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Apuntes Gilgamesh
1. Literatura Universal
Unidad 1
APUNTES SOBRE EL POEMA DE GILGAMESH
Su origen sumario se remonta al tercer milenio a. C. La primera redacción que ha llegado a nuestras
manos de esta epopeya data, aproximadamente, del 2000 a. C., aunque de ella no quedan sino
fragmentos inconexos. La copia más extensa, escrita en lengua asirio-babilónica, se conserva en las
doce tablillas de arcilla que se encontraron en la biblioteca del rey Asubanipal.
Argumento del Poema de Gilgamesh:
Gilgamesh fue un rey déspota que gobernaba la ciudad babilonia de
Uruk. Este oprimía de tal modo a su pueblo, que los dioses enviaron a
Enkidu, hombre salvaje, despida y cruel, para retarlo en una lucha atroz.
Acabada esta sin un claro vencedor, ambos se hicieron grandes amigos.
Juntos emprenden un viaje y protagonizan numerosas aventuras.
Cuando ambos regresan a Uruk, la diosa Ishtar declara su amor a
Gilgamesh, que la rechaza. Despechada, envía al Toro del Cielo a
destruir la ciudad. Los dos amigos dan muerte a la bestia y, por ello, los
dioses castigan a morir a Enkidu.
Tras la muerte de su amigo, muy afectado, Gilgamesh visita al sabio
Utnapishtim para que le descubra el secreto de la inmortalidad. Es
entonces cuando el sabio le narra un episodio en el que ocurre una
inundación de enormes dimensiones. Utnapishtim, reticente, también le
revela que la planta que le otorgará la inmortalidad se encuentra en las
profundidades del mar. Gilgamesh se sumerge en su búsqueda y la
coge, pero una serpiente lo ataca y se la roba. Desolado, el héroe
regresa a su ciudad, donde acabará sus días.
Estructura de la obra:
Como se puede deducir del argumento, podemos distinguir dos partes en el Poema:
1. La primera parte gira en torno a la pareja Gilgamesh-Enkidu, en la que se simboliza la lucha entre
dos cualidades que conviven en el hombre: lo salvaje y lo civilizado. A pesar de todo, triunfa la
segunda, reflejada en la amistad de ambos.
2. A través de la muerte del amigo, el héroe toma conciencia de su condición mortal, lo que le
produce un rechazo inmediato y la necesidad irreprimible d e conseguir la inmortalidad. A esto le
seguirá la frustración de no lograrlo y aceptar su circunstancia, retirándose a Uruk.
Influencias en la literatura posterior
a) Interactuación entre héroes y dioses, como ocurre en la Biblia, mitologías griega y romana, etc.
b) La lucha de un héroe contra un gigante o un animal fabuloso. Gilgamesh se enfrenta con Enkidu al
gigante Khumbaba. Más tarde, Enkidu vence al Toro Celeste.
c) Gilgamesh, al igual que los héroes mitológicos griegos y romanos, debe superar una serie de
pruebas para conseguir sus objetivos. Un ejemplo sería la figura de Heracles.
d) La descripción del inframundo. Poco antes de morir, Enkidu visita en sueños el mundo de los
muertos, como harán los héroes grecolatinos Ulises, Orfeo y Eneas.
e) El personaje de Utnapishtim, primera versión del personaje de Noé, protagonista del Diluvio
Universal.
f) La búsqueda de inmortalidad por parte del héroe será explotada por literaturas posteriores.
Recordemos, entre otros, a Alejandro Magno, héroe que se niega a reconocer su condición moral,
protagonista de muchos textos antiguos y medievales (El libro de Aleixandre, diferentes enxiemplos,
etc.) o personajes modernos como Fausto, de Goethe, o Dorian Gray, de Oscar Wilde.
g) El viaje y las aventuras de Gilgamesh y su contrapunto Enkidu, que encontramos, entre otros textos,
en las novelas de caballerías (El Quijote, por ejemplo).
h) La idea de que el hombre es un “ser para la muerte”, motivo que se desarrollará en la Edad Media, el
Barroco o en el existencialismo del S. XX.
2. Literatura Universal
Unidad 1
FRAGMENTOS DEL POEMA DE GILGAMESH
Tablilla VI
Acabada la misión, GIlmaesh lavó sus cabellos, después se soltó su cabellera sobre su espalda, arrojó sus vestidos y se puso otros limpios,
se envolvió con un manto que ciñó con un cinturón, Ishtar, diosa del amor, quedó fascinada por la belleza de Gilgamesh y le dijo:
—Ven, Gilgamesh, sé mi esposo, te daré un carro de oro y piedras preciosas, entra en nuestra casa, donde los sacerdotes te besarán los pies,
anti ti se arrodillarán los reyes, los nobles y príncipes, y te aportarán como tributo los productos de la montaña y del pais.Tus cabras parirán
crías triples, tus ovejas mellizos, tus caballos tendrán más fuerza, tus bueyes no tendrán rival.
Gilgamesh tomó la palabra y dijo a la diosa Ishtar:
—¿Cómo podría yo casarme conotigo? ¿Debería mantenerte con manjares propios de dioses? ¿Tendría que apagar tu sed con bebidas
propias de la divinidad? ¡Ah! Una brecha se abriría entre nosotros si te tomo en matrimonio, no eres más que un brasero que se apaga con
el hielo, un elefante que arroja su montura a tierra. ¿A quién de tus amantes le has permanecido siempre fiel? Si tú me amaras, ¡me
tratarías como a ellos!
Cuando Ishtar hubo oído estas palabras ,se enfureció y ascendió a los cielos, se presentó llorando ante el dios Anu, su padre, y dejó correr
sus lágrimas ante Aruru, su madre:
—Padre mío, Gilgamesh me ha llenado de insultos, de injurias, murmuraciones e infamias. ¡Padre mío, te lo ruego, manda al Toro Celeste
para que mate a Gilgamesh! Si no mandas al Toro Celeste bajaré a las regiones del Mundo Inferior y haré subir a los muertos para que
devoren a los vivos.
Anu hizo venir al Toro Celeste, y cuando llegó a Uruk, comenzó a pisotear las cosechas y secó los ríos. Con el primer resoplido, abrió una
fosa en la que cayeron cien hombres de Uruk.Al segundo y tercer resoplidos, ¡cayeron doscientos, trescientos hombres de Uruk!
Enkidu dijo entonces a Gilgamesh:
—Amigo mío, nosotros hemos vencido en el Bosque de los Cedros, ¿cómo actuaremos ahora frente a este nuevo peligro?
—Amigo mío, —dijo Gilgamesh—, nuestras fuerzas serán suficientes para matar al Toro.
—Yo, —dijo Enkidu— lo voy a entretener, lo cogeré por la cola y lo retendré fuertemente con mis manos; tú te situarás por delante y lo herirás
de muerte con tu puñal.
Así lo hicieron, y Gilgamesh, valeroso y fuerte, golpeó al Toro Celeste, e hincó su puñal.Tras matarlo, le arrancaron el corazón y lo ofrecieron
a los dioses.
Ishtar, subida en la muralla, moviéndose desesperada, empezó a lamentarse:
—¡Ah! ¡Gilgamesh me ha humillado matando al Toro Celeste!
Cuando Enkidu oyó estas palabras de Ishtar, arrancó una pata del toro y se la arrojó en la cara.
—En cuanto a ti —dijo—, si te hubiera atrapado, te habría tratado como a él y habría colgado sus intestinos en tus brazos.
Tablilla X
Siduri, la tabernera, que habita en la orilla del mar, residía allí sobre un trono […]. Gilgamesh, después de haber vacilado, se dirigió a ella.
Iba vestido con una simple piel de animal, había en su cuerpo carne divina, pero la angustia había entrado en sus entrañas. Su aspecto era
como el del que ha hecho un largo viaje. […]
—Tabernera, si mis mejillas están demacradas, mi rostro abatido, si mi corazón está dolido y mis rasgos demudados, si la angustia ha
entrado en mis entrañas, si mi aspecto es como el del que ha hecho un largo viaje, y mi cara está curtida por el frío y el calor, si, afrontando
las ráfagas de viento, ando vagando por la estepa, es por miedo a la muerte por lo que yo recorro la estepa. Lo que ha ocurrido a mi amigo
me obsesiona, lo que ha ocurrido a Enkidu, mi amigo, me obsesiona.A través de un largo camino recorro la estepa, ¿cómo callarme?,
¿cómo guardar silencio? Mi amigo, al que yo amaba, ahora es como el barro. Enkidu, mi amigo, al que yo amaba, ahora es como el barro.
¿No iré, como él, a acostarme para no levantarme nunca más? […] Enkidu, al que yo amaba entrañablemente, que conmigo había
franqueado tantos obstáculos, se ha ido al destino del hombre. […] Desde que partió yo he buscado en vano la Vida, no ceso de errar
como un bandido a través de la estepa.
La tabernera respondió así a Gilgamesh:
—Gilgamesh, ¿por qué vagas de un lado para otro? La vida que persigues no la encontrarás jamás. Cuando los dioses crearon la
humanidad, asignaron la muerte para esa humanidad, pero ellos guardaron entre sus manos la vida. En cuanto a ti, Gilgamesh, llena tu
vientre, vive alegre día y noche, haz fiesta cada día, danza y canta día y noche, que tus vestidos sean inmaculados, lávate la cabeza, báñate,
atiende al niño que te tome de la mano, deleita a tu mujer, abrazada contra ti. Esa es la única perspectiva de la humanidad.