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Retículo cristalino regular de un metal.
De la nota de página 29,
¿Podernos ver los átomos?
José Babini
Roberto Caldeyro-Barcia
Julio Moreno
Juan Arturo Grompone
Jonathan Beckwith
Jean Marc Levy-Leblond
Jorge Merlo Flores
Alberto Boníiglioli
Manuel Risueño
James Leonard Hancock
3
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Un balance anticipado
223 grados centígrados
El martillo de las brujas
Max Born
Perinatología
Humor nuevo
El pensamiento pitagórico en América Latina
Otra respuesta a Metegol N9
2
Ciencia, sociedad, política y premios
Una industria electrónica nacional
¿Podemos ver los átomos?
Novedades de Ciencia y Tecnología
1. Antiguas glaciaciones en el sur argentino
2. Un nuevo grupo de superconductores
3. Partenogénesis en mamíferos
4. Los cromosomas de Adán y Eva
5. Miniaturizar las pilas
6. Susa: textos surgidos de la arena
7. La inmunología en los invertebrados
8. La prostaglandina y el aborto
9. Tecnología exportable
Los polióminos III
El espermatozoide
El filtro de las noticias
Libros nuevos
Cursos y reuniones científicas
Correo del lector
Respuesta a Metegol W 3
Metegol N9
4
De las opiniones expresadas en los artículos firmados
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ciones traducidas.
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Secretaria
Corresponsales
Servicios del exterior
Un balance anticipado
Hacer una revista como CIENCIA NUEVA era —es
aún— un ambicioso objetivo en la Argentina y en la
década del 70. No es un trabajo dirigido a un público
masivo y no atrae por ello la atención de quienes in-
vierten capitales para obtener beneficios en la misma
moneda.
Quienes decidimos la publicación de la revista, en
abril del año pasado, sabíamos bien esto. Pero también
sabíamos que un trabajo así era necesario, útil y pleno
de sentido. Así lo entendieron también un grupo de
científicos y de técnicos argentinos que fueron tan ge-
nerosos para alentar nuestro ideal como para brindar-
nos su valioso tiempo y su trabajo.
CIENCIA NUEVA no ha cumplido aún un año de
vida, pero la gratificación que paga nuestro esfuerzo
hace ya innecesario esperar el convencional cierre de
ejercicio. Hemos puesto en la revista nuestro dinero,
nuestro esfuerzo, nuestra convicción y nuestras mejo-
res posibilidades. Tratamos de ser responsables de nues-
tros errores y conscientes de nuestras limitaciones. Es-
tamos aprendiendo a comunicarnos a través de una
revista que debe ser el vehículo de ideas y opiniones
definidas en un todo coherente y que además debe apo-
yarse en nuestra exigencia de universitarios, en nues-
tra propia disciplina técnica. Es por ello que no esta-
mos conforme del todo con lo hecho, sabemos que
CIENCIA NUEVA no cumple aún con plenitud su
tarea de comunicación.
Pero el balance es positivo porque CIENCIA NUE-
VA ha superado la desconfianza inicial de algunos sec-
tores especializados y ha alcanzado, sin restricciones, e]
apoyo generoso de científicos, técnicos y estudiantes de
todas las áreas. Son ellos la mayoría de nuestros lecto-
res, son los que creen en la necesidad de una revis-
ta de ciencia y tecnología en castellano y los que la
sostienen comprándola con regularidad, suscribiéndose,
enviando cartas, discutiendo, colaborando con sus tra-
bajos.
En el sistema en que vivimos, la supervivencia de
todo medio de comunicación se apoya ineludiblemente
en la publicidad comercial. Tal ocurre con CIENCIA
NUEVA y estamos especialmente agradecidos a las em-
presas que, rompiendo arraigadas costumbres, apoya-
ron económicamente nuestro trabajo desde el principio
así como esperamos esa ayuda de muchas otras empre-
sas cuyo trabajo está relacionado con la ciencia y la
tecnología.
Sin embargo, queremos insistir en algo ya obvio por-
que surge de una normativa ética: el hombre más im-
portante para nosotros es el lector. Sólo él justifica la
existencia de un medio de comunicación como CIEN-
CIA NUEVA y sólo el lector está a nuestro lado en
cada una de las decisiones, en cada una de las elec-
ciones parciales que integran el conjunto de nuestra
tarea. O
223 grados centígrados
Hace unos años Ray Bradbury eligió "Farenheit 451"
como título de una famosa novela, porque es la tem-
peratura a la cual el papel entra en combustión. Claro
que no se trataba de una autocombustión: un equipo
especial del cuerpo de bomberos prendía fuego a todo
lo que fuera libros o material impreso.
En nuestro país ya varias veces hemos puesto en
práctica la idea de Bradbury si bien, como buenos ob-
servantes de las convenciones internacionales, no . usa-
mos la escala Farenheit sino la centígrada y el orga-
nismo encargado de quemar las publicaciones no es el
cuerpo de bomberos sino la Dirección de Correos y
Telecomunicaciones. Es así como todo libro o publica-
ción de apariencia sospechosa ante los ojos de nuestros
afanosos y burocráticos censores es arrojado a la ho-
guera, seguramente para que no contamine nuestras
3
almas putas y no ponga en peligro nuestro "estilo de
vida". Triste concreción de una ficción que tenemos
el privilegio de llevar a la práctica.
El oscurantismo gana terreno en Argentina. La re-
presión de la cultura, la "caza de brujas", alcanza ya a
todos los niveles, en medio de la apatía o la indiferen-
cia de la mayoría e inclusive la complacencia incons-
ciente de muchos. Mientras nos enorgullecemos, inge-
nuamente, por un Premio Nobel, nuestros inquisidores
queman libros, amputan películas cinematográficas, pro-
hiben la libre difusión de las ideas, arrinconan al pe-
riodismo en la autocensura, persiguen a intelectuales y
científicos y, por añadidura, mediante la utilización de
El martillo de las
A través de la prensa, durante varios días, la pobla-
ción pudo seguir los episodios, declaraciones, réplicas
y contrarréplicas que enmarcaron la liquidación de una
experiencia terapéutica. Nos referimos a la interven-
ción del Centro Piloto del Hospital Nacional José A.
Esteves, dependiente del Instituto Nacional de Salud
Mental. Las razones esgrimidas para justificar esa me-
dida, la puerilidad de algunos de los argumentos for-
mulados dejan pocas dudas sobre el trasfondo discri-
minatorio de las sanciones aplicadas a los responsables
de poner en práctica las técnicas de comunidad tera-
péutica.
El mismo espíritu impregna el dictamen recaído
sobre el sumario instruido al personal y al ex director
del Instituto Nacional de Radioastronomía.
Un caso más desembozado de persecución ideológica
lo configura la "suspensión preventiva" dispuesta por
el intendente Manuel Iricibar contra un médico psi-
quiatra del hospital Alvear a instancias de la Secre-
taría de Informaciones del Estado (SIDE) por haber
sido calificado como comunista según la ley 17.401.
Nada lograron las indignadas reacciones de la Aso-
ciación de Médicos de Buenos Aires, de la Asociación
Nacional de Investigadores (ANDI), de la Asociación
Psicoanalítica Argentina y la Federación Argentina de
Psiquiatras.
La frecuencia de episodios de esta índole que el país
ha debido presenciar en los últimos años constituye ya
un clima que recuerda con zozobra oscuros períodos
de otras naciones —y de la nuestra— cuyos resultados
todos los medios de educación y de difusión, deforman
la mente de nuestro pueblo, envilecen el significado de
las palabras, adormecen la capacidad creativa y crean el
temor al "enemigo invisible", para obtener así la tácita
aceptación de su acción.
Quemar libros, cualesquiera sean sus títulos o auto-
res, es un crimen que no puede admitirse. Nuestra cul-
tura, nuestro futuro, están en peligro. No podemos
aceptar que en la Argentina se pongan en práctica las
alucinantes ficciones de "Farenheit 451", de "1984"
y de "Un mundo feliz", que es hacia donde arrastra
toda censura, sin que palie en manera alguna la "no-
bleza" de los ideales en los que pretende ampararse. O
debieron haber disuadido a los improvisados Torque-
mada nativos, de la inutilidad de la hoguera, la cárcel,
la tortura o el ostracismo. Porque ni la tierra es plana,
ni el vuelo del hombre es brujería, ni existe una ciencia
oficial, ni hay una sola manera de pensar.
Hay una profunda contradicción entre los dichos de
los funcionarios que se han ocupado de la migración
de científicos y de la necesidad de incrementar la pro-
ducción nacional de profesionales de alto nivel y el
hecho de que lo que decide en definitiva la carrera de
un investigador no es el curriculum vitae sino, el pron-
tuario.
Traicionaríamos nuestras palabras cuando decíamos
que ". . . el resultado de la ciencia afecta a todos los
hombres.. ." cuando consideramos que ".. .es impres-
cindible que todos los hombres tengan acceso a la re-
visión de sus metas, sus ritmos, sus logros. . ." (CIEN-
CIA NUEVA, N? 1) si calláramos estos hechos y este
clima. Es menester entender que esto no es cosa menu-
da que afecta solamente a tres o cuatro exaltados pues-
tos en vereda por la autoridad constituida. No es
solamente la frustración de un creciente número de
jóvenes a quienes se cortan los caminos de acceso a la
formación científica. No es solamente el intento de
crear una nueva casta de ilotas, algunos de los cuales
son aprovechados diligentemente por las metrópolis.
Es la erección de la corrupción como sistema, de la
delación interesada y la obsecuencia servil como mé-
ritos. Es, en fin, el precio que, en términos de atraso,
el país debe pagar por tanta torpeza. O
brujas
Max Born
José Babini
Unos meses antes de la aparición de CIENCIA NUEVA,
el 5 de enero de 1970, había muerto Max Born, uno de
los científicos más importantes del siglo. Por eso, con
sentido de homenaje, pedimos al ingeniero José Babini que
recordara la vida y la obra del físico alemán al cumplirse
el primer año dé su desaparición,
Con Max Born desapareció una de
las figuras protagonistas de la epo-
peya física que en la tercera década
de este siglo condujo al advenimien-
to de las nuevas mecánicas.
Max Born había nacido en Bres-
lau en un ambiente académico; su
padre, Gustav Born, era profesor
de anatomía, tendencia hacia la bio-
logía que se perpetuará en el hijo
mayor de Born, también Gustav,
profesor de farmacología en la Uni-
versidad de Londres.
Inició sus estudios universitarios
en su ciudad natal, dedicándose en
especial a la matemática, contando
entre sus profesores al matemático
Jakob Rosanes (1842-1922) del
cual escuchó unas lecciones sobre
matrices —una novedad entonces—
que resultaron premonitorias por el
papel que más tarde las matrices
desempeñarían en sus investigacio-
nes de física teórica.
Born continuó sus estudios en
Iíeidelberg y Zürich y finalmente
en Gottingen, donde experimentó la
influencia de los "tres grandes":
. Félix Klein, David Hilbert y Her-
mann Minkowski. Obtuvo un pre-
mio por un trabajo de índole expe-
rimental sobre elasticidad, se docto-
ró y regresó a Breslau para continuar
estudiando e investigando, en espe-
cial sobre los temas entonces en el
tapete: electrones, quanta y relati-
vidad.
Sobre esos temas Born redacta
un trabajo en 1908, que el año si-
guiente le permitirá habilitarse en
la Universidad de Gottingen. Esta
envía a Minkowski para un proba-
ble trabajo en colaboración que la
repentina muerte de éste último
impidió.
En 1909, "para aprender algo so-
bre los electrones en su fuente",
frecuenta el laboratorio de J. J.
Thomson en Cambridge -—otro he-
cho premonitorio— y unos años des-
pués, en 1912, ya conocido, es in-
vitado a dictar un curso sobre rela-
tividad en Chicago, aprovechando
para realizar un trabajo experimen-
tal en espectroscopia con Michelson.
De esta época son sus investiga-
ciones acerca de la estructura cris-
talina de la materia y su designa-
ción de profesor extraordinario en
Berlín para descargar a Max Planck
de las tareas docentes. Es en Ber-
lín, donde pasa los años de la Pri-
mera Guerra 1915-1919, en los que
estrechará su amistad con Einstein.
Ya para entonces, desde 1913,
Born había formado un hogar con
una descendiente de juristas alema-
nes, mujer de cultura que tuvo in-
fluencia sobre su vida espiritual.
Norbert Wiener recuerda el hermo-
so espectáculo que ofrecía la pare-
ja haciendo música, ya a cuatro ma-
nos en el piano, ya acompañando
Born a la esposa en su canto. Igual-
mente simpática ha de haber sido
la pareja Einstein-Born en Berlín
interpretando sonatas para violín y
piano.
5
Antes de que
surjan
LOS
INGENIEROS
DE VARIAS
PIERNAS.
Antes de que sur¡an los
mutantes que anuncien
cambios genéticos im-
previsibles, c o n v i e n e
planificar ¡a marcha de
t o d a obra; simplificar
sus caminos; impedir,
en suma, que haya que
dirigirse hacia v a r i o s
o b j e t i v o s al mismo
t i e m p o . A f o r t u n a d a -
mente, los especialistas
en organización indus-
trial del país y del ex-
terior han perfecciona-
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El matrimonio Born tuvo tres hi-
jos: el mayor Gustav y dos hijas
que residen fuera de Alemania, una
en Australia y la otra en Inglaterra.
Después de la guerra Born pasó
a Frankfurt como profesor de físi-
ca teórica en reemplazo de Max von
Laue. En Frankfurt pronunció una
serie de clases públicas sobre la teo-
ría de la relatividad que sirvieron
de base a su tratado de 1920 que
dos años después Ortega y Gasset
hizo traducir por García Morente
e incluyó en su Biblioteca de ideas
del siglo xx con el título La teoría
de la relatividad de Einstein y sus
fundamentos físicos.
Con el comienzo de la tercera dé-
cada del siglo se inicia también el
período más brillante de la vida
científica de Max Born cuando en-
tre 1921 y 1933 es profesor en Go-
ttingen y su escuela en esa Univer-
sidad se torna famosa.
Ya a raíz del "Festival Bohr", ci-
clo de conferencias que pronunció
Niels Bohr en Góttingen en 1922,
los temas vinculados con la teoría
cuántica fueron objeto de investiga-
ciones por parte de Born y de sus
discípulos y colaboradores: Paul Jor-
dán, W. Fleisenberg, N. Wiener,
etc. Son de ese decenio las investi-
gaciones sobre "mecánica cuántica"
(expresión que acuña Born en un
trabajo de 1924), sobre mecánica
de las matrices (Heisenberg, Born-
Wiener) y la interpretación estadís-
tica de la teoría de los quanta que
Born da en 1926 y que le valdrá en
1954 el Premio Nobel de Física.
En cambio nada valdrán aquellos
méritos en la Alemania nazi y en
1933 Max Born es "licenciado".
Igualmente fue prohibida una Mo-
deme Physik, editada por Springer
con las lecciones dictadas en 1932
en la Escuela Superior Técnica de
Berlín y que en definitiva aparecie-
ron en inglés en 1934 como Atomic
Physics, libro que en 1952 apare-
ció traducido en Buenos Aires en la
colección Nueva Ciencia, Nueva Téc-
nica de Espasa.
En 1933 Max Born encontró re-
fugio en Gran Bretaña donde per-
maneció veinte años: tres en Ingla-
terra (Cambridge) y los 17 restan-
tes en Escocia como profesor en la
Universidad de Edinburgo, con un
breve período de seis meses que
pasó en el Instituto Científico de
BangaWe (India), invitado por el
físico Raman.
Max Born fue acogido muy cor-
dialmente en Gran Bretaña, cuya
ciudadanía adoptó en 1939 y en es-
pecial en Escocia se lo consideró un
escocés honorario y jocosamente la
Faraday .Society de Edinburgo lo
proclamó jefe del Clan MacBorn.
Ya septuagenario, en 1953 Max
Born pasó a la categoría de emérito
y en 1954 regresó a Alemania, don-
de formalmente se le restituyó su
cátedra en Góttingen.
Como Einstein y otros científi-
cos, Max Born sufrió el tremendo
impacto que provocó la Segunda
Guerra Mundial y sus consecuencias,
sacudiendo fuertemente aquella fe
en la objetividad científica que sos-
tenía a los hombres de ciencia de
los años treinta.
Ya en el Post Scriptum que agre-
gó en la segunda edición, en 1951,
de su El inquieto universo que Ma-
rio Bunge tradujo para Eudeba en
1960, Max Born reconoce cuán rudo
golpe había sufrido la candorosa y
optimista afirmación expresada en
la primera edición del libro de tres
lustros antes, acerca de la pura cu-
riosidad del hombre de ciencia alen-
tando la búsqueda desinteresada de
la verdad.
Frente a la bomba atómica Max
Born pudo sentirse tranquilo afir-
mando que no intervino para nada
"en esa triste ciencia de la destruc-
ción", aunque atribuyó el feliz des-
tino de mantenerse alejado de las
investigaciones de física nuclear al
hecho circunstancial de haber sido
insoportablemente malas las leccio-
nes recibidas en esa materia. Mas
no por eso dejó de reconocer la tre-
menda responsabilidad de los cien-
tíficos cuando el legítimo orgullo
de los físicos teóricos, al hacer es-
tallar la primera bomba experimen-
tal, cambió de signo después de
Fliroshima.
Como buen científico y ante las
aplicaciones destructivas de las teo-
rías científicas, no sólo en el cam-
po de la física nuclear sino también
en los de la radio, la televisión y
la psicología, Max Born trató de
racionalizar la cuestión y, casi octo-
genario, en una trasmisión por tele-
visión señaló que la razón permite
distinguir lo posible de lo imposi-
ble, mientras que la inteligencia dis-
tingue lo que tiene sentido de lo
que no lo tiene; pero como hay co-
sas posibles que no tienen sentido,
es tiempo por tanto de que la inte-
ligencia intervenga para que lo que
es hov posible también tenga sen-
tido. O
••H.LI1¡iii„ ¡l_"
i'^íí """'*~
Perinatología
Entrevista al Dr. Caldeyro-Bar da
Los hechos que ocurren antes, durante y después del nacimiento, definen el área de tra-
bajo de un organismo único en el mundo en su especialidad: el Centro Latinoamericano de
Perinatología y Desarrollo Humano que dirige en Montevideo el Dr. Roberto Caldeyro-
Barcia.
CIENCIA NUEVA: Nos interesa saber cómo está orga-
nizado el Centro y fundamentalmente hacia dónde se di-
rige, cuáles son los fines.
Caldeyro-Baráa: El Centro Latinoamericano de Peri-
natología que se creó este año ya existía como un De-
partamento de la Facultad de Medicina desde hace
mucho tiempo. Nació alrededor de una técnica nueva de
estudio de la función del útero humano, y de las in-
vestigaciones que se hicieron sobre este tema. Después
se fue ampliando. Primero se estudió solamente la
función del músculo uterino, después se estudió la far-
macología, es decir la acción de drogas sobre el útero,
y más tarde se comenzó a estudiar el feto que está
dentro del útero, con una lógica extensión de los es-
tudios. Posteriormente se fue orientando hacia el de-
sarrollo del embrión, del feto humano y del recién na-
cido.
Por eso es que el Centro actualmente se llama de
Perinatología, definición que incluye los hechos que
ocurren antes, durante y después del nacimiento. No-
sotros no limitamos los estudios dentro de los térmi-
nos clásicos, que son de la 28a. semana del embarazo
hasta un mes después del nacimiento; no les clamos
límites, ni antes ni después. En realidad elegimos el
nacimiento como el hecho central de nuestro estudio,
pero vamos atrás sin límite y también vamos para ade-
lante casi sin límite, ya que tratamos de llegar hasta el
niño a la edad escolar.
El objeto fundamental sería saber más sobre aque-
llos hechos que impiden que el ser humano se desarrolle
normalmente en el sentido somático e intelectual-psí-
quico. Por supuesto que esto es muy vasto y ambicioso
y hay que ir eligiendo punto por punto; dentro de
éstos hemos elegido los que están al alcance de nues-
tros medios, que son limitados.
El profesor doctor Roberto Caldeyro-Baráa es
director del Centro Latinoamericano de Perinatología y
Desarrollo Humano, dependiente de la Universidad
de la República Oriental del Uruguay, de la Oficina
Sanitaria Panamericana y de la Organización Mundial
de la Salud. Es asimismo profesor de Fisiopatología
en la Facultad de Medicina de Montevideo.
C.N.: ¿Cuáles son los temas en los que se centra el
estudio?
C. B.: Actualmente está centrado sobre aquellos aspec-
tos que se producen durante el embarazo y el parto y
que pueden repercutir sobre la vida del feto o sobre
su salud y afectar en forma permanente su desarrollo.
Principalmente —dado que estamos en Latinoamé-
rica— sobre aquellos hechos que pueden tener una
7
aplicación a mejorar la asistencia materno-infantil. Voy
a citar un ejemplo práctico para visualizar el problema:
Quizá usted haya oído hablar de que en las tribus
indígenas de América, el parto se tiene en una posición
vertical, en cuclillas. Curiosamente, si uno va al Asia
u otros continentes en los cuales la influencia de la
medicina europea de este siglo no ha llegado, también
el parto se hace así. Si se estudia después la medicina
de Europa, se ve que en la Edad Media también el
parto se realizaba en cuclillas y desde un cierto mo-
mento los franceses, para facilitar la labor del partero,
pusieron la mujer acostada y de espaldas, asumiendo
una posición que no es natural ni fisiológica, ni es la
mejor ni la más cómoda. Pero eso se fue haciendo ru-
tina y se fue extendiendo en el mundo occidental.
El choque entre las dos civilizaciones se ve en Amé-
rica, por ejemplo en México, donde va avanzando el
seguro social con la medicina "moderna" y llega a un
poblado indígena e instala un nuevo hospital; las mu-
jeres se resisten a acostarse, entonces los médicos con
capacidad de observación, después de haber desistido
en la lucha con la mujer, ven que tienen el parto muy
rápidamente y sin problemas. Mucho más rápidamente
y con menos dolor que lo que los médicos están acos-
tumbrados a ver con los métodos aprendidos en la
escuela de medicina.
Pasando por Cuba, hace dos meses, me encontré
con el profesor Alvarez Lajonchere, quien tiene un
estudio hecho hace muchos años sobre este tema, que
demuestra cómo la posición de cuclillas ayudaba al
progreso del parto, facilitando el avance de la cabeza
fetal en la pelvis.
En la Argentina se fabrica un sillón obstétrico espe-
cial, que permite a la mujer estar en la posición de cu-
clillas y al mismo tiempo ser atendida por el médico.
Ahí se combinan las dos cosas; pero su uso no se ha
difundido aún y nos interesa saber por qué.
Queremos comparar en forma científica y documen-
tada instrumenfalmente, el parto en una posición acos-
tada y en cuclillas. Si realmente encontramos diferen-
cias entre una o la otra, publicarlo, y si no las encon-
tramos, también publicarlo, de modo que pueda cam-
biarse esta orientación, porque revisando históricamente
ya vimos cuál es el origen de la actual costumbre
médica de la medicina occidental.
Otro ejemplo sencillo es el siguiente: El feto huma-
no está en una bolsa que se llama saco ovular o am-
niótico v cuando empieza el parto y se va abriendo el
cuello del útero, la parte inferior de la bolsa aparece
a la vista v se llama "la bolsa de las aguas", porque
está llena de líquido amniótico.
Es costumbre casi de rutina que la persona que
atiende el parto rompa la bolsa de las aguas. En el
pasado se discutía si se debía romper o no. Ahora no
hay discusión, se rompe sistemáticamente en todos los
casos. Lo más curioso es que cuando preguntamos a
los obstetras por qué rompen las membranas artificial-
mente, nos contestan que ésa es la práctica que les en-
señaron sus maestros. Ellos creen en forma empírica
que la duración del parto se acorta. Nosotros no lo
sabemos.
Por eso estamos estudiando cómo es mejor el parto,
si con la bolsa íntegra o con la bolsa rota. Pensamos
que no está demostrado en forma científica que sea
conveniente romperla. Consideramos que tiene peligros,
que puede favorecer infecciones si el parto se prolon-
ga, que la cabeza del feto se deforme más de lo que
se deformaría si la bolsa de aguas estuviera sana, cuan-
do tiene una especie de colchón hídrico que distribuye
las presiones y trata de igualar la presión que soporta
la cabeza con la del resto del cuerpo del feto, especial-
mente durante las contracciones uterinas.
Por otra parte si se escucha o se registra con un
tacómetro con qué frecuencia late el corazón del feto,
se puede observar claramente que después de la rotura
de la bolsa de las aguas, durante el parto, la frecuencia
de los latidos se modifica. Para aclararle más, lo que
digo es que cuando la cabeza fetal queda descubierta,
cada contracción del parto hace descender en forma
transitoria la frecuencia cardíaca del feto (fig. 1). Pa-
recería que esto no ocurre, o que si ocurre se produce
con menor frecuencia, cuando la bolsa de las aguas se
mantiene íntegra durante todo el parto. Aún no sa-
bemos qué importancia tiene este fenómeno sobre la
evolución del niño, sí es perjudicial o no. Este es otro
de los fenómenos que estamos estudiando.
Lo que estamos hacien'do es utilizar instrumentos
muy sofisticados de estudio, para demostrar que puede
ser' más conveniente volver a lo natural en la asisten-
cia del parto, volver a lo que hacía el hombre cuando
no había médicos. Esto se aplicaría a la mayoría de
los partos, a los partos normales sin complicaciones, en
los cuales el embarazo y el parto son procesos fisioló-
gicos normales que no necesitan del médico más que
observación para controlar que todo está normal. Hay
otra serie de casos, más pequeña, en los cuales hay
enfermedades de la madre o del feto y entonces el mé-
dico tiene que intervenir activamente para corregir lo
que se ha desviado de lo normal y para lo cual necesita
mejores métodos de diagnóstico, aparte de un mejor
conocimiento de los procesos que ocurren en el feto.
En los últimos años se ha avanzado muchísimo en este
lat/min
180
4t 1584
hora 8:50 hora 8:56
Fragmento de un registro
obtenido durante un parto
normal. El trazado superior
corresponde a la frecuencia
cardíaca fetal medida en
latidos por minuto. La parte
inferior corresponde al registro
de las contracciones uterinas
medidas por la presión
amniútica en mm Hg.
A la izquierda, con las
membranas íntegras (bolsa de
las aguas), la frecuencia
cardíaca es normal.
A la derecha, inmediatamente
después de la rotura artificial
de las membranas, se observa
que cada contracción uterina
produce una marcada caída
transitoria de la frecuencia
cardíaca fetal, denominada
Dip I.
campo, en el que también estamos trabajando, tratan-
do de encontrar los mejores métodos de diagnosticar
y los mejores tratamientos para un problema determi-
nado del feto.
Todo esto queremos después aplicarlo a ciertas áreas
de la población y ver si se logra disminuir los índices
de mortalidad materna y sobre todo fetal y perinatal.
Deseamos disminuir también los índices de morbilidad
fetal y neonatal, es decir, la incidencia de enfermeda-
des y, finalmente, lo que es más difícil controlar, el
desarrollo somático e intelectual de los chicos. Esto es
muy difícil porque los métodos de control de lo inte-
lectual son menos exactos, no se los puede medir como
se mide la presión y además porque en ese resultado
final, que es el desarrollo de un individuo, confluyen
variados factores, entre los cuales se encuentran los
socio-económicos que son capitales. Muchas veces no
se puede saber si un niño determinado no adquirió un
desarrollo intelectual óptimo porque en su casa no tuvo
la alimentación p los estímulos necesarios o porque
tuvo una asfixia perinatal. »
C. N.¡ ¿Sus estadios incluyen factores tales como la
nutrición?
C. i3.: La nutrición es, en el continente americano, un
problema muy importante. En algunos países, por ejem-
plo de Centroamérica o México, donde la insuficiencia
de proteínas de origen animal es muy importante, o
en ciertas regiones de los Andes: Bolivia, Perú, Ecua-
dor.
En nuestro país, a pesar del empobrecimiento pro-
gresivo ocurrido en los últimos años, la disponibilidad
de proteínas de origen animal es relativamente abun-
dante. De modo que hasta hace poco tiempo ese pro-
blema no se hacía sentir excepto para los sectores me-
nos privilegiados de la población. Con la actual crisis
económica, es cada vez mayor el porcentaje de la po-
blación que está sintiendo la carencia de proteínas ani-
males. Esto se refleja entre otras cosas en el aumento
de las tasas de mortalidad neonatal e infantil que en
los últimos años están subiendo por primera vt% en
la historia del Uruguay.
Otro problema es el estado en que quedan los niños
que sobreviven, en aquellos países donde hay deficien-
cias de proteínas y en los cuales el individuo no se
desarrolla ni física ni intelectualmente. Uno se encuen-
tra con muchachos de 20 años que parecen tener 10
por su inteligencia y por su estatura, y se ha demostra-
do que la carencia de proteínas animales en la nutrición
materna hace que el desarrollo del sistema nervioso
del feto sea mucho menor que el normal y que el nú-
mero de unidades —las neuronas equivalentes en una
computadora serían a diodos— sea la mitad de lo nor-
mal. Lógicamente eso tiene que afectar el funciona-
miento del cerebro.
9
Nos encontramos ante un problema muy interesante
del punto de vista humano: una población privada de
muchas cosas y entre ellas de proteínas animales, está
•encerrada en un círculo vicioso del cual no puede salir,
porque va a carecer de la capacidad de trabajo, de la
inteligencia e iniciativa, y hasta si se quiere de la agre-
sividad y rebeldía para salir de ese estado. Eso ocurre
en muchas zonas de nuestro continente.
C. ¡¡V..' ¿En la Argentina se da algo parecido?
C, B.: En los hospitales municipales de Buenos Aires
se está registrando un aumento de la mortalidad peri-
natal en los últimos años. Lo mismo ocurre en San
Pablo y otras grandes ciudades de América latina.
Recientemente se hizo un estudio en diez lugares del
continente, todos con el mismo método para poder
compararse, y se encontró que la mortalidad era muy
alta en la provincia de San Juan, pero también lo era
en el estado de San Pablo y en otras partes más.
La mortalidad infantil da un índice bastante bueno
de cómo está organizada una sociedad y de la eficiencia
que tiene para cubrir las necesidades de sus habitantes.
Desgraciadamente, en América latina es muy alta, mu-
cho más que en Europa o América anglosajona.
C. N.: ¿Qué relaciones tienen con la Red de Salud Pú-
blica nacional?
C. B.: Por ahora ninguna, pero estamos tratando de
desarrollarlas. Hay países en los cuales cada muerte
materna, por ejemplo, es objeto de un estudio imparcial
por un comité que dictamina si fue inevitable o no. Se
tiende a que en el futuro las muertes de los fetos y los
recién nacidos también sean estudiadas en el mismo
sentido.
Estamos tratando de organizar, junto con la Facultad
de Medicina y el Ministerio de Salud Pública (que
acaba de crear su División Materno-Infantil), un sis-
tema de Normas de Atención a la Madre, el Feto y el
Recién Nacido.
Es posible que algunos de los nuevos métodos de
atención materno-ínfantil desarrollados o perfecciona-
dos en este Centro, sean aplicados en otros países que
ya tienen la estructura de Salud Pública pronta a nivel
nacional para apreciar la eficacia de nuevos sistemas.
C.N.: ¿Por ejemplo?
C.B.: Por ejemplo en Cuba. Cuba tiene ya toda su
organización de Salud Pública a nivel nacional muy
bien organizada y está deseando mejorar las normas de
asistencia y viendo cómo se refleja en las estadísticas
de mortalidad perinatal, que considero realmente ex-
presan la realidad. Ha solicitado con ese objeto, a
través de la Organización Panamericana de la Salud, de
la cual Cuba forma parte, asesoría del Centro Latino-
americano de Perinatología.
Yo hice mi primera visita a Cuba hace un par de me-
ses y personal del Centro tiene que ir en los próximos
meses para un programa concreto, colaborando con los
médicos de allí.
C. IV.: ¿En qué estado está la medicina, la enseñanza y
la investigación en Cuba? Es uno de los países de los que
normalmente se carece de información.
C. B.: En Cuba, como estado socialista, se tiene casi
todo estudiado, clasificado y con prioridades. La Salud
Pública tiene la tercera prioridad, la segunda es la edu-
cación, y la primera es la Defensa de la Revolución.
Dentro de la Salud Pública, la asistencia materno-
infantil tiene la primera prioridad.
Las cifras que ellos dan son elocuentes. Yo no he
podido verificarlas personalmente, pero por lo que vi,
creo que son ciertas. El 97 % de los partos se hacen
en centros hospitalarios, atendidos por equipos de mé-
dicos y enfermeras que están permanentemente allí. De
manera que eso es un adelanto muy grande, muy su-
perior a lo que existe en nuestro país.
C.N.: ¿Hay una evaluación de esas cifras en otros paí-
ses de Latinoamérica?
C. B.: No, no la hay. Del Uruguay no le puedo decir
qué porcentaje de niños nacen atendidos en hospitales,
sanatorios, y qué porcentaje de niños nacen sin ningu-
na atención, y no lo conozco en Argentina tampoco.
Estamos tratando de lograr esa información a través
de la Organización Panamericana de la Salud que dis-
pone de la estructura para hacerlo y que está haciendo
muchos estudios y muy importantes.
Disponemos de datos de otros países: En Suecia
el 100 % nace en hospitales. En Holanda el 100 %
nace con atención médica. En Holanda hay un sistema
muy interesante de atención médica completa a domi-
cilio. La paciente en su casa está en permanente con-
tacto con el Centro Hospitalario por un sistema espe-
cial que ellos tienen, en definitiva, todos tienen vigi-
lancia médica permanente.
De América latina no se tienen datos y las cifras
que se conocen en algunos países son aterradoras.
10
C. N.í Este Centro, ¿es único en América latina?
C. B.: Como Centro de Perinatología y Desarrollo Hu-
mano, yo creo que es el primero que existe en el mun-
do. La idea de la perinatología no es original y se habla
desde hace mucho en Medicina, pero un centro que se
dirija específicamente al problema, por el momento, es
único. En el Brasil existen comités de estudios perina-
tales, pero no hay un Centro de Investigación y Entre-
namiento como éste que requiere la colaboración de
gente de diversas disciplinas, como obstetras y pedia-
tras, que tienen que trabajar juntos. Además para se-
guir el desarrollo del niño tiene que haber psicólogos,
especialistas de lenguaje, etc., y por otra parte necesita-
mos gente de las ciencias básicas: bioquímicos, biofísi-
cos, fisiólogos, técnicos electrónicos, etc., que colaboren
con todo este equipo. De manera que es una labor de
equipo multidisciplinario que trabaja en forma inte-
grada.
El equipo que trabaja aquí no se constituyó de la
noche a la mañana, esto viene construyéndose desde
hace muchos años. Incluso ahora los especialistas de
otros países latinoamericanos que han venido a trabajar
al Centro ya tenían una labor coordinada con noso-
tros de años anteriores, como es el caso del doctor
Ricardo Schwarcz y del doctor Omar Althabe, quienes
fueron entrenados en el año 1964 como Becarios del
Servicio de Fisiología Obstétrica (que ahora es parte
del C.L.A.P.). Cuando se creó el Centro este año, la
incorporación de ellos al equipo de trabajo fue total-
mente natural.
La marcha de un centro de este tipo es azarosa por-
que depende de una cantidad de factores a los cuales
los cambios que se están produciendo en el continente
no son en absoluto ajenos.
Fíjese que para que este Centro funcionase fue ne-
cesario que se pusieran de acuerdo el Gobierno, repre-
sentado por el Ministerio de Salud Pública, y la Uni-
versidad, representada por la Facultad de Medicina, y
usted sabe que en este país hay bastante poca comu-
nidad de ideas y de acción entre Gobierno y Univer-
sidad.
Afortunadamente, en este punto se pusieron de
acuerdo para firmar los dos el mismo documento, ade-
más de la Organización Panamericana de la Salud. Pero
cualquiera de ellos puede en cualquier momento denun-
ciar el convenio y el Centro vivir un año más y ter-
minarse. La subsistencia futura del Centro depende
exclusivamente de su producción; todos aquellos que
están contribuyendo económicamente para que el Cen-
tro funcione deben estar convencidos de que tiene un
valor útil. Además de la Universidad y el Gobierno
del Uruguay, necesita el apoyo de la Organización Pa-
namericana de la Salud, en la que van a votar todos los
países latinoamericanos, anualmente o por lo menos ca-
da 4 años.
Estos países tienen que ver resultados tangibles de
lo que el Centro ha hecho para que renueven su apoyo
en el futuro.
C.N.: ¿Con qué personal cuenta el Centro?
C. B.: El Centro tiene personal que es puro del Cen-
tro, hasta ahora cuatro personas, de las cuales tres son
argentinas; el único uruguayo soy yo.
Pero la Universidad del Uruguay colabora con per-
sonal del Departamento de Fisiopatología, del cual yo
soy director titular, aunque en uso de licencia para
desempeñar la dirección del Centro.
Colabora además con el Centro personal de la Clíni-
ca Obstétrica y Ginecológica que dirige el profesor
Crottogini y que funciona aquí al lado; del Laborato-
rio de Bioquímica Patológica; del Departamento de
Neurología Experimental y de los Departamentos de
Pediatría y de Medicina Preventiva.
Además, la Organización proporciona fondos para
equipos, para suplementar salarios de mucha gente que
puede así trabajar con dedicación total o por lo menos
aumentar sustancialmente su dedicación para el trabajo
del Centro.
Aparte de eso hay un número importante de becarios
de otros países, que a la vez que aprenden, trabajan
con dedicación total y son alrededor de 15 ó 20 —su
número fluctúa— y contribuyen mucho al trabajo del
Centro. Además esos becarios son quienes una vez de
regreso a sus respectivos países, ayudarán a mejorar la
Asistencia Materno-Neonatal.
Es a través de los becarios que pasaron por acá, en
los últimos quince años, que se consiguió el apoyo de
los Gobiernos para la creación del Centro. Si no habría
sido absolutamente imposible.
C. N.: Entendernos que los becarios no son todos latino-
americanos.
C. B.: La mayoría son latinoamericanos, pero se puede
decir que ha habido un 10 % de otras zonas del mun-
do: norteamericanos, europeos y hasta algunos asiáti-
cos, pero han sido pocos.
13
C.N.: ¿Cuál es el número total de becarios que ha pa-
sado por el Centro?
C. B.: Más de 100 alumnos becarios lian pasado por acá
desde 1956, cuando esto no era el Centro Latinoameri-
cano de Perinatología, sino el Servicio de Fisiología
Obstétrica. Muchos de estos becarios hoy son profeso-
jes y directores de departamentos de Obstetricia y Gi-
necología en sus respectivos países y eso es para no-
sotros una gran ayuda, pues con muchos trabajamos
en íntima colaboración.
C. N.: El hecho de haber recibido becarios americanos
y europeos, ¿es un índice de la calidad del Centro?
C. B.: A nosotros nos ha sido de gran ayuda porque
esos becarios también han contribuido mucho a la la-
bor del Centro y han difundido los estudios hechos
aquí en sus países respectivos, lo cual ha sido una for-
ma de hacerlo conocer. Y por supuesto constituye un
reconocimiento implícito.
C, N.: En la puerta se lee la palabra "computadora" y
el Centro de Computación de la Universidad ha dado
cursos de computación a q u í . . .
C. B.: Las computadoras que tenemos allí son muy
sencillas, son computadoras "on-line", para hacer al-
gunas integraciones a medida que se registran los fe-
nómenos.
Después tenemos unas computadoras muy sencillas,
como la Olivetti 101. Pero estamos elaborando un
programa para aprovechar la Computadora IBM 360
de nuestra Universidad. Va a asesorarnos el Centro de
Cómputo del Hospital Escuela que hay en Buenos Ai-
res y que dirige el doctor Bosio, con el objeto de me-
jorar el sistema que tenemos de archivo y almacena-
miento de datos. Ese es uno de los problemas más im-
portantes que tenemos para resolver en un futuro
próximo.
C. IV.; Volviendo a Cuba, da la sensación por algunas
informaciones, sobre todo europeas, que se ha roto el
bloqueo científico, es decir, entre otros, el bloqueo de
publicaciones.
C. B.: Sí, ya no hay ningún bloqueo de publicaciones.
A Cuba llegan publicaciones de todas partes del mun-
do, inclusive de los Estados Unidos de Norteamérica.
Puede ser que las reciban por vía indirecta, pero yo sé
que incluso algunas publicaciones las reciben directa-
mente. Lo cierto es que los médicos cubanos tienen
una información completísima y además la distribuyen
gratuitamente. Hay un Instituto del Libro y también
un Centro de Informaciones Médicas donde se hacen
resúmenes de todas las publicaciones, que se hacen
llegar a las personas que se suponen interesadas; al que
solicita la publicación original se la envían gratuita-
mente.
C. N.: ¿Hay muchos centros de investigación?
C. B.: Hay un centro de investigación científica que,
en relación al resto del desarrollo tecnológico, está muy
adelantado y muy bien dotado. Este Centro está enca-
minado sobre todo a resolver los problemas de produc-
tividad cubanos. Es el Centro Nacional de Investigacio-
nes Científicas. Si bien no impone ninguna línea, trata
de orientar a la gente para que resuelva ciertos proble-
mas vinculados con la producción agrícola, ganadera y
posteriormente, industrial.
En investigación médica se está haciendo un gran
esfuerzo para desarrollarla, y están creando, como cul-
minación de toda su red nacional de asistencia y do-
cencia, los Institutos, donde la investigación será uno
de los principales objetivos.
Los cubanos consideran que ya han cubierto las ne-
cesidades asistenciales básicas y para seguir progresando
tienen que incorporar la investigación como un ingre-
diente que forma parte, junto con la asistencia y la
docencia, de la Medicina. Esta es la etapa en que es-
tán ahora.
C. N.: Quizá el Centro ya es una respuesta, ¿pero cuál
es su opinión sobre la elección de temas de investiga-
ción en los países en desarrollo, en los países latinoame-
ricanos? Un problema que vivimos bastante en Buenos
Aires es el de selección del tema, que suele ser artificial.
Por otra parte, ser original en estos temas suele tener
sus dificultades.
C. B.: Este es un problema muy difícil en el cual no
creo que se puedan establecer normas. Se habla mu-
cho, se discute mucho de la investigación planificada,
dirigida para resolver problemas, o de la investigación
libre que hacen científicos siguiendo su inspiración es-
pontánea. En realidad esta discusión es más académica
que real. Porque en la resolución de cualquier proble-
12
ma el científico va a encontar la manera de aplicar sus
ideas originales y posiblemente tenga la satisfacción de,
con eso, ver la aplicación inmediata muchas veces hasta
en la colectividad en que vive. Pero sería muy peligro-
so pretender restringir a una persona que tiene ideas,
que tiene capacidad para desarrollarlas, puesto que el
descubrimiento puede ser muy beneficioso para toda la
comunidad.
En los orígenes del Centro; en 1947, se comenzó
a estudiar el problema de la presión intrauterina, muy
sencillo, pero que asombrosamente había merecido muy
poca o ninguna atención en el resto del mundo hasta
ese momento. Por eso fue que en un medio atrasado
como el nuestro, con pocos recursos y trabajando con
equipos totalmente primitivos, se pudieron descubrir
hechos originales y hacer adelantar los conocimientos
en esa rama simplemente porque nadie le dedicaba
atención, tanto que en muchos textos de Fisiología ese
capítulo no existía. Floy día las cosas han cambiado y
casi todos los libros de fisiología estudian la fisiología
de la reproducción, fisiología del embarazo, fisiología
del parto, etcétera.
El hecho es que a nosotros nos fue fácil competir
porque no había nadie en ese campo, o muy poca gente,
y el método con el cual empezamos a estudiar nadie lo
usaba siendo, dentro de todo, sumamente simple. Y
por muchos años fuimos los únicos que trabajamos en
el campo con ese método, no hubo competencia.
Además se demostró que era un método que per-
mitía estudiar muy bien fenómenos de aplicación inme-
diata en la medicina y establecer que una cantidad de
cosas que se decían y se repetían en todos los libros
en el mundo, no eran ciertas. Todavía hoy no se ha
logrado borrar totalmente de los textos una serie de
aseveraciones falsas que vienen del pasado. Es muy
difíci romper esas rutinas, esos dogmas.
Pero de a poco se va cambiando esa manera de pen-
sar y se va incorporando cada vez más en la fisiología
la forma de encarar este problema de la reproducción
y después posteriormente del parto.
C. N,: El Centro cuenta con un programa de adiestra-
miento para graduados. ¿Cuáles son los objetivos de
ese programa?
C. B.: El programa de adiestramiento sobre los funda-
mentos científicos de la atención a la madre, feto y
recién nacido es el que recibe la mayor atención de
nuestra parte. El adiestramiento más importante para
nosotros es aquel por el cual los médicos vienen a que-
darse un año entero trabajando, ya que no se trata sólo
de enseñar ciertos métodos más o menos simples o
complicados, sino de cambiar la forma de pensar, de
abordar los problemas con un criterio científico, de
que adquieran una actitud crítica y de enseñarles a no
aceptar lo que está escrito en los libros sólo por eso,
porque "está escrito en los libros". Enseñarles a ob-
servar atentamente los fenómenos y también adquirir
algunos conocimientos básicos de estadística aplicada
a la Medicina y realizar experimentos, lo cual no se
aprende en pocas semanas o meses, de modo que si se
quiere cambiar la mentalidad, se requiere tiempo. El
gran problema que se encuentra después es que cuan-
do se regresa al lugar de origen, no se tenga oportuni-
dad de aplicar esos conocimientos. Es un problema se-
rio, por el cual muchos de los que han venido acá y
que han vuelto a su lugar de origen no h a n podido
continuar y en realidad han contribuido muy poco al
cambio. Pero un número suficiente ha triunfado como
para justificar el programa. Yo creo que por eso un
número cada vez mayor va a encontrar un medio am-
biente adecuado.
Nosotros estamos' tratando ahora de darles la ense-
ñanza completa, pero a la vez enseñarles cómo, con
pocos medios, pueden hacer algo en su ciudad para no
quedar inactivos y poder iniciar algo. También esta-
mos tratando de influenciar el medio. Para eso se ini-
ció hace poco un curso rápido, el cual no está dirigido
al joven, que tiene todavía una mentalidad posible de
cambiarse, sino que traemos a la gente que tiene la
responsabilidad ejecutiva, a los profesores, directores
de departamento y a los directores de hospitales. Este
programa se realiza en colaboración con Argentina y
Chile y está patrocinado por la Organización Paname-
ricana de la Salud. Hemos comenzado hace cuatro
meses con 24 profesores centroamericanos. Este curso
para profesores dura una semana en Montevideo, tres
en Buenos Aires y dos en Santiago. Varios profesores
que han tomado el curso están entusiasmados y se
sienten "cruzados", dispuestos a iniciar una campaña.
Piensan enviar a los jóvenes como becarios por un año.
Esperamos que eso nos ayude a mejorar la atención
materno-infantil y que se preste atención a muchos pro-
blemas que antes se descuidaban. Por ejemplo, que
cada médico sepa las tasas de mortalidad perinatal en
su país y trate de mejorarlas. <0
13
HumorM
M felAIS fteSP! §®i
ábfflili ^r':'^"?'Rita» jma '*weím>* 'mü^mau . Julio Moreno
El pensamiento
pitagórico
en América Latina
•i? o
Juan Arturo [Grompone
Juan Arturo Grompone es
Ingeniero de la Universidad de la
República (Uruguay). Actualmente
se dedica al periodismo técnico-
científico en el periódico MARCHA
y es investigador en la Facultad
de Ingeniería de la Universidad
de la República.
El pensamiento científico primitivo
no es solamente una etapa históri-
ca en la evolución de la humanidad
sino una actividad permanente. Es-
te pensamiento emanado de una me-
todología incorrecta encuentra sali-
da en diversos momentos históricos
bajo diversas formas.
Nace este pensamiento precien-
tífico de la aplicación de la libre
asociación de ideas a la construcción
de modelos teóricos sobre la natu-
raleza, aun en abierta oposición con
las leyes estudiadas por la ciencia.
Sus creadores rara vez tienen for-
mación científica, son, generalmen-
te, autodidactos empapados de la
literatura de divulgación científica
que atacan resueltamente los pro-
blemas no solucionados de la cien-
cia o sus presuntas fallas.
La problemática de la seudocien-
cia comprende preferentemente los
problemas cosmológicos: la estruc-
tura del sistema solar, la noción de
tiempo, las leyes del movimiento o
la estructura general y evolución
del universo. En el fondo de su
metodología se encuentra la doctri-
na pitagórica sobre la estructura del
universo. En un lenguaje actual, el
pitagorismo es la culminación del
intento de aplicar la lógica de la
asociación de ideas al análisis de la
naturaleza. Nace esta concepción de
la convicción que el universo repite
hasta el infinito una estructura for-
mal. Una vez descubierta esta es-
tructura universal, la aplicación sis-
temática de las asociaciones libres
—siempre lícitas por esa estructu-
ra única subyacente— conduce a las
leyes físicas. En un ejemplo más
concreto, como la matemática debe
reflejar esa estructura universal, la
aplicación sistemática e indiscrimi-
nada de la aritmética —o de la nu-
merología— debe conducir a resul-
tados válidos en el orden físico.
La América latina del siglo vein-
te es un campo fértil en literatura
seudocientífica. En este artículo sólo
podemos ejemplificar esta situación.
Una doctrina pitagórica
Tal vez el pitagórico más franco y
más interesante se encuentra en el
Brasil, Lydio Machado Bandeira de
Mello, catedrático de derecho penal
comparado en la Universidad Fede-
ral de Minas Gerais. Su obra mezcla
textos de derecho, de aritmética, de
filosofía y de cosmología. Compren-
de una treintena de volúmenes off-
set, manuscritos por el autor.
Su declaración como pitagórico
se encuentra, por ejemplo, en la
"Cosmología do Movimento" (Belo
Horizonte, 1965) donde dice:
"Si las leyes de la matemática
pura son leyes ontológicas, por me-
dio de ellas nos será posible esta-
blecer a priori las leyes fundamen-
tales de la física."
A partir de esta metodología pi-
tagórica, que conduce a la libre aso-
ciación de ideas, construye pacien-
temente una nueva mecánica. Así
es que afirma más adelante:
"El movimiento natural en línea
recta o en curva abierta es imposi-
ble. ( . . . ) En el espacio libre, o en
un medio homogéneo, un cuerpo
aislado o no se mueve o se mueve
en una trayectoria circular."
15
Esta ley básica de la mecánica de
Machado retoma la antigua hipóte-
sis mecánica de Tolomeo, pero como
de ella no obtiene una estructura
epicicloidal para el movimiento pla-
netario, su mecánica es anterior a
la de Tolomeo. Con esta afirmación,
cae en el planteo cartesiano del mo-
vimiento en torbellinos (fig. 1).
Los torbellinos que giran en igual
sentido se repelen y los que giran
en sentido contrario se atraen. Es-
tablecidas estas bases, continúa con
un conjunto de teoremas ( ?):
1. "Las leyes de la física, cuando
establecen relaciones cuantitativas
son simples corolarios de las leyes
de la algoritmia y de la geometría."
2. "Todas las variaciones cuan-
titativas se traducen en variaciones
cualitativas. Es imposible una va-
riación cuantitativa pura."
3. "Las superficies semejantes
están entre sí como los cuadrados
de sus líneas homologas."
4. "El número de líneas de fuer-
za que inciden sobre una superficie
receptora, constante, S, es inversa-
mente proporcional al cuadrado de
la distancia d. (Al mismo tiempo
de geometría y de física)."
Como podemos apreciar, estos
"teoremas" tienen alcances muy di-
ferentes. El primero reitera la doc-
trina pitagórica; el segundo, una de
las leyes de la dialéctica materialis-
ta; el tercero es un verdadero teo-
rema de la geometría euclidiana; el
cuarto, vaya uno a saber lo que es.
De estas proposiciones "siguen"
las leyes de la fotometría, la atrac-
ción newtoniana, la ley de Galíleo
de los cuadrados de los tiempos, las
leyes de Coulomb y las leyes de
Ampere. Es natural que razonando
con total libertad, inventando libre-
mente líneas de fuerza, es posible
demostrar cualquier ley inversa al
cuadrado de la distancia.
Machado no se limita a demos-
trar leyes ya conocidas, sino que
propone una nueva "que sugiero sea
verificada o desmentida por los fí-
sicos experimentales":
"La intensidad de la presión at-
mosférica debe variar en razón in-
versa al cuadrado de la altura."
Lamentablemente la física y los
físicos se han complotado contra el
universo cuadrático de Machado.
Una vez establecidas las leyes de
interacción, nuestro autor pasa a
analizar la mecánica de Newton.
Como es claro, la primera ley del
movimiento contradice su concep-
16
ción sobre el movimiento circular.
Pero no conforme con esto, llama
en su auxilio al mismísimo Galileo
por boca de Salviati (Diálogo sobre
los Sistemas del Mundo).
La segunda ley de Newton que-
da a salvo. Incidentalmente, le sirve
para comprobar la identidad de las
leyes físicas y matemáticas: los
vectores se suman igual que las
fuerzas (?).
La tercera ley tiene cabida en la
cosmología circular de Machado a
través de un ingenioso procedimien-
to. Si el punto 1 aplica una fuerza
sobre el punto 2, el 2 aplica una
fuerza sobre el punto 3 y así suce-
sivamente los puntos se empujan
unos a otros. Como todos los pun-
tos se encuentran en disposición
circular, el punto n devuelve la fuer-
za al punto 1, en sentido contrario,
tal como pide el principio de acción
y reacción.
Machado estudia en otros libros
las propiedades de los cuadrados má-
gicos; los números triangulares, cua-
drados, piramidales y de todas las
formas posibles; el cálculo de pro-
babilidades; la divisibilidad en sis-
temas de numeración no decimal y
mil otros detalles de la numerolo-
gía. A lo largo de sus libros em-
prende pacientemente la reconstruc-
ción de la física, la filosofía y de-
muestra —naturalmente— la exis-
tencia de Dios con pruebas "mate-
máticas" y "termodinámicas". En
particular, en su "crítica Cosmoló-
gica de la Física Cuántica (Belo Ho-
rizonte, 1968-1969) fundamenta
—entre otras tareas— la ecuación
de Schrodinger. Su metodología ilus-
tra perfectamente el mecanismo de
asociación de ideas:
"Los estados del sistema, en un
instante t, pueden ser considerados
como directamente proporcionales a
su volumen y a su energía (...).
El volumen V se obtiene dividien-
do el producto x
lr
de las cuatro co-
ordenadas (x, y, x, t) por la coor-
denada tiempo t, lo que nos da en
el campo de los infinitamente pe-
queños."
V =
3/
Tomando como unidad, "para co-
modidad de los cálculos", a ¿, y re-
cordando que:
E — b
se tiene:
S = V X E = ib —
•dt
Pero por otra parte, se tiene
2 m
de acuerdo con la mecánica clásica.
Como V = W para / = 1, queda:
t
2m
Igualando los dos resultados, ha-
ciendo unos pases de magia para
convertir a p en un aperador y a
en la función de onda —pases
de magia que son el fundamento
mismo del pensamiento por asocia-
ción de ideas— queda demostrada
la ecuación de Schrodinger.
Hacia el final del libro, Machado
la emprende contra las geometrías
no euclidianas, puesto que la exis-
tencia de diferentes geometrías po-
sibles contradice la afirmación pita-
górica central de que la geometría
describe la realidad física.
En primer lugar intenta mostrar
la contradicción interna de las geo-
metrías no euclidianas con los vie-
jos argumentos falaces pre-Hilbert.
Pero en una segunda etapa demues-
tra "físicamente", con el auxilio de
la cristalografía, que la geometría
euclidiana es la válida.
Para no faltar a su vocación pi-
tagórica, encontramos también el
viejísimo problema de los sólidos
que llenan el espacio:
"Dividiendo la materia primitiva
en N partes de volumen igual, cada
parte tiene las mismas propiedades
( . . . ) es posible que la materia en
su comienzo de diversificación haya
estado formada por corpúsculos
iguales colocados en las mallas de
una red cúbica ( . . . ) . En conclu-
sión: el sólido de partida para la
deducción de todas las figuras cris-
talinas posibles, es el cubo (...)
si el hidrógeno es el elemento pri-
mitivo, el hidrógeno sólido debe
cristalizar en forma cúbica (.. .).
La arista del cubo de hidrógeno co-
mún es la distancia o unidad de
medida natural fundamental ( . . . )
la unidad natural de los números in-
conmensurables es la diagonal de la
cara cuadrada del hidrógeno común
El análisis cuidadoso de las obras
de Machado puede, posiblementé,
traer luz sobre el pensamiento y
las interpretaciones de los pitagóri-
cos (auténticos), porque en cada
una de sus páginas encontramos las
huellas de esta forma no extingui-
m
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da de pensamiento, esta apoteosis
de la asociación de ideas.
N e w t o n y l a s p i r á m i d e s
Otro texto interesantísimo de ana-
lizar es la "Física y Creacionismo"
del doctor José Alvarez López (Bue-
nos Aires, 1950). Este texto com-
bina problemáticas diferentes: la
Gran Pirámide, Newton, el teore-
ma Pi del análisis dimensional y la
doctrina pitagórica (con música de
las esferas y todo). Complementa
esta obra una nota laudatoria nada
menos que de Brigdman.
El centro de este libro son los
llamados "teoremas métricos", una
forma esotérica de enunciar nueva-
mente la hipótesis pitagórica sobre
una medida universal. En particu-
lar, el autor declara:
1. "Que el número, como tal,
juega un papel primordial en la es-
tructura del Universo.
2. "Que a través del número se
descubre la distribución de tiempos
y distancias de acuerdo a intervalos
musicales.
3. "Que las estructuras hexagona-
les y el dodecaedro aparecen como
esquemas de ordenamiento univer-
sal."
Retomando la idea pitagórica so-
bre la identidad de las proporcio-
nes del universo, recalcula nuestro
autor las distancias en el sistema
solar, redescubre los intervalos mu-
sicales entre los planetas, la ley de
Bode y una vinculación entre el arco
iris y los planetas. La vieja música
de las esferas, la vieja escala de sie-
te colores, la vieja escala musical
pitagórica que vuelve a sonar en el
siglo xx.
Pero la búsqueda no se detiene
allí. En la hipótesis del autor, debe
existir una unidad de medida fun-
damental que regule todas las dis-
tancias, masas y tiempos astronómi-
cos. A la búsqueda de esta unidad
se sumerge en la Gran Pirámide.
Con paciencia analiza las propieda-
des geométricas de la pirámide de
Khéops (las otras dos las supone
malas imitaciones del original y sin
valor científico). La aplicación de
los "teoremas métricos" al radio te-
rrestre y la distancia Tierra-Sol o a
la altura de la pirámide conduce
sistemáticamente al "metro absolu-
to" que vale 1,0418 metros vulga-
res. Para colmo, en el interior de
la pirámide, el tanque de granito
rojo tiene un volumen de exacta-
mente un "metro cúbico absoluto".
El acercamiento de los planetas
según la ley de Bode, de "Teoría
del Universo Cíclico", de
Augusto Emilio Rivoltm.
20
10
PLANETA
VALORES TEO
RICOS DE d ,
SEGUN LA
LEY DE BODE
VALORES
VERDADEROS
DE d, APROXIMADOS
DIFE-
RENCIAS
UNIDADES ASTRONOMICAS
NEPTUNO 38,80 30,1 0 + 8,70
URANO 19,60 19.21 + 0,39
SATURNO 10 9,55 + 0,45
JUPITER 5,20 5,20 0
ASTEROIDES 2,80 2,1 0 +• 0,70
MARTE 1,60 1,52 + 0,08
TIERRA 1 1 , _ 0
VENUS 0,70 0,72 - 0,02'
MERCURIO 0,40 0,39 + 0,01
U
ESC d = 1 UNIDAD ASTRONOMICA: (—H
ESC t = INTERVALO TIEMPO t :
U j
.•-Tt'-y—Tt-rf
i i
i i
) i :
i i
Q A
^ s q M Y
i r ' i i
p V
"T -
M E R C .
17
Toda esta fila de coincidencias se
completa con la afirmación de cjue
el doble del codo real egipcio coin-
cide con el "metro absoluto", con
lo cual las medidas de la pirámide
pasan a ser un simple ejemplo de
normalización egipcia. Pero es aquí
donde entra en escena Newton "por-
que el codo real fue obtenido por
Sir Isaac Newton por el análisis alí-
cuoto de los monumentos egipcios".
También sir Isaac consumía sus
horas en la búsqueda de las propor-
ciones del universo. Debemos reco-
nocer, sin embargo, que la ¡dea de
fijar la unidad de longitud del an-
tiguo Egipto buscando el submúlti-
plo común de las dimensiones de
ios monumentos es una gran idea,
tanto egipcia como newtoniana, que
habría conmovido a Le Corbusier.
Oíros pensadores
La lista de los trabajos paracientí-
fícos de América latina podría lle-
varnos muy lejos, mucho más de lo
que un benévolo lector está dispues-
to a tolerar. Solamente a los efec-
tos de mostrar la fecundidad y va-
riedad de soluciones que nuestra
América ha propuesto a la física y
a la astronomía, enumeramos algu-
nas de las más vistosas:
1, Jorge V. Olbrich en su "Con-
cepto dinámico del Universo" (Bue-
nos Aires, 1958) comentando la
obra de su padre "Evolución Pla-
netaria"; cita:
"El movimiento triple de los sa-
télites alrededor del planeta, del Sol
y de sí mismos, puede igualmente
atribuirse a la fuerza impulsiva de
la luz del astro central, en combi-
nación con la emanada por reflexión
o irradiación del planeta (. . . ) "
2. Augusto Emilio Rivolini en
su "Teoría del Universo Cíclico"
(Buenos Aires, 1965) propone una
teoría dinámica del sistema solar.
Su teoría descansa en la ley de
Bode de distribución de los plane-
tas, en la modificación del año tró-
pico v en las leyes de Kepler. De
acuerdo con esta teoría, a interva-
los regulares de tiempo el Sol emite
un planeta aue se coloca en una ór-
bita más allá de Plutón. Aplicando
la dinámica de Newton se obtiene:
"Sobre la masa m actúan enton-
ces las fuerzas: centrífuga, peñera-
da por su traslación alrededor del
Sol; de las cargas eléctricas de la
propia masa m y del Sol; magnéti-
PRIME RA PROPIEDAD DE LA PI-
RAMIDE: "La circunferencia de radio
igual a la altura de la pirámide tiene
igual longitud que el perímetro de la
base".
SEGUNDA PROPIEDAD DE LA PI-
RAMIDE: "El cuadrado formado con la
altura de la pirámide tiene igual super-
ficie que los triángulos que forman cada
una de las caras laterales".
B
TERCERA PROPIEDAD DE LA PI-
RAMIDE: "El cociente de la altura de
uno de los triángulos que forman las ca-
ras laterales por la mitad de. la base de
dicho triángulo es igual al Número de
Oro".
Las propiedades geométricas de
la Gran Pirámide según "física
y Creacionismo", la obra del
doctor José Alvarez López.
cas, gravitatorias, etc. Es posible
que estas fuerzas —funciones de
factores diferentes— actúen sobre
el cuerpo de masa m sin estar en
su conjunto en este límite de equi-
librio ( . . . ) "
De allí que el sistema planeta-
rio lentamente se acerque al Sol. La
ley de Bode interpretada en esta
forma, establece la ley de acerca-
miento de los planetas. Con la dis-
minución del año trópico terrestre
en 10 segundos en 2000 años, se
puede calcular la constante de acer-
camiento planetario. Por ello el au-
tor considera que el sistema solar
permanentemente conserva su es-
tructura. Los planetas al llegar a
una cierta distancia del Sol en su
acercamiento gradual, entran en la
"corona bioplanetaria solar" y apa-
rece la vida, la cual evoluciona y
se pvt-inoxie también por acercamien-
to al Sol. De esta forma, con el Sol
"surtidor" de planetas y el proceso
evolutivo de la vida, el sistema solar
encuentra su estabilidad dinámica.
3. Francisco Soler Batlle en sus
"Nuevos Conceptos sobre Astrofí-
sica" (Caracas, 1965) propone "in-
terpretaciones personales de algu-
nos fenómenos físicos, causas pri-
marias y sus efectos, que difieren
bastante de los conceptos científi-
cos ortodoxos". Entre otros encon-
tramos:
"El calor de un cuerpo en el es-
pacio es directamente proporcional
a su masa."
"El factor regulador de la distan-
cia entre dos astros es la acción de
integración de las unidades de ener-
gía cósmica de los dos astros, des-
arrollada en un volumen espacial
saturado ( . . . ) Las supuestas fuer-
zas centrífuítas o centrípetas de la
ciencia ortodoxa no pueden ser una
realidad física debido a que no pre-
sentan un factor regulador de dis
tancia plausible."
"No existe el tiempo físico."
"La materia, de hecho, no existe.
Lo que denominamos materia no es
más aue un estado de saturación de
energía de mavor concentración que
su ambiente circundante con el que
lo comoaramos."
"Si los astrónomos desean descu-
brir un posible nuevo planeta en
nuestro sistema deben buscarlo
( . . . ) en un ángulo de inclinación
respecto a la elíptica entre 20° y
40o
."
18
4. Cario Lugo en "Los Rayos Si-
multáneos" (Buenos Aires, 1967)
descubre que la experiencia de Mor-
ley-Michelson está mal planteada
porque los dos haces de luz no lle-
gan a interferir por regresar a dife-
rentes puntos del semiespejo:
"¿Cómo explicar, entonces, que en-
tre tantos científicos de primer or-
den que consideraron la experiencia
en sus menores detalles, ninguno
viera algo tan obvio, tan evidente?
( . . .) Á nuestro juicio, (.,..) el
error pasó inadvertido debido a que
los científicos que estudiaron el pro-
blema lo hicieron desde un punto
de vista puramente matemático
( . . . ) "
A continuación muestra una con-
tradicción entre el concepto de fo-
tón y la relatividad. Como ambas
teorías fueron creadas por Einstein
casi simultáneamente, se lanza en
contra con furor:
"Si la deshonestidad intelectual,
la mala fe dialéctica, es repudiable
en toda polémica, ¿cómo debemos
calificarla cuando se la observa en
hombres de ciencia ( . . . ) ? ¿Qué
debemos pensar de las teorías cuya
defensa no podrían ellos asumir con
absoluta probidad intelectual, sin
hacer trampas en el juego? ( . . . ) "
5. Fernando Carbonell en "La fí-
sica moderna y el determinismo"
(Montevideo, 1944) propone una
partícula elemental nueva:
"No es inconcebible un 'anfotón',
esto es, una partícula subatómica
que lleve consigo las dos cargas
eléctricas complementarias y mani-
fieste la una o la otra según las cir-
cunstancias, como los cuerpos an-
fóteros, muy importantes en bioquí-
mica, se comportan como ácido en
presencia de un alcalino y vicever-
sa. Es posible que algunos de esos
positones que han venido a compli-
.carnos la física no sean más que an-
fotones, reaccionando positivamente
y lo mismo algunos de los electro-
nes negativos."
6. Pietro Ubaldi en "La Gran
Síntesis" (Montevideo, 1964) pro-
pone una dialéctica nueva para ana-
lizar la estructura del universo. Re-
conoce tres aspectos en lo real: a,
pensamiento puro o espíritu; P, la
energía o voluntad y y, la materia
o la forma. La dialéctica universal
está dada por la sucesión o. —» P ->
—» y P cu. De aquí se constru-
ye un triángulo pitagórico con la (¡>
en el centro (el universo). Esta nue-
va dialéctica es aplicada desde la ta-
bla periódica al movimiento plane-
tario, de la teología a la biología.
Comentario final
La literatura paracientífica latino-
americana nos muestra algunos as-
pectos de nuestra realidad que con-
viene tener presentes:
•—Las formas del pensamiento pri-
mitivo, basadas en la libre asocia-
ción de ideas en forma elemental o
en la creencia en una estructura uni-
versal en su forma elaborada, lejos
ele ser una reliquia arqueológica, co-
existen con el pensamiento cien-
tífico.
— La preocupación de los seudoin-
vestigadores por analizar los proble-
mas no resueltos de la ciencia trai-
ciona un pensamiento idealista que
cree en la labor aislada de un "ge-
nio" desconocido, autodidacto, afi-
cionado.
•— Existe una falla importante en la
formación científica a nivel general,
especialmente en la divulgación cien-
tífica, que permite la elaboración
-—y aun la publicación— de cual-
quier frivolidad con apariencia cien-
tífica.
— La existencia de una abundante
literatura seudocientífica latinoame-
ricana muestra, bajo otra cara, la
alienación de la ciencia latinoame-
ricana que la lleva a analizar pro-
blemas de último momento, bien
lejanos a nuestro mundo america-
no, cambiante, hambriento y dolo-
rido. O
Otra respuesta a
Metegol N9
2
Si se completa la figura llamando
Ai, Bi, Ci los pies de las transver-
sales que parten de A, B, C respec-
tivamente, es fácil deducir en fun-
ción del parámetro h = ACi: AB el
valor de las longitudes y áreas de
los elementos de la figura. Al variar
el parámetro los puntos M, N, P
describen elipses que se cortan en el
centro G de gravedad del triángulo
ABC y de dos en dos en los vértices
del triángulo cuyos lados son tan-
gentes a las elipses en esos puntos.
Además los pares de direcciones
formados por las medianas y los la-
dos bisecados son pares ele direccio-
nes conjugadas de las tres elipses.
Si se adopta (a la manera de Apo-
lonio) como orí «en el punto G, co-
mo ejes la mediana y su dirección
conjugada y como unidades el ter-
cio de mediana y la mitad del lado
bisecado, respectivamente, la ecua-
ción de las tres elipses es 3va
= x
( 4 - x ) resultando x el área del
triángulo MNP e y la razón MN:
AAi.
19
Ciencia, sociedad, política
y premios
I
El premio científico Eli Lilly 1970, fue otorgado al Dr. Jonathan R. Beckwith, pro-
fesor del Departamento de Bacteriología e inmunología de la Harvard Medical
School- de Massachusetts, Estados Unidos. En su conferencia ante la Sociedad Nor-
teamericana de Microbiología1
al recibir el premio, agregó al análisis de su traba-
jo científico, sus "Consideraciones acerca del mal uso de la ciencia'% donde no sólo
fundamenta su actitud personal frente a esa distinción sino que cuestiona pro-
fundamente la situación de la ciencia en la sociedad contemporánea.
"Es obvio que nuestro trabajo nos produce una gran
satisfacción. La manipulación de genes, prácticamente
a voluntad, es realmente divertida. Siento una constan-
te tentación de pasar todas mis horas activas pensando
y trabajando sobre esto. Sin embargo, creo que ésta es
una tentación que tanto yo como otros científicos de-
bemos resistir. Y debemos resistirla porque tenemos
una responsabilidad especial en esta sociedad debido a
la forma en que se nos utiliza, a nosotros y a nuestro
trabajo.
"Ahora quiero discutir algunas de nuestras conside-
raciones acerca del papel de los científicos en esta so-
ciedad. Antes de hacerlo, quisiera explicar por qué es-
toy usando este premio en la forma en que lo hago y
por qué yo creo que es mi responsabilidad discutir sus
implicancias políticas.
"Cuando supe que se me había otorgado el premio
Eli Lilly correspondiente a este año, lógicamente me
sentí gratificado. Sin embargo desde ese momento y
a medida que se acercaba este acto, me preocupó cada
vez más el significado de este premio y en general de
los premios que se dan en este país. Ante todo y ob-
viamente me preocupa que se otorgue el premio a un
solo individuo por un trabajo en el cual participaron
muchas personas. Esto ayuda a mantener una imagen
inexacta de la forma en que se realiza el trabajo cien-
tífico.
"Además me preocupaba recibir ese dinero cuando
hay tantas causas más valiosas que tienen una desespe-
rada necesidad de fondos.
"Finalmente —y lo más importante— he cuestio-
nado el significado político de los premios en general.
Desde noviembre de 1969, cuando en oportunidad de
haber aislado el operon lac puro del ADN, un grupo
de investigadores intentamos sin éxito un pronuncia-
miento político, mi preocupación acerca del mal uso de
la ciencia en este país ha aumentado, como ha aumen-
1
La conferencia completa del Dr. J. R, Beckwith fue publica-
da en la Bacteriológica! Reviews, Sept. 1970, págs. 222-227.
tado mi creencia de que es necesario que los científi-
cos adopten posiciones claras. En todo este tiempo he-
participado en conversaciones y discusiones con varios
grupos en las cuales tanto yo como otras personas tra-
tamos de señalar el mal uso que de la ciencia hacen el
Gobierno y las industrias de este país. Uno de los
ejemplos que he usado reiteradamente es el del papel
que cumplen las empresas farmacéuticas. Aunque pa-
rezca extraño, sólo recientemente noté la contradicción
que significa aceptar una distinción concedida por una
empresa farmacéutica después de haber expresado todo
esto en diversas ocasiones. Es así como me enfrenté al
problema de aceptar o rechazar el premio en base a
estos principios o utilizar la oportunidad que este pre-
mio me brinda para discutir algunos aspectos de la
relación entre la ciencia y la sociedad. Como es ya ob-
vio, he decidido que podrá ser una valiosa contribu-
ción de mi parte utilizar el contenido monetario del
premio para ayudar a una organización que considero
está realizando contribuciones importantes para cam-
biar esta sociedad en beneficio de la comunidad y ex-
presar mi preocupación acerca del problema de los
científicos de una manera efectiva. Estoy tratando de
hacerlo; de cualquier manera he decidido que lo que
estoy haciendo tiene la mayor posibilidad de contribuir
a movilizar a la gente que en este país cree que un
cambio radical en nuestro sistema es el único camino por
el cual puedan ser distribuidos los beneficios de la
ciencia entre toda la comunidad.
"Mi reserva acerca de los premios se basa en que
una sociedad da sus premios a aquellos que la sirven.
Desgraciadamente, los que en este país deciden el otor-
gamiento de premios, confunden servir a la sociedad
con servir los intereses de ese pequeño núcleo de gente
que dirige nuestro Gobierno y nuestras industrias. En
una sociedad justa, aquellos que reciben los premios
deberían ser ios que indudablemente contribuyen al
bienestar de toda la comunidad.
"Desde este ángulo, considero que una organización
que así contribuye es el Black Panther Party. Ellos no
20
•se
sólo ayudan a su propia gente a superar su sentimiento
de impotencia, sino también instalando clínicas y reali-
zando programas jde desayuno gratuito en sus comuni-
dades que podrían ser tomados como modelo para el
tipo de sociedad a la que aspiramos. También sostienen
ellos que es el sistema de explotación capitalista, el
. componente esencial ele la opresión que nuestra socie-
dad ejerce sobre el pueblo. Y nuestra sociedad los ha
premiado con el peor ejemplo de represión visto en
* nuestro país en los últimos años. En consecuencia y
luego de consultarlo con los, colegas que contribuyeron
en el trabajo por el cual se me otorgó la distinción,
hemos decidido donar la mitad del dinero del premio
al movimiento Boston Panther Free Health y la otra
mitad al fondo de defensa para los Panther 21 de Nue-
va York.
"Es casi innecesario discutir la contribución de la
ciencia a los muchos males que nosotros y otras nacio-
nes del mundo padecen. Es suficiente tomar el diario
cada mañana y pensar cuántos de los problemas que se
discuten derivan más o menos directamente del trabajo
que hacen o hicieron los científicos. Uno de los even-
tos más estremecedores de la historia reciente ha sido
el uso del conocimiento científico básico para desarro-
llar espantosas armas atómicas de destrucción. El pre-
sente uso de tecnologías avanzadas, para eliminar a un
pueblo del sudeste asiático, debería por sí solo desper-
; tar a los científicos a la consideración de estos proble-
mas. Pienso que ningún científico puede hoy afirmar
con seguridad que su tarea es inmune a tal mal uso.
Conozco ejemplos de trabajos realizados en mi especia-
lidad en los que ciertos desarrollos en genética bacte-
riana, han sido finalmente dedicados a desarrollar armas
para la guerra bacteriológica. Aunque recientemente
• expresamos nuestros temores de que los progresos en
materia genética sean mal utilizados en eugenética e
ingeniería genética, también somos conscientes de que
existe siempre la posibilidad de un uso negativo de un
. trabajo de genética que pueda ser aprovechado de una
manera tan diferente como inesperada.
"Lo que estoy tratando de decir es que la ciencia,
en las manos de gente como la que dirige nuestro país
y nuestras industrias, está siendo usada para explotar y
oprimir a los pueblos de todo el mundo, comenzando
por nuestro propio país. Y no sólo se utilizan las
ciencias naturales. Los militares norteamericanos han
invertido sumas cuantiosas para desarrollar métodos
científicos aplicables a las ciencias sociales, hasta el
punto en que será posible utilizar la tecnología de las
computadoras para obtener respuestas a problemas ta-
les como «bajo qué condiciones los campesinos son
fuertemente patrióticos como en Turquía o bajo cuáles
tienen una actitud puramente localista como en Viet-
nam». O saber «cuáles civiles vietnamitas son simpati-
zantes del Vietcong» o proveer análisis sobre movi-
, mientos radicales contemporáneos.. Me han dicho que
técnicas de este tipo ya han sido utilizadas con éxito
en el sudeste asiático. Una nota publicada en 1969 en
el London Sunday Times describe cómo se utilizan
computadoras para elegir blancos de bombardeo en
Vietnam.
"La tremenda distorsión en el presupuesto de nues-
tro Gobierno proviene no sólo de los gastos en armas
científicas necesarias para Vietnam, sino también de
nuestras «grandes» hazañas científicas en el espacio.
¿Queremos realmente los científicos ser responsables
de los 300 millones de dólares derrochados en el re-
ciente viaje a la Luna, mientras en este mismo país la
gente está mal alimentada y recibe un cuidado inade-
cuado de su salud? Repetiré en diferentes palabras lo
que estoy tratando de decir: los científicos que han
aceptado el papel pasivo que se les asigna son tan cóm-
plices como aquellos científicos que trabajan directa-
mente en este país al servicio de los hacedores de la
guerra.
"Está claro que no sólo nuestro Gobierno utiliza de
esta manera a la ciencia. También la industria utiliza
nuestra ciencia para beneficiar a los que la dirigen, para
multiplicar sus beneficios. La solución al problema de
la contaminación no se alcanzará hasta que los líderes
de la industria decidan que los beneficios no son im-
portantes. Temo que van a necesitar alguna ayuda sobre
este problema.
"Uno de los más obvios ejemplos de la forma en
que la ciencia es mal utilizada, es el caso de las em-
presas farmacéuticas. No pienso que la industria far-
macéutica de este país se comporte de una manera
diferente al resto de la industria. Sin embargo, para
muchos, el problema es más grave porque estas empre-
sas están vinculadas más directamente con la salud de
la población. La industria farmacéutica gana más que
la mayoría de las industrias del país. Se arguye siem-
pre que una buena parte de sus ganancias son utilizadas
en investigación y desarrollo. Pero esta investigación,
¿hacia qué está dirigida? Para extender la'validez de
sus patentes, una compañía farmacéutica debe hacer
«investigación» que le permita modificar alguna pe-
queña característica de una droga ya existente. De esta
manera pueden mantener sus derechos exclusivos so-
bre la venta de la droga y continuar así en la realiza-
ción de enormes ganancias. Lo mismo sucede con el
lanzamiento al mercado de combinaciones de drogas
que en realidad no resultan ser superiores en sus efec-
tos. Peor aún, utilizan sus ganancias en campañas de
relaciones públicas que contactan a los estudiantes de
medicina cíesde el momento en que ingresan a la uni-
versidad y que no cesan hasta la finalización de la
carrera. Regalos para los estudiantes, cenas para los
médicos internos, regalías y presión constante sobré
los médicos, ayudan a la industria farmacéutica a man-
tener su explotación de la sociedad. También de esto
somos responsables.
"Pienso que debemos reconocer que estos proble-
mas no son aberraciones de ningún Gobierno específi-
camente, ni de ninguna industria en particular. Son, de
hecho, el inevitable resultado de un sistema que se
basa en la obtención del máximo provecho económico.
Si estamos de acuerdo en que somos responsables de la
mala utilización de nuestro trabajo, entonces yo creo
que debe reconocerse la necesidad de un cambio radi-
cal en la sociedad antes de que tengamos una opor-
tunidad de ser absueltos de nuestra responsabilidad.
No creo que los científicos trabajando aisladamente
del resto del mundo puedan realizar ningún cambio
significativo. Es posible que los científicos que inten-
ten influir sobre la política científica de nuestro Go-
bierno consigan mejorar algo, aunque aun esto se pue-
de discutir, Yo sé que el cambio de política en materia
de guerra química y biológica es el resultado de inten-
sos esfuerzos de un pequeño número de científicos.
Pero, aparte de lo que pueda gratificarme hasta el mí-
nimo cambio en esa política, me pregunto ante todo
21
si es realmente significativo y luego si esa decisión no
fue realmente tomada como una mera política defen-
siva. De cualquier forma que se lo vea, las posibilida-
des son pocas y lejanas.
"Si por una parte no creo en la efectividad para
cambiar políticas por parte de científicos que trabajen
en grupos aislados, este tipo de enfoque me parece aún
más deplorable porque muestra la existencia de una
actitud de élite en la comunidad científica. No sola-
mente los científicos no tienen poder para cambiar las
cosas sino que hasta carecen de la idoneidad política
necesaria. Yo no creo que los científicos tengan una
capacidad superior para juzgar cuáles son los problemas
de nuestra sociedad y cómo pueden ser resueltos. A
cambio de eso, los científicos que acepten su respon-
sabilidad deben aliarse con otros trabajadores, con la
gente humilde, con otros grupos oprimidos, para tra-
bajar juntos en la búsqueda de cambios políticos radi-
cales y significativos. Sé que la expresión «cambio po-
lítico radical» es vaga. Pero no voy a ofrecer un manual
del cambio social porque creo que yo y todos nosotros
tenemos mucho que aprender acerca del mundo que
nos rodea. Pienso que la forma de ese cambio surgirá
a medida que continuemos en lo que yo creo deberá
ser una larga batalla.
"¿Qué deben hacer los científicos? He aquí mis
sugestiones:
a) Ante todo podemos trabajar para organizar a
otros científicos y lograr que reconozcan sus responsa-
bilidades de acuerdo con lo expuesto más arriba.
b) Los científicos no deben investigar en aquellas
áreas que beneficien directamente la capacidad bélica
del país o a aquellas industrias que exploten a la po-
blación en su provecho. Aun deberíamos considerar
otras implicaciones relacionadas con esos potenciales
en una forma mucho menos obvia. Es evidente que con
esta acción no detendremos el progreso en esos cam-
pos. Sin embargo, tal toma de posición puede servir
para elevar el nivel de conciencia entre los científicos
acerca de esos problemas.
c) Siempre que sea posible, los científicos deben
contribuir con su conocimiento y capacidad, con los
grupos que trabajan en el sentido de colmar las nece-
sidades del pueblo trabajador y de la gente humilde.
Pienso que los grupos más capacitados para hacerlo
son aquellos cuyo contexto ideológico reconoce que la
explotación del sistema capitalista es la raíz de todos
los males sociales.
d) Los científicos deben operar dentro de sus pro-
pias instituciones, sus lugares de trabajo, para ayudar
allí en la lucha del pueblo trabajador y para influir en
la forma en que estas instituciones interactúan con la
comunidad que las rodea. Tales actividades pueden
ayudar a construir los lazos necesarios para un cambio
importante.
"Finalmente quiero enfatizar que los científicos no
deben considerarse a sí mismos una élite especial. An-
tes que podamos hacer contribuciones reales, debemos
reconocer nuestro propio sentido de élite, sentido que
nos fue inculcado por nuestra clase, nuestras institu-
ciones educativas y nuestros actuales lugares de tra-
bajo. Debemos reconocer cómo, en muchas formas,
nuestros intereses son comunes con los de otros tra-
bajadores y antes que un cambio efectivo pueda tener
lugar, debemos aliarnos con ellos y no hacerlo desde
una posición de superioridad." O
22
II
La Academia de Física de Lyon otorga cada dos años el premio Jean Tliibaud a un
trabajo de esa especialidad. En 1970 el premio fue compartido por G. Ripka, in-
geniero del Commisariat a VEnergie Atomique de Francia y J. M. Levy-Leblond,
profesor de la Facultad de Ciencias de París.
El profesor Jean-Marc Levy-Leblond donó su parte a una organización de ac-
ción política, enjuiciando en su discurso ante la Academia de Lyon —que trans-
cribimos en parte— el sentido final del trabajo científico y de los premios que
pretenden alentarlo.
"Es con mucha satisfacción que recibo hoy el pre-
mio Thibaud discernido por vuestra Academia. Y tra-
taré aquí de agradecerles este placer tan particular, cu-
ya naturaleza intentaré hacerles comprender. En efec-
to, este premio me resulta útil y precioso por muchas
razones. En especial me ha dado la ocasión de profun-
dizar sobre ciertas cuestiones relativas a mi situación
de investigador científico, así como también la posibi-
lidad de exponer hoy algunas de mis conclusiones.
"Realmente es imposible recibir un premio de tal
envergadura, sin plantearse algunos interrogantes: ¿Por
qué esta recompensa; qué hice de meritorio? ¿A los
ojos de quién? ¿Para qué y a quién sirve en definitiva
mi actividad científica? ¿Por qué me dedico a la inves-
tigación científica, cuáles son mis motivos personales?
¿Por qué la sociedad organiza la investigación cientí-
fica? ¿Cuál es el papel que juega la ciencia en nuestra
sociedad?
"Para todas estas preguntas existen una serie de
respuestas «naturales». ¿No es acaso absolutamente evi-
dente que la ciencia juega un papel fundamental en la
evolución de la sociedad, constituyendo el motor esen-
cial de su progreso? ¿No lo es que el investigador cien-
tífico se ha convertido así en un agente indispensable
de la felicidad de la humanidad, extrayendo de este
pensamiento sus primeras motivaciones y sus más gran-
des satisfacciones? Bajo formas apenas menos nítidas
éstos son —hay que reconocerlo— los temas de un in-
cesante discurso que se escucha desde la escuela prima-
ria hasta la facultad, difundidos por los organismos más
conservadores, como también por algunas voces preten-
didamente revolucionarias, Sin embargo hay muy bue-
nas razones para emitir serias dudas en lo que respecta
a la validez de esas respuestas.
"Por supuesto, yo me encuentro mucho más cómodo
hablando de estos problemas que de mis propios tra-
bajos por los cuales ustedes consideraron que debían
recompensarme hoy y que brindan un brillante ejem-
plo de «investigación pura», es decir gratuita, sin otro
interés que. el de excitar la curiosidad de una veintena
de especialistas en el mundo. La mayoría de los traba-
jos de investigación científica revisten actualmente este
carácter esotérico, únicamente comprensible para al-
gunos pocos iniciados. Ciertamente existen otros do-
minios donde se entrevén gigantescas posibilidades de
aplicación: la medicina, la agronomía, por ejemplo, pa-
recen poder aportar hoy algunas respuestas técnicas a
los problemas de la enfermedad y del hambre que afec-
tan a la mayor parte de la humanidad. Pero justamente
las estructuras sociales son tales que estas soluciones
técnicas no pueden ser puestas en práctica.
"Si bien es cierto que los progresos de la técnica
traen aparejados en general un aumento de la produc-
tividad industrial, no hay ningún caso que pueda de-
mostrar que tal situación haya tenido como consecuen-
cia directa el mejoramiento de las condiciones de vida
de las masas populares. Son necesarias duras luchas so-
ciales, que siempre recomienzan, para obligar a las cla-
ses dirigentes a no utilizar exclusivamente en su pro-
vecho las nuevas posibilidades resultantes de la ciencia
moderna. De tal manera la modernización técnica de
las empresas se traduce, a menudo, en desempleo. Asi-
mismo entre 1958 y 1968 las técnicas y la productivi-
dad industrial aumentaron prodigiosamente. Pero fue
necesaria la gran huelga de mayo-junio de 1968 para
que los obreros franceses obtuvieran globalmente algu-
nas mejoras en sus condiciones de trabajo, ventajas que
poco a poco fueron nuevamente anuladas por la patro-
nal. Estas dudas en cuanto a la función progresista de
la ciencia, implican otras referentes a las motivaciones
de los investigadores.
"Por otra parte son cada vez más numerosos aque-
llos que toman conciencia de esta situación y llegan a
veces a confesarlo. Pero muy a menudo es para refu-
giarse en una ética del conocimiento como valor en sí,
donde la ciencia se convierte en su propio obietivo. Ahí
está, sin duda, el último recurso de aquellos que re-
chazan contemplar los hechos de frente.
"Pero estoy bien lejos de creer que la ciencia y la
investigación no sirven para nada; por el contrario,
estoy convencido que son muy útiles. Solamente que
no sirven del todo a los que pretenden servir.
"Los mecanismos por los cuales ella (la ciencia) asu-
me este rol son numerosos y complejos. Pero se pue-
de, sin embargo, señalar algunos. Primeramente, en el
plano político, es evidente que las potencias imperta-
listas utilizan al máximo los recursos de la técnica mo-
derna para obtener un armamento destinado a garan-
tizar su poder. Es sin duda en este dominio militar que
la investigación científica ha encontrado en tos últimos
años sus aplicaciones más numerosas y coherentes. Pero
aun allí la utilidad y eficacia de estas aplicaciones es-
tán limitadas, a pesar del chantaje del terror atómico.
No hay más que ver la resistencia victoriosa del pueblo
2S
Aplicaciones
Computacionales
— Ingeniería civil
—• Organizaciones
— Economía y finanzas
— Ingeniería de sistemas
— Modelos matemáticos
— Programación de
aplicaciones científicas
— Sistemas de información
— Centros de cómputo
—- Estadística aplicada
ASESORES
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Tel. 45 - 9054 / 6349 - Buenos Aires
vietnamita contra la agresión norteamericana, para per-.
suadirse que en ninguna parte la técnica y la ciencia
son suficientes para garantizar el poderío militar y po-
lítico.
"No quisiera hablar ahora sobre el crucial papel ideo-
lógico de la ciencia. Puede sostenerse perfectamente la
idea que, después ele la religión, luego de los «humanis-
tas» clásicos, es hoy día la ciencia la que cada vez con
más vigor estructura las formas de la ideología im-
puesta por la clase social que detenta el pocler: la bur-
guesía. La ciencia es así invocada para cubrir con una
máscara de objetividad y tecnicismo la dominación de
esa clase.
"Finalmente, el último servicio que brinda la ciencia
a esta sociedad: asegura la puesta en escena de estos
nuevos juegos de circo con los cuales se intenta diver-
tir a las multitudes y servir así como elemento diver-
sionista y de distracción de los verdaderos problemas,
¡Cómo considerar de otra manera la carrera a la Luna
y esos robots pisando el polvo selenita al precio de
millones y millones de dólares que representan real-
mente el sudor y la sangre de millones de hombres a
quienes se arroja como pasto ese espectáculo! A la luz
de estas observaciones sobre el verdadero papel que
juega la ciencia, el investigador científico, el «sabio»,
aparece entonces como el agente de estos mecanismos
de servidumbre,
"Que sea o no consciente de las fuerzas al servicio
de las cuales trabaja, no lo excusa de ser su cómplice.
En efecto, todas las motivaciones de uso externo que
yo cité más arriba: que se trate del progreso técnico,
de la felicidad de la humanidad o de la ética de la
ciencia por la ciencia, todo no es más que hipocresía
frente a los hechos. En realidad, a través de la investi-
gación, como pasa en todos lados, es la carrera hacia
el poder lo que inspira a los científicos. Ya sea en el
interior de la comunidad científica o en el ámbito de
la sociedad en general, es siempre la ideología de élite
la que se pone en marcha.
"¿Por cuál otra razón, por otra parte, sería yo me-
recedor de esta distinción? Y yo encuentro ahora las
respuestas a las preguntas que plantee al principio.
¿Acaso no se otorgan los premios científicos a aquellos
que de la mejor manera cumplieron con el papel que
les asigna esta sociedad? Se los premia por propagar y
mantener la idea de una ciencia políticamente neutra
y socialmente progresista, por aceptar y difundir la
ideología de élite y de competencia y por ayudar así a
la clase dirigente a enmascarar los mecanismos de ex-
plotación y opresión sobre los cuales está fundada esta
sociedad.
"Y naturalmente cuanto más «puro» e inconsciente
de este papel que se le asigna, el investigador mejor lo
interpreta y de allí el interés de un sistema de primas
ya sea consistente en dinero efectivo, en prestigio in-
dividual o en migajas de poder.
"Pero como todo sistema de selección, el mecanis-
mo de elección de los laureados presenta serias fallas
y así en esta ocasión, el dinero de un premio científico
—el que me otorgan a mí— ayudará a aquellos que
quieren construir una sociedad sin explotación, sin je-
rarquía y sin premios." O
24
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  • 3. w m r a Revista mensual de ciencia y tecnología Retículo cristalino regular de un metal. De la nota de página 29, ¿Podernos ver los átomos? José Babini Roberto Caldeyro-Barcia Julio Moreno Juan Arturo Grompone Jonathan Beckwith Jean Marc Levy-Leblond Jorge Merlo Flores Alberto Boníiglioli Manuel Risueño James Leonard Hancock 3 3 4 5 7 14 15 19 20 25 29 42 49 53 60 61 62 63 6 4 64 Un balance anticipado 223 grados centígrados El martillo de las brujas Max Born Perinatología Humor nuevo El pensamiento pitagórico en América Latina Otra respuesta a Metegol N9 2 Ciencia, sociedad, política y premios Una industria electrónica nacional ¿Podemos ver los átomos? Novedades de Ciencia y Tecnología 1. Antiguas glaciaciones en el sur argentino 2. Un nuevo grupo de superconductores 3. Partenogénesis en mamíferos 4. Los cromosomas de Adán y Eva 5. Miniaturizar las pilas 6. Susa: textos surgidos de la arena 7. La inmunología en los invertebrados 8. La prostaglandina y el aborto 9. Tecnología exportable Los polióminos III El espermatozoide El filtro de las noticias Libros nuevos Cursos y reuniones científicas Correo del lector Respuesta a Metegol W 3 Metegol N9 4 De las opiniones expresadas en los artículos firmados son responsables exclusivos sus autores.
  • 4. i ílft Axlo I / N" V, ! Marzo 1 9 7 1 / B u e n o s Aires Av. Roque Súcnz Peña 323, 4? piso, Of. 43 Buenos Aires — Tel.: 45-8935 Ricardo A. Ferraro Eduardo A. Mari Héctor Abrales Daniel Goldstein Ricardo Schwarcz Lina Mari Horacio Speratti Isabel Carballo Fernando Díaz Julio Moreno María Susana Abrales Caracas: Pascual Llórente Florencia: Hernán Bonadeo Frankfurt: Jan Kovarik Londres: Eduardo Ortiz Nueva York: Roberto Lugo París: Jorge Schwarzer Praga: Jan Rehacek San Pablo: Ricardo Albizuri Santiago de Chile: J. Pablo Schifini New Scientist; Sciences; Science et Avenir; Science-Progrés-Découverte; Science et Vie; Science Journal; Scientific World; Sapere; Cooperation Technique; Science Service; Associated Press; APN; TASS; CTK; ADN; Agencia DAN; ICA press. Es una publicación de Editorial Ciencia Nueva S.R.L., Av. R. Sáenz Peña 825, 4? P, oí. 43, Buenos Aires. República Ar- gentina, Tel.; 45-8935. Distribuidores: en la República Argentina Ryela S.A.I.C.I.F. y A., Paraguay 340, Capital Federal. Tel.: 32-6010 al 29; en Capital Federal, Vaccaro Hnos., S.R.L., Solís 585, Capital Federal. Impreso en Talleres Gráficos DiDOT S, C. A., Luca 2223, Buenos Aires. Precio del ejemplar: ley 18.188 $ 3 (m$n. 300). Suscripciones: Argentina, ley 18.188 $ 40 (m$n. 4.000) por año; exterior, por vía ordinaria, u$s, 10 anual. Registro de k propiedad intelectual n" 1049414. Hecho el depósito de ley. Circula por el Correo Argentino con Tarifa Reducida, concesión n? 9165, y Franqueo Pagado, concesión n? 3689. Derechos reservados en castellano y cualquier otro idioma para los trabajos originales, y en castellano para colabora- ciones traducidas. Directores Asesores de dirección Secretarios de Redacción Diseño gráfico D i b u j o Humor Secretaria Corresponsales Servicios del exterior
  • 5. Un balance anticipado Hacer una revista como CIENCIA NUEVA era —es aún— un ambicioso objetivo en la Argentina y en la década del 70. No es un trabajo dirigido a un público masivo y no atrae por ello la atención de quienes in- vierten capitales para obtener beneficios en la misma moneda. Quienes decidimos la publicación de la revista, en abril del año pasado, sabíamos bien esto. Pero también sabíamos que un trabajo así era necesario, útil y pleno de sentido. Así lo entendieron también un grupo de científicos y de técnicos argentinos que fueron tan ge- nerosos para alentar nuestro ideal como para brindar- nos su valioso tiempo y su trabajo. CIENCIA NUEVA no ha cumplido aún un año de vida, pero la gratificación que paga nuestro esfuerzo hace ya innecesario esperar el convencional cierre de ejercicio. Hemos puesto en la revista nuestro dinero, nuestro esfuerzo, nuestra convicción y nuestras mejo- res posibilidades. Tratamos de ser responsables de nues- tros errores y conscientes de nuestras limitaciones. Es- tamos aprendiendo a comunicarnos a través de una revista que debe ser el vehículo de ideas y opiniones definidas en un todo coherente y que además debe apo- yarse en nuestra exigencia de universitarios, en nues- tra propia disciplina técnica. Es por ello que no esta- mos conforme del todo con lo hecho, sabemos que CIENCIA NUEVA no cumple aún con plenitud su tarea de comunicación. Pero el balance es positivo porque CIENCIA NUE- VA ha superado la desconfianza inicial de algunos sec- tores especializados y ha alcanzado, sin restricciones, e] apoyo generoso de científicos, técnicos y estudiantes de todas las áreas. Son ellos la mayoría de nuestros lecto- res, son los que creen en la necesidad de una revis- ta de ciencia y tecnología en castellano y los que la sostienen comprándola con regularidad, suscribiéndose, enviando cartas, discutiendo, colaborando con sus tra- bajos. En el sistema en que vivimos, la supervivencia de todo medio de comunicación se apoya ineludiblemente en la publicidad comercial. Tal ocurre con CIENCIA NUEVA y estamos especialmente agradecidos a las em- presas que, rompiendo arraigadas costumbres, apoya- ron económicamente nuestro trabajo desde el principio así como esperamos esa ayuda de muchas otras empre- sas cuyo trabajo está relacionado con la ciencia y la tecnología. Sin embargo, queremos insistir en algo ya obvio por- que surge de una normativa ética: el hombre más im- portante para nosotros es el lector. Sólo él justifica la existencia de un medio de comunicación como CIEN- CIA NUEVA y sólo el lector está a nuestro lado en cada una de las decisiones, en cada una de las elec- ciones parciales que integran el conjunto de nuestra tarea. O 223 grados centígrados Hace unos años Ray Bradbury eligió "Farenheit 451" como título de una famosa novela, porque es la tem- peratura a la cual el papel entra en combustión. Claro que no se trataba de una autocombustión: un equipo especial del cuerpo de bomberos prendía fuego a todo lo que fuera libros o material impreso. En nuestro país ya varias veces hemos puesto en práctica la idea de Bradbury si bien, como buenos ob- servantes de las convenciones internacionales, no . usa- mos la escala Farenheit sino la centígrada y el orga- nismo encargado de quemar las publicaciones no es el cuerpo de bomberos sino la Dirección de Correos y Telecomunicaciones. Es así como todo libro o publica- ción de apariencia sospechosa ante los ojos de nuestros afanosos y burocráticos censores es arrojado a la ho- guera, seguramente para que no contamine nuestras 3
  • 6. almas putas y no ponga en peligro nuestro "estilo de vida". Triste concreción de una ficción que tenemos el privilegio de llevar a la práctica. El oscurantismo gana terreno en Argentina. La re- presión de la cultura, la "caza de brujas", alcanza ya a todos los niveles, en medio de la apatía o la indiferen- cia de la mayoría e inclusive la complacencia incons- ciente de muchos. Mientras nos enorgullecemos, inge- nuamente, por un Premio Nobel, nuestros inquisidores queman libros, amputan películas cinematográficas, pro- hiben la libre difusión de las ideas, arrinconan al pe- riodismo en la autocensura, persiguen a intelectuales y científicos y, por añadidura, mediante la utilización de El martillo de las A través de la prensa, durante varios días, la pobla- ción pudo seguir los episodios, declaraciones, réplicas y contrarréplicas que enmarcaron la liquidación de una experiencia terapéutica. Nos referimos a la interven- ción del Centro Piloto del Hospital Nacional José A. Esteves, dependiente del Instituto Nacional de Salud Mental. Las razones esgrimidas para justificar esa me- dida, la puerilidad de algunos de los argumentos for- mulados dejan pocas dudas sobre el trasfondo discri- minatorio de las sanciones aplicadas a los responsables de poner en práctica las técnicas de comunidad tera- péutica. El mismo espíritu impregna el dictamen recaído sobre el sumario instruido al personal y al ex director del Instituto Nacional de Radioastronomía. Un caso más desembozado de persecución ideológica lo configura la "suspensión preventiva" dispuesta por el intendente Manuel Iricibar contra un médico psi- quiatra del hospital Alvear a instancias de la Secre- taría de Informaciones del Estado (SIDE) por haber sido calificado como comunista según la ley 17.401. Nada lograron las indignadas reacciones de la Aso- ciación de Médicos de Buenos Aires, de la Asociación Nacional de Investigadores (ANDI), de la Asociación Psicoanalítica Argentina y la Federación Argentina de Psiquiatras. La frecuencia de episodios de esta índole que el país ha debido presenciar en los últimos años constituye ya un clima que recuerda con zozobra oscuros períodos de otras naciones —y de la nuestra— cuyos resultados todos los medios de educación y de difusión, deforman la mente de nuestro pueblo, envilecen el significado de las palabras, adormecen la capacidad creativa y crean el temor al "enemigo invisible", para obtener así la tácita aceptación de su acción. Quemar libros, cualesquiera sean sus títulos o auto- res, es un crimen que no puede admitirse. Nuestra cul- tura, nuestro futuro, están en peligro. No podemos aceptar que en la Argentina se pongan en práctica las alucinantes ficciones de "Farenheit 451", de "1984" y de "Un mundo feliz", que es hacia donde arrastra toda censura, sin que palie en manera alguna la "no- bleza" de los ideales en los que pretende ampararse. O debieron haber disuadido a los improvisados Torque- mada nativos, de la inutilidad de la hoguera, la cárcel, la tortura o el ostracismo. Porque ni la tierra es plana, ni el vuelo del hombre es brujería, ni existe una ciencia oficial, ni hay una sola manera de pensar. Hay una profunda contradicción entre los dichos de los funcionarios que se han ocupado de la migración de científicos y de la necesidad de incrementar la pro- ducción nacional de profesionales de alto nivel y el hecho de que lo que decide en definitiva la carrera de un investigador no es el curriculum vitae sino, el pron- tuario. Traicionaríamos nuestras palabras cuando decíamos que ". . . el resultado de la ciencia afecta a todos los hombres.. ." cuando consideramos que ".. .es impres- cindible que todos los hombres tengan acceso a la re- visión de sus metas, sus ritmos, sus logros. . ." (CIEN- CIA NUEVA, N? 1) si calláramos estos hechos y este clima. Es menester entender que esto no es cosa menu- da que afecta solamente a tres o cuatro exaltados pues- tos en vereda por la autoridad constituida. No es solamente la frustración de un creciente número de jóvenes a quienes se cortan los caminos de acceso a la formación científica. No es solamente el intento de crear una nueva casta de ilotas, algunos de los cuales son aprovechados diligentemente por las metrópolis. Es la erección de la corrupción como sistema, de la delación interesada y la obsecuencia servil como mé- ritos. Es, en fin, el precio que, en términos de atraso, el país debe pagar por tanta torpeza. O brujas
  • 7. Max Born José Babini Unos meses antes de la aparición de CIENCIA NUEVA, el 5 de enero de 1970, había muerto Max Born, uno de los científicos más importantes del siglo. Por eso, con sentido de homenaje, pedimos al ingeniero José Babini que recordara la vida y la obra del físico alemán al cumplirse el primer año dé su desaparición, Con Max Born desapareció una de las figuras protagonistas de la epo- peya física que en la tercera década de este siglo condujo al advenimien- to de las nuevas mecánicas. Max Born había nacido en Bres- lau en un ambiente académico; su padre, Gustav Born, era profesor de anatomía, tendencia hacia la bio- logía que se perpetuará en el hijo mayor de Born, también Gustav, profesor de farmacología en la Uni- versidad de Londres. Inició sus estudios universitarios en su ciudad natal, dedicándose en especial a la matemática, contando entre sus profesores al matemático Jakob Rosanes (1842-1922) del cual escuchó unas lecciones sobre matrices —una novedad entonces— que resultaron premonitorias por el papel que más tarde las matrices desempeñarían en sus investigacio- nes de física teórica. Born continuó sus estudios en Iíeidelberg y Zürich y finalmente en Gottingen, donde experimentó la influencia de los "tres grandes": . Félix Klein, David Hilbert y Her- mann Minkowski. Obtuvo un pre- mio por un trabajo de índole expe- rimental sobre elasticidad, se docto- ró y regresó a Breslau para continuar estudiando e investigando, en espe- cial sobre los temas entonces en el tapete: electrones, quanta y relati- vidad. Sobre esos temas Born redacta un trabajo en 1908, que el año si- guiente le permitirá habilitarse en la Universidad de Gottingen. Esta envía a Minkowski para un proba- ble trabajo en colaboración que la repentina muerte de éste último impidió. En 1909, "para aprender algo so- bre los electrones en su fuente", frecuenta el laboratorio de J. J. Thomson en Cambridge -—otro he- cho premonitorio— y unos años des- pués, en 1912, ya conocido, es in- vitado a dictar un curso sobre rela- tividad en Chicago, aprovechando para realizar un trabajo experimen- tal en espectroscopia con Michelson. De esta época son sus investiga- ciones acerca de la estructura cris- talina de la materia y su designa- ción de profesor extraordinario en Berlín para descargar a Max Planck de las tareas docentes. Es en Ber- lín, donde pasa los años de la Pri- mera Guerra 1915-1919, en los que estrechará su amistad con Einstein. Ya para entonces, desde 1913, Born había formado un hogar con una descendiente de juristas alema- nes, mujer de cultura que tuvo in- fluencia sobre su vida espiritual. Norbert Wiener recuerda el hermo- so espectáculo que ofrecía la pare- ja haciendo música, ya a cuatro ma- nos en el piano, ya acompañando Born a la esposa en su canto. Igual- mente simpática ha de haber sido la pareja Einstein-Born en Berlín interpretando sonatas para violín y piano. 5
  • 8. Antes de que surjan LOS INGENIEROS DE VARIAS PIERNAS. Antes de que sur¡an los mutantes que anuncien cambios genéticos im- previsibles, c o n v i e n e planificar ¡a marcha de t o d a obra; simplificar sus caminos; impedir, en suma, que haya que dirigirse hacia v a r i o s o b j e t i v o s al mismo t i e m p o . A f o r t u n a d a - mente, los especialistas en organización indus- trial del país y del ex- terior han perfecciona- d o e! Método de Ca- m i n o Crítico: tenemos 1 5 profesionales y téc- nicos para asesorarlo sobre él. A v a l : 90 obras progra- m a d a s , que cubren más de 300.000 m2 , y 15 profesionales y técni- cos a su servicio. Estudio ALSZ D i a g o n a l Norte 846, piso 39, O f i c i n a 302 - Buenos Aire» Tel. 4 0 - 6 3 7 5 y 6 2 9 4 El matrimonio Born tuvo tres hi- jos: el mayor Gustav y dos hijas que residen fuera de Alemania, una en Australia y la otra en Inglaterra. Después de la guerra Born pasó a Frankfurt como profesor de físi- ca teórica en reemplazo de Max von Laue. En Frankfurt pronunció una serie de clases públicas sobre la teo- ría de la relatividad que sirvieron de base a su tratado de 1920 que dos años después Ortega y Gasset hizo traducir por García Morente e incluyó en su Biblioteca de ideas del siglo xx con el título La teoría de la relatividad de Einstein y sus fundamentos físicos. Con el comienzo de la tercera dé- cada del siglo se inicia también el período más brillante de la vida científica de Max Born cuando en- tre 1921 y 1933 es profesor en Go- ttingen y su escuela en esa Univer- sidad se torna famosa. Ya a raíz del "Festival Bohr", ci- clo de conferencias que pronunció Niels Bohr en Góttingen en 1922, los temas vinculados con la teoría cuántica fueron objeto de investiga- ciones por parte de Born y de sus discípulos y colaboradores: Paul Jor- dán, W. Fleisenberg, N. Wiener, etc. Son de ese decenio las investi- gaciones sobre "mecánica cuántica" (expresión que acuña Born en un trabajo de 1924), sobre mecánica de las matrices (Heisenberg, Born- Wiener) y la interpretación estadís- tica de la teoría de los quanta que Born da en 1926 y que le valdrá en 1954 el Premio Nobel de Física. En cambio nada valdrán aquellos méritos en la Alemania nazi y en 1933 Max Born es "licenciado". Igualmente fue prohibida una Mo- deme Physik, editada por Springer con las lecciones dictadas en 1932 en la Escuela Superior Técnica de Berlín y que en definitiva aparecie- ron en inglés en 1934 como Atomic Physics, libro que en 1952 apare- ció traducido en Buenos Aires en la colección Nueva Ciencia, Nueva Téc- nica de Espasa. En 1933 Max Born encontró re- fugio en Gran Bretaña donde per- maneció veinte años: tres en Ingla- terra (Cambridge) y los 17 restan- tes en Escocia como profesor en la Universidad de Edinburgo, con un breve período de seis meses que pasó en el Instituto Científico de BangaWe (India), invitado por el físico Raman. Max Born fue acogido muy cor- dialmente en Gran Bretaña, cuya ciudadanía adoptó en 1939 y en es- pecial en Escocia se lo consideró un escocés honorario y jocosamente la Faraday .Society de Edinburgo lo proclamó jefe del Clan MacBorn. Ya septuagenario, en 1953 Max Born pasó a la categoría de emérito y en 1954 regresó a Alemania, don- de formalmente se le restituyó su cátedra en Góttingen. Como Einstein y otros científi- cos, Max Born sufrió el tremendo impacto que provocó la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, sacudiendo fuertemente aquella fe en la objetividad científica que sos- tenía a los hombres de ciencia de los años treinta. Ya en el Post Scriptum que agre- gó en la segunda edición, en 1951, de su El inquieto universo que Ma- rio Bunge tradujo para Eudeba en 1960, Max Born reconoce cuán rudo golpe había sufrido la candorosa y optimista afirmación expresada en la primera edición del libro de tres lustros antes, acerca de la pura cu- riosidad del hombre de ciencia alen- tando la búsqueda desinteresada de la verdad. Frente a la bomba atómica Max Born pudo sentirse tranquilo afir- mando que no intervino para nada "en esa triste ciencia de la destruc- ción", aunque atribuyó el feliz des- tino de mantenerse alejado de las investigaciones de física nuclear al hecho circunstancial de haber sido insoportablemente malas las leccio- nes recibidas en esa materia. Mas no por eso dejó de reconocer la tre- menda responsabilidad de los cien- tíficos cuando el legítimo orgullo de los físicos teóricos, al hacer es- tallar la primera bomba experimen- tal, cambió de signo después de Fliroshima. Como buen científico y ante las aplicaciones destructivas de las teo- rías científicas, no sólo en el cam- po de la física nuclear sino también en los de la radio, la televisión y la psicología, Max Born trató de racionalizar la cuestión y, casi octo- genario, en una trasmisión por tele- visión señaló que la razón permite distinguir lo posible de lo imposi- ble, mientras que la inteligencia dis- tingue lo que tiene sentido de lo que no lo tiene; pero como hay co- sas posibles que no tienen sentido, es tiempo por tanto de que la inte- ligencia intervenga para que lo que es hov posible también tenga sen- tido. O
  • 9. ••H.LI1¡iii„ ¡l_" i'^íí """'*~ Perinatología Entrevista al Dr. Caldeyro-Bar da Los hechos que ocurren antes, durante y después del nacimiento, definen el área de tra- bajo de un organismo único en el mundo en su especialidad: el Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Humano que dirige en Montevideo el Dr. Roberto Caldeyro- Barcia. CIENCIA NUEVA: Nos interesa saber cómo está orga- nizado el Centro y fundamentalmente hacia dónde se di- rige, cuáles son los fines. Caldeyro-Baráa: El Centro Latinoamericano de Peri- natología que se creó este año ya existía como un De- partamento de la Facultad de Medicina desde hace mucho tiempo. Nació alrededor de una técnica nueva de estudio de la función del útero humano, y de las in- vestigaciones que se hicieron sobre este tema. Después se fue ampliando. Primero se estudió solamente la función del músculo uterino, después se estudió la far- macología, es decir la acción de drogas sobre el útero, y más tarde se comenzó a estudiar el feto que está dentro del útero, con una lógica extensión de los es- tudios. Posteriormente se fue orientando hacia el de- sarrollo del embrión, del feto humano y del recién na- cido. Por eso es que el Centro actualmente se llama de Perinatología, definición que incluye los hechos que ocurren antes, durante y después del nacimiento. No- sotros no limitamos los estudios dentro de los térmi- nos clásicos, que son de la 28a. semana del embarazo hasta un mes después del nacimiento; no les clamos límites, ni antes ni después. En realidad elegimos el nacimiento como el hecho central de nuestro estudio, pero vamos atrás sin límite y también vamos para ade- lante casi sin límite, ya que tratamos de llegar hasta el niño a la edad escolar. El objeto fundamental sería saber más sobre aque- llos hechos que impiden que el ser humano se desarrolle normalmente en el sentido somático e intelectual-psí- quico. Por supuesto que esto es muy vasto y ambicioso y hay que ir eligiendo punto por punto; dentro de éstos hemos elegido los que están al alcance de nues- tros medios, que son limitados. El profesor doctor Roberto Caldeyro-Baráa es director del Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Humano, dependiente de la Universidad de la República Oriental del Uruguay, de la Oficina Sanitaria Panamericana y de la Organización Mundial de la Salud. Es asimismo profesor de Fisiopatología en la Facultad de Medicina de Montevideo. C.N.: ¿Cuáles son los temas en los que se centra el estudio? C. B.: Actualmente está centrado sobre aquellos aspec- tos que se producen durante el embarazo y el parto y que pueden repercutir sobre la vida del feto o sobre su salud y afectar en forma permanente su desarrollo. Principalmente —dado que estamos en Latinoamé- rica— sobre aquellos hechos que pueden tener una 7
  • 10. aplicación a mejorar la asistencia materno-infantil. Voy a citar un ejemplo práctico para visualizar el problema: Quizá usted haya oído hablar de que en las tribus indígenas de América, el parto se tiene en una posición vertical, en cuclillas. Curiosamente, si uno va al Asia u otros continentes en los cuales la influencia de la medicina europea de este siglo no ha llegado, también el parto se hace así. Si se estudia después la medicina de Europa, se ve que en la Edad Media también el parto se realizaba en cuclillas y desde un cierto mo- mento los franceses, para facilitar la labor del partero, pusieron la mujer acostada y de espaldas, asumiendo una posición que no es natural ni fisiológica, ni es la mejor ni la más cómoda. Pero eso se fue haciendo ru- tina y se fue extendiendo en el mundo occidental. El choque entre las dos civilizaciones se ve en Amé- rica, por ejemplo en México, donde va avanzando el seguro social con la medicina "moderna" y llega a un poblado indígena e instala un nuevo hospital; las mu- jeres se resisten a acostarse, entonces los médicos con capacidad de observación, después de haber desistido en la lucha con la mujer, ven que tienen el parto muy rápidamente y sin problemas. Mucho más rápidamente y con menos dolor que lo que los médicos están acos- tumbrados a ver con los métodos aprendidos en la escuela de medicina. Pasando por Cuba, hace dos meses, me encontré con el profesor Alvarez Lajonchere, quien tiene un estudio hecho hace muchos años sobre este tema, que demuestra cómo la posición de cuclillas ayudaba al progreso del parto, facilitando el avance de la cabeza fetal en la pelvis. En la Argentina se fabrica un sillón obstétrico espe- cial, que permite a la mujer estar en la posición de cu- clillas y al mismo tiempo ser atendida por el médico. Ahí se combinan las dos cosas; pero su uso no se ha difundido aún y nos interesa saber por qué. Queremos comparar en forma científica y documen- tada instrumenfalmente, el parto en una posición acos- tada y en cuclillas. Si realmente encontramos diferen- cias entre una o la otra, publicarlo, y si no las encon- tramos, también publicarlo, de modo que pueda cam- biarse esta orientación, porque revisando históricamente ya vimos cuál es el origen de la actual costumbre médica de la medicina occidental. Otro ejemplo sencillo es el siguiente: El feto huma- no está en una bolsa que se llama saco ovular o am- niótico v cuando empieza el parto y se va abriendo el cuello del útero, la parte inferior de la bolsa aparece a la vista v se llama "la bolsa de las aguas", porque está llena de líquido amniótico. Es costumbre casi de rutina que la persona que atiende el parto rompa la bolsa de las aguas. En el pasado se discutía si se debía romper o no. Ahora no hay discusión, se rompe sistemáticamente en todos los casos. Lo más curioso es que cuando preguntamos a los obstetras por qué rompen las membranas artificial- mente, nos contestan que ésa es la práctica que les en- señaron sus maestros. Ellos creen en forma empírica que la duración del parto se acorta. Nosotros no lo sabemos. Por eso estamos estudiando cómo es mejor el parto, si con la bolsa íntegra o con la bolsa rota. Pensamos que no está demostrado en forma científica que sea conveniente romperla. Consideramos que tiene peligros, que puede favorecer infecciones si el parto se prolon- ga, que la cabeza del feto se deforme más de lo que se deformaría si la bolsa de aguas estuviera sana, cuan- do tiene una especie de colchón hídrico que distribuye las presiones y trata de igualar la presión que soporta la cabeza con la del resto del cuerpo del feto, especial- mente durante las contracciones uterinas. Por otra parte si se escucha o se registra con un tacómetro con qué frecuencia late el corazón del feto, se puede observar claramente que después de la rotura de la bolsa de las aguas, durante el parto, la frecuencia de los latidos se modifica. Para aclararle más, lo que digo es que cuando la cabeza fetal queda descubierta, cada contracción del parto hace descender en forma transitoria la frecuencia cardíaca del feto (fig. 1). Pa- recería que esto no ocurre, o que si ocurre se produce con menor frecuencia, cuando la bolsa de las aguas se mantiene íntegra durante todo el parto. Aún no sa- bemos qué importancia tiene este fenómeno sobre la evolución del niño, sí es perjudicial o no. Este es otro de los fenómenos que estamos estudiando. Lo que estamos hacien'do es utilizar instrumentos muy sofisticados de estudio, para demostrar que puede ser' más conveniente volver a lo natural en la asisten- cia del parto, volver a lo que hacía el hombre cuando no había médicos. Esto se aplicaría a la mayoría de los partos, a los partos normales sin complicaciones, en los cuales el embarazo y el parto son procesos fisioló- gicos normales que no necesitan del médico más que observación para controlar que todo está normal. Hay otra serie de casos, más pequeña, en los cuales hay enfermedades de la madre o del feto y entonces el mé- dico tiene que intervenir activamente para corregir lo que se ha desviado de lo normal y para lo cual necesita mejores métodos de diagnóstico, aparte de un mejor conocimiento de los procesos que ocurren en el feto. En los últimos años se ha avanzado muchísimo en este
  • 11. lat/min 180 4t 1584 hora 8:50 hora 8:56 Fragmento de un registro obtenido durante un parto normal. El trazado superior corresponde a la frecuencia cardíaca fetal medida en latidos por minuto. La parte inferior corresponde al registro de las contracciones uterinas medidas por la presión amniútica en mm Hg. A la izquierda, con las membranas íntegras (bolsa de las aguas), la frecuencia cardíaca es normal. A la derecha, inmediatamente después de la rotura artificial de las membranas, se observa que cada contracción uterina produce una marcada caída transitoria de la frecuencia cardíaca fetal, denominada Dip I. campo, en el que también estamos trabajando, tratan- do de encontrar los mejores métodos de diagnosticar y los mejores tratamientos para un problema determi- nado del feto. Todo esto queremos después aplicarlo a ciertas áreas de la población y ver si se logra disminuir los índices de mortalidad materna y sobre todo fetal y perinatal. Deseamos disminuir también los índices de morbilidad fetal y neonatal, es decir, la incidencia de enfermeda- des y, finalmente, lo que es más difícil controlar, el desarrollo somático e intelectual de los chicos. Esto es muy difícil porque los métodos de control de lo inte- lectual son menos exactos, no se los puede medir como se mide la presión y además porque en ese resultado final, que es el desarrollo de un individuo, confluyen variados factores, entre los cuales se encuentran los socio-económicos que son capitales. Muchas veces no se puede saber si un niño determinado no adquirió un desarrollo intelectual óptimo porque en su casa no tuvo la alimentación p los estímulos necesarios o porque tuvo una asfixia perinatal. » C. N.¡ ¿Sus estadios incluyen factores tales como la nutrición? C. i3.: La nutrición es, en el continente americano, un problema muy importante. En algunos países, por ejem- plo de Centroamérica o México, donde la insuficiencia de proteínas de origen animal es muy importante, o en ciertas regiones de los Andes: Bolivia, Perú, Ecua- dor. En nuestro país, a pesar del empobrecimiento pro- gresivo ocurrido en los últimos años, la disponibilidad de proteínas de origen animal es relativamente abun- dante. De modo que hasta hace poco tiempo ese pro- blema no se hacía sentir excepto para los sectores me- nos privilegiados de la población. Con la actual crisis económica, es cada vez mayor el porcentaje de la po- blación que está sintiendo la carencia de proteínas ani- males. Esto se refleja entre otras cosas en el aumento de las tasas de mortalidad neonatal e infantil que en los últimos años están subiendo por primera vt% en la historia del Uruguay. Otro problema es el estado en que quedan los niños que sobreviven, en aquellos países donde hay deficien- cias de proteínas y en los cuales el individuo no se desarrolla ni física ni intelectualmente. Uno se encuen- tra con muchachos de 20 años que parecen tener 10 por su inteligencia y por su estatura, y se ha demostra- do que la carencia de proteínas animales en la nutrición materna hace que el desarrollo del sistema nervioso del feto sea mucho menor que el normal y que el nú- mero de unidades —las neuronas equivalentes en una computadora serían a diodos— sea la mitad de lo nor- mal. Lógicamente eso tiene que afectar el funciona- miento del cerebro. 9
  • 12. Nos encontramos ante un problema muy interesante del punto de vista humano: una población privada de muchas cosas y entre ellas de proteínas animales, está •encerrada en un círculo vicioso del cual no puede salir, porque va a carecer de la capacidad de trabajo, de la inteligencia e iniciativa, y hasta si se quiere de la agre- sividad y rebeldía para salir de ese estado. Eso ocurre en muchas zonas de nuestro continente. C. ¡¡V..' ¿En la Argentina se da algo parecido? C, B.: En los hospitales municipales de Buenos Aires se está registrando un aumento de la mortalidad peri- natal en los últimos años. Lo mismo ocurre en San Pablo y otras grandes ciudades de América latina. Recientemente se hizo un estudio en diez lugares del continente, todos con el mismo método para poder compararse, y se encontró que la mortalidad era muy alta en la provincia de San Juan, pero también lo era en el estado de San Pablo y en otras partes más. La mortalidad infantil da un índice bastante bueno de cómo está organizada una sociedad y de la eficiencia que tiene para cubrir las necesidades de sus habitantes. Desgraciadamente, en América latina es muy alta, mu- cho más que en Europa o América anglosajona. C. N.: ¿Qué relaciones tienen con la Red de Salud Pú- blica nacional? C. B.: Por ahora ninguna, pero estamos tratando de desarrollarlas. Hay países en los cuales cada muerte materna, por ejemplo, es objeto de un estudio imparcial por un comité que dictamina si fue inevitable o no. Se tiende a que en el futuro las muertes de los fetos y los recién nacidos también sean estudiadas en el mismo sentido. Estamos tratando de organizar, junto con la Facultad de Medicina y el Ministerio de Salud Pública (que acaba de crear su División Materno-Infantil), un sis- tema de Normas de Atención a la Madre, el Feto y el Recién Nacido. Es posible que algunos de los nuevos métodos de atención materno-ínfantil desarrollados o perfecciona- dos en este Centro, sean aplicados en otros países que ya tienen la estructura de Salud Pública pronta a nivel nacional para apreciar la eficacia de nuevos sistemas. C.N.: ¿Por ejemplo? C.B.: Por ejemplo en Cuba. Cuba tiene ya toda su organización de Salud Pública a nivel nacional muy bien organizada y está deseando mejorar las normas de asistencia y viendo cómo se refleja en las estadísticas de mortalidad perinatal, que considero realmente ex- presan la realidad. Ha solicitado con ese objeto, a través de la Organización Panamericana de la Salud, de la cual Cuba forma parte, asesoría del Centro Latino- americano de Perinatología. Yo hice mi primera visita a Cuba hace un par de me- ses y personal del Centro tiene que ir en los próximos meses para un programa concreto, colaborando con los médicos de allí. C. IV.: ¿En qué estado está la medicina, la enseñanza y la investigación en Cuba? Es uno de los países de los que normalmente se carece de información. C. B.: En Cuba, como estado socialista, se tiene casi todo estudiado, clasificado y con prioridades. La Salud Pública tiene la tercera prioridad, la segunda es la edu- cación, y la primera es la Defensa de la Revolución. Dentro de la Salud Pública, la asistencia materno- infantil tiene la primera prioridad. Las cifras que ellos dan son elocuentes. Yo no he podido verificarlas personalmente, pero por lo que vi, creo que son ciertas. El 97 % de los partos se hacen en centros hospitalarios, atendidos por equipos de mé- dicos y enfermeras que están permanentemente allí. De manera que eso es un adelanto muy grande, muy su- perior a lo que existe en nuestro país. C.N.: ¿Hay una evaluación de esas cifras en otros paí- ses de Latinoamérica? C. B.: No, no la hay. Del Uruguay no le puedo decir qué porcentaje de niños nacen atendidos en hospitales, sanatorios, y qué porcentaje de niños nacen sin ningu- na atención, y no lo conozco en Argentina tampoco. Estamos tratando de lograr esa información a través de la Organización Panamericana de la Salud que dis- pone de la estructura para hacerlo y que está haciendo muchos estudios y muy importantes. Disponemos de datos de otros países: En Suecia el 100 % nace en hospitales. En Holanda el 100 % nace con atención médica. En Holanda hay un sistema muy interesante de atención médica completa a domi- cilio. La paciente en su casa está en permanente con- tacto con el Centro Hospitalario por un sistema espe- cial que ellos tienen, en definitiva, todos tienen vigi- lancia médica permanente. De América latina no se tienen datos y las cifras que se conocen en algunos países son aterradoras. 10
  • 13. C. N.í Este Centro, ¿es único en América latina? C. B.: Como Centro de Perinatología y Desarrollo Hu- mano, yo creo que es el primero que existe en el mun- do. La idea de la perinatología no es original y se habla desde hace mucho en Medicina, pero un centro que se dirija específicamente al problema, por el momento, es único. En el Brasil existen comités de estudios perina- tales, pero no hay un Centro de Investigación y Entre- namiento como éste que requiere la colaboración de gente de diversas disciplinas, como obstetras y pedia- tras, que tienen que trabajar juntos. Además para se- guir el desarrollo del niño tiene que haber psicólogos, especialistas de lenguaje, etc., y por otra parte necesita- mos gente de las ciencias básicas: bioquímicos, biofísi- cos, fisiólogos, técnicos electrónicos, etc., que colaboren con todo este equipo. De manera que es una labor de equipo multidisciplinario que trabaja en forma inte- grada. El equipo que trabaja aquí no se constituyó de la noche a la mañana, esto viene construyéndose desde hace muchos años. Incluso ahora los especialistas de otros países latinoamericanos que han venido a trabajar al Centro ya tenían una labor coordinada con noso- tros de años anteriores, como es el caso del doctor Ricardo Schwarcz y del doctor Omar Althabe, quienes fueron entrenados en el año 1964 como Becarios del Servicio de Fisiología Obstétrica (que ahora es parte del C.L.A.P.). Cuando se creó el Centro este año, la incorporación de ellos al equipo de trabajo fue total- mente natural. La marcha de un centro de este tipo es azarosa por- que depende de una cantidad de factores a los cuales los cambios que se están produciendo en el continente no son en absoluto ajenos. Fíjese que para que este Centro funcionase fue ne- cesario que se pusieran de acuerdo el Gobierno, repre- sentado por el Ministerio de Salud Pública, y la Uni- versidad, representada por la Facultad de Medicina, y usted sabe que en este país hay bastante poca comu- nidad de ideas y de acción entre Gobierno y Univer- sidad. Afortunadamente, en este punto se pusieron de acuerdo para firmar los dos el mismo documento, ade- más de la Organización Panamericana de la Salud. Pero cualquiera de ellos puede en cualquier momento denun- ciar el convenio y el Centro vivir un año más y ter- minarse. La subsistencia futura del Centro depende exclusivamente de su producción; todos aquellos que están contribuyendo económicamente para que el Cen- tro funcione deben estar convencidos de que tiene un valor útil. Además de la Universidad y el Gobierno del Uruguay, necesita el apoyo de la Organización Pa- namericana de la Salud, en la que van a votar todos los países latinoamericanos, anualmente o por lo menos ca- da 4 años. Estos países tienen que ver resultados tangibles de lo que el Centro ha hecho para que renueven su apoyo en el futuro. C.N.: ¿Con qué personal cuenta el Centro? C. B.: El Centro tiene personal que es puro del Cen- tro, hasta ahora cuatro personas, de las cuales tres son argentinas; el único uruguayo soy yo. Pero la Universidad del Uruguay colabora con per- sonal del Departamento de Fisiopatología, del cual yo soy director titular, aunque en uso de licencia para desempeñar la dirección del Centro. Colabora además con el Centro personal de la Clíni- ca Obstétrica y Ginecológica que dirige el profesor Crottogini y que funciona aquí al lado; del Laborato- rio de Bioquímica Patológica; del Departamento de Neurología Experimental y de los Departamentos de Pediatría y de Medicina Preventiva. Además, la Organización proporciona fondos para equipos, para suplementar salarios de mucha gente que puede así trabajar con dedicación total o por lo menos aumentar sustancialmente su dedicación para el trabajo del Centro. Aparte de eso hay un número importante de becarios de otros países, que a la vez que aprenden, trabajan con dedicación total y son alrededor de 15 ó 20 —su número fluctúa— y contribuyen mucho al trabajo del Centro. Además esos becarios son quienes una vez de regreso a sus respectivos países, ayudarán a mejorar la Asistencia Materno-Neonatal. Es a través de los becarios que pasaron por acá, en los últimos quince años, que se consiguió el apoyo de los Gobiernos para la creación del Centro. Si no habría sido absolutamente imposible. C. N.: Entendernos que los becarios no son todos latino- americanos. C. B.: La mayoría son latinoamericanos, pero se puede decir que ha habido un 10 % de otras zonas del mun- do: norteamericanos, europeos y hasta algunos asiáti- cos, pero han sido pocos. 13
  • 14. C.N.: ¿Cuál es el número total de becarios que ha pa- sado por el Centro? C. B.: Más de 100 alumnos becarios lian pasado por acá desde 1956, cuando esto no era el Centro Latinoameri- cano de Perinatología, sino el Servicio de Fisiología Obstétrica. Muchos de estos becarios hoy son profeso- jes y directores de departamentos de Obstetricia y Gi- necología en sus respectivos países y eso es para no- sotros una gran ayuda, pues con muchos trabajamos en íntima colaboración. C. N.: El hecho de haber recibido becarios americanos y europeos, ¿es un índice de la calidad del Centro? C. B.: A nosotros nos ha sido de gran ayuda porque esos becarios también han contribuido mucho a la la- bor del Centro y han difundido los estudios hechos aquí en sus países respectivos, lo cual ha sido una for- ma de hacerlo conocer. Y por supuesto constituye un reconocimiento implícito. C, N.: En la puerta se lee la palabra "computadora" y el Centro de Computación de la Universidad ha dado cursos de computación a q u í . . . C. B.: Las computadoras que tenemos allí son muy sencillas, son computadoras "on-line", para hacer al- gunas integraciones a medida que se registran los fe- nómenos. Después tenemos unas computadoras muy sencillas, como la Olivetti 101. Pero estamos elaborando un programa para aprovechar la Computadora IBM 360 de nuestra Universidad. Va a asesorarnos el Centro de Cómputo del Hospital Escuela que hay en Buenos Ai- res y que dirige el doctor Bosio, con el objeto de me- jorar el sistema que tenemos de archivo y almacena- miento de datos. Ese es uno de los problemas más im- portantes que tenemos para resolver en un futuro próximo. C. IV.; Volviendo a Cuba, da la sensación por algunas informaciones, sobre todo europeas, que se ha roto el bloqueo científico, es decir, entre otros, el bloqueo de publicaciones. C. B.: Sí, ya no hay ningún bloqueo de publicaciones. A Cuba llegan publicaciones de todas partes del mun- do, inclusive de los Estados Unidos de Norteamérica. Puede ser que las reciban por vía indirecta, pero yo sé que incluso algunas publicaciones las reciben directa- mente. Lo cierto es que los médicos cubanos tienen una información completísima y además la distribuyen gratuitamente. Hay un Instituto del Libro y también un Centro de Informaciones Médicas donde se hacen resúmenes de todas las publicaciones, que se hacen llegar a las personas que se suponen interesadas; al que solicita la publicación original se la envían gratuita- mente. C. N.: ¿Hay muchos centros de investigación? C. B.: Hay un centro de investigación científica que, en relación al resto del desarrollo tecnológico, está muy adelantado y muy bien dotado. Este Centro está enca- minado sobre todo a resolver los problemas de produc- tividad cubanos. Es el Centro Nacional de Investigacio- nes Científicas. Si bien no impone ninguna línea, trata de orientar a la gente para que resuelva ciertos proble- mas vinculados con la producción agrícola, ganadera y posteriormente, industrial. En investigación médica se está haciendo un gran esfuerzo para desarrollarla, y están creando, como cul- minación de toda su red nacional de asistencia y do- cencia, los Institutos, donde la investigación será uno de los principales objetivos. Los cubanos consideran que ya han cubierto las ne- cesidades asistenciales básicas y para seguir progresando tienen que incorporar la investigación como un ingre- diente que forma parte, junto con la asistencia y la docencia, de la Medicina. Esta es la etapa en que es- tán ahora. C. N.: Quizá el Centro ya es una respuesta, ¿pero cuál es su opinión sobre la elección de temas de investiga- ción en los países en desarrollo, en los países latinoame- ricanos? Un problema que vivimos bastante en Buenos Aires es el de selección del tema, que suele ser artificial. Por otra parte, ser original en estos temas suele tener sus dificultades. C. B.: Este es un problema muy difícil en el cual no creo que se puedan establecer normas. Se habla mu- cho, se discute mucho de la investigación planificada, dirigida para resolver problemas, o de la investigación libre que hacen científicos siguiendo su inspiración es- pontánea. En realidad esta discusión es más académica que real. Porque en la resolución de cualquier proble- 12
  • 15. ma el científico va a encontar la manera de aplicar sus ideas originales y posiblemente tenga la satisfacción de, con eso, ver la aplicación inmediata muchas veces hasta en la colectividad en que vive. Pero sería muy peligro- so pretender restringir a una persona que tiene ideas, que tiene capacidad para desarrollarlas, puesto que el descubrimiento puede ser muy beneficioso para toda la comunidad. En los orígenes del Centro; en 1947, se comenzó a estudiar el problema de la presión intrauterina, muy sencillo, pero que asombrosamente había merecido muy poca o ninguna atención en el resto del mundo hasta ese momento. Por eso fue que en un medio atrasado como el nuestro, con pocos recursos y trabajando con equipos totalmente primitivos, se pudieron descubrir hechos originales y hacer adelantar los conocimientos en esa rama simplemente porque nadie le dedicaba atención, tanto que en muchos textos de Fisiología ese capítulo no existía. Floy día las cosas han cambiado y casi todos los libros de fisiología estudian la fisiología de la reproducción, fisiología del embarazo, fisiología del parto, etcétera. El hecho es que a nosotros nos fue fácil competir porque no había nadie en ese campo, o muy poca gente, y el método con el cual empezamos a estudiar nadie lo usaba siendo, dentro de todo, sumamente simple. Y por muchos años fuimos los únicos que trabajamos en el campo con ese método, no hubo competencia. Además se demostró que era un método que per- mitía estudiar muy bien fenómenos de aplicación inme- diata en la medicina y establecer que una cantidad de cosas que se decían y se repetían en todos los libros en el mundo, no eran ciertas. Todavía hoy no se ha logrado borrar totalmente de los textos una serie de aseveraciones falsas que vienen del pasado. Es muy difíci romper esas rutinas, esos dogmas. Pero de a poco se va cambiando esa manera de pen- sar y se va incorporando cada vez más en la fisiología la forma de encarar este problema de la reproducción y después posteriormente del parto. C. N,: El Centro cuenta con un programa de adiestra- miento para graduados. ¿Cuáles son los objetivos de ese programa? C. B.: El programa de adiestramiento sobre los funda- mentos científicos de la atención a la madre, feto y recién nacido es el que recibe la mayor atención de nuestra parte. El adiestramiento más importante para nosotros es aquel por el cual los médicos vienen a que- darse un año entero trabajando, ya que no se trata sólo de enseñar ciertos métodos más o menos simples o complicados, sino de cambiar la forma de pensar, de abordar los problemas con un criterio científico, de que adquieran una actitud crítica y de enseñarles a no aceptar lo que está escrito en los libros sólo por eso, porque "está escrito en los libros". Enseñarles a ob- servar atentamente los fenómenos y también adquirir algunos conocimientos básicos de estadística aplicada a la Medicina y realizar experimentos, lo cual no se aprende en pocas semanas o meses, de modo que si se quiere cambiar la mentalidad, se requiere tiempo. El gran problema que se encuentra después es que cuan- do se regresa al lugar de origen, no se tenga oportuni- dad de aplicar esos conocimientos. Es un problema se- rio, por el cual muchos de los que han venido acá y que han vuelto a su lugar de origen no h a n podido continuar y en realidad han contribuido muy poco al cambio. Pero un número suficiente ha triunfado como para justificar el programa. Yo creo que por eso un número cada vez mayor va a encontrar un medio am- biente adecuado. Nosotros estamos' tratando ahora de darles la ense- ñanza completa, pero a la vez enseñarles cómo, con pocos medios, pueden hacer algo en su ciudad para no quedar inactivos y poder iniciar algo. También esta- mos tratando de influenciar el medio. Para eso se ini- ció hace poco un curso rápido, el cual no está dirigido al joven, que tiene todavía una mentalidad posible de cambiarse, sino que traemos a la gente que tiene la responsabilidad ejecutiva, a los profesores, directores de departamento y a los directores de hospitales. Este programa se realiza en colaboración con Argentina y Chile y está patrocinado por la Organización Paname- ricana de la Salud. Hemos comenzado hace cuatro meses con 24 profesores centroamericanos. Este curso para profesores dura una semana en Montevideo, tres en Buenos Aires y dos en Santiago. Varios profesores que han tomado el curso están entusiasmados y se sienten "cruzados", dispuestos a iniciar una campaña. Piensan enviar a los jóvenes como becarios por un año. Esperamos que eso nos ayude a mejorar la atención materno-infantil y que se preste atención a muchos pro- blemas que antes se descuidaban. Por ejemplo, que cada médico sepa las tasas de mortalidad perinatal en su país y trate de mejorarlas. <0 13
  • 16. HumorM M felAIS fteSP! §®i ábfflili ^r':'^"?'Rita» jma '*weím>* 'mü^mau . Julio Moreno
  • 17. El pensamiento pitagórico en América Latina •i? o Juan Arturo [Grompone Juan Arturo Grompone es Ingeniero de la Universidad de la República (Uruguay). Actualmente se dedica al periodismo técnico- científico en el periódico MARCHA y es investigador en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República. El pensamiento científico primitivo no es solamente una etapa históri- ca en la evolución de la humanidad sino una actividad permanente. Es- te pensamiento emanado de una me- todología incorrecta encuentra sali- da en diversos momentos históricos bajo diversas formas. Nace este pensamiento precien- tífico de la aplicación de la libre asociación de ideas a la construcción de modelos teóricos sobre la natu- raleza, aun en abierta oposición con las leyes estudiadas por la ciencia. Sus creadores rara vez tienen for- mación científica, son, generalmen- te, autodidactos empapados de la literatura de divulgación científica que atacan resueltamente los pro- blemas no solucionados de la cien- cia o sus presuntas fallas. La problemática de la seudocien- cia comprende preferentemente los problemas cosmológicos: la estruc- tura del sistema solar, la noción de tiempo, las leyes del movimiento o la estructura general y evolución del universo. En el fondo de su metodología se encuentra la doctri- na pitagórica sobre la estructura del universo. En un lenguaje actual, el pitagorismo es la culminación del intento de aplicar la lógica de la asociación de ideas al análisis de la naturaleza. Nace esta concepción de la convicción que el universo repite hasta el infinito una estructura for- mal. Una vez descubierta esta es- tructura universal, la aplicación sis- temática de las asociaciones libres —siempre lícitas por esa estructu- ra única subyacente— conduce a las leyes físicas. En un ejemplo más concreto, como la matemática debe reflejar esa estructura universal, la aplicación sistemática e indiscrimi- nada de la aritmética —o de la nu- merología— debe conducir a resul- tados válidos en el orden físico. La América latina del siglo vein- te es un campo fértil en literatura seudocientífica. En este artículo sólo podemos ejemplificar esta situación. Una doctrina pitagórica Tal vez el pitagórico más franco y más interesante se encuentra en el Brasil, Lydio Machado Bandeira de Mello, catedrático de derecho penal comparado en la Universidad Fede- ral de Minas Gerais. Su obra mezcla textos de derecho, de aritmética, de filosofía y de cosmología. Compren- de una treintena de volúmenes off- set, manuscritos por el autor. Su declaración como pitagórico se encuentra, por ejemplo, en la "Cosmología do Movimento" (Belo Horizonte, 1965) donde dice: "Si las leyes de la matemática pura son leyes ontológicas, por me- dio de ellas nos será posible esta- blecer a priori las leyes fundamen- tales de la física." A partir de esta metodología pi- tagórica, que conduce a la libre aso- ciación de ideas, construye pacien- temente una nueva mecánica. Así es que afirma más adelante: "El movimiento natural en línea recta o en curva abierta es imposi- ble. ( . . . ) En el espacio libre, o en un medio homogéneo, un cuerpo aislado o no se mueve o se mueve en una trayectoria circular." 15
  • 18. Esta ley básica de la mecánica de Machado retoma la antigua hipóte- sis mecánica de Tolomeo, pero como de ella no obtiene una estructura epicicloidal para el movimiento pla- netario, su mecánica es anterior a la de Tolomeo. Con esta afirmación, cae en el planteo cartesiano del mo- vimiento en torbellinos (fig. 1). Los torbellinos que giran en igual sentido se repelen y los que giran en sentido contrario se atraen. Es- tablecidas estas bases, continúa con un conjunto de teoremas ( ?): 1. "Las leyes de la física, cuando establecen relaciones cuantitativas son simples corolarios de las leyes de la algoritmia y de la geometría." 2. "Todas las variaciones cuan- titativas se traducen en variaciones cualitativas. Es imposible una va- riación cuantitativa pura." 3. "Las superficies semejantes están entre sí como los cuadrados de sus líneas homologas." 4. "El número de líneas de fuer- za que inciden sobre una superficie receptora, constante, S, es inversa- mente proporcional al cuadrado de la distancia d. (Al mismo tiempo de geometría y de física)." Como podemos apreciar, estos "teoremas" tienen alcances muy di- ferentes. El primero reitera la doc- trina pitagórica; el segundo, una de las leyes de la dialéctica materialis- ta; el tercero es un verdadero teo- rema de la geometría euclidiana; el cuarto, vaya uno a saber lo que es. De estas proposiciones "siguen" las leyes de la fotometría, la atrac- ción newtoniana, la ley de Galíleo de los cuadrados de los tiempos, las leyes de Coulomb y las leyes de Ampere. Es natural que razonando con total libertad, inventando libre- mente líneas de fuerza, es posible demostrar cualquier ley inversa al cuadrado de la distancia. Machado no se limita a demos- trar leyes ya conocidas, sino que propone una nueva "que sugiero sea verificada o desmentida por los fí- sicos experimentales": "La intensidad de la presión at- mosférica debe variar en razón in- versa al cuadrado de la altura." Lamentablemente la física y los físicos se han complotado contra el universo cuadrático de Machado. Una vez establecidas las leyes de interacción, nuestro autor pasa a analizar la mecánica de Newton. Como es claro, la primera ley del movimiento contradice su concep- 16 ción sobre el movimiento circular. Pero no conforme con esto, llama en su auxilio al mismísimo Galileo por boca de Salviati (Diálogo sobre los Sistemas del Mundo). La segunda ley de Newton que- da a salvo. Incidentalmente, le sirve para comprobar la identidad de las leyes físicas y matemáticas: los vectores se suman igual que las fuerzas (?). La tercera ley tiene cabida en la cosmología circular de Machado a través de un ingenioso procedimien- to. Si el punto 1 aplica una fuerza sobre el punto 2, el 2 aplica una fuerza sobre el punto 3 y así suce- sivamente los puntos se empujan unos a otros. Como todos los pun- tos se encuentran en disposición circular, el punto n devuelve la fuer- za al punto 1, en sentido contrario, tal como pide el principio de acción y reacción. Machado estudia en otros libros las propiedades de los cuadrados má- gicos; los números triangulares, cua- drados, piramidales y de todas las formas posibles; el cálculo de pro- babilidades; la divisibilidad en sis- temas de numeración no decimal y mil otros detalles de la numerolo- gía. A lo largo de sus libros em- prende pacientemente la reconstruc- ción de la física, la filosofía y de- muestra —naturalmente— la exis- tencia de Dios con pruebas "mate- máticas" y "termodinámicas". En particular, en su "crítica Cosmoló- gica de la Física Cuántica (Belo Ho- rizonte, 1968-1969) fundamenta —entre otras tareas— la ecuación de Schrodinger. Su metodología ilus- tra perfectamente el mecanismo de asociación de ideas: "Los estados del sistema, en un instante t, pueden ser considerados como directamente proporcionales a su volumen y a su energía (...). El volumen V se obtiene dividien- do el producto x lr de las cuatro co- ordenadas (x, y, x, t) por la coor- denada tiempo t, lo que nos da en el campo de los infinitamente pe- queños." V = 3/ Tomando como unidad, "para co- modidad de los cálculos", a ¿, y re- cordando que: E — b se tiene: S = V X E = ib — •dt Pero por otra parte, se tiene 2 m de acuerdo con la mecánica clásica. Como V = W para / = 1, queda: t 2m Igualando los dos resultados, ha- ciendo unos pases de magia para convertir a p en un aperador y a en la función de onda —pases de magia que son el fundamento mismo del pensamiento por asocia- ción de ideas— queda demostrada la ecuación de Schrodinger. Hacia el final del libro, Machado la emprende contra las geometrías no euclidianas, puesto que la exis- tencia de diferentes geometrías po- sibles contradice la afirmación pita- górica central de que la geometría describe la realidad física. En primer lugar intenta mostrar la contradicción interna de las geo- metrías no euclidianas con los vie- jos argumentos falaces pre-Hilbert. Pero en una segunda etapa demues- tra "físicamente", con el auxilio de la cristalografía, que la geometría euclidiana es la válida. Para no faltar a su vocación pi- tagórica, encontramos también el viejísimo problema de los sólidos que llenan el espacio: "Dividiendo la materia primitiva en N partes de volumen igual, cada parte tiene las mismas propiedades ( . . . ) es posible que la materia en su comienzo de diversificación haya estado formada por corpúsculos iguales colocados en las mallas de una red cúbica ( . . . ) . En conclu- sión: el sólido de partida para la deducción de todas las figuras cris- talinas posibles, es el cubo (...) si el hidrógeno es el elemento pri- mitivo, el hidrógeno sólido debe cristalizar en forma cúbica (.. .). La arista del cubo de hidrógeno co- mún es la distancia o unidad de medida natural fundamental ( . . . ) la unidad natural de los números in- conmensurables es la diagonal de la cara cuadrada del hidrógeno común El análisis cuidadoso de las obras de Machado puede, posiblementé, traer luz sobre el pensamiento y las interpretaciones de los pitagóri- cos (auténticos), porque en cada una de sus páginas encontramos las huellas de esta forma no extingui-
  • 19. m r «ene £niM c ljsí(», Í.P4; / yJ'Ak pata p:t)ér y ¡ •Jj •—pases ísAeitto pti¡ so» ¿Msirada Machado :¿ue h c.i "'¡¡¿irías ¡»- riApita- i isiiiila '.ti wste di t» gso- •"'ftfesvifr ^•HÜktl. pj demucs- , ala de jüíometiíi el : i ífflos t 'nimiliva r.fifJés • !; .!vr¡a a lón haya •i¡!ikulos siuüas de • n owta í r« pan la <":sf.H cris- í, ) -í; flío prf- 'ü0 Jé •y u í 'l Ki1 no co- át (...) 'netos ln- M cíe 3a ¡a toniiífi •'s obfísI Afluente, •""«uto y Wtagfiri- 8 f< ocla las ÍJ !tínga¡- da de pensamiento, esta apoteosis de la asociación de ideas. N e w t o n y l a s p i r á m i d e s Otro texto interesantísimo de ana- lizar es la "Física y Creacionismo" del doctor José Alvarez López (Bue- nos Aires, 1950). Este texto com- bina problemáticas diferentes: la Gran Pirámide, Newton, el teore- ma Pi del análisis dimensional y la doctrina pitagórica (con música de las esferas y todo). Complementa esta obra una nota laudatoria nada menos que de Brigdman. El centro de este libro son los llamados "teoremas métricos", una forma esotérica de enunciar nueva- mente la hipótesis pitagórica sobre una medida universal. En particu- lar, el autor declara: 1. "Que el número, como tal, juega un papel primordial en la es- tructura del Universo. 2. "Que a través del número se descubre la distribución de tiempos y distancias de acuerdo a intervalos musicales. 3. "Que las estructuras hexagona- les y el dodecaedro aparecen como esquemas de ordenamiento univer- sal." Retomando la idea pitagórica so- bre la identidad de las proporcio- nes del universo, recalcula nuestro autor las distancias en el sistema solar, redescubre los intervalos mu- sicales entre los planetas, la ley de Bode y una vinculación entre el arco iris y los planetas. La vieja música de las esferas, la vieja escala de sie- te colores, la vieja escala musical pitagórica que vuelve a sonar en el siglo xx. Pero la búsqueda no se detiene allí. En la hipótesis del autor, debe existir una unidad de medida fun- damental que regule todas las dis- tancias, masas y tiempos astronómi- cos. A la búsqueda de esta unidad se sumerge en la Gran Pirámide. Con paciencia analiza las propieda- des geométricas de la pirámide de Khéops (las otras dos las supone malas imitaciones del original y sin valor científico). La aplicación de los "teoremas métricos" al radio te- rrestre y la distancia Tierra-Sol o a la altura de la pirámide conduce sistemáticamente al "metro absolu- to" que vale 1,0418 metros vulga- res. Para colmo, en el interior de la pirámide, el tanque de granito rojo tiene un volumen de exacta- mente un "metro cúbico absoluto". El acercamiento de los planetas según la ley de Bode, de "Teoría del Universo Cíclico", de Augusto Emilio Rivoltm. 20 10 PLANETA VALORES TEO RICOS DE d , SEGUN LA LEY DE BODE VALORES VERDADEROS DE d, APROXIMADOS DIFE- RENCIAS UNIDADES ASTRONOMICAS NEPTUNO 38,80 30,1 0 + 8,70 URANO 19,60 19.21 + 0,39 SATURNO 10 9,55 + 0,45 JUPITER 5,20 5,20 0 ASTEROIDES 2,80 2,1 0 +• 0,70 MARTE 1,60 1,52 + 0,08 TIERRA 1 1 , _ 0 VENUS 0,70 0,72 - 0,02' MERCURIO 0,40 0,39 + 0,01 U ESC d = 1 UNIDAD ASTRONOMICA: (—H ESC t = INTERVALO TIEMPO t : U j .•-Tt'-y—Tt-rf i i i i ) i : i i Q A ^ s q M Y i r ' i i p V "T - M E R C . 17
  • 20. Toda esta fila de coincidencias se completa con la afirmación de cjue el doble del codo real egipcio coin- cide con el "metro absoluto", con lo cual las medidas de la pirámide pasan a ser un simple ejemplo de normalización egipcia. Pero es aquí donde entra en escena Newton "por- que el codo real fue obtenido por Sir Isaac Newton por el análisis alí- cuoto de los monumentos egipcios". También sir Isaac consumía sus horas en la búsqueda de las propor- ciones del universo. Debemos reco- nocer, sin embargo, que la ¡dea de fijar la unidad de longitud del an- tiguo Egipto buscando el submúlti- plo común de las dimensiones de ios monumentos es una gran idea, tanto egipcia como newtoniana, que habría conmovido a Le Corbusier. Oíros pensadores La lista de los trabajos paracientí- fícos de América latina podría lle- varnos muy lejos, mucho más de lo que un benévolo lector está dispues- to a tolerar. Solamente a los efec- tos de mostrar la fecundidad y va- riedad de soluciones que nuestra América ha propuesto a la física y a la astronomía, enumeramos algu- nas de las más vistosas: 1, Jorge V. Olbrich en su "Con- cepto dinámico del Universo" (Bue- nos Aires, 1958) comentando la obra de su padre "Evolución Pla- netaria"; cita: "El movimiento triple de los sa- télites alrededor del planeta, del Sol y de sí mismos, puede igualmente atribuirse a la fuerza impulsiva de la luz del astro central, en combi- nación con la emanada por reflexión o irradiación del planeta (. . . ) " 2. Augusto Emilio Rivolini en su "Teoría del Universo Cíclico" (Buenos Aires, 1965) propone una teoría dinámica del sistema solar. Su teoría descansa en la ley de Bode de distribución de los plane- tas, en la modificación del año tró- pico v en las leyes de Kepler. De acuerdo con esta teoría, a interva- los regulares de tiempo el Sol emite un planeta aue se coloca en una ór- bita más allá de Plutón. Aplicando la dinámica de Newton se obtiene: "Sobre la masa m actúan enton- ces las fuerzas: centrífuga, peñera- da por su traslación alrededor del Sol; de las cargas eléctricas de la propia masa m y del Sol; magnéti- PRIME RA PROPIEDAD DE LA PI- RAMIDE: "La circunferencia de radio igual a la altura de la pirámide tiene igual longitud que el perímetro de la base". SEGUNDA PROPIEDAD DE LA PI- RAMIDE: "El cuadrado formado con la altura de la pirámide tiene igual super- ficie que los triángulos que forman cada una de las caras laterales". B TERCERA PROPIEDAD DE LA PI- RAMIDE: "El cociente de la altura de uno de los triángulos que forman las ca- ras laterales por la mitad de. la base de dicho triángulo es igual al Número de Oro". Las propiedades geométricas de la Gran Pirámide según "física y Creacionismo", la obra del doctor José Alvarez López. cas, gravitatorias, etc. Es posible que estas fuerzas —funciones de factores diferentes— actúen sobre el cuerpo de masa m sin estar en su conjunto en este límite de equi- librio ( . . . ) " De allí que el sistema planeta- rio lentamente se acerque al Sol. La ley de Bode interpretada en esta forma, establece la ley de acerca- miento de los planetas. Con la dis- minución del año trópico terrestre en 10 segundos en 2000 años, se puede calcular la constante de acer- camiento planetario. Por ello el au- tor considera que el sistema solar permanentemente conserva su es- tructura. Los planetas al llegar a una cierta distancia del Sol en su acercamiento gradual, entran en la "corona bioplanetaria solar" y apa- rece la vida, la cual evoluciona y se pvt-inoxie también por acercamien- to al Sol. De esta forma, con el Sol "surtidor" de planetas y el proceso evolutivo de la vida, el sistema solar encuentra su estabilidad dinámica. 3. Francisco Soler Batlle en sus "Nuevos Conceptos sobre Astrofí- sica" (Caracas, 1965) propone "in- terpretaciones personales de algu- nos fenómenos físicos, causas pri- marias y sus efectos, que difieren bastante de los conceptos científi- cos ortodoxos". Entre otros encon- tramos: "El calor de un cuerpo en el es- pacio es directamente proporcional a su masa." "El factor regulador de la distan- cia entre dos astros es la acción de integración de las unidades de ener- gía cósmica de los dos astros, des- arrollada en un volumen espacial saturado ( . . . ) Las supuestas fuer- zas centrífuítas o centrípetas de la ciencia ortodoxa no pueden ser una realidad física debido a que no pre- sentan un factor regulador de dis tancia plausible." "No existe el tiempo físico." "La materia, de hecho, no existe. Lo que denominamos materia no es más aue un estado de saturación de energía de mavor concentración que su ambiente circundante con el que lo comoaramos." "Si los astrónomos desean descu- brir un posible nuevo planeta en nuestro sistema deben buscarlo ( . . . ) en un ángulo de inclinación respecto a la elíptica entre 20° y 40o ." 18
  • 21. 4. Cario Lugo en "Los Rayos Si- multáneos" (Buenos Aires, 1967) descubre que la experiencia de Mor- ley-Michelson está mal planteada porque los dos haces de luz no lle- gan a interferir por regresar a dife- rentes puntos del semiespejo: "¿Cómo explicar, entonces, que en- tre tantos científicos de primer or- den que consideraron la experiencia en sus menores detalles, ninguno viera algo tan obvio, tan evidente? ( . . .) Á nuestro juicio, (.,..) el error pasó inadvertido debido a que los científicos que estudiaron el pro- blema lo hicieron desde un punto de vista puramente matemático ( . . . ) " A continuación muestra una con- tradicción entre el concepto de fo- tón y la relatividad. Como ambas teorías fueron creadas por Einstein casi simultáneamente, se lanza en contra con furor: "Si la deshonestidad intelectual, la mala fe dialéctica, es repudiable en toda polémica, ¿cómo debemos calificarla cuando se la observa en hombres de ciencia ( . . . ) ? ¿Qué debemos pensar de las teorías cuya defensa no podrían ellos asumir con absoluta probidad intelectual, sin hacer trampas en el juego? ( . . . ) " 5. Fernando Carbonell en "La fí- sica moderna y el determinismo" (Montevideo, 1944) propone una partícula elemental nueva: "No es inconcebible un 'anfotón', esto es, una partícula subatómica que lleve consigo las dos cargas eléctricas complementarias y mani- fieste la una o la otra según las cir- cunstancias, como los cuerpos an- fóteros, muy importantes en bioquí- mica, se comportan como ácido en presencia de un alcalino y vicever- sa. Es posible que algunos de esos positones que han venido a compli- .carnos la física no sean más que an- fotones, reaccionando positivamente y lo mismo algunos de los electro- nes negativos." 6. Pietro Ubaldi en "La Gran Síntesis" (Montevideo, 1964) pro- pone una dialéctica nueva para ana- lizar la estructura del universo. Re- conoce tres aspectos en lo real: a, pensamiento puro o espíritu; P, la energía o voluntad y y, la materia o la forma. La dialéctica universal está dada por la sucesión o. —» P -> —» y P cu. De aquí se constru- ye un triángulo pitagórico con la (¡> en el centro (el universo). Esta nue- va dialéctica es aplicada desde la ta- bla periódica al movimiento plane- tario, de la teología a la biología. Comentario final La literatura paracientífica latino- americana nos muestra algunos as- pectos de nuestra realidad que con- viene tener presentes: •—Las formas del pensamiento pri- mitivo, basadas en la libre asocia- ción de ideas en forma elemental o en la creencia en una estructura uni- versal en su forma elaborada, lejos ele ser una reliquia arqueológica, co- existen con el pensamiento cien- tífico. — La preocupación de los seudoin- vestigadores por analizar los proble- mas no resueltos de la ciencia trai- ciona un pensamiento idealista que cree en la labor aislada de un "ge- nio" desconocido, autodidacto, afi- cionado. •— Existe una falla importante en la formación científica a nivel general, especialmente en la divulgación cien- tífica, que permite la elaboración -—y aun la publicación— de cual- quier frivolidad con apariencia cien- tífica. — La existencia de una abundante literatura seudocientífica latinoame- ricana muestra, bajo otra cara, la alienación de la ciencia latinoame- ricana que la lleva a analizar pro- blemas de último momento, bien lejanos a nuestro mundo america- no, cambiante, hambriento y dolo- rido. O Otra respuesta a Metegol N9 2 Si se completa la figura llamando Ai, Bi, Ci los pies de las transver- sales que parten de A, B, C respec- tivamente, es fácil deducir en fun- ción del parámetro h = ACi: AB el valor de las longitudes y áreas de los elementos de la figura. Al variar el parámetro los puntos M, N, P describen elipses que se cortan en el centro G de gravedad del triángulo ABC y de dos en dos en los vértices del triángulo cuyos lados son tan- gentes a las elipses en esos puntos. Además los pares de direcciones formados por las medianas y los la- dos bisecados son pares ele direccio- nes conjugadas de las tres elipses. Si se adopta (a la manera de Apo- lonio) como orí «en el punto G, co- mo ejes la mediana y su dirección conjugada y como unidades el ter- cio de mediana y la mitad del lado bisecado, respectivamente, la ecua- ción de las tres elipses es 3va = x ( 4 - x ) resultando x el área del triángulo MNP e y la razón MN: AAi. 19
  • 22. Ciencia, sociedad, política y premios I El premio científico Eli Lilly 1970, fue otorgado al Dr. Jonathan R. Beckwith, pro- fesor del Departamento de Bacteriología e inmunología de la Harvard Medical School- de Massachusetts, Estados Unidos. En su conferencia ante la Sociedad Nor- teamericana de Microbiología1 al recibir el premio, agregó al análisis de su traba- jo científico, sus "Consideraciones acerca del mal uso de la ciencia'% donde no sólo fundamenta su actitud personal frente a esa distinción sino que cuestiona pro- fundamente la situación de la ciencia en la sociedad contemporánea. "Es obvio que nuestro trabajo nos produce una gran satisfacción. La manipulación de genes, prácticamente a voluntad, es realmente divertida. Siento una constan- te tentación de pasar todas mis horas activas pensando y trabajando sobre esto. Sin embargo, creo que ésta es una tentación que tanto yo como otros científicos de- bemos resistir. Y debemos resistirla porque tenemos una responsabilidad especial en esta sociedad debido a la forma en que se nos utiliza, a nosotros y a nuestro trabajo. "Ahora quiero discutir algunas de nuestras conside- raciones acerca del papel de los científicos en esta so- ciedad. Antes de hacerlo, quisiera explicar por qué es- toy usando este premio en la forma en que lo hago y por qué yo creo que es mi responsabilidad discutir sus implicancias políticas. "Cuando supe que se me había otorgado el premio Eli Lilly correspondiente a este año, lógicamente me sentí gratificado. Sin embargo desde ese momento y a medida que se acercaba este acto, me preocupó cada vez más el significado de este premio y en general de los premios que se dan en este país. Ante todo y ob- viamente me preocupa que se otorgue el premio a un solo individuo por un trabajo en el cual participaron muchas personas. Esto ayuda a mantener una imagen inexacta de la forma en que se realiza el trabajo cien- tífico. "Además me preocupaba recibir ese dinero cuando hay tantas causas más valiosas que tienen una desespe- rada necesidad de fondos. "Finalmente —y lo más importante— he cuestio- nado el significado político de los premios en general. Desde noviembre de 1969, cuando en oportunidad de haber aislado el operon lac puro del ADN, un grupo de investigadores intentamos sin éxito un pronuncia- miento político, mi preocupación acerca del mal uso de la ciencia en este país ha aumentado, como ha aumen- 1 La conferencia completa del Dr. J. R, Beckwith fue publica- da en la Bacteriológica! Reviews, Sept. 1970, págs. 222-227. tado mi creencia de que es necesario que los científi- cos adopten posiciones claras. En todo este tiempo he- participado en conversaciones y discusiones con varios grupos en las cuales tanto yo como otras personas tra- tamos de señalar el mal uso que de la ciencia hacen el Gobierno y las industrias de este país. Uno de los ejemplos que he usado reiteradamente es el del papel que cumplen las empresas farmacéuticas. Aunque pa- rezca extraño, sólo recientemente noté la contradicción que significa aceptar una distinción concedida por una empresa farmacéutica después de haber expresado todo esto en diversas ocasiones. Es así como me enfrenté al problema de aceptar o rechazar el premio en base a estos principios o utilizar la oportunidad que este pre- mio me brinda para discutir algunos aspectos de la relación entre la ciencia y la sociedad. Como es ya ob- vio, he decidido que podrá ser una valiosa contribu- ción de mi parte utilizar el contenido monetario del premio para ayudar a una organización que considero está realizando contribuciones importantes para cam- biar esta sociedad en beneficio de la comunidad y ex- presar mi preocupación acerca del problema de los científicos de una manera efectiva. Estoy tratando de hacerlo; de cualquier manera he decidido que lo que estoy haciendo tiene la mayor posibilidad de contribuir a movilizar a la gente que en este país cree que un cambio radical en nuestro sistema es el único camino por el cual puedan ser distribuidos los beneficios de la ciencia entre toda la comunidad. "Mi reserva acerca de los premios se basa en que una sociedad da sus premios a aquellos que la sirven. Desgraciadamente, los que en este país deciden el otor- gamiento de premios, confunden servir a la sociedad con servir los intereses de ese pequeño núcleo de gente que dirige nuestro Gobierno y nuestras industrias. En una sociedad justa, aquellos que reciben los premios deberían ser ios que indudablemente contribuyen al bienestar de toda la comunidad. "Desde este ángulo, considero que una organización que así contribuye es el Black Panther Party. Ellos no 20
  • 23. •se sólo ayudan a su propia gente a superar su sentimiento de impotencia, sino también instalando clínicas y reali- zando programas jde desayuno gratuito en sus comuni- dades que podrían ser tomados como modelo para el tipo de sociedad a la que aspiramos. También sostienen ellos que es el sistema de explotación capitalista, el . componente esencial ele la opresión que nuestra socie- dad ejerce sobre el pueblo. Y nuestra sociedad los ha premiado con el peor ejemplo de represión visto en * nuestro país en los últimos años. En consecuencia y luego de consultarlo con los, colegas que contribuyeron en el trabajo por el cual se me otorgó la distinción, hemos decidido donar la mitad del dinero del premio al movimiento Boston Panther Free Health y la otra mitad al fondo de defensa para los Panther 21 de Nue- va York. "Es casi innecesario discutir la contribución de la ciencia a los muchos males que nosotros y otras nacio- nes del mundo padecen. Es suficiente tomar el diario cada mañana y pensar cuántos de los problemas que se discuten derivan más o menos directamente del trabajo que hacen o hicieron los científicos. Uno de los even- tos más estremecedores de la historia reciente ha sido el uso del conocimiento científico básico para desarro- llar espantosas armas atómicas de destrucción. El pre- sente uso de tecnologías avanzadas, para eliminar a un pueblo del sudeste asiático, debería por sí solo desper- ; tar a los científicos a la consideración de estos proble- mas. Pienso que ningún científico puede hoy afirmar con seguridad que su tarea es inmune a tal mal uso. Conozco ejemplos de trabajos realizados en mi especia- lidad en los que ciertos desarrollos en genética bacte- riana, han sido finalmente dedicados a desarrollar armas para la guerra bacteriológica. Aunque recientemente • expresamos nuestros temores de que los progresos en materia genética sean mal utilizados en eugenética e ingeniería genética, también somos conscientes de que existe siempre la posibilidad de un uso negativo de un . trabajo de genética que pueda ser aprovechado de una manera tan diferente como inesperada. "Lo que estoy tratando de decir es que la ciencia, en las manos de gente como la que dirige nuestro país y nuestras industrias, está siendo usada para explotar y oprimir a los pueblos de todo el mundo, comenzando por nuestro propio país. Y no sólo se utilizan las ciencias naturales. Los militares norteamericanos han invertido sumas cuantiosas para desarrollar métodos científicos aplicables a las ciencias sociales, hasta el punto en que será posible utilizar la tecnología de las computadoras para obtener respuestas a problemas ta- les como «bajo qué condiciones los campesinos son fuertemente patrióticos como en Turquía o bajo cuáles tienen una actitud puramente localista como en Viet- nam». O saber «cuáles civiles vietnamitas son simpati- zantes del Vietcong» o proveer análisis sobre movi- , mientos radicales contemporáneos.. Me han dicho que técnicas de este tipo ya han sido utilizadas con éxito en el sudeste asiático. Una nota publicada en 1969 en el London Sunday Times describe cómo se utilizan computadoras para elegir blancos de bombardeo en Vietnam. "La tremenda distorsión en el presupuesto de nues- tro Gobierno proviene no sólo de los gastos en armas científicas necesarias para Vietnam, sino también de nuestras «grandes» hazañas científicas en el espacio. ¿Queremos realmente los científicos ser responsables de los 300 millones de dólares derrochados en el re- ciente viaje a la Luna, mientras en este mismo país la gente está mal alimentada y recibe un cuidado inade- cuado de su salud? Repetiré en diferentes palabras lo que estoy tratando de decir: los científicos que han aceptado el papel pasivo que se les asigna son tan cóm- plices como aquellos científicos que trabajan directa- mente en este país al servicio de los hacedores de la guerra. "Está claro que no sólo nuestro Gobierno utiliza de esta manera a la ciencia. También la industria utiliza nuestra ciencia para beneficiar a los que la dirigen, para multiplicar sus beneficios. La solución al problema de la contaminación no se alcanzará hasta que los líderes de la industria decidan que los beneficios no son im- portantes. Temo que van a necesitar alguna ayuda sobre este problema. "Uno de los más obvios ejemplos de la forma en que la ciencia es mal utilizada, es el caso de las em- presas farmacéuticas. No pienso que la industria far- macéutica de este país se comporte de una manera diferente al resto de la industria. Sin embargo, para muchos, el problema es más grave porque estas empre- sas están vinculadas más directamente con la salud de la población. La industria farmacéutica gana más que la mayoría de las industrias del país. Se arguye siem- pre que una buena parte de sus ganancias son utilizadas en investigación y desarrollo. Pero esta investigación, ¿hacia qué está dirigida? Para extender la'validez de sus patentes, una compañía farmacéutica debe hacer «investigación» que le permita modificar alguna pe- queña característica de una droga ya existente. De esta manera pueden mantener sus derechos exclusivos so- bre la venta de la droga y continuar así en la realiza- ción de enormes ganancias. Lo mismo sucede con el lanzamiento al mercado de combinaciones de drogas que en realidad no resultan ser superiores en sus efec- tos. Peor aún, utilizan sus ganancias en campañas de relaciones públicas que contactan a los estudiantes de medicina cíesde el momento en que ingresan a la uni- versidad y que no cesan hasta la finalización de la carrera. Regalos para los estudiantes, cenas para los médicos internos, regalías y presión constante sobré los médicos, ayudan a la industria farmacéutica a man- tener su explotación de la sociedad. También de esto somos responsables. "Pienso que debemos reconocer que estos proble- mas no son aberraciones de ningún Gobierno específi- camente, ni de ninguna industria en particular. Son, de hecho, el inevitable resultado de un sistema que se basa en la obtención del máximo provecho económico. Si estamos de acuerdo en que somos responsables de la mala utilización de nuestro trabajo, entonces yo creo que debe reconocerse la necesidad de un cambio radi- cal en la sociedad antes de que tengamos una opor- tunidad de ser absueltos de nuestra responsabilidad. No creo que los científicos trabajando aisladamente del resto del mundo puedan realizar ningún cambio significativo. Es posible que los científicos que inten- ten influir sobre la política científica de nuestro Go- bierno consigan mejorar algo, aunque aun esto se pue- de discutir, Yo sé que el cambio de política en materia de guerra química y biológica es el resultado de inten- sos esfuerzos de un pequeño número de científicos. Pero, aparte de lo que pueda gratificarme hasta el mí- nimo cambio en esa política, me pregunto ante todo 21
  • 24. si es realmente significativo y luego si esa decisión no fue realmente tomada como una mera política defen- siva. De cualquier forma que se lo vea, las posibilida- des son pocas y lejanas. "Si por una parte no creo en la efectividad para cambiar políticas por parte de científicos que trabajen en grupos aislados, este tipo de enfoque me parece aún más deplorable porque muestra la existencia de una actitud de élite en la comunidad científica. No sola- mente los científicos no tienen poder para cambiar las cosas sino que hasta carecen de la idoneidad política necesaria. Yo no creo que los científicos tengan una capacidad superior para juzgar cuáles son los problemas de nuestra sociedad y cómo pueden ser resueltos. A cambio de eso, los científicos que acepten su respon- sabilidad deben aliarse con otros trabajadores, con la gente humilde, con otros grupos oprimidos, para tra- bajar juntos en la búsqueda de cambios políticos radi- cales y significativos. Sé que la expresión «cambio po- lítico radical» es vaga. Pero no voy a ofrecer un manual del cambio social porque creo que yo y todos nosotros tenemos mucho que aprender acerca del mundo que nos rodea. Pienso que la forma de ese cambio surgirá a medida que continuemos en lo que yo creo deberá ser una larga batalla. "¿Qué deben hacer los científicos? He aquí mis sugestiones: a) Ante todo podemos trabajar para organizar a otros científicos y lograr que reconozcan sus responsa- bilidades de acuerdo con lo expuesto más arriba. b) Los científicos no deben investigar en aquellas áreas que beneficien directamente la capacidad bélica del país o a aquellas industrias que exploten a la po- blación en su provecho. Aun deberíamos considerar otras implicaciones relacionadas con esos potenciales en una forma mucho menos obvia. Es evidente que con esta acción no detendremos el progreso en esos cam- pos. Sin embargo, tal toma de posición puede servir para elevar el nivel de conciencia entre los científicos acerca de esos problemas. c) Siempre que sea posible, los científicos deben contribuir con su conocimiento y capacidad, con los grupos que trabajan en el sentido de colmar las nece- sidades del pueblo trabajador y de la gente humilde. Pienso que los grupos más capacitados para hacerlo son aquellos cuyo contexto ideológico reconoce que la explotación del sistema capitalista es la raíz de todos los males sociales. d) Los científicos deben operar dentro de sus pro- pias instituciones, sus lugares de trabajo, para ayudar allí en la lucha del pueblo trabajador y para influir en la forma en que estas instituciones interactúan con la comunidad que las rodea. Tales actividades pueden ayudar a construir los lazos necesarios para un cambio importante. "Finalmente quiero enfatizar que los científicos no deben considerarse a sí mismos una élite especial. An- tes que podamos hacer contribuciones reales, debemos reconocer nuestro propio sentido de élite, sentido que nos fue inculcado por nuestra clase, nuestras institu- ciones educativas y nuestros actuales lugares de tra- bajo. Debemos reconocer cómo, en muchas formas, nuestros intereses son comunes con los de otros tra- bajadores y antes que un cambio efectivo pueda tener lugar, debemos aliarnos con ellos y no hacerlo desde una posición de superioridad." O 22
  • 25. II La Academia de Física de Lyon otorga cada dos años el premio Jean Tliibaud a un trabajo de esa especialidad. En 1970 el premio fue compartido por G. Ripka, in- geniero del Commisariat a VEnergie Atomique de Francia y J. M. Levy-Leblond, profesor de la Facultad de Ciencias de París. El profesor Jean-Marc Levy-Leblond donó su parte a una organización de ac- ción política, enjuiciando en su discurso ante la Academia de Lyon —que trans- cribimos en parte— el sentido final del trabajo científico y de los premios que pretenden alentarlo. "Es con mucha satisfacción que recibo hoy el pre- mio Thibaud discernido por vuestra Academia. Y tra- taré aquí de agradecerles este placer tan particular, cu- ya naturaleza intentaré hacerles comprender. En efec- to, este premio me resulta útil y precioso por muchas razones. En especial me ha dado la ocasión de profun- dizar sobre ciertas cuestiones relativas a mi situación de investigador científico, así como también la posibi- lidad de exponer hoy algunas de mis conclusiones. "Realmente es imposible recibir un premio de tal envergadura, sin plantearse algunos interrogantes: ¿Por qué esta recompensa; qué hice de meritorio? ¿A los ojos de quién? ¿Para qué y a quién sirve en definitiva mi actividad científica? ¿Por qué me dedico a la inves- tigación científica, cuáles son mis motivos personales? ¿Por qué la sociedad organiza la investigación cientí- fica? ¿Cuál es el papel que juega la ciencia en nuestra sociedad? "Para todas estas preguntas existen una serie de respuestas «naturales». ¿No es acaso absolutamente evi- dente que la ciencia juega un papel fundamental en la evolución de la sociedad, constituyendo el motor esen- cial de su progreso? ¿No lo es que el investigador cien- tífico se ha convertido así en un agente indispensable de la felicidad de la humanidad, extrayendo de este pensamiento sus primeras motivaciones y sus más gran- des satisfacciones? Bajo formas apenas menos nítidas éstos son —hay que reconocerlo— los temas de un in- cesante discurso que se escucha desde la escuela prima- ria hasta la facultad, difundidos por los organismos más conservadores, como también por algunas voces preten- didamente revolucionarias, Sin embargo hay muy bue- nas razones para emitir serias dudas en lo que respecta a la validez de esas respuestas. "Por supuesto, yo me encuentro mucho más cómodo hablando de estos problemas que de mis propios tra- bajos por los cuales ustedes consideraron que debían recompensarme hoy y que brindan un brillante ejem- plo de «investigación pura», es decir gratuita, sin otro interés que. el de excitar la curiosidad de una veintena de especialistas en el mundo. La mayoría de los traba- jos de investigación científica revisten actualmente este carácter esotérico, únicamente comprensible para al- gunos pocos iniciados. Ciertamente existen otros do- minios donde se entrevén gigantescas posibilidades de aplicación: la medicina, la agronomía, por ejemplo, pa- recen poder aportar hoy algunas respuestas técnicas a los problemas de la enfermedad y del hambre que afec- tan a la mayor parte de la humanidad. Pero justamente las estructuras sociales son tales que estas soluciones técnicas no pueden ser puestas en práctica. "Si bien es cierto que los progresos de la técnica traen aparejados en general un aumento de la produc- tividad industrial, no hay ningún caso que pueda de- mostrar que tal situación haya tenido como consecuen- cia directa el mejoramiento de las condiciones de vida de las masas populares. Son necesarias duras luchas so- ciales, que siempre recomienzan, para obligar a las cla- ses dirigentes a no utilizar exclusivamente en su pro- vecho las nuevas posibilidades resultantes de la ciencia moderna. De tal manera la modernización técnica de las empresas se traduce, a menudo, en desempleo. Asi- mismo entre 1958 y 1968 las técnicas y la productivi- dad industrial aumentaron prodigiosamente. Pero fue necesaria la gran huelga de mayo-junio de 1968 para que los obreros franceses obtuvieran globalmente algu- nas mejoras en sus condiciones de trabajo, ventajas que poco a poco fueron nuevamente anuladas por la patro- nal. Estas dudas en cuanto a la función progresista de la ciencia, implican otras referentes a las motivaciones de los investigadores. "Por otra parte son cada vez más numerosos aque- llos que toman conciencia de esta situación y llegan a veces a confesarlo. Pero muy a menudo es para refu- giarse en una ética del conocimiento como valor en sí, donde la ciencia se convierte en su propio obietivo. Ahí está, sin duda, el último recurso de aquellos que re- chazan contemplar los hechos de frente. "Pero estoy bien lejos de creer que la ciencia y la investigación no sirven para nada; por el contrario, estoy convencido que son muy útiles. Solamente que no sirven del todo a los que pretenden servir. "Los mecanismos por los cuales ella (la ciencia) asu- me este rol son numerosos y complejos. Pero se pue- de, sin embargo, señalar algunos. Primeramente, en el plano político, es evidente que las potencias imperta- listas utilizan al máximo los recursos de la técnica mo- derna para obtener un armamento destinado a garan- tizar su poder. Es sin duda en este dominio militar que la investigación científica ha encontrado en tos últimos años sus aplicaciones más numerosas y coherentes. Pero aun allí la utilidad y eficacia de estas aplicaciones es- tán limitadas, a pesar del chantaje del terror atómico. No hay más que ver la resistencia victoriosa del pueblo 2S
  • 26. Aplicaciones Computacionales — Ingeniería civil —• Organizaciones — Economía y finanzas — Ingeniería de sistemas — Modelos matemáticos — Programación de aplicaciones científicas — Sistemas de información — Centros de cómputo —- Estadística aplicada ASESORES CIENTIFICO TECNICOS S. A. Av. R. Sáenz Peña 825 - 9° piso - oficina 94 Tel. 45 - 9054 / 6349 - Buenos Aires vietnamita contra la agresión norteamericana, para per-. suadirse que en ninguna parte la técnica y la ciencia son suficientes para garantizar el poderío militar y po- lítico. "No quisiera hablar ahora sobre el crucial papel ideo- lógico de la ciencia. Puede sostenerse perfectamente la idea que, después ele la religión, luego de los «humanis- tas» clásicos, es hoy día la ciencia la que cada vez con más vigor estructura las formas de la ideología im- puesta por la clase social que detenta el pocler: la bur- guesía. La ciencia es así invocada para cubrir con una máscara de objetividad y tecnicismo la dominación de esa clase. "Finalmente, el último servicio que brinda la ciencia a esta sociedad: asegura la puesta en escena de estos nuevos juegos de circo con los cuales se intenta diver- tir a las multitudes y servir así como elemento diver- sionista y de distracción de los verdaderos problemas, ¡Cómo considerar de otra manera la carrera a la Luna y esos robots pisando el polvo selenita al precio de millones y millones de dólares que representan real- mente el sudor y la sangre de millones de hombres a quienes se arroja como pasto ese espectáculo! A la luz de estas observaciones sobre el verdadero papel que juega la ciencia, el investigador científico, el «sabio», aparece entonces como el agente de estos mecanismos de servidumbre, "Que sea o no consciente de las fuerzas al servicio de las cuales trabaja, no lo excusa de ser su cómplice. En efecto, todas las motivaciones de uso externo que yo cité más arriba: que se trate del progreso técnico, de la felicidad de la humanidad o de la ética de la ciencia por la ciencia, todo no es más que hipocresía frente a los hechos. En realidad, a través de la investi- gación, como pasa en todos lados, es la carrera hacia el poder lo que inspira a los científicos. Ya sea en el interior de la comunidad científica o en el ámbito de la sociedad en general, es siempre la ideología de élite la que se pone en marcha. "¿Por cuál otra razón, por otra parte, sería yo me- recedor de esta distinción? Y yo encuentro ahora las respuestas a las preguntas que plantee al principio. ¿Acaso no se otorgan los premios científicos a aquellos que de la mejor manera cumplieron con el papel que les asigna esta sociedad? Se los premia por propagar y mantener la idea de una ciencia políticamente neutra y socialmente progresista, por aceptar y difundir la ideología de élite y de competencia y por ayudar así a la clase dirigente a enmascarar los mecanismos de ex- plotación y opresión sobre los cuales está fundada esta sociedad. "Y naturalmente cuanto más «puro» e inconsciente de este papel que se le asigna, el investigador mejor lo interpreta y de allí el interés de un sistema de primas ya sea consistente en dinero efectivo, en prestigio in- dividual o en migajas de poder. "Pero como todo sistema de selección, el mecanis- mo de elección de los laureados presenta serias fallas y así en esta ocasión, el dinero de un premio científico —el que me otorgan a mí— ayudará a aquellos que quieren construir una sociedad sin explotación, sin je- rarquía y sin premios." O 24