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Vía aérea difícil
Mª LUISA MARISCAL FLORES
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Anestesiología y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Mª LUZ PINDADO MARTÍNEZ
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Anestesiología y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Esta obra se presenta como un servicio a la profesión médica. El contenido de la misma refleja las opiniones, criterios,
conclusiones y/o hallazgos propios de sus autores, los cuales pueden no coincidir necesariamente con los de
GlaxoSmithKline. Algunas de las referencias que, en su caso, se realicen sobre el uso y/o dispensación de los productos
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Ficha Técnica aprobada por las Autoridades Sanitarias competentes, por lo que aconsejamos su consulta.
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almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin el previo permiso escrito del editor.
© 2007 ERGON
C/Arboleda, 1. 28220 Majadahonda (Madrid)
ISBN: 978-84-8473-???-?
Depósito Legal: M-?????-2007
A nuestra amiga Eulalia, porque sin su apoyo
este libro no hubiera sido posible
Autores
Mª Luisa Mariscal Flores
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Mª Luz Pindado Martínez
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Colaboradores
Beatriz Alonso Sánchez
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Elena Duro Moto
Residente de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Elena Fernández Igualada
Residente de Anestesiología
y Reanimación
Hospital Universitario de Getafe
Mar Caro Cascante
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe. Yolanda López Vázquez
Residente de Anestesiología y
Reanimación
Hospital Universitario de Getafe
Casillas Villamar Ángel
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Medicina Interna.
Hospital Universitario de Getafe. Mª Cruz Muñoz Montero
Facultativo Especialista de Área
Servicio de Anestesiología
y Reanimación
Hospital Universitario de Getafe
Alberto Castelau Coltelezzi
Residente de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Mª José Navarro Martínez
Residente de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Helena Pérez Domínguez
Residente de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Esperanza Ortigosa Solórzano
Facultativo Especialista de Área
Servicio de Anestesiología
y Reanimación
Hospital Universitario de Getafe
Flor Rey Tabasco
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Daniel Paz Martín
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Juan Carlos Ruiz de Adana Belbel
Facultativo Especialista de Área.
Servicio de Cirugía General.
Hospital Universitario de Getafe.
FOTOGRAFÍA ILUSTRACIONES
José Domínguez Pallás
Hospital Universitario de Getafe.
Mª del Mar Caro Cascante
Facultativo Especialista de Áre.
Servicio de Anestesiología
y Reanimación.
Hospital Universitario de Getafe.
Prólogo
La vía aérea difícil ha constituido y cons-
tituye una de las mayores preocupaciones
de los anestesiólogos desde que, años atrás,
se comenzaran a realizar anestesias gene-
rales con respiración asistida, mediante la
administración de relajantes musculares.
La habilidad y la pericia, junto a la expe-
riencia y al importante papel de colabora-
dores, resultaban las armas terapéuticas
principales que se utilizaban hasta hace no
más de veinte años.
El desarrollo de nuevos instrumentales
médicos (fibroscopios, laringoscopios, mas-
carillas laríngeas, glidescope, videolarin-
goscopios, etc.), junto al progreso científi-
co en técnicas y productos anestesiológicos
innovadores, han generado un importantí-
simo salto cualitativo en el control de la vía
aérea. Su aplicación facilita, de forma asom-
brosa, la intubación endotraqueal. La com-
pleja técnica de su manejo no debe ser obs-
táculo para NINGÚN especialista, sino un
reto con beneficios directos para determi-
nados pacientes.
Desde el año 2000, nuestras compañe-
ras en el Servicio de Anestesiología del Hos-
pital Universitario de Getafe Marisa Maris-
cal y Mariluz Pindado, han profundizado
con enorme rigor y nivel científico en el
conocimiento de las técnicas de estos nue-
vos desarrollos. Su idea inicial de formar
un grupo que se especializara en el manejo
de estos pacientes, a los que tras la precep-
tiva consulta de preanestesia se les hubiera
“etiquetado” como de “vía aérea difícil”,
ha sido sin duda superada. La extensión en
la enseñanza de esas técnicas no solo ha
abarcado al resto de sus compañeros, sino
que se ha extendido a otros profesionales
de otros servicios de España a través de los
cursos organizados por el Colegio de Médi-
cos de Madrid que ellas imparten.
El libro que tengo el honor de prologar
es, sin duda, el resultado de esas enseñanzas
y conocimientos perfeccionados a lo largo de
estos últimos años por las autoras. La clari-
dad de sus conceptos, la practicidad de las
explicaciones tanto en nuevos instrumentos
como de las técnicas más modernas, así como
la inclusión de algoritmos que protocolizan
situaciones que hasta ahora se solían relegar
a la improvisación, hacen de este libro un
manual imprescindible para los especialistas.
Por ello, al prologar esta primera edi-
ción, quiero manifestar a las autoras mi
agradecimiento por la labor científica desa-
rrollada y por el gran esfuerzo añadido a
su diario e intenso trabajo de quirófano, al
mismo tiempo que expresar el orgullo que
supone para el Servicio de Anestesiología
y, en general, para todo el Hospital Uni-
versitario de Getafe, el que formen parte de
nuestro personal facultativo.
Dr. Rafael Ruiz Campa
Jefe del Servicio de Anestesiología.
Hospital Universitario de Getafe.
Madrid.
Agradecimientos
Al Dr. Valentín Madrid Rondón, por haber sido el pionero en Espa-
ña en el manejo de la Vía Aérea Difícil y, además, haber sabido trans-
mitirnos a nosotras y a otros tantos Anestesiólogos su enorme entusias-
mo y conocimientos. Gracias a ello, nuestra formación ha repercutido,
sin duda alguna, en la seguridad de muchos pacientes.
Al Dr. Rafael Ruiz Campa, por su capacidad para comprender la nece-
sidad de nuestra formación y habernos ayudado a conseguir los medios
imprescindibles sin los cuales no hubiera sido posible nuestra labor cien-
tífica y docente.
A nuestros compañeros del Servicio de Anestesiología y Reanimación,
que siempre nos han apoyado y colaborado en la realización y aprendi-
zaje de las nuevas técnicas de manejo de la Vía Aérea Difícil.
Índice
1. Introducción...................................................................................................... 1
M.L. Pindado, M. Mariscal, M. Caro
2. Conceptos generales. ......................................................................................... 3
M.L. Pindado, M. Mariscal, E. Ortigosa
3. Anatomía de la vía aérea. .................................................................................. 5
M.L. Pindado, M. Mariscal, M. Caro
4. Preoxigenación.................................................................................................. 9
M.L. Pindado, F. Rey, J. Pérez
5. Valoración y predicción de la vía aérea difícil.................................................. 13
M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey
6. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos. ........................ 21
M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
7. Dispositivos transglóticos................................................................................ 43
D. Paz, M. Muñoz, M.J. Navarro
8. Dispositivos transcutáneos. ............................................................................. 49
M.L. Pindado, F. Rey, E. Ortigosa
9. Fibroscopio flexible......................................................................................... 55
M.L. Pindado, M. Mariscal, E. Ortigosa
10. Laringoscopios. ............................................................................................... 71
E. Fernández, A. Castellau, Y. López
11. Fibroscopios rígidos. ....................................................................................... 77
A. Castellau, E. Fernández, M.J. Navarro
12. Videolaringoscopios. ....................................................................................... 83
M.J. Navarro, Y. López, D. Paz
13. Utilización de material desechable en el manejo de la vía aérea difícil. ............ 91
Y. López, M. Muñoz, M.J. Navarro
14. Extubación en una vía aérea difícil.................................................................. 97
Autores ???
15. Algoritmos de la vía aérea difícil. .................................................................. 103
M. Mariscal, M.L. Pindado, H. Pérez
16. Casos clínicos de vía aérea difícil................................................................... 111
M. Mariscal, M. Caro, B. Alonso
17. Manejo de la vía aérea difícil en situaciones clínicas especiales...................... 117
Obesidad mórbida......................................................................................... 117
D. Paz, M. Muñoz, Y. López
Paciente obstétrica......................................................................................... 119
A. Castellau, E. Fernández, E. Duro
Paciente quemado ......................................................................................... 122
Y. López, M.J. Navarro, D. Paz
Paciente con vía aérea difícil en urgencias...................................................... 125
M. Muñoz, E. Fernández, A. Castellau
Paciente con vía aérea difícil en cirugía de tórax............................................ 127
M. Muñoz, D. Paz, M.J. Navarro
Paciente con inestabilidad cervical................................................................. 129
E. Fernández, A. Castellau, H. Pérez
Inducción de secuencia rápida ....................................................................... 136
M. Muñoz, D. Paz, E. Fernández
Paciente con distorsión postquirúrgica de la vía aérea ................................... 138
M.J. Navarro, Y. López, M. Muñoz
18. Enseñanza y organización del manejo de la vía aérea difícil
en el Servicio de Anestesia de un hospital. ..................................................... 141
Valoración y predicción de la vía aérea difícil
INTRODUCCIÓN historia estomatológica, como ausencia de
dientes, movilidad, protusión, etc.
Por último, tendremos en cuenta distin-
tas enfermedades asociadas que se relacio-
nan con la vía aérea difícil (VAD):
Uno de los aspectos más olvidados en la
práctica anestésica, a pesar de su impor-
tancia, es la valoración y predicción de la
vía aérea difícil1, que depende de muchos
factores como la observación interindivi-
dual, experiencia y habilidad del aneste-
siólogo. Por eso, uno de los objetivos de este
libro es aprender a valorarla y saber elegir
el dispositivo más adecuado para usar en
cada caso, con el fin de conseguir la máxi-
ma seguridad para el paciente.
• Diabetes de larga evolución. El “signo
del predicador”, (no poder juntar las pal-
mas de las manos por rigidez articular)
que se asocia con ID.
Acromegalia: la hipertrofía de lengua y
úvula y/o la estrechez del cricoides pue-
den crear dificultad de ventilación / intu-
bación.
Enfermedad de Bechet: úlceras bucales
y cicatrices retráctiles.
Otras: síndrome de Down (macroglo-
sia), artritis reumatoidea (alteración de
la articulación atlanto-axoidea), enfer-
medades infecciosas y neoplásicas de
la vía aérea superior.
Si hay sospecha de ID, informaremos al
•
•
EVALUACIÓN PREANESTÉSICA •
La evaluación preanestésica de la vía
aérea valora2:
•
•
Historia clínica.
Signos clínicos predictivos de dificultad
de ventilación.
Signos clínicos predictivos de dificultad
de intubación.
paciente o familiar, de la posible dificul-
tad y de las medidas alternativas.•
Signos clínicos predictivos de dificulad de
ventilación
No existe ningún test específico para pre-
decir una dificultad de ventilación, pero
Langeron3 (2000) publica una serie de fac-
tores de riesgo (Figs. 1 y 2) como:
Historia clínica
En primer lugar debemos detectar ante-
cedentes anestésicos de intubación difícil
(ID), relatados por el enfermo o su familia.
Siempre que nos encontremos con una ID,
haremos un informe de las posibles cau-
sas y del manejo de la misma para cirugí-
-
-
Presencia de barba.
Índice de masa corporal > 26 kg/m2.
as posteriores. También nos fijaremos en su - Falta de dientes.
5
M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey
14 • M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey
FIGURA 2. Factores de riesgo de ventilación difícil.
Todos estos signos nos orientarán sobre
la posibilidad de un paciente con ID; ante
esta sospecha, realizaremos tests de pre-
dicción de ID.FIGURA 1. Factores de riesgo de ventilación difícil.
TESTS DE PREDICCIÓN
DE INTUBACIÓN DIFÍCIL- Edad >55 años.
- Historia de roncador.
En 2006, Kheterpal et al, en un estudio
de 22.660 pacientes, confirman los facto-
res de riesgo de ventilación difícil de Lan-
geron, excepto la ausencia de dientes y con-
sideran la presencia de barba como el úni-
co factor modificable antes de la cirugía.
Estos autores dan gran importancia al test
de posibilidad de protuir la mandíbula para
valorar la dificultad de ventilación.
Actualmente no existe ningún test clíni-
co ni radiológico que aisladamente sea
capaz de predecir una ID.
Tests radiológicos
A diferencia de los tests clínicos6, no se
pueden hacer de forma rutinaria, ya que
son más complicados, caros dependen de
otro servicio y no aportan un beneficio
importante.
En una radiografía lateral del cuello se
puede evidenciar un estrechamiento del
espacio articular atlanto-occipital, con la
consiguiente dificultad para la extensión de
la zona y que se puede traducir en el hallaz-
go durante la laringoscopia de una “epi-
glotis o laringe anterior” que consiste en el
desplazamiento anterior de la laringe.
Signos clínicos predictivos de dificultad
de intubación
Deberemos valorar la anatomía de la
cara del paciente para buscar signos que
nos orienten a una posible ID5. Entre ellos
podemos destacar:
-
-
-
-
-
Cuello corto, grueso o musculoso.
Retracción mandibular.
Paladar arqueado, largo u ojival.
Cicatrices faciales o cervicales.
Estado dental.
Tests clínicos
Son sencillos7. Los realiza el anestesió-
logo preoperatoriamente y los más signi-- Tamaño de la lengua.
Valoración y predicción de la vía aérea difícil • 15
FIGURA 3. Clasificación Mallampati modificada.
ficativos deben hacerse de forma siste-
mática.
Estos tests valoran los dos aspectos fun-
damentales del manejo de la VA: la proxi-
midad de la base de la lengua a la glotis y
el grado de alineación de los ejes que se pue-
de conseguir.
Los tests más usados en la práctica habi-
tual son:
A
Test de Mallampati, Samsoon y Young
Inicialmente descrito por Mallampati9
en 1985 con tres grados, fue modificado
por Samsoon y Young10 en 1987 (Fig. 3)
añadiendo un cuarto grado. Se basa en la
visión de las estructuras faríngeas con la
boca abierta al máximo, en posición sen-
tada y sin fonación:
B
-
-
-
Grado 1: fauces, úvula, paladar blando.
Grado 2: úvula, paladar blando.
Grado 3: base de úvula, paladar blan-
do.
Grado 4: paladar duro.
Este test es el estándar con el que se com-
-
paran casi todos los estudios de la literatu-
ra. Su valoración depende mucho de la
variabilidad interindividual del observador.
Es el más usado en el manejo clínico para
valorar VAD en la mayoría de los hospi-
tales.
En el 2006 Mashour11 publica que la
extensión craneocervical mejora la apertu-
ra bucal y el Mallampati, por lo que el acon-
seja siempre realizarla cuando se aplique
este test.
C
FIGURA 4. Clasificación del test de la mordida. A)
Clase I. B) Clase II. C) Clase III.
Test de la mordida del labio superior
Es el test más moderno (Fig. 4), publi-
cado en el 200312. Se basa en la importan-
cia que tiene para la visión laringoscópica
la libertad del movimiento mandibular y la
1 2 3 4
16 • M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey
FIGURA 5. Distancia tiromentoniana. FIGURA 6. Distancia esternomentonia.
arquitectura de los dientes. Parece que este
test depende menos de la valoración del
observador. Se le pide al paciente que muer-
da con su dentadura inferior el labio supe-
rior y se divide en tres clases:
• Clase I: los incisivos superiores muerden
el labio superior, dejando la mucosa del
labio superior totalmente invisible.
Clase II: visión parcial de la mucosa.
Clase III: los incisivos inferiores no pue-
den morder el labio superior. Una mor-
dida clase III se relaciona con ID.
•
•
Distancia tiromentoniana o de Patil
Es la distancia entre el mentón y el borde
inferior del cartílago tiroides13 (Fig. 5). Se mide
con el cuello del paciente en máxima exten-
sión y la boca cerrada. Si es menor de 6,5
cm14 posiblemente el enfermo tenga una ID.
FIGURA 7. Apertura bucal.
es posiblemente ID. Para algunos autores
esa distancia debe ser de 4 cm Es un test
muy importante, porque si esta apertura es
pequeña puede hacer imposible la intro-
ducción de dispositivos de VAD. (ML, Fas-
trach...)
En la literatura hay numerosos estudios
que comparan unos test con otros de vali-
dez variable y sólo la combinación de los
mismos17 nos ayudará a predecir la ID.
Nosotros recomendamos utilizar de for-
ma rutinaria: Mallampati, mordida del labio
Distancia esternomentoniana
Es la distancia entre el mentón y la par-
te superior del eión, le confieren gran impor-
tancia y lo comparan aisladamente con el
de Mallampasternón15 (Fig. 6). Si es menor
de 12,5 cm se relaciona con ID. A este test,
en alguna publicacti, dándole una gran espe-
cificidad16.
Apertura bucal
Es la distancia entre los incisivos supe-
riores e inferiores (Fig. 7); si ésta es < 2 cm superior, distancias tiromentoniana y ester-
Valoración y predicción de la vía aérea difícil • 17
FIGURA 8. Hoja nº
1 de predicción de
VAD del Hospital de
Getafe.
nomentoniana y apertura bucal porque son
muy sencillos y rápidos.
Hoja de recogida de datos del Hospital
Universitario de Getafe (Figs. 8 y 9).
encontrar en la literatura (nosotros no la
usamos), que fue introducida en 1977 y pro-
pone siete variables:
-
-
-
-
-
N1: Nº de intentos > 1.
N2: Nº de operadores > 1.
N3: Nº de técnicas alternativas.
N4: Graduación de Cormack-Lehane.
N5: Fuerza elevadora con laringoscopia
(Normal: 0 Aumentada: 0).
Escala de dificultad de intubación
(IDS: Intubation Difficult Scale)
Existe otra escala de valoración de la
dificultad de intubación, que podemos
18 • M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey
FIGURA 9. Hoja nº
2 de predicción de
VAD del Hospital de
Getafe.
- N6: Presión laríngea (No aplicada: 0
Aplicada: 1).
- N7: Movilidad de cuerdas (Abdución: 0
Addución: 1).
La obtención de 5 se considera en la
mayoría de los trabajos como dificultad de
intubación.
Cuando se realiza cualquier test predic-
tivo de valoración de VAD se compara con
laringe según la clasificación de Cormack-
Lehane8 (Fig. 10):
-
-
Grado 1: visión completa de la glotis.
Grado 2: visión de la parte posterior de
la glotis.
Grado 3: no se ve ninguna parte de la
glotis (sólo epiglotis).
Grado 4: no se ve epiglotis.
Los grados 3 y 4 son de ID y el 4 es prác-
-
-
la visión directa por laringoscopia de la ticamente imposible de intubar con larin-
Valoración y predicción de la vía aérea difícil • 19
FIGURA 10. Clasifi-
cación de Cormack-
Lehane.
goscopia directa. Actualmente se pueden
distinguir unas subdivisiones dentro de los
grupos 2 y 3:
BIBLIOGRAFÍA
1. Cattano D. Panicucci E. Paolicchi A. Risk Factors
Assessement of the difficult Airway: An Italian Survey
of 1956 patients. Anesth Analg 2004; 99: 1774-9.
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Anesthesiology Scandinavica 1996; 40: 1016-24.
Langeron O, Masso E. Prediction of difficult Mask
Ventilation. Anesthesiology 2000; 92: 1229-36.
Sachin Kheterpal, Richard Han, Kevin K. Tremper,
et al.Incidence and predictors of difficult and impo-
sible mask ventilation. Anesthesiology 2006; 105:
885-91.
Edward T. Crosby: Airway management in adults
after cervical spine trauma, Anesthesiology 2006;
104: 293-318.
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goscopy. Br J Anaesthesia 1993; 71: 335-339.
Madrid V, Charco Mora P. V Curso Vía Aérea Difí-
cil. Denia 2002.
Cormack-Lehane. Difficult tracheal intubation in
obstetrics. Anaesthesia 1984; 39: 1105-1111.
Mallampati SR. A clinical sign to predict difficult
tracheal intubation: a prospective study. Can Ana-
esth Soc J 1985; 32: 429-434.
• Grado 2e (extremo): sólo se visualiza la
parte posterior de los aritenoides y ofre-
ce la misma dificultad que el grado 3
Grado 3e (extremo): sólo se visualiza
una pequeña porción de la epiglotis y es
semejante al grado 4.
Grado 3a: conseguimos elevar la epi-
glotis al introducir con fuerza el larin-
goscopio en la vallecula, mejorando en
un punto la clasificación.
Grado 3b: con la maniobra anterior-
mente citada no conseguimos elevar la
epiglotis ni mejorar la clasificación.
2.
•
3.
4.•
5.
•
6.
Otras clasificaciones (menos usadas)
MCLS (Escala modificada de Cormack
Lehane), se diferencia de la original porque
introduce el grado 2a (se visualiza parte de
las cuerdas vocales) y 2b (sólo los aritenoi-
des son visibles).
POGO (Porcentaje de apertura glótica),
propuesta por Ochroh18, pero no es de uso
común.
7.
8.
9.
10. Samsoon and Young. Difficult tracheal intubation.
Anaesthesia 1987; 42: 487-490.
A B
C D
20 • M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey
11. George A. Mashour, Warren S. Sanderg. Cranio-
cervical extension improves the specificity and pre-
dictive value of the Mallampati Airway evaluation.
Anesh Analg 2006; 103: 1256-9.
12. Zahid Hussain Khan. A comparison of the upper
lip bite Test (a simple new technique) with modified
Mallampati clasification in predicting Difficulty in
Endotracheal intubation: A prospective blinded
study. Anesth Analg 2003; 96: 595-599.
13. Banjong Krobbuaban, Siriwan Diregpoke, Sujarit
Kumkeaw: The predictive value of the height ratio
and Thyromental distance:Four predictive tests for
difficult laryngoscopy. Anesth Analg 2005; 101:
1542-5.
14. Mukesh Tripathi, Mamta Pandey: Short Thyro-
mental distance: a predictor of difficult intubation
or an indicador for small blade selection? Anest-
hesiology 2006; 104: 1131-6.
15. Frerk CM. Predicting difficult intubation. Anaes-
thesia 1991; 46: 1005-1008.
16. Ramadhani AL. Sternomenthal distance as the sole
predictor of difficult Laringoscopy in obstetric ana-
esthesia. Br J Anaesthesia 1996; 77: 312-315.
17. Levitan RM, Ochroch EA, Kush S, et al. Assement
of Airway visualization: validation of the percenta-
ge of glottic opening (POGO) scale. Acad Emerg
Med 1998; 5: 919-23.
Dispositivos de la vía aérea difícil:
Dispositivos supraglóticos
Los Dispositivos de la vía aérea difícil
son unos instrumentos que nos ayudan a
manejar una vía aérea normal y difícil, dis-
tintos de la laringoscopia directa.
Los criterios de un dispositivo de vía
aérea “ideal” son:
• Dispositivos ópticos
-
-
-
-
Fibroscopios flexibles.
Fibroscopios rígidos.
Laringoscopios.
Video-laringoscopios.
• Dispositivos desechables
• Unión eficaz de la vía aérea superior para
ventilar.
Facilidad de inserción para principian-
tes, con curva de aprendizaje corta.
Mínimo riesgo de aspiración.
Sellado de la vía aérea superior eficaz, que
permita ventilación con presión positiva.
No distorsión de la anatomía faringea
por el manguito de presión, ni de la for-
ma del dispositivo.
Morbilidad de la vía aérea baja.
Buena calidad.
Se pueden clasificar los dispositivos usa-
• DISPOSITIVOS SUPRAGLÓTICOS
•
•
Son dispositivos, que colocados por enci-
ma del nivel de las cuerdas vocales, sirven
para ventilar a los pacientes transportando
gases anestésicos y oxígeno. Sus diseños
están dirigidos a solventar las desventajas
de la intubación endotraqueal
El primer dispositivo supraglótico fue la
Mascarilla laríngea, introducida en 1988
en Inglaterra y se extendió su uso muy rápi-
damente por todo el mundo. Desde enton-
ces y en los últimos años se han creado una
gran cantidad de dispositivos supraglóti-
cos1
para competir con ella. La mayoría de
ellos han sido modificados varias veces des-
de su introducción, por lo que se deberán
evaluar con cuidado hasta su total acepta-
ción. La FDA (Food and Drugs Adminis-
tration) desde 1996, clasificó los disposi-
tivos supraglóticos como dispositivos de
clase I, lo que significa que los fabricantes
ya no tienen que remitir pruebas de efica-
cia y seguridad a la FDA cuando registran
nuevos dispositivos.
•
•
•
dos en la vía aérea, según la estructura ana-
tómica donde van actuar:
• Dispositivos supraglóticos1
-
-
-
-
-
Mascarillas laríngeas.
Combitubo.
Tubo laríngeo.
Paxpress.
Otros
• Dispositivos transglóticos
- Guías.
Dispositivos transcutáneos•
-
-
Cricotirotomía.
Traqueotomía.
- Intubación retrógrada.
6
M Mariscal M L Pindado E Duro
22 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
FIGURA 1. Mascarillas laríngeas. FIGURA 2. Mascarilla laríngea clásica.
Mascarilla laríngea (ML)
Los diferentes tipos de mascarilla larín-
gea (Fig. 1) son:
1) Mascarilla laríngea clásica.
2) Mascarilla laríngea Proseal.
3) Mascarilla laríngea flexible.
4) Mascarilla laríngea Fastrach o ILMA.
5) Mascarillas laríngeas desechables: Uni-
que, ML Fastrach y ML flexible de uso
único y mascarilla laríngea Supreme
(novedad).
6) C-Trach.
da en la entrada de la glotis. Presenta en la
abertura anterior o cazoleta unas barras de
retención de la epiglotis, que protegen la
vía aérea de oclusión por la epiglotis. El bor-
de de la mascarilla está compuesto por un
manguito inflable de silicona, que llega al
espacio hipofaríngeo, creando un sello que
permite la ventilación con presión positiva
no superior a 20 cm de H2O.
La optimización del sellado depende de
una correcta inserción y utilización del
tamaño adecuado, más que del inflado de
la mascarilla. Unido a la parte posterior
queda el tubo de vía aérea que se conecta-
rá al circuito de anestesia manual o mecá-
nico.
Mascarilla laríngea clásica (MLC)
La ML clásica es un dispositivo utiliza-
do para el manejo de la VA, que ocupa el
espacio existente entre la mascarilla facial
y el tubo endotraqueal.
Fue diseñada por Brain en 1981, y acep-
tada por la FDA como sustituto de la mas-
carilla facial en anestesia electiva en 1991.
En el 2003 fue introducida como dispositi-
vo en el algoritmo de vía aérea difícil de
la ASA (Sociedad Americana de Anestesio-
logía) en situaciones de dificultad de intu-
bación y ventilación, porque es un disposi-
tivo que se usa de forma rutinaria y con
seguridad por la mayoría de los anestesió-
logos.
Inserción (Fig. 3)
Asemeja el reflejo de la deglución: al
deglutir la lengua arrastra el bolo alimenti-
cio hacia la curvatura del paladar y pared
posterior de la faringe. La inserción de la ML
se consigue con una acción parecida, imi-
tando el dedo índice la acción de la lengua.
Se precisa una posición de olfateo. La
MLC completamente desinflada, lubricada
en su parte posterior y aplanada, se apoya
contra el paladar. El dedo índice, con un
solo movimiento continuado, la impulsa
cefálicamente hacia el occipucio deslizán-
dose luego hacia atrás.
La inserción debe detenerse cuando se
encuentra resistencia, al alcanzar el mús-
Descripción
Está compuesta de una pequeña cazole-
ta (Fig. 2) diseñada para que se sitúe en la
hipofaringe, con una abertura anterior situa- culo cricofaríngeo. Tras el inflado se nota
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 23
1 2 3
FIGURA 3. Inserción de la MLC.
un ligero movimiento de acomodación. Se
puede retirar completamente hinchada para
eliminar las secreciones con ella, aunque
algunos grupos la retiran deshinchada.
3) Si se introduce en exceso, la parte pro-
ximal puede obstruir la entrada de la
glotis.
4) Si la cazoleta queda en la entrada del
esófago, puede producir distensión gás-
trica.
Una inserción cuidadosa disminuye estos
desplazamientos.
Indicaciones
Es una alternativa a la mascarilla facial
y al tubo endotraqueal. Inicialmente se usó
para ventilación espontánea, pero actual-
mente se usa para ventilación controlada en:
- En cirugía de rutina.
- En manejo de situaciones de no intu-
bación y dificultad de ventilación (Apro-
bada por los Algoritmos de la ASA en
2003).
Complicaciones
Existen varias complicaciones:
• Aspiración de contenido gástrico: es la
más grave y no puede prevenirse de for-
ma absoluta, aunque en pacientes selec-
cionados su incidencia es parecida al
tubo endotraqueal (1-5/11.000).
Dolor de garganta y afonía, que son más
frecuentes que en la intubación endo-
traqueal.
Puede aparecer lesión de úvula y pilares
faríngeos por inserción dificultosa.
Contraindicaciones
Las contraindicaciones relativas son:
•
•
•
•
Obesidad.
Patología faringolaríngea.
Disminución de la compliance pulmo-
nar.
Cirugía laparoscopica (controvertido).
Reflujo gastroesofágico.
Abdomen agudo y estomago lleno.
•
•
•
•
Ventajas
Las ventajas con respecto a la mascari-
lla facial son:
-
-
Mejora la oxigenación.
Disminuyen la polución en el quiró-
fano.
Causa menos fatiga en las manos del
anestesiologo
Malposiciones
El desplazamiento de la mascarilla larín-
gea puede ocurrir en más de un 10% de las
veces y puede no evidenciarse clínicamen-
te. Existen varios tipos de malposiciones:
1) Al introducirse puede doblar la epiglo-
tis2.
2) Si está poco metida, la punta puede obs-
truir la glotis.
-
Las ventajas con respecto al tubo endo-
traqueal son:
- Produce más estabilidad hemodiná-
mica porque ocasiona menos dolor
a la inserción.
24 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
FIGURA 4. Mascarilla laríngea Proseal.
- Reduce los requerimientos anestési-
cos y no necesita la utilización de
relajantes musculares.
Mejora el despertar del paciente.
Consta de:
Manguito anterior, es un rodete con for-
ma de embudo en la punta.
Manguito posterior, situado por detrás
a la cazoleta.
Tubo de drenaje gástrico: discurre para-
lelo al tubo de VA hasta que llega a la
cazoleta y la cruza abriéndose en la pun-
ta de MLP. Esta punta debería contac-
tar con el Esfínter Esofágico Superior
(EES), estableciendo una continuidad
entre vía digestiva y el exterior.
Los dos manguitos dan en su conjunto
•
- •
Tamaños (Tabla I)
Existen 8 tamaños de mascarilla larín-
gea. Su tamaño se relaciona con el peso del
paciente; ante la duda, hay que elegir el
tamaño más grande porque favorece el sella-
do.
En los últimos años se ha introducido la
Nº 6 por el aumento de obesidad.
•
una mayor compliance y permite introdu-
cir en su interior un mayor volumen de aire
que en la ML clásica, sin aumentar la pre-
sión sobre la mucosa laríngea4.
Esterilización
La esterilización debe ser en autoclave,
con una Tª máxima de 134ºC y un tiempo
de 10-12 minutos. Puede ser reutilizada un
máximo de 40 veces. Inserción
Precisa la hiperextensión del cuello para
avanzarla y situarla en la base de la hipo-
faringe, es decir, hasta el EES. Se pueden
realizar dos tipos de inserción:
Mascarilla laríngea Proseal (MLP)
Este nuevo diseño del 2001 intenta mejo-
rar la protección de la vía aérea frente a la
aspiración y la malposición3 que frecuen-
temente ocurría con la MLC
• Inserción digital: con el dedo índice o
pulgar, igual que la MLC (Fig. 5).
Inserción con introductor: este intro-
ductor (Fig. 6) la convierte en una Fas-
trach modificada, con un ángulo > 115º
(MLFT = 90º).
Las preferencias dependen de cada uno
•
Descripción
Es un diseño de cazoleta abierta, sin ban-
das, que se caracteriza por un doble man-
guito y doble tubo situado paralelo al tubo
de la VA. (Fig. 4) El tubo destinado al trac-
to digestivo discurre por dentro de la cazo-
y la incidencia de malposiciones es pareci-
da. Siempre se debe de comprobar la
leta hasta abrirse en la punta de la MLP. permeabilidad del tubo de drenaje gástrico
TABLA I
Tamaño Volumen inflado Peso
1 4 ml Neonato <5 kg
1,5 7 ml Bebe 5-10 kg
2 10 ml Niño 10-20 kg
2,5 14 ml Niño 20-30 kg
3 20 ml Adulto poco
desarrollado
4 30 ml Adulto 50-70 kg
5 40 ml Adulto 70-100 kg
6 50 ml Adulto >100 kg
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 25
FIGURA 5. Insercción MLP digital. FIGURA 6. Insercción MLP con introductor.
FIGURA 7. Flexión posterior de la MLP. FIGURA 8. Flexión anterior de la punta.
aspirando con una sonda. Nosotros intro-
ducimos la MLP con la sonda en su interior
mejorando así su colocación.
El riesgo de aspiración es parecido la intu-
bación endotraqueal (TET).
Malposiciones
Flexión posterior de la punta, (Fig. 7)
con acodamiento del tubo de drenaje. Se
puede ventilar al paciente pero no se pue-
de insertar la sonda nasogástrica (SNG), no
previniendo una aspiración o distensión gás-
trica. Hay que retirarla un poco y, a veces,
recolocarla de nuevo.
Flexión anterior de la punta, (Fig. 8)
generalmente del extremo distal de la cazo-
leta al comienzo del trayecto del tubo de
drenaje. Igualmente se podría ventilar al
paciente pero no insertar una sonda naso-
gástrica por lo que no preveríamos una aspi-
ración gástrica. Hay que desinflar la MLP
Indicaciones
Similares a la ML clásica, aunque al ser
el sellado mejor, se amplían sus indicacio-
nes a:
•
•
•
•
Cirugía laparoscópica.
Obesidad.
Reflujo gastroesofágico leve.
Como dispositivo de rescate cuando falla
la intubación endotraqueal.
Mejora el éxito con la ventilación con-
trolada comparada con la clásica.
Precisa una mayor profundidad anes-
tésica que la clásica.
Tiene la capacidad de aspirar la vía
digestiva y no producir insuflado gástrico5. y reintroducirla.
26 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
FIGURA 9. ML flexible. FIGURA 10. Mascarillas laríngeas desechables.
Complicaciones
Las mismas que la ML clásica pero con
menor incidencia de aspiración6 porque la
regurgitación sale a través del tubo de dre-
naje.
Esterilización
Igual que la ML clásica, con el mismo
número de reutilizaciones.
Tamaños
Están disponibles los tamaños 1,5, 2,
2,5, 3, 4, 5. Por debajo del 3 no presentan
manguito posterior.
Actualmente se ha presentado una nue-
va Proseal desechable llamada Proseal
Supreme.
FIGURA 11. Mascarilla laríngea Supreme.
Mascarilla laríngea flexible
La mascarilla laríngea flexible o refor-
zada es igual que la clásica, diferencián-
dose en el tubo de vía aérea que es de sili-
cona y con un refuerzo metálico en su inte-
rior, para evitar que se obstruya cuando
se dobla (Fig. 9).
Es frecuente observar cuando se intro-
duce que se puede dar la vuelta. Precisa
recolocarla en un 5-10% de los casos.
Se usa en cirugía oral, nasal y oftalmo-
lógica.
Presenta tamaños del 2, 2,5, 3, 4, 5, 6
El resto de las características es similar
a la MLC.
Mascarillas laríngeas desechables
Últimamente ha aumentado su uso.
Existen varios tipos de mascarillas des-
hechables (Fig. 10):
• ML Unique, Portex Soft Seal, Ambu
Laringueal Mask.
ML flexible de un solo uso.
ML Fastrach de un solo uso.
ML Supreme: (Fig. 11).
Actualmente no comercializada, la mas-
•
•
•
carilla laríngea Supreme es una mascarilla
con acceso gástrico, similar a la Proseal,
diferenciándose porque presenta en su cazo-
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 27
FIGURA 12. Detalle de la cazoleta de ML Supreme.
FIGURA 13. Mascarilla laríngea Fastrach.
leta barras de retención de la epiglotis y el
manguito tiene un perfil aumentado pro-
porcionando una protección de sellado
superior. Es desechable (Fig. 12), con una
inclinación del tubo de la vía aérea similar
a la ML Fastrach que permite una intro-
ducción más fácil.
En teoría es, una mezcla de Fastrach,
Proseal y clásica con material desechable.
Muy buena combinación, porque una sola
mascarilla soluciona las desventajas de cada
una de ellas por separado. Deberemos com-
probar en la práctica si todas estas expec-
tativas se cumplen.
Este tema de dispositivos desechables
será tratado en otro capítulo, con mayor
amplitud y profundidad.
dar metálico de 15 mm. Es ancho, pudien-
do pasar a su través un tubo endotraqueal
de hasta 8 mm. El tubo está unido a un
mango rígido para facilitar la inserción con
una sola mano.
Manguito inflable, que puede pasar por
una apertura bucal de 2-2,5 cm.
Barra elevadora de la epiglotis (BEE)
situada en la apertura de la mascarilla. La
terminación de la BEE no está fija, permi-
tiendo elevar la epiglotis cuando pase el
TET.
Tubo endotraqueal (TET): es un tubo
recto de silicona, reforzado de tipo flexo-
metálico, marcado transversalmente con
una línea negra, para indicar el punto de
salida de TET por la BEE. Además tiene
otras marcas de profundidad en centíme-
tros, un pequeño balón que le permite pasar
a través de MLF y una punta atraumática
específicamente diseñada.
Su especial longitud permite la extrac-
ción de la MLF a su través. Se pueden usar
con TET convencionales pero existe mayor
riesgo de lesión y de extubación al retirar
la MLF.
Prolongador: se introduce en la ILMA
para prolongar o alargar el tubo endotra-
queal al retirar la ILMA evitando la extu-
Mascarilla laríngea Fastrach o mascarilla
laríngea de intubación (MLF o ILMA)
Es un tipo avanzado de ML, diseñado por
Brain en 1990 para facilitar la intubación
traqueal, permitiendo su inserción con una
sola mano en cualquier posición, sin mover
la cabeza y cuello de la posición neutra8.
Descripción
Presenta las siguientes características9
(Fig. 13):
Tubo de vía aérea: es rígido, curvado
anatómicamente y con un conector están- bación del paciente (Fig. 14).
28 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
FIGURA 14. Disposición de la MLF. FIGURA 15. MLF deshinchada y lubricada.
FIGURA 16. Introducción de la MLF (I).
Inserción
Se debe desinflar totalmente la MLF con
una jeringa ayudándose con los dedos o con
un aparato disponible para este uso (Fig.
15). A continuación, se aplica un bolo de
lubricante hidrosoluble en la parte poste-
rior de la punta de la MLF.
Se coloca al paciente en posición neutra
y se coge la MLF por su mango y éste para-
lelo al tórax del paciente con la cazoleta
hacia abajo11 (Fig. 16). La punta se intro-
duce contra el paladar y se dirige hacia atrás
siguiendo la curva del tubo de la vía aérea
(Fig. 17).
Después de la inserción se infla el man-
guito de la MLF según el tamaño (nº 3, 4 y
5) con 20, 30 y 40 ml de aire respectiva-
mente (Fig. 18).
rados. Si al ventilar al paciente hay fuga de
aire, las causas pueden ser:
•
•
•
Inserción incorrecta.
MLF demasiado pequeña.
Profundidad anestésica inadecuada.
Se realizarán entonces unas maniobras de
acomodación que son: maniobra de Up-
Down, que consisten en retirar sin deshinchar
la MLF unos 6 cm hacia arriba y abajo, para
desdoblar la epiglotis. También se pueden
hacer maniobras de extensión, flexión, late-
ralización de la MLF con el mango.
Seguidamente se procede a la intubación
a través de la MLF. Para ello, se lubricará
el TET y se introduce por la MLF orien-
tando la línea negra longitudinal del mis-
mo hacia el mango. A la vez se realiza un
movimiento de la MLF hacia arriba (Manio-
Estos volúmenes nunca deben ser supe- bra de Chandy8 segunda parte) para facili-
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 29
FIGURA 17. Introducción de la MLF (II).
FIGURA 18. Hinchado de la MLF.
FIGURA 19. Introducción del TET por la MLF.
tar la inserción del TET, abocando la cazo-
leta a la glotis. Nosotros siempre realiza-
mos esta maniobra porque facilita mucho
la inserción del tubo.
Si no hay resistencia, la BEE eleva la epi-
glotis y el TET pasa fácilmente por la trá-
quea. Se infla el manguito del TET y se con-
firma la intubación (Fig. 19).
30 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
FIGURA 20. Colocación del obturador para proceder a la retirada de la MLF.
FIGURA 21. Retirada de MLF.
Posteriormente se retira la MLF desin-
flada manteniendo al TET en su lugar con
la ayuda del prolongador u obturador (Fig.
20). Se debe sujetar el TET con los dedos
cuando aparezca a través de la apertura de
la MLF en la boca. La retirada de la MLF
debe ser muy cuidadosa manteniendo siem-
pre la curvatura del tubo de la vía aérea
(Figs. 20 y 21). La conexión de 15 mm del
TET se debe retirar previamente a esta
maniobra, conectándola posteriormente.
La intubación puede realizarse con ayu-
da del fibrobroncoscopio (FBO), verifican-
do la posición de la laringe a través de la
MLF (Fig. 22).
A la profundidad de 15 cm se visualiza
la glotis entre la BEE y a las 16,5 cm las
cuerdas vocales.
Estas técnicas con FOB dan una mayor
seguridad a la intubación. Pueden realizar-
se de dos maneras:
1) Primero el tubo: se avanza el fibro con
el tubo endotraqueal insertado y cuan-
do se llega a la BEE se avanza primero
el tubo para que no se lesione el fibro.
2) Primero el fibroscopio: se introduce pri-
mero el fibroscopio en la laringe para
que sirva de guía al tubo.
Cualquiera de las dos técnicas es váli-
da. Nosotros usamos la segunda, porque
aumentamos la seguridad de la intuba-
ción.
Malposiciones de la MLF
Son las causas de fallo de intubación a
través de la Fastrach. Estas pueden ser:
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 31
FIGURA 22. Intuba-
ción a través de la
MLF, con ayuda del
FBO.
1) Epiglotis doblada hacia abajo o impac-
tación del TET (Fig. 23). Si se nota
resistencia a unos 2 cm de la línea
transversa del TET, puede indicar que
la epiglotis se ha doblado hacia abajo
o la punta del TET se ha impactado
contra la pared vestibular. El uso del
FOB puede ayudar a determinar la cau-
sa de la resistencia y solucionarlo
rotando el bisel del TET. Si sigue
habiendo resistencia debemos retirar
el TET y hacer las maniobras de up-
down y reinsertar de nuevo sin des-
hinchar. Se intenta una nueva intuba-
ción y si fracasa puede que la MLF sea
de un tamaño inadecuado.
2) MLF demasiado pequeña. En este caso,
la resistencia se nota 3 cm por debajo de
la línea transversa y la epiglotis puede
estar lejos de la BEE, necesitando una
MLF de mayor tamaño (Fig. 24).
3) MLF demasiado grande (Fig. 25). En
este caso, la BEE es atrapada debajo de
los aritenoides y la intubación se pro-
duce en el esófago (5%).
FIGURA 23. Epiglotis doblada hacia abajo o impac-
tación del TET.
Indicaciones
Las principales indicaciones son:
• Situaciones no ventilables-no intubables
de urgencia.
Dificultad prevista de ventilación como
en la obesidad mórbida. Nosotros la
consideramos como 1º dispositivo de
rescate.
•
32 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
FIGURA 24. MLF
demasiado pequeña.
Contraindicaciones
No se debe usar en:
• Patología faringea o esofágica.
• Pacientes con riesgo de aspiración.
Complicaciones
Las complicaciones son:
1) El riesgo de aspiración, aunque es bajo.
2) Dolor de garganta leve y de corta dura-
ción, sobre todo, cuando la MLF se ha
limpiado o esterilizado de forma inade-
cuada.
3) Edema faríngeo por aumento de la pre-
sión en la mucosa debido a la rigidez del
tubo de la vía aérea. Se aconseja quitar-
la tras la intubación. Si se deja durante
más tiempo colocada habrá que desin-
flarla un poco. No hay datos del tiem-
po que puede estar colocada sin produ-
cir problemas importantes.
4) Lesión neurovascular (hipogloso, lin-
gual...).
5) Intubación esofágica (5%), generalmente
por MLF demasiado grande.
FIGURA 25. MLF demasiado grande.
• Intubaciones con inestabilidad cervical.
• Aprendizaje en situaciones de rutina.
Existen controversias en su uso en ciru-
gía de rutina, mientras que unos la consi-
deran que podría utilizarse, otros conside-
ran que hay mayor incidencia de compli-
caciones menores y debe reservarse su uso
para situaciones de mala ventilación.
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 33
Desventajas
Podemos mencionar:
• Los tubos endotraqueales utilizados son
de alta presión y bajo volumen pudien-
do lesionar la mucosa traqueal, por lo
que si se precisara varios días de intu-
bación se deberían cambiar por otros
tubos de baja presión.
• El orificio distal del tubo es redondo y
de menor diámetro lo que favorece la
obstrucción del mismo con secreciones.
Tamaños
No hay tamaño pediátrico. El tamaño
de los tubos que pueden ser introducidos a
través de la MLF son el 6, 6,5 ,7 ,7,5 y 8.
(Tabla II).
Esterilización
En autoclave. Antes de esterilizarla hay
que desinflarla totalmente.La MLF se pue-
de usar unas 40 veces, y el tubo unas 10
veces.
C-Trach
Se ha comercializado en España duran-
te el año 2005. Es una nueva variedad12 de
la mascarilla laríngea Fastrach, con una
cámara incorporada que permite, una vez
que se ha introducido en la hipofaringe, colo-
car un monitor en la parte externa de la mas-
carilla y así poder realizar la introducción
del tubo endotraqueal bajo visión directa12.
Actualmente se ha mejorado la calidad
de la imagen, que inicialmente no estaba
muy conseguida. Esta mascarilla tiene la
gran ventaja de poder realizar todas las
maniobras de acomodación de la MLF bajo
visión directa y con ello conseguir una
FIGURAS 26, 27 y 28. Descripción de la C-Trach.
mayor seguridad en la intubación13. Así se
ha conseguido aumentar el porcentaje de
éxito14 de intubación al primer intento en
comparación con la ILMA.
Descripción (Figs. 26-28)
1) Presenta dos canales integrados de fibra
óptica:
TABLA II
MLF Volumen inflado
Nº 3 20 ml
Nº 4 30 ml
Nº 5 40 ml
34 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
Figura 29. Inserción de la mascarilla C-Trach. 1) Introducir la C-Trach como una MLF. 2) Insuflar la mas-
carilla y ventilar. 3) Encender el visor de la C-Trach y conectar al conector magnético. 4) Buscar una ima-
gen clara de la glotis y las cuerdas vocales en el visor. 5) Insertar el TET y visualizar la intubación 6) Desco-
nectar el visor de la C-Trach y continuar como una MLF.
a) Una guía de luz para iluminar la
laringe.
b) Una guía de imagen de 10.000 pixels
para una visión clara de la laringe.
2) Dos fibras ópticas emergen de la parte
distal del tubo de vía aérea, bajo la barra
de elevación epiglótica modificada, con
una apertura permitiendo una transmi-
sión ininterrumpida de la imagen, pro-
tegiendo al tubo de aire de cualquier obs-
trucción y elevando la epiglotis para per-
mitir el paso del TET.
3) Tubo de la vía aérea, por donde se intro-
duce el TET con punta atraumática, dise-
ñado para introducirse en la tráquea.
4) Cazoleta con manguito hinchable ante-
rior y barra elevadora modificada.
5) Mango metálico para permitir una fácil
inserción.
6) Una pantalla en color para una imagen de
alta resolución, que se coloca en la mas-
carilla una vez que ésta se ha introducido
en el paciente. El monitor tiene un puerto
mite la grabación. Con unos botones para
el control del color, contraste y enfoque.
7) Batería recargable.
Insercción (Fig. 29)
Las indicaciones, contraindicaciones,
esterilización y tamaños son iguales que en
la ML Fastrach.
Combitubo
Es un dispositivo de VDA que sólo se
usa para ventilar en situaciones de urgen-
cia. Fue diseñado por Dr. Frass en Austria
en 1980. Es útil en cualquier circunstan-
cia con escaso espacio e iluminación (acci-
dente de tráfico, decúbito prono). La inser-
ción es fácil para cualquier persona míni-
mamente entrenada y se puede introducir
a ciegas aunque es más fácil hacerlo con
el laringoscopio15 (Fig. 30).
Descripción
Es un tubo de látex de doble luz que
USB que conecta con el ordenador y per- combina las funciones de obturador esofá-
1 2 3
4 5 6
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 35
FIGURA 30. Introducción del Combitubo con ayu-
da del laringoscopio.
FIGURA 31. Disposición del Combitubo.
gico de la vía aérea y un TET convencional.
La luz esofágica está abierta en la parte
superior (nº 1, más larga y de color azul)
y su parte distal está cerrada presentando
perforaciones a nivel de la faringe. La luz
traqueal está abierta tanto en su parte pro-
ximal (nº 2, tubo más claro, corto) como
en la distal.
Hay dos balones que se inflan desde el
exterior: un balón orofaríngeo de 85 o 100
ml que esta situado de manera proximal a
las perforaciones faríngeas y sirve para sellar
la cavidad oral y nasal. El otro traqueo-eso-
fágico y necesita un volumen de 12 o 15 ml
para sellar la tráquea o el esófago (Fig. 31).
Cuando se introduce el combitubo, se
puede colocar en el esófago o en la tráquea.
Si el tubo pasa al esófago lo que ocurre en
más del 95% de los casos, el paciente pude
ser ventilado por las perforaciones que hay
en la luz esofágica y el estomago aspirado
por la luz traqueal16. Si el tubo pasa a la trá-
quea, el paciente se podrá ventilar a tra-
vés de la luz traqueal.
FIGURA 32. Maniobra de Lipp.
entre el pulgar y el índice para elevarla. Se
introduce hasta que las líneas anulares dibu-
jadas en el tubo se sitúen a nivel de los dien-
tes. Se aconseja la maniobra de Lipp (Fig.
32) en la que se mantiene el extremo distal
del combitubo doblado durante algunos
segundos para facilitar la inserción.
Al insertar el Combitubo (Figs. 33 y 34)
es muy probable que quede situado en el
esófago en el 95% de los casos.
Primero se infla el balón orofaríngeo con
85 ml de aire para el Combitubo 37 F o con
100 ml para el Combitubo 41 F usando la
válvula de color azul (nº 1) y a continua-
ción se infla el balón distal con 15 ml (Figs.
35 y 36) de aire. A veces se produce un lige-
ro desplazamiento hacia fuera del Combi-
Inserción
Situar al paciente con la cabeza en posi-
ción neutra, no en posición de olfateo, colo-
cándose por detrás o al lado derecho del
paciente (Fig. 31). Se inserta el combitubo
suavemente con un movimiento curvo hacia
abajo, a lo largo de la superficie de la len-
gua, cogiendo la lengua y la mandíbula tubo durante el inflado.
36 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
FIGURAS 33 y 34. Inserción del Combitubo.
FIGURAS 35 y 36. Hinchado manguito azul y blanco.
Por tanto, la ventilación de prueba, se
inicia a través de la luz esofágica (Figs. 37
y 38). El aire no puede escapar por el extre-
mo distal porque está cerrado y entra en la
faringe a través de las perforaciones farín-
geas. Debido a que la nariz, la boca y el esó-
fago están sellados por los balones faríngeo
y distal, el aire es forzado a entrar en la trá-
quea. Si la auscultación pulmonar es posi-
tiva y no hay insuflación gástrica, se puede
continuar la ventilación por esta luz. La luz
traqueal, en esta posición, sirve para des-
comprimir el estómago y el esófago
En raras ocasiones, el Combitubo se
introduce en la tráquea. En este caso, no se
podrá ventilar por la luz esofágica azul y se
intentará por el tubo número 2 (corto y
blanco), que conduce a la luz traqueal y el
aire entra directamente a la tráquea (Fig.
39).
Malposiciones
En ocasiones la ventilación no es ade-
cuada ni por la luz esofágica ni por la tra-
queal. La razón puede ser que el balón farín-
geo esté insertado muy profundo, ocluyen-
do la glotis. El combitubo debe ser retira-
do 2-3 cm y luego volver a intentar la ven-
tilación por el tubo esofágico.
Indicaciones
1) Vía aérea difícil y pacientes no ventila-
bles-no intubables17. Es uno de los tres
dispositivos aconsejados en el algoritmo
de la Sociedad Americana de Anestesio-
logía (ASA) para estas situaciones.
2) Movimiento limitado de la columna cer-
vical (fracturas y luxaciones).
3) Anomalías faciales.
4) Cuando no se desee una intubación con-
vencional18 (actores, cantantes).
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 37
FIGURAS 37 y 38. Comprobación por tubo NFL y paso de sonda al esófago.
8) En RCP incluso para personal no médi-
co.
Complicaciones
•
•
•
Riesgo de aspiración mínimo19.
Traumatismo orofaríngeo.
Laceración mucosa esofágica y rotura
transparietal esofágica.
Tamaños
Existen dos tamaños: 37 F y 41 F utili-
zándolos según la estatura del paciente:
•
•
•
37 F (adulto entre 1,20 cm-1,50 cm).
37 F o 41 F (1,50-1,60 cm).
41 F (adulto >1,70 cm).
Se ha fabricado una versión pediátrica
(26 F), pero no ha sido comercializada toda-
vía.
Esterilización
De un solo uso.FIGURA 39. Comprobación tubo n.º 2.
Easy-tube
Es un dispositivo supraglótico nuevo,
parecido al combitubo, de polivinilo, sin
látex y de doble luz. Permite la ventilación
tanto en posición esofágica como traqueal.
La apertura faringea está diseñada para per-
5) Extubación accidental con mal acceso
facial (decúbito prono, sentado).
6) Sangrado masivo y regurgitación.
7) En cirugía rutinaria es controvertido por-
que no debe permanecer colocado más
de 8 horas. En general no se recomienda. mitir un paso fácil de un fibroscopio o son-
38 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
FIGURA 40. Easy-Tube. FIGURA 41. Tubo laríngeo.
da de aspiración. Se diferencia del combi-
tubo en que la luz distal está diseñada como
un tubo endotraqueal, incluyendo el agu-
jero de Murphy. Presenta dos tamaños, 41
para pacientes más de 130 cm de altura y
28 para pacientes de 90-130 cm de altura.
Se puede insertar a ciegas, pero mejor con
el laringoscopio. Por lo demás es muy pare-
cido al Combitubo (Fig. 40).
pequeños circulares cerca de la apertura res-
piratoria principal distal.
Marcas: tres marcas o líneas negras cer-
ca del extremo proximal. La central es más
gruesa y es el punto donde se deben situar
los dientes.
Conector de 15 mm en la parte más pro-
ximal.
Orificio distal de drenaje del tubo diges-
tivo.
Franja verde radioopaca, en la cara late-
ral izquierda.
Manómetro de control, para medir la
presión de inflado de los manguitos.
Tubo laríngeo
Es un dispositivo supraglótico de una
sola luz y con dos balones, faríngeo y eso-
fágico. El prototipo de 1999 presentaba dos
canales de inflado y se ha ido modificando
hasta el actual tubo laríngeo sonda (TLS
2001), que tiene un único canal de inflado
común para los dos balones y con una luz
interna no ventilatoria por la que se per-
mite el drenaje del estómago. Se volvió a
modificar creándose el tubo laríngeo son-
da II (Fig. 41) con una modificación de los
balones. También existe el TL clásico y TLS
desechable.
Inserción
El paciente puede colocarse en posición
neutra o posición de olfateo20. Se extrae el
aire de los manguitos y se lubrica el extre-
mo distal. Se coge el TL21 como una pluma
por las marcas centrales, se introduce por
línea media22 con la punta siguiendo la base
de la lengua y se deja en la orofarínge has-
ta que las marcas negras queden a nivel de
los dientes (Fig. 42).
Se inflan ambos balones a la vez con el
manómetro hasta 60-70 mm Hg. Si no hay
manómetro se inflará con una jeringa según
el tamaño (Tabla III).
Finalmente, se comprueba la ventilación,
modificando la posición si no es posible ven-
Descripción
Presenta una corta longitud con forma
de S.
Balones: dos, faríngeo y esofágico.
Luz ventilatoria: anterior. Situada entre
los dos balones y con dos aperturas princi-
pales. También hay otros dos orificios tilar al paciente.
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 39
FIGURA 42. Introducción TL.
FIGURA 43. Paxpress.
Malposiciones
La necesidad de recolocación del dispo-
sitivo para mantener la ventilación es ele-
vada.
Tamaños
Inicialmente se recomendaba el tamaño
según el peso, pero en los últimos estudios
según la talla. (Tabla IV).
Indicaciones
1) Anestesia electiva de corta duración23.
2) En urgencias en caso de VAD.
3) En situaciones en las que no se permite
movilizar el cuello.
Paxpress
Es un tubo angulado (85-90º) de luz úni-
ca, con marcas que indican la distancia en
cm hasta el orificio ventilatorio24 (Fig. 43).
Descripción
Conector de 15 mm en el extremo pro-
ximal.
Extremo distal, en forma de cuña con
“branquias” flexibles selladoras.
Orificio de ventilación rectangular y
Balón faríngeo.
Complicaciones
Dolor de garganta, distensión gástrica,
trauma de la vía aérea, posibilidad de aspi-
ración y obstrucción de la arteria lingual en
un 3% de los casos, por lo que es muy impor-
tante vigilar el color y tamaño de la lengua.
Esterilización
En autoclave siendo reutilizable hasta
50 veces.
Inserción
El paciente se coloca en posición de olfa-
teo25 y se lubrica el extremo distal del tubo.
TABLA IV
Tamaño Conector Peso/paciente
0 Transparente Hasta 5 kg
1 Blanco 5-12 kg
2 Verde 12-25 kg
3 Amarillo <155 cm
4 Rojo 155-180 cm
5 Violeta >180 cm
TABLA III
Tamaño Volumen de aire
0 15 ml
1 40 ml
2 80 ml
3 120 ml
4 130 ml
5 150 ml
40 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro
FIGURA 44. SLIPA. FIGURA 45. Nuevo-CobraPLA.
Se abre la boca introduciendo el pulgar en
la misma y se traiciona la mandíbula y la
lengua. Se inserta el dispositivo en la línea
media con ligera presión sobre el paladar
hasta alcanzar el tope hipofaríngeo y luego
se retira 0,5-2 cm. Se infla el balón farín-
geo con 30-35 ml de aire. Si al ventilar hay
fugas se puede hinchar hasta un máximo de
60 ml.
FIGURA 46. AMD.
Indicaciones
Anestesia general como alternativa a
otros dispositivos supraglóticos.
Complicaciones
Dolor de garganta, tos, estridor, larin-
goespasmo.
Escoriación e infección de mucosa farín-
gea.
Posibilidad de aspiración.y distensión
gástrica por posicion inadecuada.
CobraPLA (Cobra Perylaringeal Airway)
Es un dispositivo supraglótico de un solo
uso, de polivinilo y sin látex. Diseñado para
ser colocado en la hipofaringe, sobre la
entrada de la glotis. Tiene un tubo de vía
aérea ancho para mayor paso de flujo aéreo.
En la parte proximal tiene un conector de
15 mm y en la distal un agujero, rodeado
por un diseño en forma de cabeza de cobra,
y por encima un balón en forma de anillo
que al hincharse desplaza la lengua ante-
riormente (Fig. 45). Existen pocas publica-
ciones, y está cuestionado el riesgo de aspi-
ración. Se realizó una modificación al Nue-
vo-CobraPLA.
Esterilización
En autoclave. Reutilizable.
SLIPA (Streamlined Liner of the Pharynx
Airway)
Es un dispositivo supraglótico (2004) de
un solo uso; su forma se parece a una
“faringe presurizada” con forma de bota.
Es hueco y en su interior se puede introdu-
cir 30-70 ml. Existen 6 tamaños en el mer-
cado. Se precisan más estudios para validar
su eficacia (Fig. 44).
AMD (Airway Manegement Device)
Dispositivo supraglótico (2001) con un
balón distal y otro proximal para aislar la
laringe. Hay tres tamaños de adultos. Es
Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 41
4. Keller C, Brimacombe J. Mucosal pressure and orop-
haryngeal leak pressure with the Proseal versus Larín-
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way device and a guide for blind endotracheal intu-
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5.
6.
FIGURA 47. ELISHA.
7.
reutilizable. Existen pocas publicaciones y
tiene un con alto porcentaje de problemas
de aspiración (Fig. 46).
8.
ELHISA
Es un nuevo proyecto27 que en la actua-
lidad no está comercializado. Se trata de un
dispositivo en el que se combina la posibi-
lidad de ventilar por un orificio, introducir
el tubo endotraqueal a ciegas o con el fibro-
broncoscopio por otro28 y, además, aún exis-
tiría un tercero para realizar la aspiración
del estómago (Fig. 47).
Como comentamos al principio del capí-
tulo, los dispositivos supraglóticos, en los
últimos 10 años, son cada vez más nume-
rosos, pero para confirmar su eficacia se
precisan más estudios. Actualmente los más
aceptados son mascarilla laríngea con sus
diferentes variantes, combitubo y tubo larín-
geo sonda.
9.
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124-7.
Videolaringoscopios
INTRODUCCIÓN tarse en otros dispositivos o ser grabada uti-
lizando un puerto standard para salida de
video (NTSC)6. El diseño de la pala se dife-
rencia de un laringoscopio convencional en
que no es desmontable, tiene una anchura
máxima de 18 mm en cualquier lugar de la
pala y tiene una curvatura de 60º en la pun-
ta3. El monitor posee una plataforma por-
tátil con ruedas que lo hace fácilmente trans-
portable.
También existe un modelo con batería
independiente (Fig. 1).
El videolaringoscopio Macintosh (Karl-
Storz Endovision, Culver City, California)
consiste en un laringoscopio con pala y
mango de apariencia convencional. A 40
mm de distancia de la punta y a lo largo del
reborde de la pala se sitúa un conducto de
acero inoxidable que contiene un cable de
fibra óptica para captar las imágenes y otro
cable que proporciona la fuente de luz20.
Estos cables entran en el mango, donde se
sitúan los elementos de la cámara. Por la
parte proximal del mango salen de nuevo
los cables para conectarse a una fuente de
luz y a un monitor de video standard del
mismo fabricante, donde se proyecta la ima-
gen. El aparato de video y la fuente de luz
son transportados en un carro universal con
ruedas que se puede transportar a cualquier
lugar, y el monitor se sitúa sobre un sopor-
te en un brazo articulado de forma que
En los últimos años, se ha desarrollado
una extensa búsqueda de dispositivos para
facilitar la intubación en situaciones difíci-
les. El videolaringoscopio es un dispositivo
que proporciona una visión mejorada y
aumentada de la glotis, como un fibro-
broncoscopio, pero es mucho más sencillo
de utilizar, al tener el mismo diseño que un
laringoscopio tradicional. Todo esto lo con-
vierte en una herramienta muy útil para la
vía aérea difícil, que además puede usarse
también en situaciones convencionales.
DESCRIPCIÓN
El videolaringoscopio Glidescope®
(Saturn Biomedical System Inc, Burnaby,
British Columbia, Canadá), esta fabrica-
do en material plástico biomédico y es reu-
tilizable. El dispositivo consiste en una pala
y un mango en una sola pieza, que son simi-
lares a un laringoscopio convencional. En
la parte distal de la pala se inserta una vide-
ocámara digital de alta resolución junto con
dos fuentes de luz emisoras de diodos (rojo
y azul). La cámara tiene una amplia lente
equipada con un sistema antiempañamien-
to2. La imagen captada se muestra en un
monitor LCD en color con pantalla de 7
pulgadas, aunque también podría proyec- durante la intubación se puede situar sobre
12
M.J. Navarro, Y. López, D. Paz
84 • M.J. Navarro, Y. López, D. Paz
FIGURA 2. V. Macintosh.
Videolaringoscopio McGrath®
: Es un
videolaringoscopio portátil, diseñado para
proporcionar una visión clara de las cuer-
das vocales durante la intubación, con poco
o ningún cambio en la técnica de laringos-
copia.
Una pequeña cámara con una fuente de
luz se localiza en la parte distal de la pala,
que proporciona una imagen clara de las
cuerdas y tejidos de alrededor a través de
una pantalla portátil añadida.
Tiene una punta de la pala de un solo
uso que elimina la necesidad de limpieza y
esterilización. La pala es ajustable y de dis-
tintos tamaños. Es una unidad totalmente
portátil sin cables externos y con batería.
Se pude usar para vía aérea normal o
difícil (Fig. 3).
FIGURA 1. V. Glidescope.
el pecho del paciente. Así se tiene el punto
de visión en el mismo eje en el que se está
realizando la manipulación. La pala es des-
montable e intercambiable8 (Fig. 2).
Otro dispositivo similar es el videola-
ringoscopio angulado (Angled video intu-
bation laryngoscope) (Volpi AG, Schlieren,
Suiza), que consiste en un laringoscopio de
plástico, no desmontable, similar al larin-
goscopio Macintosh. A lo largo de la pala
y a través del mango se sitúa un canal dise-
ñado para la inserción de un fibrobroncos-
copio óptico cuyo diámetro externo no
exceda de 2,8 mm. De forma adicional, la
porción distal de la pala está angulada de
forma similar a un laringoscopio McCoy
cuando lo traccionamos. Además, la por-
ción proximal de la pala está aplanada, lo
cual mejora la capacidad para manejar el
laringoscopio y el tubo en la orofaringe. La
visión captada por el fibrobroncoscopio
desde la punta de la pala se transmite a un
monitor de video conectado a éste.
INSERCIÓN
Mencionaremos los dos más frecuente-
mente usados:
El videolaringoscopio Glidescope está
diseñado para que la pala sea introducida
en la boca por la línea media de la lengua,
a diferencia de la pala de laringoscopio tra-
dicional. Si lo introdujésemos por la dere-
cha de la lengua no quedaría suficiente espa-
cio para introducir el tubo y maniobrar con
él. Por otra parte, tampoco debe ser intro-
El videolaringoscopio • 85
FIGURA 4. Conformación del TET y mango.
de 90º hacia la derecha, con lo que conse-
guimos, por un lado, evitar que el tubo cho-
que contra el pecho del paciente al intro-
ducirlo15, y por otro, tenemos una especie
de asa que nos sirve para coger el tubo y
facilitar las maniobras de giro en los dis-
tintos ejes. Este diseño para la inserción del
TET ha sido aportación nuestra, buscando
la manera de facilitar la introducción del
tubo, que es la maniobra más complicada
(Fig. 4).
Una vez tenemos la glotis visible en el
monitor, se tracciona de la pala para con-
seguir un buen espacio en la boca, y se intro-
duce el TET cogiéndolo por el asa, de for-
ma que se deslice siguiendo la curvatura de
la pala (Fig. 5).
Hay que dirigir la punta del TET hacia
la luz de la pala hasta que se vea aparecer
FIGURA 3. V. McGrath.
ducido por la izquierda de la lengua, por-
que se podría comprometer la iluminación.
La pala se avanza hasta que la glotis sea
visible en el monitor, de forma que suele
quedar alojada en la vallécula de la epiglo-
tis. El tubo endotraqueal debe ser fiado y
preformado antes de introducirlo para faci-
litar su manejo14. El extremo distal del tubo
debe curvarse con una angulación de 60º,
de modo que se ajuste lo máximo posible a
la curvatura de la pala y así conseguiremos
que la punta del tubo se dirija hacia la pun-
ta de la pala. En el extremo proximal, es
recomendable dar una angulación al tubo
FIGURA 5. Introducción V. Glidescope.
86 • M.J. Navarro, Y. López, D. Paz
FIGURA 6. Introducción del TET (2).
por el monitor, dejándolo enfrentado a la
apertura glótica. Se debe introducir la pun-
ta del tubo entre las cuerdas y a continua-
ción se gira el TET 90º en el sentido de las
agujas del reloj, para evitar que choque con
la pared anterior de la laringe (Fig. 6).
Para esto, también ayuda si retiramos el
fiador 2 o 3 cm, de modo que la punta sea
menos rígida y se deslice mejor hacia den-
tro de la tráquea. Finalmente, se retira el
fiador al mismo tiempo que se termina de
introducir el tubo en la tráquea y se com-
prueba su colocación a través del monitor.
Por último, se retira la pala sujetando el
TET, comprobando que no se ha produci-
do ningún daño en las estructuras de la oro-
faringe (Fig. 7).
El videolaringoscopio Macintosh se
introduce de forma similar a un laringos-
copio normal, por el lado derecho de la len-
gua para retirarla, y se avanza hasta que la
traqueal debe ser fiado y preformado con
una ligera curvatura en la punta, como lo
haríamos para una laringoscopia tradicio-
nal. Se introduce por el lado derecho de la
pala, y se avanza hasta que aparece en el
monitor. El resto es similar a lo que haría-
mos en una laringoscopia normal, con la
diferencia que el punto de visión está en el
monitor, y no a través de la boca del pacien-
te19.
VENTAJAS
El videolaringoscopio tiene un diseño
similar al de un laringoscopio convencio-
nal, de forma que es fácil de utilizar por per-
sonas poco experimentadas, a pesar de que
se requiere cierta práctica para maniobrar
con el tubo una vez insertada la pala.
La angulación de la pala y la posición
glotis sea visible en el monitor. El tubo endo- de la cámara proporcionan un ángulo de
El videolaringoscopio • 87
FIGURA 7. Introducción del TET sin fiador.
visión más amplio que el obtenido con el
fibrobroncoscopio óptico.
Con el videolaringoscopio, el clínico no
necesita mantener una línea directa de visión
desde la boca a la glotis, y como conse-
cuencia de esto, la laringoscopia requiere
menor tracción y menor fuerza, resulta
menos estimulante para el paciente y pro-
duce menos alteraciones hemodinámicas.
Es más barato y más duradero que el
fibrobroncoscopio óptico, necesita menos
mantenimiento y puede ser esterilizado y
puesto a punto de forma rápida y sencilla3.
Las imágenes obtenidas en el monitor4
están ampliadas y muestran la anatomía de
la laringe sin distorsiones, de forma que
se pueden reconocer perfectamente las
estructuras anatómicas y las posibles ano-
malías, si existen. Además, el videolarin-
goscopio Glidescope incorpora en su lente
un sistema antiempañamiento que evita que
el vapor distorsione las imágenes.
una buena visión de la glotis en el monitor
(Cormack Lehane grados I y II).
Se requiere cierta práctica para hacer
avanzar el tubo endotraqueal correctamente
entre las cuerdas vocales. Hay que coordi-
nar de forma adecuada los movimientos en
el paciente mientras se mira el monitor4. Es
recomendable adquirir experiencia en su
manejo utilizándolo primero en pacientes
que se espera que sean fáciles de intubar.
Podemos tener dificultad para meter la
pala en pacientes con limitada apertura
bucal, distancia interdentaria reducida o
tórax prominente. En estos casos, puede ser
útil introducir la pala de la misma forma en
que introducimos un Guedel11, es decir, con
la concavidad hacia arriba, avanzarla has-
ta el fondo del paladar y luego dar un giro
de 180º de forma que sobrepase la lengua
y quede por detrás de ella.
La dificultad al avance del tubo la pode-
mos encontrar a diferentes niveles.
A veces, resulta difícil meter el tubo en
la boca porque la pala ocupa gran parte de
su apertura12. Puede resultar útil introducir
el tubo en la boca en posición horizontal
con la curvatura dirigida hacia la derecha,
y una vez dentro de la cavidad oral dar un
giro de 90º en sentido antihorario para que
quede en la posición habitual.
En algunas ocasiones, después de meter
el tubo en la boca intentamos hacerlo avan-
zar hasta que se vea en el monitor, y encon-
LIMITACIONES
La principal desventaja del videolarin-
goscopio con respecto a la intubación con
laringoscopio tradicional es la resistencia al
avance del tubo endotraqueal. Este aspecto
es el más importante de la curva de apren-
dizaje3. Con frecuencia, encontramos que es
difícil realizar la intubación, a pesar de haber
realizado una buena laringoscopia y de tener tramos una resistencia en un punto que está
88 • M.J. Navarro, Y. López, D. Paz
fuera de nuestra visión directa y fuera de la
pantalla. La punta del tubo probablemen-
te esté chocando con la pared posterior o
lateral de la faringe. Para solucionar esto,
hay que traccionar de la pala para abrir una
buena vía de acceso, ajustar bien la curva-
tura del tubo a la de la pala y deslizarlo lo
más pegado posible a la pala, dirigiendo la
punta del tubo hacia la luz de la pala.
En otras ocasiones, donde encontramos
la resistencia al avance del tubo, es al inten-
tar acercar la punta del tubo a la apertura
glótica. Si la glotis aparece en posición ante-
rior, tendremos que angular más la punta
del tubo16, para que sea más fácil dirigirlo
hacia las cuerdas. Además, para que la glo-
tis descienda, podemos reducir un poco la
tracción de la pala.
Otras veces, tras colocar la punta del
tubo en la apertura glótica, el empujarlo
notamos que no entra fácilmente, sino que
está chocando con la pared anterior de la
tráquea. En esta situación, hay que girar el
tubo en sentido de las agujas del reloj para
que no choque contra la pared. También
puede resultar útil retirar el estilete 2 o 3
cm mientras se intenta avanzar el tubo.
nas que ya tengan destreza y manejo de
la técnica3
.
En intubaciones en las que existe gran
cantidad de secreciones en la vía aérea
es más útil que el fibrobroncoscopio
óptico, ya que es más difícil que se man-
che la lente6
.
En pacientes con enfermedades infec-
ciosas como HIV o SARS, este disposi-
tivo permite al que intuba permanecer
alejado de la boca del paciente, a dife-
rencia de la laringoscopia directa7
.
En pacientes en los que queremos evitar
alteraciones hemodinámicas o aumen-
tos de presión intracraneal, ya que se
necesita menos fuerza para realizar la
laringoscopia y resulta menos estimu-
lante hemodinamicamente para el
paciente.
En el manejo de la vía aérea difícil, resul-
•
•
•
ta indicado en los siguientes casos:
• Visión laríngea con grados de Cormack
Lehane II extremo, III o IV con larin-
goscopia directa. En la mayoría de casos,
el videolaringoscopio iguala o mejora al
menos en un grado la visión respecto a
la laringoscopia directa, de forma que
suelen pasar fácilmente a grado de Cor-
mack Lehane I o II5
.
Como dispositivo de rescate en intuba-
ción difícil no prevista, ya que se pue-
de disponer de él de forma sencilla y
rápida.
Intubación despierto en el manejo de vía
aérea difícil. Se recomienda realizar esta
técnica bajo sedación ligera, y pulveri-
zar la cavidad oral con anestésico local,
por ejemplo lidocaína al 10%, y una vez
introducida la pala administrar lidocaí-
na de nuevo bajo visión directa en las
estructuras faríngeas9. Además de ser un
método poco estimulante para el pacien-
te, presenta la ventaja de poder colo-
car cualquier tamaño de tubo endotra-
queal, lo que no siempre es posible con
el fibrobroncoscopio3.
Se puede utilizar como ayuda en intu-
bación con fibrobroncoscopio19, de esta
INDICACIONES •
Se puede utilizar este dispositivo para
intubación en situaciones especiales:
• Supervisión y documentación de la larin-
goscopia. Es una herramienta muy útil
para el aprendizaje de la intubación, ya
que tanto el que enseña como el que
aprende están visualizando la misma
imagen, aumentada y con una perfecta
identificación de las estructuras. Ade-
más, cuando sea necesaria una ayuda
con presión de la laringe desde fuera,
permite una perfecta coordinación entre
el ayudante y quien realiza la intubación,
facilitando la colocación del tubo entre
las cuerdas8
.
• Intubación en inducción de secuencia
rápida. Deberá ser realizada por perso-
•
•
El videolaringoscopio • 89
forma se obtiene una visión micro y
macroscópica de la intubación, y per-
mite facilitar las maniobras de paso del
tubo a través de las cuerdas, que a veces
son dificultosas con el fibrobroncosco-
pio por chocar contra los aritenoides10.
Intubación en pacientes con movilidad
cervical limitada7
. Es especialmente útil-
porque no es necesario alinear los ejes
oral-faríngeo-traqueal, de modo que se
intuba al paciente con la cabeza en posi-
ción neutra.
Intubación nasotraqueal. Esta es una cla-
ra ventaja sobre otros dispositivos como
el laringoscopio Bullard o el fibrobron-
coscopio rígido de Bonfils3.
Manejo de la vía aérea en pacientes obe-
sos6. Se puede realizar en estos pacien-
tes una intubación despierto, o bien se
puede utilizar en inducción de secuen-
cia rápida.
Otras indicaciones:
Colocación de tubos de doble luz.
Intercambio de tubo endotraqueal.
Colocación de sondas oro o nasogástri-
cas.
Inserción de sondas ecocardiográficas
transesofágicas.
Extracción de cuerpos extraños.
Visualización y valoración de la orofa-
ringe3.
•
FIGURA 8. Perforación del velo del paladar por el
TET al intubar con el Glidescope.•
visión. Para evitar esta complicación, se
recomienda angular de forma correcta la
punta del tubo e introducirlo pegado a la
pala, evitando dirigirlo hacia la pared pos-
terior de la faringe.
Posiblemente, cuando se extienda el uso
del videolaringoscopio y se realicen estu-
dios más extensos, aparecerán otros tipos
de complicaciones. De todas formas, pode-
mos afirmar que se trata de un dispositivo
seguro y con mínimas complicaciones.
•
•
•
•
•
•
•
TAMAÑOS O MODELOS
El videolaringoscopio Glidescope está
disponible en cuatro modelos: dos para
adultos (Standard y Lo Pro), uno pediátri-
co y uno para neonatos17.
El videolaringoscopio Macintosh tiene
palas de diferentes tamaños, que equivalen
a los tamaños de las palas tradicionales.
COMPLICACIONES
Dado el reciente uso de este dispositivo,
no se han documentado complicaciones en
los estudios por ahora existentes. En nues-
tra experiencia, tan sólo hemos registrado
una complicación con el manejo del video-
laringoscopio, consistente en la perforación
del velo del paladar por el tubo endotra-
queal durante su inserción (Fig. 8). Esta
complicación ocurre como consecuencia de
que al introducir el tubo endotraqueal, una
vez que la punta pasa la lengua y hasta que
aparece en el monitor, tenemos una parte
ESTERILIZACIÓN
Con el videolaringoscopio Glidescope
hay que tomar la precaución de no some-
terlo a temperaturas superiores a 65ºC, ya
que se podrían dañar sus componentes.
Se debe lavar manualmente con deter-
gente o un agente enzimático desbridante.
del trayecto que queda fuera de nuestra Se recomienda consultar la lista de proce-
90 • M.J. Navarro, Y. López, D. Paz
sos que recomienda el fabricante para el
proceso de desinfección o esterilización de
alto grado (lejía, Steris, Sterrad, vides OPA,
Standard Metricide, solución desinfectan-
te Accel y quimioesterilizante de alto gra-
do).
El monitor se puede limpiar con un paño
empapado en alcohol17.
Respecto al videolaringoscopio Macin-
tosh, la pala puede lavarse o meterse en el
autoclave. El mango puede lavarse en Ste-
ris, Vides, o esterilizarse con vapor8.
Kaplan MB et al. Comparison of direct and video-
assisted views of the larynx during routine intuba-
tion. Journal of Clinical Anesthesia 2006; 18: 357-
362.
Doyle DJ. Awake intubation using the Glidesco-
pe®
video laryngoscope: initial experience in four
cases (Carta). Canadian Journal of Anesthesia 2004;
51: 520.
10. Doyle DJ. The Glidescope®
videolaryngoscope (Car-
ta). Anaesthesia 2005; 60: 414-415.
11. Cuchillo JV, Rodriguez MA. Considerations aimed
at facilitating the use of the new Glidescope®
vide-
olaryngoscope (Carta). Canadian Journal of Anest-
hesia 2005; 52 (6): 661.
12. Cooper RM. Considerations aimed at facilitating
the use of the new Glidescope®
videolaryngoscope
(Carta, réplica). Canadian Journal of Anesthesia
2005; 52 (6): 661-662.
13. Xue FS et al. GlideScope®
-assisted awake fiberop-
tic intubation : initial experience in 13 patients
(Carta). Anaesthesia 2006; 61: 1014-1015.
14. Dupanovic M, Diachun CA, Isaacson SA, Layer D.
Intubation with the Glidescope®
videolaryngosco-
pe using the “gear stick technique” (Carta). Cana-
dian Journal of Anesthesia 2006; 53: 213-214.
15. Bader SO, Heitz JW, Audu PB. Tracheal intubation
with the Glidescope®
videolaryngoscope, using a “J”
shaped endotracheal tube (Carta). Canadian Jour-
nal of Anesthesia 2006; 53: 634-635.
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tate tracheal intubation with the Glidescope®
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fibrobroncoscopio. Revista Española de Anestesio-
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or Macintosh laryn-
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with the Macintosh laryngoscope for tracheal intu-
bation in patients with simulated difficult airway.
Anaesthesia and intensive care 2005; 33: 243-247.

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Vía aérea difícil: guía práctica de técnicas y dispositivos

  • 1. Vía aérea difícil Mª LUISA MARISCAL FLORES Facultativo Especialista de Área. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Mª LUZ PINDADO MARTÍNEZ Facultativo Especialista de Área. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe.
  • 2. Esta obra se presenta como un servicio a la profesión médica. El contenido de la misma refleja las opiniones, criterios, conclusiones y/o hallazgos propios de sus autores, los cuales pueden no coincidir necesariamente con los de GlaxoSmithKline. Algunas de las referencias que, en su caso, se realicen sobre el uso y/o dispensación de los productos farmacéuticos de los que es titular GlaxoSmithKline pueden no ser acordes en su totalidad con la correspondiente Ficha Técnica aprobada por las Autoridades Sanitarias competentes, por lo que aconsejamos su consulta. Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro pueden reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin el previo permiso escrito del editor. © 2007 ERGON C/Arboleda, 1. 28220 Majadahonda (Madrid) ISBN: 978-84-8473-???-? Depósito Legal: M-?????-2007
  • 3. A nuestra amiga Eulalia, porque sin su apoyo este libro no hubiera sido posible
  • 4. Autores Mª Luisa Mariscal Flores Facultativo Especialista de Área. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Mª Luz Pindado Martínez Facultativo Especialista de Área. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Colaboradores Beatriz Alonso Sánchez Facultativo Especialista de Área. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Elena Duro Moto Residente de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Elena Fernández Igualada Residente de Anestesiología y Reanimación Hospital Universitario de Getafe Mar Caro Cascante Facultativo Especialista de Área. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Yolanda López Vázquez Residente de Anestesiología y Reanimación Hospital Universitario de Getafe Casillas Villamar Ángel Facultativo Especialista de Área. Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario de Getafe. Mª Cruz Muñoz Montero Facultativo Especialista de Área Servicio de Anestesiología y Reanimación Hospital Universitario de Getafe Alberto Castelau Coltelezzi Residente de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe.
  • 5. Mª José Navarro Martínez Residente de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Helena Pérez Domínguez Residente de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Esperanza Ortigosa Solórzano Facultativo Especialista de Área Servicio de Anestesiología y Reanimación Hospital Universitario de Getafe Flor Rey Tabasco Facultativo Especialista de Área. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Daniel Paz Martín Facultativo Especialista de Área. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe. Juan Carlos Ruiz de Adana Belbel Facultativo Especialista de Área. Servicio de Cirugía General. Hospital Universitario de Getafe. FOTOGRAFÍA ILUSTRACIONES José Domínguez Pallás Hospital Universitario de Getafe. Mª del Mar Caro Cascante Facultativo Especialista de Áre. Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario de Getafe.
  • 6. Prólogo La vía aérea difícil ha constituido y cons- tituye una de las mayores preocupaciones de los anestesiólogos desde que, años atrás, se comenzaran a realizar anestesias gene- rales con respiración asistida, mediante la administración de relajantes musculares. La habilidad y la pericia, junto a la expe- riencia y al importante papel de colabora- dores, resultaban las armas terapéuticas principales que se utilizaban hasta hace no más de veinte años. El desarrollo de nuevos instrumentales médicos (fibroscopios, laringoscopios, mas- carillas laríngeas, glidescope, videolarin- goscopios, etc.), junto al progreso científi- co en técnicas y productos anestesiológicos innovadores, han generado un importantí- simo salto cualitativo en el control de la vía aérea. Su aplicación facilita, de forma asom- brosa, la intubación endotraqueal. La com- pleja técnica de su manejo no debe ser obs- táculo para NINGÚN especialista, sino un reto con beneficios directos para determi- nados pacientes. Desde el año 2000, nuestras compañe- ras en el Servicio de Anestesiología del Hos- pital Universitario de Getafe Marisa Maris- cal y Mariluz Pindado, han profundizado con enorme rigor y nivel científico en el conocimiento de las técnicas de estos nue- vos desarrollos. Su idea inicial de formar un grupo que se especializara en el manejo de estos pacientes, a los que tras la precep- tiva consulta de preanestesia se les hubiera “etiquetado” como de “vía aérea difícil”, ha sido sin duda superada. La extensión en la enseñanza de esas técnicas no solo ha abarcado al resto de sus compañeros, sino que se ha extendido a otros profesionales de otros servicios de España a través de los cursos organizados por el Colegio de Médi- cos de Madrid que ellas imparten. El libro que tengo el honor de prologar es, sin duda, el resultado de esas enseñanzas y conocimientos perfeccionados a lo largo de estos últimos años por las autoras. La clari- dad de sus conceptos, la practicidad de las explicaciones tanto en nuevos instrumentos como de las técnicas más modernas, así como la inclusión de algoritmos que protocolizan situaciones que hasta ahora se solían relegar a la improvisación, hacen de este libro un manual imprescindible para los especialistas. Por ello, al prologar esta primera edi- ción, quiero manifestar a las autoras mi agradecimiento por la labor científica desa- rrollada y por el gran esfuerzo añadido a su diario e intenso trabajo de quirófano, al mismo tiempo que expresar el orgullo que supone para el Servicio de Anestesiología y, en general, para todo el Hospital Uni- versitario de Getafe, el que formen parte de nuestro personal facultativo. Dr. Rafael Ruiz Campa Jefe del Servicio de Anestesiología. Hospital Universitario de Getafe. Madrid.
  • 7. Agradecimientos Al Dr. Valentín Madrid Rondón, por haber sido el pionero en Espa- ña en el manejo de la Vía Aérea Difícil y, además, haber sabido trans- mitirnos a nosotras y a otros tantos Anestesiólogos su enorme entusias- mo y conocimientos. Gracias a ello, nuestra formación ha repercutido, sin duda alguna, en la seguridad de muchos pacientes. Al Dr. Rafael Ruiz Campa, por su capacidad para comprender la nece- sidad de nuestra formación y habernos ayudado a conseguir los medios imprescindibles sin los cuales no hubiera sido posible nuestra labor cien- tífica y docente. A nuestros compañeros del Servicio de Anestesiología y Reanimación, que siempre nos han apoyado y colaborado en la realización y aprendi- zaje de las nuevas técnicas de manejo de la Vía Aérea Difícil.
  • 8. Índice 1. Introducción...................................................................................................... 1 M.L. Pindado, M. Mariscal, M. Caro 2. Conceptos generales. ......................................................................................... 3 M.L. Pindado, M. Mariscal, E. Ortigosa 3. Anatomía de la vía aérea. .................................................................................. 5 M.L. Pindado, M. Mariscal, M. Caro 4. Preoxigenación.................................................................................................. 9 M.L. Pindado, F. Rey, J. Pérez 5. Valoración y predicción de la vía aérea difícil.................................................. 13 M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey 6. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos. ........................ 21 M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro 7. Dispositivos transglóticos................................................................................ 43 D. Paz, M. Muñoz, M.J. Navarro 8. Dispositivos transcutáneos. ............................................................................. 49 M.L. Pindado, F. Rey, E. Ortigosa 9. Fibroscopio flexible......................................................................................... 55 M.L. Pindado, M. Mariscal, E. Ortigosa 10. Laringoscopios. ............................................................................................... 71 E. Fernández, A. Castellau, Y. López 11. Fibroscopios rígidos. ....................................................................................... 77 A. Castellau, E. Fernández, M.J. Navarro
  • 9. 12. Videolaringoscopios. ....................................................................................... 83 M.J. Navarro, Y. López, D. Paz 13. Utilización de material desechable en el manejo de la vía aérea difícil. ............ 91 Y. López, M. Muñoz, M.J. Navarro 14. Extubación en una vía aérea difícil.................................................................. 97 Autores ??? 15. Algoritmos de la vía aérea difícil. .................................................................. 103 M. Mariscal, M.L. Pindado, H. Pérez 16. Casos clínicos de vía aérea difícil................................................................... 111 M. Mariscal, M. Caro, B. Alonso 17. Manejo de la vía aérea difícil en situaciones clínicas especiales...................... 117 Obesidad mórbida......................................................................................... 117 D. Paz, M. Muñoz, Y. López Paciente obstétrica......................................................................................... 119 A. Castellau, E. Fernández, E. Duro Paciente quemado ......................................................................................... 122 Y. López, M.J. Navarro, D. Paz Paciente con vía aérea difícil en urgencias...................................................... 125 M. Muñoz, E. Fernández, A. Castellau Paciente con vía aérea difícil en cirugía de tórax............................................ 127 M. Muñoz, D. Paz, M.J. Navarro Paciente con inestabilidad cervical................................................................. 129 E. Fernández, A. Castellau, H. Pérez Inducción de secuencia rápida ....................................................................... 136 M. Muñoz, D. Paz, E. Fernández Paciente con distorsión postquirúrgica de la vía aérea ................................... 138 M.J. Navarro, Y. López, M. Muñoz 18. Enseñanza y organización del manejo de la vía aérea difícil en el Servicio de Anestesia de un hospital. ..................................................... 141
  • 10. Valoración y predicción de la vía aérea difícil INTRODUCCIÓN historia estomatológica, como ausencia de dientes, movilidad, protusión, etc. Por último, tendremos en cuenta distin- tas enfermedades asociadas que se relacio- nan con la vía aérea difícil (VAD): Uno de los aspectos más olvidados en la práctica anestésica, a pesar de su impor- tancia, es la valoración y predicción de la vía aérea difícil1, que depende de muchos factores como la observación interindivi- dual, experiencia y habilidad del aneste- siólogo. Por eso, uno de los objetivos de este libro es aprender a valorarla y saber elegir el dispositivo más adecuado para usar en cada caso, con el fin de conseguir la máxi- ma seguridad para el paciente. • Diabetes de larga evolución. El “signo del predicador”, (no poder juntar las pal- mas de las manos por rigidez articular) que se asocia con ID. Acromegalia: la hipertrofía de lengua y úvula y/o la estrechez del cricoides pue- den crear dificultad de ventilación / intu- bación. Enfermedad de Bechet: úlceras bucales y cicatrices retráctiles. Otras: síndrome de Down (macroglo- sia), artritis reumatoidea (alteración de la articulación atlanto-axoidea), enfer- medades infecciosas y neoplásicas de la vía aérea superior. Si hay sospecha de ID, informaremos al • • EVALUACIÓN PREANESTÉSICA • La evaluación preanestésica de la vía aérea valora2: • • Historia clínica. Signos clínicos predictivos de dificultad de ventilación. Signos clínicos predictivos de dificultad de intubación. paciente o familiar, de la posible dificul- tad y de las medidas alternativas.• Signos clínicos predictivos de dificulad de ventilación No existe ningún test específico para pre- decir una dificultad de ventilación, pero Langeron3 (2000) publica una serie de fac- tores de riesgo (Figs. 1 y 2) como: Historia clínica En primer lugar debemos detectar ante- cedentes anestésicos de intubación difícil (ID), relatados por el enfermo o su familia. Siempre que nos encontremos con una ID, haremos un informe de las posibles cau- sas y del manejo de la misma para cirugí- - - Presencia de barba. Índice de masa corporal > 26 kg/m2. as posteriores. También nos fijaremos en su - Falta de dientes. 5 M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey
  • 11. 14 • M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey FIGURA 2. Factores de riesgo de ventilación difícil. Todos estos signos nos orientarán sobre la posibilidad de un paciente con ID; ante esta sospecha, realizaremos tests de pre- dicción de ID.FIGURA 1. Factores de riesgo de ventilación difícil. TESTS DE PREDICCIÓN DE INTUBACIÓN DIFÍCIL- Edad >55 años. - Historia de roncador. En 2006, Kheterpal et al, en un estudio de 22.660 pacientes, confirman los facto- res de riesgo de ventilación difícil de Lan- geron, excepto la ausencia de dientes y con- sideran la presencia de barba como el úni- co factor modificable antes de la cirugía. Estos autores dan gran importancia al test de posibilidad de protuir la mandíbula para valorar la dificultad de ventilación. Actualmente no existe ningún test clíni- co ni radiológico que aisladamente sea capaz de predecir una ID. Tests radiológicos A diferencia de los tests clínicos6, no se pueden hacer de forma rutinaria, ya que son más complicados, caros dependen de otro servicio y no aportan un beneficio importante. En una radiografía lateral del cuello se puede evidenciar un estrechamiento del espacio articular atlanto-occipital, con la consiguiente dificultad para la extensión de la zona y que se puede traducir en el hallaz- go durante la laringoscopia de una “epi- glotis o laringe anterior” que consiste en el desplazamiento anterior de la laringe. Signos clínicos predictivos de dificultad de intubación Deberemos valorar la anatomía de la cara del paciente para buscar signos que nos orienten a una posible ID5. Entre ellos podemos destacar: - - - - - Cuello corto, grueso o musculoso. Retracción mandibular. Paladar arqueado, largo u ojival. Cicatrices faciales o cervicales. Estado dental. Tests clínicos Son sencillos7. Los realiza el anestesió- logo preoperatoriamente y los más signi-- Tamaño de la lengua.
  • 12. Valoración y predicción de la vía aérea difícil • 15 FIGURA 3. Clasificación Mallampati modificada. ficativos deben hacerse de forma siste- mática. Estos tests valoran los dos aspectos fun- damentales del manejo de la VA: la proxi- midad de la base de la lengua a la glotis y el grado de alineación de los ejes que se pue- de conseguir. Los tests más usados en la práctica habi- tual son: A Test de Mallampati, Samsoon y Young Inicialmente descrito por Mallampati9 en 1985 con tres grados, fue modificado por Samsoon y Young10 en 1987 (Fig. 3) añadiendo un cuarto grado. Se basa en la visión de las estructuras faríngeas con la boca abierta al máximo, en posición sen- tada y sin fonación: B - - - Grado 1: fauces, úvula, paladar blando. Grado 2: úvula, paladar blando. Grado 3: base de úvula, paladar blan- do. Grado 4: paladar duro. Este test es el estándar con el que se com- - paran casi todos los estudios de la literatu- ra. Su valoración depende mucho de la variabilidad interindividual del observador. Es el más usado en el manejo clínico para valorar VAD en la mayoría de los hospi- tales. En el 2006 Mashour11 publica que la extensión craneocervical mejora la apertu- ra bucal y el Mallampati, por lo que el acon- seja siempre realizarla cuando se aplique este test. C FIGURA 4. Clasificación del test de la mordida. A) Clase I. B) Clase II. C) Clase III. Test de la mordida del labio superior Es el test más moderno (Fig. 4), publi- cado en el 200312. Se basa en la importan- cia que tiene para la visión laringoscópica la libertad del movimiento mandibular y la 1 2 3 4
  • 13. 16 • M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey FIGURA 5. Distancia tiromentoniana. FIGURA 6. Distancia esternomentonia. arquitectura de los dientes. Parece que este test depende menos de la valoración del observador. Se le pide al paciente que muer- da con su dentadura inferior el labio supe- rior y se divide en tres clases: • Clase I: los incisivos superiores muerden el labio superior, dejando la mucosa del labio superior totalmente invisible. Clase II: visión parcial de la mucosa. Clase III: los incisivos inferiores no pue- den morder el labio superior. Una mor- dida clase III se relaciona con ID. • • Distancia tiromentoniana o de Patil Es la distancia entre el mentón y el borde inferior del cartílago tiroides13 (Fig. 5). Se mide con el cuello del paciente en máxima exten- sión y la boca cerrada. Si es menor de 6,5 cm14 posiblemente el enfermo tenga una ID. FIGURA 7. Apertura bucal. es posiblemente ID. Para algunos autores esa distancia debe ser de 4 cm Es un test muy importante, porque si esta apertura es pequeña puede hacer imposible la intro- ducción de dispositivos de VAD. (ML, Fas- trach...) En la literatura hay numerosos estudios que comparan unos test con otros de vali- dez variable y sólo la combinación de los mismos17 nos ayudará a predecir la ID. Nosotros recomendamos utilizar de for- ma rutinaria: Mallampati, mordida del labio Distancia esternomentoniana Es la distancia entre el mentón y la par- te superior del eión, le confieren gran impor- tancia y lo comparan aisladamente con el de Mallampasternón15 (Fig. 6). Si es menor de 12,5 cm se relaciona con ID. A este test, en alguna publicacti, dándole una gran espe- cificidad16. Apertura bucal Es la distancia entre los incisivos supe- riores e inferiores (Fig. 7); si ésta es < 2 cm superior, distancias tiromentoniana y ester-
  • 14. Valoración y predicción de la vía aérea difícil • 17 FIGURA 8. Hoja nº 1 de predicción de VAD del Hospital de Getafe. nomentoniana y apertura bucal porque son muy sencillos y rápidos. Hoja de recogida de datos del Hospital Universitario de Getafe (Figs. 8 y 9). encontrar en la literatura (nosotros no la usamos), que fue introducida en 1977 y pro- pone siete variables: - - - - - N1: Nº de intentos > 1. N2: Nº de operadores > 1. N3: Nº de técnicas alternativas. N4: Graduación de Cormack-Lehane. N5: Fuerza elevadora con laringoscopia (Normal: 0 Aumentada: 0). Escala de dificultad de intubación (IDS: Intubation Difficult Scale) Existe otra escala de valoración de la dificultad de intubación, que podemos
  • 15. 18 • M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey FIGURA 9. Hoja nº 2 de predicción de VAD del Hospital de Getafe. - N6: Presión laríngea (No aplicada: 0 Aplicada: 1). - N7: Movilidad de cuerdas (Abdución: 0 Addución: 1). La obtención de 5 se considera en la mayoría de los trabajos como dificultad de intubación. Cuando se realiza cualquier test predic- tivo de valoración de VAD se compara con laringe según la clasificación de Cormack- Lehane8 (Fig. 10): - - Grado 1: visión completa de la glotis. Grado 2: visión de la parte posterior de la glotis. Grado 3: no se ve ninguna parte de la glotis (sólo epiglotis). Grado 4: no se ve epiglotis. Los grados 3 y 4 son de ID y el 4 es prác- - - la visión directa por laringoscopia de la ticamente imposible de intubar con larin-
  • 16. Valoración y predicción de la vía aérea difícil • 19 FIGURA 10. Clasifi- cación de Cormack- Lehane. goscopia directa. Actualmente se pueden distinguir unas subdivisiones dentro de los grupos 2 y 3: BIBLIOGRAFÍA 1. Cattano D. Panicucci E. Paolicchi A. Risk Factors Assessement of the difficult Airway: An Italian Survey of 1956 patients. Anesth Analg 2004; 99: 1774-9. Randell T. Prediction of difficult intubation. Acta Anesthesiology Scandinavica 1996; 40: 1016-24. Langeron O, Masso E. Prediction of difficult Mask Ventilation. Anesthesiology 2000; 92: 1229-36. Sachin Kheterpal, Richard Han, Kevin K. Tremper, et al.Incidence and predictors of difficult and impo- sible mask ventilation. Anesthesiology 2006; 105: 885-91. Edward T. Crosby: Airway management in adults after cervical spine trauma, Anesthesiology 2006; 104: 293-318. Chov HC. Mandibulohioid distance in difficult larin- goscopy. Br J Anaesthesia 1993; 71: 335-339. Madrid V, Charco Mora P. V Curso Vía Aérea Difí- cil. Denia 2002. Cormack-Lehane. Difficult tracheal intubation in obstetrics. Anaesthesia 1984; 39: 1105-1111. Mallampati SR. A clinical sign to predict difficult tracheal intubation: a prospective study. Can Ana- esth Soc J 1985; 32: 429-434. • Grado 2e (extremo): sólo se visualiza la parte posterior de los aritenoides y ofre- ce la misma dificultad que el grado 3 Grado 3e (extremo): sólo se visualiza una pequeña porción de la epiglotis y es semejante al grado 4. Grado 3a: conseguimos elevar la epi- glotis al introducir con fuerza el larin- goscopio en la vallecula, mejorando en un punto la clasificación. Grado 3b: con la maniobra anterior- mente citada no conseguimos elevar la epiglotis ni mejorar la clasificación. 2. • 3. 4.• 5. • 6. Otras clasificaciones (menos usadas) MCLS (Escala modificada de Cormack Lehane), se diferencia de la original porque introduce el grado 2a (se visualiza parte de las cuerdas vocales) y 2b (sólo los aritenoi- des son visibles). POGO (Porcentaje de apertura glótica), propuesta por Ochroh18, pero no es de uso común. 7. 8. 9. 10. Samsoon and Young. Difficult tracheal intubation. Anaesthesia 1987; 42: 487-490. A B C D
  • 17. 20 • M. Mariscal, A. Casillas, F. Rey 11. George A. Mashour, Warren S. Sanderg. Cranio- cervical extension improves the specificity and pre- dictive value of the Mallampati Airway evaluation. Anesh Analg 2006; 103: 1256-9. 12. Zahid Hussain Khan. A comparison of the upper lip bite Test (a simple new technique) with modified Mallampati clasification in predicting Difficulty in Endotracheal intubation: A prospective blinded study. Anesth Analg 2003; 96: 595-599. 13. Banjong Krobbuaban, Siriwan Diregpoke, Sujarit Kumkeaw: The predictive value of the height ratio and Thyromental distance:Four predictive tests for difficult laryngoscopy. Anesth Analg 2005; 101: 1542-5. 14. Mukesh Tripathi, Mamta Pandey: Short Thyro- mental distance: a predictor of difficult intubation or an indicador for small blade selection? Anest- hesiology 2006; 104: 1131-6. 15. Frerk CM. Predicting difficult intubation. Anaes- thesia 1991; 46: 1005-1008. 16. Ramadhani AL. Sternomenthal distance as the sole predictor of difficult Laringoscopy in obstetric ana- esthesia. Br J Anaesthesia 1996; 77: 312-315. 17. Levitan RM, Ochroch EA, Kush S, et al. Assement of Airway visualization: validation of the percenta- ge of glottic opening (POGO) scale. Acad Emerg Med 1998; 5: 919-23.
  • 18. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos Los Dispositivos de la vía aérea difícil son unos instrumentos que nos ayudan a manejar una vía aérea normal y difícil, dis- tintos de la laringoscopia directa. Los criterios de un dispositivo de vía aérea “ideal” son: • Dispositivos ópticos - - - - Fibroscopios flexibles. Fibroscopios rígidos. Laringoscopios. Video-laringoscopios. • Dispositivos desechables • Unión eficaz de la vía aérea superior para ventilar. Facilidad de inserción para principian- tes, con curva de aprendizaje corta. Mínimo riesgo de aspiración. Sellado de la vía aérea superior eficaz, que permita ventilación con presión positiva. No distorsión de la anatomía faringea por el manguito de presión, ni de la for- ma del dispositivo. Morbilidad de la vía aérea baja. Buena calidad. Se pueden clasificar los dispositivos usa- • DISPOSITIVOS SUPRAGLÓTICOS • • Son dispositivos, que colocados por enci- ma del nivel de las cuerdas vocales, sirven para ventilar a los pacientes transportando gases anestésicos y oxígeno. Sus diseños están dirigidos a solventar las desventajas de la intubación endotraqueal El primer dispositivo supraglótico fue la Mascarilla laríngea, introducida en 1988 en Inglaterra y se extendió su uso muy rápi- damente por todo el mundo. Desde enton- ces y en los últimos años se han creado una gran cantidad de dispositivos supraglóti- cos1 para competir con ella. La mayoría de ellos han sido modificados varias veces des- de su introducción, por lo que se deberán evaluar con cuidado hasta su total acepta- ción. La FDA (Food and Drugs Adminis- tration) desde 1996, clasificó los disposi- tivos supraglóticos como dispositivos de clase I, lo que significa que los fabricantes ya no tienen que remitir pruebas de efica- cia y seguridad a la FDA cuando registran nuevos dispositivos. • • • dos en la vía aérea, según la estructura ana- tómica donde van actuar: • Dispositivos supraglóticos1 - - - - - Mascarillas laríngeas. Combitubo. Tubo laríngeo. Paxpress. Otros • Dispositivos transglóticos - Guías. Dispositivos transcutáneos• - - Cricotirotomía. Traqueotomía. - Intubación retrógrada. 6 M Mariscal M L Pindado E Duro
  • 19. 22 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro FIGURA 1. Mascarillas laríngeas. FIGURA 2. Mascarilla laríngea clásica. Mascarilla laríngea (ML) Los diferentes tipos de mascarilla larín- gea (Fig. 1) son: 1) Mascarilla laríngea clásica. 2) Mascarilla laríngea Proseal. 3) Mascarilla laríngea flexible. 4) Mascarilla laríngea Fastrach o ILMA. 5) Mascarillas laríngeas desechables: Uni- que, ML Fastrach y ML flexible de uso único y mascarilla laríngea Supreme (novedad). 6) C-Trach. da en la entrada de la glotis. Presenta en la abertura anterior o cazoleta unas barras de retención de la epiglotis, que protegen la vía aérea de oclusión por la epiglotis. El bor- de de la mascarilla está compuesto por un manguito inflable de silicona, que llega al espacio hipofaríngeo, creando un sello que permite la ventilación con presión positiva no superior a 20 cm de H2O. La optimización del sellado depende de una correcta inserción y utilización del tamaño adecuado, más que del inflado de la mascarilla. Unido a la parte posterior queda el tubo de vía aérea que se conecta- rá al circuito de anestesia manual o mecá- nico. Mascarilla laríngea clásica (MLC) La ML clásica es un dispositivo utiliza- do para el manejo de la VA, que ocupa el espacio existente entre la mascarilla facial y el tubo endotraqueal. Fue diseñada por Brain en 1981, y acep- tada por la FDA como sustituto de la mas- carilla facial en anestesia electiva en 1991. En el 2003 fue introducida como dispositi- vo en el algoritmo de vía aérea difícil de la ASA (Sociedad Americana de Anestesio- logía) en situaciones de dificultad de intu- bación y ventilación, porque es un disposi- tivo que se usa de forma rutinaria y con seguridad por la mayoría de los anestesió- logos. Inserción (Fig. 3) Asemeja el reflejo de la deglución: al deglutir la lengua arrastra el bolo alimenti- cio hacia la curvatura del paladar y pared posterior de la faringe. La inserción de la ML se consigue con una acción parecida, imi- tando el dedo índice la acción de la lengua. Se precisa una posición de olfateo. La MLC completamente desinflada, lubricada en su parte posterior y aplanada, se apoya contra el paladar. El dedo índice, con un solo movimiento continuado, la impulsa cefálicamente hacia el occipucio deslizán- dose luego hacia atrás. La inserción debe detenerse cuando se encuentra resistencia, al alcanzar el mús- Descripción Está compuesta de una pequeña cazole- ta (Fig. 2) diseñada para que se sitúe en la hipofaringe, con una abertura anterior situa- culo cricofaríngeo. Tras el inflado se nota
  • 20. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 23 1 2 3 FIGURA 3. Inserción de la MLC. un ligero movimiento de acomodación. Se puede retirar completamente hinchada para eliminar las secreciones con ella, aunque algunos grupos la retiran deshinchada. 3) Si se introduce en exceso, la parte pro- ximal puede obstruir la entrada de la glotis. 4) Si la cazoleta queda en la entrada del esófago, puede producir distensión gás- trica. Una inserción cuidadosa disminuye estos desplazamientos. Indicaciones Es una alternativa a la mascarilla facial y al tubo endotraqueal. Inicialmente se usó para ventilación espontánea, pero actual- mente se usa para ventilación controlada en: - En cirugía de rutina. - En manejo de situaciones de no intu- bación y dificultad de ventilación (Apro- bada por los Algoritmos de la ASA en 2003). Complicaciones Existen varias complicaciones: • Aspiración de contenido gástrico: es la más grave y no puede prevenirse de for- ma absoluta, aunque en pacientes selec- cionados su incidencia es parecida al tubo endotraqueal (1-5/11.000). Dolor de garganta y afonía, que son más frecuentes que en la intubación endo- traqueal. Puede aparecer lesión de úvula y pilares faríngeos por inserción dificultosa. Contraindicaciones Las contraindicaciones relativas son: • • • • Obesidad. Patología faringolaríngea. Disminución de la compliance pulmo- nar. Cirugía laparoscopica (controvertido). Reflujo gastroesofágico. Abdomen agudo y estomago lleno. • • • • Ventajas Las ventajas con respecto a la mascari- lla facial son: - - Mejora la oxigenación. Disminuyen la polución en el quiró- fano. Causa menos fatiga en las manos del anestesiologo Malposiciones El desplazamiento de la mascarilla larín- gea puede ocurrir en más de un 10% de las veces y puede no evidenciarse clínicamen- te. Existen varios tipos de malposiciones: 1) Al introducirse puede doblar la epiglo- tis2. 2) Si está poco metida, la punta puede obs- truir la glotis. - Las ventajas con respecto al tubo endo- traqueal son: - Produce más estabilidad hemodiná- mica porque ocasiona menos dolor a la inserción.
  • 21. 24 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro FIGURA 4. Mascarilla laríngea Proseal. - Reduce los requerimientos anestési- cos y no necesita la utilización de relajantes musculares. Mejora el despertar del paciente. Consta de: Manguito anterior, es un rodete con for- ma de embudo en la punta. Manguito posterior, situado por detrás a la cazoleta. Tubo de drenaje gástrico: discurre para- lelo al tubo de VA hasta que llega a la cazoleta y la cruza abriéndose en la pun- ta de MLP. Esta punta debería contac- tar con el Esfínter Esofágico Superior (EES), estableciendo una continuidad entre vía digestiva y el exterior. Los dos manguitos dan en su conjunto • - • Tamaños (Tabla I) Existen 8 tamaños de mascarilla larín- gea. Su tamaño se relaciona con el peso del paciente; ante la duda, hay que elegir el tamaño más grande porque favorece el sella- do. En los últimos años se ha introducido la Nº 6 por el aumento de obesidad. • una mayor compliance y permite introdu- cir en su interior un mayor volumen de aire que en la ML clásica, sin aumentar la pre- sión sobre la mucosa laríngea4. Esterilización La esterilización debe ser en autoclave, con una Tª máxima de 134ºC y un tiempo de 10-12 minutos. Puede ser reutilizada un máximo de 40 veces. Inserción Precisa la hiperextensión del cuello para avanzarla y situarla en la base de la hipo- faringe, es decir, hasta el EES. Se pueden realizar dos tipos de inserción: Mascarilla laríngea Proseal (MLP) Este nuevo diseño del 2001 intenta mejo- rar la protección de la vía aérea frente a la aspiración y la malposición3 que frecuen- temente ocurría con la MLC • Inserción digital: con el dedo índice o pulgar, igual que la MLC (Fig. 5). Inserción con introductor: este intro- ductor (Fig. 6) la convierte en una Fas- trach modificada, con un ángulo > 115º (MLFT = 90º). Las preferencias dependen de cada uno • Descripción Es un diseño de cazoleta abierta, sin ban- das, que se caracteriza por un doble man- guito y doble tubo situado paralelo al tubo de la VA. (Fig. 4) El tubo destinado al trac- to digestivo discurre por dentro de la cazo- y la incidencia de malposiciones es pareci- da. Siempre se debe de comprobar la leta hasta abrirse en la punta de la MLP. permeabilidad del tubo de drenaje gástrico TABLA I Tamaño Volumen inflado Peso 1 4 ml Neonato <5 kg 1,5 7 ml Bebe 5-10 kg 2 10 ml Niño 10-20 kg 2,5 14 ml Niño 20-30 kg 3 20 ml Adulto poco desarrollado 4 30 ml Adulto 50-70 kg 5 40 ml Adulto 70-100 kg 6 50 ml Adulto >100 kg
  • 22. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 25 FIGURA 5. Insercción MLP digital. FIGURA 6. Insercción MLP con introductor. FIGURA 7. Flexión posterior de la MLP. FIGURA 8. Flexión anterior de la punta. aspirando con una sonda. Nosotros intro- ducimos la MLP con la sonda en su interior mejorando así su colocación. El riesgo de aspiración es parecido la intu- bación endotraqueal (TET). Malposiciones Flexión posterior de la punta, (Fig. 7) con acodamiento del tubo de drenaje. Se puede ventilar al paciente pero no se pue- de insertar la sonda nasogástrica (SNG), no previniendo una aspiración o distensión gás- trica. Hay que retirarla un poco y, a veces, recolocarla de nuevo. Flexión anterior de la punta, (Fig. 8) generalmente del extremo distal de la cazo- leta al comienzo del trayecto del tubo de drenaje. Igualmente se podría ventilar al paciente pero no insertar una sonda naso- gástrica por lo que no preveríamos una aspi- ración gástrica. Hay que desinflar la MLP Indicaciones Similares a la ML clásica, aunque al ser el sellado mejor, se amplían sus indicacio- nes a: • • • • Cirugía laparoscópica. Obesidad. Reflujo gastroesofágico leve. Como dispositivo de rescate cuando falla la intubación endotraqueal. Mejora el éxito con la ventilación con- trolada comparada con la clásica. Precisa una mayor profundidad anes- tésica que la clásica. Tiene la capacidad de aspirar la vía digestiva y no producir insuflado gástrico5. y reintroducirla.
  • 23. 26 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro FIGURA 9. ML flexible. FIGURA 10. Mascarillas laríngeas desechables. Complicaciones Las mismas que la ML clásica pero con menor incidencia de aspiración6 porque la regurgitación sale a través del tubo de dre- naje. Esterilización Igual que la ML clásica, con el mismo número de reutilizaciones. Tamaños Están disponibles los tamaños 1,5, 2, 2,5, 3, 4, 5. Por debajo del 3 no presentan manguito posterior. Actualmente se ha presentado una nue- va Proseal desechable llamada Proseal Supreme. FIGURA 11. Mascarilla laríngea Supreme. Mascarilla laríngea flexible La mascarilla laríngea flexible o refor- zada es igual que la clásica, diferencián- dose en el tubo de vía aérea que es de sili- cona y con un refuerzo metálico en su inte- rior, para evitar que se obstruya cuando se dobla (Fig. 9). Es frecuente observar cuando se intro- duce que se puede dar la vuelta. Precisa recolocarla en un 5-10% de los casos. Se usa en cirugía oral, nasal y oftalmo- lógica. Presenta tamaños del 2, 2,5, 3, 4, 5, 6 El resto de las características es similar a la MLC. Mascarillas laríngeas desechables Últimamente ha aumentado su uso. Existen varios tipos de mascarillas des- hechables (Fig. 10): • ML Unique, Portex Soft Seal, Ambu Laringueal Mask. ML flexible de un solo uso. ML Fastrach de un solo uso. ML Supreme: (Fig. 11). Actualmente no comercializada, la mas- • • • carilla laríngea Supreme es una mascarilla con acceso gástrico, similar a la Proseal, diferenciándose porque presenta en su cazo-
  • 24. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 27 FIGURA 12. Detalle de la cazoleta de ML Supreme. FIGURA 13. Mascarilla laríngea Fastrach. leta barras de retención de la epiglotis y el manguito tiene un perfil aumentado pro- porcionando una protección de sellado superior. Es desechable (Fig. 12), con una inclinación del tubo de la vía aérea similar a la ML Fastrach que permite una intro- ducción más fácil. En teoría es, una mezcla de Fastrach, Proseal y clásica con material desechable. Muy buena combinación, porque una sola mascarilla soluciona las desventajas de cada una de ellas por separado. Deberemos com- probar en la práctica si todas estas expec- tativas se cumplen. Este tema de dispositivos desechables será tratado en otro capítulo, con mayor amplitud y profundidad. dar metálico de 15 mm. Es ancho, pudien- do pasar a su través un tubo endotraqueal de hasta 8 mm. El tubo está unido a un mango rígido para facilitar la inserción con una sola mano. Manguito inflable, que puede pasar por una apertura bucal de 2-2,5 cm. Barra elevadora de la epiglotis (BEE) situada en la apertura de la mascarilla. La terminación de la BEE no está fija, permi- tiendo elevar la epiglotis cuando pase el TET. Tubo endotraqueal (TET): es un tubo recto de silicona, reforzado de tipo flexo- metálico, marcado transversalmente con una línea negra, para indicar el punto de salida de TET por la BEE. Además tiene otras marcas de profundidad en centíme- tros, un pequeño balón que le permite pasar a través de MLF y una punta atraumática específicamente diseñada. Su especial longitud permite la extrac- ción de la MLF a su través. Se pueden usar con TET convencionales pero existe mayor riesgo de lesión y de extubación al retirar la MLF. Prolongador: se introduce en la ILMA para prolongar o alargar el tubo endotra- queal al retirar la ILMA evitando la extu- Mascarilla laríngea Fastrach o mascarilla laríngea de intubación (MLF o ILMA) Es un tipo avanzado de ML, diseñado por Brain en 1990 para facilitar la intubación traqueal, permitiendo su inserción con una sola mano en cualquier posición, sin mover la cabeza y cuello de la posición neutra8. Descripción Presenta las siguientes características9 (Fig. 13): Tubo de vía aérea: es rígido, curvado anatómicamente y con un conector están- bación del paciente (Fig. 14).
  • 25. 28 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro FIGURA 14. Disposición de la MLF. FIGURA 15. MLF deshinchada y lubricada. FIGURA 16. Introducción de la MLF (I). Inserción Se debe desinflar totalmente la MLF con una jeringa ayudándose con los dedos o con un aparato disponible para este uso (Fig. 15). A continuación, se aplica un bolo de lubricante hidrosoluble en la parte poste- rior de la punta de la MLF. Se coloca al paciente en posición neutra y se coge la MLF por su mango y éste para- lelo al tórax del paciente con la cazoleta hacia abajo11 (Fig. 16). La punta se intro- duce contra el paladar y se dirige hacia atrás siguiendo la curva del tubo de la vía aérea (Fig. 17). Después de la inserción se infla el man- guito de la MLF según el tamaño (nº 3, 4 y 5) con 20, 30 y 40 ml de aire respectiva- mente (Fig. 18). rados. Si al ventilar al paciente hay fuga de aire, las causas pueden ser: • • • Inserción incorrecta. MLF demasiado pequeña. Profundidad anestésica inadecuada. Se realizarán entonces unas maniobras de acomodación que son: maniobra de Up- Down, que consisten en retirar sin deshinchar la MLF unos 6 cm hacia arriba y abajo, para desdoblar la epiglotis. También se pueden hacer maniobras de extensión, flexión, late- ralización de la MLF con el mango. Seguidamente se procede a la intubación a través de la MLF. Para ello, se lubricará el TET y se introduce por la MLF orien- tando la línea negra longitudinal del mis- mo hacia el mango. A la vez se realiza un movimiento de la MLF hacia arriba (Manio- Estos volúmenes nunca deben ser supe- bra de Chandy8 segunda parte) para facili-
  • 26. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 29 FIGURA 17. Introducción de la MLF (II). FIGURA 18. Hinchado de la MLF. FIGURA 19. Introducción del TET por la MLF. tar la inserción del TET, abocando la cazo- leta a la glotis. Nosotros siempre realiza- mos esta maniobra porque facilita mucho la inserción del tubo. Si no hay resistencia, la BEE eleva la epi- glotis y el TET pasa fácilmente por la trá- quea. Se infla el manguito del TET y se con- firma la intubación (Fig. 19).
  • 27. 30 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro FIGURA 20. Colocación del obturador para proceder a la retirada de la MLF. FIGURA 21. Retirada de MLF. Posteriormente se retira la MLF desin- flada manteniendo al TET en su lugar con la ayuda del prolongador u obturador (Fig. 20). Se debe sujetar el TET con los dedos cuando aparezca a través de la apertura de la MLF en la boca. La retirada de la MLF debe ser muy cuidadosa manteniendo siem- pre la curvatura del tubo de la vía aérea (Figs. 20 y 21). La conexión de 15 mm del TET se debe retirar previamente a esta maniobra, conectándola posteriormente. La intubación puede realizarse con ayu- da del fibrobroncoscopio (FBO), verifican- do la posición de la laringe a través de la MLF (Fig. 22). A la profundidad de 15 cm se visualiza la glotis entre la BEE y a las 16,5 cm las cuerdas vocales. Estas técnicas con FOB dan una mayor seguridad a la intubación. Pueden realizar- se de dos maneras: 1) Primero el tubo: se avanza el fibro con el tubo endotraqueal insertado y cuan- do se llega a la BEE se avanza primero el tubo para que no se lesione el fibro. 2) Primero el fibroscopio: se introduce pri- mero el fibroscopio en la laringe para que sirva de guía al tubo. Cualquiera de las dos técnicas es váli- da. Nosotros usamos la segunda, porque aumentamos la seguridad de la intuba- ción. Malposiciones de la MLF Son las causas de fallo de intubación a través de la Fastrach. Estas pueden ser:
  • 28. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 31 FIGURA 22. Intuba- ción a través de la MLF, con ayuda del FBO. 1) Epiglotis doblada hacia abajo o impac- tación del TET (Fig. 23). Si se nota resistencia a unos 2 cm de la línea transversa del TET, puede indicar que la epiglotis se ha doblado hacia abajo o la punta del TET se ha impactado contra la pared vestibular. El uso del FOB puede ayudar a determinar la cau- sa de la resistencia y solucionarlo rotando el bisel del TET. Si sigue habiendo resistencia debemos retirar el TET y hacer las maniobras de up- down y reinsertar de nuevo sin des- hinchar. Se intenta una nueva intuba- ción y si fracasa puede que la MLF sea de un tamaño inadecuado. 2) MLF demasiado pequeña. En este caso, la resistencia se nota 3 cm por debajo de la línea transversa y la epiglotis puede estar lejos de la BEE, necesitando una MLF de mayor tamaño (Fig. 24). 3) MLF demasiado grande (Fig. 25). En este caso, la BEE es atrapada debajo de los aritenoides y la intubación se pro- duce en el esófago (5%). FIGURA 23. Epiglotis doblada hacia abajo o impac- tación del TET. Indicaciones Las principales indicaciones son: • Situaciones no ventilables-no intubables de urgencia. Dificultad prevista de ventilación como en la obesidad mórbida. Nosotros la consideramos como 1º dispositivo de rescate. •
  • 29. 32 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro FIGURA 24. MLF demasiado pequeña. Contraindicaciones No se debe usar en: • Patología faringea o esofágica. • Pacientes con riesgo de aspiración. Complicaciones Las complicaciones son: 1) El riesgo de aspiración, aunque es bajo. 2) Dolor de garganta leve y de corta dura- ción, sobre todo, cuando la MLF se ha limpiado o esterilizado de forma inade- cuada. 3) Edema faríngeo por aumento de la pre- sión en la mucosa debido a la rigidez del tubo de la vía aérea. Se aconseja quitar- la tras la intubación. Si se deja durante más tiempo colocada habrá que desin- flarla un poco. No hay datos del tiem- po que puede estar colocada sin produ- cir problemas importantes. 4) Lesión neurovascular (hipogloso, lin- gual...). 5) Intubación esofágica (5%), generalmente por MLF demasiado grande. FIGURA 25. MLF demasiado grande. • Intubaciones con inestabilidad cervical. • Aprendizaje en situaciones de rutina. Existen controversias en su uso en ciru- gía de rutina, mientras que unos la consi- deran que podría utilizarse, otros conside- ran que hay mayor incidencia de compli- caciones menores y debe reservarse su uso para situaciones de mala ventilación.
  • 30. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 33 Desventajas Podemos mencionar: • Los tubos endotraqueales utilizados son de alta presión y bajo volumen pudien- do lesionar la mucosa traqueal, por lo que si se precisara varios días de intu- bación se deberían cambiar por otros tubos de baja presión. • El orificio distal del tubo es redondo y de menor diámetro lo que favorece la obstrucción del mismo con secreciones. Tamaños No hay tamaño pediátrico. El tamaño de los tubos que pueden ser introducidos a través de la MLF son el 6, 6,5 ,7 ,7,5 y 8. (Tabla II). Esterilización En autoclave. Antes de esterilizarla hay que desinflarla totalmente.La MLF se pue- de usar unas 40 veces, y el tubo unas 10 veces. C-Trach Se ha comercializado en España duran- te el año 2005. Es una nueva variedad12 de la mascarilla laríngea Fastrach, con una cámara incorporada que permite, una vez que se ha introducido en la hipofaringe, colo- car un monitor en la parte externa de la mas- carilla y así poder realizar la introducción del tubo endotraqueal bajo visión directa12. Actualmente se ha mejorado la calidad de la imagen, que inicialmente no estaba muy conseguida. Esta mascarilla tiene la gran ventaja de poder realizar todas las maniobras de acomodación de la MLF bajo visión directa y con ello conseguir una FIGURAS 26, 27 y 28. Descripción de la C-Trach. mayor seguridad en la intubación13. Así se ha conseguido aumentar el porcentaje de éxito14 de intubación al primer intento en comparación con la ILMA. Descripción (Figs. 26-28) 1) Presenta dos canales integrados de fibra óptica: TABLA II MLF Volumen inflado Nº 3 20 ml Nº 4 30 ml Nº 5 40 ml
  • 31. 34 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro Figura 29. Inserción de la mascarilla C-Trach. 1) Introducir la C-Trach como una MLF. 2) Insuflar la mas- carilla y ventilar. 3) Encender el visor de la C-Trach y conectar al conector magnético. 4) Buscar una ima- gen clara de la glotis y las cuerdas vocales en el visor. 5) Insertar el TET y visualizar la intubación 6) Desco- nectar el visor de la C-Trach y continuar como una MLF. a) Una guía de luz para iluminar la laringe. b) Una guía de imagen de 10.000 pixels para una visión clara de la laringe. 2) Dos fibras ópticas emergen de la parte distal del tubo de vía aérea, bajo la barra de elevación epiglótica modificada, con una apertura permitiendo una transmi- sión ininterrumpida de la imagen, pro- tegiendo al tubo de aire de cualquier obs- trucción y elevando la epiglotis para per- mitir el paso del TET. 3) Tubo de la vía aérea, por donde se intro- duce el TET con punta atraumática, dise- ñado para introducirse en la tráquea. 4) Cazoleta con manguito hinchable ante- rior y barra elevadora modificada. 5) Mango metálico para permitir una fácil inserción. 6) Una pantalla en color para una imagen de alta resolución, que se coloca en la mas- carilla una vez que ésta se ha introducido en el paciente. El monitor tiene un puerto mite la grabación. Con unos botones para el control del color, contraste y enfoque. 7) Batería recargable. Insercción (Fig. 29) Las indicaciones, contraindicaciones, esterilización y tamaños son iguales que en la ML Fastrach. Combitubo Es un dispositivo de VDA que sólo se usa para ventilar en situaciones de urgen- cia. Fue diseñado por Dr. Frass en Austria en 1980. Es útil en cualquier circunstan- cia con escaso espacio e iluminación (acci- dente de tráfico, decúbito prono). La inser- ción es fácil para cualquier persona míni- mamente entrenada y se puede introducir a ciegas aunque es más fácil hacerlo con el laringoscopio15 (Fig. 30). Descripción Es un tubo de látex de doble luz que USB que conecta con el ordenador y per- combina las funciones de obturador esofá- 1 2 3 4 5 6
  • 32. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 35 FIGURA 30. Introducción del Combitubo con ayu- da del laringoscopio. FIGURA 31. Disposición del Combitubo. gico de la vía aérea y un TET convencional. La luz esofágica está abierta en la parte superior (nº 1, más larga y de color azul) y su parte distal está cerrada presentando perforaciones a nivel de la faringe. La luz traqueal está abierta tanto en su parte pro- ximal (nº 2, tubo más claro, corto) como en la distal. Hay dos balones que se inflan desde el exterior: un balón orofaríngeo de 85 o 100 ml que esta situado de manera proximal a las perforaciones faríngeas y sirve para sellar la cavidad oral y nasal. El otro traqueo-eso- fágico y necesita un volumen de 12 o 15 ml para sellar la tráquea o el esófago (Fig. 31). Cuando se introduce el combitubo, se puede colocar en el esófago o en la tráquea. Si el tubo pasa al esófago lo que ocurre en más del 95% de los casos, el paciente pude ser ventilado por las perforaciones que hay en la luz esofágica y el estomago aspirado por la luz traqueal16. Si el tubo pasa a la trá- quea, el paciente se podrá ventilar a tra- vés de la luz traqueal. FIGURA 32. Maniobra de Lipp. entre el pulgar y el índice para elevarla. Se introduce hasta que las líneas anulares dibu- jadas en el tubo se sitúen a nivel de los dien- tes. Se aconseja la maniobra de Lipp (Fig. 32) en la que se mantiene el extremo distal del combitubo doblado durante algunos segundos para facilitar la inserción. Al insertar el Combitubo (Figs. 33 y 34) es muy probable que quede situado en el esófago en el 95% de los casos. Primero se infla el balón orofaríngeo con 85 ml de aire para el Combitubo 37 F o con 100 ml para el Combitubo 41 F usando la válvula de color azul (nº 1) y a continua- ción se infla el balón distal con 15 ml (Figs. 35 y 36) de aire. A veces se produce un lige- ro desplazamiento hacia fuera del Combi- Inserción Situar al paciente con la cabeza en posi- ción neutra, no en posición de olfateo, colo- cándose por detrás o al lado derecho del paciente (Fig. 31). Se inserta el combitubo suavemente con un movimiento curvo hacia abajo, a lo largo de la superficie de la len- gua, cogiendo la lengua y la mandíbula tubo durante el inflado.
  • 33. 36 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro FIGURAS 33 y 34. Inserción del Combitubo. FIGURAS 35 y 36. Hinchado manguito azul y blanco. Por tanto, la ventilación de prueba, se inicia a través de la luz esofágica (Figs. 37 y 38). El aire no puede escapar por el extre- mo distal porque está cerrado y entra en la faringe a través de las perforaciones farín- geas. Debido a que la nariz, la boca y el esó- fago están sellados por los balones faríngeo y distal, el aire es forzado a entrar en la trá- quea. Si la auscultación pulmonar es posi- tiva y no hay insuflación gástrica, se puede continuar la ventilación por esta luz. La luz traqueal, en esta posición, sirve para des- comprimir el estómago y el esófago En raras ocasiones, el Combitubo se introduce en la tráquea. En este caso, no se podrá ventilar por la luz esofágica azul y se intentará por el tubo número 2 (corto y blanco), que conduce a la luz traqueal y el aire entra directamente a la tráquea (Fig. 39). Malposiciones En ocasiones la ventilación no es ade- cuada ni por la luz esofágica ni por la tra- queal. La razón puede ser que el balón farín- geo esté insertado muy profundo, ocluyen- do la glotis. El combitubo debe ser retira- do 2-3 cm y luego volver a intentar la ven- tilación por el tubo esofágico. Indicaciones 1) Vía aérea difícil y pacientes no ventila- bles-no intubables17. Es uno de los tres dispositivos aconsejados en el algoritmo de la Sociedad Americana de Anestesio- logía (ASA) para estas situaciones. 2) Movimiento limitado de la columna cer- vical (fracturas y luxaciones). 3) Anomalías faciales. 4) Cuando no se desee una intubación con- vencional18 (actores, cantantes).
  • 34. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 37 FIGURAS 37 y 38. Comprobación por tubo NFL y paso de sonda al esófago. 8) En RCP incluso para personal no médi- co. Complicaciones • • • Riesgo de aspiración mínimo19. Traumatismo orofaríngeo. Laceración mucosa esofágica y rotura transparietal esofágica. Tamaños Existen dos tamaños: 37 F y 41 F utili- zándolos según la estatura del paciente: • • • 37 F (adulto entre 1,20 cm-1,50 cm). 37 F o 41 F (1,50-1,60 cm). 41 F (adulto >1,70 cm). Se ha fabricado una versión pediátrica (26 F), pero no ha sido comercializada toda- vía. Esterilización De un solo uso.FIGURA 39. Comprobación tubo n.º 2. Easy-tube Es un dispositivo supraglótico nuevo, parecido al combitubo, de polivinilo, sin látex y de doble luz. Permite la ventilación tanto en posición esofágica como traqueal. La apertura faringea está diseñada para per- 5) Extubación accidental con mal acceso facial (decúbito prono, sentado). 6) Sangrado masivo y regurgitación. 7) En cirugía rutinaria es controvertido por- que no debe permanecer colocado más de 8 horas. En general no se recomienda. mitir un paso fácil de un fibroscopio o son-
  • 35. 38 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro FIGURA 40. Easy-Tube. FIGURA 41. Tubo laríngeo. da de aspiración. Se diferencia del combi- tubo en que la luz distal está diseñada como un tubo endotraqueal, incluyendo el agu- jero de Murphy. Presenta dos tamaños, 41 para pacientes más de 130 cm de altura y 28 para pacientes de 90-130 cm de altura. Se puede insertar a ciegas, pero mejor con el laringoscopio. Por lo demás es muy pare- cido al Combitubo (Fig. 40). pequeños circulares cerca de la apertura res- piratoria principal distal. Marcas: tres marcas o líneas negras cer- ca del extremo proximal. La central es más gruesa y es el punto donde se deben situar los dientes. Conector de 15 mm en la parte más pro- ximal. Orificio distal de drenaje del tubo diges- tivo. Franja verde radioopaca, en la cara late- ral izquierda. Manómetro de control, para medir la presión de inflado de los manguitos. Tubo laríngeo Es un dispositivo supraglótico de una sola luz y con dos balones, faríngeo y eso- fágico. El prototipo de 1999 presentaba dos canales de inflado y se ha ido modificando hasta el actual tubo laríngeo sonda (TLS 2001), que tiene un único canal de inflado común para los dos balones y con una luz interna no ventilatoria por la que se per- mite el drenaje del estómago. Se volvió a modificar creándose el tubo laríngeo son- da II (Fig. 41) con una modificación de los balones. También existe el TL clásico y TLS desechable. Inserción El paciente puede colocarse en posición neutra o posición de olfateo20. Se extrae el aire de los manguitos y se lubrica el extre- mo distal. Se coge el TL21 como una pluma por las marcas centrales, se introduce por línea media22 con la punta siguiendo la base de la lengua y se deja en la orofarínge has- ta que las marcas negras queden a nivel de los dientes (Fig. 42). Se inflan ambos balones a la vez con el manómetro hasta 60-70 mm Hg. Si no hay manómetro se inflará con una jeringa según el tamaño (Tabla III). Finalmente, se comprueba la ventilación, modificando la posición si no es posible ven- Descripción Presenta una corta longitud con forma de S. Balones: dos, faríngeo y esofágico. Luz ventilatoria: anterior. Situada entre los dos balones y con dos aperturas princi- pales. También hay otros dos orificios tilar al paciente.
  • 36. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 39 FIGURA 42. Introducción TL. FIGURA 43. Paxpress. Malposiciones La necesidad de recolocación del dispo- sitivo para mantener la ventilación es ele- vada. Tamaños Inicialmente se recomendaba el tamaño según el peso, pero en los últimos estudios según la talla. (Tabla IV). Indicaciones 1) Anestesia electiva de corta duración23. 2) En urgencias en caso de VAD. 3) En situaciones en las que no se permite movilizar el cuello. Paxpress Es un tubo angulado (85-90º) de luz úni- ca, con marcas que indican la distancia en cm hasta el orificio ventilatorio24 (Fig. 43). Descripción Conector de 15 mm en el extremo pro- ximal. Extremo distal, en forma de cuña con “branquias” flexibles selladoras. Orificio de ventilación rectangular y Balón faríngeo. Complicaciones Dolor de garganta, distensión gástrica, trauma de la vía aérea, posibilidad de aspi- ración y obstrucción de la arteria lingual en un 3% de los casos, por lo que es muy impor- tante vigilar el color y tamaño de la lengua. Esterilización En autoclave siendo reutilizable hasta 50 veces. Inserción El paciente se coloca en posición de olfa- teo25 y se lubrica el extremo distal del tubo. TABLA IV Tamaño Conector Peso/paciente 0 Transparente Hasta 5 kg 1 Blanco 5-12 kg 2 Verde 12-25 kg 3 Amarillo <155 cm 4 Rojo 155-180 cm 5 Violeta >180 cm TABLA III Tamaño Volumen de aire 0 15 ml 1 40 ml 2 80 ml 3 120 ml 4 130 ml 5 150 ml
  • 37. 40 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro FIGURA 44. SLIPA. FIGURA 45. Nuevo-CobraPLA. Se abre la boca introduciendo el pulgar en la misma y se traiciona la mandíbula y la lengua. Se inserta el dispositivo en la línea media con ligera presión sobre el paladar hasta alcanzar el tope hipofaríngeo y luego se retira 0,5-2 cm. Se infla el balón farín- geo con 30-35 ml de aire. Si al ventilar hay fugas se puede hinchar hasta un máximo de 60 ml. FIGURA 46. AMD. Indicaciones Anestesia general como alternativa a otros dispositivos supraglóticos. Complicaciones Dolor de garganta, tos, estridor, larin- goespasmo. Escoriación e infección de mucosa farín- gea. Posibilidad de aspiración.y distensión gástrica por posicion inadecuada. CobraPLA (Cobra Perylaringeal Airway) Es un dispositivo supraglótico de un solo uso, de polivinilo y sin látex. Diseñado para ser colocado en la hipofaringe, sobre la entrada de la glotis. Tiene un tubo de vía aérea ancho para mayor paso de flujo aéreo. En la parte proximal tiene un conector de 15 mm y en la distal un agujero, rodeado por un diseño en forma de cabeza de cobra, y por encima un balón en forma de anillo que al hincharse desplaza la lengua ante- riormente (Fig. 45). Existen pocas publica- ciones, y está cuestionado el riesgo de aspi- ración. Se realizó una modificación al Nue- vo-CobraPLA. Esterilización En autoclave. Reutilizable. SLIPA (Streamlined Liner of the Pharynx Airway) Es un dispositivo supraglótico (2004) de un solo uso; su forma se parece a una “faringe presurizada” con forma de bota. Es hueco y en su interior se puede introdu- cir 30-70 ml. Existen 6 tamaños en el mer- cado. Se precisan más estudios para validar su eficacia (Fig. 44). AMD (Airway Manegement Device) Dispositivo supraglótico (2001) con un balón distal y otro proximal para aislar la laringe. Hay tres tamaños de adultos. Es
  • 38. Dispositivos de la vía aérea difícil: Dispositivos supraglóticos • 41 4. Keller C, Brimacombe J. Mucosal pressure and orop- haryngeal leak pressure with the Proseal versus Larín- geal mask airway in anaesthetized paralysed pati- nes. B J of Anaesthesia 2000; 85: 262-6. Brimacombe J, Keller C. Airway protection with the Proseal laryngeal mask airway. Anaesthesia and Intensive Care 2001; 29: 288-91. Brimacombe J, Kennaugh S, Berry A, et al. Mal- position of the Proseal laríngeal mask. Anesthesia and Analgesia 2002; 94: 1367-72. Keller C, Brimacombe J, Kleinsasser A, et al. Does the Proseal laríngeal mask airway prevent aspira- tion of regurgitated fluid? Anesthesia and Analge- sia 2000; 91: 1017-20. Ferson DZ, Rosenblatt WH, Johansen MJ, et al. Use of the Intubating LMA-Fastrach in 254 patients with difficult to manage airway. Anesthesiology 2001; 95: 1175-81. Ferson DZ, Supkis DE, Rahlfs TF, et al. Evaluation of the intubating laringuela mask as a primary air- way device and a guide for blind endotracheal intu- bation. Anesthesiology 1997; 87: A485. 5. 6. FIGURA 47. ELISHA. 7. reutilizable. Existen pocas publicaciones y tiene un con alto porcentaje de problemas de aspiración (Fig. 46). 8. ELHISA Es un nuevo proyecto27 que en la actua- lidad no está comercializado. Se trata de un dispositivo en el que se combina la posibi- lidad de ventilar por un orificio, introducir el tubo endotraqueal a ciegas o con el fibro- broncoscopio por otro28 y, además, aún exis- tiría un tercero para realizar la aspiración del estómago (Fig. 47). Como comentamos al principio del capí- tulo, los dispositivos supraglóticos, en los últimos 10 años, son cada vez más nume- rosos, pero para confirmar su eficacia se precisan más estudios. Actualmente los más aceptados son mascarilla laríngea con sus diferentes variantes, combitubo y tubo larín- geo sonda. 9. 10. Murashima K, Fukutome T, Brimacombe. A com- parison of two silicone-reinforced tracheal tubes with different bevels for use with the intubating laryngeal mask. Anaesthesia 1999; 54: 1198-20. 11. Pandit JJ, Maclachlan K, Dravid RM, et al. Com- parison of times to achieve tracheal intubating with three techniques using the intubating laryngeal mask airway. Anaesthesia 2002; 57: 128-32. 12. A.J. Goldman, W.H. Rosenblatt: Use of fibreoptic intubating LMA-CTrach in two patients with diffi- cult airways, Anaesthesia, 2006, 61: 601603. 13. A. Timmermann, S. Russo: Evaluation of the CTrach an intubating LMA with integrated fibreoptic sys- tem, B J Anaesthesia, 2006, 96: 516-521. 14. H.Bilgin, M.Bozkurt: Tracheal intubation using the ILMA, C-Trach or McCoy laryngoscope in patients with simulated cervical spine injury. Anaesthesia, 2006; 61: 685-691. 15. Agro, Frass, Benumof. Current status of the Com- bitube: areview of the Literature. Journal of Clini- cal Anesthesia 2002; 14: 307-314. 16. Enlund M, Miregard M, Wennmalm K. The Com- bitube for failed intubation, instructions for use, Acta Anaesthesiologica Scandinavica 2001; 45: 127- 8. 17. American Society of Anesthesilogists Task Force on management of the difficult Airway. Practice Gui- delines for Management of the Difficult Airway. Anesthesiology 2003; 98: 1269-77. BIBLIOGRAFÍA 1. Donald M. Miller. A proposed classification and scoring system for Supraglottic Sealing Airways: A brief review. Anesth Analg 2004; 99: 1553-9. (Una aproximación de la gran cantidad de Dispositivos Supraglóticos que existen, la lista aumenta cada año). Kawana S, Matsuno A. A high large epiglotis dis- turbance positioning of the LM and Cuffed orop- haringeal Airway. Anesth Analg. 1998; 87: 489-490. Brain AI, Verghese C, Strube PJ. “Proseal” a larin- guela mask with an eshophageal vent. B J of Ana- esthesia 2000; 84: 650-4. 2. 3.
  • 39. 42 • M. Mariscal, M.L. Pindado, E. Duro 18. Mercer M. Respiratory failure after tracheal extu- bation in a patient with halo frame cervical immo- bilization rescue therapy using the Combitube air- way. B J of Anaesthesia 2001; 86: 886-91. 19. Gaitini, Vaida,Somri. The esophageal-tracheal com- bitube resistance and ventilatory pressures. Journal of Clinical Anesthesia 2005; 17: 26-29. 20. Asai, K. Shingu: The Laryngeal Tube: BJ Anaesth. Dec 2005; 95, 6. 21. C.Hagberg, Y. Bogomolny: An evaluation of the insertion and function of a new Supraglottic Airway Device, the King LT,during spontaneous ventilation, Anesth Analg 2006; 102: 621-5. 22. Luis A. Gaitini, Sonia J. Vaida, Mostafa Somri. A randomized controlled trial comparing the Proséal Laríngeal Mask Airway with the Laríngeal Tube Suction in mechanically ventilated patients. Anest- hesiology 2004; 101: 316-20. 23. Goritini LA, Vaida SJ. A randomized controlled trial comparing the Proseal Laryngeal Mask Airway with the Sonda Laryngeal Tube in mechanically ventila- ted patients. Anesthesilogy 2002; 96: A1319. 24. Zaballos JM, Esquide J, Ortiz S, Ascoz R. Clini- cal evaluation of Paxpress, a new Air way Device, during General Anesthesia Anesthesiology 2002; 96: A1322. 25. Andrea Casati, Federico Vinciguerra, Emanuela Spre- afico. Cardiovascular changes alter Extraglottic Air- way insertion: A prospective, randomized compa- rasion between the Laryngeal Mask or the New PAX-Press. Journal of Clinical Anesthesia 2004; 16: 342-34. 26. Asai T, Koga K, Jones Rm. The Cuffed oropharin- geal Airway. Its clincal use in 100 patients. Anest- hesia 1999; 53: 817-822. 27. L Gaitini, B. Yanovski: A comparison between the PLA Cobra and the Laryngeal Mask Airway Uni- ke during spontaneous ventilation: a randomized prospective study: Anesth Analg 2006; 102: 631- 6. 28. Sonia J. Vaida, Diana Gaitini, Bruce Ben-David. A new Supraglottic Airway, the Elisha Airway Devi- ce: A preliminary Study. Anesth Analg 2004; 99: 124-7.
  • 40. Videolaringoscopios INTRODUCCIÓN tarse en otros dispositivos o ser grabada uti- lizando un puerto standard para salida de video (NTSC)6. El diseño de la pala se dife- rencia de un laringoscopio convencional en que no es desmontable, tiene una anchura máxima de 18 mm en cualquier lugar de la pala y tiene una curvatura de 60º en la pun- ta3. El monitor posee una plataforma por- tátil con ruedas que lo hace fácilmente trans- portable. También existe un modelo con batería independiente (Fig. 1). El videolaringoscopio Macintosh (Karl- Storz Endovision, Culver City, California) consiste en un laringoscopio con pala y mango de apariencia convencional. A 40 mm de distancia de la punta y a lo largo del reborde de la pala se sitúa un conducto de acero inoxidable que contiene un cable de fibra óptica para captar las imágenes y otro cable que proporciona la fuente de luz20. Estos cables entran en el mango, donde se sitúan los elementos de la cámara. Por la parte proximal del mango salen de nuevo los cables para conectarse a una fuente de luz y a un monitor de video standard del mismo fabricante, donde se proyecta la ima- gen. El aparato de video y la fuente de luz son transportados en un carro universal con ruedas que se puede transportar a cualquier lugar, y el monitor se sitúa sobre un sopor- te en un brazo articulado de forma que En los últimos años, se ha desarrollado una extensa búsqueda de dispositivos para facilitar la intubación en situaciones difíci- les. El videolaringoscopio es un dispositivo que proporciona una visión mejorada y aumentada de la glotis, como un fibro- broncoscopio, pero es mucho más sencillo de utilizar, al tener el mismo diseño que un laringoscopio tradicional. Todo esto lo con- vierte en una herramienta muy útil para la vía aérea difícil, que además puede usarse también en situaciones convencionales. DESCRIPCIÓN El videolaringoscopio Glidescope® (Saturn Biomedical System Inc, Burnaby, British Columbia, Canadá), esta fabrica- do en material plástico biomédico y es reu- tilizable. El dispositivo consiste en una pala y un mango en una sola pieza, que son simi- lares a un laringoscopio convencional. En la parte distal de la pala se inserta una vide- ocámara digital de alta resolución junto con dos fuentes de luz emisoras de diodos (rojo y azul). La cámara tiene una amplia lente equipada con un sistema antiempañamien- to2. La imagen captada se muestra en un monitor LCD en color con pantalla de 7 pulgadas, aunque también podría proyec- durante la intubación se puede situar sobre 12 M.J. Navarro, Y. López, D. Paz
  • 41. 84 • M.J. Navarro, Y. López, D. Paz FIGURA 2. V. Macintosh. Videolaringoscopio McGrath® : Es un videolaringoscopio portátil, diseñado para proporcionar una visión clara de las cuer- das vocales durante la intubación, con poco o ningún cambio en la técnica de laringos- copia. Una pequeña cámara con una fuente de luz se localiza en la parte distal de la pala, que proporciona una imagen clara de las cuerdas y tejidos de alrededor a través de una pantalla portátil añadida. Tiene una punta de la pala de un solo uso que elimina la necesidad de limpieza y esterilización. La pala es ajustable y de dis- tintos tamaños. Es una unidad totalmente portátil sin cables externos y con batería. Se pude usar para vía aérea normal o difícil (Fig. 3). FIGURA 1. V. Glidescope. el pecho del paciente. Así se tiene el punto de visión en el mismo eje en el que se está realizando la manipulación. La pala es des- montable e intercambiable8 (Fig. 2). Otro dispositivo similar es el videola- ringoscopio angulado (Angled video intu- bation laryngoscope) (Volpi AG, Schlieren, Suiza), que consiste en un laringoscopio de plástico, no desmontable, similar al larin- goscopio Macintosh. A lo largo de la pala y a través del mango se sitúa un canal dise- ñado para la inserción de un fibrobroncos- copio óptico cuyo diámetro externo no exceda de 2,8 mm. De forma adicional, la porción distal de la pala está angulada de forma similar a un laringoscopio McCoy cuando lo traccionamos. Además, la por- ción proximal de la pala está aplanada, lo cual mejora la capacidad para manejar el laringoscopio y el tubo en la orofaringe. La visión captada por el fibrobroncoscopio desde la punta de la pala se transmite a un monitor de video conectado a éste. INSERCIÓN Mencionaremos los dos más frecuente- mente usados: El videolaringoscopio Glidescope está diseñado para que la pala sea introducida en la boca por la línea media de la lengua, a diferencia de la pala de laringoscopio tra- dicional. Si lo introdujésemos por la dere- cha de la lengua no quedaría suficiente espa- cio para introducir el tubo y maniobrar con él. Por otra parte, tampoco debe ser intro-
  • 42. El videolaringoscopio • 85 FIGURA 4. Conformación del TET y mango. de 90º hacia la derecha, con lo que conse- guimos, por un lado, evitar que el tubo cho- que contra el pecho del paciente al intro- ducirlo15, y por otro, tenemos una especie de asa que nos sirve para coger el tubo y facilitar las maniobras de giro en los dis- tintos ejes. Este diseño para la inserción del TET ha sido aportación nuestra, buscando la manera de facilitar la introducción del tubo, que es la maniobra más complicada (Fig. 4). Una vez tenemos la glotis visible en el monitor, se tracciona de la pala para con- seguir un buen espacio en la boca, y se intro- duce el TET cogiéndolo por el asa, de for- ma que se deslice siguiendo la curvatura de la pala (Fig. 5). Hay que dirigir la punta del TET hacia la luz de la pala hasta que se vea aparecer FIGURA 3. V. McGrath. ducido por la izquierda de la lengua, por- que se podría comprometer la iluminación. La pala se avanza hasta que la glotis sea visible en el monitor, de forma que suele quedar alojada en la vallécula de la epiglo- tis. El tubo endotraqueal debe ser fiado y preformado antes de introducirlo para faci- litar su manejo14. El extremo distal del tubo debe curvarse con una angulación de 60º, de modo que se ajuste lo máximo posible a la curvatura de la pala y así conseguiremos que la punta del tubo se dirija hacia la pun- ta de la pala. En el extremo proximal, es recomendable dar una angulación al tubo FIGURA 5. Introducción V. Glidescope.
  • 43. 86 • M.J. Navarro, Y. López, D. Paz FIGURA 6. Introducción del TET (2). por el monitor, dejándolo enfrentado a la apertura glótica. Se debe introducir la pun- ta del tubo entre las cuerdas y a continua- ción se gira el TET 90º en el sentido de las agujas del reloj, para evitar que choque con la pared anterior de la laringe (Fig. 6). Para esto, también ayuda si retiramos el fiador 2 o 3 cm, de modo que la punta sea menos rígida y se deslice mejor hacia den- tro de la tráquea. Finalmente, se retira el fiador al mismo tiempo que se termina de introducir el tubo en la tráquea y se com- prueba su colocación a través del monitor. Por último, se retira la pala sujetando el TET, comprobando que no se ha produci- do ningún daño en las estructuras de la oro- faringe (Fig. 7). El videolaringoscopio Macintosh se introduce de forma similar a un laringos- copio normal, por el lado derecho de la len- gua para retirarla, y se avanza hasta que la traqueal debe ser fiado y preformado con una ligera curvatura en la punta, como lo haríamos para una laringoscopia tradicio- nal. Se introduce por el lado derecho de la pala, y se avanza hasta que aparece en el monitor. El resto es similar a lo que haría- mos en una laringoscopia normal, con la diferencia que el punto de visión está en el monitor, y no a través de la boca del pacien- te19. VENTAJAS El videolaringoscopio tiene un diseño similar al de un laringoscopio convencio- nal, de forma que es fácil de utilizar por per- sonas poco experimentadas, a pesar de que se requiere cierta práctica para maniobrar con el tubo una vez insertada la pala. La angulación de la pala y la posición glotis sea visible en el monitor. El tubo endo- de la cámara proporcionan un ángulo de
  • 44. El videolaringoscopio • 87 FIGURA 7. Introducción del TET sin fiador. visión más amplio que el obtenido con el fibrobroncoscopio óptico. Con el videolaringoscopio, el clínico no necesita mantener una línea directa de visión desde la boca a la glotis, y como conse- cuencia de esto, la laringoscopia requiere menor tracción y menor fuerza, resulta menos estimulante para el paciente y pro- duce menos alteraciones hemodinámicas. Es más barato y más duradero que el fibrobroncoscopio óptico, necesita menos mantenimiento y puede ser esterilizado y puesto a punto de forma rápida y sencilla3. Las imágenes obtenidas en el monitor4 están ampliadas y muestran la anatomía de la laringe sin distorsiones, de forma que se pueden reconocer perfectamente las estructuras anatómicas y las posibles ano- malías, si existen. Además, el videolarin- goscopio Glidescope incorpora en su lente un sistema antiempañamiento que evita que el vapor distorsione las imágenes. una buena visión de la glotis en el monitor (Cormack Lehane grados I y II). Se requiere cierta práctica para hacer avanzar el tubo endotraqueal correctamente entre las cuerdas vocales. Hay que coordi- nar de forma adecuada los movimientos en el paciente mientras se mira el monitor4. Es recomendable adquirir experiencia en su manejo utilizándolo primero en pacientes que se espera que sean fáciles de intubar. Podemos tener dificultad para meter la pala en pacientes con limitada apertura bucal, distancia interdentaria reducida o tórax prominente. En estos casos, puede ser útil introducir la pala de la misma forma en que introducimos un Guedel11, es decir, con la concavidad hacia arriba, avanzarla has- ta el fondo del paladar y luego dar un giro de 180º de forma que sobrepase la lengua y quede por detrás de ella. La dificultad al avance del tubo la pode- mos encontrar a diferentes niveles. A veces, resulta difícil meter el tubo en la boca porque la pala ocupa gran parte de su apertura12. Puede resultar útil introducir el tubo en la boca en posición horizontal con la curvatura dirigida hacia la derecha, y una vez dentro de la cavidad oral dar un giro de 90º en sentido antihorario para que quede en la posición habitual. En algunas ocasiones, después de meter el tubo en la boca intentamos hacerlo avan- zar hasta que se vea en el monitor, y encon- LIMITACIONES La principal desventaja del videolarin- goscopio con respecto a la intubación con laringoscopio tradicional es la resistencia al avance del tubo endotraqueal. Este aspecto es el más importante de la curva de apren- dizaje3. Con frecuencia, encontramos que es difícil realizar la intubación, a pesar de haber realizado una buena laringoscopia y de tener tramos una resistencia en un punto que está
  • 45. 88 • M.J. Navarro, Y. López, D. Paz fuera de nuestra visión directa y fuera de la pantalla. La punta del tubo probablemen- te esté chocando con la pared posterior o lateral de la faringe. Para solucionar esto, hay que traccionar de la pala para abrir una buena vía de acceso, ajustar bien la curva- tura del tubo a la de la pala y deslizarlo lo más pegado posible a la pala, dirigiendo la punta del tubo hacia la luz de la pala. En otras ocasiones, donde encontramos la resistencia al avance del tubo, es al inten- tar acercar la punta del tubo a la apertura glótica. Si la glotis aparece en posición ante- rior, tendremos que angular más la punta del tubo16, para que sea más fácil dirigirlo hacia las cuerdas. Además, para que la glo- tis descienda, podemos reducir un poco la tracción de la pala. Otras veces, tras colocar la punta del tubo en la apertura glótica, el empujarlo notamos que no entra fácilmente, sino que está chocando con la pared anterior de la tráquea. En esta situación, hay que girar el tubo en sentido de las agujas del reloj para que no choque contra la pared. También puede resultar útil retirar el estilete 2 o 3 cm mientras se intenta avanzar el tubo. nas que ya tengan destreza y manejo de la técnica3 . En intubaciones en las que existe gran cantidad de secreciones en la vía aérea es más útil que el fibrobroncoscopio óptico, ya que es más difícil que se man- che la lente6 . En pacientes con enfermedades infec- ciosas como HIV o SARS, este disposi- tivo permite al que intuba permanecer alejado de la boca del paciente, a dife- rencia de la laringoscopia directa7 . En pacientes en los que queremos evitar alteraciones hemodinámicas o aumen- tos de presión intracraneal, ya que se necesita menos fuerza para realizar la laringoscopia y resulta menos estimu- lante hemodinamicamente para el paciente. En el manejo de la vía aérea difícil, resul- • • • ta indicado en los siguientes casos: • Visión laríngea con grados de Cormack Lehane II extremo, III o IV con larin- goscopia directa. En la mayoría de casos, el videolaringoscopio iguala o mejora al menos en un grado la visión respecto a la laringoscopia directa, de forma que suelen pasar fácilmente a grado de Cor- mack Lehane I o II5 . Como dispositivo de rescate en intuba- ción difícil no prevista, ya que se pue- de disponer de él de forma sencilla y rápida. Intubación despierto en el manejo de vía aérea difícil. Se recomienda realizar esta técnica bajo sedación ligera, y pulveri- zar la cavidad oral con anestésico local, por ejemplo lidocaína al 10%, y una vez introducida la pala administrar lidocaí- na de nuevo bajo visión directa en las estructuras faríngeas9. Además de ser un método poco estimulante para el pacien- te, presenta la ventaja de poder colo- car cualquier tamaño de tubo endotra- queal, lo que no siempre es posible con el fibrobroncoscopio3. Se puede utilizar como ayuda en intu- bación con fibrobroncoscopio19, de esta INDICACIONES • Se puede utilizar este dispositivo para intubación en situaciones especiales: • Supervisión y documentación de la larin- goscopia. Es una herramienta muy útil para el aprendizaje de la intubación, ya que tanto el que enseña como el que aprende están visualizando la misma imagen, aumentada y con una perfecta identificación de las estructuras. Ade- más, cuando sea necesaria una ayuda con presión de la laringe desde fuera, permite una perfecta coordinación entre el ayudante y quien realiza la intubación, facilitando la colocación del tubo entre las cuerdas8 . • Intubación en inducción de secuencia rápida. Deberá ser realizada por perso- • •
  • 46. El videolaringoscopio • 89 forma se obtiene una visión micro y macroscópica de la intubación, y per- mite facilitar las maniobras de paso del tubo a través de las cuerdas, que a veces son dificultosas con el fibrobroncosco- pio por chocar contra los aritenoides10. Intubación en pacientes con movilidad cervical limitada7 . Es especialmente útil- porque no es necesario alinear los ejes oral-faríngeo-traqueal, de modo que se intuba al paciente con la cabeza en posi- ción neutra. Intubación nasotraqueal. Esta es una cla- ra ventaja sobre otros dispositivos como el laringoscopio Bullard o el fibrobron- coscopio rígido de Bonfils3. Manejo de la vía aérea en pacientes obe- sos6. Se puede realizar en estos pacien- tes una intubación despierto, o bien se puede utilizar en inducción de secuen- cia rápida. Otras indicaciones: Colocación de tubos de doble luz. Intercambio de tubo endotraqueal. Colocación de sondas oro o nasogástri- cas. Inserción de sondas ecocardiográficas transesofágicas. Extracción de cuerpos extraños. Visualización y valoración de la orofa- ringe3. • FIGURA 8. Perforación del velo del paladar por el TET al intubar con el Glidescope.• visión. Para evitar esta complicación, se recomienda angular de forma correcta la punta del tubo e introducirlo pegado a la pala, evitando dirigirlo hacia la pared pos- terior de la faringe. Posiblemente, cuando se extienda el uso del videolaringoscopio y se realicen estu- dios más extensos, aparecerán otros tipos de complicaciones. De todas formas, pode- mos afirmar que se trata de un dispositivo seguro y con mínimas complicaciones. • • • • • • • TAMAÑOS O MODELOS El videolaringoscopio Glidescope está disponible en cuatro modelos: dos para adultos (Standard y Lo Pro), uno pediátri- co y uno para neonatos17. El videolaringoscopio Macintosh tiene palas de diferentes tamaños, que equivalen a los tamaños de las palas tradicionales. COMPLICACIONES Dado el reciente uso de este dispositivo, no se han documentado complicaciones en los estudios por ahora existentes. En nues- tra experiencia, tan sólo hemos registrado una complicación con el manejo del video- laringoscopio, consistente en la perforación del velo del paladar por el tubo endotra- queal durante su inserción (Fig. 8). Esta complicación ocurre como consecuencia de que al introducir el tubo endotraqueal, una vez que la punta pasa la lengua y hasta que aparece en el monitor, tenemos una parte ESTERILIZACIÓN Con el videolaringoscopio Glidescope hay que tomar la precaución de no some- terlo a temperaturas superiores a 65ºC, ya que se podrían dañar sus componentes. Se debe lavar manualmente con deter- gente o un agente enzimático desbridante. del trayecto que queda fuera de nuestra Se recomienda consultar la lista de proce-
  • 47. 90 • M.J. Navarro, Y. López, D. Paz sos que recomienda el fabricante para el proceso de desinfección o esterilización de alto grado (lejía, Steris, Sterrad, vides OPA, Standard Metricide, solución desinfectan- te Accel y quimioesterilizante de alto gra- do). El monitor se puede limpiar con un paño empapado en alcohol17. Respecto al videolaringoscopio Macin- tosh, la pala puede lavarse o meterse en el autoclave. El mango puede lavarse en Ste- ris, Vides, o esterilizarse con vapor8. Kaplan MB et al. Comparison of direct and video- assisted views of the larynx during routine intuba- tion. Journal of Clinical Anesthesia 2006; 18: 357- 362. Doyle DJ. Awake intubation using the Glidesco- pe® video laryngoscope: initial experience in four cases (Carta). Canadian Journal of Anesthesia 2004; 51: 520. 10. Doyle DJ. The Glidescope® videolaryngoscope (Car- ta). Anaesthesia 2005; 60: 414-415. 11. Cuchillo JV, Rodriguez MA. Considerations aimed at facilitating the use of the new Glidescope® vide- olaryngoscope (Carta). Canadian Journal of Anest- hesia 2005; 52 (6): 661. 12. Cooper RM. Considerations aimed at facilitating the use of the new Glidescope® videolaryngoscope (Carta, réplica). Canadian Journal of Anesthesia 2005; 52 (6): 661-662. 13. Xue FS et al. GlideScope® -assisted awake fiberop- tic intubation : initial experience in 13 patients (Carta). Anaesthesia 2006; 61: 1014-1015. 14. Dupanovic M, Diachun CA, Isaacson SA, Layer D. Intubation with the Glidescope® videolaryngosco- pe using the “gear stick technique” (Carta). Cana- dian Journal of Anesthesia 2006; 53: 213-214. 15. Bader SO, Heitz JW, Audu PB. Tracheal intubation with the Glidescope® videolaryngoscope, using a “J” shaped endotracheal tube (Carta). Canadian Jour- nal of Anesthesia 2006; 53: 634-635. 16. Kramer DC, Osborn IP. More maneuvers to facili- tate tracheal intubation with the Glidescope® (Car- ta). Canadian Journal of Anesthesia 2006; 53 (7): 737. 17. GlideScope® video laryngoscope. http://www.verat- hon.com/glidescope_index.htm 18. Kaplan MB, Denham SW, Berci. A new video- laryngoscope. An aid to intubation and teaching. Journal of Clinical Anesthesia 2002; 14: 620-626. 19. Cuchillo JV, Rodríguez MA, García FJ. Glidesco- pe como complemento a la intubación traqueal con fibrobroncoscopio. Revista Española de Anestesio- logía y Reanimación 2006; 53: 68. 20. Barash PG et al. Clinical Anesthesia. Lippincott Williams and Wilkins, 2006. 5ª edición. p. 630-631. BIBLIOGRAFÍA Biro P, Weiss M. Comparison of two video-assisted techniques for the difficult intubation. Acta Anes- tesiologica Scandinavica 2001; 45: 761-765. Cooper RM. Use of a new videolaringoscope ( Gli- descope® ) in the management of a difficult airway. Canadian Journal of Anesthesia 2003; 50(6): 611- 613. Rai MR, Dering A, Verghese C. The Glidescope® system: a clinical assesment of performance. Ana- esthesia 2005; 60: 60-64. Lim TJ, Lim Y, Liu EHC. Evaluation of ease of intu- bation with the Glidescope® or Macintosh laryn- goscope by anaesthetists in simulated easy and dif- ficult laryngoscopy. Anaesthesia 2005; 60: 180-183. Sun A, Warriner CB, Parsons DG, Klein R, Ume- daly HS, Moult M. The Glidescope® Video Laryn- goscope: randomized clinical trial in 200 patients. British Journal of Anaesthesia 2005; 94 (3): 381- 384. Cooper RM, Pacey JA, Bishop MJ, McCluskey SA. Early clinical experience with a new videolaryn- goscope (Glidescope®) in 728 patients. Canadian Journal of Anesthesia 2005; 52 (2): 191-198. Lim Y, Yeo SW. A comparison of the Glidescope® with the Macintosh laryngoscope for tracheal intu- bation in patients with simulated difficult airway. Anaesthesia and intensive care 2005; 33: 243-247.