interrelaciones clave en el desarrollo del niño.
Según la clasificación norteamericana de enfermedades psiquiátricas DSM-IV, no todas las
personas que padecen TDAH tienen el mismo cuadro clínico. En algunas de ellas predominan los
síntomas de TDAH de inatención, en otras los de hiperactividad e impulsividad, y en otras hay
problemas tanto atencionales como de hiperactividad e impulsividad (lo que se conoce
como TDAH combinado o mixto). Es decir, el TDAH se puede desglosar en varios subtipos,
dependiendo de qué grupo de síntomas predominen.
Estas variantes son conocidas como "subtipos del TDAH". De todos ellos el más frecuente es
el combinado, seguido del predominantemente hiperactivo-impulsivo. El subtipo
predominantemente inatento es el menos frecuente de ellos, y se da más en niñas que en niños,
frente a los otros cuadros clínicos que se detectan más en niños que en niñas. Es decir, debido a
que los síntomas de inatención son más sutiles, se detectan menos y provocan que el diagnóstico
de TDAH en niñas/adolescentes tarde más en realizarse o, en muchos casos, pase inadvertido.
Síntomas
Es posible que todos nosotros presentemos en algún momento síntomas similares a los del TDAH,
sin que tenga mayor importancia ni quiera decir que deba ser diagnosticado. Los especialistas sólo
diagnostican a un paciente de TDAH cuando son muchos los síntomas de TDAH, estos se presentan
frecuentemente, aparecen en distintos ambientes (es decir, no sólo en casa o sólo en el colegio) y no
son pasajeros, sino que se vienen arrastrando desde la primera infancia aunque haya alguna
excepción en la que se tarde más en detectar. Además, es necesario que estos síntomas de
TDAH causen de manera evidente problemas en el funcionamiento social, académico u ocupacional.
Síntomas de TDAH con hiperactividad-impulsividad:
• Presentainquietud, el niñose mueveenel asientoylescuestaestarenclase ensupupitre
•Se levantacuandodeberíaestarsentado
• Corre y saltaen situacionesinapropiadasespecialmente enlugaresenlosque debe esperar
• Tiene dificultad parajugartranquilamente
• Excitadoa menudo,"comounamoto"
• Hablaexcesivamenteytambiénlo hace ensituacionesque nodebe
• Responde antesde que finalice lapregunta
• Tiene dificultadparaguardarel turno enactividadesde grupo
• Interrumpe aotrosenlos juegos,conversaciones,etc
Síntomas de TDAH con falta de atención:
2. • Noatiende alosdetalles,comete errores
• tiene dificultadparamantenerlaatención enlasactividadesque estárealizando
• Parece que noescucha“ensimismamiento”
• Nosigue instrucciones,noterminalastareas
• Tiene dificultadparaorganizarse
• Evitatareasque requierenesfuerzode concentracióncontinuado
• Olvidaypierde cosasnecesariasparasuactividad
• Se distrae fácilmenteconestímulosexternos
• Se olvidade lastareasdiarias
Ademásdebemosde tenerencuentaque se puedenpresentar síntomasde TDAH combinado,esdecir,
de hiperactividad-impulsividadyde faltade atención.Enresumen,los síntomasde TDAH tienenque ser
múltiples,endiversosámbitosyque suponganunapérdidade funcionalidadde lapersonaparaque se
puedarealizarundiagnósticode TDAH.
Tdah en la adolescencia
Aunque durante muchos años se pensaba que el TDAH desaparecía con la adolescencia, los datos que
han mostrado los estudios más recientes realizados sobre este tema, muestran una realidad bien
distinta: el TDAH en adultos o adolescentes también existe. Según algunos estudios, hasta un 30-80%
de los niños diagnosticados continúan teniendo síntomas en la adolescencia, y más del 50%
tienen TDAH cuando son adolescentes o adultos. En estos casos la "hiperactividad", entendida como
exceso de movimiento, no suele ser muy evidente (de ahí la idea tan difundida de su desaparición). Los
síntomas que suelen mantenerse pasada la adolescencia son, sobre todo, los relacionados con la
impulsividad o el déficit de atención.
Una persona "impulsiva" tiene más probabilidades de implicarse en "conductas de riesgo". Si un día,
en una discoteca por ejemplo, un amigo invita a otro a "probar una nueva pastilla", las posibilidades
de que el segundo acepte son mucho más altas si su funcionamiento es impulsivo, que si es
reflexivo, siendo la primera una conducta habitual en el TDAH en adolescentes y adultos. El
"párate y piensa", sin un entrenamiento adecuado, es francamente difícil para un adolescente con
TDAH. De hecho, es sabido que los niños con este trastorno, sin tratamiento, al llegar a la
adolescencia "experimentan" más con las drogas que aquellos sin TDAH, y que muchos de éstos
acaban desarrollando trastornos de abuso y dependencia de sustancias tóxicas asociados al TDAH
en adolescentes y adultos. De la misma manera pueden tomar decisiones precipitadas en las
relaciones de pareja, conduciendo su moto o bicicleta, al iniciarse en el mercado laboral, etc.
No hay que olvidar las repercusiones del déficit de atención del TDAH en los
adolescentes/adultos. Un adolescente con dificultades para mantener la atención, si no ha seguido
tratamiento, con mucha probabilidad habrá fracasado en los estudios aún siendo notablemente
inteligente. Este fracaso, que siempre lleva asociado críticas, "sermones" y reflexiones de los
adultos, contribuirá a disminuir todavía más su autoestima (no hemos de olvidar que la adolescencia
es el periodo de la vida en el que la autoestima está más baja y que es un síntoma destacado en
el TDAH en los adolescentes y adultos).
Recomendaciones
3. Dada la frecuencia del trastorno de TDAH los profesores deben estar familiarizados con el tipo de
dificultades que generan en el aula estos niños, para saber identificarlos a tiempo y poner en marcha los
mecanismos necesarios para ayudarles.
Las retahílas típicas que acompañan la valoración que padres y profesores hacen de estos niños
incluyen comentarios como:
"Llega tarde, tiene dificultad en hacer planes, parece que no escucha, está en las nubes, no se puede
concentrar, salta de tarea en tarea, deja las cosas a medias, no termina los trabajos, comete errores por
no prestar atención en los detalles, se olvida de las instrucciones, se distrae con facilidad, es
desorganizado, evita tareas que requieren esfuerzo mental, no siempre encuentra lo que buscan, rompe
cosas, pierde cosas, es inquieto, se mueve todo el rato, se aburre con facilidad, no se mantiene sentado
durante mucho tiempo, tiene dificultad para divertirse en silencio, a menuda tararea, interrumpe la clase,
habla y actúa a menudo sin pensar, ve las consecuencias de sus actos cuando es tarde, es irritable,
necesita supervisión constante, discute y contesta, responde de forma impulsiva, sus esfuerzos se
frustran fácilmente, no sabe perder, siempre quiere ganar, se pelea por cualquier cosa, no sabe esperar
su turno, a veces es rechazado por sus compañeros, exige inmediata satisfacción a sus demandas, tiene
poca tolerancia con la frustración, está a la defensiva a menudo".
Muchos profesores también se dan cuenta de la baja autoestima de estos niños, provocada por
constantes fracasos, ansiedad, problemas de conducta social y problemas de inadaptación.
PERO NO TODO ES NEGATIVO: los niños con DAH puedes ser muy espontáneos, mas divertidos que
otros niños, muy cariñosos, optimistas, inteligentes, curiosos, honestos (dicen lo que piensan),
imaginativos y muy creativos, colaboradores, ambiciosos, apasionados, aventureros, sensibles,
extrovertidos, intuitivos, persistentes y un sin fin de adjetivos positivos más. Tienen mucha energía, una
gran memoria, aunque no se acuerden donde se han dejado los libros de texto, pueden perdonar
fácilmente, pueden hacer muchas cosas al mismo tiempo, pueden crear orden del caos, pueden pensar
soluciones ocurrentes para resolver problemas, siempre están dispuestos a ayudar y hacer nuevos
amigos, se llevan bien con los adultos, les gusta arriesgar y probar cosas nuevas, no son conformistas.
Lo primero que hay que recordar y tener muy en cuenta de los niños con TDAH: es muy distinto que no
quieran a que no puedan.
Tiene que haber una relación positiva entre el alumno y el profesor, sólo así será posible una notable
mejoría académica y social del niño. El no tener la disposición para conseguir esto hace que
automáticamente se vaya generando un círculo vicioso con continuos castigos, desmotivación,
incomprensión, etc.
Necesitan más que ningún otro niño apoyos positivos, elogios y ánimos.
Juegan con objetos, se mueven etc..Mejor pasar junto a él, quitarle el objeto con el que juega con una
sonrisa o simplemente tocarle la mano para que pare, o hacerle otra señal, que ridiculizarle delante de
sus compañeros. Mejor un gesto para que toda la clase no sea consciente. Avergonzando al niño o
poniéndole en un aprieto delante de la clase solamente le harán sentir resentimiento y hostilidad, porque
estos niños tienden a reaccionar mal cuando se les critica.
4. Respuestas a sus tareas como: “Bien, pero lo puedes hacer mejor` no son adecuadas para un niño con
TDAH. Ellos buscan y esperan elogios porque se han esforzado en esa tarea, y este tipo de respuestas
aunque empiezan por un adverbio positivo acaba con una descalificación, con lo cual el niño se queda
con que al profesor no le ha gustado su trabajo. Es mejor decir lo mismo con frases solo positivas como:
´ Bien, si sigues así lo bordas`.
Es para ellos un tanto difícil prestar atención a 2 estímulos a la vez, como por ejemplo: seguir lo que dice
el profesor y tomar notas a la vez. Evitar sobre todo dictar las preguntas de un examen.
Pierden u olvidan cosas necesarias para sus tareas escolares, como el cuaderno donde estuvo haciendo
sus tareas. Intentar evitar hacerle reproches al respecto en público. Prefieren que le digan las cosas a
solas. Tampoco hagan alusiones a su condición de TDAH. Es posible que no quiera que transcienda y
que se rían de él.
Háganle participar en clase, sobre todo cuando levanta la mano. Para ellos es más importante que para
los demás que alguien les preste atención, cuando levantan la mano sólo quieren que sepan que han
trabajado, que han estudiado. Les gusta que se lo reconozcan. No se olviden de reforzar la conducta del
niño porque se está portando como debe, es más, para llegar a portarse como se debe él está haciendo
un mayor esfuerzo.
Hagan que se ilusionen en sus asignaturas.
Siéntenle en las primeras filas, pero no solo, cerca del pupitre del profesor, o en cualquier sitio donde
estén ustedes la mayor parte del tiempo. También es bueno que pueda tener como referencia a algún
compañero que haga las cosas adecuadamente, que esté dentro de su campo visual. Así podrá ver qué
libro o ejercicio hay que sacar en cada momento, si apunta algo en la agenda, etc.
Colóquenle con compañeros que sean buenos estudiantes y en que se pueda apoyar para tener sus
tareas completas y a tiempo, y de los que pueda completar apuntes que no haya podido tomar.
Muestren interés cuando está trabajando correctamente en su mesa. Acérquense a su sitio, obsérvenle y
anímenle a que siga trabajando.
Utilizar la disposición tradicional de pupitre individual mirando hacia el profesor y no mesas con varios
niños, corrillos, etc.
Permitir cierta libertad de movimientos, con rupturas de ritmo, actividades dirigidas a un cierto cambio de
postura, o mediante pequeñas tareas o responsabilidades, facilita una descarga física adaptativa y evita
otros movimientos más disruptivos: ej. pedirle que vaya a por material, que borre la pizarra, etc.
Para facilitar las transiciones ayuda marcar el principio y el final de cada actividad a base de hacer
rutinas asociadas a los cambios, como una determinada música, una campanada o una señal visual.
Planificar las asignaturas que necesitan más concentración hacia las primeras horas de la mañana,
cuando la capacidad atencional es mejor y alternar asignaturas fáciles y difíciles
Más que modificaciones en el aula, lo que se pide a los profesores son segun dos en cada una de sus
asignaturas, el tiempo necesario para supervisar, repetir, recordar, prevenir, animar, incentivar, premiar,
aprobar, alimentar, y fundamentalmente:
"Mirar a los ojos, y estimular"
5. Cualquier niño que esté motivado tiene ganas de aprender, y esto sirve para todos los niños, tengan o no
DAH.
No sirve de nada mandar muchas tareas para casa. Los niños hiperactivos no deben tener más carga de
trabajo que los otros en casa. Además, tardan más tiempo en hacer lo mismo que otros.
Necesitan aprender y practicar técnicas de estudio más que insistir en los conceptos; no suelen tener
dificultad en comprender éstos.
Aportar y enseñar a utilizar, y practicarlo hasta su automatización, muchos elementos de organización:
carpetas clasificadoras, calendarios, agendas, recordatorios visuales, listas, etc. En general, utilizar
material muy estructurado y un aprendizaje programado
Respetar el tiempo fuera de la escuela como un tiempo necesario para otras actividades, sean
educativas directamente, en forma de aprendizaje de otras materias no contempladas en el curriculum
académico, sea para actividades de ocio, eventos familiares, etc. Para ello sería necesaria una
planificación desde el colegio de las tareas que se va a pedir a los niños que realicen fuera del colegio
con una cierta anticipación, para que las familias puedan organizarse el tiempo de deberes en casa
conjugándolo con el resto de la vida cotidiana.
Insistir en la coordinación casa-colegio
Concretar lo máximo posible los problemas, hacerlos físicos, materiales, más que abstractos
Dividir las tareas en pasos pequeños
Para paliar su problema con el manejo del tiempo el uso de referentes temporales como relojes,
calendarios, etc., ayuda mucho
Los refuerzos materiales, inmediatos, son muy útiles
Supervísele de forma especial durante los exámenes ayudándole a controlar el tiempo del que disponen
y peguntándole si comprenden las preguntas. Los niños con DAH tienen un pobre concepto del tiempo, y
muchas veces emplean demasiado para completar una tarea dejando otra sin terminar.
No les den mucho volumen de trabajo o muchos deberes al mismo tiempo. Planifíquenselo o divídanselo
en tareas más pequeñas.
Estudian y obtienen información, pero no la procesan de forma ordenada, lo cual les lleva a perder
detalles de esa información obtenida, quedándose incluso en muchas ocasiones con la mente en blanco.
Simplemente una frase que no les aparezca ahí puede hacerles perder toda la secuencia en la que se
encontraba centrado. Esto hace que a la hora de los exámenes, sobre todo en los escritos, presenten
tantos errores. No piensen que no han estudiado ni lo han preparado suficientemente, él seguro que
sabe más de lo que demuestra. Asegúrense de ello durante las evaluaciones y no le evalúen solo por lo
que demuestre en un examen o dos. Enséñenle los exámenes y háganle saber cuáles han sido los
errores, u envíen los exámenes a casa corregidos, para revisarlo con su tutor o los padres.
6. Su condición de DAH hace que les lleve más tiempo que a los demás niños realizar algunos tipos de
examen, sobre todo los escritos. Con más tiempo, y menos presión, pueden dar grandes sorpresas de
conocimiento. Si es posible, denles mas tiempo en los exámenes.
Alrededor de un 3% de la población es hiperactiva y un 13 % inatenta.
Todas las personas somos diferentes. Según parece deducirse de los estudios realizados en los últimos
años, los niños hiperactivos tienen alguna parte del cerebro que funciona de manera distinta a la
mayoría. Esta diferencia no constituye en sí una enfermedad, como tradicionalmente se entiende este
término; sencillamente el cerebro funciona de otro modo y esto conlleva en las personas hiperactivas la
necesidad de moverse con cierta frecuencia, además, de tener que cambiar el foco de su atención cada
poco tiempo.
Suele decirse también que las personas hiperactivas son muy impulsivas, pero en parte se trata de la
misma dificultad para mantener la atención: bien sea para realizar tareas motrices largas, bien para
realizar tareas cognitivas largas. Los niños hiperactivos reflexionan perfectamente. La motivación y la
alerta hacen que puedan controlar los impulsos mucho mejor.
En la niñez el TDAH es un factor de riesgo para el fracaso escolar. En la adultez la condición de DAH,
bien vehiculizada, puede ser un elemento de progreso social y laboral. Los hiperactivos suelen ser muy
apreciados por su alto nivel de trabajo.
Existen algunos medicamentos que ayudan al niño con DAH a mantenerse más atento y quieto, lo que
redunda en su beneficio, al permitirle aprender, pero no pueden considerarse ´medicamentos que curan`.
No resuelven un defecto de base, una herida o lesión. Son más bien una prótesis que en algunos casos
permiten un desarrollo mejor.
No todos los niños hiperactivos necesitan medicación. En niños pequeños, con un trastorno no grave, las
medidas ambientales, pedagógicas y educativas pueden ser suficientes para que el funcionamiento del
niño sea satisfactorio. La medicación no es un recurso para mejorar las notas, para que el niño esté
quieto o para convertir al niño hiperactivo en un niño estándar. Debe ser una herramienta para poder
permitir un adecuado aprendizaje, para poder poner en marcha otras medidas pedagógicas y que éstas
sean útiles.
Los medicamentos deben ser prescritos por un psiquiatra o neurólogo especializado en la atención a
niños, con un seguimiento frecuente y cuidadoso en cuanto a las dosis, frecuencia de toma, efectos
secundarios. Hay muchos tipos de medicación, algunas son eficaces en un momento de la vida y no en
otro, cada niño responde de una manera diferente a las distintas clases de medicación.