1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
I.U.P “Santiago Mariño”
Facultad de Arquitectura
Historia de la Arquitectura II
Barcelona - Anzoátegui
Bachiller:
MARCANO Stefany
C.I V-27823547
Profesora:
Maigualida Mendoza
Barcelona, 24 de julio del 2020
Arquitectura del
Barroco
2. La arquitectura barroca se introduce en España a finales del siglo
XVI y se desarrolla durante gran parte del siglo XVII de manera
más contenida y austera que la italiana, sobre todo por el éxito de
la arquitectura herreriana.
Se construyen edificios con materiales pobres y de aspecto
sombrío. Los centros principales en que se desarrolla el barroco
son Madrid, Sevilla, Valencia, Toledo y Valladolid.
En este período de comienzos del siglo XVII destaca Juan Gómez
de Mora que trabaja en la corte de los Austrias, que es el arquitecto
de la Plaza Mayor, Ayuntamiento, Monasterio de la Encarnación
y la cárcel de la Corte de Madrid y el Colegio de los Jesuitas en
Salamanca.
Alonso Carbonell diseña el Palacio del Buen Retiro y sus jardines.
Jorge Manuel Theotocópulos, hijo de El Greco, dirigía las obras
del Ayuntamiento de Toledo. Otros arquitectos de la época son
Francisco de Mora, Juan de Nantes, Giovanni Battista Crescenzi,
Francisco Bautista, etc
3. • La temática será, por tanto, decididamente religiosa y fiel
a las consignas propagandísticas de la Iglesia.
• El arte será utilizado como argumento de convicción y
persuasión del poder católico, ya sea civil o religioso.
• El arte se dirige, sobre todo, a la sensación, a lo emocional
antes que a la razón. Destaca por su intenso patetismo.
• La inacabada centralización política del siglo XVII
favorecerá el desarrollo de variedades D. Miguel de
regionales, aunque siempre dentro del marco Cervantes
estético y del espíritu barroco.
• Gran influencia del periodo anterior en un primer momento
• Riqueza ornamental: cubre las fachadas y los interiores
• Dinamismo: en las fachadas, ritmos de subida- bajada
Características
4. • Se mantienen los esquemas fundamentales del edificio en lo
constructivo derivados de las formas herrerianas.
• Alternancia de piedra y ladrillo en los paramentos (rojo-gris)
• Tejados de pizarra, buhardillas, torres cuadradas, chapiteles,
bolas.
• Escasa decoración accesoria: escudos, frontones
• Sobriedad pero menos que el herreriano renacentista
• Las construcciones se articulan en tres pisos, sobre un cuerpo
porticado de arcos de mediopunto, combinados con dintel.
• No hay grandes atrevimientos en la modificación de las plantas
de los edificios, por lo que los espacios internos Las plantas
centralizadas y ovales apenas se utilizan en España. Los
materiales que se emplean se caracterizan por su pobreza (el
ladrillo), reservándose la piedra y el mármol para enmarcar
5. Los Churriguera eran retablistas y arquitectos crean un estilo “Churrigueresco”, lleno de decoración, de
gran éxito en toda España Se van incorporando motivos vegetales, volutas, molduras o escudos recortados,
procediendo, por otro lado, a la ruptura de la superficie de las fachadas, con el fin de potenciar los juegos de luces
y sombras. Entre los elementos formales desarrollados por nuestrosRetablo del convento de San Esteban. artistas,
destacan el estípite y elSalamanca. Retablo realizado por baquetón.José Benito Churriguera entre 1693 y 1695.
El Barroco decorativo
6. En la Corte, durante el siglo XVII, se cultivó un barroco autóctono con
raíces herrerianas, basado en la construcción tradicional con ladrillo y
granito, y el uso de empinados chapiteles o cubiertas de pizarra, que se
rastrea en el llamado Madrid de los Austrias.
El principal representante de esta línea fue Juan Gómez de Mora.
También destacaron los religiosos Fray Alberto de la Madre de Dios,
autor del monasterio de la Encarnación de Madrid y de los templos de
Lerma, Pedro Sánchez, autor de la iglesia de San Antonio de los
Alemanes, el hermano Francisco Bautista, inventor de un quinto orden
arquitectónico, compuesto de dórico y corintio e introductor de las
cúpulas encamonadas teorizadas por Fray Lorenzo de San Nicolás, a
quien se debe, entre otras, la iglesia de las Calatravas. Buenos ejemplos
del momento son la Plaza Mayor y el Palacio del Buen Retiro.
7. Este último, obra de Alonso Carbonel, fue casi totalmente destruido
durante la Guerra de la Independencia Española, aunque sus jardines aún se
conservan parcialmente en el Parque del Buen Retiro y algunas de las partes
supervivientes se convirtieron en el Casón del Buen Retiro y el Museo del
Ejército.
Otras muestras de este sobrio estilo barroco del siglo XVII son la Casa
de la Villa, el Palacio de Santa Cruz, el Palacio de los Consejos, las iglesias de
San Martín, de San Andrés, de San Ildefonso de Toledo, de Montserrat, de San
Isidro y los Estudios jesuíticos anejos, el Monasterio de la Encarnación, las
Descalzas Reales, el convento de las Calatravas, de las Comendadoras de
Santiago, etc.
En Castilla y la Corte sobresalió una familia especializada en el diseño de retablos, los Churriguera, de la que
José Benito es su más destacado exponente. Entre 1680 y 1720, los Churriguera popularizaron la combinación de
Guarini conocida como "orden supremo", que aunaba columnas salomónicas y orden compuesto.
Una obra emblemática es el monumental retablo mayor del convento de San Esteban de Salamanca. En
Salamanca, Alberto Churriguera proyectó la Plaza Mayor, que fue acabada por Andrés García de Quiñones. Los
Churriguera, con su estilo abigarrado y monumental, suponen un contrapunto a la sobriedad del clasicismo herreriano
y abrieron definitivamente las puertas al barroco decorativo, hasta el punto de que genéricamente pasaron a designar
una fase del estilo, el churrigueresco, término acuñado por los académicos en el siglo XVIII con claras connotaciones
peyorativas
8. En la arquitectura andaluza del siglo XVII destacan las fachadas de
la Catedral de Jaén, obra de Eufrasio López de Rojas que se inspira en la
fachada de Carlo Maderno para San Pedro del Vaticano, y de la Catedral de
Granada, diseñada en sus últimos días por Alonso Cano. Su modernidad,
basada en su personal uso de las placas y elementos de claro acento
geometrizante, así como el empleo de un orden abstracto, la sitúan a la
vanguardia del barroco español.
En Galicia, el patrocinio e influencia del Canónigo de la catedral
compostelana, José de Vega y Verdugo, impulsó la introducción de los formas
del barroco pleno en las obras catedralicias lo que propició que el nuevo estilo
se extendiera por toda la región. Supuso el tránsito del clasicismo de
arquitectos como Melchor de Velasco Agüero a un barroco caracterizado por
una gran riqueza ornamental cuyos primeros y destacados representantes
fueron Peña de Toro y Domingo de Andrade.
9. En el siglo XVIII se dio una dualidad de estilos, aunque las cesuras no siempre están claras. Por un
lado estuvo la línea del barroco tradicional, castizo o mudéjar (según el autor) cultivada por los arquitectos
autóctonos y, por otro, un barroco mucho más europeo, traído por arquitectos foráneos a iniciativa de la
monarquía, que implanta un gusto francés e italiano en la Corte. A la primera tendencia pertenecen arquitectos
y retablistas tan destacados como Pedro de Ribera, Narciso Tomé, Fernando de Casas Novoa, Francisco
Hurtado Izquierdo, Jerónimo de Balbás, Leonardo de Figueroa, Conrado Rudolf.
Buen exponente de la pervivencia del barroco tradicional en la Corte durante el siglo XVIII fue Pedro
de Ribera, cuya obra más destacada es el Real Hospicio de San Fernando en Madrid. De los Tomé (Narciso y
Diego) destaca el famoso Transparente de la catedral de Toledo y, como obra estrictamente arquitectónica, la
Universidad de Valladolid. El foco gallego estuvo magistralmente representado por Fernando de Casas y
Novoa, cuya obra cumbre es la fachada del Obradoiro de la catedral compostelana. En Andalucía destacaron
dos focos: Granada y Sevilla. En el primero sobresalió el arquitecto lucentino Francisco Hurtado Izquierdo,
autor de los sagrarios de las cartujas de Granada y de El Paular (Rascafría), y asimismo relacionado con una de
las obras más deslumbrantes del barroco español, la sacristía de la cartuja granadina.
10. En Sevilla destacaron el zamorano Jerónimo Balbás, que propagó el uso del estípite en Andalucía y la
Nueva España, y Leonardo de Figueroa, autor de la remodelación del Colegio de San Telmo y de un conjunto tan
sobresaliente como el noviciado jesuítico de San Luis de los Franceses. Otro de los focos que gozó de gran vitalidad
durante el barroco fue el valenciano. Un destacado arquitecto fue Conrado Rudolf y una fachada paradigmática es la
del Palacio del Marqués de Dos Aguas (1740-1744), diseñada por el pintor Hipólito Rovira. En Murcia, el gran
renovador de la arquitectura fue Jaime Bort con el potente imafronte o fachada de la catedral (1737-1754).
A partir de 1730, el impacto del rococó francés se percibe en el barroco español. Retablistas y arquitectos
incorporan la rocalla como motivo decorativo, aunque la emplean en estructuras de marcado carácter barroco. Por eso,
salvo en contados ejemplos, resulta arriesgado hablar de la existencia de un auténtico rococó en España, pese a que a
menudo se han asociado los derroches decorativos dieciochescos a dicho estilo.
A la segunda línea, la del barroco más europeizante fomentada por los Borbones, pertenece el Palacio Real de
Madrid, construido durante el reinado de Felipe V. Este palacio, que se construyó en la línea de los grandes palacios
clasicistas como Versalles, vino a sustituir al Alcázar, destruido en el incendio de 1734. Su construcción fue confiado a
arquitectos italianos: Filippo Juvara, Juan Bautista Sachetti y Francesco Sabatini. Otros ejemplos palatinos son los
palacios reales de La Granja de San Ildefonso (en la ladera segoviana de la Sierra de Guadarrama), y el de Aranjuez (en
la ribera del Tajo más accesible desde Madrid, existente desde el siglo XVI, pero reformado sustancialmente a mediados
del XVIII bajo Fernando VI y Carlos III). Ambos son buenas representaciones de la integración de arquitectura y
jardines barrocos en entornos alejados de la ciudad, que manifiestan una notable influencia francesa (se conoce a La
Granja como el Versalles español).
11. El ascenso al trono de Carlos III en 1759 traería consigo la liquidación del barroco. En la Corte, el rey
llevó a cabo una serie de reformas urbanísticas destinadas a higienizar y ennoblecer el insalubre Madrid de los
Austrias. Muchas de estas obras fueron acometidas por su arquitecto predilecto, el italiano Francesco Sabatini, en
un lenguaje clasicista bastante depurado y sobrio. Este clasicismo académico, cultivado por él y otros arquitectos
académicos, está preparando las bases del incipiente neoclasicismo español. Los ilustrados abominaron de las
formas barrocas precedentes, por apelar a los sentidos y ser afectas al pueblo; en su lugar, propugnaban la
recuperación del clasicismo, por identificarlo con el estilo de la razón. Las presiones que, desde la Real Academia
de San Fernando, su secretario, Antonio Ponz, trasladó al rey, desembocaron en una serie de Reales Decretos a
partir de 1777, que prohibieron la realización de retablos en madera y supeditaron todos los diseños
arquitectónicos de iglesias y retablos al dictamen de la Academia. En la práctica, estas medidas suponían el acta
de defunción del barroco y la liquidación de sus variantes regionales, para imponer un clasicismo académico desde
la capital del reino.
12. Bernini representa el barroco majestuoso, con un aire de grandeza.
Bernini es "La columnata de la Plaza de San Pedro en el Vaticano", la
obra más monumental de Roma que representa simbólicamente los
brazos de la Iglesia Católica que acogen a todo el mundo. Otra obra
también de Bernini, como arquitecto, es el enorme Baldaquino de
Bronce, erigido en el centro de la Basílica con sus columnas
helicoidales, llamadas salomónicas
Importancia a lo decorativo, tanto en el interior como en el exterior.
Los elementos constructivos (columnas, pilastras, etc.) se multiplican,
pero con función decorativa, siendo su único fin dar ritmo
arquitectónico. Frontones, entablamientos, etc., se rompen, las curvas se
compenetran con líneas rectas, buscando siempre presiones dinámicas.
Así mismo, en las iglesias prefiere las plantas centralizadas,
fundamentalmente la planta ovalada (pequeñas iglesias)
Entre los principales elementos y criterios arquitectónicos utilizados en su obra, cabe destacar: Orden gigante,
utilizado en forma complementaria y alternada, Planta central, que sería una tendencia distintiva de las iglesias
barrocas, Dinamismo espacial, Uso de la luz, Incorporación de la escultura, Materiales simples y económicos,
Esquema geométrico modular, superando al módulo aritmético de la arquitectura clásica.
Gian Lorenzo Bernini
13. Francesco Borromini
Cuando Gian Lorenzo Bernini triunfaba ya como arquitecto y
empezaban a desplegarse las formas del Barroco, Borromini recibió su
primer encargo en solitario: el conjunto de San Carlo alle Quattro Fontane,
ligeramente anterior al convento de los filipenses. Bastaron estas dos obras
para hacer de Borromini un arquitecto reconocido y con un estilo muy bien
definido, en el que las superficies curvas (cóncavas, convexas, elípticas,
sinuosas) dan fluidez al conjunto arquitectónico, tanto en el exterior como
en el interior, a veces con un carácter suave y en otras ocasiones con mayor
dramatismo.
Se alejó de las tendencias de su época en los interiores a base de
paredes meramente revocadas, con sencillas ornamentaciones, a menudo
doradas, ensambladas a la perfección con las formas arquitectónicas.
(Francesco Castelli; Bissone, actual Italia, 1599 - Roma, 1667) Arquitecto
italiano. Trabajó como cantero en las obras de la catedral de Milán, antes
de trasladarse a Roma en 1619, donde fue cincelador en el taller de Carlo
Maderno, quien lo introdujo en el mundo de la arquitectura romana al
tomarlo como colaborador para la realización de obras como el palacio
Barberini.
14. Arquitecto francés, que encarna la culminación del estilo Luis XIV.
Sobrino- nieto del gran arquitecto del Siglo XVII François Mansart, llegó a ser
arquitecto del rey Sol en 1676. Hardouin Mansart fue responsable de la
ampliación del Palacio de Versalles, proyectó la Galería de los Espejos
(Galerie des Glaces, 1684) las alas norte y sur, los grandes establos, la
Orangerie (un pequeño invernadero) y la Capilla Real. Aunque no fue muy
original (construyó siguiendo la obra de sus predecesores Mansart y de Louis
Le Vau, el creador del estilo Luis XIV) destacó por ser el creador del orden
francés, caracterizado por su grandilocuencia (grandeur) y definir la
decoración francesa con elementos como espejos o mármoles rosados que la
diferenciaron de la italiana.
También proyectó numerosos hôtels, viviendas urbanas unifamiliares,
châteaus, iglesias, ayuntamientos y plazas públicas entre ellas la octogonal
Place Vendôme en París, 1699. Su obra maestra es la impresionante cúpula de
la iglesia de los Inválidos (París, 1676-1706), en la que superpuso dos tambores
para obtener un efecto de verticalidad grandioso.
Jules Hardouin Mansart
15. Arquitecto francés. Fue el más destacado del siglo XVII, en
particular desde que en 1655 fue nombrado arquitecto y consejero de
Luis XIV. Con anterioridad había realizado algunas mansiones
parisinas, como el Hôtel Lambert, en las que se aprecia ya su gusto por
la arquitectura escenográfica. Al servicio del rey, su primera gran
realización fue el palacio de Vaux-le- Vicomte, donde los
planteamientos constructivos del arquitecto triunfaron plenamente,
dado que a continuación se le encomendó la construcción del palacio
de Versalles.
De este último realizó el bloque central, con la fachada sobre
el parque y las dos alas sobre el patio. Un sentido grandioso y
volumétrico propio de la arquitectura barroca preside la concepción de
estas obras, al igual que su intervención en el diseño del Louvre. Entre
sus restantes creaciones cabe destacar el hospital de la Salpêtrière.
Louis Le Vau
16. Con dicha renovación, se crearon nuevos espacios en los que la burguesía hizo ostentación de su nueva riqueza,
creando una economía floreciente. Avenue de la Grande Armée Todos los ejemplos de cambios que acontecieron
en París en esta época pueden verse en representaciones de la ciudad.
El plan urbanístico de Haussmann se basó en la ampliación de la ciudad histórica (París), que renovó la red
viaria, implementó nuevos sistemas técnicos y equipamientos.
Además tomo conceptos de saneamiento, control y seguridad, brindo al paisaje urbano de regularidad
arquitectónica, lo embelleció y lo monumentalizo, dotando a París de una fisonomía y un funcionamiento que
aún perduran.
Napoleón III al contratar a Haussmann- el 22 de junio de 1852 - confiaba en que París pudiera convertirse en una
ciudad con calles más seguras, mejores casas, comunidades más salubres, hospitalarias que facilitaran las
compras y lograr, además, mayor fluidez en el tránsito. Saint-Sulpice y la Rue du Vieux-Colombier. Como
muestra el estado actual, se procedió a la ampliación de una arteria por derribar las casas a un lado.
Ideal urbanístico que caracterizaron las obras de
Haussmann
17. Comisión de artistas: Propone un plan de remodelación
que incluía nuevas calles en la ciudad de París
Napoleón designó a Nicolas Frochot, manteniéndolo hasta
1812, luego designo a Gaspard de Chabrol hasta 1830.
También destacarían por sus contribuciones urbanas el
Conde de Rambuteau . Y sobre todos, el Baron Haussmann
hasta 1870.
Cuando Nicolas Frochot ponía en marcha el
embellecimiento juntó a Napoleón l, París era entonces una
ciudad de estructura medieval con importantes carencias.
Durante el Primer Imperio, se realizaron importantes
infraestructuras públicas. La intervención más emblemática
del momento fue la que se acometió para la reforma del
complejo Louvre-Tullerías-Concorde
18. Napoleón lll aspiraba a que la capital se convirtiera en el centro del mundo, y encargó a Haussmann
modernizar:
• Calles más seguras
• Mejores casas con mejores condiciones higiénicas • mayor fluidez en el tránsito. En primer, lugar
el estado expropia a los propietarios de los terrenos
• Eliminó edificios y construyó nuevos ejes con todo su equipamiento (agua, gas y desagüe), el
estado recupera el dinero prestado a Haussmann para el plan urbano, revendiendo el nuevo
terreno en forma de lotes separados a promotores que debe construir nuevos edificios
• La ciudad existente era como un cuerpo moribundo que había que reanimar, incluso con
amputaciones.
• Creó extensos jardines por los que hoy, adquiere fama París, su plan tuvo en cuenta también la
proporción de las vías de 20 metros, estableció una altura uniforme a los edificios, Puntos de
referencia como el arco Del Triunfo.
• Un ambiente mas ventilado y salubre ante epidemias, eran mejor las vías anchas con más aire y
viento que las calles sinuosas y estrechas. Dominio de “la geometría y el dibujo gráfico que,
desempeñan un papel más importante que la estructura”.
19.
20.
21. El gran Arco de Triunfo fue el homenaje de
Napoleón. Es una de las obras
monumentales más espectaculares de Paris.
Napoleón decidió la construcción de un
gran arco, al estilo de los arcos triunfales
romanos, en conmemoración de la gloria de
su ejército y sus batallas. Las dimensiones
del arco son armónicas, mediante el pago de
una entrada se accede al interior del arco,
donde hay un museo que explica el proceso
de la construcción y la historia del famoso
arco
22. La ciudad del garantismo que propone Fourier deberá superar el
desorden y la anarquía de las ciudades contemporáneas, pero aún no
serán perfectas por lo que respecta sobre todo a la comunidad que la
habita tal y como se verá. En el plan-visión de Fourier, la ciudad del
garantismo está constituida por tres coronas concéntricas: la primera
contiene la ciudad central, la segunda los suburbios y las grandes
fábricas, la tercera los paseos y la periferia.
La densidad de las edificaciones es decreciente desde el centro hacia
el exterior (de hecho, el espacio no edificado es el doble del edificado
en la segunda corona, y el triple en la tercera), además toda la ciudad
está regulada por un minucioso código de la edificación que define
distancias entre las unidades habitacionales en relación con las
alturas, la anchura de las calles y las formas de los tejados. 18
Probablemente la contribución más importante de Fourier a los
postulados del urbanismo del siglo XIX, definida en esta fase
transitoria hacia la séptima fase de la armonía universal, es la
prohibición de construir casas pequeñas, y la propuesta de construir
casas colectivas que favorecerán la concentración de los servicios, y
por lo tanto, las relaciones mutuas.
Ideal urbanístico que caracterizaron las obras de Fourier
23. Las comunidades de Fourier son los Falansterios, término que procede del griego, phalanx, que son grandes
edificios colectivos, con servicios y equipamientos comunales, como guarderías para niños dónde éstos son
cuidados en comunidad. El phalanx hace referencia a grandes organizaciones militares masivas de soldados de
infantería durante la Grecia clásica. Cada familia viviría en su propio apartamento, y utilizaría los restaurantes y
salones comunes. Los pisos tendrían dimensiones distintas dependiendo de las necesidades y los gustos, así como
diferencias económicas entre las distintas familias. Se darían premios a las familias con mayor capacidad de
gestión, y siempre debería haber un capital que se irá reinvirtiendo en el falansterio. Los Falansterios se
financiaran a partir de la inversión voluntaria y no a partir del Estado o de las agencias privadas.
En el último periodo, el de la harmonía, el problema del ordenamiento será replanteado a partir de un grupo
funcional racionalmente compuesto, la falange, y de un dispositivo constructivo unitario, el Falansterio.