2. CAPITULO 1. LA EDUCACIÓN EMOCIONAL
1.1 La Educación Emocional desde la Pedagogía
El interés por incorporar las habilidades emocionales y sociales dentro de la
educación, no es un tema reciente, ya que a lo largo de la historia de la pedagogía,
varios han sido los pensadores que han propuesto su intervención dentro de los
modelos educativos. Sus nociones pedagógicas se erigen bajo la premisa de que
educar los afectos, es una base de la formación humanística.
“La primera matriz de formación humana es el afecto materno, cuyo complemento y
relevo posterior en la sociedad moderna es la compresión afectuosa del maestro. La
afectividad consciente, la motivación, el interés la buena disposición, los estímulos
positivos, la empatía son variaciones pedagógicas del principio que articula la cabeza
con el corazón, la razón con el sentimiento, lo cognitivo con lo afectivo, como lo
plantearon Comenius y Pestalozzi”. (Flórez, 2001:17 en Vivas, 2003).
Vasta hacer un recorrido para sostener que durante el pensamiento clásico la
felicidad y la sabiduría iban de la mano. Platón (428 – 347 a.C.) y Aristóteles (384-
322 a. C.), consideraban en gran medida la importancia una educación de las
emociones desde un marco ético dentro del estudio de las pasiones, con una
finalidad clara, el equilibrio racional del alma, como condición para transformar a la
persona. Argumentan que las emociones se acompañan de placer o dolor y están
conectadas con la acción. Sin embargo, Platón señala que el exceso de dolor o
placer disminuyen la capacidad de razonamiento; mientras que, Aristóteles
menciona que las emociones derivan de lo que creemos, por lo que deben de estar
sometidas al control de la conciencia.
Durante el renacimiento, el estudio de las pasiones se independizó de la teología y
de la ética; el término “afecto” se reservó para los estados de ánimo más notorios
y fue sustituyendo al de pasión.
3. Juan Luis Vives (1492- 1540) filósofo y educador, consideraba a las emociones
como algo precioso, reconocía el poder motivacional que estas tienen y su
importancia dentro de los procesos educativos.
Comenio (1592-1670) Insistía en la integridad del desarrollo individual y en educar
en todo lo importante para la vida de todos los hombres, y para ser capaces de
desarrollarse en todas sus potencialidades físicas, intelectuales y emocionales.
Consideraba que la voluntad del hombre, formaba una unidad dentro de los
procesos mentales, dependiente de los sentidos, la razón, las emociones, la
conciencia y sus relaciones; y actuar con ella, depende de la potencialidad del
hombre.
Durante la Ilustración, Para Rousseau, la relación entre sentimiento y experiencia,
esta estrechamente ligada, como el bien lo menciona:
“Aunque esta sensibilidad del corazón, que nos hace gozar verdaderamente de
nosotros mismos, es obra de la naturaleza, y quizá un producto del organismo, necesita
situaciones que la desarrollen. Sin esas causas ocasionales un hombre nacido con
sensibilidad no sentiría nada y moriría sin haber conocido su ser” (Rousseau, en
Abbagnano, 1980: 390)
A su vez, Pestalozzi, apuntaba a la idea de que la educación elemental debía
considerar tres aspectos de la naturaleza del hombre: corazón, espíritu y mano. La
unidad de las tres debía ser condición en todo acto que pretende ser educativo.
Promueve una educación con un alto contenido afectivo y moral. Una educación
integral, en donde no es posible consolidar una educación intelectual, sin antes, no
han sido educados los sentimientos. Afirma:
"El niño antes de pensar y actuar, ama y cree (...) El pensamiento y la acción no se
organizan sino sobre la base de una seguridad emotiva ya conseguida, de una cierta
solidez en las relaciones afectivas". (Pestalozzi en Abbagnano, 1980: 471).
Es así que consideraba imprescindible que El “enseñar a ser”, y la expresión de
las emociones debía ser un acto que permeara en todo proceso educativo, para la
formación del individuo. Por ello, se debía propiciar las condiciones adecuadas
que fomentaran su desarrollo integral.
4. Ya en el siglo XX, los Movimientos de Renovación Pedagógica, se proponían una
educación para la vida a partir de la formación integral de los alumnos. Ilustres
teóricos y representantes de la educación, hacen hincapié y un llamado de atención
sobre la dimensión afectiva. Dewey (1933 en Elías, Hunter y Kress, 2001) realizó
una reflexión acerca de la naturaleza de la escuela, y concluye que “(…) además
de dedicarse a la formación académica, las escuelas deben ser espacios donde los
estudiantes aprendan acerca de la democracia, las habilidades necesarias para
preservarla, el estado mental reflexivo para avanzar en ella y del clima social y
emocional necesarios para ejercerla”. Por su parte Paulo Freire, nos evoca a una
pedagogía de las emociones, una pedagogía del amor, entendiendo que el amor
es la transformación definitiva, y que la única forma de enseñar amar es amando.
Ya en las últimas décadas, se retoman todas estas aportaciones pedagógicas; y se
insiste en la necesidad de considerar que las emociones forman parte del proceso
educativo durante el desarrollo del individuo. A su vez, se realiza un exhorto sobre
la importancia de la integración de lo afectivo y cognitivo en la educación; ya que,
con ello se pretende que desde la Educación Emocional se lleven a cabo
innovaciones Educativas que supongan cambios significativos en las finalidades y
enfoques pedagógicos de la educación. Lo que puede constituir un cambio más
trascendental para el bienestar y calidad de vida.
1.2 Fundamentación de la Educación Emocional
Hay que destacar que existen argumentos que mencionan que durante los años
90´s, se produjo una Revolución Emocional, que repercutió directamente en el
campo de la Educación. Entre sus principales manifestaciones, podemos encontrar
la obra de Daniel Goleman: La inteligencia Emocional (1995), la implicación de la
neurociencia en el estudio del cerebro emocional y, “(…) la toma de conciencia
por parte de un sector cada vez mayor de educadores de cómo todo esto debe de
incidir en la práctica educativa”. (Bisquerra, 2000: 20).
5. En ese tenor, es necesario desarrollar y profundizar sobre algunos de los
fundamentos mas importantes, que han sido participes en el constructo de
Educación Emocional; así como, los aportes mas sustanciales que han surgido al
respecto de este tema.
Por lo que, primeramente es trascendente entender, qué es y cómo funciona una
emoción; ya que, es a partir de esta acepción que se derivan todos los estudios
posteriores.
1.2.1 Definición de Emoción
Inicialmente, hay que destacar que la palabra emoción, proviene del latín “movere”,
con el prefijo “e”, que significa mover hacia fuera, sacar fuera de nosotros mismos
“ex movere”. Lo cual hace alusión a que la tendencia a actuar, se encuentra
presente en cada emoción. De acuerdo con este proceso, podemos decir entonces
que una emoción es:
“un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación
que predispone a una respuesta organizada. Las emociones se generan como
respuesta a un acontecimiento externo o interno”. (Bisquerra, 2000).
Componentes de la emoción:
- Neurofisiológico: Las emociones residen en el Sistema Nervioso Central
(SNC), el cual se encarga de hacerlas conscientes. Y es en el Sistema
Limbico, donde se encuentra el sustrato neuronal de las emociones.
- Conductual: Permite inferir que tipo de emociones se están experimentando
( el lenguaje corporal, expresión del rostro, tonalidades de la voz)
- Cognitivo: Vivencia subjetiva, que coincide con lo que se denomina
sentimiento. Permite etiquetar una emoción.
6. 1.2.1.1 Las emociones y la función cerebral
En este proceso, donde se vivencia una emoción, el cerebro como órgano que
permite el proceso de racionalizar y sentir, cumple un papel importante, ya que, a
través de esta antonimia, concede al ser humano la facultad de no reaccionar
instintivamente ante las circunstancias, ya sea positivas o negativas. En función de
ello, se describe a continuación como se produce una emoción:
“las sensaciones de los ojos y oídos se trasladan al tálamo y de ahí, mediante una
sola sinapsis, llegan a la amígdala (emoción). Una segunda señal se dirige desde el
tálamo hasta el neo córtex (cerebro pensante). Este proceso permite a la amígdala
iniciar la respuesta antes que el neo córtex. Esto se debe a que el neo córtex medita
sobre la información recibida a través de varios niveles de circuitos cerebrales antes
de tener una percepción completa de lo que acontece, y sólo después inicia una
respuesta más meditada de lo que lo hace la amígdala” Bisquerra (2000: 145).
En síntesis las emociones se producen de la siguiente forma: 1) Las informaciones
sensoriales llegan a los centros emocionales del cerebro. 2) Lo que produce una
respuesta neurofisiológica. 3) El neocortex interpreta la información.
A este respecto, los estudios sobre emociones destacan que gran parte de lo que
realiza el cerebro cuando se produce una emoción, sucede independientemente del
conocimiento consciente; se realiza de forma automática, es decir, se producen de
manera inconsciente. Asimismo, habrá que añadir que la diferencia entre
sentimiento y emoción, se da a partir del componente cognitivo, ya que, cuando se
habla de sentimiento se refiere a una acción emocional voluntaria o sensación
consciente (cognitiva): angustia, rabia, etc.
Bajo esta perspectiva, se justifica una Educación Emocional, encaminada al
conocimiento y toma de conciencia de las propias emociones; reconociendo con
ello, los aspectos necesarios para el desarrollo integral del adolescente. Estos
elementos subyacen a la teoría de la Inteligencia Emocional, antecedente directo
de la Educación Emocional, la cual se focaliza en las competencias emocionales
que se deben lograr en el individuo, por lo que se habrá de tomar como referente
7. teórico, ya que de ella parten los elementos que habrán de trabajarse dentro del
marco de la Educación Emocional.
1.2.2 Teorías de las Emociones
Son varias las teorías que se retoman dentro del estudio de las emociones, cada
una parte de enfoques distintos. Por lo tanto el análisis de cada una, dependerá
tanto de sus componentes como de sus aspectos.
Bisquerra (2000), establece un recorrido sobre el estudio de las teorías de la
emoción y explica a continuación algunas de las más relevantes:
teorías de la Sensación (Hume) y teorías fisiológicas (Descartes y James),
destacan la importancia en el sentimiento real de una emoción, aunque no
están de acuerdo en si es principalmente un sentimiento psicológico o un
sentimiento de cambios fisiológicos reales.
teorías conductuales, prestan especial atención a las conductas distintivas
relacionadas a diferentes emociones. Las emociones son analizadas como
las causas de esas conductas (Darwin), o como algo que existe única o
principalmente en patrones de conducta (Dewey, Ryle).
teorías evaluativos ( Brentano, Scheler), comparan las actitudes en contra y
en pro de las emociones (agrado- desagrado, amor- odio), y los juicios de
valor positivos o negativos. El objeto de la emoción es importante.
teorías cognoscitivas, se enfocan en la conexión entre las emociones y
nuestras creencias sobre el mundo, nosotros mismos y los demás.
1.2.2.1 La teoría de la inteligencia emocional
Se puede encontrar como antecedente directo, a Howard Gardner, quien en 1983,
propone la Teoría de las Inteligencias Múltiples (IM), la cual plantea que las
8. personas tienen 8 tipos de inteligencia y que se desarrollan de diferente manera en
cada individuo. Puntualiza en la idea de que la persona inteligente en una de ellas
no lo es necesariamente en todas las demás.
Estas inteligencias son (Gardner, 2001:60):
Musical: Es la capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresar las
formas musicales. Incluye la sensibilidad del ritmo, al tono y al timbre. Está
presente en compositores, directores de orquesta, críticos musicales,
músicos y oyentes sensibles.
Cinético- Corporal: Es la capacidad para usar en la expresión de ideas y
sentimientos y la facilidad en las manos para transformar elementos. Incluye
habilidades de coordinación, destreza, equilibrio, flexibilidad, fuerza y
velocidad, así como la capacidad kinestésica y la percepción de medidas y
volúmenes. Se manifiesta en atletas, bailarines, cirujanos y artesanos.
Lógico- Matemática: Es la capacidad para usar los números de manera
efectiva y de razonar adecuadamente. Incluye la sensibilidad a los esquemas
y relaciones lógicas, las afirmaciones y las proposiciones, las funciones y
otras abstracciones relacionadas. Se puede ver en científicos, matemáticos,
contadores, ingenieros y analistas de sistemas.
Lingüística: Es la capacidad de usar las palabras de manera efectiva, en
forma oral o escrita. Incluye la habilidad en el uso de la sintaxis, la fonética,
la semántica y los usos pragmáticos del lenguaje (la retórica, la explicación y
el metalenguaje). Esta inteligencia se ve en escritores, periodistas y
oradores.
9. Espacial: Es la capacidad de pensar en tres dimensiones. Permite percibir
imágenes externas e internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas,
recorrer los espacios o hacer que los objetos los recorran y producir o
decodificar información gráfica. Se puede observar en marinos, pilotos,
escultores, pintores o arquitectos.
Interpersonal: Es la capacidad de entender a los demás e interactuar
eficazmente con ellos. Incluye la sensibilidad a expresiones faciales, la voz
los gestos y las posturas y la habilidad para responder. Esta inteligencia se
ve en actores, políticos, vendedores.
Intrapersonal: Es la capacidad de construir una percepción respecto de sí
mismo y dirigir su propia vida. Incluye la autodisciplina, el auto comprensión
y la autoestima. Se encuentra muy desarrollada teólogos, filósofos y
psicólogos.
Naturalista: Es la capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del
medio ambiente, objetos, animales o plantas, ya sea del ambiente urbano
como del suburbano o rural. Incluye las habilidades de observación,
experimentación, reflexión y cuestionamiento del entorno. Lo poseen en alto
nivel la gente de campo, botánicos, cazadores, ecologistas y paisajistas.
Pero fue Peter Salovey y John Mayer, quienes retoman para su estudio a dos de
estas Inteligencias especificas independientes de la cognitiva, la inteligencia
Intrapersonal y e Inteligencia Interpersonal. Estos autores acuñan el término
“Inteligencia Emocional”, que es “la habilidad de manejar los sentimientos y
10. emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los
propios pensamientos y acciones” (Savoley y Mayer, 1990 en Bisquerra, 2000: 144).
Partiendo de esta concepción Goleman (1995) autor del Best - Seller “Inteligencia
Emocional”, amplia el concepto definiéndolo como: “la capacidad para reconocer
sentimientos propios y ajenos y el conocimiento para manejarlos”.Estima que la
inteligencia emocional se organiza hasta llegar a abarcar cinco competencias
principales: Conciencia emocional, regulación emocional, autonomía personal
(autogestión), Inteligencia interpersonal y habilidades de vida y bienestar.
Estas competencias emocionales ayudan a sustentar la idea de Goleman de que en
el futuro el Coeficiente Emocional (C.E), puede sustituir al Coeficiente de
Inteligencia (CI).
“El CI no dice nada de cómo un joven es capaz de reaccionar ante las viscitudes de
la vida. Los que tienen éxito se diferencian en sus habilidades, presentes desde la
infancia, para dominar la frustración, controlar emociones e interactuar con otras
personas. La inteligencia emocional es independiente de la inteligencia académica;
la correlación entre CI y bienestar emocional es baja o nula.” (Bisquerra, 2000: 144).
A partir de aquí se destaca que el CI, no es suficiente para alcanzar el bienestar del
individuo, ya que, no contribuye al equilibrio emocional ni a la salud mental, son
otras las competencias las responsables de la estabilidad emocional, las
competencias emocionales.
Bajo esta perspectiva, se argumenta la importancia que las emociones tienen como
una parte esencial de la naturaleza humana, por lo que ese aspecto toma relevancia
dentro del ámbito educativo, a partir de un nuevo enfoque sobre la trascendencia
de la Inteligencia Emocional como habilidad de vida, en donde se prepare para vivir
en una sociedad no exenta de conflictos.
11. 1.3 La Educación Emocional
La Educación Emocional, es fundamental en la intervención psicopedagógica y
socioeducativa; desde las teorías que fundamentan los estudios de desarrollo
humano, los principios de intervención social y desarrollo de la orientación escolar,
el movimiento de la educación psicológica y los estudios provenientes de la
psicología cognitiva. Se justifica el trabajo en la escuela y su entorno (familia y
comunidad) en torno a dos ejes de referencia: enseñar/ aprender a ser y
enseñar/aprender a convivir.
El Informe Delors (UNESCO, 1996) menciona:
“Eso que proponemos supone trascender la visión puramente instrumental de la de
la educación considerada como la vía necesaria para obtener resultados (dinero,
carreras, etc.) y supone cambiar para considerar la función que tiene en su globalidad
la educación: la realización de la persona, que toda entera debe aprender a ser”
Afirma que la Educación Emocional es un complemento indispensable en el
desarrollo cognitivo y una herramienta fundamental de prevención, ya que muchos
problemas tienen su origen en el ámbito emocional. Este informe fundamenta la
educación del siglo XXI en cuatro ejes básicos que denomina los cuatro pilares de
la educación: (1) Aprender a conocer y aprender a aprender para aprovechar las
posibilidadesque ofrece la educación a lo largo de toda la vida, (2) aprender a hacer
para capacitar a la persona para afrontar muchas y diversas situaciones, (3)
aprender a ser, para obrar con autonomía, juicio y responsabilidad personal, y (4)
aprender a convivir, a trabajar en proyectos comunes y a gestionar los conflictos.
Estos planteamientos, abren paso a una modificación sobre cómo ha de verse la
educación, en un elemento integrador, en el que los aspectos emocionales como
los cognitivos, sean desarrollados de forma equilibrada.
1.3.1 Definición
12. El concepto de Educación emocional, es una acepción, que se encuentra inmersa
en un marco amplio de conceptualización, pues contiene varios elementos que son
inherentes a los objetivos que ha de lograr.
Bisquerra (2000:243) la define como:
“Un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo
emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo
ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. Para ello
se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con
objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se plantea en la vida
cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social”
La educación emocional es vista como una forma de prevención primaria, que tiene
como objetivo el coadyuvar a minimizar las tendencias destructivas y a maximizar
las tendencias constructivas, evitando con ello las perturbaciones emocionales,
inherentes a la adolescencia como momento coyuntural y de crisis. Se propone el
desarrollar las potencialidades del ser humano, en sus aspectos social y emocional,
a partir de una educación afectiva, a través de conocimientos prácticos y teóricos.
Como se observa entonces, un fin último de la Educación Emocional es la formación
o desarrollo integral del individuo, el cual abarca la totalidad del ser humano, éste
es definido como:
“… El proceso continuo, permanente y participativo que busca desarrollar armónica y
coherentemente todas y cada una de las dimensiones del ser humano (ética,
espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética, corporal, y socio- política) a fin
de lograr su realización plena en la sociedad…” (UCC, 2008).
Este proceso es permanente, en tanto que debe de estar presente a lo largo de
toda la vida, ya que en cualquiera de sus etapas se pueden presentar alteraciones
emocionales que requieran una atención psicopedagógica.Por lo que la Educación
tiene que tener presentes los objetivos que se asumen para lograr el bienestar
personal del adolescente.
13. 1.3.2 Objetivos
La integralidad del individuo supone un trabajo en conjunto de todos los agentes
educativos, lo que implica dirigirse a un proyecto común encaminado a la formación
y desarrollo de las potencialidades del alumno, a través de objetivos claros.
Los objetivos generales de la Educación Emocional según Bisquerra (2000: 244)
se resumen a continuación:
Adquirir un conocimiento de las propias emociones
Identificar las emociones de los demás.
Desarrollar la habilidad de controlar las propias emociones
Prevenir los efectos perjudiciales de las emociones negativas
Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas
Desarrollar una mayor competencia emocional.
Desarrollar la habilidad de automotivarse.
Adoptar una actitud positiva ante la vida
Aprender a fluir.
De los objetivos anteriores, se derivan objetivos específicos:
Desarrollar la capacidad para controlar el estrés
Tomar conciencia de los factores que inducen al bienestar subjetivo
Potenciar la capacidad para ser feliz
Desarrollar el sentido del humor
Desarrollar la capacidadpara diferir recompensas inmediatas a favor de otras
de mayor nivel pero a largo plazo.
14. Queda entonces entendido que es necesario que el alumno, sea apoyado en su
formación integral a partir de propósitos claves para la Educación Emocional dentro
del contexto de la Orientación, justificando su importancia desde la perspectiva
del desarrollo de sus emociones, para su bienestar.
1.3.3 Importancia de la Educación Emocional
La sociedad a lo largo de la historia a sobrevalorado un ideal especifico de ser
humano: una persona inteligente. La escuela tradicional, consideraba a una persona
inteligente cuando el joven era capaz de dominar todas las materias puestas a su
disposición. Los test de inteligencia, surgieron con este fin, medir el cociente
intelectual (CI) del individuo, considerándolo como un referente de éste ideal. Sin
embargo, esta visión ha entrado en crisis, ya que, se ha comprobado que la
inteligencia académica no es suficiente para lograr el éxito profesional; pues no
fueron precisamente los empresarios o profesores mas brillantes o exitosos, los
que obtenían excelentes notas en la escuela, sino aquellos que tenían la capacidad
de conocer y gobernar sus emociones, y los mecanismos que motivaban y movían
a las personas.
Bajo esta visión, se comprende que la escuela del siglo XXI, tiene que priorizar y
responsabilizarse de educar las emociones, a partir de su contexto escolar, donde
los educadores sean los principales líderes emocionales de los alumnos, pues, “El
profesor ideal para este nuevo siglo tendrá que ser capaz de enseñar la aritmética
del corazón y la gramática de las relaciones sociales” (Fernández y Extremera,
2002). Lo que conlleva a comprender y crear en los adolescentes una forma
inteligente de sentir; cultivando a su vez las relaciones familiares y escolares, para
formar un equilibrio, que logre un ajuste social y relacional.
Esta enseñanza de las emociones inteligentes en el adolescente, depende en gran
medida de la práctica, entrenamiento y perfeccionamiento de sus competencias o
habilidades emocionales, a través del modelado de estrategias que lleven al logro
de objetivos específicos para el desarrollo de las capacidades emocionales de los
15. adolescentes, que traiga consigo beneficios personales y sociales. Por tanto, es
necesario incluir de manera explícita y sin demora en el sistema escolar, las
habilidades emocionales; ya que, con ello se erradicaría el analfabetismo emocional
del adolescente, que se manifiesta y se acentúan en esta etapa, a través de:
violencia, ansiedad, estrés, depresión.
Hasta este punto se han descrito los objetivos y la importancia que tiene la
educación de las emociones dentro del ámbito educativo. Justificando con ello, la
necesidad que hay de generar y ayudar a los adolescente a que logren los
propósitos dispuestos por la Educación Emocional. La adquisición de las
competencias emocionales inherentes a la Educación Emocional, son
fundamentales para el logro de estas metas.
1.4 Competencias básicas de la educación emocional
En la actualidad, a partir de los cambios educativos mundiales, se ha puesto de
manifiesto la adquisición de conocimientos desde un enfoque orientado al desarrollo
de competencias, consideradas como: “el conjunto de conocimientos, capacidades,
habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto
nivel de calidad y eficacia.” (Bisquerra, 2003).
En este sentido, surge la necesidad de desarrollar unas competencias distintas a
las de los campos profesionales, las competencias emocionales, como uno de los
objetivos de la educación emocional. Tienen como base la inteligencia emocional,
pero integran elementos que conciernen a la Educación, en un marco teórico más
amplio. Se entiende, por tanto, que una competencia emocional es el “conjunto de
conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar
conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada a los fenómenos
emocionales”. (Bisquerra, 2009). Estas tienen como finalidad, incidir en una
educación para la vida, a partir de promover, el bienestar personal y social, así
como, los procesos de aprendizaje, las relaciones interpersonales y la solución de
problemas. Por tanto, deben de estar presentes en la práctica educativa.
16. El marco de la Educación Emocional, considera cinco las competencias
emocionales (Bisquerra, 2003):
Conciencia Emocional: Es tomar conciencia de las propias emociones y
de las emociones de los demás, a partir de dar nombre a las propias
emociones, conocerlas y diferenciarlas; generando con ello la comprensión
y entendimiento de las emociones de los otros.
Regulación Emocional: Es la habilidad de manejar de forma adecuada
nuestros estados, impulsos y recursos internos, a partir de estrategias de
afrontamiento y de autogeneración de emociones positivas.
Autonomía personal (autogestión): Es la capacidad para auto gestionarse,
a través de la autoestima, la actitud positiva ante la vida, la auto motivación,
la responsabilidad, así como, la aptitud para analizar críticamente las normas
sociales, y una autoeficacia emocional para buscar ayuda y recursos.
Inteligencia interpersonal: Es la habilidad para tener buenas relaciones con
los demás. Lo que implica dominar las habilidades sociales: empatía,
comunicación afectiva, receptiva y expresiva, respeto por los demás,
actitudes pro-sociales, asertividad, así como la cooperación.
Habilidades de vida y bienestar: Es la capacidad para adquirir
comportamientos adecuados y responsables para la resolución pacífica, a
través, de la identificación y la negociación de problemas personales,
17. familiares, profesionales y sociales, con la finalidad de potenciar el bienestar
personal y social.
Se puede concluir, que la Competencias Emocionales, se desarrollan aprendiendo
a manejar una serie de habilidades prácticas y específicas, que habrán de incluirse
en un marco específico dentro de la Educación Emocional. Los objetivos tienen que
ser claros.