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TANGOY C U L T U R A P O P U L A R
F E B R E R O 2 0 1 6 • N º 1 6 2 • A Ñ O X V I I
Dirección:
Ricardo Schoua
Tema musical de fondo:
Uno (Mores-Discepolo) -
El último café (Stamponi-Castillo)
Intérprete: Carlos “Tata” Santana
De su CD A solas con mi guitarra
Colaboradores:
María José Lavandera
Ángel Mario Herreros
Alberto Wainer
Diseño:
Adriana Rolón
Ilustración tapa:
Leonardo D’Aquila y Antonia Lema
Ilustración contratapa:
Gardel, arte pop de Pablo Lobato
Las notas firmadas no reflejan
necesariamente la opinión del editor.
Para comunicarte con nosotros
revistatycp@gmail.com
www.tangoyculturapopular.com
www.tycp.com.ar
Tel: (0341) - 4355629
Rosario - Santa Fe – Argentina
-
Sumario
En este número:
Editorial: Los burócratas de la milonga			 4
Karina Romero: La pasión por el Tango a NY		 8
Ciriaquito									11
Cabaret Chantecler 							12
Conventillos de Mar del Plata					 16
La Boca, el barrio de los sueños					 20
¡Qué saben los pitucos! 						21
Orquestas de Tango rosarinas					22
La sencillez									24
Quiero...										25
Nuevamente en México						26
Vos, amigo cantor								26
Milonga de la musa rea						27
Simplicidad									28
De la cuna hasta el cajón						 30
Tango Escuela ACETA							31
Isabel de Grana								32
Tango Jazz Quartet							34
Pistas y Misterios								36
Discos - Libros									40
E
n la época de auge masivo del tango, allá por los ‘40 y ‘50, la
mayoría de los bailes se realizaban en clubes, con amplias pistas,
y la música era básicamente en vivo, con dos orquestas: la
típica y la jazz, o la característica. Es decir que, aunque el tango era
lo principal, se bailaba de todo. Esto era así no solo en Buenos Aires
sino en muchos pueblos y ciudades de las provincias. Las orquestas
tenían muchos integrantes, para poder hacerse escuchar, dado que los
sistemas de amplificación eran precarios. Estos bailes eran verdaderas
fiestas populares.
En las casas se solían armar bailes improvisados, aprovechando la
música de los programas “bailables” de la radio.
El tango también se bailaba en cabarets de lujo, donde se vestía de gala.
Por otra parte, existían lugares más pequeños, mayormente
confiterías, donde se bailaba con “selectas grabaciones” (discos de
pasta, de 78 rpm, que no permitían contar con una gran variedad
de música), o algún trío. Como el espacio era reducido, se acudió al
recurso de bailar en ronda y con pasos cortos. Esto es lo que hoy se
conoce como “tango milonguero”.
Hoy en día tenemos un panorama bastante distinto: es difícil contar con
espacios amplios para bailar. Esto no significa que el “tango milonguero”
sea “la única y verdadera manera de bailar el tango argentino”, como
tratan de imponer algunos, con reglamentos casi dogmáticos que no
tienen en cuenta el espacio disponible, los cambios en la idiosincracia
(y la vestimenta) de la gente y su necesidad de expresarse y divertirse.
Entonces, el ir a bailar a una milonga se transforma en un trámite
burocrático. En todas las ocupaciones existen los tipos que realizan
siempre la misma rutina, sin proponerse cambiar nada, y que
reaccionan mal si aparece un “nuevo” que sugiere algún cambio.
Se refugian en “esto siempre se hizo así” para ocultar su mediocridad,
por miedo a ser desplazados. En el tango hay muchos de estos
personajes, supuestamente defensores del “tango puro”, que en
realidad defienden sus intereses.
A través de la historia, se han compuesto y grabado muchísimos
tangos. La mayor parte no tuvo trascendencia, generalmente con justa
razón. Por algo existen los clásicos y las orquestas preferidas. Pero
últimamente se está dando un fenómeno muy particular.
Resulta que ahora se han puesto de moda los musicalizadores (DJ).
Susana Miller comentaba hace poco en Facebook que hay quienes
Los burócratas de la milonga
4
Hay algunos DJ que se creen Gardel...
5
vienen de Europa y se compran
todos los CD de tango que
encuentran y, como consecuencia,
en Europa se usan unos 5000
temas, cuando en Argentina serán
unos 1500. Dice que más que
musicalizadores son arqueólogos.
Claro, en muchos lugares de
Europa (no en todos) estos
advenedizos explotan la necesidad
de los que se acercan al tango de
comprender nuestra idiosincracia,
intentando imponer lo que ellos
hacen como única verdad.
Pero lo preocupante es que
se produce una especie de
realimentación: con el cartel de
“DJ internacional” ya hace un
tiempo que se aplica un criterio
parecido en algunas milongas
de aquí. Y uno tiene que
aguantar tangos insufribles, con
orquestas aburridas y cantores
intrascendentes (en el mejor de los
casos), con el cuento de que eso es
“tango milonguero”. Personalmente
me quitan las ganas de bailar.
Los burócratas de la milonga
6
Para responder a esto que digo, viene de cajón el argumento de que
“esto es lo que le gusta a la gente”, una falacia muy empleada y que
no tiene sustento alguno. Entonces, ¿por qué se acepta este tipo de
musicalización?
1. Primero, por la costumbre. Al no haber otra propuesta, se considera
como válido lo que se difunde.
2. Las personas van a bailar y esto “es lo que hay”.
3. Si alguien cuestiona la música, es muy probable que sea estigmatizado,
por atreverse a criticar a un supuesto conocedor profundo de su tarea.
En esto participan los indolentes que defienden a rajatabla el “orden
establecido”, para evitar que su desconocimiento quede al descubierto.
4. Tanto el supuesto DJ como sus aduladores hacen el suficiente barullo,
en particular en las redes sociales. Los que van a bailar permanecen en
silencio o dejan de concurrir a las milongas, como sucede con mucha
gente joven, que se aburre.
5. Hay quienes creen que bailar es hacer pasos y no les importa
la música.
La tarea del DJ no es imponer sus caprichos sino hacer que la gente se
sienta bien, se divierta; crear un clima de emoción y energía positiva.
Una condición necesaria, pero no suficiente, es que la pista esté llena.
Pero además debe estar llena de gente contenta. Hoy no es posible
reproducir las condiciones de los grandes bailes de antaño, pero el
avance de la tecnología nos trae nuevos desafíos y nuevas posibilidades.
Hay que tener la audacia de saberlas aprovechar para renovar
saludablemente las milongas, dejando de lado a los burócratas,
mediocres, soberbios, envidiosos y chismosos.
El DJ debería plantearse si su función es musicalizar la milonga o
administrar un museo. Hay que ejercitar la sensibilidad, en lugar de
dejarse llevar por los prejuicios y convencionalismos.
Estas reflexiones son producto de lo que aprendí como musicalizador en
Rosario, observando a la gente y corrigiendo, en consecuencia, el contenido
y organización de las tandas, lo que apliqué recientemente en México con
mucha aceptación y alegría. En ese sentido, me parece que la tarea de DJ
es complementaria de lo que hacemos con esta revista y otros elementos
en materia de difusión, muchas veces remando contra la corriente, como
saben los lectores. Por eso, pienso dedicar más tiempo a esa actividad.
7
Aquellos a los que les interese la propuesta, cuenten conmigo.
Por otra parte, es importante y alentador que se organicen milongas
con orquestas en vivo. Esta modalidad está en franco crecimiento
y han surgido muchas orquestas nuevas.
Y, por supuesto, los que no estén de acuerdo están en todo su derecho
de elegir lo que les guste y seguir adelante.
Como siempre, ¡muchas gracias y hasta el próximo número!
Ricardo Schoua
Camila tiene alrededor de cinco
años y está ansiosa por comer
pizza. Son las 6 de la tarde. Es
consistente con su demanda.
Malena, que tiene diez años, le
explica que es demasiado pronto
para la pizza. Parece que está
acostumbrada a las cenas tardías
de estilo argentino. Lleva orgullosa
su rodete. Viste rosa de pies a
cabeza. Una verdadera bailarina
en desarrollo. Su madre le explica
que le encanta bailar, pero que
también es una gran estudiante.
“Se está preparando para la
escuela media”, aclara.
Y, con este pequeño comentario,
sólo por un segundo revela cierta
vulnerabilidad, quizás distante
como aquella audaz mujer de 30
años que llegó a Nueva York hace
16 años como parte de un plan algo
alocado, junto a su amigo, el
bailarín de tango Walter
Pérez, $ 1,000 en el
bolsillo y el sueño
de bailar “todos los
días”.
“Pasó de la noche
a la mañana.
S i m p l e m e n t e
vinimos. Después
de cinco años de
vivir en Buenos Aires,
quería un cambio”. Un
amigo de Walter los llevó
al estudio de baile de Sandra
Cameron, considerada uno de los
principales estudios de baile de
la ciudad durante los años ‘90 y
la primera en programar clases
de tango argentino. Sandra,
tres veces campeona de salón
profesional de los Estados Unidos
Karina
Romero: Traer
la pasión por
el tango
a Nueva York
Por María José Lavandera
H
ay un algo sobre Nueva
York. Es Frank Sinatra. Es la
Rhapsody in Blue de Gershwin.
Es Woody Allen. Es Tony Bennett. Y,
para nosotros los argentinos, también
es Astor Piazzolla. Su ciudad natal,
en realidad. Vivió en el centro de la
ciudad, en algún lugar de la
calle 8, en un empobrecido
barrio de Greenwich
durante los decaídos
años ‘30. Y también
es Carlos Gardel,
con su inolvidable,
perfectamenteafinado
vibrato, cantando
al amor perdido. Allí
encontraron su éxito. Y,
como dice la canción, lo
lograronentodaspartes.Son
pilares de nuestra melancólica
cultura inmigrante. Gritando una
pérdida constante. Nueva York, como
Buenos Aires, es una ciudad portuaria.
Un lugar de constantes bienvenidas y
despedidas. Una fragancia grisácea
de tango conecta estos dos lugares
aparentemente distantes.
***
8
en los años ‘70, se entusiasmó
rápidamente con su calidad como
bailarines e inmediatamente los
contrató. “Aquí en Nueva York la
naturaleza exótica del tango encaja
perfectamente con el eclecticismo
de la ciudad. Es el lugar para
desarrollar profesionalmente esta
pasión “, dice.
Karina Romero, madre de Camila y
Malena,esquiencuentaestahistoria.
Es una de las profesoras de tango
más solicitadas de la viva escena
que ha enriquecido la vida cultural
de Nueva York desde mediados de
los ‘80, cuando el musical “Tango
Argentino” se convirtió en un éxito
masivo y difundió un entusiasmo
contagioso por esta danza. Según
el sitio “Hoy Milonga New York”, hoy
hay un promedio de 7 “milongas”
por noche.
Con el tiempo, llegó el estudio
propio. Junto con su ex marido, el
bailarín Dardo Galletto, Karina fundó
Dardo Galletto Studios hace diez
años. En medio de Times Square,
tiene una brillante reputación en
Manhattan, es el elegido de los
seminarios de grandes maestros
que visitan la ciudad -como Gabriel
Missé- e incluso ha sido presentado
por The New York Times. El último
gran nombre que Romero entrenó
fue el actor Liam Neeson, para una
película que estrenará en enero
de 2017. “Prometió que me iba a
hacer sentir orgullosa”, dice ella,
bromeando.
***
Karina nació en Córdoba y sus
comienzos estuvieron anclados
en el ballet, que comenzó a los
cinco años como consecuencia de
una recomendación médica para
mejorar sus pies planos. Su primer
intento en el tango fue durante su
adolescencia. Corría el año 1983,
cuando fue invitada a bailar en la
Universidad Nacional de Córdoba en
un festival que celebró el regreso
de la democracia después de la
dictadura militar iniciada en el ‘76.
“Ese fue el punto en el que me
enamoré de él”, asegura.
A sus 20 años, se trasladó a Buenos
Aires, donde anhelaba capturar la
sensación de originalidad del tango
en su lugar de nacimiento. Su padre
la inspiró a profundizar y cumplir
con su aspiración de convertirse en
una bailarina profesional. “Quería
realmente participar en este mundo,
que sentía tan mágico”, dice.
“Muchas personas importantes me
ayudaron a dar mis primeros pasos:
Graciela González, Luis Solana,
Carlos Copello, Juan Carlos Copes,
Mingo Pugliese. Tomaba clases todos
los días. Estaba fascinada. E iba a
bailar todas las noches a milongas”.
***
Buenos Aires tiene ojos llorosos y un
estado de ánimo cambiante. Puede
ser tan alegre como terrible. Tiene el
poder de movilizarte hacia adelante,
incluso cuando el cansancio y la
desilusión consumen la voluntad. La
improvisación encabeza su esquema
de valores: uno cree “que conoce la
coreografía”, pero en realidad no es
así. No es de extrañar que el tango
haya nacido allí.
“Bailar tango es casi una terapia”,
dice Romero. “A veces te hace parar
y tratar de entender qué es lo que estás
tratando de controlar. Una vez que
había vivido el rigor de la coreografía,
9
lo que más me gustó fue el poder de improvisación, de no saber “.
Nueva York puede resultar solitaria. Yo misma he experimentado eso. Un
hombre en un supermercado me dijo hace poco: “Esta es una ciudad de
trabajo”. Sus palabras me ayudaron a entender el hechizo que el tango
produce en los neoyorquinos. Según Romero, el tango puede ser necesario
para tomar consciencia de las maravillas más sutiles de la vida; dulce bondad
de enamorarse, por ejemplo. “Los argentinos somos físicamente cariñosos”,
dice, agregando que es casi - pero no del todo- un cliché. “Es así”, afirma.
A los estudiantes principiantes de Romero, entre 15 y 20 por clase, este tipo de
afecto les es desconocido. Comienzan por tomarse de las manos tímidamente.
Después de dos horas juntos, terminan en un abrazo. Ella explica: “Se trata de
compartir y conectar: ¿qué es lo que una pareja va a crear durante ese baile?”,
explica. “Les digo que para bailar tango uno no se puede acercar a alguien
diciendo ‘hola, un gusto conocerte’. Tenés que ir más a decir ‘hola, ¿cómo estás’”,
indica, entre risas contagiosas.
Un par de hombres se entremezclan con el sonido de Calambre, de Piazzolla, en
el fondo. Es llamativo y oscuro, como es Buenos Aires. Es pegadizo y sexy, como
es Nueva York. Entiendo finalmente que tango es una identidad combinada de
sonidos que se mezclan al borde de la supervivencia.
(Fotografías gentileza de María José Lavandera).
10
A
migazo José María:
Después del afectuoso
saludo, me gustaría
dejar algunos conceptos con
referencia a “Ciriaquito” que,
a poco de su arribo a esta
capital procedente de Córdoba,
se sumó con prontitud al trío
de los máximos estilistas de
la época, es decir entre los
creadores de un estilo, como
lo fueron y lo son Pedro Maffia
y Pedro Laurenz, los tres de
mayor gravitación creadora en
cuanto hace a la interpretación
del bandoneón en el tango. En
otras palabras ellos inventaron
como se toca el bandoneón en
el tango.
“Ciriaquito” aportó al tango,
y en particular al bandoneón,
una modalidad distintiva
y personalísima, definida
por su fraseo entrecortado
y su marcada devoción por
cantar con claridad la melodía
como si se tratase de una
voz humana, generando un
estilo “conversado”, una suerte de parloteo lírico, mucho más locuaz desde su
teclado derecho que desde el izquierdo, por la menor riqueza armónica con
respecto a los otros dos miembros de la trilogía señalada. Fue además Ciriaco
junto a Laurenz y a Anselmo Aieta uno de los que impuso la utilización de
fraseo octava, pulsando la misma nota con una y otra mano, pero en distintas
octavas, recurso que provee a las interpretaciones de un legítimo acento
tanguero envuelto en las gratas reminiscencias ancestrales del “fueye” de
Arolas a quien oyó tocar de muchachito allá en “El abrojal” cordobés, habitado
por negros, indios y mestizos (los europeos aún no habían llegado hasta allí).
De esa pasta está hecho “Ciriaquito”: Ciriaco transmitió mucho de su estilo
a “Pichuco” y aunque de similar velamen Ciriaco reconocía pícaramente los
méritos del “Gordo”: en cierta oportunidad en que iban a tocar juntos, al
sentarse le dice a “Pichuco”: --”Tocá tranquilo que yo voy a menos”.
Oscar D. Zucchi
Publicado por José María Otero
Ciriaco Ortíz Bandoneonista, director y compositor
(5 de agosto 1905 – 9 de julio 1970)
Nombre completo: Ángel Ciriaco Ortiz Barrionuevo.
Apodo: “Ciriaquito”.
11
Ciriaquito
E
n la década del
veinte, la llamada
“Guardia Vieja”
había impuesto una
nueva concepción en el
género musical llamado
tango, la evolución
venía de la mano de
músicos provenientes
del conservatorio con
sólidos conocimientos
que le dieron al tango
un nuevo perfil más
cadencioso y elegante.
Por fin la sociedad
porteña aceptaba esta
música que nació en los
arrabales y ahora reinaba
en el centro. Buenos
Aires necesitaba un
lugar de jerarquía, para
ofrecer a un público cada
día más pretencioso un
espectáculo de varieté
donde el tango fuese el
centro de atracción. A tal
efecto en 1924 se crea
el cabaret Chantecler,
ubicado en la calle
Paraná 440, entre la
avenida Corrientes y
la calle Lavalle. Para
su inauguración se
convoca a la orquesta del
maestro Julio De Caro,
uno de los principales
gestores de la nueva
época en la historia
del tango. La orquesta
estaba compuesta por
De Caro como primer
violín, su hermano Emilio
como segundo violín,
Francisco De Caro, el
otro hermano, al piano,
Ruperto Thompson
en el contrabajo y dos
bandoneones: Luis
Petrocelli y Pedro Maffia,
luego Luis Petrocelli sería
remplazado por Pedro
Laurenz, un sexteto
de lujo.
En esta oportunidad
De Caro, estrena el
tango “Buen amigo”
dedicado al doctor
Enrique Finochietto,
amigo personal y
famoso profesional
médico, además asiduo
concurrente. Giovanna
Ritana, también llamada
Jeannete, estaba
casada con un tal Juan
o Amadeo Garesio, un
inmigrante procedente de
la isla de Córcega, que se
decía, era dueño de una
cadena de prostíbulos.
Esta pareja era la
dueña del Chantecler,
quizá el cabaret más
famoso de Buenos
Aires. Ahí actuaban
magos, malabaristas,
transformistas, acróbatas
y todo tipo de varietés,
casi un espectáculo
circense en un lugar de
categoría. La sala, de
un tamaño importante,
con mesas donde se
ubicaban los asistentes
al espectáculo, el
espacio destinado a
los bailarines, el bar
con su correspondiente
barra y el escenario
donde actuaban los
artistas; todo rodeado
por palcos, similar a
lo que se estilaba en
los teatros. Un detalle
que demostraba la
jerarquía del lugar era la
prestancia de los palcos,
muy amplios, tanto que
se podía comer y bailar
en ellos, con absoluta
privacidad. Las comidas
y bebidas se solicitaban
por teléfono y, para
mayor recato, las rojas
cortinas de pana se
podían correr ocultando
el interior. Otro detalle
de fineza era una pileta
de natación climatizada,
donde jóvenes bañistas
realizaban juegos
acuáticos, para solaz de
los concurrentes. Varias
orquestas animaron las
noches del Chantecler.
Pero la figura descollante
fue el maestro Juan
D’Arienzo. Durante
muchos años su orquesta
fue la preferida del
público, principalmente
los amantes del tango
bailado.
El Chantecler se vistió
de tango
con pilchas de percal y
perfume de glicinas,
llegó D’Arienzo con su
Cabaret Chantecler
12
música de rango
y las luces de farol que
alumbran las esquinas.
En 1935 el maestro
incorpora a su orquesta
a Rodolfo Biagi, músico
y pianista, deja el
compás de 4x8 para
volver al primitivo 2x4,
marcando el compás
con el piano de Biagi,
que fue el creador de
esta modalidad. Este
cambio le significó
un éxito total entre
los amantes del baile
que añoraban el 2x4.
Alguien dijo: “D’Arienzo
le puso alas a los pies
de los bailarines”. Esto
le valió que Angel
Sánchez Carreño, el
“Príncipe Cubano”,
nombre puesto por
Madame Ritana, le
adjudicara el mote de
“El Rey del Compás”.
¿Cómo Madame Ritana
y su marido Garesio
llegaron a ser dueños
del Chantecler?. Se
dice que un señor de
origen francés llamado
Charles Seguin que
además del Chantecler
era dueño del Tabarís
y el Casino y de varios
lugares más, como
número para presentar
en este establecimiento
había contratado un
grupo de trapecistas
corsos. Garesio llegó
al país con este grupo
y lentamente se fue
ganando la confianza
de Seguin, colaborando
en las tareas de
administración de
sus negocios.
Al parecer, el
empresario, que era
un hombre bastante
mayor y amante de la
buena vida, se sintió
muy cómodo con la
actuación de Garesio,
quien terminó siendo
el único mandante
en la empresa y
como el francés no
tenía herederos, todo
quedó en manos del
matrimonio.
Madame Ritana
quedó regenteando el
Chantecler, Enrique
Cadícamo la recuerda
en su poema Cita a
medianoche con estos
versos: Envuelta en
una nube de gasa
voluptuosa
cruzaba la alegre sala
del Chantecler, Ritana
mientras Gardel se
asoma con su copa
espumosa
de cliquot, en el palco
de fina y roja pana.
Madame Ritana fue uno
de los tantos amores
de Carlos Gardel, quizá
este haya sido el más
conflictivo, el hecho
13
de ser una mujer muy
poderosa y en estado
de compromiso, le
ocasionó a Gardel serios
problemas que, según
hechos que ocurrieron
en 1915, casi le cuesta
la vida.
La calidad artística
de los números
presentados en el
cabaret, siempre
fue acorde con los
requerimientos de una
concurrencia que se
caracterizaba por sus
gustos refinados. Por
su escenario pasaron
figuras memorables de
la farándula, la música
y distintos cultores
actuantes en el varieté
de esos tiempos. Entre
los visitantes había
políticos, intelectuales,
artistas y el turismo,
para quienes era una
“obligación” conocer
el Chantecler.
Oscar Alemán, que
actuaba en la compañía
de Pablo Palitos fue
uno de los números de
jerarquía, posiblemente
Alemán haya sido el
showman más grande
que ha tenido el país,
con su capacidad de
multiplicarse en el
escenario, alternando
con distintos
instrumentos su
actuación, tocando el
cavaquinho, el ukelele,
la guitarra y cantando
en distintos idiomas:
francés, portugués
o castellano.
Juan Polito con la
orquesta de su nombre
en 1932.
La orquesta típica del
maestro Joaquín Do
Reyes, en 1935, uno
de los animadores más
reconocidos, durante
un tiempo interpretó un
tango del cual era autor
y que no tenía nombre.
El poeta Celedonio
Flores, también
habitué del lugar, a
instancias del propio
Do Reyes lo versificó,
y fue bautizado
con el nombre de
Yo no se llorar. La
sugerencia de este
nombre se le adjudica
a Pepita Avellaneda,
figura esta de larga
actuación en los
albores de la guardia
vieja en los cafés y
lugares de tango,
donde oficiaba de
cupletista. Permaneció
en el Chantecler
como encargada del
guardarropas, hasta
su demolición.
Antonio Bonavena,
en 1938, presentó su
orquesta donde hizo su
debut un joven cantor
de solo 16 años que se
llamaba Roberto Rufino,
que tiempo más tarde
volvería de la mano del
maestro Carlos Di Sarli.
En 1941 la orquesta de
Miguel Zabala (Zabalita)
con el bandoneón de
Domingo Rullo, uno
de los grandes
del bandoneón.
El legendario Agustín
Irusta, también fue
figura de este escenario
memorable.
Margarita Silvestre
(Luisa Russo) de
dilatada actuación como
solista en distintos
lugares del país.
El maestro Héctor
Varela en 1950,
presenta a Rodolfo
Lesica como cantor
estable, junto a
Armando Laborde,
luego, en 1952,
reemplazado por
Argentino Ledesma.
Oscar Ferrari, que fue
cantor de las orquestas
de Armando Pontier,
José Basso.
14
Y muchas figuras más
que dieron brillo, con
su aporte artístico a las
noches del Chantecler.
Al promediar la
década del cincuenta
la actividad tanguera
comenzó a languidecer,
a tal punto que muchas
orquestas debieron
disminuir el número
de sus componentes
por no poder solventar
los costos operativos.
Algunas se convirtieron
en cuartetos, actuando
en lugares muy
puntuales con público
entendido. Otros
dejaron la actividad
disolviendo el conjunto.
El brillo obtenido en
años anteriores se fue
opacando y lo mismo
ocurrió en los cabarets.
El Chantecler no fue
ajeno a este proceso:
a causa de la crisis se
decidió su caducidad
como negocio y cerró
sus puertas. Fue
demolido en 1960.
La piqueta inexorable
destruyó en poco
tiempo cuarenta años
de esplendor y cubrió
a los amantes de las
noches de tango con
un manto de nostálgica
tristeza. Enrique
Cadícamo, conmovido
por el suceso y el
hecho de haber sido
protagonista, compuso
como homenaje
póstumo el tango
“Adios Chantecler” que
fue grabado por Juan
D’Arienzo con la voz de
Jorge Valdez.
Adiós Chantecler
Te redujo a escombros
la fría piqueta
y, al pasar de noche
mirando tus ruinas,
este milonguero se
siente poeta
y a un tango muy triste
le pone sordina.
Entre aquellas rojas
cortinas de pana,
de tus palcos altos que
ahora no están,
se asomaba siempre
madama Ritana
cubierta de alhajas,
bebiendo champán.
Entre risas alegres
y chistes,
siempre estaba
apenada René,
y de verla tan linda
y tan triste
fue por eso que
me enamoré.
Hoy ni ella está más
en la sala,
ni tampoco entro
yo al cabaret,
se vinieron abajo
tus galas
bullanguero y cordial
Chantecler.
En la noches bravas
que el tango era
un rito,
vibraba la sala con
ritmo nervioso,
porque en ese entonces
estaba Juancito
tallando en su orquesta
su estilo famoso.
Ya no queda nada y
aquello no existe,
ni tus bailarines
ni tu varieté.
Te veo muy triste pasar
silencioso,
Príncipe Cubano, frente
al Chantecler.
(Publicación del blog
Tango siempre Tango.
Enviado por Roberto
Mancini)
15
C
ontactamos con Sara Garfinkel en Mar del Plata, Provincia
de Buenos Aires, Argentina, escritora, profesora de inglés y
disertante. Desarrolló durante veinticinco años una intensiva tarea
educativa en el BUREAU de INGLES. Es escritora y disertante. Estos son
sus libros: Garfinkeleando por Mar del Plata en colaboración con el Prof.
Edgardo Samuel Berg: Del Pasaje Vaira a la Cortada del Tango y La
Temporada (2003); La Señorita Edith: Historia de una Maestra (2004);
Batones y Bigudíes Marplatenses (2007); Anécdotas de una calle corta
de Mar del Plata (2009); Yo Soy Leonor de Aquitania – Autobiografía
no Autorizada de una Reina Medieval (2012); Amores Diabólicos – El
Diablo es el Embaucador del Hombre y de la Mujer (2014) e Historias de
Conventillo (2010), del que publicamos esta selección de textos
Historias de Conventillo en Mar del Plata (Argentina) Prólogo
Gracias a escritores como Alberto Vaccarezza, Manuel Gálvez y otros,
siempre se asocia la palabra conventillo con la ciudad de Buenos Aires.
Los que hemos nacido tan distantes de barrios porteños como San Telmo,
Villa Crespo o La Boca, entre otros, y tan lejos en el tiempo del apogeo
de esas viviendas colectivas, podemos contar ahora, ya en la primera
década del siglo XXI, ciertas historias calientes del caldero marplatense
que tuvieron epicentro en una de esas casas de vecindad conocida como
“conventillo”. Según la definición de “conventillo” que da el joven Diccionario
del habla de los Argentinos, editado por Espasa - Planeta, (año 2004 – p. 251)
Conventillo es “Casa antigua en general con varios patios o con un gran
patio interior, cuyas habitaciones se alquilaban a numerosas familias que
compartían normalmente el baño y la cocina”.
En el ideario popular desde el punto de vista edilicio, el conventillo da la
idea de un tipo de vivienda colectiva para personas de escasos recursos.
El amontonamiento sin orden de grupos étnicos, que habían perdido
los vínculos afectivos o culturales con su país y familias, con personas
nativas del terruño, dio origen a una colectividad muy sui géneris,
aunque ejemplar en muchos sentidos. Especialmente en el sentido
comunitario y solidario, porque en esa confusión de razas, credos,
idiomas y costumbres sin orden ni método, nadie estaba completamente
solo. Enfermos, ancianos, huérfanos, todos por igual eran cuidados y
protegidos. La solidaridad estaba en ver que a nadie le faltara de comer
o el remedio necesario o la palabra de aliento. Además todos tenían,
hacia esa casona vieja en donde se compartía el baño, la cocina y el
patio, un sentido de ser parte de una familia numerosa viviendo en
un hogar común. Aunque en esa colmena heterogénea no faltaban las
noticias verdaderas o falsas ni los comentarios malintencionados que
Conventillos de Mar del Plata
16
terminaban, muchas veces,
indisponiendo a unos contra
otros. De ahí el nacimiento de
la palabra “conventillear”, que
expresa la idea de chismorrear.
En Mar del Plata hubo muchos
conventillos. Largo sería narrar
las situaciones acaecidas en cada
uno de ellos. Además no es idea
cansar al lector con narraciones de
situaciones que realmente serían
repetitivas como repetitivas son
las acciones y reacciones del ser
humano. Por eso, está la decisión
de narrar el conjunto de factores o circunstancias que afectaron a un grupo
de personas en un determinado momento en un determinado sitio. Este
sitio era una vivienda colectiva marplatense que se levantaba en lo que
hoy es pleno centro de la ciudad. Sus frentes daban por dos calles, las que
recuerdan el nombre de dos patriotas argentinos, no contemporáneos pero
trascendentales en la historia de nuestro país: Belgrano y Mitre.
No era necesario ni el número de la puerta de entrada a la casa ni el
nombre de las calles para identificar la locación del conventillo, morada
de los personajes, verídicos tanto y cuanto a sus existencias, como a
los sucesos prósperos y adversos que enfrentaron en sus vidas. Era fácil
ubicarlo con sólo nombrarlo como el conventillo del “Bar de Constante”.
Este bar, del que hablaremos renglones abajo, era un referente famoso
por los parroquianos que a él concurrían.
La entrada a la casona colectiva se abría sobre la calle Mitre en un
portón doble, a guisa de puerta cancel, que daba acceso a un patio
enorme. A la derecha, a algunos metros del portón, se levantaba una
higuera gigante que apoyaba su rugoso tronco contra la pared mientras
que sus ramas cruzaban el grueso muro que daba hacia la calle, para
regocijo de los pibes, quienes devoraban las blandas y dulzonas brevas
que colgaban de ellas. A metros de la entrada, en medio del patio - que
como ya dijimos era de grandes proporciones - estaban los baños y las
duchas. La batería de duchas era a la derecha para las mujeres y a la
izquierda para los hombres; los baños seguían esa misma distribución.
Por supuesto que toda el agua que corría por las cañerías era fría. ¡Se
tirita sólo al pensar lo que habrá sido transitar por allí para ir al baño en
las noches de invierno, tan severas en Mar del Plata!
A un costado, en el medio de la galería, estaban los tres piletones donde las
familias lavaban la ropa. La suya y la de afuera, en muchos casos. Estaba
17
prohibido colgar la ropa recién lavada
en el patio de abajo. Ese menester se
llevaba a cabo en los pasillos de la planta
baja y en la pasarela del primer piso; a
tal efecto, delante de la puerta de cada
habitación, entre las columnas de material
que sostenían la pasarela superior y los
soportes que aguantaban el tinglado que
servía de techo a la galería, se habían fijado
unos alambres que servían para tender las
húmedas prendas correspondientes
a quienes ocupaban dichas piezas.
Los pajaritos de Don Iñaqui, el Bar
de Constante...
La edificación era de dos plantas. En la planta baja había más habitaciones que
en la superior. Todas las habitaciones estaban unas al lado de las otras, las de
abajo cada una con su puerta hacia la galería, las de arriba con sus aberturas
hacia la pasarela de madera, que servía de techo a la galería. A estas
habitaciones se accedía por una escalera también de madera. Los techos de las
habitaciones del primer piso eran de chapa y madera. Ninguna de ellas tenía
ventanas a la calle. Estas salas, así podríamos llamarlas por sus generosas
dimensiones, circundaban al patio en tres de sus lados. Al final de una de
las galerías una de las habitaciones servía de cocina común para todos los
habitantes de la vecindad. La nota de color la daban los pajaritos propiedad de
don Iñaki, uno de los residentes más antiguos de la casona, quien los cuidaba
con amor de padre y mimo de abuelo. Para ellos había comprado un jaulón
que colocó en un lugar estratégico del gran patio. Era lógico su esmero hacia su
alada prole de canto grato y melodioso, porque a don Iñaki, que siempre vivió
solo, no se le conocía familia alguna.
En chaflán, a modo de esquina de esa casa
de inquilinato, se abrían las puertas del
“Bar de Constante”, mezcla de comedero,
despacho de bebidas y almacén de alimentos
muy elementales como azúcar, yerba, algún
que otro fiambre, café y, si había, algo de
harina y fariña. El boliche estaba integrado
a la edificación de esa casona que, con toda
seguridad, había visto tiempos mejores. No
todos los que frecuentaban el mostrador de
Constante vivían en el conventillo, pero todos
los habitantes de esa casa colectiva siempre,
18
por algún que otro motivo, daban vueltas por
el comercio dedicado al despacho y consumo
de bebidas y comestibles. Por ello, esa
taberna era de tremenda importancia en el
entrecruce de ideas, sentimientos, opiniones,
religiones, idiomas y costumbres que a diario
sucedían entre sus visitantes. El dueño del
lugar, Constante, reinaba en el sitio desde su
trono, especie de mesa cerrada de madera
pintada en su alzada y recubierta de estaño
en la superficie superior, donde el tabernario
soberano, en su calidad de autoridad
suprema e independiente, atendía
y despachaba los pedidos de sus clientes.
En ese lugar la convivencia sin
discriminación se ejercitaba con toda naturalidad. Si bien no había
notables diferencias en las escalas sociales de las personas, éstas
convivían sin supeditar sus valores morales ni sus identidades. Todos
conocían horarios y costumbres de cada uno. Todos estaban involucrados
en la causa común y hablaban de su domicilio con un sentido de
pertenencia, de hogar comunitario y de ser miembro de una familia
grande.
La vida en los conventillos
Evocaremos en estas páginas, no sin cierta tristeza melancólica, el
recuerdo de la vida simple, dura, eso sí, pero dichosa de esas personas
que tuvieron tantos aspectos positivos que dieron sentido a sus vidas
Ellos llegaron, a su modo, a saber el por qué y el para qué de sus
existencias, de su vivir cotidiano. Sin saberlo fueron felices porque,
a pesar de los más y los menos que todos los seres humanos tenemos
en nuestros destinos, ellos conocieron el sentido de sus vidas. Desde
los nacimientos, pasando por los bautismos, cumpleaños, casamientos,
todo se celebraba en el patio del conventillo. ¡Ni hablar del 25 de Mayo
o el 9 de Julio o de las fiestas de Navidad y Año Nuevo! Además se
celebraban todos los años nuevos de todos los que profesaban otra fe
que no la católica. Todas eran lo que llamaríamos fiestas de la vecindad
antes que de la familia.
Sara Garfinkel
Mar del Plata - Argentina
Publicado por Eduardo Aldiser en Argentina Tango http://argentinatango.es/
19
M
ás allá de los árboles, los techos, los balcones, las antenas y las
grúas, está el río. Era un niño cuando caminaba por esas calles.
Puertas, balcones, veredas en desnivel, él árbol cansado frente
a la vereda rota de la casa de inquilinato en que vivía mi abuela Emilia
en la calle Ministro Brin del barrio de La Boca. En Boedo, en la casa de
Teresa, mi otra abuela, hablábamos de los del fondo. En la de Emilia,
de los de adelante. Ñata, Elda, Billy, Héctor, Guillermo, Lidia, Elsa, son
algunos de los nombres de los vecinos de mi abuela que han quedado en
mi memoria y no siempre logro que se encuentren con sus caras.
Ahora que miro la foto me doy cuenta que entonces yo no sabía que el
río estaba tan cerca. Es más, me pregunto por qué nunca fui caminando
con mi mamá o mi papá hasta el río. Supongo que no les interesaba.
Para que ir hasta la orilla, si el río venía a buscarlos, se les metía en los
sótanos de las casas en cada inundación.
Esas eran las calles de los recuerdos de infancia y juventud de mi
viejo. ¡Si supiera contar esas anécdotas como él lo hacía! Pero no.
Apenas un recuerdo vago de las andanzas de Oscar –Monte, le decían-,
Jorge Pinchauva, Pedro, el Loco Arias, Manolo y Dionel, el de la trágica
muerte joven. Los bailes del Carcarañá, los campeonatos de fútbol, las
comparsas de carnaval, el pan de Ledo… Y el barrio en que conoció a
Buby, mi mamá, cuyas tías vivían en una casa antigua de la Avenida
Almirante Brown.
Era raro caminar allí. Era el escenario de un encanto
que para nosotros se hacía presente en sus relatos
pero que según aprendimos de su nostalgia
resignada, no volvería nunca más. Íbamos de visita
a un barrio al que se le había esfumado la magia y
tratábamos de divertirnos igual.
Es un día gris en la foto campo de los sueños
de mi papá que acabo de recibir. Veo un
hombre parado en la vereda. Imagino que es mi
abuelo y me pongo a esperar con él que Monte
aparezca apurado en la esquina, regresando
agitado y feliz de alguna travesura en Casa
Amarilla o en las barrancas de Parque Lezama.
No está tan mal el presente, Oscarcito. Ojalá
estuvieras aquí.
Alfredo Luis Fernández
La Boca, el barrio de los sueños
20
¡Qué saben
los pitucos!
“¡QUÉ SABEN LOS PITUCOS,
LAMIDOS Y SHUSHETAS! ¡Qué saben
lo que es tango ! ¡Qué saben de
compás!” Así dijo (1942) Elizardo
Martínez Vilas (Marvil) en la voz del
inefable Alberto Castillo (con Tanturi).
Poco antes (1928), el gran Carlos de
la Púa, en su poemario, La crencha
engrasada, se lamentaba: “Al tango
lo ensucia cualquier caradura / con
cueyo, corbata y traje ajustao”
¿Nada nuevo bajo el sol? Cajetilla.
Petitero. Fifí. Tal es la imagen que
da una cantidad de bailarines, tanto
aficionados como profesionales,
hoy por hoy.
Demasiado brillo para mi gusto.
Demasiado lujo. Demasiadas
lentejuelas, trajes brillosos, guarda
en las solapas y tapas del bolsillo.
Demasiado bailar con la cara,
envarados, parando la colita (hasta
la hiperlordosis). Demasiada pose.
Demasiada coreografía, pasos
intrincados, aprendidos de memoria.
¿Dónde quedó la originaria sencillez y
sobriedad del gotán? ¿Dónde quedó la
improvisación, la impronta personal,
la repentinización?
Sentimiento no es afectación.
Elegancia no es frivolidad en el vestir.
Sinceramente no me molesta que
haya “tangueros” así. Lo que me
molesta es que se los tome como
ejemplo a seguir.
Será que me estoy quedando fuera
de época. Será que yo sí chapaleé
barro, viví en un conventillo, vi a la
muchachada cantando tangos en la
esquina, bajo el farol familiar... y vivo de
recuerdos. La verdad es que el paisaje
ha cambiado y mucho no me gusta.
En fin, que hoy por hoy, viendo
algunos/as en la milonga o el
escenario, me parece estar, más
bien, en un cabarute, antes que
en la milonga barrial, entrañable,
modesta, acogedora... o en el club
multitudinario, pero también sobrio
y “democrático” en los que el tango
tuvo su época de gloria.
Ya lo he dicho: En el ambiente
tanguero actual no están todos los
que son ni son todos los que están.
Una pena que muchos se queden en
la orilla del océano bravío y rantifuso
del gotán, sin osar sumergirse en
sus aguas bautismales para, esta
vez sí, emerger con la honrosa
calidad de “milonguero”.
Estar en la “movida tanguera” no
alcanza, aunque muchos crean que
sí. Preferible que nos mueva el tango,
en nuestro interior, no en la periferia.
Menos apariencia y más contenido.
En fin. Tenía ganas de decirlo y
lo dije. Sepan ustedes disculpar.
No pretendo herir ninguna
susceptibilidad. Que cada uno siga
en la suya.
Abrazo milonguero pa’ todos.
Ángel Mario Herreros
21
En Rosario brillan sus orquestas de Tango, con personalidad propia:
No son clones de orquestas famosas.
Más allá de nuestra costumbre, no pudimos resistir la tentación de
publicar seis videos, pero vale la pena.
Una pequeña muestra de la calidad de las orquestas de Rosario,
gracias a la excelente realización de Asunto Tango.
Shusheta (Cobián) Furacero Tango Quinteto
https://www.youtube.com/watch?v=5RQZh4u7e5Q
Carreteando (Martín Tessa) Orquesta Utópica
https://www.youtube.com/watch?v=64QpLfmqUh0
Adios Nonino (Astor Piazzolla) Orquesta El Mejunje
Solista invitado: Pablo Agri
https://www.youtube.com/watch?v=a75ymHVJCWU
Orquestas de Tango rosarinas
22
Negra María (Demare-Manzi) Orquesta La Biaba
https://www.youtube.com/watch?v=8rJs0dMiHO8
Que lo paren (Rovira) Orquesta de Señoritas
https://www.youtube.com/watch?v=Ks-fwmy62HQ
Fuimos (Dámes-Manzi) Orquesta de Cámara Municipal Rosario.
Canta: Rubén Goldín.
Dirección: Javier Martínez Lo Re, gran impulsor del desarrollo de
muchas de estas orquestas.
https://www.youtube.com/watch?v=qEy7HdaTRJw
...Y hay muchas más...
La orquesta de Carlos Quílici, La Maleva, La 2x4, El Amarre...
23
La sencillez
“Lo bello si además es sencillo es dos veces bello” (no se si tiene autoría
esta frase que amo, pero, a mi me la dijo el Maestro Sebastián Piana hace
muchos años). Viene a cuento, ya que un par de alumnos nuevos que
tengo andan cantando cualquier verdura de letra, pero saben la música
y son letras digamos “complicadas” de dos próceres del rock argentino.
A muchos de nosotros nos encantan y entendemos de qué hablan o nos
creamos nuestra propia interpretación. Pero cuántos y cuántos chicos
que vienen sin lectura, sin base cultural escolar ni familiar serían mejor
cobijados por letras poéticas pero más sencillas que tiendan un puente.
No es igualar hacia abajo, eso sería cambiar los contenidos. No, hablo de
poner esos mismos contenidos en envases mas aptos para todos.
El continente, las formas, no los mensajes. Escribir raro a veces me
parece que da cool y otras me parece solamente eso, raro. Me quedo
con la frase de mi Maestro, lo bello si es sencillo es doblemente bello.
Lina Avellaneda
Comentario de Rodolfo Haerle:
Ese asunto lo vengo charlando con mis alumnos, músicos, periodistas.
No hay caso: si hay referencia a algo concreto entonces no es
“profundo”. Si se entiende de entrada (Por la vuelta o El último café o
Tarde, por ejemplo) son obras “menores”. “In the roarin’ traffic’s boom,
in the silence of my lonely room, I think of You, day and night” (Night
and day). Obra “menor” de Cole Porter. Que me lleva a otra obrita
menor: Soledad (Gardel - Le Pera).
24
Quiero...
Me siento como aquella chica que ganó un paquete de golosinas:
las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que
quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.
-Ya no tengo tiempo para lidiar con cosas que no provengan del corazón.
No quiero estar con gente que desfila con su ego inflado,
que separa y elige a las personas como si fueran cosas.
No apoyo a maniobreros y ventajeros..
Ni a los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces,
para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
No deseo ser parte de la lucha por un supuesto majestuoso cargo...
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa...
Ya Sin muchas golosinas en el paquete...
Quiero vivir al lado de gente que no olvidó su humanidad.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos...
¡Que no huya, de sus responsabilidades!
Que se respete, ame...
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga.
Quiero rodearme de gente que sepa ver al corazón de las personas...
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer
con toques suaves en el alma.
Sí... tengo prisa...
por vivir con amor y en amor.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que
me quedan...
Estoy segura que serán más exquisitas
que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar satisfecha... llena de amor,
y en paz con mi conciencia.
Alejandra Mantiñan
25
Nuevamente en México
Lo pasé tan bien en la visita anterior que decidí volver.
Dí un par de charlas sobre musicalización y oficié de
DJ invitado en cuatro milongas: La Quién con quién,
Malena, La Morada y La Porteña.
¡Gracias Leonardo D’Aquila y Antonia Lema (foto) y
toda la gente de Eneik Tango por tanta buena onda!
¡Gracias a los organizadores de las milongas!
Ricardo Schoua
Tango nuevo
Estimado Ricardo:
Aquí va mi tango.
Se denomina VOS, AMIGO CANTOR y, como podrás deducir es un homenaje al
cantor de tango (el torcan, bah).
Lo escribí hace algún tiempo y se lo pasé a mi amigo cantor y músico cordobés,
Marcelo Santos. El año pasado le puso música y lo terminó de grabar el 31 de
diciembre pasado en Córdoba con Ariel Ardit (¡Nada menos!).
Para un modesto chapuceador de la rima como yo, es un gran logro, por eso lo
comparto con los amigos que el tango me dio. Ustedes incluidos, por supuesto.
La orquesta que lo acompaña es de la ciudad de Rafaela y es una parte de la
Orquesta Municipal de Tango de esa ciudad santafesina.
El tema está incluido en un CD de pronta aparición denominado “Argentinos”
que grabó Marcelo Santos.
En este momento está teniendo una gran difusión por Cadena 3 de Córdoba.
Muchas gracias por tu atención.
Luis Ángel Nazzi
San Francisco (Cba)
26
Milonga de la musa rea
Naciste en el arrabal
de un Olimpo bien porteño.
Tu cuna fue un Conventillo
con veleidad de Parnaso
donde nacieron la santa,
la mística y las demás
hermanas, que te hacen ronda
por tu audacia y por tu empeño
de enfrentar al más pintado
que se atreva con tus sueños...
Sueños de mina tanguera,
atrevida y compañera,
para dar más largo el paso
llevás tajo en la pollera...
Y acariciás con tu espalda
la mano de algún varón,
cuando el acorde de un tango
le marca un Re al bandoneón.
Re de nota, Re de reina
tan rebelde como entera
que renace en el coraje
de otras muchas musas reas,
al servirse de la gama
de colores que ya están,
para pintar de otros grises,
negros, rojos y violetas,
las ojeras de la noche
en el sol de la ciudad.
Musa rea es la María, María de Buenos Aires,
es Rosita, es la Merello, es Simone y Nelly Omar...
Es la Tana, Eladia y todas las mujeres que bebieron,
de las venas de algún tango, su sabor a libertad.
Nélida Puig
27
A
unque suene a extravagancia
o a conformismo, la sencillez
de un tango bien bailado
revela al milonguero que se ha
desprendido de toda carga de
adornos superfluos, para lucir a
cambio, su elegancia y savoir faire.
Más allá de la moda y los presentes
imperativos, esos bailarines libres
de los estereotipos y pirotecnia,
que saben caminar la pista,
fundirse con la pareja de turno y
cohesionar su andar con la música,
exhiben la belleza de lo esencial.
Son los que han sabido eliminar el
matorral de figuras que lucieron
en sus primeras andaduras,
para afirmarse en lo esencial: La
elegancia, el porte, la comprensión
de la música. Sabiduría, en suma.
Así como hay bandoneonistas
que tocan su instrumento con
gran despliegue de movimientos,
y logran un bello resultado,
también hay/hubo otros como
Maffia o Troilo que no necesitaban
gran despliegue para emocionar,
maravillando con la levedad de
sus formas. La música es capaz de
movilizar y hacer sonar nuestras
emociones con una pureza que se
diría superior a la de otras artes.
Borges era capaz de describir
en diez líneas lo que a muchos
escritores les llevaría un par de
páginas. Y aunque no se trate del
baile, lo traigo como ejemplo de
esa simplicidad creadora que tienen
algunos milongueros, liberados
del estigma de ser originales
dibujando pasos al por mayor y
privilegiando en cambio su fina
interpretación de la música con
cápsulas de sabiduría intemporal y
de prodigiosa exactitud emocional.
Porque han sabido madurar la
travesía que conduce del vuelo
unitivo al quietismo ascético,
del fervor hímnico a la cadencia
elegíaca. Carlos Gavito era el
mejor ejemplo en ese sentido.
Él incorporó a su baile la pausa
después de 50 años bailando y nos
dejó esta frase sencilla pero real:
“El tango está entre paso y paso
y la pausa es necesaria para la
buena marcha. Como para hablar,
hay que hacer una pausa para
pensar”. Y un grande como Juan
Carlos Copes que atravesó todas
las etapas del milonguero, antes de
saltar a los escenarios, fue tajante:
“Lo principal de un bailarín es la
elegancia. Hay quienes por hacer
pasos pierden la elegancia. En mis
tiempos, del tipo que hacía muchos
pasos, decíamos que arrugaba,
perdía la apostura normal que
siempre debe tener una pareja
cuando está frente a frente”.
El azar del tiempo desvanece
muchas cosas, pero yo tengo en
mis retinas a los muchachos de la
barra lontana que sabían desplegar
su baile, sin aspavientos. El petiso
Amador y el Gordo Agapito eran
elegantes en cualquier momento
del trance y de la noche, haciéndolo
siempre con la misma simple
tersura. Otros nos afanábamos
en acumular pasos, figuras,
dibujos, un tango de impulsos,
impacientes por la lentitud. Y nos
pasaba como a muchos jóvenes
de cada época cuyos cuerpos
desconfían de su imaginación,
Simplicidad
28
que a su vez desconfía de sus
cuerpos. En tantas pretéritas
madrugadas que habitaron mis
pasos, fueron macerándose los
ecos de las milongas acontecidas
y el tiempo trae los ecos de esas
resonancias. Una serie de estímulos
e impresiones que exacerban la
sensibilidad adolescente y ese
citius, altius, fortius (más rápido,
más alto, más fuerte) inevitables
en el proceso de exaltación. El
proceso que se cumple como un
rito de paso que implica transitar
del orbe diurno y solar al mundo
misterioso y enigmático de la
noche, cargados de tanta vanidad.
Las erupciones emocionales. Y
la evolución lógica absorbiendo
ejemplos válidos. El beau Brummell
nos enseñó que
“la cumbre de la elegancia es la
simplicidad absoluta”.
Y Enrique Campos nos lo recordaba
cantando con Tanturi esos versos
del representante y poeta José
María Suñé:
Si es tan humilde y tan sencillo
en sus compases,
porque anotarle un mal ejemplo
en cada frase.
(De mi libro Perfiles milongueros)
José María Otero
29
30
Tango escuela ACETA
Hermosos recuerdos, grandes enseñanzas
Intervienen Pupi Castello, el Chino Perico, Carlos Gavito, la negra
Margarita, Orlando Paiva, Nito y Elba, Gloria y Eduardo Arquimbau,
Osvaldo y Coca Cartery.
TANGO ESCUELA ACETA parte 1
https://www.youtube.com/watch?v=6BP_eeRqgaE
TANGO ESCUELA ACETA parte 2
https://www.youtube.com/watch?v=_rJnEHmVs8A&t=65s
Publicado por Sebastián Lanzi Sarrot
31
Isabel de Grana
UN POCO DE HISTORIA. Con su nombre real: Enriqueta Isabel Gay,
la posterior cantante de tangos Isabel de Grana (nombre artístico sugerido
por Canaro), nació en el barrio de Villa Crespo el 8 de agosto
de 1930. Fue la mayor de seis hermanos (cinco mujeres). En casa de dos
profesoras de color hizo estudio de danzas clásicas y populares. Siendo niña
participó en espectáculos de zarzuelas, coro y ballet en el teatro Avenida.
Entre los 14 y 27 años concurrió a vocalización y estudio de canto con un
maestro del teatro Colón.
En 1944, el cantor uruguayo Carlos Roldán, a la sazón vocalista de Canaro y
amigo de los padres de Isabel, la presentó a Pirincho. Y quedó incorporada
al elenco de la compañía que representaba, en el teatro Alvear, la comedia
Dos corazones, de Canaro y Pelay, que luego pasó por Montevideo. También
actuó, generalmente como bailarina, con otras compañías teatrales
integradas por Pepe Arias, Mario Fortuna, Sofía Bozán, Alberto Castillo, entre
otros.
AL TANGO. Alentada por el actor cómico Mario Fortuna, inició su carrera
como cancionista de tango, debutando en el Maipo en 1947. Pero se puso
de novia, se casó y abandonó la actividad artística. En 1950 reapareció, esta
vez como figura y media vedette, en el teatro Comedia en La Revista de
los campeones, junto a Alberto Anchart, Pedro Quartuchi, Juan Verdaguer,
Blanquita Amaro, Jovita Luna. Al año siguiente apareció en la pantalla
grande con un papel en la película Locuras, tiros y mambos, con Los Cinco
Grandes del Buen Humor, Verdaguer y Blanquita Amaro.
La labor artística de Isabel Gay no tuvo pausas. Tras una gira por Chile y
Brasil con Alberto Castillo, se dedicó de lleno a cantar tangos: a la hora del
té en el Bohemian Club con el pianista Lorenzini, en el cabaret Tibidabo de
la calle Corrientes con orquesta, en la confitería L’Aiglon Noir y en el Tabarís,
donde compartió escenario con Juan Carlos Copes, Verdaguer y Margarita
Padín.
SALTO IMPORTANTE. En el año 1957 rindió una prueba decisiva con el fin de
ser cantante de Francisco Canaro, y la expectativa que significaba vincularse
a un nombre preponderante del espectáculo porteño. Cantó el tango Lo han
visto con otra, acompañada por el pianista Oscar Sabino, siendo aprobada,
Debutó con la orquesta en la comedia musical Tangolandia (de Canaro y
Pelay) en el teatro Alvear. Allí fue cuando Pirincho la asignó el nombre:
Isabel de Grana. Renombrados artistas integraban esa compañía: María
Esther Gamas, Tito Lusiardo, Jorge Vidal, Alba Solís, Tono Andreu, Carmen
Vallejos, Beba Bidart, el ballet de Copes y María Nieves. Isabel cantó a
dúo con Juan Carlos Rolón el vals Noche deseada y sola el tango No te doy
bolilla. Esa comedia tuvo enorme éxito y realizó muchísimas giras por el país.
32
RADIO, GIRAS Y DISCO. En 1958/59
la orquesta de Canaro con Isabel de
Grana actuaron en radios Libertad,
El Mundo, Belgrano y Canal 7 de
televisión. También animaron los
carnavales del Club Rosario Central,
mientras seguían las giras por el
país, extendiéndose a Santiago de
Chile y Uruguay. En 1960 se presentó
Canaro en el emblemático Glostora
Tango Club (cuando en el verano
entraba en receso De Ángelis, la
atracción central). Isabel de Grana y
Eduardo Adrián eran los vocalistas. Al
año siguiente, la cancionista integró
el dúo vocal con Ernesto Herrera
en el periplo que cumplió Canaro
durante un mes en Japón.
Al fin Isabel llegó al disco, grabando
entre 1961 y 1964 diez temas con
Pirincho, entre ellos los tangos
Bandoneón arrabalero y De mi
barrio. Su figura atractiva volvió a
la televisión, actuando en Canal 13
en los programas Casino Philips,
el Show de Juan Carlos Mareco y
Sábados circulares, de Pipo Mancera.
A la vez, formó parte de la compañía
que en el teatro El Nacional ofreció
obras emblemáticas de Alberto
Vaccarezza, junto a artistas de
primera línea y la orquesta de
Osvaldo Pugliese.
Tras el fallecimiento de Canaro,
ocurrido el 14 de diciembre de 1964,
reinició Isabel su ciclo como solista.
Actuó en programas radiales y
televisivos, locales nocturnos y giras
por ciudades del país, presentándose
también en Uruguay, Chile y en
una importante gira por Colombia,
donde impuso éxitos como los
tangos Ahora no me conocés, Gloria
y Padre Nuestro. Luego de una gira
por el sur y cantar en Radio Carve
de Montevideo, en 1969 abandonó
definitivamente la vida artística.
MÉRITOS. Una amplísima trayectoria
en programas y escenarios de
renombre, recorridas por el país
y el exterior cantando con su voz
suave y expresivo fraseo, avalan a
la cancionista que evocamos. No
estuvo entre las mejores, no fue
diva como ilustres antecesoras y
poco se sabe de su vida íntima, una
faceta que suele otorgar repercusión.
Pero dejó su sello y discos, a través
de los cuales se puede escuchar a
esta buena cantante que se llamó
Isabel de Grana, en ediciones
remasterizadas de la colección
Reliquias. Falleció el 6 de abril de
1997 en su casa de la calle Agüero,
de Barrio Norte.
DISCOGRAFÍA. Isabel de Grana
registró 10 grabaciones con la
orquesta de Francisco Canaro,
cinco de ellas en Japón, teniendo
como compañeros del rubro vocal a
Ernesto Herrera y Francisco Amor.
Además grabó tres tangos (Gloria,
Garufa y De mi barrio) en Chile, en
acetato, acompañada por la orquesta
de Carlos Arci.
ANECDÓTICO. La vinculación
de Isabel de Grana (nombre
artístico) como cantante estable de
Francisco Canaro resultó el canal
por el cual Pirincho, bohemio y
mujeriego empedernido, tuviera un
amor clandestino. Estuvo casado
legalmente, hasta su fallecimiento,
con una francesa, Martha Gessaume,
sin hijos. Esa otra mujer se llamó
Irma Gay (hermana menor de la
cancionista) y de esa unión nacieron
dos hijas: Rafaela Emma y Argentina
Irma Canaro, ambas muy bellas en
su juventud.
Fuente: http://franciscocanaro.blogspot.com.
ar/2009/12/isabel-de-grana.html
33
TANGO
JAZZ
QUARTET
ALEJANDRO BEELMANN,
BATERÍA
FEDERICO HILAL, BAJO
HORACIO ACOSTA, PIANO
GUSTAVO FIRMENICH,
SAXO TENOR
Y CLARINETE
El conjunto mixtura las melodías y rítmica del tango con la armonía
e improvisación del jazz dando por resultado un nuevo punto de
vista sobre nuestro genero, esta novedosa propuesta ha cosechado
innumerables elogios tanto en el ámbito local como en el plano
internacional donde el grupo se ha instalado en los últimos años.
Gustavo Firmenich, líder del conjunto Tango Jazz Quartet, ha recreado
en algunos de sus espectáculos las noches de Buenos Aires de hace unas
décadas en las cuales se realizaban bailes con las orquesta de tango y de
jazz, Típica y Jazz se anunciaban esas noches. En su investigación sobre
ambos géneros que tienen muchos puntos en común en sus orígenes hay
algo que claramente los diferencio con el paso de la evolución musical de
cada estilo: la improvisación. Esto motivo a que desde el año 2000 GF se
haya dedicado a estudiar e investigar como poder complementar ambas
corrientes musicales.
Para conseguir esto realizo múltiples estudios, pruebas pilotos, formo
dúos y tríos con músicos de tango con muchos años de trayectoria para
aprender por transmisión oral los secretos del tango de quienes vivieron
los años dorados del genero, se documenta con coleccionista de discos
de tango sobre todos los antecedentes de fusiones similares, etc.
Como consecuencia de estos estudios llega a la formación de Tango Jazz
Quartet en el 2005 con el cual busca durante tres años a diferentes músicos
que se adapten a esta propuesta novedosa consiguiendo en el año 2007 de
consolidar el conjunto, obteniendo rápidamente la aprobación generalizada
del publico y de la prensa especializada.
34
GRABACIÓN DE VIDEOCLIPS
DE TANGO para BAILARINES,
ORQUESTAS, ESPECTÁCULOS,
FESTIVALES, CURSOS, ETC. !
En la actualidad el grupo ha grabado cuatro discos, el primero de sus placas
discográficas lo presento en un concierto en Buenos Aires junto al gran
acordeonista Richard Galliano. Realizo giras internacionales que le han
generado un gran reconocimiento en el ámbito internacional así como
en el ámbito local en donde el Ministerio de Relaciones Exteriores
y Culto declara ese trabajo como de interés artístico-cultural.
El grupo realizo Seis Giras por Europa, Una Gira por EEUU, Dos Giras por
Sudáfrica, Una Gira por Rusia, Una Gira por China y Una Gira por Brasil.
Países en donde ha tocado TJQ: Alemania, Inglaterra, Gales, Suiza, Francia,
España, Italia, Bélgica, Rep Checa, Serbia, Hungría, Eslovaquia, Austria,
Sudáfrica, Mozambique, Nigeria, China, EEUU, Hong Kong, Rusia, Brasil.
Canal YouTube: tangojazzquartet: https://www.youtube.com/watch?
v=O8rHLHTIEBw
Notas periodísticas gira Europea 2016:
http://www.thejazzmann.com/ features/article/saturday-at- wall2wall-jazz-
festival-the- melville-centre-abergavenny- 03-09-2/
http://www.walesartsreview. org/live-wall2wall-jazz- festival-2/
http://lance-bebopspokenhere.blogspot.co.uk/2016/08/the-globe-does-
tango.html
http://lance-bebopspokenhere.blogspot.co.uk/2016/08/tango-jazz-quartet-
globe-august-29.html
INFORMACION DETALLADA SOBRE TJQ:
https://www.dropbox.com/sh/meudhy0tge7lbpo/
AABvB7JvO5zUunXJHbsOAWYLa?dl=0
Una nota del diario “El Siglo”, de Chile. Nos invitaron a la Feria del Libro que se realizaba junto al Mapocho.
Salvador Allende acababa de perder su tercera postulación a la presidencia, pero ninguno de nuestros amigos
dudaba que la próxima era la vencida. Conocimos a gentes inolvidables, Enrique Lihn, Jorge Teillier, Carlos
Ossa, los Parra, Pablo de Rokha, Manuel del Cabral, el poeta dominicano que por entonces era cónsul en
Chile, etc., y con muchos de ellos la relación se prolongó en el tiempo. Héctor , en su libro “La verdad sobre
el Pan Duro” de 2007, abunda sobre esta gira mágica y maravillosa, en la que nos acompañó mi Alicia.
Héctor Negro (Buenos Aires, 27 de marzo de 1934 - 15 de septiembre de 2015): ¿La poesía?
tengo algunas pistas para creer que puede ser algo más que un delirio que me obsesiona.
Juana Bignozzi (Buenos Aires, 1937 - 5 de agosto de 2015): En la poesía tiene que haber
algún misterio, algo que el poeta ve y que el público no.
Pistas y misterios
36
H
éctor y Juanita –tesis y
antítesis- se fueron. Por
muy pocos días no viajaron
juntos.
Juanita era la única de nosotros
que quería, con sinceridad y fervor,
hacer “una carrera literaria”, al
resto nos ocupaba, con idéntica
sinceridad, fervor e ingenuas
expectativas, cambiar la vida a
golpes de poesía. Tanto ella como
el resto, lo comprobamos al final,
estábamos equivocados. Eso sí: de
una manera que se extraña, que
valía la pena.
Negro, paseaba, por entonces,
con Mabel por el centro y, a la
sombra de la magnolia amiga de
la Plaza Lavalle, se exaltaba al
comprobar “Cuánto día cabe aún en
nuestros pulmones” y Bignozzi (en
ocasiones, en broma, la llamaba
por el apellido) se cuestionaba
en su tierra de nadie: ¿Qué vas a
hacer Juana/ con la juventud que
aún te queda?. Y claro, todo esto
sucedió antes de aprender. Y ya
pasó. Ahora ya entendemos de qué
se trata todo esto, la vida. Claro
que algunos, la mayoría de los
que éramos, ya olvidaron, lo que
de ninguna manera quiere decir
que los olvidamos a ellos, y mucho
menos que ignoremos que el
olvido, de todos modos, sigue allí,
aguardándonos, para ser definitivo.
Nos quedan por supuesto
esas revelaciones con grandes
imposibles y olvidos que no
llegan, que infatigable, desde
“Los límites” (1960) persiguió y a
veces vislumbró Juanita, y aquel
bandoneón de papel y las letras de
milonga de Héctor que, lo mismo
que Manzi, logró con lo que algunos
consideraron “un género menor”,
una gran poesía, una poesía mayor.
Felizmente toda esa armonía de
palabras y paisajes suburbanos
encontraron a otro gran músico que
las descifró cabalmente, Osvaldo
Avena, pero los que tuvimos la
fortuna de escucharlas cantada
por el poeta -que hacia percusión
en una mesa del bar- sabemos
que nunca volverán a sonar así
de vívidas y auténticas. De pronto
estallaba una fiesta ¿cómo olvidar
la chispa feliz de los ojos del
cantautor, la sonrisa pícara, la
evocación traslúcida del vestido
de azahar y cielo de la morena
que se casaba, o los golpecitos en
el empedrado de los cascos del
caballo del lecherito, o la radiante
hermosura de los domingos en
los que ella era suya, entera de la
blusa al beso. En ocasiones, los
músicos de la orquesta de Pugliese,
que terminaban el ensayo, se
acercaban a escuchar y aplaudían,
a veces, también el maestro.
Esa, exacta, era la otra vida que
recordaba Juanita, en la que
“miraba desde la ventana de un
bar…”. Y ese bar era el Callao 11(*)
¿cuál otro si no?. En él, en torno a
una gran mesa (por abajo gateaba
Alejandro, mi hijo, buscando
tapitas de botellas) y en una foto
que se va vaciando, alguna vez
estuvimos todos: Juancito Gelman
(con “Violín y otras cuestiones”
rompimos fuego) Hugo Di Taranto,
gruñón y tierno, Roberto Díaz
(presenté su poemario inicial en
1966, en el Teatro de la Fábula),
Rosario Masse (lo llamábamos “el
37
viejo Vallejo reencarnado” ), Pipo
Silvain, que hacía cantar a las
calles, a los tranvías, a Caballito,
su barrio, y a la lluvia, Juan Hierba,
que un buen día cumplió con lo
prometido en un poema, dejó
absolutamente todo y se fue a
una isla lejana (a vivir y a morir),
Guillermo Harispe, y su pequeño
inventario de aventuras, Carlos
Somigliana, que nos dejó en el
alma, grabado a fuego, el “Nunca
más”, y Atilio J. Castelpoggi, otra
mirada, la del 40, pero idéntica
pasión joven.
Naturalmente también los que
duramos. Perdonen, por no
nombrarlos, es por cábala.
…Y, así, todos los miércoles,
obligatoriamente, la foto se
componía, abigarrada. Estaban
los infaltables: Cacho Costantini,
Julio Huasi, Miguel Ángel Bustos,
Susana Vallés, Marcelo Ravoni,
Quique Blaisten, José Portogalo,
Rodolfo Campodónico, que se
enojaba conmigo (y muy en serio)
cuando elogiaba a su maestro por
lograr que “Evita saliera fea” en
los afiches, y también los otros, los
visitantes intermitentes: José Luis
Mangieri, Carlos Alberto Brocatto,
Rubén Chihade, Luis Luchi  (nos
reencontramos en Barcelona y en
Madrid) Mario Jorge De Lellis, Paco
Urondo, David Álvarez Morgade,
el negro Portantiero, Alejandra
Pizarnik, Armando Tejada Gómez,
César Fernández Moreno, Mercedes
Sosa, Ramón Plaza, Piri Lugones,
Roberto Santoro y todos los
amigos de “El barrilete”, y también
los del “Grillo”, o “Poesía Buenos
Aires”, con quienes peleábamos
fuerte, y nos identificábamos
y , desidentificábamos en
Continuum, cada vez más fuerte
las dos operaciones, pero no
necesariamente en ese orden, y un
etcétera interminable y gozoso.
De repente me viene a la memoria
una noche en la que, al enterarse
que Raúl González Tuñón había
prologado mi primer libro, alguien
murmuró “y claro…Raúl no le niega
un prologo a nadie”, cuando le
pedí explicaciones me dijo que
a él también lo había prologado.
Raúl era uno de nuestros padres
adoptivos, el otro era Tico Pisarello.
En fin, Juana, Héctor, decíamos
que la foto se va despoblando,
es de inicio de los 60 y la tomó
una noche de verano y lluvia
entrecortada, Julio César “Guegué”
Fumarola, amigo entrañable de
mi infancia en Once, que fue
secuestrado el 5 de febrero de
1974 por la Triple A y su cadáver,
acribillado a balazos y con signos
de tortura, hallado la mañana
siguiente en un descampado
de Ezeiza.
¡Que amables y consoladores
suenan los eufemismos! Las gentes
de teatro, por ejemplo, cuando
alguno de los de ellos muere,
dicen que salió de gira. Cómo me
gustaría poseer ese talante (o
esa capacidad de engaño y auto-
engaño) e informarles que mis dos
compañeros del Pan Duro, salieron,
simplemente, por ahí, por las
esferas, en busca de metáforas.
…y abundando en eso de ir
borrándose, tampoco existe ya el
38
“Callao 11”. Cuando regresé del exilio sencillamente no estaba. Magia.
Allí pasaron cosas importantes: Nosotros, nuestros sueños, por ejemplo,
pero ¿puede a alguno sorprenderle que algo o alguien haya desaparecido
en la Argentina?
Alberto Wainer
(*) El “Callao 11 (Café, bar, billares) estaba en la vereda de Callao, a muy pocos metros de
Rivadavia, en diagonal al Congreso, Fue uno de los escenarios insoslayables de nuestra novela
generacional, de educación sentimental, política y estética.
Hay un tango en su homenaje de Javier Mazzea, lo grabaron las orquestas de Osvaldo Pugliese
y de Ernesto Baffa.
‘’Yo no soy músico, yo soy tanguero. Me imaginas a mí tocando la flauta?’’
Aníbal Troilo
Ilustración de Miguel Ferreiros
39
DISCOS Y LIBROS
Orquesta El Arranque /
20 años, en vivo en Café Vinilo
Celebrando sus primeros 20 años,
El Arranque presenta un nuevo
disco lleno de novedades y dos
invitados especiales. Este octavo
trabajo discográfico incluye el
repertorio con su cantor Juan
Villarreal, nuevas composiciones
y la participación de Lucas Martí y
Fernando Cabrera, dos de los más
originales y refinados creadores
de canciones de la actualidad.
Grabado en vivo en Café Vinilo.
Lidia Borda
El disco “En vivo en el teatro
Coliseo” fue grabado durante
el “Mestiza Festival 2015”
y reúne obras de Homero
Manzi, Atahualpa Yupanqui,
Cátulo Castillo, Gardel y el
“Tata Cedrón”, entre otros
consumados compositores.
Pero también incluye dos
obras que podríamos llamar
“recientes” dentro de lo que
acostumbra interpretar Borda,
son Crisantemo,
de Luis Alberto Spinetta y el fado Estranha forma de vida.
4040
Carlos “Tata” Santana
A solas con mi guitarra
A este intérprete
pertenece la música de
fondo que acompaña la
presente edición.
Tango. Ventanas
del presente II
-La polémica sobre el tango
electrónico en sus inicios
-Las nuevas composiciones
para orquesta típica
-La producción musical
en los 80 y 90
-La estética actual:
entre la noción de género
y la hibridación
-Mujeres bandoneonistas
en la historia
y su crecimiento actual
-La ubicación del tango entre la
cultura culta y la cultura popular:
discusiones y políticas públicas
-Los documentales sobre el tango
de los últimos 15 años:
la narración de la historia reciente
-El tango barrial: la historia íntima
de la ciudad
de Buenos Aires
-Diálogos entre tango
y murga: historia
porteña y propuestas
musicales actuales
-Cantores con
guitarras: continuidad
histórica y matices
contemporáneos
Se consigue en las
siguientes librerías de la
ciudad de Buenos Aires:
Antígona
(Corrientes 1543)
Vivaldi Libros
(Santiago del Estero 998).
41
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Tango y cultura popular n° 162

  • 1. TANGOY C U L T U R A P O P U L A R F E B R E R O 2 0 1 6 • N º 1 6 2 • A Ñ O X V I I
  • 2. Dirección: Ricardo Schoua Tema musical de fondo: Uno (Mores-Discepolo) - El último café (Stamponi-Castillo) Intérprete: Carlos “Tata” Santana De su CD A solas con mi guitarra Colaboradores: María José Lavandera Ángel Mario Herreros Alberto Wainer Diseño: Adriana Rolón Ilustración tapa: Leonardo D’Aquila y Antonia Lema Ilustración contratapa: Gardel, arte pop de Pablo Lobato Las notas firmadas no reflejan necesariamente la opinión del editor. Para comunicarte con nosotros revistatycp@gmail.com www.tangoyculturapopular.com www.tycp.com.ar Tel: (0341) - 4355629 Rosario - Santa Fe – Argentina -
  • 3. Sumario En este número: Editorial: Los burócratas de la milonga 4 Karina Romero: La pasión por el Tango a NY 8 Ciriaquito 11 Cabaret Chantecler 12 Conventillos de Mar del Plata 16 La Boca, el barrio de los sueños 20 ¡Qué saben los pitucos! 21 Orquestas de Tango rosarinas 22 La sencillez 24 Quiero... 25 Nuevamente en México 26 Vos, amigo cantor 26 Milonga de la musa rea 27 Simplicidad 28 De la cuna hasta el cajón 30 Tango Escuela ACETA 31 Isabel de Grana 32 Tango Jazz Quartet 34 Pistas y Misterios 36 Discos - Libros 40
  • 4. E n la época de auge masivo del tango, allá por los ‘40 y ‘50, la mayoría de los bailes se realizaban en clubes, con amplias pistas, y la música era básicamente en vivo, con dos orquestas: la típica y la jazz, o la característica. Es decir que, aunque el tango era lo principal, se bailaba de todo. Esto era así no solo en Buenos Aires sino en muchos pueblos y ciudades de las provincias. Las orquestas tenían muchos integrantes, para poder hacerse escuchar, dado que los sistemas de amplificación eran precarios. Estos bailes eran verdaderas fiestas populares. En las casas se solían armar bailes improvisados, aprovechando la música de los programas “bailables” de la radio. El tango también se bailaba en cabarets de lujo, donde se vestía de gala. Por otra parte, existían lugares más pequeños, mayormente confiterías, donde se bailaba con “selectas grabaciones” (discos de pasta, de 78 rpm, que no permitían contar con una gran variedad de música), o algún trío. Como el espacio era reducido, se acudió al recurso de bailar en ronda y con pasos cortos. Esto es lo que hoy se conoce como “tango milonguero”. Hoy en día tenemos un panorama bastante distinto: es difícil contar con espacios amplios para bailar. Esto no significa que el “tango milonguero” sea “la única y verdadera manera de bailar el tango argentino”, como tratan de imponer algunos, con reglamentos casi dogmáticos que no tienen en cuenta el espacio disponible, los cambios en la idiosincracia (y la vestimenta) de la gente y su necesidad de expresarse y divertirse. Entonces, el ir a bailar a una milonga se transforma en un trámite burocrático. En todas las ocupaciones existen los tipos que realizan siempre la misma rutina, sin proponerse cambiar nada, y que reaccionan mal si aparece un “nuevo” que sugiere algún cambio. Se refugian en “esto siempre se hizo así” para ocultar su mediocridad, por miedo a ser desplazados. En el tango hay muchos de estos personajes, supuestamente defensores del “tango puro”, que en realidad defienden sus intereses. A través de la historia, se han compuesto y grabado muchísimos tangos. La mayor parte no tuvo trascendencia, generalmente con justa razón. Por algo existen los clásicos y las orquestas preferidas. Pero últimamente se está dando un fenómeno muy particular. Resulta que ahora se han puesto de moda los musicalizadores (DJ). Susana Miller comentaba hace poco en Facebook que hay quienes Los burócratas de la milonga 4
  • 5. Hay algunos DJ que se creen Gardel... 5 vienen de Europa y se compran todos los CD de tango que encuentran y, como consecuencia, en Europa se usan unos 5000 temas, cuando en Argentina serán unos 1500. Dice que más que musicalizadores son arqueólogos. Claro, en muchos lugares de Europa (no en todos) estos advenedizos explotan la necesidad de los que se acercan al tango de comprender nuestra idiosincracia, intentando imponer lo que ellos hacen como única verdad. Pero lo preocupante es que se produce una especie de realimentación: con el cartel de “DJ internacional” ya hace un tiempo que se aplica un criterio parecido en algunas milongas de aquí. Y uno tiene que aguantar tangos insufribles, con orquestas aburridas y cantores intrascendentes (en el mejor de los casos), con el cuento de que eso es “tango milonguero”. Personalmente me quitan las ganas de bailar.
  • 6. Los burócratas de la milonga 6 Para responder a esto que digo, viene de cajón el argumento de que “esto es lo que le gusta a la gente”, una falacia muy empleada y que no tiene sustento alguno. Entonces, ¿por qué se acepta este tipo de musicalización? 1. Primero, por la costumbre. Al no haber otra propuesta, se considera como válido lo que se difunde. 2. Las personas van a bailar y esto “es lo que hay”. 3. Si alguien cuestiona la música, es muy probable que sea estigmatizado, por atreverse a criticar a un supuesto conocedor profundo de su tarea. En esto participan los indolentes que defienden a rajatabla el “orden establecido”, para evitar que su desconocimiento quede al descubierto. 4. Tanto el supuesto DJ como sus aduladores hacen el suficiente barullo, en particular en las redes sociales. Los que van a bailar permanecen en silencio o dejan de concurrir a las milongas, como sucede con mucha gente joven, que se aburre. 5. Hay quienes creen que bailar es hacer pasos y no les importa la música. La tarea del DJ no es imponer sus caprichos sino hacer que la gente se sienta bien, se divierta; crear un clima de emoción y energía positiva. Una condición necesaria, pero no suficiente, es que la pista esté llena. Pero además debe estar llena de gente contenta. Hoy no es posible reproducir las condiciones de los grandes bailes de antaño, pero el avance de la tecnología nos trae nuevos desafíos y nuevas posibilidades. Hay que tener la audacia de saberlas aprovechar para renovar saludablemente las milongas, dejando de lado a los burócratas, mediocres, soberbios, envidiosos y chismosos. El DJ debería plantearse si su función es musicalizar la milonga o administrar un museo. Hay que ejercitar la sensibilidad, en lugar de dejarse llevar por los prejuicios y convencionalismos. Estas reflexiones son producto de lo que aprendí como musicalizador en Rosario, observando a la gente y corrigiendo, en consecuencia, el contenido y organización de las tandas, lo que apliqué recientemente en México con mucha aceptación y alegría. En ese sentido, me parece que la tarea de DJ es complementaria de lo que hacemos con esta revista y otros elementos en materia de difusión, muchas veces remando contra la corriente, como saben los lectores. Por eso, pienso dedicar más tiempo a esa actividad.
  • 7. 7 Aquellos a los que les interese la propuesta, cuenten conmigo. Por otra parte, es importante y alentador que se organicen milongas con orquestas en vivo. Esta modalidad está en franco crecimiento y han surgido muchas orquestas nuevas. Y, por supuesto, los que no estén de acuerdo están en todo su derecho de elegir lo que les guste y seguir adelante. Como siempre, ¡muchas gracias y hasta el próximo número! Ricardo Schoua
  • 8. Camila tiene alrededor de cinco años y está ansiosa por comer pizza. Son las 6 de la tarde. Es consistente con su demanda. Malena, que tiene diez años, le explica que es demasiado pronto para la pizza. Parece que está acostumbrada a las cenas tardías de estilo argentino. Lleva orgullosa su rodete. Viste rosa de pies a cabeza. Una verdadera bailarina en desarrollo. Su madre le explica que le encanta bailar, pero que también es una gran estudiante. “Se está preparando para la escuela media”, aclara. Y, con este pequeño comentario, sólo por un segundo revela cierta vulnerabilidad, quizás distante como aquella audaz mujer de 30 años que llegó a Nueva York hace 16 años como parte de un plan algo alocado, junto a su amigo, el bailarín de tango Walter Pérez, $ 1,000 en el bolsillo y el sueño de bailar “todos los días”. “Pasó de la noche a la mañana. S i m p l e m e n t e vinimos. Después de cinco años de vivir en Buenos Aires, quería un cambio”. Un amigo de Walter los llevó al estudio de baile de Sandra Cameron, considerada uno de los principales estudios de baile de la ciudad durante los años ‘90 y la primera en programar clases de tango argentino. Sandra, tres veces campeona de salón profesional de los Estados Unidos Karina Romero: Traer la pasión por el tango a Nueva York Por María José Lavandera H ay un algo sobre Nueva York. Es Frank Sinatra. Es la Rhapsody in Blue de Gershwin. Es Woody Allen. Es Tony Bennett. Y, para nosotros los argentinos, también es Astor Piazzolla. Su ciudad natal, en realidad. Vivió en el centro de la ciudad, en algún lugar de la calle 8, en un empobrecido barrio de Greenwich durante los decaídos años ‘30. Y también es Carlos Gardel, con su inolvidable, perfectamenteafinado vibrato, cantando al amor perdido. Allí encontraron su éxito. Y, como dice la canción, lo lograronentodaspartes.Son pilares de nuestra melancólica cultura inmigrante. Gritando una pérdida constante. Nueva York, como Buenos Aires, es una ciudad portuaria. Un lugar de constantes bienvenidas y despedidas. Una fragancia grisácea de tango conecta estos dos lugares aparentemente distantes. *** 8
  • 9. en los años ‘70, se entusiasmó rápidamente con su calidad como bailarines e inmediatamente los contrató. “Aquí en Nueva York la naturaleza exótica del tango encaja perfectamente con el eclecticismo de la ciudad. Es el lugar para desarrollar profesionalmente esta pasión “, dice. Karina Romero, madre de Camila y Malena,esquiencuentaestahistoria. Es una de las profesoras de tango más solicitadas de la viva escena que ha enriquecido la vida cultural de Nueva York desde mediados de los ‘80, cuando el musical “Tango Argentino” se convirtió en un éxito masivo y difundió un entusiasmo contagioso por esta danza. Según el sitio “Hoy Milonga New York”, hoy hay un promedio de 7 “milongas” por noche. Con el tiempo, llegó el estudio propio. Junto con su ex marido, el bailarín Dardo Galletto, Karina fundó Dardo Galletto Studios hace diez años. En medio de Times Square, tiene una brillante reputación en Manhattan, es el elegido de los seminarios de grandes maestros que visitan la ciudad -como Gabriel Missé- e incluso ha sido presentado por The New York Times. El último gran nombre que Romero entrenó fue el actor Liam Neeson, para una película que estrenará en enero de 2017. “Prometió que me iba a hacer sentir orgullosa”, dice ella, bromeando. *** Karina nació en Córdoba y sus comienzos estuvieron anclados en el ballet, que comenzó a los cinco años como consecuencia de una recomendación médica para mejorar sus pies planos. Su primer intento en el tango fue durante su adolescencia. Corría el año 1983, cuando fue invitada a bailar en la Universidad Nacional de Córdoba en un festival que celebró el regreso de la democracia después de la dictadura militar iniciada en el ‘76. “Ese fue el punto en el que me enamoré de él”, asegura. A sus 20 años, se trasladó a Buenos Aires, donde anhelaba capturar la sensación de originalidad del tango en su lugar de nacimiento. Su padre la inspiró a profundizar y cumplir con su aspiración de convertirse en una bailarina profesional. “Quería realmente participar en este mundo, que sentía tan mágico”, dice. “Muchas personas importantes me ayudaron a dar mis primeros pasos: Graciela González, Luis Solana, Carlos Copello, Juan Carlos Copes, Mingo Pugliese. Tomaba clases todos los días. Estaba fascinada. E iba a bailar todas las noches a milongas”. *** Buenos Aires tiene ojos llorosos y un estado de ánimo cambiante. Puede ser tan alegre como terrible. Tiene el poder de movilizarte hacia adelante, incluso cuando el cansancio y la desilusión consumen la voluntad. La improvisación encabeza su esquema de valores: uno cree “que conoce la coreografía”, pero en realidad no es así. No es de extrañar que el tango haya nacido allí. “Bailar tango es casi una terapia”, dice Romero. “A veces te hace parar y tratar de entender qué es lo que estás tratando de controlar. Una vez que había vivido el rigor de la coreografía, 9
  • 10. lo que más me gustó fue el poder de improvisación, de no saber “. Nueva York puede resultar solitaria. Yo misma he experimentado eso. Un hombre en un supermercado me dijo hace poco: “Esta es una ciudad de trabajo”. Sus palabras me ayudaron a entender el hechizo que el tango produce en los neoyorquinos. Según Romero, el tango puede ser necesario para tomar consciencia de las maravillas más sutiles de la vida; dulce bondad de enamorarse, por ejemplo. “Los argentinos somos físicamente cariñosos”, dice, agregando que es casi - pero no del todo- un cliché. “Es así”, afirma. A los estudiantes principiantes de Romero, entre 15 y 20 por clase, este tipo de afecto les es desconocido. Comienzan por tomarse de las manos tímidamente. Después de dos horas juntos, terminan en un abrazo. Ella explica: “Se trata de compartir y conectar: ¿qué es lo que una pareja va a crear durante ese baile?”, explica. “Les digo que para bailar tango uno no se puede acercar a alguien diciendo ‘hola, un gusto conocerte’. Tenés que ir más a decir ‘hola, ¿cómo estás’”, indica, entre risas contagiosas. Un par de hombres se entremezclan con el sonido de Calambre, de Piazzolla, en el fondo. Es llamativo y oscuro, como es Buenos Aires. Es pegadizo y sexy, como es Nueva York. Entiendo finalmente que tango es una identidad combinada de sonidos que se mezclan al borde de la supervivencia. (Fotografías gentileza de María José Lavandera). 10
  • 11. A migazo José María: Después del afectuoso saludo, me gustaría dejar algunos conceptos con referencia a “Ciriaquito” que, a poco de su arribo a esta capital procedente de Córdoba, se sumó con prontitud al trío de los máximos estilistas de la época, es decir entre los creadores de un estilo, como lo fueron y lo son Pedro Maffia y Pedro Laurenz, los tres de mayor gravitación creadora en cuanto hace a la interpretación del bandoneón en el tango. En otras palabras ellos inventaron como se toca el bandoneón en el tango. “Ciriaquito” aportó al tango, y en particular al bandoneón, una modalidad distintiva y personalísima, definida por su fraseo entrecortado y su marcada devoción por cantar con claridad la melodía como si se tratase de una voz humana, generando un estilo “conversado”, una suerte de parloteo lírico, mucho más locuaz desde su teclado derecho que desde el izquierdo, por la menor riqueza armónica con respecto a los otros dos miembros de la trilogía señalada. Fue además Ciriaco junto a Laurenz y a Anselmo Aieta uno de los que impuso la utilización de fraseo octava, pulsando la misma nota con una y otra mano, pero en distintas octavas, recurso que provee a las interpretaciones de un legítimo acento tanguero envuelto en las gratas reminiscencias ancestrales del “fueye” de Arolas a quien oyó tocar de muchachito allá en “El abrojal” cordobés, habitado por negros, indios y mestizos (los europeos aún no habían llegado hasta allí). De esa pasta está hecho “Ciriaquito”: Ciriaco transmitió mucho de su estilo a “Pichuco” y aunque de similar velamen Ciriaco reconocía pícaramente los méritos del “Gordo”: en cierta oportunidad en que iban a tocar juntos, al sentarse le dice a “Pichuco”: --”Tocá tranquilo que yo voy a menos”. Oscar D. Zucchi Publicado por José María Otero Ciriaco Ortíz Bandoneonista, director y compositor (5 de agosto 1905 – 9 de julio 1970) Nombre completo: Ángel Ciriaco Ortiz Barrionuevo. Apodo: “Ciriaquito”. 11 Ciriaquito
  • 12. E n la década del veinte, la llamada “Guardia Vieja” había impuesto una nueva concepción en el género musical llamado tango, la evolución venía de la mano de músicos provenientes del conservatorio con sólidos conocimientos que le dieron al tango un nuevo perfil más cadencioso y elegante. Por fin la sociedad porteña aceptaba esta música que nació en los arrabales y ahora reinaba en el centro. Buenos Aires necesitaba un lugar de jerarquía, para ofrecer a un público cada día más pretencioso un espectáculo de varieté donde el tango fuese el centro de atracción. A tal efecto en 1924 se crea el cabaret Chantecler, ubicado en la calle Paraná 440, entre la avenida Corrientes y la calle Lavalle. Para su inauguración se convoca a la orquesta del maestro Julio De Caro, uno de los principales gestores de la nueva época en la historia del tango. La orquesta estaba compuesta por De Caro como primer violín, su hermano Emilio como segundo violín, Francisco De Caro, el otro hermano, al piano, Ruperto Thompson en el contrabajo y dos bandoneones: Luis Petrocelli y Pedro Maffia, luego Luis Petrocelli sería remplazado por Pedro Laurenz, un sexteto de lujo. En esta oportunidad De Caro, estrena el tango “Buen amigo” dedicado al doctor Enrique Finochietto, amigo personal y famoso profesional médico, además asiduo concurrente. Giovanna Ritana, también llamada Jeannete, estaba casada con un tal Juan o Amadeo Garesio, un inmigrante procedente de la isla de Córcega, que se decía, era dueño de una cadena de prostíbulos. Esta pareja era la dueña del Chantecler, quizá el cabaret más famoso de Buenos Aires. Ahí actuaban magos, malabaristas, transformistas, acróbatas y todo tipo de varietés, casi un espectáculo circense en un lugar de categoría. La sala, de un tamaño importante, con mesas donde se ubicaban los asistentes al espectáculo, el espacio destinado a los bailarines, el bar con su correspondiente barra y el escenario donde actuaban los artistas; todo rodeado por palcos, similar a lo que se estilaba en los teatros. Un detalle que demostraba la jerarquía del lugar era la prestancia de los palcos, muy amplios, tanto que se podía comer y bailar en ellos, con absoluta privacidad. Las comidas y bebidas se solicitaban por teléfono y, para mayor recato, las rojas cortinas de pana se podían correr ocultando el interior. Otro detalle de fineza era una pileta de natación climatizada, donde jóvenes bañistas realizaban juegos acuáticos, para solaz de los concurrentes. Varias orquestas animaron las noches del Chantecler. Pero la figura descollante fue el maestro Juan D’Arienzo. Durante muchos años su orquesta fue la preferida del público, principalmente los amantes del tango bailado. El Chantecler se vistió de tango con pilchas de percal y perfume de glicinas, llegó D’Arienzo con su Cabaret Chantecler 12
  • 13. música de rango y las luces de farol que alumbran las esquinas. En 1935 el maestro incorpora a su orquesta a Rodolfo Biagi, músico y pianista, deja el compás de 4x8 para volver al primitivo 2x4, marcando el compás con el piano de Biagi, que fue el creador de esta modalidad. Este cambio le significó un éxito total entre los amantes del baile que añoraban el 2x4. Alguien dijo: “D’Arienzo le puso alas a los pies de los bailarines”. Esto le valió que Angel Sánchez Carreño, el “Príncipe Cubano”, nombre puesto por Madame Ritana, le adjudicara el mote de “El Rey del Compás”. ¿Cómo Madame Ritana y su marido Garesio llegaron a ser dueños del Chantecler?. Se dice que un señor de origen francés llamado Charles Seguin que además del Chantecler era dueño del Tabarís y el Casino y de varios lugares más, como número para presentar en este establecimiento había contratado un grupo de trapecistas corsos. Garesio llegó al país con este grupo y lentamente se fue ganando la confianza de Seguin, colaborando en las tareas de administración de sus negocios. Al parecer, el empresario, que era un hombre bastante mayor y amante de la buena vida, se sintió muy cómodo con la actuación de Garesio, quien terminó siendo el único mandante en la empresa y como el francés no tenía herederos, todo quedó en manos del matrimonio. Madame Ritana quedó regenteando el Chantecler, Enrique Cadícamo la recuerda en su poema Cita a medianoche con estos versos: Envuelta en una nube de gasa voluptuosa cruzaba la alegre sala del Chantecler, Ritana mientras Gardel se asoma con su copa espumosa de cliquot, en el palco de fina y roja pana. Madame Ritana fue uno de los tantos amores de Carlos Gardel, quizá este haya sido el más conflictivo, el hecho 13
  • 14. de ser una mujer muy poderosa y en estado de compromiso, le ocasionó a Gardel serios problemas que, según hechos que ocurrieron en 1915, casi le cuesta la vida. La calidad artística de los números presentados en el cabaret, siempre fue acorde con los requerimientos de una concurrencia que se caracterizaba por sus gustos refinados. Por su escenario pasaron figuras memorables de la farándula, la música y distintos cultores actuantes en el varieté de esos tiempos. Entre los visitantes había políticos, intelectuales, artistas y el turismo, para quienes era una “obligación” conocer el Chantecler. Oscar Alemán, que actuaba en la compañía de Pablo Palitos fue uno de los números de jerarquía, posiblemente Alemán haya sido el showman más grande que ha tenido el país, con su capacidad de multiplicarse en el escenario, alternando con distintos instrumentos su actuación, tocando el cavaquinho, el ukelele, la guitarra y cantando en distintos idiomas: francés, portugués o castellano. Juan Polito con la orquesta de su nombre en 1932. La orquesta típica del maestro Joaquín Do Reyes, en 1935, uno de los animadores más reconocidos, durante un tiempo interpretó un tango del cual era autor y que no tenía nombre. El poeta Celedonio Flores, también habitué del lugar, a instancias del propio Do Reyes lo versificó, y fue bautizado con el nombre de Yo no se llorar. La sugerencia de este nombre se le adjudica a Pepita Avellaneda, figura esta de larga actuación en los albores de la guardia vieja en los cafés y lugares de tango, donde oficiaba de cupletista. Permaneció en el Chantecler como encargada del guardarropas, hasta su demolición. Antonio Bonavena, en 1938, presentó su orquesta donde hizo su debut un joven cantor de solo 16 años que se llamaba Roberto Rufino, que tiempo más tarde volvería de la mano del maestro Carlos Di Sarli. En 1941 la orquesta de Miguel Zabala (Zabalita) con el bandoneón de Domingo Rullo, uno de los grandes del bandoneón. El legendario Agustín Irusta, también fue figura de este escenario memorable. Margarita Silvestre (Luisa Russo) de dilatada actuación como solista en distintos lugares del país. El maestro Héctor Varela en 1950, presenta a Rodolfo Lesica como cantor estable, junto a Armando Laborde, luego, en 1952, reemplazado por Argentino Ledesma. Oscar Ferrari, que fue cantor de las orquestas de Armando Pontier, José Basso. 14
  • 15. Y muchas figuras más que dieron brillo, con su aporte artístico a las noches del Chantecler. Al promediar la década del cincuenta la actividad tanguera comenzó a languidecer, a tal punto que muchas orquestas debieron disminuir el número de sus componentes por no poder solventar los costos operativos. Algunas se convirtieron en cuartetos, actuando en lugares muy puntuales con público entendido. Otros dejaron la actividad disolviendo el conjunto. El brillo obtenido en años anteriores se fue opacando y lo mismo ocurrió en los cabarets. El Chantecler no fue ajeno a este proceso: a causa de la crisis se decidió su caducidad como negocio y cerró sus puertas. Fue demolido en 1960. La piqueta inexorable destruyó en poco tiempo cuarenta años de esplendor y cubrió a los amantes de las noches de tango con un manto de nostálgica tristeza. Enrique Cadícamo, conmovido por el suceso y el hecho de haber sido protagonista, compuso como homenaje póstumo el tango “Adios Chantecler” que fue grabado por Juan D’Arienzo con la voz de Jorge Valdez. Adiós Chantecler Te redujo a escombros la fría piqueta y, al pasar de noche mirando tus ruinas, este milonguero se siente poeta y a un tango muy triste le pone sordina. Entre aquellas rojas cortinas de pana, de tus palcos altos que ahora no están, se asomaba siempre madama Ritana cubierta de alhajas, bebiendo champán. Entre risas alegres y chistes, siempre estaba apenada René, y de verla tan linda y tan triste fue por eso que me enamoré. Hoy ni ella está más en la sala, ni tampoco entro yo al cabaret, se vinieron abajo tus galas bullanguero y cordial Chantecler. En la noches bravas que el tango era un rito, vibraba la sala con ritmo nervioso, porque en ese entonces estaba Juancito tallando en su orquesta su estilo famoso. Ya no queda nada y aquello no existe, ni tus bailarines ni tu varieté. Te veo muy triste pasar silencioso, Príncipe Cubano, frente al Chantecler. (Publicación del blog Tango siempre Tango. Enviado por Roberto Mancini) 15
  • 16. C ontactamos con Sara Garfinkel en Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina, escritora, profesora de inglés y disertante. Desarrolló durante veinticinco años una intensiva tarea educativa en el BUREAU de INGLES. Es escritora y disertante. Estos son sus libros: Garfinkeleando por Mar del Plata en colaboración con el Prof. Edgardo Samuel Berg: Del Pasaje Vaira a la Cortada del Tango y La Temporada (2003); La Señorita Edith: Historia de una Maestra (2004); Batones y Bigudíes Marplatenses (2007); Anécdotas de una calle corta de Mar del Plata (2009); Yo Soy Leonor de Aquitania – Autobiografía no Autorizada de una Reina Medieval (2012); Amores Diabólicos – El Diablo es el Embaucador del Hombre y de la Mujer (2014) e Historias de Conventillo (2010), del que publicamos esta selección de textos Historias de Conventillo en Mar del Plata (Argentina) Prólogo Gracias a escritores como Alberto Vaccarezza, Manuel Gálvez y otros, siempre se asocia la palabra conventillo con la ciudad de Buenos Aires. Los que hemos nacido tan distantes de barrios porteños como San Telmo, Villa Crespo o La Boca, entre otros, y tan lejos en el tiempo del apogeo de esas viviendas colectivas, podemos contar ahora, ya en la primera década del siglo XXI, ciertas historias calientes del caldero marplatense que tuvieron epicentro en una de esas casas de vecindad conocida como “conventillo”. Según la definición de “conventillo” que da el joven Diccionario del habla de los Argentinos, editado por Espasa - Planeta, (año 2004 – p. 251) Conventillo es “Casa antigua en general con varios patios o con un gran patio interior, cuyas habitaciones se alquilaban a numerosas familias que compartían normalmente el baño y la cocina”. En el ideario popular desde el punto de vista edilicio, el conventillo da la idea de un tipo de vivienda colectiva para personas de escasos recursos. El amontonamiento sin orden de grupos étnicos, que habían perdido los vínculos afectivos o culturales con su país y familias, con personas nativas del terruño, dio origen a una colectividad muy sui géneris, aunque ejemplar en muchos sentidos. Especialmente en el sentido comunitario y solidario, porque en esa confusión de razas, credos, idiomas y costumbres sin orden ni método, nadie estaba completamente solo. Enfermos, ancianos, huérfanos, todos por igual eran cuidados y protegidos. La solidaridad estaba en ver que a nadie le faltara de comer o el remedio necesario o la palabra de aliento. Además todos tenían, hacia esa casona vieja en donde se compartía el baño, la cocina y el patio, un sentido de ser parte de una familia numerosa viviendo en un hogar común. Aunque en esa colmena heterogénea no faltaban las noticias verdaderas o falsas ni los comentarios malintencionados que Conventillos de Mar del Plata 16
  • 17. terminaban, muchas veces, indisponiendo a unos contra otros. De ahí el nacimiento de la palabra “conventillear”, que expresa la idea de chismorrear. En Mar del Plata hubo muchos conventillos. Largo sería narrar las situaciones acaecidas en cada uno de ellos. Además no es idea cansar al lector con narraciones de situaciones que realmente serían repetitivas como repetitivas son las acciones y reacciones del ser humano. Por eso, está la decisión de narrar el conjunto de factores o circunstancias que afectaron a un grupo de personas en un determinado momento en un determinado sitio. Este sitio era una vivienda colectiva marplatense que se levantaba en lo que hoy es pleno centro de la ciudad. Sus frentes daban por dos calles, las que recuerdan el nombre de dos patriotas argentinos, no contemporáneos pero trascendentales en la historia de nuestro país: Belgrano y Mitre. No era necesario ni el número de la puerta de entrada a la casa ni el nombre de las calles para identificar la locación del conventillo, morada de los personajes, verídicos tanto y cuanto a sus existencias, como a los sucesos prósperos y adversos que enfrentaron en sus vidas. Era fácil ubicarlo con sólo nombrarlo como el conventillo del “Bar de Constante”. Este bar, del que hablaremos renglones abajo, era un referente famoso por los parroquianos que a él concurrían. La entrada a la casona colectiva se abría sobre la calle Mitre en un portón doble, a guisa de puerta cancel, que daba acceso a un patio enorme. A la derecha, a algunos metros del portón, se levantaba una higuera gigante que apoyaba su rugoso tronco contra la pared mientras que sus ramas cruzaban el grueso muro que daba hacia la calle, para regocijo de los pibes, quienes devoraban las blandas y dulzonas brevas que colgaban de ellas. A metros de la entrada, en medio del patio - que como ya dijimos era de grandes proporciones - estaban los baños y las duchas. La batería de duchas era a la derecha para las mujeres y a la izquierda para los hombres; los baños seguían esa misma distribución. Por supuesto que toda el agua que corría por las cañerías era fría. ¡Se tirita sólo al pensar lo que habrá sido transitar por allí para ir al baño en las noches de invierno, tan severas en Mar del Plata! A un costado, en el medio de la galería, estaban los tres piletones donde las familias lavaban la ropa. La suya y la de afuera, en muchos casos. Estaba 17
  • 18. prohibido colgar la ropa recién lavada en el patio de abajo. Ese menester se llevaba a cabo en los pasillos de la planta baja y en la pasarela del primer piso; a tal efecto, delante de la puerta de cada habitación, entre las columnas de material que sostenían la pasarela superior y los soportes que aguantaban el tinglado que servía de techo a la galería, se habían fijado unos alambres que servían para tender las húmedas prendas correspondientes a quienes ocupaban dichas piezas. Los pajaritos de Don Iñaqui, el Bar de Constante... La edificación era de dos plantas. En la planta baja había más habitaciones que en la superior. Todas las habitaciones estaban unas al lado de las otras, las de abajo cada una con su puerta hacia la galería, las de arriba con sus aberturas hacia la pasarela de madera, que servía de techo a la galería. A estas habitaciones se accedía por una escalera también de madera. Los techos de las habitaciones del primer piso eran de chapa y madera. Ninguna de ellas tenía ventanas a la calle. Estas salas, así podríamos llamarlas por sus generosas dimensiones, circundaban al patio en tres de sus lados. Al final de una de las galerías una de las habitaciones servía de cocina común para todos los habitantes de la vecindad. La nota de color la daban los pajaritos propiedad de don Iñaki, uno de los residentes más antiguos de la casona, quien los cuidaba con amor de padre y mimo de abuelo. Para ellos había comprado un jaulón que colocó en un lugar estratégico del gran patio. Era lógico su esmero hacia su alada prole de canto grato y melodioso, porque a don Iñaki, que siempre vivió solo, no se le conocía familia alguna. En chaflán, a modo de esquina de esa casa de inquilinato, se abrían las puertas del “Bar de Constante”, mezcla de comedero, despacho de bebidas y almacén de alimentos muy elementales como azúcar, yerba, algún que otro fiambre, café y, si había, algo de harina y fariña. El boliche estaba integrado a la edificación de esa casona que, con toda seguridad, había visto tiempos mejores. No todos los que frecuentaban el mostrador de Constante vivían en el conventillo, pero todos los habitantes de esa casa colectiva siempre, 18
  • 19. por algún que otro motivo, daban vueltas por el comercio dedicado al despacho y consumo de bebidas y comestibles. Por ello, esa taberna era de tremenda importancia en el entrecruce de ideas, sentimientos, opiniones, religiones, idiomas y costumbres que a diario sucedían entre sus visitantes. El dueño del lugar, Constante, reinaba en el sitio desde su trono, especie de mesa cerrada de madera pintada en su alzada y recubierta de estaño en la superficie superior, donde el tabernario soberano, en su calidad de autoridad suprema e independiente, atendía y despachaba los pedidos de sus clientes. En ese lugar la convivencia sin discriminación se ejercitaba con toda naturalidad. Si bien no había notables diferencias en las escalas sociales de las personas, éstas convivían sin supeditar sus valores morales ni sus identidades. Todos conocían horarios y costumbres de cada uno. Todos estaban involucrados en la causa común y hablaban de su domicilio con un sentido de pertenencia, de hogar comunitario y de ser miembro de una familia grande. La vida en los conventillos Evocaremos en estas páginas, no sin cierta tristeza melancólica, el recuerdo de la vida simple, dura, eso sí, pero dichosa de esas personas que tuvieron tantos aspectos positivos que dieron sentido a sus vidas Ellos llegaron, a su modo, a saber el por qué y el para qué de sus existencias, de su vivir cotidiano. Sin saberlo fueron felices porque, a pesar de los más y los menos que todos los seres humanos tenemos en nuestros destinos, ellos conocieron el sentido de sus vidas. Desde los nacimientos, pasando por los bautismos, cumpleaños, casamientos, todo se celebraba en el patio del conventillo. ¡Ni hablar del 25 de Mayo o el 9 de Julio o de las fiestas de Navidad y Año Nuevo! Además se celebraban todos los años nuevos de todos los que profesaban otra fe que no la católica. Todas eran lo que llamaríamos fiestas de la vecindad antes que de la familia. Sara Garfinkel Mar del Plata - Argentina Publicado por Eduardo Aldiser en Argentina Tango http://argentinatango.es/ 19
  • 20. M ás allá de los árboles, los techos, los balcones, las antenas y las grúas, está el río. Era un niño cuando caminaba por esas calles. Puertas, balcones, veredas en desnivel, él árbol cansado frente a la vereda rota de la casa de inquilinato en que vivía mi abuela Emilia en la calle Ministro Brin del barrio de La Boca. En Boedo, en la casa de Teresa, mi otra abuela, hablábamos de los del fondo. En la de Emilia, de los de adelante. Ñata, Elda, Billy, Héctor, Guillermo, Lidia, Elsa, son algunos de los nombres de los vecinos de mi abuela que han quedado en mi memoria y no siempre logro que se encuentren con sus caras. Ahora que miro la foto me doy cuenta que entonces yo no sabía que el río estaba tan cerca. Es más, me pregunto por qué nunca fui caminando con mi mamá o mi papá hasta el río. Supongo que no les interesaba. Para que ir hasta la orilla, si el río venía a buscarlos, se les metía en los sótanos de las casas en cada inundación. Esas eran las calles de los recuerdos de infancia y juventud de mi viejo. ¡Si supiera contar esas anécdotas como él lo hacía! Pero no. Apenas un recuerdo vago de las andanzas de Oscar –Monte, le decían-, Jorge Pinchauva, Pedro, el Loco Arias, Manolo y Dionel, el de la trágica muerte joven. Los bailes del Carcarañá, los campeonatos de fútbol, las comparsas de carnaval, el pan de Ledo… Y el barrio en que conoció a Buby, mi mamá, cuyas tías vivían en una casa antigua de la Avenida Almirante Brown. Era raro caminar allí. Era el escenario de un encanto que para nosotros se hacía presente en sus relatos pero que según aprendimos de su nostalgia resignada, no volvería nunca más. Íbamos de visita a un barrio al que se le había esfumado la magia y tratábamos de divertirnos igual. Es un día gris en la foto campo de los sueños de mi papá que acabo de recibir. Veo un hombre parado en la vereda. Imagino que es mi abuelo y me pongo a esperar con él que Monte aparezca apurado en la esquina, regresando agitado y feliz de alguna travesura en Casa Amarilla o en las barrancas de Parque Lezama. No está tan mal el presente, Oscarcito. Ojalá estuvieras aquí. Alfredo Luis Fernández La Boca, el barrio de los sueños 20
  • 21. ¡Qué saben los pitucos! “¡QUÉ SABEN LOS PITUCOS, LAMIDOS Y SHUSHETAS! ¡Qué saben lo que es tango ! ¡Qué saben de compás!” Así dijo (1942) Elizardo Martínez Vilas (Marvil) en la voz del inefable Alberto Castillo (con Tanturi). Poco antes (1928), el gran Carlos de la Púa, en su poemario, La crencha engrasada, se lamentaba: “Al tango lo ensucia cualquier caradura / con cueyo, corbata y traje ajustao” ¿Nada nuevo bajo el sol? Cajetilla. Petitero. Fifí. Tal es la imagen que da una cantidad de bailarines, tanto aficionados como profesionales, hoy por hoy. Demasiado brillo para mi gusto. Demasiado lujo. Demasiadas lentejuelas, trajes brillosos, guarda en las solapas y tapas del bolsillo. Demasiado bailar con la cara, envarados, parando la colita (hasta la hiperlordosis). Demasiada pose. Demasiada coreografía, pasos intrincados, aprendidos de memoria. ¿Dónde quedó la originaria sencillez y sobriedad del gotán? ¿Dónde quedó la improvisación, la impronta personal, la repentinización? Sentimiento no es afectación. Elegancia no es frivolidad en el vestir. Sinceramente no me molesta que haya “tangueros” así. Lo que me molesta es que se los tome como ejemplo a seguir. Será que me estoy quedando fuera de época. Será que yo sí chapaleé barro, viví en un conventillo, vi a la muchachada cantando tangos en la esquina, bajo el farol familiar... y vivo de recuerdos. La verdad es que el paisaje ha cambiado y mucho no me gusta. En fin, que hoy por hoy, viendo algunos/as en la milonga o el escenario, me parece estar, más bien, en un cabarute, antes que en la milonga barrial, entrañable, modesta, acogedora... o en el club multitudinario, pero también sobrio y “democrático” en los que el tango tuvo su época de gloria. Ya lo he dicho: En el ambiente tanguero actual no están todos los que son ni son todos los que están. Una pena que muchos se queden en la orilla del océano bravío y rantifuso del gotán, sin osar sumergirse en sus aguas bautismales para, esta vez sí, emerger con la honrosa calidad de “milonguero”. Estar en la “movida tanguera” no alcanza, aunque muchos crean que sí. Preferible que nos mueva el tango, en nuestro interior, no en la periferia. Menos apariencia y más contenido. En fin. Tenía ganas de decirlo y lo dije. Sepan ustedes disculpar. No pretendo herir ninguna susceptibilidad. Que cada uno siga en la suya. Abrazo milonguero pa’ todos. Ángel Mario Herreros 21
  • 22. En Rosario brillan sus orquestas de Tango, con personalidad propia: No son clones de orquestas famosas. Más allá de nuestra costumbre, no pudimos resistir la tentación de publicar seis videos, pero vale la pena. Una pequeña muestra de la calidad de las orquestas de Rosario, gracias a la excelente realización de Asunto Tango. Shusheta (Cobián) Furacero Tango Quinteto https://www.youtube.com/watch?v=5RQZh4u7e5Q Carreteando (Martín Tessa) Orquesta Utópica https://www.youtube.com/watch?v=64QpLfmqUh0 Adios Nonino (Astor Piazzolla) Orquesta El Mejunje Solista invitado: Pablo Agri https://www.youtube.com/watch?v=a75ymHVJCWU Orquestas de Tango rosarinas 22
  • 23. Negra María (Demare-Manzi) Orquesta La Biaba https://www.youtube.com/watch?v=8rJs0dMiHO8 Que lo paren (Rovira) Orquesta de Señoritas https://www.youtube.com/watch?v=Ks-fwmy62HQ Fuimos (Dámes-Manzi) Orquesta de Cámara Municipal Rosario. Canta: Rubén Goldín. Dirección: Javier Martínez Lo Re, gran impulsor del desarrollo de muchas de estas orquestas. https://www.youtube.com/watch?v=qEy7HdaTRJw ...Y hay muchas más... La orquesta de Carlos Quílici, La Maleva, La 2x4, El Amarre... 23
  • 24. La sencillez “Lo bello si además es sencillo es dos veces bello” (no se si tiene autoría esta frase que amo, pero, a mi me la dijo el Maestro Sebastián Piana hace muchos años). Viene a cuento, ya que un par de alumnos nuevos que tengo andan cantando cualquier verdura de letra, pero saben la música y son letras digamos “complicadas” de dos próceres del rock argentino. A muchos de nosotros nos encantan y entendemos de qué hablan o nos creamos nuestra propia interpretación. Pero cuántos y cuántos chicos que vienen sin lectura, sin base cultural escolar ni familiar serían mejor cobijados por letras poéticas pero más sencillas que tiendan un puente. No es igualar hacia abajo, eso sería cambiar los contenidos. No, hablo de poner esos mismos contenidos en envases mas aptos para todos. El continente, las formas, no los mensajes. Escribir raro a veces me parece que da cool y otras me parece solamente eso, raro. Me quedo con la frase de mi Maestro, lo bello si es sencillo es doblemente bello. Lina Avellaneda Comentario de Rodolfo Haerle: Ese asunto lo vengo charlando con mis alumnos, músicos, periodistas. No hay caso: si hay referencia a algo concreto entonces no es “profundo”. Si se entiende de entrada (Por la vuelta o El último café o Tarde, por ejemplo) son obras “menores”. “In the roarin’ traffic’s boom, in the silence of my lonely room, I think of You, day and night” (Night and day). Obra “menor” de Cole Porter. Que me lleva a otra obrita menor: Soledad (Gardel - Le Pera). 24
  • 25. Quiero... Me siento como aquella chica que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente. -Ya no tengo tiempo para lidiar con cosas que no provengan del corazón. No quiero estar con gente que desfila con su ego inflado, que separa y elige a las personas como si fueran cosas. No apoyo a maniobreros y ventajeros.. Ni a los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros. No deseo ser parte de la lucha por un supuesto majestuoso cargo... Mi tiempo es escaso como para discutir títulos. Quiero la esencia, mi alma tiene prisa... Ya Sin muchas golosinas en el paquete... Quiero vivir al lado de gente que no olvidó su humanidad. Que sepa reír, de sus errores. Que no se envanezca, con sus triunfos... ¡Que no huya, de sus responsabilidades! Que se respete, ame... Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez. Lo esencial es lo que hace que la vida valga. Quiero rodearme de gente que sepa ver al corazón de las personas... Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma. Sí... tengo prisa... por vivir con amor y en amor. Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan... Estoy segura que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido. Mi meta es llegar satisfecha... llena de amor, y en paz con mi conciencia. Alejandra Mantiñan 25
  • 26. Nuevamente en México Lo pasé tan bien en la visita anterior que decidí volver. Dí un par de charlas sobre musicalización y oficié de DJ invitado en cuatro milongas: La Quién con quién, Malena, La Morada y La Porteña. ¡Gracias Leonardo D’Aquila y Antonia Lema (foto) y toda la gente de Eneik Tango por tanta buena onda! ¡Gracias a los organizadores de las milongas! Ricardo Schoua Tango nuevo Estimado Ricardo: Aquí va mi tango. Se denomina VOS, AMIGO CANTOR y, como podrás deducir es un homenaje al cantor de tango (el torcan, bah). Lo escribí hace algún tiempo y se lo pasé a mi amigo cantor y músico cordobés, Marcelo Santos. El año pasado le puso música y lo terminó de grabar el 31 de diciembre pasado en Córdoba con Ariel Ardit (¡Nada menos!). Para un modesto chapuceador de la rima como yo, es un gran logro, por eso lo comparto con los amigos que el tango me dio. Ustedes incluidos, por supuesto. La orquesta que lo acompaña es de la ciudad de Rafaela y es una parte de la Orquesta Municipal de Tango de esa ciudad santafesina. El tema está incluido en un CD de pronta aparición denominado “Argentinos” que grabó Marcelo Santos. En este momento está teniendo una gran difusión por Cadena 3 de Córdoba. Muchas gracias por tu atención. Luis Ángel Nazzi San Francisco (Cba) 26
  • 27. Milonga de la musa rea Naciste en el arrabal de un Olimpo bien porteño. Tu cuna fue un Conventillo con veleidad de Parnaso donde nacieron la santa, la mística y las demás hermanas, que te hacen ronda por tu audacia y por tu empeño de enfrentar al más pintado que se atreva con tus sueños... Sueños de mina tanguera, atrevida y compañera, para dar más largo el paso llevás tajo en la pollera... Y acariciás con tu espalda la mano de algún varón, cuando el acorde de un tango le marca un Re al bandoneón. Re de nota, Re de reina tan rebelde como entera que renace en el coraje de otras muchas musas reas, al servirse de la gama de colores que ya están, para pintar de otros grises, negros, rojos y violetas, las ojeras de la noche en el sol de la ciudad. Musa rea es la María, María de Buenos Aires, es Rosita, es la Merello, es Simone y Nelly Omar... Es la Tana, Eladia y todas las mujeres que bebieron, de las venas de algún tango, su sabor a libertad. Nélida Puig 27
  • 28. A unque suene a extravagancia o a conformismo, la sencillez de un tango bien bailado revela al milonguero que se ha desprendido de toda carga de adornos superfluos, para lucir a cambio, su elegancia y savoir faire. Más allá de la moda y los presentes imperativos, esos bailarines libres de los estereotipos y pirotecnia, que saben caminar la pista, fundirse con la pareja de turno y cohesionar su andar con la música, exhiben la belleza de lo esencial. Son los que han sabido eliminar el matorral de figuras que lucieron en sus primeras andaduras, para afirmarse en lo esencial: La elegancia, el porte, la comprensión de la música. Sabiduría, en suma. Así como hay bandoneonistas que tocan su instrumento con gran despliegue de movimientos, y logran un bello resultado, también hay/hubo otros como Maffia o Troilo que no necesitaban gran despliegue para emocionar, maravillando con la levedad de sus formas. La música es capaz de movilizar y hacer sonar nuestras emociones con una pureza que se diría superior a la de otras artes. Borges era capaz de describir en diez líneas lo que a muchos escritores les llevaría un par de páginas. Y aunque no se trate del baile, lo traigo como ejemplo de esa simplicidad creadora que tienen algunos milongueros, liberados del estigma de ser originales dibujando pasos al por mayor y privilegiando en cambio su fina interpretación de la música con cápsulas de sabiduría intemporal y de prodigiosa exactitud emocional. Porque han sabido madurar la travesía que conduce del vuelo unitivo al quietismo ascético, del fervor hímnico a la cadencia elegíaca. Carlos Gavito era el mejor ejemplo en ese sentido. Él incorporó a su baile la pausa después de 50 años bailando y nos dejó esta frase sencilla pero real: “El tango está entre paso y paso y la pausa es necesaria para la buena marcha. Como para hablar, hay que hacer una pausa para pensar”. Y un grande como Juan Carlos Copes que atravesó todas las etapas del milonguero, antes de saltar a los escenarios, fue tajante: “Lo principal de un bailarín es la elegancia. Hay quienes por hacer pasos pierden la elegancia. En mis tiempos, del tipo que hacía muchos pasos, decíamos que arrugaba, perdía la apostura normal que siempre debe tener una pareja cuando está frente a frente”. El azar del tiempo desvanece muchas cosas, pero yo tengo en mis retinas a los muchachos de la barra lontana que sabían desplegar su baile, sin aspavientos. El petiso Amador y el Gordo Agapito eran elegantes en cualquier momento del trance y de la noche, haciéndolo siempre con la misma simple tersura. Otros nos afanábamos en acumular pasos, figuras, dibujos, un tango de impulsos, impacientes por la lentitud. Y nos pasaba como a muchos jóvenes de cada época cuyos cuerpos desconfían de su imaginación, Simplicidad 28
  • 29. que a su vez desconfía de sus cuerpos. En tantas pretéritas madrugadas que habitaron mis pasos, fueron macerándose los ecos de las milongas acontecidas y el tiempo trae los ecos de esas resonancias. Una serie de estímulos e impresiones que exacerban la sensibilidad adolescente y ese citius, altius, fortius (más rápido, más alto, más fuerte) inevitables en el proceso de exaltación. El proceso que se cumple como un rito de paso que implica transitar del orbe diurno y solar al mundo misterioso y enigmático de la noche, cargados de tanta vanidad. Las erupciones emocionales. Y la evolución lógica absorbiendo ejemplos válidos. El beau Brummell nos enseñó que “la cumbre de la elegancia es la simplicidad absoluta”. Y Enrique Campos nos lo recordaba cantando con Tanturi esos versos del representante y poeta José María Suñé: Si es tan humilde y tan sencillo en sus compases, porque anotarle un mal ejemplo en cada frase. (De mi libro Perfiles milongueros) José María Otero 29
  • 30. 30
  • 31. Tango escuela ACETA Hermosos recuerdos, grandes enseñanzas Intervienen Pupi Castello, el Chino Perico, Carlos Gavito, la negra Margarita, Orlando Paiva, Nito y Elba, Gloria y Eduardo Arquimbau, Osvaldo y Coca Cartery. TANGO ESCUELA ACETA parte 1 https://www.youtube.com/watch?v=6BP_eeRqgaE TANGO ESCUELA ACETA parte 2 https://www.youtube.com/watch?v=_rJnEHmVs8A&t=65s Publicado por Sebastián Lanzi Sarrot 31
  • 32. Isabel de Grana UN POCO DE HISTORIA. Con su nombre real: Enriqueta Isabel Gay, la posterior cantante de tangos Isabel de Grana (nombre artístico sugerido por Canaro), nació en el barrio de Villa Crespo el 8 de agosto de 1930. Fue la mayor de seis hermanos (cinco mujeres). En casa de dos profesoras de color hizo estudio de danzas clásicas y populares. Siendo niña participó en espectáculos de zarzuelas, coro y ballet en el teatro Avenida. Entre los 14 y 27 años concurrió a vocalización y estudio de canto con un maestro del teatro Colón. En 1944, el cantor uruguayo Carlos Roldán, a la sazón vocalista de Canaro y amigo de los padres de Isabel, la presentó a Pirincho. Y quedó incorporada al elenco de la compañía que representaba, en el teatro Alvear, la comedia Dos corazones, de Canaro y Pelay, que luego pasó por Montevideo. También actuó, generalmente como bailarina, con otras compañías teatrales integradas por Pepe Arias, Mario Fortuna, Sofía Bozán, Alberto Castillo, entre otros. AL TANGO. Alentada por el actor cómico Mario Fortuna, inició su carrera como cancionista de tango, debutando en el Maipo en 1947. Pero se puso de novia, se casó y abandonó la actividad artística. En 1950 reapareció, esta vez como figura y media vedette, en el teatro Comedia en La Revista de los campeones, junto a Alberto Anchart, Pedro Quartuchi, Juan Verdaguer, Blanquita Amaro, Jovita Luna. Al año siguiente apareció en la pantalla grande con un papel en la película Locuras, tiros y mambos, con Los Cinco Grandes del Buen Humor, Verdaguer y Blanquita Amaro. La labor artística de Isabel Gay no tuvo pausas. Tras una gira por Chile y Brasil con Alberto Castillo, se dedicó de lleno a cantar tangos: a la hora del té en el Bohemian Club con el pianista Lorenzini, en el cabaret Tibidabo de la calle Corrientes con orquesta, en la confitería L’Aiglon Noir y en el Tabarís, donde compartió escenario con Juan Carlos Copes, Verdaguer y Margarita Padín. SALTO IMPORTANTE. En el año 1957 rindió una prueba decisiva con el fin de ser cantante de Francisco Canaro, y la expectativa que significaba vincularse a un nombre preponderante del espectáculo porteño. Cantó el tango Lo han visto con otra, acompañada por el pianista Oscar Sabino, siendo aprobada, Debutó con la orquesta en la comedia musical Tangolandia (de Canaro y Pelay) en el teatro Alvear. Allí fue cuando Pirincho la asignó el nombre: Isabel de Grana. Renombrados artistas integraban esa compañía: María Esther Gamas, Tito Lusiardo, Jorge Vidal, Alba Solís, Tono Andreu, Carmen Vallejos, Beba Bidart, el ballet de Copes y María Nieves. Isabel cantó a dúo con Juan Carlos Rolón el vals Noche deseada y sola el tango No te doy bolilla. Esa comedia tuvo enorme éxito y realizó muchísimas giras por el país. 32
  • 33. RADIO, GIRAS Y DISCO. En 1958/59 la orquesta de Canaro con Isabel de Grana actuaron en radios Libertad, El Mundo, Belgrano y Canal 7 de televisión. También animaron los carnavales del Club Rosario Central, mientras seguían las giras por el país, extendiéndose a Santiago de Chile y Uruguay. En 1960 se presentó Canaro en el emblemático Glostora Tango Club (cuando en el verano entraba en receso De Ángelis, la atracción central). Isabel de Grana y Eduardo Adrián eran los vocalistas. Al año siguiente, la cancionista integró el dúo vocal con Ernesto Herrera en el periplo que cumplió Canaro durante un mes en Japón. Al fin Isabel llegó al disco, grabando entre 1961 y 1964 diez temas con Pirincho, entre ellos los tangos Bandoneón arrabalero y De mi barrio. Su figura atractiva volvió a la televisión, actuando en Canal 13 en los programas Casino Philips, el Show de Juan Carlos Mareco y Sábados circulares, de Pipo Mancera. A la vez, formó parte de la compañía que en el teatro El Nacional ofreció obras emblemáticas de Alberto Vaccarezza, junto a artistas de primera línea y la orquesta de Osvaldo Pugliese. Tras el fallecimiento de Canaro, ocurrido el 14 de diciembre de 1964, reinició Isabel su ciclo como solista. Actuó en programas radiales y televisivos, locales nocturnos y giras por ciudades del país, presentándose también en Uruguay, Chile y en una importante gira por Colombia, donde impuso éxitos como los tangos Ahora no me conocés, Gloria y Padre Nuestro. Luego de una gira por el sur y cantar en Radio Carve de Montevideo, en 1969 abandonó definitivamente la vida artística. MÉRITOS. Una amplísima trayectoria en programas y escenarios de renombre, recorridas por el país y el exterior cantando con su voz suave y expresivo fraseo, avalan a la cancionista que evocamos. No estuvo entre las mejores, no fue diva como ilustres antecesoras y poco se sabe de su vida íntima, una faceta que suele otorgar repercusión. Pero dejó su sello y discos, a través de los cuales se puede escuchar a esta buena cantante que se llamó Isabel de Grana, en ediciones remasterizadas de la colección Reliquias. Falleció el 6 de abril de 1997 en su casa de la calle Agüero, de Barrio Norte. DISCOGRAFÍA. Isabel de Grana registró 10 grabaciones con la orquesta de Francisco Canaro, cinco de ellas en Japón, teniendo como compañeros del rubro vocal a Ernesto Herrera y Francisco Amor. Además grabó tres tangos (Gloria, Garufa y De mi barrio) en Chile, en acetato, acompañada por la orquesta de Carlos Arci. ANECDÓTICO. La vinculación de Isabel de Grana (nombre artístico) como cantante estable de Francisco Canaro resultó el canal por el cual Pirincho, bohemio y mujeriego empedernido, tuviera un amor clandestino. Estuvo casado legalmente, hasta su fallecimiento, con una francesa, Martha Gessaume, sin hijos. Esa otra mujer se llamó Irma Gay (hermana menor de la cancionista) y de esa unión nacieron dos hijas: Rafaela Emma y Argentina Irma Canaro, ambas muy bellas en su juventud. Fuente: http://franciscocanaro.blogspot.com. ar/2009/12/isabel-de-grana.html 33
  • 34. TANGO JAZZ QUARTET ALEJANDRO BEELMANN, BATERÍA FEDERICO HILAL, BAJO HORACIO ACOSTA, PIANO GUSTAVO FIRMENICH, SAXO TENOR Y CLARINETE El conjunto mixtura las melodías y rítmica del tango con la armonía e improvisación del jazz dando por resultado un nuevo punto de vista sobre nuestro genero, esta novedosa propuesta ha cosechado innumerables elogios tanto en el ámbito local como en el plano internacional donde el grupo se ha instalado en los últimos años. Gustavo Firmenich, líder del conjunto Tango Jazz Quartet, ha recreado en algunos de sus espectáculos las noches de Buenos Aires de hace unas décadas en las cuales se realizaban bailes con las orquesta de tango y de jazz, Típica y Jazz se anunciaban esas noches. En su investigación sobre ambos géneros que tienen muchos puntos en común en sus orígenes hay algo que claramente los diferencio con el paso de la evolución musical de cada estilo: la improvisación. Esto motivo a que desde el año 2000 GF se haya dedicado a estudiar e investigar como poder complementar ambas corrientes musicales. Para conseguir esto realizo múltiples estudios, pruebas pilotos, formo dúos y tríos con músicos de tango con muchos años de trayectoria para aprender por transmisión oral los secretos del tango de quienes vivieron los años dorados del genero, se documenta con coleccionista de discos de tango sobre todos los antecedentes de fusiones similares, etc. Como consecuencia de estos estudios llega a la formación de Tango Jazz Quartet en el 2005 con el cual busca durante tres años a diferentes músicos que se adapten a esta propuesta novedosa consiguiendo en el año 2007 de consolidar el conjunto, obteniendo rápidamente la aprobación generalizada del publico y de la prensa especializada. 34
  • 35. GRABACIÓN DE VIDEOCLIPS DE TANGO para BAILARINES, ORQUESTAS, ESPECTÁCULOS, FESTIVALES, CURSOS, ETC. ! En la actualidad el grupo ha grabado cuatro discos, el primero de sus placas discográficas lo presento en un concierto en Buenos Aires junto al gran acordeonista Richard Galliano. Realizo giras internacionales que le han generado un gran reconocimiento en el ámbito internacional así como en el ámbito local en donde el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto declara ese trabajo como de interés artístico-cultural. El grupo realizo Seis Giras por Europa, Una Gira por EEUU, Dos Giras por Sudáfrica, Una Gira por Rusia, Una Gira por China y Una Gira por Brasil. Países en donde ha tocado TJQ: Alemania, Inglaterra, Gales, Suiza, Francia, España, Italia, Bélgica, Rep Checa, Serbia, Hungría, Eslovaquia, Austria, Sudáfrica, Mozambique, Nigeria, China, EEUU, Hong Kong, Rusia, Brasil. Canal YouTube: tangojazzquartet: https://www.youtube.com/watch? v=O8rHLHTIEBw Notas periodísticas gira Europea 2016: http://www.thejazzmann.com/ features/article/saturday-at- wall2wall-jazz- festival-the- melville-centre-abergavenny- 03-09-2/ http://www.walesartsreview. org/live-wall2wall-jazz- festival-2/ http://lance-bebopspokenhere.blogspot.co.uk/2016/08/the-globe-does- tango.html http://lance-bebopspokenhere.blogspot.co.uk/2016/08/tango-jazz-quartet- globe-august-29.html INFORMACION DETALLADA SOBRE TJQ: https://www.dropbox.com/sh/meudhy0tge7lbpo/ AABvB7JvO5zUunXJHbsOAWYLa?dl=0
  • 36. Una nota del diario “El Siglo”, de Chile. Nos invitaron a la Feria del Libro que se realizaba junto al Mapocho. Salvador Allende acababa de perder su tercera postulación a la presidencia, pero ninguno de nuestros amigos dudaba que la próxima era la vencida. Conocimos a gentes inolvidables, Enrique Lihn, Jorge Teillier, Carlos Ossa, los Parra, Pablo de Rokha, Manuel del Cabral, el poeta dominicano que por entonces era cónsul en Chile, etc., y con muchos de ellos la relación se prolongó en el tiempo. Héctor , en su libro “La verdad sobre el Pan Duro” de 2007, abunda sobre esta gira mágica y maravillosa, en la que nos acompañó mi Alicia. Héctor Negro (Buenos Aires, 27 de marzo de 1934 - 15 de septiembre de 2015): ¿La poesía? tengo algunas pistas para creer que puede ser algo más que un delirio que me obsesiona. Juana Bignozzi (Buenos Aires, 1937 - 5 de agosto de 2015): En la poesía tiene que haber algún misterio, algo que el poeta ve y que el público no. Pistas y misterios 36
  • 37. H éctor y Juanita –tesis y antítesis- se fueron. Por muy pocos días no viajaron juntos. Juanita era la única de nosotros que quería, con sinceridad y fervor, hacer “una carrera literaria”, al resto nos ocupaba, con idéntica sinceridad, fervor e ingenuas expectativas, cambiar la vida a golpes de poesía. Tanto ella como el resto, lo comprobamos al final, estábamos equivocados. Eso sí: de una manera que se extraña, que valía la pena. Negro, paseaba, por entonces, con Mabel por el centro y, a la sombra de la magnolia amiga de la Plaza Lavalle, se exaltaba al comprobar “Cuánto día cabe aún en nuestros pulmones” y Bignozzi (en ocasiones, en broma, la llamaba por el apellido) se cuestionaba en su tierra de nadie: ¿Qué vas a hacer Juana/ con la juventud que aún te queda?. Y claro, todo esto sucedió antes de aprender. Y ya pasó. Ahora ya entendemos de qué se trata todo esto, la vida. Claro que algunos, la mayoría de los que éramos, ya olvidaron, lo que de ninguna manera quiere decir que los olvidamos a ellos, y mucho menos que ignoremos que el olvido, de todos modos, sigue allí, aguardándonos, para ser definitivo. Nos quedan por supuesto esas revelaciones con grandes imposibles y olvidos que no llegan, que infatigable, desde “Los límites” (1960) persiguió y a veces vislumbró Juanita, y aquel bandoneón de papel y las letras de milonga de Héctor que, lo mismo que Manzi, logró con lo que algunos consideraron “un género menor”, una gran poesía, una poesía mayor. Felizmente toda esa armonía de palabras y paisajes suburbanos encontraron a otro gran músico que las descifró cabalmente, Osvaldo Avena, pero los que tuvimos la fortuna de escucharlas cantada por el poeta -que hacia percusión en una mesa del bar- sabemos que nunca volverán a sonar así de vívidas y auténticas. De pronto estallaba una fiesta ¿cómo olvidar la chispa feliz de los ojos del cantautor, la sonrisa pícara, la evocación traslúcida del vestido de azahar y cielo de la morena que se casaba, o los golpecitos en el empedrado de los cascos del caballo del lecherito, o la radiante hermosura de los domingos en los que ella era suya, entera de la blusa al beso. En ocasiones, los músicos de la orquesta de Pugliese, que terminaban el ensayo, se acercaban a escuchar y aplaudían, a veces, también el maestro. Esa, exacta, era la otra vida que recordaba Juanita, en la que “miraba desde la ventana de un bar…”. Y ese bar era el Callao 11(*) ¿cuál otro si no?. En él, en torno a una gran mesa (por abajo gateaba Alejandro, mi hijo, buscando tapitas de botellas) y en una foto que se va vaciando, alguna vez estuvimos todos: Juancito Gelman (con “Violín y otras cuestiones” rompimos fuego) Hugo Di Taranto, gruñón y tierno, Roberto Díaz (presenté su poemario inicial en 1966, en el Teatro de la Fábula), Rosario Masse (lo llamábamos “el 37
  • 38. viejo Vallejo reencarnado” ), Pipo Silvain, que hacía cantar a las calles, a los tranvías, a Caballito, su barrio, y a la lluvia, Juan Hierba, que un buen día cumplió con lo prometido en un poema, dejó absolutamente todo y se fue a una isla lejana (a vivir y a morir), Guillermo Harispe, y su pequeño inventario de aventuras, Carlos Somigliana, que nos dejó en el alma, grabado a fuego, el “Nunca más”, y Atilio J. Castelpoggi, otra mirada, la del 40, pero idéntica pasión joven. Naturalmente también los que duramos. Perdonen, por no nombrarlos, es por cábala. …Y, así, todos los miércoles, obligatoriamente, la foto se componía, abigarrada. Estaban los infaltables: Cacho Costantini, Julio Huasi, Miguel Ángel Bustos, Susana Vallés, Marcelo Ravoni, Quique Blaisten, José Portogalo, Rodolfo Campodónico, que se enojaba conmigo (y muy en serio) cuando elogiaba a su maestro por lograr que “Evita saliera fea” en los afiches, y también los otros, los visitantes intermitentes: José Luis Mangieri, Carlos Alberto Brocatto, Rubén Chihade, Luis Luchi  (nos reencontramos en Barcelona y en Madrid) Mario Jorge De Lellis, Paco Urondo, David Álvarez Morgade, el negro Portantiero, Alejandra Pizarnik, Armando Tejada Gómez, César Fernández Moreno, Mercedes Sosa, Ramón Plaza, Piri Lugones, Roberto Santoro y todos los amigos de “El barrilete”, y también los del “Grillo”, o “Poesía Buenos Aires”, con quienes peleábamos fuerte, y nos identificábamos y , desidentificábamos en Continuum, cada vez más fuerte las dos operaciones, pero no necesariamente en ese orden, y un etcétera interminable y gozoso. De repente me viene a la memoria una noche en la que, al enterarse que Raúl González Tuñón había prologado mi primer libro, alguien murmuró “y claro…Raúl no le niega un prologo a nadie”, cuando le pedí explicaciones me dijo que a él también lo había prologado. Raúl era uno de nuestros padres adoptivos, el otro era Tico Pisarello. En fin, Juana, Héctor, decíamos que la foto se va despoblando, es de inicio de los 60 y la tomó una noche de verano y lluvia entrecortada, Julio César “Guegué” Fumarola, amigo entrañable de mi infancia en Once, que fue secuestrado el 5 de febrero de 1974 por la Triple A y su cadáver, acribillado a balazos y con signos de tortura, hallado la mañana siguiente en un descampado de Ezeiza. ¡Que amables y consoladores suenan los eufemismos! Las gentes de teatro, por ejemplo, cuando alguno de los de ellos muere, dicen que salió de gira. Cómo me gustaría poseer ese talante (o esa capacidad de engaño y auto- engaño) e informarles que mis dos compañeros del Pan Duro, salieron, simplemente, por ahí, por las esferas, en busca de metáforas. …y abundando en eso de ir borrándose, tampoco existe ya el 38
  • 39. “Callao 11”. Cuando regresé del exilio sencillamente no estaba. Magia. Allí pasaron cosas importantes: Nosotros, nuestros sueños, por ejemplo, pero ¿puede a alguno sorprenderle que algo o alguien haya desaparecido en la Argentina? Alberto Wainer (*) El “Callao 11 (Café, bar, billares) estaba en la vereda de Callao, a muy pocos metros de Rivadavia, en diagonal al Congreso, Fue uno de los escenarios insoslayables de nuestra novela generacional, de educación sentimental, política y estética. Hay un tango en su homenaje de Javier Mazzea, lo grabaron las orquestas de Osvaldo Pugliese y de Ernesto Baffa. ‘’Yo no soy músico, yo soy tanguero. Me imaginas a mí tocando la flauta?’’ Aníbal Troilo Ilustración de Miguel Ferreiros 39
  • 40. DISCOS Y LIBROS Orquesta El Arranque / 20 años, en vivo en Café Vinilo Celebrando sus primeros 20 años, El Arranque presenta un nuevo disco lleno de novedades y dos invitados especiales. Este octavo trabajo discográfico incluye el repertorio con su cantor Juan Villarreal, nuevas composiciones y la participación de Lucas Martí y Fernando Cabrera, dos de los más originales y refinados creadores de canciones de la actualidad. Grabado en vivo en Café Vinilo. Lidia Borda El disco “En vivo en el teatro Coliseo” fue grabado durante el “Mestiza Festival 2015” y reúne obras de Homero Manzi, Atahualpa Yupanqui, Cátulo Castillo, Gardel y el “Tata Cedrón”, entre otros consumados compositores. Pero también incluye dos obras que podríamos llamar “recientes” dentro de lo que acostumbra interpretar Borda, son Crisantemo, de Luis Alberto Spinetta y el fado Estranha forma de vida. 4040
  • 41. Carlos “Tata” Santana A solas con mi guitarra A este intérprete pertenece la música de fondo que acompaña la presente edición. Tango. Ventanas del presente II -La polémica sobre el tango electrónico en sus inicios -Las nuevas composiciones para orquesta típica -La producción musical en los 80 y 90 -La estética actual: entre la noción de género y la hibridación -Mujeres bandoneonistas en la historia y su crecimiento actual -La ubicación del tango entre la cultura culta y la cultura popular: discusiones y políticas públicas -Los documentales sobre el tango de los últimos 15 años: la narración de la historia reciente -El tango barrial: la historia íntima de la ciudad de Buenos Aires -Diálogos entre tango y murga: historia porteña y propuestas musicales actuales -Cantores con guitarras: continuidad histórica y matices contemporáneos Se consigue en las siguientes librerías de la ciudad de Buenos Aires: Antígona (Corrientes 1543) Vivaldi Libros (Santiago del Estero 998). 41