Revista argentina. Publicada entre 1970 y 1975. Expone las teorías generales, informa sobre el planteo, el desarrollo y la discusión de la investigación contemporánea, en todos los dominios, desde la física hasta las ciencias del hombre. Presenta los trabajos de los especialistas, escritos por los especialistas mismos, debate los problemas de política científica.
2. a n t e o , i1! «su
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3. FRANQOIS
JACOB:
Genética
hoy y mañana
USER
¿Qué? ¿Cómo?
¿Para qué?
Francois Jacob
Francis Crick
Benjamín Farrington
Manuel Risueño
Juan T. D'Alessio
Edgardo Galli
Giovanni Mosca
Mario Bunge
3
5
6
9
26
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Revista memual
de ciencia y tecnología
El nuevo régimen arancelario aduanero
El Día de la Tierra
Genétiea, lioy y mañana
El código genético
Francis Bacon y la investigación científica
de nuestros días
La Reina de las matemáticas
Teoría general del Láser
Política de comunicaciones
Viva la presión atmosférica
Pseudociencia
Novedades de ciencia y tecnología
1. Impulso a los insectos incompatibles
2. Computadora que "juega" fútbol americano
3. Rayos X para seleccionar papas
4. Nuevo proceso para recuperación de plata de películas usadas
5. Computadora para cobrar peaje
6. Ultramicrobalanza que usa un rayo de luz como contrapeso
7. Simulando caracoles
8. Reducción de peso en estructuras y motores aéreos
9. Detección de cromosomas anormales por computadora
10. Pro y contras del flúor
11. La hemoglobina proporciona nuevas datos sobre el origen del
hombre
Producción nacional d e carbonato d e sodio
Respuestas a Juegos Matemáticos n® 1
Cursos y reuniones científicas
Comentarios d e libros
Correo del lector
Libros nuevos
De las opiniones expresadas en los artículos firmados
son responsables exclusivos sus autores.
I
4. A ñ o I / N* 2 / 1 8 de Junio 1970 / Buenos Aires
Ricardo Ferrara
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Eduardo A . Mari
Héctor Abrales
Daniel Goldstein
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Londres: Eduardo Ortiz
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París: Guillermo Picabea
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Es una publicación de Editorial Ciencia
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5. El nuevo régimen arancelario
aduanero
Para un país cuyo desarrollo científico y tecnológico depende en gran
medida de la importación de maquinarias, equipos e instrumentos de todo
tipo, como es nuestro caso, el régimen arancelario aduanero tiene una
importancia fundamental. Por este motivo, entendemos que el nuevo régi-
men establecido por la ley número 18.588, del 6 de febrero del corriente
año, tendrá consecuencias negativas, obstaculizando dicho desarrollo en
lugar de promoverlo.
La ley mencionada presenta dos aspectos fundamentales: a) salvo algu-
nas excepciones, deroga todos los regímenes especiales, incluyendo la exen-
ción de recargos aduaneros de que gozaban los entes y reparticiones esta-
tales, los cuales ahora deberán pagar los nuevos recargos. Los considerandos
de la ley rezan al respecto: ""Se ha estimado importante que la sistemati-
zación propuesta no puede dejar al sector público en ventaja con respecto
al sector privado, por lo cual se propicia la igualdad de tratamiento en
materia de importaciones", b ) La ley dispone la adecuación de la Nomen-
clatura Arancelaria y Derechos de Importación (ÑADI), asignando a los
bienes de capital no producidos en el país "un derecho que, facilitando
su adquisición por los usuarios, contemple el interés fiscal y el efecto sobre
el balance de pagos". Las únicas excepciones a la ley son las correspon-
dientes a compromisos internacionales en vigor (ALALC y G A T T ) , y
a franquicias ya establecidas para la ejecución de determinadas obras y
explotaciones.
El decreto Número 604, de igual fecha, al reglamentar la ley, establece
una definición de "bien de capital", fija criterios para determinar si la
industria argentina provee un bien de capital equivalente al importado,
lo que establecerá en cada caso la Secretaría de Industria y Comercio In-
terior, y establece nuevos derechos de importación para los bienes com-
prendidos en los capítulos 84 (máquinas y aparatos, material eléctrico),
85 (máquinas y aparatos eléctricos y objetos destinados a usos electróni-
cos) y 90 (instrumentos y aparatos de óptica, de fotografía y de cinema-
tografía, de medidas, comprobación y precisión; instrumentos y aparatos
médico-quirúrgicos), de la ÑADI. Los nuevos derechos son, en general,
sensiblemente más bajos que los anteriores, aunque en ningún caso infe-
riores al 20 % .
Ambos aspectos de la ley tienen, según el gobierno, el propósito d e
"resolver el problema del equipamiento tanto para el sector público c o m o
para el privado".
¿Lo resuelven, realmente?
Al examinar con detalle los nuevos recargos, se observa que, en general,
han disminuido del 110 o 90 % al 80 o 50 %, para las partidas especí-
ficas ( o sea lo que produce la industria nacional), pero para los renglo-
nes denominados "los demás", que incluye todo lo no especificado, e l
3
6. recargo disminuye del 130, 110 o 90 % , según el caso, al 20 % . Esto
evidencia una modificación substancial del criterio con que se establecen
los recargos, que no puede pasar inadvertido. Como es fácil comprender,
una buena parte de los bienes importados entra por las partidas denomi-
nadas "los demás", dado que la especificación de nuestra nomenclatura
aduanera, aún teniendo en cuenta las "notas explicativas" anexas a cada
capítulo, es bastante pobre. El recargo anterior del 90 % para estas par-
tidas inespecíficas tendía justamente a crear una protección adicional para
nuestra industria, primero, porque desalentaba la importación masiva y
el "camouflage" de la documentación de importación y, segundo, porque
permitía a la industria hacer planes para la futura fabricación de muchos
equipos, maquinarias e instrumentos, tendiendo a la sustitución de lo im-
portado por la producción local. El nuevo recargo del 20 % cambia com-
pletamente las cosas; es como si se dijera a la industria: aquí se fabricará
esto, y nada más.
Las disminuciones mencionadas ponen a la industria nacional en una
difícil situación frente a la creciente agresividad exportadora de los países
altamente industrializados. La consecuencia a largo plazo será la acentua-
ción de la peligrosa tendencia de nuestra estructura industrial: crecimiento
de la industria de bienes de consumo y carencia de una fuerte industria
de base, o sea, en definitiva, dependencia cada vez mayor de las impor-
taciones.
Los defensores del nuevo sistema arguyen que éste beneficia a la indus-
tria, ya que ésta podrá reequiparse a un costo menor, al pagar menos
recargo de importación. Esta argumentación tiene un punto débil: si se
fomentara realmente la fabricación local de esos bienes, no habría nece-
sidad de importarlos. Además, existe un régimen legal de promoción de
las actividades industriales (modificado ahora por la ley número 18.587,
de igual fecha de la que estamos comentando), por el cual el Poder Ejecuti-
vo, a pedido de las industrias interesadas, puede proceder a la "exención
de derechos de importación" y a la "suspensión transitoria de importacio-
nes". De modo que no se ve con claridad la necesidad de una disminución
tan considerable de los recargos.
En lo que concierne al primer aspecto de la ley, su aplicación traerá
graves consecuencias. La eliminación del régimen de exención de recargos
(exención que por otra parte no era automática, sino supeditada a la reso-
lución favorable de la Secretaría de Comercio Interior que debía determi-
nar en cada caso si no se producía en el país un bien equivalente al que
se deseaba importar), implica lisa y llanamente una disminución de los
presupuestos de los entes estatales afectados en una suma correspondiente
a los recargos que deberán pagar. Así, las universidades, el Consejo Nacio-
nal de Investigaciones Científicas y Técnicas, los hospitales y demás insti-
tuciones oficiales deberán pagar recargos por la importación de materiales
destinados a la enseñanza, a la investigación y a la salud pública; la Comi-
sión Nacional de Energía Atómica deberá pagar recargos por los equipos
para la central nuclear de Atucha; Y. P. F. deberá pagar recargos por las
maquinarias y equipos que necesita para sus estudios, exploraciones y fa-
bricación; y así sucesivamente. Muchos entes afectados han elevado soli-
citudes pidiendo que se reconsidere la medida.
Los considerandos que hemos mencionado, que pretenden justificar el
nuevo régimen argumentando que con él se elimina la "ventaja" que tenía
el sector público con respecto al privado, pueden calificarse, cuando menos,
de absurdos.
Un régimen legal de tanta importancia como es el de las importacio-
nes, no puede ser dictado por una mentalidad eminentemente fiscalista y
con un criterio exclusivamente económico, sino que debe tener en cuenta
las reales necesidades del país.
4
7. El Día de la Tierra
El último 22 de abril, culminando una campaña preparativa de varios meses
de duración organizada por el "Environment Action" (Movimiento por el
Medio Ambiente); se celebró en EE. UU. el "Día de la Tierra" con actos
públicos, mesas redondas, marchas no violentas, entierros de automóviles y
homenajes a las víctimas de la contaminación: vegetales, animales y hombres.
Fueron los hombres de ciencia, y principalmente los biólogos los que
dieron hace ya tiempo la voz de alarma con respecto a la contaminación
creciente del aire y de las aguas (ríos, lagos y hasta océanos) por los gases
venenosos de los escapes de automóviles y de las chimeneas de las fábricas,
los deshechos cloacales de las grandes urbes y los residuos industriales de
todo tipo, y avisaron del riesgo que esa contaminación representa para la
supervivencia de las especies vivientes. Los estudiantes organizaron luego
movimientos de protesta y campañas de esclarecimiento en pro de un medio
ambiente más puro y contra los excesos de la civilización industrial. Altos
dirigentes de las más poderosas industrias sostuvieron coloquios con los
estudiantes para detallar las medidas que se tomaban para reducir la con-
taminación. El gobierno federal y las administraciones locales han tomado
ya una serie de medidas para hacer frente al peligro creciente que representa
la ruptura del equilibrio biológico y proclamó a 1970 el año de la lucha
contra la contaminación.
Los estudiantes norteamericanos consideran que la actitud del gobierno,
al respaldar el movimiento por el medio ambiente, enmascara la tentativa
de canalizar la protesta por vías "oficiales" y distraer fuerza a los movi-
mientos contra la guerra en Vietnam, así como también que muchas indus-
trias han adherido al movimiento por razones propagandísticas. De cual-
quier modo es evidente que una gran cantidad de norteamericanos están
reaccionando en forma positiva contra la contaminación del medio físico en
que viven, y este es el resultado más trascendente que ha logrado hasta
boy el movimiento.
El problema de la contaminación del medio ambiente no incumbe sólo
a los Estados Unidos o a las naciones más industrializadas, sino a todos
los países del mundo, inclusive a los menos desarrollados que son los que
tienen menos medios para defenderse.
También en la Argentina nos amenazan ya los problemas del ambiente:
la creciente contaminación del litoral fluvial, el uso indiscriminado de pro-
ductos químicos tóxicos (plaguicidas, herbicidas) en la agricultura y la
ganadería y en las industrias y hasta los hogares (detergentes), y el enve-
nenamiento del aire de nuestras ciudades, son cosas que constatamos a
diario.
Es necesario tomar conciencia del peligro: con información, con campañas
de esclarecimiento, con la discusión de todos los actores comprometidos de
una u otra manera con el problema.
5
8. Genética hoy
y mañana
Reportaje
a Francois Jacob
Francois Jacob, nacido en Nancy en 1920, comenzó su
carrera de investigador después de la guerra en el Insti-
tuto Pastetir, de París. Trabajó en el servicio de André
Ltvoff, con Elie Wolman en el estudio de la genética de
bacterias y con Jacques Monod en regulación celular. En
1965 recibió el premio Nobel de Medicina y actualmente
es jefe del servicio de genética celular en el College de
France.
El reportaje que publicamos es parte de una conversación
que hemos sostenido con el Dr. Jacob en octubre de 1969,
con el fin de determinar cuáles son los problemas más
relevantes que afectan, o afectarán en un futuro cercano,
al desarollo de la biología molecular y especialmente a la
genética.
6
Ciencia Nueva: ¿Cuáles son los problemas actuales de la
genética?
Francois Jacob:-Creo que puede decirse que la biología
se halla en un período de renovación desde hace quince
años. H o y , su intento es explicar el funcionamiento de
las células y de los organismos vegetales y animales esen-
cialmente en base a la estructura de sus principales macro-
moléculas: las de ácido nucleico y las de proteínas. Por
ahora la genética ha sido la rama más exitosa pues, por
una parte, ha llegado a comprender y explicar las propie-
dades genéticas del individuo a partir de la estructura de
la substancia que compone los cromosomas, es decir
por la estructura de los llamados ácidos nucleicos; y, por
otra parte, porque se descifró el código genético o sea
la forma en que está inscripto en los cromosomas el fun-
cionamiento de las propiedades y el desarrollo de un indi-
viduo dado.
En otro plano, las investigaciones han hecho cada vez
más evidente la similitud del funcionamiento de las cé-
lulas del organismo con la de las máquinas automáticas.
Una célula puede compararse, razonablemente, con una
especie de fábrica química en la cual el ácido nucleico es
la memoria que contiene las instrucciones destinadas a
hacer funcionar la máquina química, a reproducir una
nueva y hacerla funcionar, etc.
Hoy, también, se está tratando de analizar el sistema
de regulación, esa especie de comunicación entre las mo-
léculas, que radica en la posibilidad de enviar mensajes
químicos y hacer que ciertas moléculas de la célula pue-
dan saber lo que bacen las otras y no actuar por cuenta
propia. Los sistemas de regulación hacen que las mo-
léculas de una célula no estén simplemente repartidas y
actuando al azar sino que funcionen dentro del interés
del conjunto, que es lo propio de una sociedad.
Todo esto es, de manera muy general, lo que ha sido
realizado y lo que actualmente constituye la preocupación
de los biólogos. Los trabajos se llevan a cabo fundamen-
talmente sobre el material más simple disponible: los
virus y las bacterias. Su manipulación es más fácil y sus
respuestas nos son ahora accesibles. Creo que con esto
queda contestada su primera pregunta.
C. N.: ¿Cuáles son las tendencias actuales de la genética?
F. J.: Pienso que todavía quedan muchos problemas y
cosas por hacer en el campo de la genética bacteriana.
Ahora sabemos realmente qué son los ácidos nucleicos,
9. o tam-
qué son las proteínas, cómo se analizan; pero hay cosas
que todavía se ignoran. Un buen ejemplo es la membrana
plasmática que envuelve la célula; es una estructura que
juega un rol muy importante, en primer lugar, porque la
célula es un pequeño mundo aislado del resto del uni-
verso pero en contacto con él a través de su membrana;
en segundo lugar, porque hay una gran cantidad de se-
ñales importantes que se hacen, con toda seguridad, a
través de la membrana.
C. N.: ¿Este es un problema sólo para los biólogos
bién pava los físicos?
F. / . : Es también un problema para la química. Pero,
como usted sabe, la nueva actitud de la biología hace
que las investigaciones de diversas disciplinas — l a física,
la química, la genética— se hayan ligado y marchen
juntas y que efectivamente deba hacerse un poco de
todo en la investigación biológica: analizar los problemas
referentes a la estructura de la membrana, a su formación,
a la estructura de sus moléculas, etc.
En el campo del estudio genético y fisiológico de las
bacterias quedan aún muchas cosas por hacer y aun por
saber cómo deben hacerse. Descubrir, por ejemplo, cómo
es "por dentro" esa máquina extraordinaria constituida
por los llamados ribosomas que permite traducir del
lenguaje del ácido ribonucleico al lenguaje de las pro-
teínas. Este análisis es extraordinariamente complicado
pero se ha llegado a saber cómo se lo puede realizar y en
este momento estamos frente a una cuestión de cantidad
de trabajo. Nuevos problemas se presentan cuando se in-
tentan aplicar estas nuevas formas de razonamiento e
investigación a organismos más complicados. Los dos
campos que presentan mayor interés son los referentes
a los problemas de desarrollo embrionario — e s decir al
proceso que hace que un huevo se transforme en un indi-
viduo— y el sistema nervioso.
El desarrollo del individuo es complejo, sobre todo
si nos referimos a los animales superiores, como nos-
otros, pues en éstos se pasa de una célula a millares de
células de acuerdo a un plan temporal y espacial extre-
madamente preciso donde se efectúa un número extra-
ordinario de reacciones que requiere una programación
perfecta. Lo que interesa 110 es tanto analizar en conjunto
cada una de las reacciones que pueden producirse, pues
son demasiadas, sino comprender los principios gene-
rales, el sistema de lógica empleado por el programa, el
tipo de lenguaje que utiliza el sistema al intentar diferen-
ciarse, las formas de interacción de las macromoléculas
informacionales, los dos tipos de ácidos nucleicos, A D N
y A R N y las proteínas.
El sistema nervioso también presenta problemas muy
complicados y muchos de ellos exigen ser abordados de
diferentes maneras. Está, por ejemplo, el problema de la
forma en que se articulan los sinapsis y los nervios entre
sí, problema que probablemente podrá resolverse gracias
al estímulo que recibe la biología molecular. Otros pre-
sentan mayores dificultades. Por ejemplo, el de averi-
guar cómo se hacen los reconocimientos entre los nervios
del sistema nervioso en el cerebro de un organismo com-
plicado, constituido por un número fantástico de células.
Sabemos que hay interacciones determinadas por los ge-
nes, probablemente no en forma directa sino a través de
un sistema de "demultiplicación", pero nos preguntamos
cómo es que el nervio que va al extremo del pie, nacido
En la investigación biológica es necesario analizar los pro-
blemas referentes a la estructura de la membrana (esquema
de la membrana de una mitocondria).
Las mitocondrias son bacterias que viven en simbiosis con
las célidas.
Las propiedades de las proteínas resultan de la naturaleza y
disposición de sus átomos. (Parte de la molécula de lysosima.)
Síntesis de una proteína por acción de un ribosoma.
11. El código genéticoO O
Francis H. C. Crick
1 INTRODUCCION
Nacido en Inglaterra en 1916, el Dr. Crick se graduó en
Londres, en el University College, e hizo su tesis en el Caius
College de la Universidad de Cambridge en 1953. Durante la
guerra suspendió sus trabajos y sirvió en los servicios cien-
tíficos del Almirantazgo Británico. Autor de numerosos tra-
bajos de biología molecular, pertenece a la Royal Society
desde 1959, recibió el premio Lasker en 1960 con ]. D.
WATSQN y M. H. F. WILKINS, con quienes también com-
partió el Premio Nobel de Medicina en 1962 por sus trabajos
sobre la estructura molecular del DNA.
Actualmente es miembro no residente del Instituto Salk
pero su centro de trabajo es el Medical Research Cottncil Unit
for Molecular Btology de la Universidad de Cambridge.
El trabajo que reproducimos es su Croonian Lecture de 1966,
publicado en los Proceeding of the Royal Society, B, volumen
167, pigs. 331-347, 1967. La versión castellana pertenece a
los Dres. Daniel Goldstein y Cora S. de Goldstein. El artículo
es reproducido con autorización de su autor} de-las autoridades
de la Royal Society y del Centro Editor de América Latina
que tiene en preparación el libro "Moléculas y Hombres", del
mismo autor, y del cual el presente trabajo constituirá un
apéndice.
A - La naturaleza del problema
Los genes están formados por ácido nucleico; las enzi-
mas son proteínas. La secuencia de aminoácidos de una
proteína dada se sintetiza según las instrucciones prove-
nientes de un segmento dado de ácido nucleico.
Cada proteína está formada por una o más cadenas
polipeptídicas, sintetizadas por condensación de amino-
ácidos, en forma lineal, con eliminación de agua. La lon-
gitud de una cadena polipeptídica típica es de varios
cientos de estos aminoácidos. Sin embargo, por lo general
sólo se encuentra en las proteínas veinte clases diferentes
de aminoácidos. Este conjunto habitual de veinte amino-
ácidos es el mismo en toda la naturaleza.
El ácido nucleico está formado por cadenas de poli-
nucleótidos. La unidad iterativa de la cadena es un azúcar
(ribosa para el ARN, desoxirribosa para el ADN) unido
a un fosfato. A cada azúcar se le une una base. Hay
cuatro bases usuales en el ácido nucleico. En el ADN por
lo general aparecen adenina, guanina, citosima y timina.
En el ARN la timina es reemplazada por el uracilo.
De tal modo, la proteína está escrita en un lenguaje de
veinte letras y el ácido nucleico en uno de cuatro letras.
El código genético es el diccionario que vincula estos
dos lenguajes. Se llama codón al grupo de bases que
codifica a un aminoácido. Se sabe actualmente que un
codón está constituido por tres bases adyacentes. Cabe
señalar que, por lo que sabemos, la célula puede traducir
en un solo sentido, del ácido nucleico a la proteína y no
de la proteína al ácido nucleico. A esta hipótesis se la
conoce como el Dogma Central.
Si se pudiera comparar la secuencia de bases de un
largo segmento de ácido nucleico con la secuencia de
aminoácidos que codifica, se podría deducir fácilmente el
código genético. Desgraciadamente este método directo
no es aún factible debido a dificultades técnicas en la
determinación de una secuencia larga de nucleótidos. Por
lo tanto, debe usarse métodos más indirectos.
B - La bioquímica de la síntesis de proteínas
Se trata de un tema que no podemos describir aquí en
detalle, pero del que es necesario tener una idea para
entender parte de los datos que existen acerca del código
genético. Para un tratamiento más completo véase, por
ejemplo, el reciente libro de Watson ( 1 9 6 5 ) .
9
12. El material genético de la mayoría de los organismos
es un doble heíicoidc de ADN, que no participa directa-
mente en ia síntesis de proteínas. El intermediario en
esta síntesis es el ARN mensajero de un solo filamento,
que es una copia (complementaria) de uno de los heli-
coides del ADN, El ARN mensajero es sintetizado por
una enzima especial, la polinucléotido polimerasa, que
necesita al ADN como matriz.
El ribosoma es el lugar efectivo donde se produce la
síntesis de proteínas. Los ribosomas son estructuras com-
plejas, de aproximadamente 200 A de diámetro, consti-
tuidas por ARN y proteínas en proporciones (aproxima-
damente) iguales. Cada ribosoma consiste en dos partes,
una de las cuales tiene un tamaño que casi duplica el de
la otra. El ribosoma se mueve a lo largo del ARN men-
sajero, "leyendo" el mensaje escrito en la secuencia de
bases y sintetizando paso a paso una cadena polipeptídica,
comenzando por el extremo amina.
Cada aminoácido es activado por su propia enzima
especial, que usa una molécula de ATP para sintetizar
un anhídrido mixto del aminoácido y AMP. Este com-
puesto se encuentra firmemente adherido a la enzima, que
luego transfiere el aminoácido a la ribosa terminal de un
ARN especial (de una longitud de aproximadamente 80
bases), conocido como ARN de transferencia (/ARN), a
veces también llamado ARN soluble (¡ARN). Para cada
aminoácido hay un tipo de tARN o a lo sumo un pe-
queño número de ellos.
El tARN transporta el aminoácido al ribosoma y es
responsable del reconocimiento del codón siguiente sobre
el ARN mensajero (wARN). Es probable que lo haga
apareando las tres bases del codón (del ARN mensajero)
con tres de sus propias bases, conocidas como antkodón.
Mientras se realiza la síntesis de una cadena polipeptí-
dica, la cadena parcialmente formada está unida por su
terminal carboxilo a la molécula, de tARN que insertó el
último aminoácido, A su lado, sobre el ribosoma, se
encuentra el tARN para el próximo aminoácido indicado
por el mARN. El paso fundamental de la síntesis de
proteínas es la transferencia de la cadena polipeptídica
desde el primer tARN al aminoácido unido al segundo
tARN, alargando así la cadena en un resto. Entonces el
primer tARN vuelve a la solución y el mecanismo se
prepara nuevamente para el próximo paso.
La síntesis de proteínas puede lograrse en un tubo de
ensayo utilizando las partes del sistema recién descripto,
juntamente con GTP y varios factores solubles. Moléculas
de ARN de un filamento, añadidas al sistema, pueden
actuar como ARN mensajero y dirigir la síntesis de cade-
nas polipeptídicas.
C - Los primeros trabajos sobre el código genético
Las investigaciones realizadas hasta 1962 han sido
resumidas brevemente por Crick (1963 a); la biblio-
grafía puede consultarse en la revisión más detallada
(Crick, 1963 b). El trabajo inicial sugirió que el código
tenía las siguientes características: 1) cada codón consiste
en tres bases (consecutivas); 2) los codones adyacentes
no se superponen; es decir, ninguna base del ARN men-
sajero pertenece a más de un codón; 3) la mayor parte
de los 64 codones posibles representan más de un amino-
ácido, es decir, el código es "degenerado"; 4) los tripletes
que codifican al mismo aminoácido son por lo general
similares; 5) el código es probablemente universal, lo que
significa que es básicamente igual en todos los organismos.
Los datos indicativos de que el código no es de tipo
superpuesto provienen fundamentalmente del estudio de
los cambios producidos por mutación en la secuencia de
aminoácidos. Una mutación casi siempre produce el cam-
bio de un único aminoácido en la secuencia como es de
esperar en un código que no contenga superposiciones.
Las pruebas de que el código es un código de tripletes
provinieron del estudio de mulantes del cistrón rllB del
fago T-i, del tipo de desplazamiento de fase (phase-shift
mutants). Mientras que la adición de una o dos bases a
un gene altera la fase de la lectura, la adición (por méto-
dos'genéticos) de tres bases pone el mensaje nuevamente
en fase.
La composición probable (pero no la secuencia de
bases) de muchos de los 64 codones fue sugerida por la
utilización de sistemas «celulares para síntesis de proteí-
nas, agregando ARN mensajero de composición conocida
pero secuencia aleatoria, fabricado mediante la enzima
polinucléotido fosforilasa. Esto (y la comprobación gené-
tica) lleva a pensar que la mayoría de los tripletes corres-
ponden a uno u otro aminoácido y que los tripletes que
representan a un mismo aminoácido son de algún modo
parecidos, como lo sugieren los cambios restringidos de
aminoácidos encontrados en mutantes.
D • Colinealidad de gene y proteína
Durante largo tiempo se sospechó la colinealidad entre
la proteína y el gene que la codifica. En otras palabras,
que el orden de los codones a lo largo del gene es el
mismo que el orden de los aminoácidos correspondientes
a lo largo de la cadena polipeptídica de la proteína. Así lo
demostraron por primera vez Yanofsky y sus colegas
(Yanofsky et al., 1964) para la proteína A de la enzima
triptofano sintetasa de E. colí. Estos investigadores de-
terminaron la secuencia de aminoácidos de un segmento
de la cadena polipeptídica de aproximadamente 75 amino-
ácidos de longitud y localizaron en ella las distintas alte-
raciones en los aminoácidos producidas por nueve muta-
ciones diferentes. También encontraron, por medios pura-
mente genéticos, el orden de estas mutaciones en el mapa
genético. Los resultados mostraron la coincidencia de las
dos ordenaciones; además, los lugares cercanos en la ca-
dena polipeptídica resultaron también cercanos en el mapa
genético.
El mismo resultado fue obtenido por Sarabhai, Stret-
ton, Brenner y Bolle (1964) con un elegante método,
usando mutantes del gene especificador de la proteína de
cabeza del bacteriófago Ti, que provocan la terminación
precoz de la cadena polipeptídica.
La colinealidad del ADN y de la proteína que éste
codifica no se ha podido observar aún directamente. Sin
embargo, Hogness obtuvo recientemente (1966) pruebas
de que en el fago l, el orden de cinco genes en el mapa
genético es el mismo que su orden en el A D N de l.
E - La dirección de la lectura
Por convención, las secuencias de aminoácidos se escri-
ben empezando por el aminoácido amino terminal de la
cadena polipeptídica. Las secuencias de ácido nucleico se
escriben con el hidróxilo 5' a la izquierda. Habrá que
decidir experimentalmente si la relación entre la secuencia
del mARN y la secuencia de aminoácidos por él codifi-
10
13. cados es la misma que implican estas convenciones o es
la contraria. Téngase en cuenta que esto no es exacta-
mente lo mismo que preguntarse por la secuencia temporal
d e la lectura del mensaje.
Afortunadamente, resultó que las dos convenciones
coinciden, pese a que los resultados iniciales indicaban
l o contrario. Es decir, el extremo 5' del mARN codifica
el extremo amino de la cadena polipeptídica. Las compro-
baciones que respaldan esto son las siguientes:
1. Por polímeros de secuencia conocida. Se ha visto
p o r ejemplo que un ARN mensajero de la forma A A A . . .
A A A A C fabrica un polipéptido compuesto fundamental-
mente por lisina ( Á A A ) pero con algo de asparagina
( A A C ) en el extremo C-terminal (Salas et al. 1965). El
estudio de polímeros que tienen secuencias especiales en
el extremo 5' del mARN también avala esta dirección
d e la lectura (Smith, Salas, Stanley, Wahba y Ochoa,
1 9 6 6 ; Stanley, Salas, Wahba y Ochoa, 1 9 6 6 ) .
2. Por la decodificación del mensaje utilizando secuen-
cias de aminoácidos de mutantes dobles de marco despla-
zado (double frame-shift mulante), como se explica en
el parágrafo 6.
3. Por una combinación de métodos genéticos y bio-
químicos, usando el código genético, como lo hizo Yanofs-
ky utilizando la proteína A de la triptofano sintetasa
(Guest y Yanofsky, 1 9 6 6 ) .
2 EL CODIGO GENETICO
EN LA ACTUALIDAD
Actualmente se conoce el código genético con bastante
precisión, al menos para Bscherichia coli. Por lo general
2a.
la.
i
u C A G 3a.
u
fen
fen
leu
leu
ser
ser
ser
ser
tir
til-
ocre
ámbar
cis
cis
?
trip
U
c
A
G
c
leu
leu
leu
leu
pro
pro
pro
pro
his
his
gluN
gluN
arg
arg
arg
arg
U
c
A
G
A
ileu
ileu
ileu
met
treo
treo
treo
treo
aspN
aspN
lis
lis
ser
ser
arg
arg
U
c
A
G
G
val
val
val
val
ala
ala
ala
ala
asp
asp
glu
glu
gli
gli
gli
gli
U
c
A
G
FIGURA 1. Las cuatro bases, tiradlo, citosina, adenina y guanina,
están representadas por las letras U, C, A y G respectivamente.
La primera base de cada triplete está indicada a la izquierda, la "
segunda arriba y la tercera a la derecha de la figura. Los veinte
aminoácidos están representados por sus abreviaturas habituales;
así, 'fen' significa fenilalanina, etcétera. Se cree que los tripletes
marcados 'ocre' y 'ámbar' señalan la terminación de la cadena
polipeptídica. Los tripletes asociados con la iniciación de la cadena
no están marcados en la figura.
se lo diagrama en la forma compacta que muestra la figu-
ra 1. Cada entrada en la figura corresponde a un triplete
dado e indica, usando las abreviaturas habituales, qué
aminoácido es codificado por ese triplete. Así, la entrada
indicada por C A U está marcada 'his', lo que implica que
el triplete C A U (citosina-adenina-uracilo) codifica la his-
tidina.
En lo que sigue, discuto algunas de las pruebas experi-
mentales que avalan la figura 1, con el objeto de mostrar
tanto los métodos utilizados como la solidez del respaldo
experimental. Este resumen no pretende ser completo. En
todo caso, los nuevos datos se acumulan tan rápidamente
que cualquier resumen envejecería en poco tiempo. Se
pueden clasificar los datos en dos tipos principales: 1)
los obtenidos utilizando el sistema acelular para síntesis
de proteínas: estas técnicas asignan tripletes a diferentes
aminoácidos (por ejemplo, la prueba de anexión: mARNs
repetitivos); 2 ) los provenientes de la síntesis en células
intactas: estas técnicas muestran la relación entre tripletes
(por ejemplo, cambios mutagénicos: los resultados por
doble desplazamiento de fase).
Además, tenemos algunas indicaciones acerca de la
secuencia de bases de varios anticodones en el tARN.
Para un tratamiento más extenso de este tema y otros
relacionados con él, remitimos al lector al volumen X X X I
del Coli Spring Harbor Symposia on Quantitative Biology
titulado "The Genetic Code" que reúne trabajos presen-
tados a principios de junio de 1966. Este volumen no
sólo está al día sino que contiene referencias más deta-
lladas de lo que ha sido posible dar aquí.
3 LA PRUEBA DE ANEXION
POR TRIPLETES
El uso de esta prueba fue introducido por Nirenberg y
Leder ( 1 9 6 4 ) , quienes diseñaron una nueva técnica para
asignar un codón a una aminoácido. Mostraron q u e en
presencia de un triplete dado (un trinucleósido difosfato)
los ribosomas anexan preferencialmente las especies co-
rrespondientes de tARN.
Se incuba una mezcla de un triplete, ribosomas y mo-
léculas de tARN (que han sido marcadas con un solo
aminoácido radioactivo) en presencia de una concentra-
ción adecuada de Mg2 + , para permitir que se produzca la
anexión. Después se pasa la mezcla por un filtro Millipore,
que retiene los ribosomas junto con el tARN que se le
ha unido, mientras deja pasar los tARN no anexados; se
mide entonces la radioactividad en el filtro. Como control
se repite el mismo experimento sin el triplete.
Esta técnica fue usada intensivamente por Nirenberg y
sus colegas (Leder y Nirenberg, 1964 a, b; Bernfield y
Nirenberg, 1965; Trupin et al., 1965; Nirenberg et al.,
1965; Brimacombe et al. 1965) y también por Khorana
y sus colegas (Solí et al., 1965; Solí et al., 1 9 6 6 ) . Por
diversos métodos se han sintetizado los 64 tripletes y
cada uno de ellos ha sido probado con muchos de los
veinte aminoácidos. En la mayoría de los casos se detecta
la anexión de un tARN dado por una radioactividad que
supera varias veces a la registrada en los experimentos
de control.
Lamentablemente no siempre es posible confiar por
entero en el método, dado que a veces no produce prác-
ticamente anexión en casos que, de acuerdo con otros
14. experimentos, permitirían esperar una respuesta positiva;
inversamente, en algunos casos tARNs que pertenecen a
varios aminoácidos responden a un triplete. Se sospecha
que la mayor parte de estas respuestas más débiles se
deben a fenómenos aberrantes producidos por el método.
Sin embargo, cuando la prueba de anexión da un resul-
tado muy positivo e inequívoco se lo puede aceptar con
bastante certeza. En la figura 2 expongo todos los resul-
tados (publicados o en prensa) obtenidos por el método
de anexión, que dieron incorporaciones de por lo menos
tres veces la del control. Este criterio es más bien arbi-
trario, ya que una evaluación más precisa tendría en
cuenta los detalles exactos de la prueba de anexión usada
en cada caso (por ejemplo, si se usó ¿ARN purificado) y
la medida absoluta de la anexión. Más aún, la anexión
varía un poco de un experimento a otro. Casi todos los
resultados son para E. coli, pero AGA y A G G para argi-
nina han sido asignados de modo convincente sólo para
la levadura.
Se puede ver que poco más de tres cuartos de los tri-
pletes pueden ser asignados de esta manera. Hay un
resultado que es casi seguramente falso: a saber, la res-
puesta valina para UGU. Varias de las anexiones débiles
(que no aparecen en la figura 2) aparecen como respuesta
a X A B , cuando el triplete esperado es ABY; eso ocurre
con frecuencia cuando la anexión a ABY es fuerte y se
debe presumiblemente a una respuesta escasa al doblete
AB, leído fuera de fase.
Matthaei et al. (1966) utilizaron una prueba de ane-
xión modificada, usando polímeros de la forma X p Y p Z
. . . pZ de aproximadamente treinta restos de longitud y
aduciendo que a menudo esto produce la anexión prefe-
rencial esperada para X Y Z (además de la anexión espera-
da debida a Z Z Z ) . Inicialmente este método dio resulta-
dos que se consideraron falsos y, en todo caso, la anexión
usualmente es pequeña comparada con el control. Pese a
afirmaciones en contrario, no es posible asignar con segu-
ridad por este método tripletes que no hayan sido asigna-
dos ya por el método de anexión de Nirenberg y Leder.
2a. -*
la.
i
U c A G 3a.
i
u
fen
fen
leu
ser
(ser)
ser
ser
ter
ter
cis(val)
cis
U
C
A
G
C leu
pro
pro
his
his
gluN
gluN
arg
arg
arg
U
c
A
G
A
ileu
ileu
met
treo
treo
treo
treo
aspN
aspN
lis
lis
arg
arg
U
c
A
G
G
val
val
val
val
ala
ala
ala
ala
asp
asp
glu
gli
gli
gli
gli
U
C
A
G
FIGURA 2. Las mismas convenciones que para la figura 1. Las
entradas indican los tripletes que han dado una respuesta tres
veces mayor que el control en la prueba de anexión. Por lo tanto
la mayor parte de las ubicaciones pueden considerarse probables.
12
4 EL mARN DE SECUENCIA
DE BASES DEFINIDA
A - Polinucléotido» con secuencias repetidas
Khorana fue el iniciador de este método (Nishimura
Jones, Ohtsuka, Hayatsu, Jacob y Khorana, 1965; Nishi-
mura, Jones y Khorana, 1965) que consiste en sintetiza!
químicamente una pequeña secuencia repetida, de unoá
diez o doce restos de largo, de ADN complementario dfi
doble filamento; cada helicoide se sintetiza separadamen-
te. Luego este ADN se ofrece como matriz a la enzima
ADN polimerasa; el producto es un doble helicoide
de ADN con la misma secuencia repetida, pero de una
longitud de cadena mucho mayor, que posteriormente sé
usa como matriz para la enzima ARN polimerasa. Si sóla
se usan para la síntesis algunos de los cuatro nucleosidoí
tri-fosfatos pero no todos ellos, resulta posible copia!
cualquiera de los dos filamentos del ADN sin copiar a)
mismo tiempo el otro. El producto es una larga molécul?
de ARN en la que mediante el análisis de extrema veciní
dad (neares¿ neighbour analysis), encontramos que apa
rece la secuencia repetida, tal como se esperaba. Esta;
moléculas de ARN se utilizan luego como ARN mensaje
ros en el sistema acelular para síntesis de proteínas.
Si el código es un código de tripletes, podemos preve:i
los resultados que aparecen en la tabla 1; como se obtien<
efectivamente esos resultados, ello confirma por métodos
bioquímicos directos que el código es de tripletes. Le
tabla 2 resume los resultados obtenidos por Khorana hastá
fecha (Khorana, comunicación personal).
El solo hecho de que ( U C ) n codifique al polipéptidc
que se repite . . . leu.ser . . . no establece qué aminoácido
debe ser asociado a los dos tripletes en cuestión, a sabeí
UCU y CUC. Sin embargo, como la prueba de anexiór
muestra que UCU codifica la serina, podemos deducir cor
seguridad que CUC codifica la leucina.
TABLA 1
tipo de mARN polipéptido esperado
(AB),
( A B C ) n
( A B C D ) B
y
y
, a ( 3 a | 3 a p . . . '
.a a a a a.. .
.PPPPP...
•YY Y YY- - •
. c c P Y ^ P Y ^
TABLA 2
mARN
(UC)n
(UG)n
( A G ) n
(AC)„
( A A G ) n
(UUG)n
( G U A ) n
(UAC)n
(AUC)u
polipéptido(s) producido(s)
(ser.leu)m
(cis.val)m
(arg.glu)m
(treo.his)m
( l i s ) m + ( a r g ) m + (glu)m
(leu) ClS )m + (val) m
(val)ra+ (ser)
(tir)m + (treo)m + (leu)m
(ileu)m + (ser)m + (Ms)m
15. B - Polimicleótiílos con secuencias n o repetidas
Salvo en casos especiales, la síntesis de estos polinucleó-
ddos es muy trabajosa y sólo se ha fabricado un número
limitado de moléculas diferentes de ARN mensajero:
Tach, Dewey, Brown y Doty ( 1 9 6 6 ) y Stanley et al.
( 1 9 6 6 ) han publicado algunos ejemplos. El trabajo de
Stanley indica con gran probabilidad que A U A codifica
la isoleucina.
5 CAMBIOS DE AMINOACIDOS
EN MOTANTES
El cambio típico de aminoácidos es el de un sólo ami-
noácido en toda una cadena polipeptídica; puede produ-
cirse "espontáneamente" o por la acción de mutágenos.
En algunos casos los cambios en la secuencia de bases
producidos por un mutágeno determinado pueden ser
inferidos sobre la base de resultados de carácter químico.
Por ejemplo, se cree que la hidroxilamina ataca sólo a la
citosina y no a las otras tres bases.
En la mayoría de los casos los mulantes son seleccio-
nados por un método u otro. Por ejemplo, la mayoría de
las hemoglobinas humanas anormales han sido detectadas
porque son electroforéticamente diferentes de la hemoglo-
bina del adulto normal; puede inferirse que el cambio
de un aminoácido implica un cambio de carga. En otros
casos, lo que se busca son mutantes que destruyan la
acción del gene y para ello se seleccionan mulantes "sin
sentido".
Es conveniente señalar el cambio de un aminoácido, de-
bido a una mutación, como una flecha en el esquema del
código genético (ver figura 1). H o y en día sabemos que
casi todos esos cambios se deben a la alteración de una
única base en el ácido nucleico genético.
Si cambia la base que ocupa la primera posición en un
codón, se traza vertical la flecha que marca el cambio, la
cual empieza y termina en la misma posición relativa en
dos cuadrados adyacentes de la figura. Si el cambio se
produce en la segunda base del codón, la flecha será hori-
zontal; si es la tercera base la que cambia, la flecha será
vertical pero empezará y terminará dentro del mismo
cuadrado.
O sea que en todos los casos la flecha será horizontal o
vertical; una flecha diagonal implicaría que han sido cam-
biadas al menos dos de las bases del codón. Si los cambios
en aminoácidos fueron hechos de manera aleatoria, apro-
ximadamente la mitad de las flechas serán horizontales o
verticales y la otra mitad, diagonales.
Los resultados de los tres conjuntos mayores d e cam-
bios mutagénicos están expuestos en las figuras 3-5. Se
puede ver que, con excepción de una flecha en la figura 5,
todas las otras flechas son verticales u horizontales, lo
que es una notable confirmación del código genético.
Aunque se trata de un código degenerado resulta a
menudo posible deducir el cambio efectivo de base que
tiene lugar en una mutación, aun cuando no se puedan
determinar los codonés afectados. Por ejemplo, el cambio
fen tir proviene de UUU o UUC a U A U o U A C , res-
pectivamente. En ambos casos la mutación tiene que ser
un cambio de U a A. Siempre es posible deducir la base
que ha cambiado, salvo que: 1) intervengan la leucina,
serina o, arginina o, 2 ) el cambio sea en un cuadrado de
la figura, es decir, se produzca en la tercera base de un
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13
16. triplete. Aun en esos casos puede ser posible deducir el
cambio de base sin ambigüedad; así, la mayor parte de
los cambios en un aminoácido, proviene del cambio de
una base determinada.
Los cambios de una pirimidina a otra pirimidina (U
C o C •—> U ) y de una putina a otra purina ( A - > G o
G—> A ) se llaman "transiciones"; los cambios de una
purina a una pirimidina o viceversa se llaman "transver-
siones".
La figura 3 muestra los resultados obtenidos en treinta
y seis hemoglobinas humanas anormales diferentes. Los
datos han sido tomados de la tabla 10.1 de Lehmann y
Huntsman ( 1 9 6 6 ) , texto que debe ser consultado para
referencias. Las áreas que aparecen punteadas en la figura
representan aminoácidos cargados; se puede ver que, como
era de esperar por el método de detección de mutantes,
cada flecha empieza o termina en una región punteada.
Nótese que algunos cambios ocurren en ambos sentidos:
las flechas correspondientes tienen dos cabezas. Se observa
tanto transiciones como transversiones, pero las primeras
son algo más frecuentes.
La figura 4 representa la mayor parte de los resultados
obtenidos por Wittmann para el virus del mosaico del
tabaco (véase el resumen de Wittmann y Wittmann-
Liebold, 1966; Tsugita también comunicó resultados si-
milares en 1962). El material genético de este virus es
ARN de un solo filamento, que se cree que actúa también
como el ARN mensajero del virus. Todos estos mutantes,
salvo tres, fueron producidos usando ácido nitroso como
mutágeno, ya sea sobre el virus total o sobre su ARN. El
ácido nitroso cambia C por U; cambia A por hipoxantina,
que luego es copiada como si fuera una G, de tal mo-
do que el cambio efectivo es de A a G. El cambio de G
a xantina parece ser letal. La figura muestra que cada
flecha apunta en una dirección única, como era de espe-
rar, y todas las flechas salvo una muestran cambios de
bases esperados. El cambio excepcional (glu asp) pue-
de haberse debido a una acción inesperada del ácido
nitroso o, más probablemente, a una muíante espontánea
que fue recogida accidentalmente con las mutantes de
ácido nitroso.
Las otras tres mutaciones que aparecen en la figura 4
se debieron al agregado de flúor uracilo durante el creci-
miento viral. Cabe esperar que esta droga produzca los
cambio A —» G o U - > C. Los tres casos detectados se
conforman a esta expectativa.
La figura 5 muestra el cambio detectado por Yanofsky
y sus colaboradores como mutaciones, o retro-mutaciones,
de la proteína A de la triptofano sintetasa de E. coli
(véase el resumen de Yanofsky, 1966). En este caso, no
hay un determinado cambio de base que aparezca con
más frecuencia, aunque los estudios detallados de Yanofs-
ky muestran que los cambios de bases producidas por los
diferentes mutágenos son casi siempre los esperados.
En la figura 5 aparece una flecha diagonal debida al
cambio ileu —* asp; esto puede deberse a la alteración de
dos bases. Otra explicación es que el cambio real fue
ileu aspN y que la asparagina fue luego deaminada
mediante un proceso desconocido convirtiéndose en ácido
aspártico. Yanofsky (1966) ha presentado datos experi-
mentales que hace que. esta última explicación parezca
probable.
Hay otro cambio que Yanofsky comunicó recientemente
(1966, comunicación personal) y que no ha sido incorpo-
rado a la figura 5. Se trata del cambio en la posición 48
U C A G
u
i
i
i
U
c
A
G
c MvMv
üA
G
c MvMv
üA
G
A fi
h U
%
G
A ivs
U
%
G
G
* — U
C
A
G
G
i;i i.«
U
C
A
G
FIGURA 3. La figura representa el código genético, pero se ha
omitido los nombres de los aminoácidos por conveniencia. Las
flechas indican los cambios de los aminoácidos de treinta y seis
hemoglobinas humanas anormales distintas; cada cabeza de flecha
representa un ejemplo. El cambio de base puede ser deducido en
todos los casos salvo en el señalado por la flecha ondulada y en los
dos correspondientes a las flechas punteadas. Las áreas punteadas
representan aminoácidos cargados.
14
17. A U
u c
ü
C
A
G
U
c
A
G
U
C
A
G
ü
C
A.
G
FIGURA 4. La figura representa el código genético, pero se ha
omitido los nombres de los aminoácidos por conveniencia. Las fle-
chas indican los cambios de aminoácidos encontrados por Witt-
tnann entre los matantes del virus de mosaico del tabaco. El mu-
tágeno empleado fue ácido nitroso, salvo en los tres casos re-
presentados por líneas punteadas, en que se empleó fluororacilo.
Se indica con flechas onduladas aquellos casos en que los cambios
de base son inciertos. Las flechas colocadas juera de la tabla mues-
tran los cambios esperados por acción del ácido nitroso.
u
u
* «
< -
— >
— > .
i
u
c
A
G
U
c
A
G
U
C
A
G
U
C
A
G
FIGURA 5. La figura representa el código genético, pero se ha
omitido los nombres de los aminoácidos por conveniencia. Las
flechas indican los cambios de aminoácidos encontrados por Ya-
nofsky en la proteína A de la triptofano smtetasa de Escherichia
coli. Aunque la mayor parte de estos cambios han sido obtenidos
reiteradamente, se representa cada cambio con una sola flecha. La
flecha ondulante indica que el cambio de base es incierto en
de la protelna, de ácido glutámico a metionina. Esto im-
plica que G A G ( o G A A ) se convierte en A U G y entonces
el cambio es de por lo menos dos bases. L o interesante
de esta mutación es que ha sido detectada una sola vez
y nunca retromutó al tipo original. El hecho que se haya
aislado esta mutación una sola vez y la ausencia de rever-
sión nos hacen pensar que se trata del caso poco frecuente
de un cambio de dos bases consecutivas y es por esto que
no fue incluida en la figura 5.
6 CAMBIOS DE AMINOACIDOS
PRODUCIDOS POR DESPLAZAMIENTOS
DE FASE
Dado que el ARN mensajero es leído secuencialmente
de a tres, bases por vez, la adición de un nucleótido en
cualquier punto pondrá fuera de fase a toda la lectura
siguiente. Sin embargo, se puede volver la lectura a fase
sustrayendo un nucleótido en algún punto posterior, aun-
que el mensaje será mal leído entre las dos alteraciones.
Éste efecto fue predicho por Crick, Barnett, Brenner y
Watts-Tobin ( 1 9 6 1 ) a partir de estudios genéticos. Re-
cientemente fue confirmado en forma directa por Strei-
singer y sus colaboradores (Terzaghi et al., 1 9 6 6 ) .
La proteína estudiada fue la lisozima del colifago Ta..
Las mutantes se produjeron utilizando acridinas, que apa-
rentemente producen adiciones o sustracciones de base
( o bases) más que transformaciones de una base en otra.
Tales mutantes se caracterizan por destruir completamente
la función del gene. Mediante métodos genéticos se ubicó
a dos de estas mutaciones en el mismo gene, que produjo
entonces una proteína alterada con alguna actividad enzi-
mática.
Se encontró que el cambio producido en la secuencia
de aminoácidos estaba circunscripto a cinco aminoácidos
adyacentes. Usando el código genético era posible, a partir
de la secuencia original y de la secuencia alterada en la
mutante doble, deducir la secuencia de bases probable del
ARN mensajero; esto es lo que se muestra en la figura 6.
Se ve que la primera mutación fue probablemente la
deleción de una A y la segunda, la adición de una G .
Los ensayos demostraron que n o había otra solución
compatible con el código y que no había solución posible
si se consideraba el sentido inverso de lectura.
Los datos que aparecen en la figura 6 son útiles porque
confirman algunas asignaciones dudosas, c o m o el codón
U U A para la leucina. E n la referencia previa y en el resu-
men de Streisinger et al. ( 1 9 6 6 ) se dan más ejemplos
de cambios de desplazamiento de fase producidos en esta
región de la lisozima.
7 EL ANTICODON DEL tARN
Se ha progresado algo en cuanto a la localización del
anticodón en varias moléculas de tARN. T o d o hacía supo-
ner que las dos primeras bases del codón se aparearían
con las bases correspondientes del anticodón de acuerdo
con las reglas usuales de apareamiento encontradas eñ el
ADN. Los pares para el ARN son
A — U v G — C
15
18. lis ser pro ser leu aspN
AA? 'A'GU CCA UCA c u u AAU
lis
ala • •
G C?
val
i + t
1 G
his his leu met ala
FIGURA 6. Las secuencias de aminoácidos ilustradas forman parte
de la protelna lisozima del fago T4, estudiada por Streinsinger y
sus colaboradores. La línea superior representa la secuencia ori-
ginal; la inferior representa la secuencia encontrada en la matante
doble de marco desplazado. La secuencia de bases que aparece
en el medio ha sido deducida a partir del código genético. Sugiere
que a la primer mulante le faltaba una 'A' y que la segunda ha
añadido una 'G' a la secuencia original.
— > U
-G-C'G
I I A
C G I• ^ •
Mél U
# U
• • •
Q——O
« •
G—C
« . «
G—C• •
A—ü
G—C
* #
• diífeG
• *
alanins
—*• ü
- U - C - C
A
A O - I« * *
A*
• »
A ¡r
¡t—A
• *
C—Gr
U—A
4
U—A
U—A
• •
• diAfeG
—• U
U-A-C
A - ^ - G• ' *
ü &¡MeA IT
• •
A C
• *
f—A• •
C—G• »
U—A
U—A
G—0
* diAfcG
* »
tirosina
FIGURA 7. Ilustra los anticodones en la secuencia de bases de
los tARNí de alanina, serina y tirosina de levadura (véase el texto
para referencias). Los anticodones aparecen hacia la mitad de la
cadena de cada tARN; acá se representa sólo parte de cada se-
cuencia. Los puntos indican el recorrido de la cadena; los guiones
representan el apareamiento entre bases. Arriba se muestran los
codones del ARN mensajero que predice la teoría del reconoci-
miento errático (wobble theory). Las ¡lechas muestran el sentido
del polinucleótido que comienza en el extremo 5' y termina en el
extremo 3'.
Cuando Holley y sus colaboradores (Holley et al.
1965) develaron la secuencia del tARN de la alanina de
levadura, señalaron como posible anticodón al triplete
I G C . Este podría aparearse de un modo ¿«/¿paralelo con
tripletes de la forma G C X ( X = desconocido) que codi-
fican la alanina. La estructura secundaria del tARN e?
desconocida, pero es razonable suponer que el triplete
I G C aparece en la mitad de un asa de siete bases que
liga los dos extremos de una corta región de doble hélice
que tiene cinco pares de bases. La base rara dimetilgua-
nina ( d i M e G ) aparece inmediatamente después del co-
mienzo de esta hélice.
Más recientemente, Zachau y sus colegas (Dütting,
Karau, Melchers y Zachau, 1965) han presentado la
secuencia de dos tARNs de serina muy parecidos y Madi-
son (Madison, Everett y Kung, 1966) la secuencia del
tARN de tirosina, en los tres casos de levadura. En todos
los casos se puede dibujar una estructura similar que
contenga el anticodón esperado, como se muestra en la
figura 7. La única sorpresa consiste en que en el anticodón
de tirosina aparece ácido seudouridílico en vez de ura-
cilo, pero estas dos bases pueden formar del mismo modo
los puentes de hidrógeno necesarios con la A del codón;
de modo que no hay violación de las reglas de aparea-
miento.
TABLA 3. Reglas propuestas para el apareamiento
de la tercera base del codón
anticodón codón
Ü A l
G ;
C G
A U
G
CÍ
I U1
c
A
El apareamiento de la tercera base del codón resulta
menos claro. Ahora parece probable que una molécula de
tARN pueda reconocer varios codones parecidos, que di-
fieran sólo en la tercera base. La posibilidad de que el
reconocimiento de la tercera base fuera errático me llevó
a postular (Crick 1966) el esquema de apareamiento de
bases para la tercera posición del codón que aparece en
la tabla 3. Las escasas pruebas experimentales con que
se cuenta actualmente tienden a respaldar este esquema
(Solí et al,, 1966; Kellogg, Doctor Loebel y Nirenberg,
1966). Si se acumulan suficientes casos para establecer
las pautas de reconocimiento que aparecen en la tabla 3
será posible confirmar los codones descubriendo los anti-
codones de las diferentes moléculas de tARN. En todo
caso parece muy probable que se pueda confirmar de esta
manera las dos primeras bases de cualquier codón, siem-
pre que el tARN en cuestión no aparezca en cantidades
tan pequeñas como para hacer técnicamente difícil su
purificación.
16
19. 8 SIGNOS DE PUNTUACION
A - Iniciación de la cadena
Se trata de un descubrimiento reciente. En E. coli bay
un tARN especial para la metionina que interviene en la
iniciación de la cadena polipeptídica (Marcker y Sanger,
1964). La metionina que se carga en este tARN especial
tiene su grupo amino formilado por una enzima especial,
que usa ácido formil-tetrahidrofólico como donante del
radical formilo (Marcker, 1965). Este tARN aparente-
mente reconoce los codones A U G y G U G (y posiblemente
también UUG y G U G ) (Clark y Marcker, 1966; Kellogg
et al., 1966). Se supone que prácticamente todas las cade-
nas polipeptídicas de E. coli al ser sintetizadas comienzan
con formil-metionina, pero que cierta porción del princi-
pio de la cadena es luego removida por una enzima o
enzimas especiales (Adams y Capecchi, 1966; Webster,
Engelhardt y Zinder, 1966; Capecchi, 1966). Es un hecho
notable, descubierto en primer término por Waller
( 1 9 6 3 ) que el 40 por ciento de los terminales amino de
las cadenas polipeptídicas de E. coli comienzan con me-
tionina.
Aun cuando no aparece el grupo formilo, el tARN es-
pecial inserta metionina sólo al comienzo de la cadena
polipeptídica y no en el medio (Clark y Marcker, 1965,
1966 a). Así vemos que la propiedad de iniciación, que
probablemente significa que el tARN se encaja directa-
mente en la ranura del ribosoma ocupada normalmente
por el tARN que lleva un polipéptido (Bretscber y Marc-
ker, 1966), se debe a la naturaleza especial de este tARN
y no meramente al grupo formilo. Sin embargo, es pro-
bable que el grupo formilo acelere la iniciación (Clark
y Marcker, 1966 b). Hay otro tARN de metionina, que
no puede ser formilado; no interviene en la iniciación de
la cadena sino que introduce metionina en medio de la
cadena polipeptídica. Este tARN responde sólo al codón
A U G (Clark y Marcker, 1966 a).
Nótese que el triplete G U G aparece como correspon-
diendo a la valina en el medio de una cadena y a la
metionina en el principio. Eso no es sorprendente cuando
nos damos cuenta de que para empezar una cadena el
tARN inicial tiene probablemente que leer el ARN men-
sajero en una ranura del ribosoma distinta de la utilizada
usualmente para el reconocimiento entre una molécula de
tARN y el ARN mensajero.
Ha sido demostrado en un sistema in vitro que el tri-
plete A U G actúa como "marcador de fase" cuando está
cerca del comienzo de la cadena de ARN, poniendo al
mecanismo de la lectura en la fase definida por la posición
del A U G (Sundararajan y Thach, 1966; Thach et al.
1966). El triplete G U G aún no ha sido probado en este
sentido. Todavía no se sabe si hay o no otros métodos
de iniciación de la cadena en E. coli ni cuál es el mecanis-
mo en los organismos superiores.
B - Terminación de la cadena
Para la terminación de la cadena es probablemente
necesario que se produzca un paso positivo, dado que
durante la síntesis de proteína la cadena polipeptídica
creciente está siempre unida a la molécula de tARN
llevada al ribosoma por el último aminoácido incorporado
(Gilbert, 1963). Para producir un péptido libre se debe
romper esta unión después que se ha añadido a la cadena
el último aminoácido.
Se cree que los dos tripletes U A A (ocre) y U A G
(ámbar) producen la terminación de la cadena polipeptí-
dica (Weigert y Garen, 1965; Brenner, Stretton y Kaplan,
1965). Las denominaciones coloquiales de "ámbar" y
"ocre" se refieren a los conjuntos de mutaciones que apa-
recen en diferentes genes y que han sido caracterizados
por sus propiedades de supresión. Existen genes supre-
sores especiales que suprimen parcialmente la lectura de
U A G , o de UAA y U A G , pero no de U A A solo. Estos
supresores actúan poniendo a veces un aminoácido en vez
de terminar la cadena; el aminoácido insertado es caracte-
rístico del supresor. Así se conocen diferentes supresores
de UAG; uno añade tirosina, otro, glutamina, y un ter-
cero, serina (para referencias, ver tabla 2 de Kaplan, Stret-
ton y Brenner, 1965). Esta supresión se debe probable-
mente en cada caso a una alteración genética de un tARN
determinado (Capecchi y Gussin, 1965; Smith, Abelson,
Clark, Goodman y Brenner, 1966). Aún no se ha probado
que la alteración sea del anticodón del tARN.
Todo lo dicho se aplica a mutaciones que producen
la terminación prematura de la cadena. Aún no se conoce
el mecanismo de la terminación natural de la cadena. Se
supone que interviene principalmente el codón U A A y
que existe un tARN especial para la terminación de la
cadena, que aún no ha sido descubierto.
En investigaciones realizadas en sistemas in vitro para
síntesis de proteínas se ha demostrado que la liberación
de la cadena tiene lugar cuando se usa como ARN men-
sajero un polinucleótido de secuencia aleatoria poli U A
o bien poli UAI (Bretscher, Goodman, Menninger y
Smith, 1965; Takanami y Yan, 1965; Ganoza y Naka-
moto, 1966) como era de esperar dada la composición
de los tripletes UAA y U A G .
9 ERRORES DE LECTURA
Y AMBIGÜEDAD
Puede haber varias clases de errores parciales de lec-
tura. Estos pueden ser causados por antibióticos, tales
como la estreptomicina, o por defectos genéticos en partes
del mecanismo de lectura, tales como en los casos de su-
presión extragénica. También puede haber errores de lec-
tura en los sistemas in vitro, por ejemplo si la concen-
tración de Mg2 + es demasiado alta o la temperatura dema-
siado baja. N o trataremos estos temas en detalle.
Un problema más serio es el de saber si una célula
normal puede leer un triplete de más de una manera. A
esto se lo conoce como "ambigüedad". Lamentablemente,
hay algunos datos de que pueden ocurrir ambigüedades
(von Ehrenstein, 1966; Rifldn, Hirsch, Rifkin y Konigs-
berg, 1966) aunque no se lo ha establecido aún con cer-
teza. Sin embargo, es muy probable que sean pocos los
tripletes ambiguos y que la mayor parte de ellos puedan
ser leídos de una sola manera.
10 UNIVERSALIDAD
En toda la naturaleza aparecen los mismos veinte ami-
noácidos y las cuatro bases habituales. Eso no implica, sin
17
20. e m b a r g o , que el código genético que los relaciona tenga
q u e ser siempre el mismo..
N i en los experimentos iniciales que usaban mensajeros
artificíales en sistemas in vitro, ni en aquellos realizados
sistemas mixtos in vitro, en los cuales el mARN y
l o s ribosomas provienen de una especie y el tARN de
o t r a , se lian encontrado diferencias evidentes en el código
¿ e n é t i c o de las diferentes especies. La mejor prueba
Íiastií la fecha la constituye probablemente el excelente
a c u e r d o entre el código deducido para la E. coli y_ los
c i a t o s mutagénicos detallados en el parágrafo 5, obtenidos
e n plantas ele tabaco y seres humanos. Hay por lo tanto
p o c a s dudas de la similitud del código genético de la
t n a v o r f a de los organismos; queda por verse si hay orga-
n i s m o s que utilizan una versión algo modificada del códi-
g o . E s sin duela posible que los tripletes de iniciación
d i f i e r a n en distintas especies.
1 1 C O N C L U S I O N
D e lo que h e m o s dicho se puede concluir que ya se
c o n o c e n los lincamientos del código genético. Es necesario
s e g u i r trabajando para verificar los detalles, especialmente
e n l o que se refiere a signos de puntuación y para extender
l o s resultados a otras especies. Parece muy improbable
q u e los resultados que aparecen en la figura 1 necesiten
a l g u n a alteración drástica.
Q u e d a mucho trabajo para hacer para descubrir los
m e c a n i s m o s bioquímicos exactos de la síntesis de proteí-
n a s , tema que prácticamente no hemos abordado en este
r e s u m e n . Aparte d e eso, el problema más importante por
r e s o l v e r es el de l o s mecanismos de control. En particular,
a d n n o conocemos las secuencias de bases que indican el
c o m i e n z o y el fin de un gene o de un operón, ni cómo se
r e l a c i o n a n , si es q u e lo hacen de alguna manera, con el
c ó d i g o genético propiamente dicho. Tampoco sabemos
m u c h o sobre el control del ritmo en que actúan los genes.
E n cuanto al código genético en sí, su estructura pre-
s e n t a un problema de otra categoría. ¿Tiene alguna base
estereoquímica o es fundamentalmente el resultado de
a c c i d e n t e s históricos? Este tipo de preguntas nos conduce
a l p r o b l e m a del origen de la vida, un campo fascinante
p e r o difícil, en el cual impera la imaginación y escasean
í o s hechos realmente concluyentes. Este tema está fuera
d e l alcance de este resumen.
L : j importancia del meticuloso trabajo sobre el código
g e n e tico que h e m o s reseñado no se limita a haber deve-
l a d o los mecanismos bioquímicos más importantes y cen-
t r a l e s de la biología. La mera existencia de este conoci-
m i e n t o exacto establece el marco teórico general que ha
g u i a d o a los investigadores durante los últimos doce años
y m u e s t r a claramente los diferentes papeles que repre-
s e n t a n en los seres vivientes los ácidos nucleicos y las
p r o t e í n a s . Demuestra, asimismo, cómo la selección natural
p u e d e operar a nivel molecular e ilumina conceptos tales
c o m o ]a no heredabilidad de los caracteres adquiridos.
A ñ o r a sí podemos esperar confiados que áreas cada vez
£ ™ y o r e s de la biología puedan ser tratadas desde una
« a s e molecular.
18
acta
científica
DIFUNDE LA LABOR
DE LOS
INVESTIGADORES
ARGENTINOS
Físico-Química
Matemáticas, Electrónica
Física
Publicada
por ef
Instituto de Investigaciones
Científicas y Técnicas
de las
Fuerzas A r m a d a s
21. Novedades de
ciencia
y tecnología
i
Impulso a los insectos
incompatibles
Mucho antes del actual alboroto so-
bre el DDT y los insecticidas simi-
lares como el dieldrin y el BCH, la
Organización Mundial de la Salud
inició una promocionada búsqueda
destinada a descubrir métodos alter-
nativos para el control de los insec-
tos. Esto se debió, principalmente,
a que los insectos vectores de enfer-
medades humanas desarrollaron una
resistencia que resultó tener una ba-
se evolutiva y que presenta un
excelente cuadro de la selección dar-
viniana. En las poblaciones de in-
sectos, algunos individuos poseen en
su constitución genética genes que
controlan mecanismos químicos de-
bido a los cuales los insecticidas re-
sultan atóxicos. En consecuencia,
cuando se usa un insecticida particu-
lar los insectos que tienen esta
ventaja selectiva sobreviven, mien-
tras que los que carecen de ella pe-
recen. A lo largo del tiempo puede
desarrollarse una población comple-
tamente resistente. Alrededor de
1958 se habían identificado 26 es-
pecies de insectos resistentes que te-
nían importancia para la salud pú-
blica (en las que estaban incluidos
vectores de las mayores enfermeda-
des epidémicas y endémicas tales
como la malaria, fiebre amarilla,
peste y filariasis). El año pasado su
número llegaba casi a 100.
Al reconocer que éste es, al me-
nos, un fracaso parcial del combate
químico para el control de los in-
sectos y que, además, surgió el pro-
blema de contaminación del medio
asociado con peligros para la salud,
los investigadores propusieron el
control biológico de los insectos y,
en especial, el uso de los mecanismos
genéticos. Entre éstos están inclui-
dos la esterilidad inducida química-
mente y por radiaciones, la esterili-
dad híbrida, y la incompatibilidad
citoplasmática.
En el tratamiento de las pestes de
la agricultura y la ganadería en mu-
chos casos ha tenido éxito el uso de
machos estériles por radiación. A lo
largo de amplias áreas se extermina-
ron gusanos que producen una gra-
ve peste en el ganado, y en ciertas
islas se erradicaron las moscas tro-
picales de la fruta.
Este método implica la crianza,
esterilización y puesta en circulación
de suficientes insectos machos esté-
riles como para saturar la población
natural. Se ha calculado que una po-
blación de insectos puede ser erra-
dicada completamente en tres ge-
neraciones, si se provee a cada ge-
neración de suficientes machos esté-
riles. Una técnica alternativa es el
tratamiento de la población natu-
ral con un quimioesterilizante, com-
puesto químico que esteriliza el 90
por ciento de la población en cada
generación y que también conduce a
la erradicación en tres generaciones
de una población estable de in-
sectos.
N o obstante, hasta ahora, la téc-
nica de los machos estériles en la
que se usa la irradiación no ha te-
nido éxito con los anofelinos (mos-
quitos transmisores de la malaria).
Extensos experimentos de campo en
Florida con Anopbeles quadrimacu-
latus, seguidos por tests de labora-
torio confirmaron que, con referen-
cia a las hembras, sólo el 5 por
ciento de los machos esterilizados
eran competidores de los machos
normales, resultando una reducción
escasamente significante de la po-
blación.
Sin embargo, en lo que respecta
a otras enfermedades humanas trans-
mitidas por insectos, el método más
exitoso desarrollado hasta ahora está
basado en un mecanismo de incom-
patibilidad citoplasmática, que se
demostró por primera vez en Burma
en un plan piloto llevado a cabo du-
rante los dos últimos años. Actual-
mente está por aplicarse en gran es-
cala (aunque en un principio a nivel
de investigación) en una campaña
para el control genético de los mos-
quitos culicinae en India, organiza-
da por la Organización Mundial de
la Salud y el gobierno de la India,
con un subsidio extensivo a 2 millo-
nes de dólares del Servicio de Salud
Pública de Estados Unidos.
La campaña, que comenzará este
año y se extenderá hasta 1975, se
inspiró originalmente en el proble-
ma de la resistencia. Pero no cabe
duda que ahora los problemas de la
contaminación ambiental y su aso-
ciación con los peligros para la sa-
lud, son reconocidos como los prin-
cipales. Asimismo, ellos encabezan
las razones de la prohibición o el
control que pesan en varios países
sobre el D D T y otros insecticidas
químicos.
La incompatibilidad citoplasmáti-
ca se manifiesta en algunas especies
de insectos donde la cruza se hace
entre poblaciones ampliamente sepa-
radas, dando como resultado la es-
terilidad.
19
22. >¡ * irv» « * .
7 5 V / U
, -
* £ r VK
. ' V 4
Cintas magnéticas de computadora en el banco de los "Relámpagos Dorados"
2
Una computadora "juega"
en un equipo de fútbol
Los hinchas — y entrenadores— del
equipo de la Universidad de Kent
tienen puestas sus esperanzas en un
nuevo miembro que tratará de rom-
per la mala racha del equipo en el
campeonato del año pasado: un solo
triunfo en diez partidos.
Esta temporada los "Relámpagos
Dorados" de Kent utilizarán una
computadora BURROUGHS B 5500
para determinar las tendencias de
sus contrarios y lograr información
que los ayude a ajustar su estrategia
defensiva y controlar los ataques de
sus rivales.
Terry Mallett, director técnico ad-
junto del equipo de Kent — y analis-
ta principal del programa— toma
los datos estadísticos de cada partido
y alimenta con ellos las cintas mag-
néticas de la B 5500 que los analiza
y produce cuadros de resultados que
indican las tendencias del equipo
contrario y de cada uno de sus ju-
gadores.
Mallett opina que este tipo de in-
formación también podría obtenerse
manualmente pero que la compu-
tadora le permite lograrla en el mé-
todo más rápido y con más detalle.
Su optimismo es grande ya que "con
un intrumental adecuado podríamos
tomar información de cada jugada en
la cancha, perforar inmediatamente
las tarjetas correspondientes, dárse-
las a leer a la computadora y, a los
pocos minutos de finalizado el pri-
mer tiempo, dispondríamos de datos
valiosísimos para planificar la estra-
tegia del segundo tiempo".
3
Rayos X que
seleccionan papas
Puesto que las ideas nuevas referen-
tes a maquinaria agrícola tardan un
tiempo inusitado entre su concep-
ción y su producción, es bueno oír
que dos prometedoras técnicas des-
arrolladas en años recientes por el
Instituto Nacional de Agricultura e
Ingeniería de Gran Bretaña se han
materializado en su totalidad, si bien
ninguna de las dos resulta barata.
Una es la cosechadora electrónica de
papas; la otra, es un furgón trans-
portador apto para usar especialmen-
te en trabajos de huerta.
La cosechadora de papas, ya en
plaza (los primeros pedidos para la
cosecha de 1970 se tomarán en la
futura muestra del 8 de diciembre
de la Royal Smithfield Show), cues-
ta fí 5.350, mientras que el furgón
transportador autopropulsado cues-
ta aproximadamente de 3.000 a
3.500 £.
Dicha cosechadora electrónica es
un modelo más desarrollado de la
cosechadora Whitsed Super Dúplex,
pues incorpora todos los aspectos de
esta última con la adición de una
unidad electrónica de rayos X que
separa las papas de las piedras y te-
rrones y devuelve el desecho al sue-
lo. Las papas son manipuladas de la
misma manera que en la Super Dú-
plex hasta que se llega al punto en
que deberían ser expuestas para la
separación de piedras y trozos de tie-
rra. En este momento interviene la
unidad de separación electrónica.
Las papas, piedras y terrones pasan
sobre una cinta donde son desparra-
madas por dedos mecánicos para lle-
varlas ante la unidad de rayos X . El
separador de rayos X consiste en un
sistema de 16 haces. Cada uno de
éstos incide sobre una célula detec-
tora que reconoce las diferencias de
densidad de los objetos que pasan
entre ella y la fuente de rayos X . Las
papas, piedras y terrones se deslizan
por la cinta atravesando las emisio-
nes de rayos.
Las piedras y trozos de tierra son
identificados por la célula detectora
por ser de mayor densidad que las
papas. Dicha célula manda una señal
a los dedos mecánicos y cada piedra
o terrón detectado es desviado de su
camino por uno de los dedos, y así
devuelto al suelo. Las papas que pa-
san a través de los rayos se deslizan
sobre los dedos mecánicos, los cuales
las desvían hacia un transporte que
luego las acarrea hasta el acoplado al
costado de la máquina.
En diferentes partes del país se
han puesto en uso catorce máquinas
con resultados satisfactorios en gran-
jas con suelos de condiciones muy di-
versas. La única limitación por el mo-
mento es que la máquina no se ade-
cúa al procedimiento de seleccionar
papas muy pequeñas, tales como las
usadas en las conservas en lata.
Las ventajas son obvias: la reco-
colección puede ser llevada a cabo
por un solo hombre en comparación
con el equipo de seis que por lo ge-
neral acompaña a las máquinas para
la selección manual de las papas, Con
tres hombres disponibles, la máqui-
na puede trabajar en horario corrido.
El furgón transportador, desarro-
llado a partir del vehículo experi-
mental auto-cargador de la N I A E , va
a ser producido por la Stanhay de
Ashford bajo el nombre de "monta-
transportador". En el nombre está
implícita su función, ya que el ve-
hículo es conducido sobre los depó-
sitos colectores a los que eleva a una
posición en que se puedan cargar;
de esta manera pueden ser remol-
20
23. cados hasta un total de seis depó-
sitos.
La función primaria de un monta-
transportador de este tamaño es tra-
bajar en huertas, donde c o n seis de-
pósitos recolectados a un tiempo, el
funcionamiento es mucho menor que
cuando se usan los tractores con hor-
quetas. Comparada c o n la de los ca-
miones, la producción puede llegar a
ser más del doble.
4
Nuevo proceso para
recuperación de plata
de películas usadas
Un nuevo proceso para recuperar la
plata contenida en películas fotográ-
ficas y radiográficas usadas, desarro-
llado por una firma norteamericana,
aparece como muy atractivo desde el
punto de vista económico. El proce-
so utiliza un agente catalítico paten-
tado (denominado R h o z y m e ) , que
actúa sobre la gelatina que cubre la
película, hidrolizándola y dejando en
libertad a la plata, la que se recu-
pera luego por filtración o centrifu-
gado. Las condiciones de trabajo son:
temperatura constante (entre 48 y
115° C ) , y p H constante (entre 5,5
y 7 ) . Luego de la eliminación de la
capa de gelatina, la película, ya sea
de acetato de celulosa o de poliéster,
puede ser utilizada de nuevo. Ésto
último es una ventaja adicional del
método, ya que con los procesos has-
ta ahora conocidos para recuperar la
plata (ataque con ácidos concentra-
dos, por ejemplo), la película que-
daba dañada.
Los ensayos en planta piloto han
dado recuperaciones de plata entre
80 y 95 % , partiendo de pelícu-
las que contienen aproximadamente
75 g de plata por kilogramo de pe-
lícula. En base a estos rendimientos,
y al bajo costo de los equipos nece-
sarios, se calcula que la plata recu-
perada tendrá un costo de aproxima-
damente un centavo y medio de
dólar por onza, lo cual es muy inte-
resante, si se calcula que el precio
actual de la plata es de alrededor de
1,80 dólares la onza.
5
Una computadora
cobra peaje
Los ómnibus que cruzan el Golden
Gate Bridge, en San Francisco, muy
pronto atravesarán, sin detenerse,
los puestos de peaje del puente gra-
cias a un nuevo sistema de control,
dirigido por una computadora.
Esto no quiere decir que no pa-
guen más peaje, sino que se ha pues-
to en marcha la fase de ensayo del
sistema A V I (Identificación Auto-
mática de Vehículos), ideado por el
Departamento de Transporte de los
Estados Unidos para eliminar los
embotellamientos de los puestos d e
peaje.
El A V I instalado en el Golden
Gate gira alrededor de una compu-
tadora IBM 1800 que controla elec-
trónicamente los vehículos especial-
mente equipados que atraviesan los
puestos. Estos vehículos tienen dis-
positivos que generan una señal co-
dificada a una cierta frecuencia al ser
activados por la recepción de otra
señal de radio emitida por un segun-
do equipo instalado en el pavimen-
to del puente.
Una segunda antena —instalada
en el puesto— recibe la señal que
transmite a un sistema electrónico
que la convierte al código compati-
ble con la línea de transmisión de
datos a la 1800. La computadora ar-
chiva en disco la información y ge-
nera resúmenes impresos — y en cin-
ta de p a p e l — de los códigos de los
vehículos que han pasado .El progra-
ma registra la hora exacta de paso,
la fecha, el tipo de vehículo (de
donde deduce la tarifa) y elabora
facturas para los utilizadores del
puente.
E n su fase de ensayo, el A V I
acepta vehículos de hasta 10 tipos
diferentes y piensa atenderse progre-
sivamente a ómnibus, camiones y
eventualmente a usuarios particu-
lares que recibirán por correo los
resúmenes mensuales de sus gastos
de viaje.
6
Una ullrainicrobalanza
usa un rayo de luz
como contrapeso
En los laboratorios de la fuerza aérea
americana de Cambrigde, Massachu-
setts, Karl P. Zinnow y Jens P. Dyb-
wald han desarrollado una ultrami-
crobalanza que puede detectar pe-
queñísimas variaciones de masa, del
orden de 1 0 - 8 gramos, y en la cual
se utiliza la presión que ejerce un
rayo de luz como contrapeso. El uso
de la luz, en lugar del sistema mag-
nético usual en las microbalanzas, fue
determinado por el hecho de que
21
24. Caracol Covus y su retrato por computadora.
para hacer el vacío en la cámara de
pesada se utiliza una bomba a difu-
sión iónica, que produce un campo
magnético cuya eliminación hubie-
ra resultado extremadamente difi-
cultosa.
Básicamente la balanza consiste en
una varilla de vidrio de 18 pulgadas
de largo, de la cual penden dos alam-
bres de tungsteno, soldados en sus
extremidades. La varilla está soldada
en su parte central a otra varilla de
vidrio doblada en forma de W , y
unidos a los extremos de esta última
hay dos alambres de torsión; ajus-
fando 1a tensión de estos últimos, se
ajusta la sensibilidad de la balanza.
D e uno de los alambres de tungsteno
mencionados al principio pende un
espejo que se utiliza para establecer
la posición de cero de la balanza, y
del otro un pequeño receptáculo pa-
ra la muestra. Todo el conjunto se
halla dentro de una cámara hermé-
ticamente cerrada en la cual se haca
el vacío. La presión del rayo de luz
se mide mediante un sistema de tor-
sión (una varilla de vidrio suspen-
dida de un alambre de tungsteno, v
en cuya extremidad hay un pequeño
espejo), situado también dentro de
la cámara de vacío. Dirigiendo un
rayo de luz sobre este espejo se pro-
duce una deflexión. Con un período
de cinco minutos, y una sensibilidad
calculada de 4 X 105 grados/dina,
una deflexión de cuatro grados cau-
sada por el rayo de luz corresponde
a una presión que puede contraba-
lancear un peso de 1 0 - 8 gramos. Se
han obtenido resultados satisfacto-
rios utilizando una lámpara de cuar-
zo-iodo de 650 Watts trabajando a
bajo rendimiento. El r.ivo de luz
incide primeramente sobre el espejo
mencionado, y de éste se refleja en
el espejo de la balanza; cuando eí
ángulo de incidencia es el mismo en
ambos espejos, significa que la pre-
sión aplicada en ambos por ¡a luz es
la misma. La compensación que d:-
be aplicarse por medio del sistema
de torsión para volver a la posición
de cero es proporcional a la varia-
ción de masa. Conociendo exacta-
mente la geometría y las propieda-
des del sistema, no se necesitan pe-
sas de calibración.
7
Simulando caracoles
Al observar la asombrosa diversidad
de formas de los organismos vivos
todos nos preguntamos qué hace
crecer los seres en la forma que
crecen.
Sin duda las relaciones del A D N
en el medio ambiente juegan un
papel preponderante en el diseño de
toda criatura desde ei cactus hasta el
canguro.
Algunos biólogos han atacado el
problema a nivel molecular y desde
ahí tratan de sumar elementos al aná-
lisis, otros han preferido analizar
organismos tratando de deducir los
mecanismos subyacentes.
Un ejemplo interesante de este se-
gundo tipo de enfoque es el trabajo
de C. H . Waddington y Russeu Co-
we de la Universidad de Edimburgo.
Waddington y Cowe tratan de ave-
riguar cómo los caracoles del género
Covus lograban sus formas caracte-
rísticas: individualmente considera-
dos, un caracol difiere tanto de otro
que debe aceptarse una participación
del azar, pero por otra parte se ob-
servan reglas rígidas: a) el pigmento
se deposita sólo en líneas que diver-
gen del origen a medida que el ca-
racol crece, y b ) cuando dos líneas
de pigmento se encuentran, terminan
en ese punto.
Los autores explican las formas
definitivas (Journal of Theorstical
Biology, vol. 25, pág. 2 1 9 ) supo-
niendo que el animal genera cons-
tantemente un precursor de pigmen-
tación en el borde de la valva que
se convierte en pigmento sólo cuan-
do la concentración está entre dos
valores mínimo y máximo.
Si además aceptamos que el pre-
cursor estimula su propia síntesis y
que la deposición de pigmentos se
origina en hechos que aparecen al
azar, podemos expresar la teoría en
forma matemática y explicársela a
una computadora. Los resultados ob-
tenidos son positivos ya que se
obtienen esquemas muy semejantes
a los reales, en los que la variación
de parámetros o pequeños ajustes a
la teoría pueden explicar las dife-
rencias de dibujos de otros Covus.
N o creemos que los dibujos de los
caracoles tengan una importancia
biológica fundamental pero sí que
son un buen ejemplo de cómo poder
deducir modelos moleculares de pro-
cesos biológicos a partir de la ob-
servación cuidadosa y profunda de
objetos sencillos.
8
Reducción de peso en
estructuras y motores
aéreos
Muchas de las aplicaciones del mate-
rial de fibra de carbón inglés en el
avión de transporte Lockheed son las
22
25. mismas que se usan en el BAC 1-11:
comprenden los tablones y montan-
tes del piso, y partes de la estructura
que va por debajo del mismo. Si se
lo compara con el aluminio, el aho-
rro de peso logrado con esta fibra es
de un 40 a 50 por ciento, y la dife-
rencia de costos resulta pequeña.
Asimismo, se evitan los riesgos de
la corrosión, y la duración del com-
puesto es prolongada. A medida que
las experimentaciones con este ma-
terial van aumentando, se anuncian
nuevas aplicaciones del mismo. Loc-
kheed cree que a partir de 1975 lo-
grará una reducción anual del 2 por
ciento en las 200.000 libras de peso
de la estructura del 1-11.
El motor Rolls-Royce 211 que im-
pulsará esta aeronave está provisto
de un ventilador principal confec-
cionado con paletas de fibra de car-
bón. Recientemente, el mismo fue
sometido a ensayos en relación a la
ingestión de pájaros. En el ventila-
dor fueron quemadas aves de una
libra y media de peso a 400 millas h.
y, a diferencia de lo que ocurría con
las paletas de titanio, no causaron
deformaciones. Esta es una conclu-
sión importante, porque los prime-
ros experimentos hechos con las pa-
letas de titanio, evidenciaron que la
rotura no se producía con el impac-
to, sino por la vibración que apa-
recía después de la deformación.
También se efectuaron amplios
trabajos sobre el riesgo de erosión
durante el vuelo debido a las fuertes
lluvias. En el ensayo del motor Con-
way, aquel problema fue superado
mediante la adición de una capa de
níquel en el borde sobresaliente
de las paletas de fibra de carbón.
Cuando se consideró la cuestión de
las paletas del 211, se encontró que
los bordes eran demasiado delgados
como para soportar aquel tratamien-
to, y la solución consistió en inter-
calar chapas de acero inoxidable en
la estructura de la paleta.
9
dos ( A E C ) han realizado estudios
en Boston para utilizar computado-
ras en el análisis de los efectos a
largo plazo de la radiación en la
herencia.
Se sabe relativamente poco de los
efectos acumulativos de pequeñas
cantidades de radiación en cromoso-
mas humanos, a pesar del uso fre-
cuente de material radioactivo en la
ciencia y la industria.
El Dr. Peter W . Neurath, Direc-
tor de la Sección Física del Departa-
mento de Radiología Terapéutica del
New England Medical Center Hos-
pital ha utilizado una computadora
IBM 3 6 0 / 3 0 para el análisis de cro-
mosomas en su estudio, financiado
fundamentalmente por la AEC. Neu-
rath explica: "Puede detectarse la
acumulación de efectos de exposi-
ción a la radiación analizando los
cromosomas; en función de su im-
portancia se encuentran de una a tres
células anormales en cada 100."
"Si logramos desarrollar un mé-
. todo sencillo y económico de detec-
ción de cromosomas anormales, es-
taremos en condiciones de controlar
poblaciones expuestas, determinan-
do con mayor seguridad qué radia-
ción puede soportar un individuo sin
sufrir daño genético."
El método ideado por Neurath se
basa en la utilización de microfoto-
grafías y un detector óptico unido a
la computadora. El detector mide,
de cada cromosoma, su perímetro,
largo, superficie y calcula la rela-
ción entre la longitud de sus "bra-
zos" cortos v el largo total.
Usando fotografías de 35 mm en
las que las células se han ampliado
400 veces, el detector puede medir
en pocos segundos la densidad del
film en 614.000 puntos diferentes
de cada foto. El detector envía a la
computadora información sobre los
puntos más interesantes midiendo la
intensidad luminosa de cada uno. La
computadora entrega entonces un re-
sumen de sus conclusiones.
El método tradicional exige el
análisis manual de cada cromosoma,
una tarea agotadora para laborato-
ristas que a menudo empleaban has-
ta 2.000 horas de trabajo en el aná-
lisis de cromosomas de 50 pacientes.
10
Detección de cromosomas
anormales con computadora
Los especialistas de la Comisión de
Energía Atómica de los Estados Uni-
¿Por o contra
el flúor? i
Recientes experimentos realizados
en Holanda confirman las tesis de
los enemigos del flúor en el agua
potable..
De acuerdo a las experiencias rea-
lizadas, la presencia de flúor en el
agua (en la forma y concentración
normalmente utilizada) origina el
deterioro de hojas de gladiolos en
jarrones. F. Spierings, del Instituto
de Investigaciones Fitopatológicas,
de Wageningen, examinó el efecto
del flúor en el agua, con gladiolos:
las plantas se regaron con agua que
contenía una parte en un millón de
Naa SiFn; después de cuatro días las
hojas mostraban lesiones de 36 mm.
El análisis de esas lesiones indicó en
ellas una concentración de flúor 105
veces mayor que la original (Ne-
therlan Journal of Plant Pathology;
vol. 75, pág. 2 8 1 ) .
Las plantas con raíces no mostra-
ron síntomas semejantes, si bien son
susceptibles al aire contaminado con
fluoruro de hidrógeno ( H F ) en con-
centraciones del orden de 15 partes
por billón. Aparentemente la raíz
constituye una barrera al ascenso del
flúor que, en el caso de las hojas
en un jarrón, se acumula al trans-
pirar el agua: en poco rato la acu-
mulación es tóxica.
Se ha estudiado muy poco el efec-
to del flúor, pero hay sugerencias en
el sentido de buscar su efecto en el
metabolismo del calcio (Plant and
Cell Phtsiology, vol. 10, pág. 675).
Los autores provocaron una carencia
de calcio en raíces de trigo y compa-
rando los síntomas causados con los
que origina el envenenamiento con
flúor sugieren que el flúor precipita'
el calcio libre de los vegetales y
transforma el medio interno de las
células.
El peligro de envenenar plantas
con agua al flúor parece reducirse a
las flores y ramas cortadas, sin duda
un inconveniente de menor impor-
tancia frente a los beneficios que
trae a las dentaduras infantiles y aun
menor que los efectos que origina el
fluoruro de hidrógeno en el aire.
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