El documento analiza la obra cinematográfica de Terrence Malick, conocido por sus películas que exploran las profundas emociones y relaciones humanas de forma poética. Resalta que El árbol de la vida profundiza sobre las relaciones familiares, especialmente entre un padre ambicioso y su hijo, y recibió la Palma de Oro en Cannes a pesar de las críticas divididas. También discute la interpretación de Sean Penn en la película y su desacuerdo con el estilo narrativo complejo de Malick.
2. El estilo narrativo que Terrence Malick lleva a sus obras, las convierte en atípicas y
majestuosas representaciones del pensamiento humano. No prescinde de evocar a los
cielos cuando sus protagonistas se hayan bajo presión, ni los convierte en oradores de
reflexiones freudianas; los dota de una humanidad trascendental, que comienza a
surgir cuando emergen de un vacío emocional.
Cada una de sus películas se convierten en lienzos sobre los cuales sangran sus
protagonistas, ya sea por decisiones o actos que decaen en la perdición, o por dejar de
diferenciar la realidad de la imaginación, donde todo se plantea bajo ningún pretexto.
Martin Sheen simbolizó este tétrico canon en la ópera prima del director texano,
Malas Tierras, reflejando como el sueño americano se podía convertir en el caos
moral que nos planteó la interpretacion de James Dean en Rebelde sin Causa.
Jim Caviezel también representó la autocrítica moral en una de las cintas más
elogiadas del director, La Delgada Línea Roja. Supuso convertir una película bélica
en un profundo verso sobre las intrigantes dudas existenciales de sus combatientes,
así como representar la vida y la muerte como sencillas muestras del avance de los
tiempos.
Además, el director emplea una fotografía exuberante que suele inspirar la
sensaciones que los personajes comienzan a transmitir, o las representa mediante
inmensidades terrenales, en las que éstos se sumergen hasta redimirse de sus
acciones, o reflexionar sobre las mismas
El árbol de la vida profundiza sobre las relaciones paternofiliales, aquellas donde la
existencia humana no constituye la sencillez que plasmó anteriormente, haciendo
especial hincapié en las exigencias de un padre ambicioso, que tiende a convertirse
en la figura temida por el hijo, así como en las caricias mentales que la madre es
capaz de aportar mientras este sentimiento les rodea.
Las esperanzas del director para que su cinta fuese premiada en Cannes debieron ser
escasas; su cine, aunque elogiado por la crítica, en algunos momentos es considerado
exasperante hasta el punto de no mantener continuidad alguna.. Además de no contar
con un apoyo unánime, una de las favoritas del festival fue Melacholia, un llanto al
mundo real por la cual Kirsten Dunst pudo obtener el Premio a la mejor
interpretación femenina. Rompiendo las expectativas de la prensa, El árbol de la vida
consiguió la Palma de Oro, convirtiéndola en una de las cintas más esperadas del
año. Sin embargo, tras este triunfo, la obra de Terrence Malick ha sufrido las
subjetivas críticas de su co-protagonista, Sean Penn. Aquel que consiguió evocar la
pérdida de su hija en Mystic River, confesó no entender su presencia en el film,
tachando su narración de extremadamente compleja, la cual podría haberse suavizado
para perfilar su personaje con más dinamismo. El actor declaró que la emoción que
sintió al leer el guión perdió toda su esencia al trasladarse a la gran pantalla,
acabando así, con la posibilidad de volver a trabajar con Terrence Malick.
La labor interpretativa del actor californiano suele conformar la soledad adquirida,
donde su faz es capaz de reflejar las emociones de un ser descontento, con las
necesidades de evadir sus sentimientos de alguna manera, tal y como mostró
defendiendo el derecho a vivir con su hija en Yo soy Sam, o de vengar la brutal
pérdida de la misma en Mystic River. En todas y cada una de sus películas logra
dibujar personalidades firmes, atadas a típicos complejos sentimentales, donde
3. consigue aplicar una compleja naturalidad que aporta una gran peso sobre la película.
Terrence Malick evoca a la esperanza en todas sus cintas, así como a la redención y a
la perdición, y tiende a crear mundos paralelos sobre los cuales sus personajes
recrean sus actos hasta dotarlos de realismo, generando así, la fuerza que les impulsa
a cometerlos, creando un sentimiento mucho más humano que no busca una reflexión
moral, sino la liberación de si mismo.