1. Ángel Baruch Benítez Ibarra 2° “B” L.E.S.E.T. BINE
La evaluación de las estrategias de aprendizaje de los alumnos admite varios supuestos en su
investigación, tales como, la utilización del lenguaje; funge la función de explicar lo que se ha
pensado y modular las conductas externas como medios que no son neutros, sin embargo según
Beltrán (1993) las estrategias de aprendizaje deben ser basadas en el conocimiento de lo que hay
qué hacer para aprender, saberlo hacer y controlarlo mientras se hace, sin embargo muchos
docentes no tienen en cuenta estos aspectos, ya que el evaluar el uso estratégico de
procedimientos en el aula es de una importancia demasiada alta en el contexto escolar.
Se deben perfeccionar para el aprendizaje y uso los conocimientos conceptuales o declarativos
que tienen como propósito lo que hay qué hacer con cuestionamientos como ¿Qué son?, ¿Para
qué? ¿Qué tipos? ¿Qué pasos?, sin embargo también están los conocimientos declarativos que
nos proporcionan el cómo saberlo hacer y por último el conocimiento estratégico que da pauta
para controlarlo mientras se hace, es decir, de qué forma podemos sobrellevar el conocimiento de
los alumnos.
Es demasiado importante convencer al estudiante para que preste atención a cómo estudia, cómo
aprende, de qué modo lo hace y en qué forma realiza sus tareas, todo ello con la ayuda del
docente, para establecer un vínculo correcto entre alumno-docente-saber, pero ¿Cómo evaluar
aprendizajes significativos de los conceptos? Existen diversas formas cómo:
Cuestionarios
Exposiciones temáticas
Mapas conceptuales o esquemas de síntesis
Entrevistas individuales o grupal
Propuestas
Todas estas estrategias nos ayudarán a evaluar mejor al alumno, sin embargo también se necesita
saber cómo realizarlo con el conocimiento procedimental, pues se realiza con la demostración, sí,
con la práctica de acciones o secuencias y con la supervisión de un orden correcto de ejecución.
Donde sí tendremos un importante problema es en la evaluación del conocimiento condicional ya
que no tenemos la posibilidad de medir el proceso mental de toma de decisiones del alumno pero
sí podremos evaluar la conducta estratégica con cuestionarios, entrevistas, auto informes,
pruebas, tareas o ejercicios específicos para su análisis y determinación.
Es por ello que la posibilidad de realizarlas en la escuela secundaria es diversa, en mi punto de
vista sí se puede realizar siempre y cuando el docente así lo quiera, ya que propone utilización de
tiempo extra clase y un compromiso real con los estudiantes, sin embargo muchos podrán
aseverar que no se puede, pero son los docentes que no están en condiciones propicias para
dedicarse al tema de la educación, pero basándome plenamente en el texto de igual manera
también es posible ya que:
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Se debe tomar en cuenta las distintas habilidades, capacidades, actitudes y destrezas
implicadas tanto en la situación o actividad de evaluación seleccionada como también las
que cuente el alumno para su ejecución.
El modo en que el alumno regulará su conducta y con ello cómo resolverá la situación de
un problema.
Se recomienda el uso de tareas que reúnan las siguientes características:
Ser novedosos. Motivarlos con un poco de dificultad, para que así se obtenga un plan de
acción más consciente y real.
Aplicar el conocimiento previamente aprendido, obligando al alumno a reconocer qué
elementos son generalizables a la nueva situación, sí, que dejen de formar parte del
conocimiento frágil que suelen estar acostumbrados a adquirir.
Aprender distintas vías de solución a las problemáticas que se les presente.