Revista argentina. Publicada entre 1970 y 1975. Expone las teorías generales, informa sobre el planteo, el desarrollo y la discusión de la investigación contemporánea, en todos los dominios, desde la física hasta las ciencias del hombre. Presenta los trabajos de los especialistas, escritos por los especialistas mismos, debate los problemas de política científica.
3. Puiggros:Universidad. Peronismo y Re.'S1
,: c"
Una geogralia.de los paises dependie*T«
La ciencia, los cient.'icog y el Tercer M„nao
Revista de ciencia y tecnología
Año III I N° 25 I Agosto 1973 | Buenos Aires
Av. Roque Sáenz Peña 825, 9o
piso, Of. 93 - Buenos Aires
Tel.: 45-7175
3 Universidad, peronismo y revolución.
Rodolfo Puiggrós conversa con Enrique Martínez
6 Cáncer en Vietnam
Nguyen Dang Tam
7 Una geografía de los países dependientes
Germán Wettstein
14 Organización del sistema de cargas
Alberto A. González
17 La ciencia, los científicos y el tercer mundo
Maurice Bazin
23 Contramedicina II
24 La migración de médicos hacia Estados Unidos
Thomas D. Dublin
34 Los niños del Hospital
Entrevista a Carlos Eduardo Gianantonio
43 Crítica metodológica al modelo WORLD 3
Hugo D. Scolnik
50 Cómo hacemos La Recherche
Entrevista a Michel Chodkiewicz
48_Humor nuevo
55_Comentario de libros
58_Libros nuevos
60_Correo del lector
De las opiniones expresadas en los ar-
tículos firmados son responsables ex-
clusivos sus autores.
4. Mirta Dermisache y la página 48
Las sorprendentes grafías de la página 48 del
número 24 de CN , son algo más que una
humorada. Son una muestra de la original
creación estética de Mirtha Dermisache, porteña
, 33 años, cuyo talento fuera reconocido por
personalidades artísticas como Amacio
Williams, Jorge Romero Brest y Basilio Uribe.
A mayor explicación, reproducimos las pala-
bras que presentaron uno de sus "libros":
"La estructura del fenómeno que ofrece Mirtha
Dermisache no es lo que puede describirse en
lenguaje habitual, sino que se convierte en una
realidad diferente frente a nuestra percepción.
Mientras que en el lenguaje común el propósito
de la comunicació n es dirigir la atención de los
interlocutores hacia una realidad diferente frente
a nuestra percepción. Mientras que en el lengua-
je común el propósito de la comunicación es
dirigir la atención de los interlocutores hacia una
realidad extralinguistica, el propósito del arte
opera directamente sobre las señales y
desarrolla el conocimiento de la relación entre el
nivel de expresión : es decir, la organización
formal de la sustancia física) y el significado
(organización formal de la sustancia psíquica).
"Mientras que en el mensaje común, la señal es
una cualidad del objeto, en un mensaje artístico
se utiliza la arbitrariedad de la señal y así se
produce una liberación de las unidades que rigen
el sistema lingüístico en el nivel de la
conrrinicación ordinaria.
"El significado de estas operaciones corres-
ponde a la más auténtica realidad de nuestros
tiempos, porque nuestro absoluto y nuestros
valores definitivos han sido reemplazados por
valores dinámicos en constante estado de
cambio. Esto ha alcanzado todos los niveles,
científico, filosófico, sociológico, tecnológico, así
como en lo cotidiano".
Es una publicación de Editorial Ciencia Nueva S.R.I , Av.
E. Sáenz Peña 825, 9o
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Alain Jaubert-Beatriz Ottonello
Santiago de Chile:
Tomás Buch
Valparaíso:
Cristián Orrego
2
5. Universidad,
peronismo y revolución
Rodolfo Puiggrós, rector de la Universidad Nacional y
Popular de Buenos Aires dialoga con Enrique Martínez,
delegado interventor en la Facultad de Ingeniería
Enrique Martínez: Pienso que el secreto del éxito
obtenido en la Universidad es que se está respon-
diendo a la voluntad estudiantil masiva. Sin embar-
go, apenas se comienza a trabajar, se dan si-
tuaciones en que los estudiantes tienen que some-
terse a un criterio organizador de las actuales
autoridades universitarias que choca, en algunos
casos, con lo que ellos esperan, ya que los estudian-
tes se manejan, aún, con un montón de expectativas
liberales. ¿Cómo piensa Ud. que deben manejarse
estas expectativas, tales como ansiar un título o
estar detrás de una profesión, que no es lo que noso-
tros pretendemos de una Universidad?
Rodolfo Puiggrós: Es muy difícil, yo diría casi
imposible, desterrar de raíz, sobre todo en estos
momentos, la preocupación del estudiante por tener
un titulo y ejercer después su profesión, desin-
teresándose, al mismo tiempo, de los problemas
nacionales y sociales. Eso podemos conseguirlo —y
ya lo hemos hecho— en una parte del estudiantado;
pero no nos engañemos, porque hay otra parte de los
estudiantes que se manifiestan abiertamente
"apolíticos"...Yo creo que nadie es "apolítico"; el
hombre, como decía Aristóteles, es tin animal
político por naturaleza, y si en realidad no participa
es porque quiere mantener el statu-quo de alguna si-
tuación determinada. Sin embargo, durante los
últimos años ha ido creciendo la preocupación de los
estudiantes por la política activa y la problemática
nacional. Es precisamente esta expectativa que
sufre —si el título le va a servir para algo— la que lo
lleva a politizarse y a pensar qué va a ser del país en
los próximos cinco, diez o veinte años. Hoy, grandes
sectores del estudiantado están altamente politiza-
dos, pero creer que se pueda llegar a politizar a la
totalidad del estudiantado, y que éste abandone
completamente sus apetencias individuales para
vincularse a la suerte del país me parece fantasioso.
El hombre perfecto no existe, y tampoco lo encon-
tramos en la Universidad.
E.M : Es cierto, pero además para cambiar la
mentalidad del estudiantado se tendría que cambiar
la mentalidad de los maestros universitarios.
¿Cómo ve Ud. la situación a nivel docente y cuál
cree que es el camino para generar hechos irre-
versibles en este aspecto?.
R.P.: Ya se han tomado algunas medidas, que son
los cursos para docentes, pero creo que uno de los
medios más eficaces para guiar a los docentes a
nuestros objetivos de emancipación nacional y
conquista de una sociedad más justa, con una mejor
distribución de la riqueza, donde desaparezca la po-
breza y se produzcan los grandes cambios sociales y
la revolución técnico-científica, es a través de la
elaboración de nuevos programas de estudio, y en la
obligación de los docentes de encuadrarse dentro de
esos programas elaborados por las respectivas
Facultades.
E.M.: Hasta el momento, una de las medidas más
importantes que se ha conseguido ha sido la de
obligar a los docentes a "revalidar" su título de
maestro a través de la amplia discusión con los
alumnos. ¿Qué otro tipo de medida, que revista el
mismo carácter de hecho decisivo, le parece a Ud.
que se ha conseguido hasta el momento?
R.P.: Cuando llegamos a la Universidad nos
encontramos con una situación latente, preexisten-
te, que no se resolvía. Nosotros interpretamos, nos
hacemos eco de esta crisis permanente que pro-
vocaba el descontento de los alumnos, el terror de
las anteriores autoridades y la impopularidad de
muchos profesores. La crisis por la que atravesó el
país se reflejó también en la Universidad y sus
estudiantes. Al hacernos cargo de esta situación
encontramos el apoyo masivo de los alumnos, de los
no-docentes y de una parte de los docentes para
imponer la doctrina nacional. En cuanto al caso
específico de los docentes, en algunas Facultades se
debió sacar a algunos de ellos, por incompetencia o
por enseñar con una mentalidad colonial. Por eso,
desde mi punto de vista, la discusión de si la Uni-
versidad debe ser privada o estatal es una discusión
ociosa, porque lo fundamental es que toda Universi-
dad, ya sea estatal o privada, refleje en su enseñan-
3
6. za la doctrina nacional e impida la infiltración del li-
beralismo, del positivismo, del historicismo, del
utilitarismo, y yo diría hasta del desarrollismo, to-
das formas con las que se disfraza la penetración
ideológica en las casas de estudio.
E.M.: Un ejemplo muy claro de lo que Ud.
menciona se da en Facultades como la de
Ingeniería, cuna de buena parte de los cuadros
desarrollistas, donde justamente el factor ideoló-
gico pareciera estar escondido detrás del culto a la
técnica, que tiende a enseñar, por ejemplo, que lo
importante es una fábrica en sí, y no quién la
construye y a quién sirve. En estos casos se hace di-
fícil generar un cambio de mentalidad, teniendo en
cuenta que las materias humanistas o que sirvan a
una discusión política e ideológica son muy pocas.
¿Cómo cree Ud. que se puede lograr la tarea fun-
damental de volcar estas Facultades al contacto con
el medio?
R.P. Este contacto ya ha empezado a darse. En
otras Facultades, por ejemplo en Derecho, es más
sencillo hacerlo, y, por ejemplo, ya hemos abierto
consultorios gratuitos atendidos por profesores y
estudiantes. En Económicas tratamos de desterrar
las viejas doctrinas basadas sobre todo en una
concepción puramente pragmatista y utilitarista.
Lo que hacemos es intentar sacar a los alumnos de
la Facultad y volcarlos a la calle para que conozcan
los problemas de nuestra sociedad. En los Cursos de
Iniciación, que se empezarán a dictar el año
próximo, vamos a incluir materias que hagan que el
estudiante se vincule a la vida misma del país, como
"Historia de las luchas emancipadoras argentinas",
que abarquen principalmente los últimos años, por
ejemplo del 90 hasta ahora. Esto seguramente
ayudará a formar equipos de profesionales ubicados
en la realidad de su país, que no crean que están por
encima del bien y del mal o de la patria y la antipa-
tria.
Otro aspecto, tal vez determinante de esta
cuestión, es el que se refiere a los cambios que se
tienen que producir en el conjunto de la sociedad
argentina, o sea ya no dentro de la Universidad. En
estos cambios se encontrará la resolución a
numerosos problemas que parecen no tener salida
en el exclusivo marco universitario, por ejemplo el
problema de los cupos de estudiantes para cada
Facultad. No podemos repartir a los estudiantes por
Facultades, de acuerdo a las posibilidades de cada
una, por la fuerza. Obviamente, si un estudiante
quiere ingresar a Medicina no podemos mandarlo a
Agronomía o a Veterinaria o viceversa, con lo cual
pn algunas Facultades se produce una superconcen-
tración estudiantil, y en otras lo contrario. Pero si
en el país —como esperamos— se produce el gran
salto, el impulso hacia una economía de abundan-
cia, y se introduce la revolución técnico-industrial
hasta sus máximas consecuencias, se va a producir,
en consecuencia, una redistribución de las
vocaciones. Otro problema que depende en gran
parte de la transformación general del país es el que
se refiere al éxodo de profesionales. Nosotros le
echamos la culpa al profesional por haberse ido del
país; en parte tenemos razón, pero también hay que
considerar que el profesional se va porque en la
Argentina no encuentra lo que se le ofrece en el
extranjero. Lo que nosotros podamos hacer en la
Universidad es también en función de las trans-
formaciones que operen en la sociedad argentina
Este apoyo masivo, que hoy recogemos, es pro-
ducto de haber sido y ser consciente de que hay que
introducir la Universidad, de una manera viva, en la
problemática argentina, porque la Universidad que,
a partir de la Reforma del 18, se autoenorgulleció de
vincularse al pueblo no fue más que una aspiración.
Si la Universidad se hubiera sumergido en ese pue-
blo, y los estudiantes y docentes hubieran compren-
dido cuál era su deber no hubiera sucedido en 1930 y
en 1945 que el estudiantado, casi en masa, fuera
partícipe en primera fila del derrocamiento de dos
gobiernos nacionales y populares. En 1930 los es-
tudiantes levantaron tribunas en las calles y plazas
contra el "tirano" Irigoyen, el Presidente que había
contribuido a la sanción de la Reforma Universi-
taria. Después se arrepintieron, pero en 1945 se
reproduce el fenómeno con el advenimiento del
peronismo, al que los estudiantes califican de "na-
zismo". Es así que durante todo el gobierno de
Perón hay un divorcio entre los intelectuales y
estudiantes por un lado, y el gobierno peronista por
el otro, que la prensa liberal atribuye a Perón y al
peronismo, cuando la verdadera causa es que in-
telectuales y estudiantes estaban en la vereda de
enfrente. Ellos interpretaron al peronismo como a
una especie de cáncer o enfermedad que había que
extirpar de raíz, para que la Argentina continuara
siendo el país que habían planificado los consti-
tuyentes del 53. Esta Constitución se dio un
proyecto para un país que no existía, pero cuando
ese país comenzó a funcionar, y hubo que responder
a sus necesidades y al reclamo de las clases más
desposeídas, dejó de tener validez. Yo diría que hoy
habría que levantarle un monumento en el
cementerio de la Chacarita, como forma de rendirle
homenaje a algo que cumplió su misión histórica
pero ya está muerto. El estudiantado no comprendió
este proceso, y se dedicó a la "cacería de brujas", a
la búsqueda de defectos, y el peronismo, como todo
en la humanidad, no es perfecto. La perfección sólo
existe para los católicos en el cielo, y, en la tierra,
para los hombres que se quedan encerrados en su
casa como espectadores. Para los hombres que
están metidos en la pelea la perfección no existe. Es
muy fácil seleccionar errores en el peronismo, como
también lo es seleccionar aciertos ; lo importante es
determinar si el peronsmo representa realmente el
proceso argentino en su superación continua.
Recién en la última década se produce un gran
cambio, en la juventud en general, y en la juventud
universitaria en particular. Este es para mí uno de
los fenómenos sociales más importantes en los
últimos años en la Argentina. Yo fui el primer
sorprendido, porque, imagínese, en el año 60,
cuando yo viajé a Méjico, era imposible que en una
Universidad argentina se diera un curso o una
conferencia donde se analizara objetivamente el
peronismo, y cuando regresé, en el 66, me encontré
con que el tema podía colar en cualquier Universi-
dad del país, y que era recibido con gran entusiasmo
por los estudiantes.
E.M.: Ahora, así como efectivamente ha habido
un desconocimiento del papel del peronismo, y así
como, en su momento, se desconoció al
irigoyenismo, pienso que hoy, y por la misma
desconexión con la realidad, pueden crecer ciertas
tendencias que imaginan que la Universidad puede
7. aislarse y proclamar una revolución, más allá de
cualquier proceso que se de'en el país.
R.P.: Esas tendencias son totalmente falsas, y
están equivocadas. Creer que la sociedad mejor del
futuro va a surgir del trabajo meramente intelec-
tual es una petulancia y una especie de platonismo.
En Francia, sobre todo, hay una corriente filosófica
que sostiene que la teoría también es práctica. Esto
quiere decir, por ejemplo, que si damos una con-
ferencia, también estamos haciendo una práctica.
Para mi no es más que una forma comida de consi-
derarse el revolucionario completo, salvando la
distancia entre el intelectual y las masas. Creo que
la Universidad debe ser un centro de irradiación de
conocimientos, indispensable en la lucha re-
volucionaria, pero, de ahí a transformar la Uni-
versidad en vanguardia, en el sector hegemónico del
proceso, hay una gran distancia. Yo considero que
los grandes cambios se dan cuando se reúne tres
elementos: las masas, la fuerza de las armas y la
teoría revolucionaria. Las masas solas van a la
anarquía; las armas solas, sean del ejército regular
o irregular, llevan al despotismo, y la teoría re-
volucionaria sola conduce a una torre de marfil. Los
tres elementos deben combinarse, y cuando esto
sucede se dan las condiciones revolucionarias, pero
si alguno falla no pasa nada. Nosotros aspiramos a
que la Universidad aporte los elementos ideológicos,
y que estos sean reconocidos y aceptados por las
masas. Aquí encontramos que, así como hay una so-
breestimación de algunos universitarios de su
propia capacidad conductora, existe, por parte de
ciertos sectores populares, una subestimación hacia
el intelectual y la Universidad. Pero, ¿qué es un
intelectual? Es lo mejor y lo peor que tiene el país,
porque es el cerebro de las corrientes opuestas, de
las contradicciones que se viven. Algunos intelec-
tuales han dado su vida al servicio de la eman-
cipación y elevación del nivel cultural y material de
su pueblo; otros sirven a intereses e ideologías
antinacionales. Pero, si pasamos revista a las
grandes revoluciones de la historia con-
cluimos que el intelectual es indispensable. Marx y
Lenin eran abogados; Federico Engels, propietario
de una fábrica en Manchester, y perteneciente a un
circulo intelectual; Fidel Castro, abogado, y Mao ,
bibliotecario en Pekín. Al referirnos a los intelec-
tuales no hablamos de cualquiera de ellos, sino de
aquel reconocido, aceptado y elevado por los traba-
jadores. Nosotros tenemos el ejemplo de Perón que
para mí es más intelectual que un militar, aunque
esto último lo ha ayudado también. Perón no es líder
por propia determinación, como lo presentan al-
gunos, sino porque los demás lo reconocen, y porque
sirvió y sirve a las aspiraciones de los otros. Esa es
su fuerza.
E.M.: Intentando hacer un balance de estos dos
primeros meses, pienso que recién ahora se entra en
una etapa de consolidación del nuevo gobierno y
que se están comenzando a plasmar una serie'de
medidas que, a corto y mediano plazo van a
transformar sustancialmente la Universidad. En
ingeniería, por ejemplo, se ha conseguido insti-
tucionalizar la participación de los estudiantes junto
a los docentes, en la resolución de los problemas
fundamentales. Esto cobra mayor importancia en el
caso de los docentes, ya que al llegar la Intervención
a la b acuitad se descubrió que los docentes nunca
habían participado más allá de un plano puramente
formal, y que las decisiones importantes a este nivel
se tomaban en un grupo de no más de cinco
personas.
R.P.: Sobre esta participación estudiantil,
docente y no-docente, yo quiero destacar que es
independiente de las tendencias políticas. Es cierto
que si nosotros estamos ahora al frente de la Uni-
versidad es por el Tte. Gral. Perón y por los es-
tudiantes justicialistas, pero después ese apoyo se
amplio y hoy incluye desde la Juventud Radical
hasta la FUA y la FUBA. Hoy, ya no se trata
solamente de los militantes de la Juventud
Peronista, que son nuestro apoyo principal y eje de
nuestra actividad, sino de un sector del estudiantado
mucho más amplio, lo que se corresponde con lo que
pasa a nivel nacional, ya que el propio Gral. Perón
está abriendo los brazos a todos los que quieran
acercarse al movimiento nacional y popular. Pero
esto tampoco es una novedad: Ya en el año 45 Perón
tenía la misma amplitud en su política y se dirigía a
los radicales, con Sabattini, y a los comunistas y
socialistas, algunos de los cuales respondieron y
fueron ministros suyos.
Continuando con el balance yo creo que recién
empezamos. En menos de una semana cambiamos
todas las autoridades de la Universidad. Luego,
hemos realizado actos con una concurrencia masi-
va, y hemos logrado afirmarnos a pesar de las
críticas, algunas de ellas muy agudas. Algunos
opinan que la incultura se ha adueñado de las Uni-
versidades, y que la Argentina al incorporarse al
lercer Mundo renuncia a su tradición cultural
Nosotros no renunciamos a nada, lo que pasa es que
no queremos quedarnos en esa tradición cultural
sino superarla. Si europa se hubiera quedado en la
tradición greco-romana el mundo no hubiera
cambiado. Nosotros queremos una cultura nacional
y una revolución cultural, que como ya he dicho
varias veces no es como la china, ni la chilena sino
de acuerdo a las condiciones argentinas, lo que
significa, en primer lugar, que el pueblo tenga
acceso a la cutlrua, y en segundo lugar, que esa
cultura asimile la cultura universal para superarla
abandonándose la actitud de antes, de ponerse de
rodillas frente a cualquier cosa que venía del ex-
tranjero.
En estos dos meses ya hemos realizado algunas
obras y estamos estudiando una gran cantidad de
iniciativas. Hoy hemos creado en la Facultad de
Medicina el Instituto de Medicina del Trabajo;
antés fue el Instituto de Cinematografía; hemos
abierto los consultorios de la Facultad de Odon-
tología, donde se exigen más aranceles ; estudiantes
y profesores van a las villas miserias a prestar sus
servicios a la gente; estamos en tratativas con el
Congreso para que la Universidad brinde su
asesoramiento a las Comisiones Internas para la
elaboración de las leyes, brindando el aporte de sus
expertos para el tratamiento de las diferentes
cuestiones; hemos creado el Instituto para el
Tercer Mundo, bajo la presidencia del Tte. Gral.
Perón, con la participación de países de Africa,
Asia, América Latina y Europa Oriental. Este Insti-
tuto va a tener una doble función: Investigar la pro-
blemática de estos países y establecer estrechos
vínculos con ellos. Creemos que todas estas son fo-
tmas de acercar la Universidad al pueblo.
5
8. Cáncer en Vietnam
París, 6 de julio de 1973
Sr. Director:
Le agradezco haya tenido a bien hacerme llegar
no sólo su excelente revista sino también el pequeño
libro sobre mi país.
Los lectores de CIENCIA NUEVA estarán tal vez
interesados en saber si el fin de los combates en
territorio vietnamita significará también el fin de
las desgracias de mis compatriotas. Lamenta-
blemente, las últimas noticias no permiten un tal
optimismo. En efecto, investigaciones recientes '
del profesor M. Meselson le han permitido encontrar
en la carne de peces pescados en Vietnam del Sur,
en las costas de regiones "defoliadas", cantidades
significativas y alarmantes de 2, 3, 7, 8-tetracloro-
dibenzo-p-dioxina (TCDD).
Significativas, porque se elevan hasta 814 partes
por trillón (1:1012
) en relación al peso total. Esta
dioxina no puede provenir más que de los "herbici-
das" diseminados por el ejército de los Estados Uni-
dos en el curso de la campaña de defoliación, porque
1. R. Baughman y M. Meselson. Memoria presentada el 2 de
abril de 1973 a la Conferencia sobre los Dibenzodioxinas y los
Dibenzopiranos; en el Research Triangle Park, North
Carolina, EE.UU.
2. Nguyen P. Bun-Hoi y colaboradores. C. R. Acad. Sci. 273:
708 (1971).
3. Nguyen P. Bun-Hoi y colaboradores. Naturwissenscha-
ften, 59: 173 (1972).
es una impureza constante que acompaña al 2, 4,5—
T a razón de 0,5 microgramos por gramo.
Alarmantes, porque ahora se sabe que es una
sustancia extremadamente peligrosa, más tóxica
que cancerígenos típicos como el benzo[a]pireno o
el p-dimetilaminoazobenceno,2
que atacan al híga-
do, al timo, al corazón, en dosis de un
miligramo/kilo de peso del animal3
y perturban las
funciones enzimáticas hepáticas. Según Meselson,
la TCDD parece ser particularmente tóxica con
respecto a los tejidos en curso de proliferación,
como aquellos de la espermatogénesis y de la hema-
topoyesis.
Alarmantes, porque sus efectos son acumulativos.
Ahora bien, siendo la dioxina muy estable y dado
que la cantidad rociada sobre Vietnam del Sur se
eleva a cerca de 40 kilogramos, se puede legí-
timamente temer que un gran número de personas
va a ser afectado por patologías diversas y graves
(nacimientos prematuros, malformaciones congé-
nitas, neuropatías, miopatías, etc.) Sabios nor-
teamericanos, entre ellos Meselson, justamente
preocupados, se esfuerzan - y hay que señalarlo en
su honor - en estudiar las consecuencias posibles de
esta verdadera bomba ecológica que es la dioxina,
en encontrar un antídoto y en interesar en el pro-
blema a todas las autoridades competentes.
Es necesario que los pueblos sepan que una idea,
de apariencia anodina, tal vez lanzada, en algún
lugar del Pentágono, por un tecnócrata eficiente, a
propósito de algún proyecto contraguerrillero en la
jungla, ha terminado por tomar proporciones catas-
tróficas para millones de hombres.^
Nguyen Dang Tam
Instituto de Química de las Sustancias Naturales
Gif—sur—Yvette, Francia
6
9. Una geografía
de los países dependientes
Hacia la definición de su marco teórico-práctico
Germán Wettstein
En el mes de octubre de 1972 y a
consecuencia de contactos ocurri-
dos en la 34 Semana Geográfica
Argentina (50° aniversario de GAA)
se estrecharon vínculos entre
geógrafos y profesores de geografía
de las nuevas generaciones de
A r g e n t i n a y U r u g u a y . Las
preocupaciones dominantes en los
intercambios informales de ideas
que entonces se realizaron versaron
sobre:
—la situación de la geografía
ciencia y docencia en el Río de la
Plata hoy,
—la inadecuación de las estruc-
turas institucionales existentes a
las expectativas de los jóvenes y la
necesidad de crear otras,
—el para qué y cómo de la for-
mación de los geógrafos la-
tinoamericanos en general y de los
rioplatenses en particular,
—el papel que le va a tocar jugar
al geógrafo en un sistema político,
económico y social dado, tras el
cambio (cuál va a ser nuestro
campo y cómo proyectarnos).
Se concertó entonces un primer
encuentro formgl a realizar en
Salto, Uruguay y éste efecti-
vamente se cumplió en enero de
este año. Asistieron profesionales y
estudiantes de Capital Federal,
Buenos Aires, Bahía Blanca, Río
Negro y La Rioja, y docentes y
estudiantes de la Universidad de
Montevideo, del Instituto de Pro-
f e s o r e s y de la A s o c i a c i ó n
U r u g u a y a de P r o f e s o r e s de
Geografía. En total casi 100 par-
ticipantes.
Hubo planteos teóricos, confron-
tación de aspiraciones, pero
también un trabajo práctico de
relevamiento en geografía urbana
integral, de la ciudad de Salto,
realizado codo con codo por
uruguayos y argentinos.
Se avanzó en la necesidad de
estructurar una nueva geografía
para América Latina, producto del
t r a b a j o c r e a d o r de n ú c l e o s
numerosos, idónea para enfrentar
la geografía de élite, aséptica e
i n f e c u n d a de l a s a c t u a l e s
comisiones panamericanas.
Es un hecho que habrá próximos
encuentros; el segundo se realizará
probablemente en Bahía Blanca, en
enero de 1974 y deberá tener ya
alcance latinoamericano.
Hago llegar hov a Ciencia Nueva
uno de los doc ;ntos de trabajo
presentados al E cuentro de Salto
(que se solicitai x por la Comisión
Organizadora) y la declaración
final que emanó del mismo, por
considerarlos materiales afines a
las preocupaciones de esta renova-
dora revista.
Con su divulgación se. busca
dinamizar el diálogo entre geógra-
fos y profesores de geografía, por lo
cual exhortamos a hacer llegar
adhesiones, críticas y sugerencias,
al actual coordinador de los en-
cuentros (Prof. Dr. Alfredo
Tróccoli Moreno, Casilla de Correos
854, Montevideo).
Condicionantes de lugar
y momento histórico
Como todo trabajador de la
ciencia y la cultura, el profesional
geógrafo y el docente en educación
superior en geografía, enfrenta
dos alternativas antagónicas:
La primera, justificar el orden
existente a través del ocultamien-
to de las contradicciones internas
del sistema económico, político y
social en que se desenvuelve la
d e l o s
P ^ s e s la-
tinoamericanos.
La segunda, elevar al plano de la
c o n c i e n c i a c o l e c t i v a el
conocimiento de esas contradic-
ciones y de la necesidad y posibili-
dad de superarlas.
El presente documento de traba-
jo (i) ensaya algunas reflexiones
acerca del papel que a los geógra-
fos les toca desempeñar en las
tareas de cuestionar la situación
de explotación y superar las de-
ficiencias que existen en el
desarrollo de una conciencia
crítica y un conocimiento libera-
dor.
Como ya se ha dicho, el mundo
se encuentra hoy día sectorizado
—dividido y agrupado a un
tiempo— a causa de cuatro
1. Mantengo la estructura original de documento
de trabajo, aun en este su envió a C.N.; de allí que él
resulte una ordenación de puntualizaciones poco
explicitadas (se precisaron en la discusión). Del
mismo modo, destaco entre comillas los conceptos
tomados de otros autores, pero para no fragmentar
la lectura presento las fuentes en una bibliografía
global al fin del articulo.
órdenes de tensiones: a) la pugna
de países capitalistas entre sí, b)
la oposición entre capitalismo y
socialismo, c) las polémicas de
naciones socialistas entre sí, d) el
enfrentamiento entre pueblos
dependientes y países explota-
dores.
La última de esas tensiones es no
solamente la más perentoria, sino
la que sacude hoy a todos los
continentes. Desde la formidable
epopeya exitosa del pueblo viet-
namita, hasta la más pequeña
resistencia popular, todo el Tercer
Mundo está recorrido por algún
tipo de lucha de liberación.
Es de neta base geoeconómica la
causa de ese enfrentamiento acti-
vo, pues a los siete décimos de la
población mundial que vive en
7
10. ét
países subdesarrollados, le
corresponden apenas tres décimos
del producto del trabajo humano.
Desarrollo capitalista y sub-
desarrollo son formas que se
complementan; así, América la-
tina es "la contraparte de Nor-
teamérica dentro de un sistema
único interactivo". Ello significa
entonces que es la permanencia en
nuestro subdesafrollo lo que
permite al imperialismo más po-
deroso del mundo mantener su
estructura de dominación plane-
taria.
Esto convierte a los la-
tinoamericanos —lo queramos o
no— en una avanzada de la lucha
por la reordertación del mundo,
porque nuestro triunfó propiciará
al mismo tiempo la derrota del
imperialismo.
De allí que los pueblos de
América latina, mediante ac-
ciones de masas o a través de
vanguardias lúcidas, estén en
guerra con el imperialismo
mayor. Una,guerra muy peculiar y
no siemprb declarada, en la que
debemos enfrentar sobornos,
estudios sociológicos, campañas
publicitaria», proyectos de
"desarrollo", intimidaciones,
conspiraciones, entrenamientos de
fuerzas represivas, cuartelazos,
bloqueos y hasta desembarco de
'marines'.
En lo cotidiano no se trata de
enfrentar a un distante imperialis-
mo externo, sino a la alianza de
clases dominantes, internas e
internacionales, por parte de las
clases dominadas del sistema. La
resolución de este enfrentamiento
tiene claras implicancias
geográficas y geopolíticas: o
aceptamos que se nos imponga un
proyecto capitalista de desarrollo
dependiente y recolonizador, u
optamos por un proyecto socialista
latinoamericano de desarrollo
autónomo.
La Dependencia Científica
y Tecnológica y la Geografía
La ciencia, cada vez más identi-
ficada con la tecnología, se ha
convertido en la principal fuerza
productiva en las sociedades de
alto desarrollo industrial. Ella es
una actividad esencial para el po-
der económico-político, del cual se
ha vuelto inseparable. Así lo
demuestra el hecho de que 9 de ca-
da 10 dólares invertidos en inves-
tigación científica en los Estados
Unidos, se destinan a fines mili-
tares; su objetivo último es, en to-
dos los casos, "la guerra contra
la subversión del statu quo".
La ciencia es parte de la cultura
y como tal de la sociedad ; eso nos
lleva a tener que elegir y definir —
también nosotros los geógrafos—
qué sociedad pretendemos antes
de saber qué ciencia haremos. La
significación de la ciencia y la
técnica y su función social, no se
puede explicar entonces en
términos abstractos, sino relativos
a cada sociedad y a la estructura
de poder que las utiliza.
Se explica así que ciencia y
técnica desempeñen un papel
fundamental en el mantenimiento
y la acentuación de las relaciones
de dependencia de las colonias y
neocolonias con respecto a sus me-
trópolis. Porque la división inter-
nacional del trabajo incluye una
división del trabajo científico.
Una resultante, entre muchas,
de la situación antes descripta, es
el estímulo externo a científicos e
intelectuales para que analicen las
realidades de sus propios países,
en todos los sectores y actividades,
pero con una óptica importada.
Otra resultante es la deserción que
propicia entre nuestra población
más capacitada; ello incluye esa
proporción no menor del 10 por
ciento de egresados universitarios
que abandona anualmente
América latina para ingresar a
Estados Unidos en calidad de
inmigrantes.
Para los científicos e intelec-
tuales que no se van y que aún no
se han alienado ni vendido —para
quienes queremos seguir adelante
con estos Encuentros— la tarea es
muy clara: oponer al proyecto de
desarrollo reflejo y dependiente,
nuestro propio proyecto de
desarrollo autónomo.
Esto nos obliga a los científicos
8
11. auténticamente latinoamericanos
a formularnos en todos los casos la
pregunta normativa: ¿para qué
investigar? La actitud indagatoria
que dé respuesta a esa pregunta
debe expresarse necesariamente
en la temática de las inves-
tigaciones. Nos debemos volcar
hacia lo que es instrumental desde
el punto de vista de la revolución
social; ello incluye, entonces,
como tareas prioritarias "el es-
tudio de la problemática de las si-
tuaciones de atraso y los caminos
de su superación".
Una de nuestras tareas conexas
es, por lo tanto, la de preparar
cuadros científicos y pedagógicos
para el actual período de
transición a la liberación. Esto es,
cuadros para la revolución y no
para el reformismo. En geografía
ese tipo de capacitación parece
viable aún en el corto plazo,
porque se basa en el estudio
directo de la interacción entre na-
turaleza y sociedad. Y ese estudio
directo, que pone a luz todas las
contradicciones imaginables, de-
fine y compromete para el cambio.
De la solidez y compromiso
presentes de tales especialistas,
dependerá su capacidad de per-
manencia en la patria y su
Algunos temas para el diálogo
* ¿Debe construirse o no en los países subdesarrollados un
marco teórico y una metodología propia en lo geográfico, di-
ferente de la que se ejercita en los países industrializados?
* ¿Cuáles son los principios sobre los cuales basar una geogra-
fía latinoamericana?
¿Cómo acelerar y perfeccionar la formación de geógrafos
profesionales en América latina y para América latina?
* ¿Cómo ejercitar la geografía —ciencia y docencia— bajo una
estructura económica y social de sociedad dependiente?
* ¿Cuáles serían los asuntos concretos (temas, problemas) so-
Dre los cuales realizar algún trabajo geográfico en común,
uruguayos y argentinos?
adhesión a las tareas que nos
depare la futura, próxima, si-
tuación de transición al
socialismo.
Para la preparación de nuestros
nuevos cuadros, debemos apelar a
todos los recursos posibles, in-
clusive los de la ayuda exterior,
proveniente de países desarrolla-
dos tanto capitalistas como
socialistas (mediante becas,
rubros para la investigación, etc.)
La actitud de rechazo total a priori
de dicha ayuda, es una posición
simplista y utópica que puede
conducirnos a un aislamiento
suicida.
Como ya se ha dicho, lo que
corresponde es "definir una
política clara en materia de
desarrollo autónomo y formar una
generación crítica de docentes e
investigadores con suficiente ma-
durez ideológica como para utili-
zar, en función de esa política, los
medios materiales disponibles, sin
riesgo de enajenación".
Para qué construir
una geografía propia
La geografía es el conocimiento
científico del medio geográfico a
los fines de su mejor utilización y
transformación en beneficio del
hombre. Ella es, por lo tanto,
9
12. idónea para elaborar una imagen
creadora de nuestros países y para
justificar su viabilidad histórica
d e n t r o del c o n t e x t o la-
tinoamericano, reafirmando sus
posibilidades de existencia y
cambio. Tal idoneidad resulta,
entre otras cosas, de su capacidad
de análisis y de interpretación
acerca de las formidables posibili-
dades en recursos naturales y
humanos de nuestro continente;
debe contribuir a su inventario y a
la definición de la forma más
racional de utilizarlos.
Una política para la docencia y
la investigación geográfica
autónomas, debe ser pensada y
afirmada pues, en función de los
objetivos políticos generales de
nuestras luchas de liberación; la
inexistencia de definición al
respecto conduce a admitir la
política que el sistema impone. No
se trata de ponerse a buscar ahora
la ciencia que habrá de implan-
tarse cuando se transforme la
sociedad; tenemos que actuar
inmersos en el proceso actual y
construir una ciencia y una
eaucac ín para el presente, que
señalen los errores y las injus-
ticias que cada día se cometen.
En una sociedad estructurada en
interés de todos, las conclusiones
derivadas de la investigación
geográfica se integrarán de
manera natural con los planes de
desarrollo económico y social. 2
Pero en sociedades dependientes y
explotadas, esos planes nos son
aplicados desde el extranjero; por
eáo nosotros sostenemos que un
país está en condiciones de reali-
zar geografía aplicada sólo cuando
es dueño de sus medios de produc-
ción.
Mientras tanto debemos
propiciar que los estudios
geográficos alcancen no sólo
aplicabilidad directa sino también
indirecta: cuando a partir de los
nuevos conocimientos se contri-
buye al diagnóstico de una si-
tuación, cuando se denuncian las
contradicciones del sistema,
cuando nuestras interpretaciones
se convierten en argumentos o en
guías para el cambio (a utilizar
por parlamentarios o por
guerrilleros, por periodistas o por
militares).
Por menos que aporte una
geografía auténticamente la-
tinoamericana, ella posibilitará
que nos tíonozcamos a nosotros
2. En esa sociedad futura hacia la cual la humani-
dad avanza inexorablemente, no habrá, por otra
(«irte, fragmentación del trabajo en producción,
investigación y enseñanza —Cuba lo viene
demostrando ya con toda claridad para América la-
tina—, Crear con las manos y con la cabeza será
tarea de todos, porque todos integramos un pueblo
en marcha. Leer al respecto el excelente trabajo de
J. A. Grompone "Notas para una política cien-
tífica", Ciencia Nueva N° 20.
mismos cada vez mejor. El futuro
confirmará nuestra solidaridad y
unidad continentales; para
aproximar ese futuro hay que
superar la balcanización secular
multiplicando el intercambio de
informaciones, aprendiendo a tra-
bajar juntos por la causa común,
por encima de las fronteras
políticas.
Con quién construirla
y dónde
Son los geógrafos quienes
"hacen" la geografía; por eso
resulta imprescindible acelerar la
formación del mayor número de
profesionales geógrafos y de
docentes comprometidos con su
tiempo y lugar y con un alto nivel
técnico. Para ello no basta con de-
dicar todas las instancias de su
c a p a c i t a c i ó n al t r a b a j o
propiamente científico; tan im-
portante como eso es estar infor-
mado de los problemas econó-
micos, sociales y políticos y de las
formas posibles de resolverlos.,
Quienes tratamos de construir
la nueva geografía de los países
subdesarrollados disfrutamos de
una ventaja: como conciencia de
que sabemos poco, nos pregun-
tamos para saber más. Con ello
estamos en el buen camino del
v e r d a d e r o a p r e n d i z a j e :
"apropiarnos de lo aprendido,
10
13. transformándolo en aprehendido
para poder así reinventarlo".
El geógrafo, en sus relaciones
con el mundo a través de su acción
sobre la realidad ambiente, se
encuentra marcado a sí mismo pol-
los resultados de su propio trabajo.
Ello obliga entonces, a tener una
clara y lúcida comprensión de la
acción emprendida, lo que in-
volucra una teoría. En la construc-
ción de esa teoría los geógrafos la-
tinoamericanos debemos actuar
con la mayor amplitud ideológica
posible, sin sectarismos ni
sujeción a esquemas prefabrica-
dos.
Sólo un diálogo periódico y
persistente entre geógrafos y
docentes de geografía puede
propiciar ese logro. Nada de imi-
taciones, ni de manipuleos, ni de
slogans al fomalizarlo, sino un
honesto intercambio de convic-
ciones para comprendernos me-
jor. En ese intercambio deben
participar simultáneamente es-
pecialistas ya profesionalizados
junto con estudiantes, para
superar las falsas concepciones
jerárquicas y enriquecer los logros
gracias al siempre fértil contacto
entre generaciones diferentes.
Lo que se pretende con ese
diálogo es "la problematización
del propio conocimiento en su
indiscutible relación con la reali-
dad concreta donde se genera y
sobre la cual incide, para com-
prenderla mejor, para explicarla y
para transformarla".
Por lo dicho antes y por las
características intrínsecas de la
geografía ciencia, nuestro trabajo
debe ser siempre cumplido en
equipo. Pero por nuestras
c a r e n c i a s e s t r u c t u r a l e s —
insuficientes estudios de campo,
e s c a s e z de recursos— es
recomendable que los trabajos
sean además multidisciplinarjos.
Sin necesidad de reivindicar la
privilegiada y tan discutible
misión de confeccionador de
síntesis, el geógrafo es un coor-
dinador potencial, un catalizador
de núcleos de trabajo con vistas a
superar la dispersión creadora
clásica de las sociedades sub-
desarrolladas.
En cuanto al interrogante
acerca de dónde construir o
perfeccionar esa geografía a que
aspiramos, debe responderse:
donde el diálogo sea posible, y eso
vale dentro y fuera de fronteras. Si
se trata de universidades la-
tinoamericanas que no han sido
aún totalmente absorbidas por la
penetración imperialista o por los
i n t e r e s e s de l a s c l a s e s
dominantes, ése es nuestro ámbito
natural de trabajo, porque la in-
vestigación geográfica compete a
la educación superior. Y en caso
de que las universidades no consti-
tuyan un ambiente propicio, los
geógrafos deberán buscar los
mecanismos idóneos para afirmar
una línea correcta de creación.
Y en ambas situaciones es
conveniente precaverse de la
tendencia al aislamiento —ahora
interno—, a la insularidad, a la
formación de endogrupos, porque
eso conduce a la automarginación,
a actuar siempre a la defensiva, a
estabilizarse improductivamente
en una especie de hibernación,
como le ocurre a tantas
agrupaciones científicas, sociales,
políticas. Justamente lo que
proponemos ahora para la geogra-
fía latinoemaricana es que se dise-
ñe un proyecto propio de acción
renovadora y que se luche acti-
vamente para llevarlo adelante.
En todos los casos nos es im-
prescindible —sobre todo en
nuestra ciencia— planificar y
concretar los vínculos con geógra-
fos de la Patria Grande, con
quienes debemos perfeccionar un
diálogo fecundo, efectuando el
análisis crítico recíproco de los
trabajos realizados, pugnando por
conocernos de cerca en encuentros
periódicos de afirmación técnica y
humana.
Cómo construirla
La construcción de una geogra-
fía de y para los países sub-
11
14. desarrollados, implica el cum-
plimiento de múltiples tareas
simultáneas o sucesivas; entre
ellas, adecuar el objeto de la
ciencia a nuestras realidades, re-
definir los conceptos básicos, dise-
ñar y probar una metodología
propia.
Cuando el necolonialismo cul-
tural llega a afectar la posibilidad
misma de construir una geografía
auténticamente latinoamericana,
entonces se hace necesario inclusi-
ve redefinir su objeto.3
Se necesita, además y al mismo
tiempo, elaborar nuevos criterios
conceptuales y medios más
eficientes para medir las
relaciones que existen entre los
fenómenos. "El mantenimiento de
conceptos perimidos o la
traslación mecánica de conceptos
válidos en otras situaciones, no
puede admitirse". Creemos que
con ello la nueva geografía la-
tinoamericana contribuirá inclusi-
ve a la revitalización de esta
ciencia en los propios países
desarrollados.
En cuanto al propósito que nos
impulsa a construir nuevos
aportes metodológicos, debemos
advertir que no consiste en la
mera afirmación de opiniones
independientes o en el ejercicio de
argumentaciones polémicas, sino
en la dilucidación de las cuestiones
de preocupación prioritaria. Como
bien se ha sostenido, "la meto-
dología no acrecienta en nada
nuestro conocimiento de la reali-
dad, pero sí nuestra comprensión
de ese mismo conocimiento".
En atención a la peculiar
coyuntura histórica, económica y
política en que nos encontramos,
elegir una metodología (o sea
"tomar una actitud crítica frente
al conjunto de fenómenos a es-
tudiar") tiene, en los países
subdesarrollados dependientes, la
misma significación que elegir
una política o una ideología.
Todo nos conduce a la insoslaya-
ble necesidad de establecer planes
específicos para nuestras tareas
geográficas. Un plan supone al
mismo tiempo la elección ya ano-
tada de una metodología, pero
también de una estrategia operati-
va; es decir, de "una actitud
3. Es el caso de la geografía humana en Uruguay,
donde vengo intentando una paulatina reconversión
integral de su objeto, contenido y métodos; la meta
es lograr la descolonización total con respecto a la
geografía humana francesa, lo que no implica dejar
de reconocer el enorme aporte positivo que de ella
hemos recibido los latinoamericanos.
Declaración final
1. El Encuentro Geográfico de
Salto significa un primer inter-
cambio sistemático de ideas y
experiencias entre geógrafos,
profesores y estudiantes de
geografía de Argentina y
Uruguay que entienden que la
geografía se ve necesitada de
una profunda revisión, tanto en
lo teórico como en lo práctico.
2. Durante la realización del
mismo se expusieron re-
flexiones teóricas que nos
aproximan a una definición
acerca de los principios que de-
berían orientar nuestro
quehacer geográfico en
América latina, y la meto-
dología más idónea para inves-
tigar la realidad.
3. Se ensayó además, un trabajo
de campo conjunto entre
uruguayos y argentinos, sobre
la ciudad de Salto, que con
tanta cordialidad nos acogiera
durante los días del Encuentro.
4. De todo ello resulta la exis-
tencia de objetivos comunes a
la geografía latinoamericana,
en el actual momento histórico
y entre ellos los siguientes:
a) La geografía, tanto en su
condición de ciencia como de
docencia, debe estar al servicio
de las causas populares, en to-
dos y cada uno de los países la-
tinoamericanos y no presentar
meramente un nivel descriptivo
y falsamente objetivo.
b) Ella es, además, un ins-
t r u m e n t o idóneo para
demostrar las enormes posibili-
dades en recursos naturales y
humanos del continente, dado
su carácter integrador.
c) Investigar cabalmente la
realidad implica para nosotros
hacer un diagnóstico correcto
de lo que es justo y lo que es
injusto en los resultantes de la
interacción de la sociedad con el
medio físico y biológico, a la luz
de ideas anteriormente expues-
tas.
d) Para hacerlo, resulta
imprescindible acelerar la
formación de geógrafos y de
profesores de geografía que
tengan una clara y lúcida
compresión acerca del papel
que les toca desempeñar en la
creación de la base material
que haga viable tal sociedad.
e) El profesional geógrafo y
el docente de geografía deben,
pues, organizar sus tareas. Ello
i m p l i c a t r a b a j a r
necesariamente en equipo, pero
además, y por sobre todo, rede-
finir los conceptos básicos de
nuestra ciencia, ejercitar una
metodología propia, diseñar
paulatinamente una teoría de la
geografía en los países sub-
desarrollados apartándose de
los marcos provenientes del
extranjero, de difícil adap-
tación a las condiciones locales
de nuestro continente.
5. En síntesis, "hacer una nue-
va geografía" significa hoy
para nosotros interpretar
correcatamente el medio
geográfico en el que vivimos,
adecuar los métodos para
lograr nuestros objetivos,
propiciar la transformación del
medio geográfico para ponerlo
al servicio de toda la sociedad.
6. Para construir esa geografía
de los países subdesarrollados,
es necesario establecer un
diálogo permanente entre
geógrafos, docentes y estudian-
tes, multiplicar los contactos
directos, analizar críticamente
lo creado.
7. A ese efecto se destaca como
apropiado y digno de ser exten-
dido y perfeccionado, el proce-
dimiento de trabajo que
caracterizó, en la teoría y en la
práctica, al Encuentro de Salto.
8. Los asistentes al mismo
afirman su convicción acerca
de la necesidad de realizar un
segundo encuentro geográfico
en la República Argentina en el
correr de 1974 y la conveniencia
de que el mismo tenga alcance
latinoamericano.
12
15. F
práctica, susceptible de permitir
una aproximación a los hechos
concretos, así como a sus causas y
sus consecuencias". Ello incluye,
además, inventariar del modo más
completo posible los hechos que se
desea analizar, para interpre-
tarlos luego.
El geógrafo de los países sub-
desarrollados no debe dejarse
deslumhrar por el animismo del
número ni por el auge de la
geografía matemática. Tras ellos
van las computadoras y —en este
período de transición a la
iberación— una falsa ilusión del
progreso técnico.
Multiplicar los trabajos sobre el
terreno resulta, por todo lo dicho,
una tarea imperativa con vistas a
la construcción de una geografía
propia. Ello jerarquizaría a
primera vista, el papel de la
geografía regional frente a la
geografía general.
No obstante, como en los países
subdesarrollados se cuenta con
pocos estudios regionales, una
abstracción mesurada es impres-
cindible. De allí, que pueda
compartirse la posición de quienes
sostienen que los avances de la
geografía regional por sí solos son
insuficientes para perfeccionar la
geografía, porque no podemos de-
jar de formular hipótesis que los
estudios empíricos confirmarán o
desacreditarán.
Por lo tanto, una mutua apoya-
tura resulta oportuna: la geogra-
fía regional aportará el necesario
ejercicio para la profesionali-
zación geográfica y los estudios
que se realicen con imaginación y
espíritu crítico harán progresar la
geografía general. Pero será esta
quien oriente las preocupaciones
epistemológicas, las ideas guía, el
imprescindible marco teórico que
hará avanzar a la geografía
regional y que, sobre todo, definirá
la especificidad de la geografía de
los países subdesarrollados en este
período histórico.
Uno de sus logros inmediatos
será aumentar la "capacidad de
intercambio" de la geografía y de
los geógrafos, con las ciencias
conexas y con los colegas cien-
tíficos que profesan esas ciencias
vecinas. *
Germán Wettstein es Profesor de
geografía humana en la Licenciatura de
Geografía de la Universidad de la
República y en el Instituto de Profesores
Artigas, Montevideo, Uruguay.
ASOCIACION ARGENTINA
DE INGENIEROS QUIMICOS
La Asociación Argentina de Ingenieros Químicos comunica su plan de
capacitación en temas de actualización técnica, formación dirigente cultural
integral y técnicas complementarias, para el mes de Setiembre próximo: '
1) "Materiales refractarios y combustión", por el señor Zelik Zaretzky y el
ingeniero Hugo Koltan, en 15 clases, los días lunes y jueves, entre 19 15 y 21 30
Metales* P a r Ü r
^ d
' a :i
' 6 n c o l a b o r a c i ó n c o n l a
Sociedad Argentina de
2) "La música por dentro", por el doctor Ernesto Epstein, en 12 clases los
días miercoles, entre 19,15 y 20,45 horas, a partir del día 5.
, "Selección y uso de lubricantes", por el doctor Enrique J. Vinagre en 10
clases los días martes y jueves, entre 19,15 y 21,30 horas, a partir del día (i.
4) Inglés técnico", por la licenciada María E. Casares, en 22 clases los
días martes y jueves, entre 19,15 y 21,30 horas, a partir del día 6.
5) Liofilizacion farmacéutica y médica", por el doctor Mario Jellinek, en 16
clases los días lunes y jueves, entre 19,15 y 21,30 horas, a partir del día fi
w por computadora de problemas de ingeniería", por el in-
h o r a s a p a i ü r S d í u T ' 2<>
^ ^ '°S
^ 1 U
"e S y j U e V e S
' e n t
' e 1 9
? 2 2
J l Z r 0 g r
' ? m
5 c i
™ p o r c a n , i
" ° crítico", por el ingeniero Nolberto J. Munier,
en 8 ciases, los días lunes y jueves, entre 19,15 y 21,30 horas, a partir del día lo
Hfei , l ° ' r P r a S , U
í ; t r Í a l e s
" ' p o r e l
P r o f e s
o r Luis O Crespo, en 9 clases, los
días lunes y miercoles, entre 19,15 y 21,30 horas, a partir del día lo.
Ricardo i m Q?i' T C
® n , e r c i a l i
1
z a c i ó
n : ^ s o antagonismo?, por el licenciado
£ ™ h l Í ' S t e i
" h a r
J
d
- ™ 20 clases, los días lunes y miércoles, entre 19,15 y
¿MU ñoras, a partir del día lo.
f .l«L"!UlC
Ha C Í Ó
" f o
í o g r ó f i c a
" ' P°r e l
ingeniero Enrique Limbrunner, en 12
ciases los días martes y viernes, entre 19,15 y 21,30 horas, a partir del día 11.
cl»U« w h ? m e t a l
° g r á f ¡ c a s " , por la doctora Nora Lindenwald, e n 6
Mavnr i n S m m a
A S Y V 1 6 r n e S
' G n t r e 1 9
' 1 5
* 2 1
>3 0 h o r a s
' a
P a r t i r
del día 11.
19 horas ° r m a c i ó n s e
Proporcionará por los teléfonos 45-3913 y 4912, de 11 a
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en pays sousdéveloppés. Editions Ophrys,
París 1971.
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versidades en América latina. Biblioteca
de Marcha, Montevideo 1970.
A LOS DOCENTES
EN FISICA
Qué sacrificios se i m p o n e Ud.
mismo para 1 levan adelante docen-
cia e investigación eficientemente?
Qué porcentaje de su tiempo le
consume la docencia?
Qué tiempo le lleva preperar un
nuevo trabajo de laboratorio?
Qué tiempo le lleva diseíiar nue-
vas experiencias para sus estudian-
tes?
A lin de facilitar su tarea he-
mos preparado equipos e instru-
mentos - herramientas de trabajo -
para sus cursos.
Analícelos, pruébelos e incorpo-
re aquellas que sean útiles a los
objetivos académicos de sus cursos
de Física Universitaria Básica.
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de Young, Intcrferómetros de Mi-
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Tangentes, Balanzas Magnéticas, y
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servar en nuestros locales o p i -
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13
16. Organización del
transporte de carga
Alberto A. González
Los problemas de desplazamiento de pasajeros y carga que
plantea la Ciudad de Buenos Aires fueron tema de otros dos tra-
bajos publicados en Ciencia Nueva (número 12 y 21).
La publicación de éste, tiene especial relevancia porque su autor
se desempeña como Ministro de Obras Públicas de la Provincia
de Buenos Aires.
1. Situación actual
El servicio de transporte de
carga se presta en la actualidad
por los medios ferroviario,
automotor, fluvial , marítimo y
aéreo.
Las funciones del transporte
marítimo están principalmente
vinculadas con el comercio ex-
terior, desenvolviéndose en un
estado de competencia planteada
dentro del mismo medio, entre
empresarios privados, nacionales
y extranjeros y empresas esta-
tcÜ6S
El transporte aéreo aún tiene un
volumen reducido de carga en
comparación con otros medios,
pese a que en un futuro próximo
puede cobrar importancia dada la
magnitud de su tasa de
crecimiento histórico (alrededor
del 30 por ciento anual acumulati-
vo).
El transporte automotor y ferro-
viario se mueven en un régimen de
competencia directa al que debe
agregarse en menor medida, el ca-
botaje fluvial y marítimo.
Este estado de competencia ha
producido importantes dis-
torsiones en el sector; un sobre-
dimensionamiento del parque de
camiones y capacidad ociosa del
cabotaje fluvial y marítimo, al
mismo tiempo que en el medio
ferroviario.
Las hipótesis teóricas aceptadas
en el sentido que el sistema de
tarifas provocaría una asignación
de óptima de los tráficos, no se ha
cumplido en la actualidad, pro
vocando una distorsión en la
dimensión de los medios de
transportes, especialmente el
ferroviario y el destinado al cabo-
taje fluvial y marítimo. En el
ámbito del medio automotor, la
presión de venta de las empresas
que fabrican los vehículos ha so-
bredimensionado el parque, in-
crementando el estado de compe-
tencia entre medios, especial-
mente ferrocarril, camión e in-
cluso dentro del mismo medio
automotor.
La presión de venta citada, que
se manifiesta a través de facilida-
des financieras ajenas al régimen
crediticio oficial, provoca una
excesiva remuneración del capital
generado por ahorro interno, que
en esencia significa una trans-
ferencia de ingresos del sector la-
boral y miniempresario, que son
los que generalmente se avienen a
esta forma de adquisición de uni-
dades, hacia dichos intereses.
De esta forma, el miniem-
presario propietario de un solo
vehículo, introduce dentro del
mercado de transportes competiti-
vos, el requerimiento esencial de
obtener los ingresos necesarios
para el pago de las cuotas de su
vehículo. La influencia altamente
negativa de este hecho se mani-
fiesta en horas de trabajo destina-
das a la conducción del vehículo,
que superan ampliamente a las
establecidas por la legislación, con
riesgo para su salud y peligros de
accidentes, agravada por el hecho
de efectuar el mantenimiento y
reparación liviana, quitando horas
de descanso. En estas condiciones,
la evasión al pago de cargas
sociales e impositivas resulta una
característica general.
Es así que el miniempresario,
propietario de un solo vehículo o
pseudo propietario, ya que la
propiedad real está en poder de las
empresas financieras, actúa en el
mercado de transporte en con-
diciones distintas a la empresa
ferroviaria o a las empresas me-
dianas y grandes de transporte
automotor de carga. La carac-
terística distintiva se manifiesta
en tarifas que en algunos casos
llegan a ser inferiores a los costos
variables.
A ello deben agregarse con-
diciones de ineficiencia de los
otros medios de transporte,
muchas veces generadas por la
propia legislación, de aplicación
parcial sobre algunos medios.
La Ley 12.346 que rige actual-
mente, faculta a la Secretaría de
Transporte a fijar tarifas y
regular tráfico del medio automo-
tor. No obstante, en niás de 30 años
que lleva de vigencia, no se han
podido implementar acciones
eficaces para el control de tarifas
o medidas de regulación.En los
últimos años se fijaban tarifas
indicativas para el transporte de
hacienda a los mercados de
Buenos Aires. En el medio ferro-
viario, la característica de em-
presa estatal posibilita la
aplicación y control de un régimen
tarifario para la carga.
El régimen tarifario del cabota-
je fluvial y marítimo establecía
tarifas fijas para las empresas del
Estado y variables para las em-
presas privadas.
En consecuencia, dentro del
mercado de transporte de carga,
conviven sectores que actúan en
forma regulada y sectores que
actúan libremente.
En el ámbito regional, esta li-
14
17. bertad de tarificar tiene importan-
cia como freno a la localización de
actividades económicas en la
región.En efecto, en muchos casos
resulta conveniente enviar los pro-
ductos para su industrialización en
la región metropolitana en virtud
de una tarificación especial por
viajes de retorno y por transportar
materia prima, ya que en caso de
productos elaborados las tarifas
suelen ser mayores. Conviene
aclarar que los vehículos salen de
Buenos Aires con carga completa
y tarifas que cubren parte del re-
torno. Cualquier tráfico de retorno
susceptible de captar, está en
condiciones distintas de compe-
tencia, ya que parte de dicho viaje
está pago. En cambio , en el
ferrocarril generalmente se aplica
la misma tarifa para viajes de ida
y de retorno de un mismo produc-
to.
Conviene aclarar que las tarifas
constituyen uno de los elementos
que tienen en cuenta los usuarios
para la elección del medio de
transporte a utilizar. Además, se
consideran: tiempo de viaje, tipo
de producto, volumen de carga,
posibilidad de deterioro, posibili-
dad de robo, posibilidad de viaje
puerta a puerta, precio de la
mercadería, características es-
peciales que se requieren para su
transporte, etc.
Las condiciones de competencia
ferrocarril-camión pierden la
característica de tal y resultan ne-
tamente favorables al camión.
Indudablemente, existen otros
condicionantes a la derivación de
cargas, que hacen al proceso al-
tamente complejo y de difícil
solución.
Las alternativas de solución que
se han elaborado para este pro-
blema parten de mecanismos de
control a través de legislaciones
que requieren un elevado costo en
lo que hace al control y llegan
hasta medidas más radicales
como una empresa nacional de
transporte integrada por la totali-
dad de los medios, encargada de la
prestación de los servicios.
Para el primer caso, la ex-
periencia histórica ha determina-
do la ineficacia de pretender
regular el sistema de transporte a
través de una legislación adecua-
da.
La segunda, resulta atractiva
por la posibilidad de que brinda
asignación óptima de los flujos de
cargas a los distintos medios, ya
que todos ellos pertenecen a la
misma empresa.
Sin descartar la solución de
empresa nacional de transporte,
que se entiende es aplicable dentro
de otros condicionantes, conviene
plantear algunas referencias que
hacen inadecuada su implemen-
tación inmediata:
a. La magnitud de la empresa no
la hace fácilmente manejable y
controlable.
b. El tiempo que se requiere
para implementar el servicio de
transporte automotor dentro de la
empresa puede llegar a ser muy
largo por las prescripciones
legales a que debe ajustarse la
empresa para poder disponer del
parque de vehículos de carga.
c. Durante ese espacio de tiempo
necesariamente actúan em-
presarios privados y estatales que
pueden provocar fricciones.
d. La falta de conocimiento de-
tallado de los flujos de carga que
existen, no permiten prever, para
una primera época, una
diagramación adecuada de los
servicios, debiendo ser explotados
bajo las mismas características
que en la situación actual.
e. Durante la época en que se
prestan los servicios con carac-
terísticas similares a la situación
actual, se acentúan las dis-
torsiones regionales que provoca
el transporte (centralización en la
región metropolitana).
2. Terminales de carga
La nueva política de transporte
que se propone, trata de corregir
todas las distorsiones esbozadas,
con un claro objetivo de apro-
vechamiento óptimo de los
recursos de transporte e impor-
tantes implicaciones de desarrollo
regional.
La implementación de una red
de terminales de carga adminis-
tradas por el Estado y equipadas
para el moderno manipuleo y
clasificación de las cargas, es el
punto de partida para la correc-
ción de las distorsiones.
Las terminales de carga son las
encargadas de la prestación del
servicio de transporte. La función
de estas terminales será concen-
trar la carga, clasificarla y en-
viarla a destino final, pasando,
generalmente, por otra terminal.
Se presta así, un servicio de
transporte que es independiente
del medio utilizado.
El hecho de que el Estado, a tra-
vés de la terminal, puede decidir
sobre el medio de transporte a
utilizar, posibilita una asignación
óptima de los tráficos hacia los
distintos medios según un es-
quema de costos comparativos de
los diferentes medios.
La hipótesis de funcionamiento
de esta red de terminales se basa
en que la disminución de costos de
manipuleo por operar en grandes
cantidades con medios mecánicos
y la disminución de costos de
transporte por utilización ele los
medios de menor costo y por
mayor aprovechamiento de la
capacidad de transporte, influyen
para que el costo total del nuevo
sistema sea sustancialmente
menor que en el sistema actual.
La libertad del usuario de elegir
el medio que más le convenga, de-
ja de tener vigencia. El Estado
brinda el servicio de transporte,
retira y coloca la carga en su
destino final. El Estado, a través
de sus terminales, elige el medio
de transporte que más conviene a
la comunidad.
Los medios t" ransporte podrán
mantener su estructura em-
presaria actual, vale decir, el me-
dio automotor en manos privadas,
el medio ferroviario en manos del
Estado y el cabotaje fluvial y
marítimo parte del Estado y parte
privado.
La competencia entre medios se
elimina de hecho, ya que el Estado
como único cargador, y con el
conocimiento de la incidencia que
tienen los costos de cada medio,
puede efectuar una asignación de
tráficos para obtener el mínimo
costo social.
El cambio de la estructura del
tráfico, cuyos flujos principales
serán entre terminales, simplifica
las definiciones sobre planes de
prioridades viales y ferroviarias.
Desde el punto de vista del
empresario de transporte, tendrán
puntos fijos de carga y descarga
asegurados.
El parque automotor de carga
podrá ser regulado adecuadamen-
te de acuerdo a las necesidades.
Las tarifas a aplicarse podrán ser
controladas, ya que el único
cargador es el Estado.
La participación del Estado en
los tráficos posibilitará un
conocimiento más completo de las
causas que frenan el desarrollo
regional e implementar medidas
adecuadas en el campo del
transporte que tiendan a
solucionarlo.
15
18. Desde el punto de vista urbano,
posibilita un control más adecuado
del tráfico de vehículos de carga e
incluso adecuar horarios para la
carga y descarga.
Se posibilitará la introducción de
contenedores en los tráficos
troncales con un aprovechamiento
total, tanto en la ida como en el re-
torno.
La diagramación de los ser-
vicios de trenes se simplificará,
cumpliéndose principalmente por
trenes block entre estaciones
terminales.
Se posibilitará un mayor apro-
vechamiento de los cauces
fluviales para el transporte de
carga.
Los tráficos a puertos, especial-
mente de cereales, podrán ser
regulados para evitar la conges-
tión en silos, que se produce ac-
tualmente.
En el futuro, y consecuentes con
los cambios económicos y sociales,
las terminales de carga podrán
incorporar nuevas funciones como
por ejemplo: tipificación de pro-
ductos, fraccionamientos y en-
vasado de algunos productos,
trámites aduaneros para tráfico
internacional, etc.
Las terminales de carga, al
concentrar gran cantidad y di-
versidad de productos, pueden
transformarse en un importante
factor de inducción de actividades
industriales en su entorno y ser
utilizadas como herramienta de
desarrollo regional. Esta nueva
actividad que se propone implica
absorción de mano de obra.
Para determinados productos
que se definan como de paso
obligatorio por la terminal, posi-
bilitará una mejor aplicación de
medidas de control de calidad,
tipificación, análisis bromatoló-
gicos, etc.
La terminal podrá cumplir
funciones de almacenamiento a
efectos de amortiguar los picos de
tráfico y permitir un mejor apro-
vechamiento del equipo de
transporte.
3. Forma de funcionamiento
de las terminales de carga
Las solicitudes de servicios de
transporte del área de influencia
de la terminal, se efectuarán con
anticipación según el tipo de pro-
ducto a transportar, en for-
mularios que se distribuirán al
efecto. En dichos formularios se
especificarán: tipo de carga,
características, envases, peso y
volumen, dirección de origen y de
destino, nombre del cargador y del
destinatario, fecha de carga y
deseada de descarga, perecibili-
dad, etc.
Dichos formularios serán clasi-
ficados a efectos de diagramar los
itinerarios óptimos para la
recolección de la carga, esta-
bleciéndose según los destinos
finales, los lugares de descarga o
transferencia en la terminal a
aquellos medios de transporte que
más se adapten a su tráfico, por
costos, tiempos de viaje, volú-
menes, etc.
En los casos que convenga se
asignarán los vehículos correspon-
dientes para el transporte de la
carga completa entre un origen y
un destino sin pasár por la ter-
minal. i?
16
19. La ciencia,
los científicos y el Tercer mundo
Maurice Bazin
En la reunión anual de la American Physical Society efectuada en
enero de 1972 en San Francisco se presentó el Council on Physics
and Society como órgano oficial de la Sociedad (Norte) Americana
de Física. Así, después de tres años de actividad en los pasillos y de
existencia de su revista Science for the People (1) la organización
de científicos de izquierda Scientists and Engineers for Social and
Political Action (SESPA) había conquistado, aunque bajo otro
nombre, el derecho a usar los medios oficiales de difusión para
presentar su análisis del papel político de la física institucionalizada
de los Estados Unidos.
Maurice Bazin, profesor de física de la Universidad de Eutgers,
New Jersey, pronunció el discurso inaugural del Council on Physics
and Society que reproducimos a continuación. Nos parece im-
portante como documento y por la perspectiva que nos ofrece en la
lucha antiimperialista en los asuntos científicos.
Hace tres años, algunos
miembros jóvenes de la American
Physical Society asombraron a sus
colegas por usar en sus solapas
una insignia donde se leía "Ciencia
para el pueblo". La reacción de los
miembros más antiguos fue
típica: "¿Qué quiere decir el pue-
blo? ¿No soy yo también pueblo?"
Actualmente muchas cosas han
cambiado y se ha esclarecido para
nosotros lo que significa "pueblo".
En tanto que en el pasado nos
desgañifábamos vociferando
Maurice Bazin, francés de 38 años
estudió en la Escuela Politécnica ¿le
París y se doctoró en la Universidad de
Stanford. Autor del libro Introduction
to general relativity, fue profesor en la
Universidad de Princeton y lo es ac-
tualmente en la Universidad de
Rutgres. Miembro fundador del grupo
SESPA, ha parciticipado activamente
en experiencias de educación para
obreros en Chile y Argelia y recien-
temente también en Argentina.
propagandas humanitarias que
contradecíamos en la práctica,
recordemos Vietnam, la Repú-
blica Dominicana y Attica, los
chinos por su lado, no nos
comunicaron más que una retórica
general mientras que en su
práctica tenían éxitos im-
presionantes como han tes-
timoniado muchos científicos que
estuvieron allí.
Lo que yo deseo examinar hoy,
es la relación entre la ciencia y el
pueblo, declarando abiertamente
mi creencia de que la ciencia debe
ser para el pueblo, esto es para el
beneficio de todos. Los físicos no
deben asustarse por estas ideas
sino por el contrario deben sen-
tirse desafiados a salir al encuen-
tro de las necesidades de los seres
humanos. En los días del
colonialismo, cuando hablábamos
de "la humanidad", hablábamos
como lo ha señalado elocuen-
temente J. P. Sartre, quinientos
millones de personas y mil
quinientos millones de nativos.
Hoy, como lo sugiere el título de mi
charla, quiero prestar mi atención
a esas tres cuartas partes de la
humanidad que hablamos ignora-
do totalmente y que, hoy llamamos
el Tercer Mundo.
C u a n d o c o n s i d e r a m o s la
relación entre los físicos en par-
ticular y el Tercer Mundo, de-
bemos preguntarnos cuál fue su
participación en el dominio y la
explotación perpetuados sobre esa
parte de la humanidad.
" ¿ C ó m o puede surgir tal
preocupación?", es probable que
alguien pregunte, "si todo lo que
hacemos es enseñar cosas sobre
los átomos y los rayos X".
Efectivamente, esto surge porque
nosotros enseñamos solamente
sobre átomos y rayos X. Mientras
tanto, las bombas están lloviendo
sobre el pueblo de Vietnam y los
detectores electrónicos olfatean
buscando vida para destruirla.
Alguien ha diseñado esos apara-
tos; alguien los ha perfeccionado
con el mismo conocimiento básico
sobre rayos X y electrones que tan
l i b r e m e n t e suministramos.
Encuentro particularmente in-
teresante para ser considerado
ante el auditorio de hoy el caso de
las bombas en racimo. Estos obje-
17
21. tos tremendos que pueden matar
todo lo viviente sobre una
superficie del tamaño de una
cancha de fútbol, consisten en una
gran bomba que lleva en su in-
terior pequeñas bombas llenas de
fragmentos. Anteriormente, estos
fragmentos se hacían de metal y
podían ser detectados con rayos X
en los hospitales vietnamitas. Pero
de alguna manera, en alguna
parte, alguien que debe ser un
científico, tuvo la idea de evitar
que tales fragmentos fueran de-
tectables por los rayos X. De modo
que estas bombas contienen ahora
fragmentos hechos de plástico.
Fueron construidos con la densi-
dad necesaria para no ser detec-
tados por los rayos X, pero tam-
bién fueron construidos con las
características mecánicas
adecuadas para mutilar. Esta es
una aplicación directa de los
principios básicos de la física a los
objetivos del genocidio.
"Así que", ustedes dirán "de-
beríamos suspender la enseñanza
de los rayos X y de los átomos?
¿No son parte de la naturaleza
cuya investigación hallamos tan
excitante?" No, ustedes no deben
suspender sus enseñanzas sobre
los rayos X, pero cuando enseñan
deben referirse al uso actual de los
rayos X en sus más obvias
aplicaciones: su relación con los
pueblos del Tercer Mundo. Y
ustedes deben también hablar de
los detectores de rayos infrarrojos
que espían desde el aire las selvas
de América del Sur. Y esto no se ha
hecho ni se hace aún.
Lo que sí hemos hecho, lo que el
mundo sabe que los físicos han
hecho, es haber puesto su capaci-
dad al servicio del Pentágono y de
sus agencias para la conducción
tecnológica de la guerra. La
contribución más importante de
los físicos ha sido Su participación
en esos "Tanques de cerebros"
que o r g a n i z a n más cien-
tíficamente la guerra contra los
pueblos del Tercer Mundo. Uno de
estos "tanques de cerebros" es el
Instituto de Análisis de la Defensa
y su rama especializada en el
empleo de profesores universi-
tarios, llamada la División Jason
en la que Murray Gell-Mann (2)
fue participante y Marvin Gold-
berger (3) coordinador. En años
anteriores el Instituto de Análisis
de la Defensa organizó cursos de
veraneo sobre aspectos específicos
de la física para uso de los mili-
tares. Uno de ellos estaba dedica-
do a la aplicación de los
láseres.Cuando yo pregunté sobre
las c o n s e c u e n c i a s de tal
cooperación, alguien me recon-
fortó: "Los láseres nunca podrán
ser bastante poderosos como para
ser de uso militar". Y asi, en algún
lugar de nuestra costa califor-
niana, nuestra élite de teóricos en
altas energías pasó parte del
verano pensando en láseres. Y,
desde hace algunos meses, hay
bombas guiadas por láseres sobre
el pueblo dé Vietnam. Pero el
repentino y bien publicitado in-
terés de esos colegas nuestros por
la supervivencia de los flamencos
rosados de la Florida no devolverá
la vida a los vietnamitas (3). En
cuanto a la actitud general del
Instituto para el Análisis de la
Defensa respecto del Tercer
Mundo, puede ser mejor ejempli-
ficada con el título de uno de sus
informes: "Investigación y
Planeamiento para el Desarrollo
de la Conducción de la Guerra en
las Areas Subdesarrolladas del
Mundo". Pero nuestro rol como
científicos no sólo se ha manifesta-
do a través de un laissez-faire, al
no adoptar posiciones durante las
discusiones en nuestras conferen-
cias o mediante contribuciones
concretas para la destrucción de
seres humanos. Se ha manifesta-
do, también, y esto es mucho más
importante, a través de nuestra
colaboración intelectual en la
exportación de ideologías de
opresión y dominación, en des-
parramar a lo largo y a lo ancho el
mito de la división inevitable de la
gente en científicos —superiores—
y profanos, en clases de explota-
dores y explotados, en élites pri-
vilegiadas y masa iletrada. Los
escasos científicos del Primer
Mundo que tratan mediante una
equivocada buena voluntad de
participar en los programas de
educación para los países sub-
desarrollados, han señalado la
futilidad de sus esfuerzos. Physics
Today publicó varios informes so-
bre su actividad docente en India o
Pakistán cuya conclusión prin-
cipal era la pobreza de los
resultados obtenidos.
En primer lugar, se sentían
abrumados por la pobreza que
veían; luego, por la falta de
conexión entre lo que enseñaban y
la miseria humana que los rodea-
ba, y por fin, estaban sorprendi-
dos por el grado de elitismo y culto
de la personalidad que atestigua-
ban sus estudiantes y colegas y el
extremado desdén que aquellos
estudiantes p r i v i l i g i a d o s
demostraban por las necesidades
de su pueblo. Pero lo que nuestros
c o l e g a s no c o m p r e n d i e r o n
frecuentemente fue que su mera
presencia como expertos extran-
jeros, como reverenciados sabios
de la ciencia nuclear, justificaba
tácitamente todo el esquema de la
dominación de clase. Lejos de
combatir el esquema básico de la
desigualdad social, ellos utilizaban
esta situación como una justi-
ficación para su propio trabajo.
Así, Michael Moravcsik escribe en
Minerva acerca de la devoción que
manifiestan los choferes de taxi de
Lahore, Pakistán, cuando se
menciona a Abdus Salam (4); no
comprenden, aparentemente, que
esta forma de temor reverencial
por las élites sólo sirve para que
los pobres acepten sus propias si-
tuaciones oprimidas más fácil-
mente y para que Mr. Salam y
otros pocos puedan continuar
haciendo ciencia e investigación
pura en Trieste; en tanto, un par
de millones de pakistanos del Este
son asesinados por el ejército.
Vayamos más lejos en el
examen del contenido de los
programas educativos de ayuda.
En los primeros años de la década
del sesenta, tan pronto se organizó
el P.S.S.C. (comité para el estudio
de la ciencia física) los expertos
fueron exportados a países donde
el 80 por ciento de la población
anda descalza en aldeas sin
electricidad. El curso del P.S.S.C.,
se da a los maestros que son parte
de la burguesía local, y los
ejemplos de ese curso, en vez de
ser tomados de los choques entre
bolas de billar, son dibujos relati-
vos a los choques entre partículas
nucleares. Así se desvía al audi-
torio de su cultura no tecnológica y
de su medio hasta ciertas últimas
y remotas verdades nucleares, que
ellos no pueden alcanzar, sino
solamente admirar a través de las
descripciones ofrecidas por los
mandarines viajeros, enviados
desde el centro del imperio. Y esto
garantiza el estado de impotencia
de aquellos a los que se está ense-
ñando, impotencia frente a
nuestra civilización tecnológica y
tecnocrática. Los estudiantes no
pueden reproducir • experimentos
con átomos. Sólo pueden admirar
el hecho que los científicos del
Primer Mundo si podemos
hacerlos. Y nos imaginan por esta
razón viviendo en un mundo me-
jor. El resultado de esta expor-
tación directa del relumbrón de la
19
22. La ciencia y la técnica no son neutrales. Suele invocarse a las
computadoras como instrumentos para emerger del sub-
desarrollo. La siguiente es una experiencia que tuvo un es-
tudiante portorriqueño dialogando (¡) con una computadora del
proyecto MAC, desarrollado en el M.I.T. en un programa de
orientación vocacional para alumnos secundarios, tal c o m o lo
relata el periódico The Rican (P. Box 11039, Chicago, 111,
U.S.A.), N° 1, 1971.
La computadora: "Dígame
lo que le pasa".
El estudiante: "Me siento
perseguido y discriminado en
este país".
Computadora: ''Cuénteme
más sobre esos sentimientos"
El estudiante:"Es porque
soy portorriqueño".
Computadora: "¿Es esa la
razón verdadera?"
Estudiante: "Sí".
Computadora: "Ud. es algo
parco conmigo".
Estudiante: "Sin embargo,
esa es la verdadera razón".
Computadora ^'Supon-
gamos que ésa no fuese la
verdadera razón".
Estudiante: "Bien, en ese
caso yo diría que Ud. está
equivocado".
Computadora: "Tal vez sea
su imaginación, podríamos
ambos estar equivocados".
Estudiante: "Ud. está
acusándome de mentiroso.
Parece que no confía en nada
de lo que yo digo. Ud. está
tomando mis objeciones con
ligereza". Aquí el estudiante
insistió. "Volviendo otra vez a
lo que yo estaba diciendo, yo
me siento discriminado en el
Colegio porque soy portorri-
queño".
Computadora:" ¿Es porque
está discriminado en el
colegio por ser portorriqueño
por lo que vino a verme?".
Estudiante: "Sí".
Computadora: "Ud. parece
estar c o m p l e t a m e n t e
seguro".
Estudiante: "Eso es lo que
dicen mis amigos".
Computadora: "¿Qué dicen
sus amigos?".
Estudiante: "Que soy
discriminado porque soy
portorriqueño".
Computadora: "¿Puede Ud.
aclarar eso?".
Estudiante: "Ellos piensan
que soy raro, diferente y
huraño. ¿Qué piensa Ud?".
Computadora: "¿Desde
cuándo se siente raro?".
Estudiante (comenzando a
enojarse): "¿Ud. sabe qué es
un portorriqueño?".
Computadora: " ¿ E s
realmente importante para
nuestro problema?".
Estudiante: "Pienso que es
esencial para mi problema".
Computadora: "Continúe,
por favor. Esto puede ser
interesante".
Estudiante: "Vea Ud. yo
tengo la piel oscura y la
mayoría de las personas la
tienen blanca".
Computadora: "Tal vez
comprendo".
Estudiante: "¿Porqué a la
gente de Norte América le
disgustan las personas de piel
oscura?".
Computadora: "¿Qué es lo
que le sugiere a Ud. esto?".
Estudiante: "Que todos
ellos son personas terribles y
reaccionarias".
Computadora: "¿Le agra-
daría que no fuesen todos
reaccionarios?".
Estudiante: "Mucho".
Computadora: "¿Le im-
porta mucho discutir estas
cosas?".
Estudiante: "¿No lo he
demostrado?".
Computadora: "Esto es
extremadamente interesan-
te".
(Este corto intercambio
debe poner en claro una cosa:
que las actitudes racistas
pueden ser metidas en la
máquina por la opción "de-
fault").
Estudiante: "Volviendo a lo
que estaba diciendo, todos,
todos los blancos están contra
mí".
Computadora: "¿Estaba
Ud. realmente?".
Estudiante: "¿Estaba yo
realmente, qué?".
Computadora: ''¿Si estaba
Ud. realmente qué?".
Estudiante: "Me siento
confundido".
Computadora: "¿Le di-
vierte sentirse confundido?".
Estudiante: "Para nada".
Computadora: "¿Qué es lo
que Ud. piensa sobre si
mismo?".
Estudiante: "¿Habla Ud.
español".
Computadora: "Lo siento.
Sólo hablo inglés."
20
23. inaccesible ciencia moderna, es
que los mejores estudiantes de las
universidades de los países sub-
desarrollados emigran; son
a b s o r b i d o s por n u e s t r o s
programas de investigación pura,
por nuestro selecto way of life; han
sucumbido a nuestra propaganda
intelectual, aún si la propagá-
bamos inconcientemente. Aquellos
que participan de esta fuga de
cerebros sólo pueden sentir
frustración si alguna vez vuelven a
su país de origen. Están allí
completamente aislados. Necesi-
tan los contactos y el nivel de
desarrollo que habían encontrado
en los Estados Unidos y terminan
en tal estado de dependencia que
necesitan implorar dinero para
comprar los equipos nor-
teamericanos.
Mediante ese privilegiado tipo
de educación en el que los hemos
extraviado, garantizamos su
condición de inutilidad hacia su
propio país. Y este no es un
fenómeno poco importante. Va
mas allá de una pura estadística
numérica sobre la fuga de cere-
bros aunque esta es ya por sí
misma bien impresionante. Por
ejemplo, en ciencias médicas, el
número de médicos entrenados en
el Tercer Mundo y drenados luego
a este país cada año es equivalente
al total formado en las quince
mayores escuelas de medicina de
aquí.
Pero uno debe comprender que
los f í s i c o s no participen
necesariamente a sabiendas de
esta gran empresa de imperialis-
mo cultural. En realidad nosotros
somos utilizados; somos utilizados
por los que realmente deciden el
uso del dinero para la ayuda al
exterior, por los Rockefeller, los
Ford y otros. Habiendo sido en-
trenados para considerar la
ciencia como socialmente neutral,
a los físicos les falta el fundamento
político para analizar las
consecuencias sociales de sus
acciones. En sus placenteros via-
jes a tierras exóticas, el profesor
llega a ser un consejero general y
sugiere propuestas para el
desarrollo que son significativas
—piensa— para resolver todos los
problemas. Y aquí encontramos la
gran arrogancia de los expertos.
Una de estas propuestas, llevada
adelante por Stevan Dedijer,
sugiere que cada presidente de
una nación recién independiente,
tenga a su alrededor consejeros
científicos, copiando, supongo yo,
al PSAC (5) que tuvo su hora de
gloria en este país. Análogamente,
Michael Moravcsik, hace algunos
años, desde su oficina en el la-
boratorio de Livermore propuso el
envío de doscientos científicos de
U.S.A. por año a las naciones
subdesarrolladas para ayudarlas.
Pero lo que parece que el olvidó es
que, a través del fenómeno de la
fuga de cerebros, cada año, dos
mil científicos son drenados de las
naciones subdesarrolladas hacia
los Estados Unidos y este número
ha ido creciendo con el tiempo. De
modo que con 200 no se compensa
el saqueo inicial. Mientras tanto,
nosotros, como científicos, con-
tinuamos ayudando a propagar el
mito de que la ciencia es la
solución para todo, como si, el
hecho de que la investigación
científica avance en un país, im-
plicara el desarrollo del mismo y
la libertad de su pueblo. Se ha
probado que esto es falso y aún un
estudio de las Naciones Unidas
acerca de la Segunda Década para
el Desarrollo lo reconoce: "Se sa-
be ahora que el argumento de que
toda investigación beneficia en
última instancia a todos, es falsa".
Embarcarse en tal vía garantiza
solamente la existencia de la
estructura de clases al reforzar la
posición de los privilegiados sobre
los despojos. La ciencia per se, sin
participación en el desafío total a
los sistemas vigentes de explo-
tación de clases puede conducir
sólo el afianzamiento del sistema
existente.
Así hemos sido utilizados.
Hemos sido utilizados para lo que
Eugen Skolnikoff llama "prestigio
y propaganda" en su libro titulado
Ciencia, Tecnología y Política
Norteamericana en el Extranjero
y que Skolnikoff conocía bien: el
pertenecía al directorio del PSAC.
Los nombres más famosos fueron
usados para fines de propaganda,
incluyendo a Oppenheimer, quién
en 1961 fue llevado por América
latina en una gloriosa gira apa-
drinada por la OEA para explicar,
se supone, las bellezas de la
ciencia nuclear. En efecto, este
viaje, que lo convirtió en noticia
de primera plana desde México
hasta Brasil, fue equivalente al
viaje que hicieron los primeros
astronautas a través de los países
subdesarrollados para sugerir,
supongo, la superioridad cósmica
del capitalismo.
Si consideramos nuestra si-
tuación con perspectiva histórica,
podemos decir que los científicos,
en nuestra civilización actual
opresiva, civilización que prosperó
a partir del mercado de esclavos y
persigue la destrucción de Viet-
nam, han desempeñado el mismo
papel que los misioneros religiosos
en tiempos pasados. Ellos eran la
pantalla de humo intelectual, la
cobertura ideológica para la más
brutal empresa de colonización.
Fueron utilizados para enseñar a
los nativos el respeto a los amos.
De hecho, los científicos hoy
perpetúan la opresión del Tercer
Mundo cuando viajan por todos
lados proclamando las promesas
de los nirvanas tecnológicos
futuros; empaquetando dentro de
las maravillas de la ciencia al
orden social capitalista y a la
ideología burguesa.
Y esto no sólo es cierto en el
exterior; es cierto también entre
nosotros, en las cárceles de este
país, pobladas en su mayoría por
gente representantiva del Tercer
Mundo: Negros, Portorriqueños,
Chícanos. En otros tiempos, las
prisiones eran aceptadas por las
condiciones de los ciudadanos
mediante el ¡nvencimiento de
que el bienesU de las almas de los
prisioneros estaba garantizada
por la presencia de un pastor. Hoy,
con nuestra moral materialista-
cientificista, es el dietista de la
prisión el que con su diploma de
científico garantiza aparen-
temente el bienestar físico de los
prisioneros, calmando asi nuestra
repulsión hacia todo el sistema
opresivo.
Nunca es demasiado tarde para
considerar al Tercer Mundo como
poblado por seres humanos y no
como un depósito de donde se
extrae a los estudiantes de alto ni-
vel, para elegir unos pocos de
entre ellos y moldearlos según
nuestra propia imagen tecnoló-
gica. En efecto, ya es hora de
considerar que el objetivo de la
ciencia por la ciencia misma es
obsoleto.
Veamos ahora, juntos, qué se debe
hacer. Si todos estamos de acuerdo
en teoría en que la ciencia para el
pueblo es importante, pongámoslo
en práctica. Continuemos hablan-
do en nuestras clases sobre las
bellezas de la física y la ciencia,
pero vinculándola con sus
consecuencias actuales y buscan-
do las causas profundas de estas
consecuencias. En nuestras in-
vestigaciones dirijámonos hacia
aquellos objetivos que sabemos
pueden servir al pueblo. Actual-
mente se está llevando un
programa en el departamento de
21
24. biología de la Universidad de
Chicago, llamado "Ciencia para
Vietnam" ; escriban y conéctense
con él. Muchas personas han tra-
tado también de discutir el uso de
ultrasonidos para detectar esos
famosos fragmentos de plástico de
las bombas en racimo cuando se
alojan en la carne de los viet-
namitas. Y si ustedes no pueden
obtener una beca para realizar
esta investigación, enfrenten la
situación y lo que ella significa;
discútanlo, griten, vivan.
Pero ningún programa pequeño
aunque bien intencionado puede
ser capaz de cambiar el clima
social en que trabajamos.
Debemos hacer mucho más.
Debemos lograr un cambio total
en nuestras conciencias. Aquí es
donde interviene la actitud de los
chinos a que me referí al
comienzo. Aquí es donde la idea de
servir al pueblo adquiere un
sentido, un preciso y concreto
sentido. Todos sabemos que en
China lo que dice el trabajador y
las críticas del campesino ayudan
al investigador a hallar caminos
útiles dentro de una atmósfera de
respetuosa igualdad. Nuestras
propias motivaciones deben pro-
venir también de la preocupación
por y el respeto hacia todos los
seres humanos; debemos aban-
donar y además combatir la
ideología del social-darwinismo,
debemos combatir su ética de
agresión y competencia que es la
razón última de la explotación del
Tercer Mundo.
Para establecer lo más posible
lo que significa el compromiso de
poner la Ciencia al servicio del
pueblo, consideraré un ejemplo en
el campo de las ciencias médicas.
Comparemos al científico
decorativo que ha producido
nuestro mundo blanco cristiano,
como el Doctor Barnard, de Sud
Africa, transplantador de cora-
zones, con los médicos que el
Tercer Mundo recordará, aunque
sean anónimos. El Doctor Barnard
hace creer a la gente que la ciencia
es buena porque él puede realizar
teatralizaciones individuales (que
finalizan de todos modos con la
muerte del paciente) en tanto que
el Tercer Mundo necesita médicos
que vayan a los pueblos para
enseñar a enfrentar los problemas
cotidianos de la salud, a crear
servicios sanitarios adecuados;
médicos que recorran miles de
kilómetros no en giras de con-
ferencias sino en campañas de
inmunización en gran escala. Y
esto no necesita ninguna exhi-
bición como la que se organizó en
el estadio de Rio de Janeiro para
el Dr. Barnard en tanto la mayor
parte de los asistentes sufrían de
parásitos intestinales.
No piensen que como físicos,
ustedes pueden hallar excusas
para no servir al pueblo, —más
aún, a los pueblos del Tercer
Mundo—, objetando que está
demasiado lejos porque el Tercer
Mundo no está más lejos que la
villa miseria que probablemente
rodea su universidad. En algunas
universidades urbanas algunos
científicos han comenzado con
programas orientados hacia la
comunidad, para ofrecer a la
gente las herramientas • técnicas
que ponen en sus manos un cierto
poder.
Pero tales programas no surgen
del vacio o de una repentina fiebre
de buena voluntad. Ellos dependen
del conocimiento que se tenga de
las fuerzas políticas y sociales que
crearon el ghetto, y que lo man-
tienen. Porque, finalmente, uste-
des serán capaces de contestar
qué es lo que se debe hacer, sólo
cuando hayan reconocido
honestamente que no hay
neutralidad en las acciones
humanas y que, por lo tanto, todos
debemos enfrentar nuestra propia
responsabilidad intelectual.-*.
1. 9 Walden Street, Jamaica Plain,
Mass 02130, USA.
2. Murray Gell-Mann, profesor de
física del California Institute of
Technology, obtuvo el premio Nobel
por sus teorías sobre partículas
elementales.
3. El profesor Goldberger, Chair-
man del departamento de física de la
Universidad de Princeton, después de
dirigir la División Jason del Institute
lor üefense Analysis (IDA), pasó a de-
dicarse a los problemas ecológicos,
luchando, entre otras cosas, contra un
proyecto de aeropuerto en Florida
cuya existencia amenazaría a la fauna
de los pantanos.
4. Físico pakistano que dirige un
instituto de investigación de física
teórica en Trieste, Italia.
5. President's Science Adrisory
Council (PSAC), consejo científico del
Presidente de los Estados Unidos,
creado por J.F. Kennedy y abolido por
Nixon, en el cual participaron con los
más importantes "científicos del
Pentágono".
22
25. Y
CONTRAMEDICINAContinuando la publicación de materiales
que estimulen la discusión acorta de la prác-
t i t a
;v
,l a
«'"señaliza do la medicina. ( I I ( I
M UVA «IVoco 011 osto número un reportaje al
doctor Carlos Eduardo (Hannaiitoiiio, del
Hospital do Niños do Buenos Aires, v un ar-
tículo profusa ni cuto documentado sobro
migración do módicos a los Estados l uidos.
I <»s artículos publicados hasta ahora sobro
osto problema, junto con otros, referentes en
su mayoría a problemas nacionales de asis-
tencia módica, sanidad o investigación
biomódica, aparecerán próximamente en un
libro .del editorial CIENCIA NUEVA, CON-
TRAMEDICINA, Elementos para un pron-
tuario de la medicina actual.
Daniel J. Goldstein
26. La migración de médicos
hacia Estados Unidos
Thomas D. Dublin
El total disponible de médicos en los
Estados Unidos incluye actualmente a
más de 63.000 profesionales graduados en
el extranjero. Estos constituyen la quinta
parte de los médicos en ejercicio, cerca
de un tercio de los internos y residentes
en hospitales y una proporción similar de
los recién egresados.
En los últimos diez años el numero de
médicos graduados en el exterior que
ingresaron al país creció a un ritmo más
rápido que la cifra correspondiente a la
producción local de estos profesionales.
Las naciones subdesarrolladas, par-
ticularmente aquellas del Extremo
Oriente, se han convertido en las prin-
cipales fuentes de abastecimiento de ese
personal. Por otra parte, muchos médicos
que visitan los Estados Unidos como
becarios de los programas de intercam-
bio, suelen quedarse definitivamente en
el país.
La formación educacional básica
impartida en algunos países no es equi-
valente a la que brindan las escuelas
norteamericanas y el perfeccionamiento
ofrecido en los Estados Unidos a los
médicos extranjeros tampoco es apropia-
do para sus necesidades.