Este documento pretende establecer una serie de acercamientos respecto a lo planteado por Damasio, 2010, en su libro; “Y el cerebro creo al hombre”, como una manera de entender mejor lo que sería un proceso educativo más pertinente y acertado en la actualidad, manifiesto intencionado detonante del génesis de acciones propias encargadas de la gestión acertada de la propia vida humana, y por consiguiente inducir estados de conciencia individual y colectiva que nos lleve a encontrarnos con la posibilidad de labrar un mejor panorama.

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UNA APROXIMACIÓN A UN TIPO DE EDUCACIÓN CENTRADA EN EL
FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO SEGÚN DAMASIO, Y UNA POSIBLE
ARTICULACIÓN CON LA REALIDAD EDUCATIVA.
José Luis Jiménez Rodríguez
Agosto de 2022
Este documento pretende establecer una serie de acercamientos respecto a lo planteado por
Damasio, 2010, en su libro; “Yel cerebro creo alhombre”, como una manera de entender mejor
lo que sería un proceso educativo más pertinente y acertado en la actualidad, manifiesto
intencionado detonante del génesis de acciones propias encargadas de la gestión acertada
de la propia vida humana, y por consiguiente inducir estados de conciencia individual y
colectiva que nos lleve a encontrarnos con la posibilidad de labrar un mejor panorama.
Si entendemos la propia conciencia como “una mente provista de propietario”, según
Damasio; “un sujeto que inspecciona el mundo por dentro y a su alrededor”; es lógico pensar
en un tipo de educación centrada en fortalecer un crecimiento interior del individuo a partir
de entender su propio mundo, es una intensión más loable de propiciar un norte conveniente,
auspiciado por la escuela y todas sus necesidades instaladas en los diferentes imaginarios
vinculados a su aura, todos ellos con la ilusión de encontrar al menos una inspiración que
logre romper los esquemas éticos y morales ungidos con la dureza conferida por el tiempo y
la parálisis reflexiva.
Es hora de darle paso a la creatividad, al arte, el ingenio, la camaradería, la investigación, la
felicidad, la inspiración, en resumidas cuentas, una manera de “encontrar nuestras propias
respuestas”; es el momento de concebir procesos educativos donde se generen
continuamente “experiencias significativas”, las cuales son los elementos reales de las pautas
de recordación cerebrales, en otras palabras, son los puntos o referentes de apoyo para
estructurar un proceso de aprendizaje centrado en el reforzamiento continuo de
“experiencias”, suma continua a imaginarios propios con los cuales acercar más la escuela a
la propia vida, de una forma intencional y asertiva. El cerebro retoma experiencias

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(imágenes mentales), como pautas de recordación a la hora de tomar una decisión o
reflexionar sobre algo, o en el momento de diseñar una estrategia o un plan, y estas
experiencias siempre están acompañadas del componente emocional involucrado en su
desarrollo. “Una experiencia significativa es un acontecimiento el cual genera un
componente emocional significativo a la persona o personas involucradas en su
estructuración o vivencia, de ahí la descomunal importancia de garantizar el componente
emocional desde el diseño estratégico de una Guía de Aprendizaje, Plan de Aula, Proyectos
y Actividades Escolares”. A partir de concebir las experiencias como el centro neural de un
proceso educativo, podríamos entender la conciencia de la siguiente manera:
Entonces podríamos entender la conciencia como la suma de la subjetividad humana,
más la interpretación realizada del mundo que nos rodea, respondiendo a la vida desde
esta dualidad, lo cual debe permanecer en continuo equilibrio.
Figura 1. Intermediación para la construcción de la Conciencia.
(Depende de la generación de un tipo determinado de marcadores somáticos)
¿Cómo el cerebro se hace consciente?
A partir de las experiencias adquiridas, no necesariamente una persona consciente toma las
mejores decisiones en su vida, pero estas se encuentran relacionadas con la supervivencia. La
mente de cada individuo se construye a partir de experiencias negativas y positivas, y la
consciencia se refuerza a partir de contrastar experiencias adquiridas, lo cual promueve una
conducta determinada.
Mente Conocimiento
Construcción
de
Conciencia

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Esa consciencia o proceso de identidad subjetiva, no se da en la mente, la mente no es
estrictamente consciente, en el primer proceso se involucran la mayoría de estructuras del
sistema nervioso central realizando un continuo proceso de contraste entre imágenes
mentales, y una continua reestructuración de estas según estímulos determinados, situación
está que sustenta el principio de neuroplasticidad cerebral. La mente se toma como un
procesador de información circundante en el entorno de influencia, un decodificador de
“estímulos” con la propiedad de inducir hacia procesos de reflexión profunda en asocio con
imágenes mentales particulares, esto podría garantizar un tipo de experiencia significativa
asociada con la exploración de situaciones transcendentales de cómo gestionar la propia
existencia, en conclusión, lo que requiere la mente es información de calidad asociada a
intereses propios, y herramientas que potencialicen su función de procesamiento de
información, elementos para que promuevan procesos analíticos, interpretativos,
propositivos y reflexivos.
Respecto a la importancia de la información Delgado, 2017, expone lo siguiente:
“Solo hasta tiempos recientes hemos acuñado el término información, un concepto tan
fundamental como la materia, la energía o la conciencia. Todo en el macro y microcosmos es
información, y todos los componentes de estos Universos están diseñados para
transformarla”.
La mente es la encargada de grabar mapas mentales de acuerdo a determinados estímulos,
los cuales en su gran mayoría tienen asociados componentes emocionales de cualquier
índole, estos se convierten más adelante en referentes de recordación activa o pautas de
recordación para la reconstrucción de estas imágenes; la consciencia se nutre de una
continua comparación de estas imágenes, lo cual lleva a la aparición como tal de la mente
consciente, una estrategia de supervivencia estructurada para gestionarla vida de una mejor
manera a partir de reflexionar o contrastar experiencias cotidianas. “La mente humana posee
una asombrosa capacidad para identificar semejanzas y paralelismos entre objetos,
conceptos o situaciones aparentemente distintas”. Delgado. 2017.

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Podríamos considerar la escuela como el inicio de un proceso educativo encargado de
“estructurar” conciencia reflexiva y conciencia al decidir, siempre y cuando encontremos un
direccionamiento fundado en habilidades intelectuales, actitudes, estándares o valores, lo
cual garantice una continua estimulación del cerebro desde transiciones de interiorización
de conocimientos en el rumbo de los pilares básicos del Saber Conocer, Saber Hacer y Saber
Decidir (Ser), asumidos como entidades en continua interacción sistémica y con la
legitimidad de establecer puentes cognitivos y emocionales según imaginarios particulares,
esto pretende evidenciar que si tengo la capacidad de decidir, la capacidad de hacer, la
capacidad de saber o la capacidad de integrar todas, es un total síntoma de aprendizaje con
el cual construyo y reestructuro mi propio discurso.
Figura 2. Recuperación de recuerdos según pautas de recordación.
Corriente continua de la mente Aparecen Retrospectivas
experiencias vividas.
Reflexiones.
Contraste de
experiencias.
(El mí mismo que
conoce)
Conocimiento interiorizado en el nivel
consciente.
Reestructuración de imaginarios
Se une como una imagen a la corriente continua
de la mente y se yuxtapone a la imagen que la indujo.

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Provoca la aparición de un marcador somático
Fuente propia.
Las emociones se conciben como un proceso orgánico relacionado con una descarga
biológica de neurotransmisores; los sentimientos, denominados marcadores somáticos
porque de manera objetiva son la expresión de las emociones a nivel corporal.
¿Construimos seres mentales en el proceso educativo?
La situación educativa en la actualidad genera seres humano mentales, los cuales en este
proceso refuerzan sus pautas básicas o ingénitas de supervivencia, ya que en la mayoría de
los casos el atiborramiento de personas en aulas no promueve la generación de experiencia
significativas, las cuales revisten un alto contenido emocional y reflexivo que conlleve a su
apropiación y a la generación de un sinnúmero de pautas de recordación asociadas al
componente emocional de cada individuo. El exceso de información sin decodificar
promueve el colapso de cualquier tipo de sistema, ocasionando la inactivacióndelprocesador
de información cerebral, la mente.
“Percibir el entorno, contar una historia o recuerdo, se hace desde la mente; reflexionar a
partir de experiencias involucrando otras, se hace desde la consciencia”. En conclusión,
podemos entender el mundo desde la manera que funciona la mente, los rasgos de nuestro
comportamiento y las historias de vida, luego viene el sujeto que conoce, confronta
experiencias y reflexiona sobre ellas; ser consciente. (Noción dual de identidad subjetiva,
consciencia). Podríamos condensarlo de la siguiente manera:
 El mí mismo como objeto (sujeto que interpreta el mundo, ser mental).
 El mí mismo que conoce (sujeto que reflexiona desde sus experiencias, ser
consciente)

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El sí mismo como objeto es la suma total de lo que consideramos nuestro, lo que permite a la
mente conocer esos dominios es la percepción que cualquiera de estas cosas genera
emociones y sentimientos. Lo que consuma la percepción de pertenecía objetiva y subjetiva
de la mente, son las emociones, ellas promueven esta discriminación que nutre el proceso de
consciencia.
¿La pedagogía ayuda a estructurar seres conscientes?
Teniendo en cuenta a Bohm, 2010, en su libro la Historia de la Pedagogía, podríamos contar
con muchas apreciaciones respecto a la pedagogía, pero algo es claro, todo apunta a los
modos de pensar y “reflexionar” del ser humano y su impacto en la concreción educativa, en
otros términos, toda una herramienta para potencializar la reflexión y la interiorización de
conocimientos a partir de la reestructuración continua de imaginarios en entornos
específicos.
Asumimos el pensar pedagógico como pensar, actuar, decidir, en el mismo sentido del saber
conocer, saber hacer y saber decidir, o también como información, conocimiento, sabiduría.
La pedagogía se relaciona con las experiencias activas y menos con recetas didácticas y
metodológicas, por consiguiente, la educación debe ser innovadora, sustentada en tres
concreciones fundamentales; generación de productos, procesos y servicios útiles a las
comunidades de su influjo.
La idea pedagógica se fundamenta en la autodeterminación y autoproducción del hombre,
componentes esenciales de la voluntad consciente, un camino paralelo y con todas las vías
de comunicación para la interacción continua con el proceso de aprender a aprender, ya que
es en la escuela donde se prende la llama de “aprender” por propia convicción por esa
necesidad de ahondar en lo que causa asombro o se relaciona con mis proyecciones de vida.
La educación es inquietud, cuestionamiento e incertidumbre, el conocimiento y la sabiduría
son de interés social, lo cual garantiza habilidades de éxito y realización en la vida,
indudablemente confiere una competencia pragmática sustentada en las experiencias de
común – unión; “los conocimientos no se transmiten, se difunde información, los valores no

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se comunican, se hacer parir”. La acción pedagógica promueve el desarrollo de seres
conscientes, personas en íntima concordancia con la manera de comprender el mundo,
participes desde sus valores y convicciones cimentadas a partir de sus propias experiencias,
constituidas en el universo del conocimiento al cual pueden optar al pretender ser mejores
en el sentido loable de la vida en conjunto. “Una persona desconectada de su entorno de
influencia, se convierte en un ente servil e ignorante de su propia realidad”.
¿En cualquier proceso educativo, se estimula el desarrollo de la conciencia?
En este aparte inicio con una cita de William Ospina, 2014, donde se puede inferir respecto
al tipo de educación “innecesaria”, y en contravía a la biología misma del cerebro:
“Digamos que la ciencia y la técnica andan a saltos de liebre, pero nuestras filosofías y nuestra
moral, que deben ser las que marquen la pauta de la historia, avanzan a paso de tortuga, o tal
vez retroceden. Nuestros modelos de educación conservan lo más formal y lo más fósil de los
recursos de otros tiempos, pero a la vez parecen haber renunciado a grandes sabidurías de la
tradición, y si bien procuran responder a las urgencias del presente no han encontrado el
camino para responder a los desafíos que ese mismo presente formula”.
Pensar respuestas explicando las complejidades de temas aun en intensa investigación, es
una empresa lo bastante utópica como para sentir ansiedad en el filo de las dos realidades
educativas, la vigente y la que se está dando paso a partir de luchas aisladas y con el
consiguiente precio a la desestimación por implicar mayor esfuerzo intelectual respecto a
distanciarse de los dogmas vigentes. Existen muchos caminos que nos llevan a considerar los
resultados educativos obtenidos en el presente como situaciones más inmediatas a la
estimulación del instinto de supervivencia de la especie humana y menos cerca del desarrollo
de la capacidad cognitiva y emocional que nos ponga en un camino acertado de
transformación positiva de los entornos de influencia.
Los mejores resultados de un proceso de educación no se evidencian en efectos de pruebas
de coeficiente intelectual, o en tablas de posiciones con otros países distantes entre sí en
elementos culturales, económicos, políticos, ambientales, entre otros, el verdadero reflejo de

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un transcurso educativo se palpa en la dinámica social con la cual convivimos a diario. A
partir de las “experiencias” con las cuales cada uno de nosotros abordamos las interacciones
sociales, podríamos crearnos una serie de interrogantes, los cuales por el poder de un tipo de
educación de carácter “integral”, deberíamos asumir a partir de evidenciar un desarrollo
cognitivo y emocional fundamentado en el saber decidir analítico, interpretativo y reflexivo.
 ¿Entendemos sobre la importancia del potencial biológico con el que cuentan
entornos específicos de influencia?
 ¿Cuál es la importancia del agua en el organismo?
 ¿Cuál es el poder de la fotosíntesis?
 ¿Entiendo la importancia de mi ser actual, teniendo en cuenta la historia de mi país?
 ¿Cuál es la importancia de optar por una adecuada alimentación?
 ¿Entiendo la sobre la dinámica del clima, y aplico mi saber científico en mis propias
reflexiones?
Este tipo de cuestionamientos, entre otra gran cantidad de interrogantes básicos sobre los
cuales se funda el poder de una nueva educación articulada a la gestión de la propia vida, por
derecho la debemos encontrar a la mano para todos en la escuela vigente, y ahí sigue
apareciendo el interrogante; ¿en todo proceso educativo se genera consciencia? En resumidas
cuentas, no necesariamente cualquier tipo de educación conlleva a generar consciencia, para
ello se requieren modelos que estimulen continuamente el cerebro.
“Un rasgo que define la subjetividad es el sentimiento que invade las imágenes”. ¿Cómo
generar nivel de conciencia? La importancia de hacer las imágenes propias radica en generar
conciencia respecto a situaciones determinadas, lo cual se puede ajustar en la mayoría de
ocasiones en un nivel de decisión apropiado en sociedad, y por consiguiente apunta a una
caracterización arraigada al individuo, haciéndolo identificable como ser racional”.
A continuación, se sintetiza una posible vía de flujo para la estructuración de experiencias
significativas en la escuela, a partir de la información circundante, la representación de la
propia realidad y la reconstrucción continua.

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Figura 3. Estructuración de experiencias significativas.
Cerebro Hechos disponibles Representación de la realidad
Información Vista desde el pasado e interior
Experiencias Imaginarios
Reconstrucción continua Reconstrucción continua
Experiencias Experiencias
MENTE CONSCIENTE

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Bibliografía
Delgado. L. Carlos. (2017). El nuevo cerebro humano. Criticas, reflexiones y nuevos
descubrimientos. Editorial Géminis. Bogotá D. C. Pag. 174.
Bohm. E. (2010). La Historia de la Pedagogía. Desde Platón hasta la actualidad. Editorial
Universitaria de Villa María. España. Pag. 1 – 135.
Damasio. A. (2010). Y el cerebro creo al hombre. Ediciones Destino. Barcelona. España. Pag.
1 – 237.
Ospina. W. (2014). El dibujo secreto de América Latina. Ed. Random House. Pag. 94.