2. Considerado uno de los máximos representantes del surrealismo. Trabaja como:
Pintor Grabador
Escultor
Aguafuerte, aguatinta
Ceramista
Gres y esmalte
3. Su estilo de formas simples y colores elementales define un universo artístico propio.
4. Su forma de trabajar, el tamaño de las obras, la efectividad del color, la expresiva
aplicación de la pintura, con profusión de regueros y salpicaduras de color y de huellas,
lo convierten en un claro ejemplo de la sensibilidad artística moderna.
Sin olvidar, naturalmente, la presencia de unos motivos y unas configuraciones que
tanto pueden constituir un valioso recurso para activar la imaginación, como para
identificar conceptos como figuración y abstracción, o para comprender las motivaciones
que llevan a un artista a inventar un vocabulario personal.
5. A lo que tenemos que sumar la libertad en la utilización y mezclar distintos elementos
“ Sobreteixim de los ocho paraguas” 1973
Acrílico, paraguas, guantes telas de fieltro y nasa sobre sobreteixim hecho a mano por Josep Royo
6. El comienzo de la obra textil de Miró la podemos fijar en tormo a 1972, obras que realiza
en colaboración con Josep Royo.
7. Son obras a medio camino entre la
pintura, el collage y la tapicería
Tapiz 1979
8. Curiosos los dibujos.
“ El pedicuro”
1901
Grafito, acuarela,
y tinta
sobre papel
Los dibujos mas antiguos que se conservan son de 1901
Para ver los dibujos entra en:
http:// www.fundaciomiro-bcn.org/colecciojoanmiro.php?idioma=4
9. Algunas de las obras:
Ermita de Sant Joan d'Horta, 1917
Óleo sobre cartón
La libertad con que Miró
interpreta el paisaje y la
sustitución de los colores
reales por colores vivos lo
acercan al fauvismo.
Sin embargo, otros aspectos,
como las pinceladas
ásperas, a menudo
caprichosas, y la presencia
de tonos apagados, lo
distancian de esta escuela
francesa.
10. “Mont-roig, la iglesia y el pueblo”
1919
Óleo sobre tela
El paisaje de Mont-roig despierta
en Miró un inusitado interés
naturalista, que se concreta en
las denominadas pinturas
detallistas, realizadas entre el
año 1918 y el 1922
11. Retrato de una niña, 1919
En Retrato de niña, confluyen la
severidad de los maestros
medievales y la delicadeza de
las formas orientales, tan del
gusto de la época, lo que
confiere un especial lirismo y
profundidad al rostro.
12. La botella de vino, 1924
Óleo sobre tela
• En 1920 Miró se instala en París y
entra en contacto con la vanguardia
artística y literaria del momento.
• Cuatro años más tarde se publica el
"Manifeste du Surréalisme", texto
fundacional del grupo del mismo
nombre, del cual Miró fue un
destacado representante.
• La botella de vino pone de relieve la
importancia que los surrealistas
concedieron al subconsciente y da una
idea de las posibilidades artísticas que
ofrecía la aplicación de los métodos
automáticos del grupo, basados en la
imaginación y en las asociaciones
libres.
13. Pintura, 1925 Óleo sobre tela
•
Hacia 1925 Miró recrea formas
oníricas en espacios
atmosféricos, irreales.
Sin embargo, no se siente
atraído por la experiencia
directa de los sueños ni por la
trascripción de su recuerdo
Según el artista, el punto de
partida de estas obras se ha de
buscar en el estímulo que
provoca la contemplación de
ciertos fenómenos externos: los
contornos cambiantes de las
nubes, las grietas o las
manchas de humedad de la
pared.
El resultado evidencia una
transformación subjetiva del
hecho observado.
14. Llama en el espacio y mujer desnuda, 1932
Óleo sobre cartón
• Miró estudia el equilibrio
plástico y cromático del
cuadro.
• La figura se convierte en un
instrumento de análisis: Miró
somete el cuerpo a unas
alteraciones anatómicas que le
obligan después a modificar
las líneas que configuran el
espacio. Sin embargo, carece
del sentimiento dramático que
orienta las deformaciones que
aparecen en las figuras de
algunas de sus obras
posteriores.
15. La estrella matutina, 1940
• A finales de 1939 estalla la
Segunda Guerra Mundial y Miró
se traslada a Normandía.
• Miró siente el deseo de
evadirse de la realidad que lo
envuelve. La vida retirada
favorece este proceso de
introspección, en el cual tienen
un papel esencial el cielo y la
noche con sus astros.
• Las Constelaciones, una serie
formada por veintitrés aguadas
sobre papel, parecen querer
reflejar el orden del cosmos,
con figuras ingrávidas que
hacen referencia a la tierra y
que comparten la existencia
con una multiplicidad de signos
celestes.
16. El cielo entreabierto nos devuelve la esperanza, 1954
• En “El cielo entreabierto nos devuelve la
esperanza”, Miro se acerca al
expresionismo abstracto americano. Así, en
el fondo negro refleja la inmediatez de la
ejecución, con lavados, regueros de color,
rasguños con el mango del pincel y huellas
en negativo.
• También la circularidad de la composición,
a consecuencia de las constantes
rotaciones del lienzo recuerda las
composiciones descentradas del action
painting.
Pero en Miró incluso estos movimientos de
la tela responden a una voluntad
estabilizadora, de la misma manera que los
elementos representados imponen un
orden definitivo al caos inicial
17. El oro del azur, 1967
• Esta obra plasma la vigencia
que para Miró tenían todavía
los signos y símbolos de los
años cuarenta como
expresión de su concepción
poética de la pintura.
Estrellas, planetas, las
configuraciones elementales
de los personajes ineludibles
(la mujer y el hombre, el
principio femenino y el
principio masculino) y, por
encima de ellos, una línea
ondulante, probablemente un
pájaro que reinventa el
horizonte, contribuyen a la
definición espacial y ofrecen
una nueva versión de la
cosmología del autor.
18. La sonrisa de una lágrima, 1973
Es una obra llena de contrastes:
• Contraste en el título “La sonrisa de
una lágrima”.
• Contraste entre la mitad superior, que
muestra la textura original de la tela, y
la mitad inferior, dominada por un
fuerte cromatismo.
• Contraste en el tratamiento más libre
arriba, que presenta un entresijo de
líneas y salpicaduras de color blanco,
y la distribución organizada de los
colores abajo, como evocando las
divisiones artificiales de las parcelas
de cultivos.
El nexo entre ambas zonas es una
lágrima negra que reposa en el
horizonte
19. Las creaciones que han tenido una mayor trascendencia junto con su obra pictórica, son
sus esculturas y cerámicas, entre las que destacan los grandes murales.
Como la pared de la Luna y la pared del Sol (1957-1959) para el edificio de la Unesco
en Paris,
O el mural del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, y el Pájaro Lunar
(1966) en el Museo Reina Sofía de Madrid.
20. Miró creía que, “una escultura debe estar al aire libre” y, le gustaba que se
confundieran, “con elementos de la naturaleza, árboles, rocas, raíces, montañas,
plantas y flores”. También quería “que sus esculturas estuvieran en lugares
públicos y que “la gente pudiera sentirlas, se rozara y se comunicara con ellas”.
21. La luna y el sol, el principio femenino y el principio masculino, la noche y el día, son
referencias constantes en la obra de Miró.
El Pájaro lunar, como también el Pájaro solar, son bronce pulimentado, de modelado
austero y muy pulidos , que nos recuerdan a ciertas figuras arcaicas.
El Pájaro solar guarda más la apariencia de un
pájaro, mientras que el Pájaro lunar parece que está
más cerca de los personajes mironianos atados en el
mundo terrestre. El primero es más horizontal, más
estático; el segundo, más vertical y dinámico
Pájaro lunar
Pájaro solar
23. Situada en el parque de Joan Miró de
Barcelona, al pie de un gran lago artificial, la
escultura con 22 metros de altura, representa
una forma femenina con sombrero y sobre
éste la imagen de un pájaro.
La silueta de mujer se soluciona con una forma
de hoja alargada y ahuecada.
Por todo su exterior se encuentra recubierta
con cerámica de colores rojos, amarillos,
verdes y azules (los más comunes del artista)
tratados como trencadís.
Mujer y pájaro (1982)