2. DEFINICIÓN DE
PROFESIÓN
Existe hoy una tendencia hacia la profesionalización de todo
trabajo.
Hoy todos quieren ser profesionales.
La tarea de definir las profesiones se convierta en fuente de
agravios para quienes no caen bajo esa definición de
profesión
Para que un conjunto de actividades ocupacionales pueda
llamarse profesión en sentido pleno se requiere:
a) dedicación estable a ese conjunto de actividades que
tienen una función social específica
b) la profesión es para el profesional su medio de vida
3. c) cuerpo específico de conocimientos del que carecen los
que no son profesionales
d) transmisión institucionalizada de esos conocimientos.
e) control de los profesionales sobre el ejercicio profesional
4. ¿ÉTICA O
DEONTOLOGÍA?
Para configurar el buen ejercicio profesional deben combinarse las
referencias éticas con las normas deontológicas.
La ética profesional se centra ante todo en el tema del bien: qué es
bueno hacer, al servicio de qué bienes está una profesión, cuál
es el tipo de bien que busca como finalidad la abogacía, la medicina,
la ingeniería, el trabajo profesional de los farmacéuticos o de los
periodistas, etc.
La deontología profesional formula ante todo de deberes y
obligaciones (deon en griego significa deber), busca establecer un
conjunto de normas exigibles a todos los que ejercen una misma
profesión.
5. DEONTOLOGIA
rama de la ética que trata de los deberes, especialmente de
los que rigen actividades profesionales, así como el conjunto
de deberes relacionados con el ejercicio de una profesión.
existen ciertas acciones que se deben realizar, y otras que no
se deben realizar, más allá de las consecuencias positivas o
negativas que puedan traer.
6. La deontología exige actuaciones. La ética propone también
y pide motivaciones.
La ética tiene como instancia última la conciencia individual.
La deontología se mueve más en el campo de lo que es
aprobado por un colectivo
La deontología habla de lo que es vinculante para todos;
NORMAS
• Las normas no son superfluas
• Ellas tratan de salvaguardar unos mínimos obligatorios
para todos, compartidos por todos, que pueden y deben
ser interpretados por todos en los mismos términos y que
a todos se deben aplicar con idénticos criterios.
7. EL PROFESIONAL Y SU ETHOS: PRINCIPIO DE
BENEFICENCIA
El bien que se obtiene ejerciendo correctamente una determinada
profesión constituye el mejor criterio para decidir quién es un buen
profesional tanto en el sentido de su competencia técnica como, en
principio, de su ética.
¿a quién y para qué sirve el ejercicio de una determinada
profesión?
Hay que plantearse la finalidad
Qué bienes se supone que produce o intenta producir, qué servicios
presta o intenta prestar
En nuestra sociedad existen muchas actividades en las que no
acabamos de saber para qué sirve lo que hacemos o a quién dañamos
cuando lo hacemos mal
8. En relación con el fin y con el modo, con las técnicas y los
saberes con que cuenta la actividad en cuestión, es como se
define lo que es un buen profesional, técnicamente competente y
moralmente responsable
El principio fundamental que rige estas relaciones es el de
beneficencia o actuación en beneficio (nunca en perjuicio) del
cliente, del usuario de cada servicio profesional.
Es decir, se trata de prestar el servicio que se supone que presta
el buen profesional.
9. EL USUARIO Y SUS DERECHOS:
PRINCIPIO DE AUTONOMÍA
El cliente o usuario de los servicios profesionales no es mero objeto
o destinatario (beneficiario) de esos servicios; es sujeto de derechos
que debe ser respetado, tomado en consideración, informado... Es
alguien que tiene una palabra decisiva que decir sobre algo que le
afecta como persona
El profesional sabe mejor lo que le conviene a quien acude a él;
por eso se acude a él, y él actúa en bien de quien acude a él.
“sabe mejor lo que le conviene al cliente o usuario, le protege
incluso frente a sus propias ideas o ignorancias”
se tiende a ver al cliente o usuario como un niño, se le
infantiliza
10. Cuando se tiene en cuenta el principio de autonomía el
profesional no es el único que define e interpreta su propia
actuación; entra en diálogo con el usuario, toma en
consideración su punto de vista, establece con él unos
pactos, unos acuerdos acerca de las prestaciones
profesionales
11. PROFESIÓN Y SOCIEDAD:
PRINCIPIO DE JUSTICIA
El principio de justicia sitúa el ejercicio profesional en el marco de una
ética social.
Las profesiones, y con ellas la ética profesional, corren el peligro de
constituir un espacio segregado, alejado de las necesidades sociales, para
crear un mundo plenamente autónomo, al margen de lo que la sociedad
necesita de ellas, o de la escasez de recursos con que cuenta para
financiar sus actividades.
Hay que tener en cuenta el marco social, las necesidades de todos y
los recursos disponibles a la hora de establecer prioridades con
criterios de justicia.
Las circunstancias (escasez de recursos, nivel cultural de la población,
modulación de las necesidades, prioridades) en las que ha de ejercerse la
profesión tienen también relevancia ética
12. DIÁLOGO ENTRE EXPERTOS,
AFECTADOS Y RESPONSABLES EN
LA TOMA DE DECISIONES ÉTICAS
En los planteamientos de ética profesional, en los comités de
ética, en los debates públicos sobre estos temas, hay que
intentar escuchar y hacer oír estas tres voces: la voz de los
expertos, la voz de los afectados y la voz de los
responsables
profesionales; ellos son, por hipótesis, competentes en los
temas de su profesión
El punto de vista de los afectados y lo que desde esa
perspectiva se puede aportar tiene y debe tener un peso
específico insustituible
13. Tiene que existir una perspectiva en la que se articulen las
múltiples necesidades e intereses, con las posibilidades y
recursos disponibles conforme a criterios de justicia.
Eso es lo que toca hacer a los responsables políticos a nivel
de toda la sociedad y a los directivos en los niveles
institucionales.
14. IDENTIDAD Y
VOCACIÓN
El trabajo puede verse como: puesto de trabajo, carrera y
vocación.
En el primer caso lo importante es el dinero que el profesional se
lleva a casa a cambio de sus prestaciones.
En el segundo caso se valora el status, prestigio social, poder y
competencia crecientes (en principio) que hacen que el trabajo se
convierta en fuente de estima social.
Cuando el trabajo se ve como vocación la labor de una persona
se convierte en algo inseparable de su vida. Vive para el trabajo
que realiza y no sólo de él.
15. "la ausencia de vocación implica la ausencia de un sentido
moral."