Jesús se presenta a sí mismo como el Buen Pastor, quien da su vida por sus ovejas y las conoce personalmente. Los primeros cristianos lo representaban como un pastor cargando una oveja, mostrando su cercanía y protección. Un buen pastor conoce y ama a cada oveja, a diferencia de un asalariado que abandona el rebaño ante el peligro.
Reflexión La Alegría de la Caridad 22 de abril 2018
1. PASTORES SEGÚN EL CORAZÓN DE DIOS.
“En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor
da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el
dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se
arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el Buen Pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así
como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas.
Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga
también a ellas, escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, yo la
doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar.
Este es el mandato que he recibido de mi Padre”.
1.- Cuando los hombres nos hemos puesto a construir imágenes de Dios,
normalmente nos suelen salir muy mal.
Algunos han pensado que Dios está sentado en un mullido sillón de nubes:
ellos han querido hablar de un Dios majestuoso y referirnos al Dios
omnisciente, es decir, el que lo sabe todo, pero resulta que les salió un Dios
“lejano, distante”.
Otros han tenido la brillante idea de plasmar un gran ojo en medio de un
triángulo para hablarnos de la omnipresencia de Dios, un Dios que está en
todas partes; y el resultado ha sido un Dios detectivesco, que nos produce más
miedo que confianza.
Finalmente, otros han querido corregir estas apreciaciones pensando en que
una mano es la mejor expresión de la divinidad, para con ello pensar en el
poder y su facultad creadora, pero pareciera que esa mano resultó ser más una
mano ejecutora que una mano que acaricia a los hombres.
Jesús, que conocía muy bien el corazón del hombre y las ansiedades y
necesidades que en él se producen, nos quiso dar una imagen inigualable de
Dios; lo presentó,... mejor dicho Él se presentó a sí mismo como el Buen
Pastor.
2.- Hay dos momentos en que Jesús quiso servirse de la imagen del Pastor
para hablar de Dios. Cuando quiso referirse a la misericordia que brota del
corazón de Dios, lo insinuó como un pastor que en medio de la noche deja a las
demás ovejas y va en busca de la oveja perdida.
En otra oportunidad, que es la que nos refiere el Evangelio del día de hoy,
Jesús dijo que Él era un buen pastor que conocía a todas las ovejas, y que las
llamaba por su nombre.
2. 3.- ¿Sabes? En las catacumbas de Santa Priscila, lugar al que llegaban a
descansar los restos mortales de los primeros cristianos para esperar recibir allí
corporalmente el regalo de la resurrección, lugar en el que los primeros
cristianos utilizaban para celebrar la liturgia del cristianismo,... ¡sí!, utilizaban
ese lugar a causa de la persecución a que eran sometidos pero también,
porque en su martirio contemplaban el triunfo de Jesucristo, muerto y
resucitado por todos los hombres;... allí en las catacumbas de Santa Priscila, en
Roma, se encontró que los primeros cristianos habían grabado en las paredes
la imagen de un fornido pastor, que llevaba una oveja sobre las espaldas. Así
les gustó a los primeros cristianos de las catacumbas –perseguidos y
marginados- imaginar y recordar a Jesús. Cada uno de ellos se sentía como
esa oveja. Eran llevados sobre los hombros de Jesús y por eso se sentían muy
seguros. Cuando Jesús se presentó como Buen Pastor, quiso que lo
sintiéramos así: vivo, amoroso, cercano y con ese Pastor responsable que no
deja las ovejas solas en el peligro, sino que las carga sobre los hombros y las
lleva a “verdes prados y aguas tranquilas”. Cuando nos lleguemos a sentir
como esas ovejas sobre los hombros de Jesús, sabremos de verdad, cómo es
Dios, y nuestros temores se los llevará el viento.
4.- La vida y la entrega de Cristo ha sido la expresión más pura de aquellas
características que Él mismo nos propuso como descriptivas del ser y del
quehacer del Buen Pastor: escuchar, conocer, seguir, dar la vida, evitar que
sean arrebatadas.
Y aquí está la diferencia y la solución a nuestros problemas: Dios conoce las
ovejas y ama a cada uno personalmente. Se trata de la respuesta que brota de
la fe para solucionar el problema de la soledad y la ansiedad.
Las dos cualidades del Buen Pastor son el conocimiento personal íntimo de sus
ovejas y ese amor único que se convierte en la voluntad de protegerlas aun a
costa de su propia vida. Conocimiento y protección son las dos cualidades que
Jesús reivindica para sí y que pide a todos aquellos que de una o de otra
manera ejercemos el oficio de pastores en la Iglesia, aún pensando que la
porción de su rebaño se circunscriba al espacio físico de tu propia casa.
El conocer no es tan sólo una pura información intelectual. El conocer engloba
los conceptos de intimidad y relación personal. El conocimiento es algo íntimo,
personal y profundo. Es esto lo que le lleva al Señor al conocimiento de
nuestras debilidades, necesidades y buenos deseos... antes de que se los
expongamos.
5.- Vivimos en esta sociedad tecnificada en la que el hombre se ha
convertido en una clave, en un número, un código o en un caso.
3. En esta sociedad en donde los nombres ya no importan, tanto en la escuela
como en el trabajo o en el hospital, debemos escuchar el mensaje de Aquel
para quien seguimos y seguiremos siendo personas.
El Señor nos invita para que reconozcamos a los otros como “personas”, esto
es un hecho de grandes consecuencias que nos conducirá demasiado lejos,
incluso hasta el umbral de la verdad suprema. El reconocer al hombre como
persona significa respetar la propia y la ajena inviolabilidad, darle un espacio a
nuestra dignidad, reconocer el valor de la individualidad, respetar la interioridad
de cada uno y garantizar el ejercicio de la libertad.
Cada oveja es distinta, cada una tiene cualidades y cada una tiene necesidades
distintas.
Y esto nos dice tanto a todos... Somos tantos los que estamos enterados de
todo, pero ni siquiera imaginamos aquello que en este momento le quita el
sueño a nuestro padre, no conozco acerca de la enfermedad que aqueja a mi
madre, ni siquiera te has enterado que tu hijo está pasando por momentos
sumamente complicados.
Hoy el hombre se ha alegrado de descubrir rasgos de vida en Marte. Es
curioso, buscamos vida en Marte a 320 millones de kilómetros cuando no hay
vida en nuestras propias casas.
Hoy, nos hace falta la cercanía, lo cual nos dará los elementos del conocimiento
personal.
6.- Muy queridos hermanos:
El Evangelio del día de hoy, nos muestra a Jesucristo como el Buen Pastor no
tan sólo para que admiremos la bondad y el amor del Señor sino para
presentárnoslo como ejemplo a seguir por todos los que tenemos una autoridad
sobre los demás.
Recuperemos el modelo para que revisemos nuestro ejercicio:
En el ideal cristiano: No hay peligro que le pase a las ovejas, que no lo sufra
primero el pastor. Y lo peor de todo es que el día de hoy nuestros rebaños se
han dispersado, las ovejas caminan solas.
El buen pastor camina delante de las ovejas, porque es aquel que vive lo que
pide, sin embargo nosotros solemos separar lo que enseñamos de lo que
vivimos y entonces vamos perdiendo la autoridad.
Para el Buen Pastor cada oveja es importante, cada oveja es única e irrepetible.
El buen Pastor deja las ovejas en un lugar seguro y se dispone a buscar la que
se le perdió.
El día de hoy, parecería que los pastores lejos de querer dar la vida por las
ovejas, estamos pidiendo la vida de las ovejas, sobre todo en una subcultura o
4. contracultura de lo deshechable en donde la vida desde su misma gestación va
a parar al bote de la basura.
No sé si alguna vez hayas escuchado el siguiente texto que escribe Edgar
Guest:
"¿Cuánto cuestan los bebés?"
me preguntó el otro día.
"Cuestan mucho -respondí-,
mucho viguilar la cuna,
muchas horas de vigilia,
muchos dolores y aflicciones,
muchos sustos y temores,
y lágrimas que vertemos
para pagar nuestros niños,
pero el precio es merecido."
7.- Al que es mal pastor lo único que le preocupa es la propia gloria y el
propio interés y esto es lo que transforma al pastor en mercenario.
Para hablar de los mercenarios tendríamos que pensar no tan sólo en el dinero,
sino en esos momentos en que se piensa sólo en el prestigio personal, el éxito
y la popularidad, esas lecturas del propio papel con clave de poder y de
dominio, cuando en vez de servir se sirve de las personas, cuando las ovejas
se vuelven instrumentos para los propios fines.
Quienes contemplan su vida y sus compromisos al frente de una porción del
rebaño de Dios como Vocación son los que pueden vivir plenamente su ser
pastores, los que lo ven como una Profesión se convierten automáticamente en
mercenarios.
El asalariado... abandona las ovejas cuando ve venir el lobo y huye; y el lobo
hace estragos y las dispersa.
El lugar del padre es insustituible, puede haber subsidiaridades pero nunca se
compararán con la función de los que deben asumir la guía del rebaño.
La grey, es decir la porción del rebaño, se alimenta sobre todo de nuestra
disponibilidad a “dar la vida”.
Se conocen nuestras ovejas y nos identificamos como pastores en el momento
en que uno es capaz de pagar ese precio. Si las ovejas no valen nuestra vida,
el primero que se ha equivocado es aquel que usurpa el lugar del Buen Pastor.
Estar activo en la obligación un rato, ¡es fácil!, porque a todos nos alcanza el
corazón para emocionarnos y comprometernos por un momento. Lo difícil es
estar activo de tiempo completo, en una actividad, en ocasiones frenética, por
dar y darse a cada momento, por amor a Dios a los demás.
5. Lo que distingue al Pastor del Asalariado es el amor y la duración en lo que se
realiza. El Pastor hace las cosas de tiempo completo, sin horario y sin
condiciones temporales ni de ningún otro tipo. El asalariado tiene sus turnos,
tiene sus vacaciones, espera su recompensa monetaria, piensa sólo en sus
beneficios y no llega comprometerse del todo.
¿Cuántos de nosotros, cuántos de los que estamos presentes parecemos más
asalariados que buenos pastores para los que se nos confiaron?
PASTORES GRADUADOS.
“Yo soy el Buen Pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así
como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis
ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las
traiga también a ellas, escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.”
1.- Escribía Santo Tomás de Aquino hace ocho siglos en su Comentario a
este Evangelio de San Juan que hemos leído en este domingo:
“A los pastores que apacientan rebaños de ovejas no se les exige exponer su propia vida
a la muerte por el bien de su rebaño; pero en cambio, el pastor espiritual sí que debe
renunciar a su vida corporal ante el peligro de sus ovejas, porque la salvación espiritual
del rebaño es de más precio que la vida corporal del pastor”.
Coincide el eximio doctor de la Iglesia con la enseñanza de San Agustín
pronunciada ocho siglos antes que él y dieciséis siglos antes que nosotros:
“El amor del que apacienta las ovejas del Señor debe ser tan grande que sea capaz de
vencer incluso el temor natural de la muerte, que hace que nos resistamos a morir aun
cuando deseamos vivir con Cristo”.
2.- Muy queridos amigos:
En este domingo, en el que el que la Iglesia consagra su reflexión al Evangelio
que nos habla de Jesucristo Buen Pastor, es conveniente invitarlos a elevar a
Dios una plegaria para pedir que siga iluminando y asistiendo a nuestro
Arzobispo Don Rogelio Cabrera López, así como lo hizo con nuestro anterior
Pastor Don Francisco Robles Ortega; al mismo tiempo, en la coherencia, en la
justicia y en permanente gratitud debemos seguir pidiendo a Dios por el eterno
descanso de Don Adolfo Antonio Suárez Rivera.
El pasado 5 de Diciembre de 2014 celebramos el segundo aniversario de la
toma de posesión pastoral de Don Rogelio. Debemos agradecer por la
bendición de un sucesor de los apóstoles
Resulta necesario, que hoy invite a los fieles de nuestra comunidad diocesana
de Monterrey para que continuemos elevando nuestra oración piadosa, por
aquél que ha sido investido con la túnica del Pastor y a quien Cristo le ha
confiado la porción de su rebaño que peregrina en estas tierras regias.
6. Así mismo, al meditar este Evangelio que nos muestra el semblante de Cristo,
Buen Pastor, Dios verdadero, manifestamos reconocer en nuestro arzobispo el
rostro del Buen Pastor, a imagen de Cristo, y que ha venido a ofrecer al rebaño
de Jesucristo: su jovialidad, su sabiduría, su ecuanimidad, su educación, su
buen ánimo, su nobleza, su sencillez, su magnanimidad..., en fin, todos esos
talentos con que Dios le dotó en lo personal y especialmente esas gracias
conferidas por el Buen Pastor para que él sirva mejor a su pueblo santo.
Es necesario, que todos y cada uno de nosotros cristianos católicos seamos
conscientes de que Don Rogelio Cabrera López, sucesor de los apóstoles,
participa de la plenitud del sacramento del orden, y que él es principio y
fundamento visible de la unidad en esta Iglesia de Cristo que se santifica en
Monterrey, y que ha sido confiada a su servicio pastoral.
3.- La congruencia exige que este y todos los días oremos por aquel que es
presencia viva y actual de Cristo “Esposo, Pastor, Siervo y Obispo” de nuestras
almas.
Elevemos una súplica a Dios por aquel que también es el ecónomo de la gracia
del supremo Sacerdocio, y que Dios le permita ordenar muchos nuevos y muy
santos sacerdotes para nuestro pueblo que ha sido llamado a la santidad.
No olvidemos que son nuestros obispos aquellos que orientan todo su
ministerio de evangelización al servicio de la esperanza en el corazón de los
hombres.
En su rostro percibimos la imagen de la bondad del Padre, al mismo tiempo que
nos hace presente a Jesucristo como Buen Pastor.
Somos conscientes de que él ha recibido la plenitud del Espíritu Santo, y que es
por este Espíritu, por el cual seguirán emergiendo en su vida todas las
enseñanzas cristianas e iniciativas ministeriales.
4.- Hoy, domingo del Buen Pastor, quiero invitar a esta grey amada, al pueblo
santo de Dios para que eleve también una plegaria al Señor por sus pastores
en general.
Les invito a elevar una súplica, puesto que estoy convencido de que Don
Rogelio necesita de la asistencia de Dios para amar más la salvación de las
ovejas que la propia vida.
Ruego a Dios por aquel que también tiene la misión de guardar silencio con
discreción cuando es necesario y tiene la obligación de hablar cuando sea útil,
de tal manera que nunca diga lo que tiene que callar ni deje de decir aquello
que debe manifestar.
Hoy, quiero pedirle a Dios por aquel que mucho antes de tener su prioridad en
el querer ser amado por sus ovejas debe buscar el ser amado por Dios, para
7. que así en la fidelidad del servicio a Dios no tema perder el afecto temporal de
los hombres.
Hoy, elevo también una súplica por aquel que debe orar sin cesar y que debe
buscar el ser ministro de la unidad en medio de la diversidad de los dones y los
carismas. Este es su ministerio a favor de la comunión.
Elevo mis intenciones a Dios por aquel que en su ministerio no debe ser un
centinela silencioso ni un Mercenario que huya atemorizado por el lobo, sino
que, al igual que Cristo, debe ser un pastor en acecho, espabilado, velando
sobre el rebaño del Señor.
Pido a Dios por aquel que siendo el pastor del rebaño de Cristo debe vigilar que
todo se haga con su autorización, pero que él mismo no debe hacer nada en su
vida ministerial sin consultar a Dios y pedirle en la oración su propia
autorización.
Ruego por aquel que, en medio de nuestra comunidad diocesana, se sabe
cristiano y obispo. Y que sabe que el ser cristiano se le ha dado como un don
propio; y que el ser obispo, en cambio, lo ha recibido como un don para el bien
de su pueblo.
Pido, este día, y les invito a orar por aquel que en su condición de cristiano
debe pensar con seriedad en su propia salvación; y que en su condición de
obispo deberá ocuparse de la salvación de todo el rebaño.
Oro esta tarde, por aquel que, tal como lo dice san Agustín, debe saberse que
es pastor y no solamente un custodio de paja, no solamente un espantapájaros.
Los espantapájaros son puestos en el campo de la siembra para evitar que las
aves se coman los granos, pero el pastor debe de guiar, predicar, corregir,
reprender y correr todo tipo de riesgos.
Le pido a Dios por Don Rogelio que ha venido a una sociedad como la nuestra
que pareciera que no pocas veces prefiere más los espantapájaros de adorno
aún sobre los verdaderos pastores del rebaño del Señor, que quieren ministros
ornamentales y no celosos custodios de la verdad.
5.- Considero oportuno el que, en este domingo de Jesucristo Buen Pastor,
también profundicemos en torno al ministerio de los sacerdotes que hemos de
colaborar cercanamente con aquel que lleva en su mano el cayado del Pastor
Bueno.
Es conveniente, que en este domingo que es jornada universal de oración por
las vocaciones sacerdotales, le pidamos a Dios que a los sacerdotes de
nuestras distintas comunidades parroquiales y de nuestro seminario, a los
seminaristas de nuestra casa de formación y a todos los jóvenes que tienen
inquietud por la vida ministerial a favor del pueblo de Dios, nos ayude a
entender:
8. Que los pastores no podemos ni debemos estar separados del rebaño, sino que
formamos parte de él, sometidos a todas y cada una de las exigencias de la
vocación cristiana.
Que el sacramento colectivo del sacerdocio bautismal exige ministros que lo
concreten en cada tiempo y lugar, y cuya tarea será construir el templo
espiritual para santificar a la humanidad y al mundo.
Que los ministros ordenados, en la Iglesia Católica, somos instrumentos vivos
de Cristo mediador y no solamente delegados de un pueblo sacerdotal.
Que el sacerdocio ministerial se ubica entre el sacerdocio de Cristo y el de los
bautizados, que nos coloca ante los bautizados como servidores y ante Cristo
como sus instrumentos.
Que lo sacerdotal de nuestra actividad no está única y sencillamente en las
funciones y servicios, sino en nosotros mismos.
Que nuestra labor solamente podrá ser auténticamente sacerdotal, a imagen de
la de Cristo, si la realizamos con la dedicación de nuestra propia persona.
Que nuestra participación del pastoreo sacerdotal de Cristo está caracterizada y
penetrada por la muerte en la cruz.
Que nuestro ministerio, exige que nuestro vivir sea una vida dominada por
Cristo como centro de gravedad de todas y cada una de nuestras acciones.
Que nuestro testimonio de Cristo solamente podrá nacer de la profundidad de la
unión con Él.
Que cuanto más nos desprendamos de nosotros mismos para dejar lugar a
Cristo en nosotros, tanto más se hará Cristo visible, a través de nosotros, en
medio de la comunidad.
Que nuestro celibato sacerdotal debe ser una expresión de un servicio
incondicional a nuestro pueblo sacerdotal, caminando sin reservas tras las
huellas de Cristo.
Que seamos conscientes de que nuestra opción celibataria por amor a Cristo,
solamente será fruto de una decisión de fe y de una experiencia de la gracia de
Dios.
Que nuestro ministerio sólo puede hallar su culminación allí en donde la Iglesia
alcanza también su punto culminante: la celebración de la Santísima Eucaristía.
Que recordemos que gozamos de la amistad de Cristo, porque nos ha revelado
sus misterios y por el don de su entrega en la cruz.
En fin, el día de hoy le pido a Dios nuestro Señor, que ilumine el corazón de
nuestros jóvenes, para que así puedan responder con la generosidad a la
generosidad que Dios, Buen Pastor, ha tenido para con ellos.
9. LA VOZ DEL PASTOR.
“ Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las
traiga también a ellas, escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, yo la
doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar.
Este es el mandato que he recibido de mi Padre”.
1.- Muy querido amigo:
Desde que en los inicios de esta semana leía y meditaba el texto de la Palabra
de Dios, no pude evitar que me asaltara en la memoria el recuerdo de aquella
Rima Sacra XIV de Don Félix Lope de Vega, ¿la recuerdas?:
Pastor que con tus silbos amorosos
Me despertaste del profundo sueño;
Tú, que hiciste cayado de ese leño
En que tiendes los brazos poderosos.
Vuelve tus ojos a mi fe piadosos,
Pues te confieso por mi amor y dueño,
Y la palabra de seguirte empeño
Tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, que por amores mueres,
No te espante el rigor de mis pecados,
Pues tan amigo de rendidos eres.
Espera pues, y escucha mis cuidados;
Pero; ¿Cómo te digo que me esperes,
Si estás para esperar los pies clavados?
2.- La vida y la entrega de Cristo ha sido la expresión más pura de aquellos
cinco verbos que encarnan esas cinco características que Él mismo nos
propuso como descriptivas del ser y del quehacer del Buen Pastor: amar,
conocer, caminar adelante, llamar por su nombre, y dar la vida por las ovejas.
No obstante quisiera agregar un factor que el Evangelio del día de hoy nos
muestra y para ello te quiero compartir una escena inolvidable de mi propia
vida. Hace poco unos 12 años.
En mi anterior Parroquia llevábamos alimentos a los hospitales cercanos: 33, 2
y Gine. Procuramos que todos los grupos de la parroquia tuvieran esta
experiencia, pero que los sacerdotes les acompañemos, ya que un servidor en
sus sutilezas mentales suelo distinguir entre el mandar y el llevar,… y es que
considero que mucho más que mandar alimentos debemos llevar alimento a
nuestros hermanos, y así junto con el ofrecimiento del alimento material ofrecer
el pan de nuestra presencia. Mandar es relativamente fácil,… pero llevar…
10. Un viernes llegué a la clínica dos y el guardia me dijo que en Urgencias estaba
una persona que quería platicar con un sacerdote y que él le dijo que los
viernes a esa hora solíamos ir de la parroquia. Me advirtió que la persona no
veía al ser invidente. Llegué al cubículo dos en Urgencias y allí estaba ella,
quien volteo sus ojitos blanquecinos a todos lados al escuchar los pasos de una
persona. Un servidor pudo ver la relación escrita que ponen en la cabecera del
enfermito en el que se nos indica el nombre, la fecha de ingreso, la especialidad
médica que le atiende así como el nombre del especialista,… por lo que al
saludarle pude decirle sin preguntarle como se llamaba: ¿Cómo está Sarita?...,
y ella me respondió sin preguntar mi nombre y sin poder verme: ¡Muy bien,
padre Rogelio Narváez Martínez!… Yo le pregunté: ¿cómo es que sabía mi
nombre? y ella me dijo: mi hermana y yo lo escuchamos todos los domingos por
la T Grande, cuando le diga a mi hermana que el padre Rogelio Narváez
Martínez en persona me vino a ver, no me lo va a creer…
Esa noche era yo el que no podía conciliar el sueño de la emoción que me dio
Sarita al reconocerme por la voz.
3.- ¿Sabes? El día de hoy, quisiera no perder la oportunidad de hablar sobre
un corazón que suele llegar a amar con los mismos sentimientos de Aquel que
es el Buen Pastor: el corazón materno y paterno.
¿Cómo ser buenos pastores hacia el interior de la familia? Tú bien sabes que
para cuidar a estas ovejas no basta con darles comida, vestido y escuela.
Cuando llegan los hijos, los padres se preguntan si como buenos pastores
serán los mejores educadores, si los formarán integralmente para hacerlos
hombres o mujeres de bien.
Aquí tenemos que recordar que los padres son los principales educadores de
sus hijos. Ellos tienen el poder de influir en el carácter de un niño para bien o
para mal. Es cierto que no es la única influencia que tiene el niño para
desarrollar su personalidad, también están la escuela, su grupo de amigos, la
comunidad de fe y la comunidad en general, que marcarán alguna huella en su
manera de ser, pero sin duda, la familia es quien influye de manera
trascendente en cada uno de sus miembros. En muchos lugares los hijos se
informan pero sólo en la familia reciben verdadera formación.
Pensemos en el tipo de carácter que esperamos que desarrollen los hijos
cuando lleguen a su madurez. ¿Serán adultos competentes, responsables y
confiables? ¿Serán buenos esposos o esposas, y serán buenos padres de
familia? ¿Sus matrimonios serán felices y duraderos? ¿Podrán atravesar los
cambios bruscos de la adolescencia y salir fortalecidos?
Aunque no se nace sabiendo ser padre, ni podemos controlar lo que los hijos
llegarán a ser, se tienen muchas oportunidades de influir en su desarrollo. Para
usar la influencia como padres al máximo, se necesita ver hacia el futuro y
11. trabajar ahora para dejar las mejores bases para su crecimiento como personas
íntegras. Afortunadamente, hay muchas investigaciones en el desarrollo infantil
que nos ayudan a conocer lo que los pastores efectivos han realizado en la
educación de sus hijos.
4.- Hablando de Buenos Pastores en nuestras casas, te comparto una
investigación realizada por Tomás Lickona en donde nos muestra las diez
actitudes que los padres hacen para promover la educación integral de sus
hijos y conducirlos por el camino que los lleve a ser mejores personas.
Primero: los padres que son buenos pastores aman a sus hijos y los proveen de
un ambiente estable y seguro. El amor de los padres ayuda al niño contra su
autodestrucción, por ejemplo, ingerir drogas o alcohol. El amor provee a la
oveja con un ambiente seguro y estable en el cual desarrollarse.
Segundo: Los padres que son buenos pastores promueven el respeto mutuo.
Una de las lecciones morales más importantes que un padre puede enseñar es:
Haz a los otros lo que te gustaría que te hicieran a ti.
Tercero: Un buen padre controla el uso de los niños sobre los medios de
comunicación. Están alerta de la influencia de los medios y los utilizan de
manera proactiva.
Cuarto: Un buen pastor en la familia enseña con su ejemplo. Enseñar con el
ejemplo va más allá de tratar bien a los hijos, el comportamiento se ve reflejado
también en el trato con el o la cónyuge, demás familiares y personas alrededor.
Quinto: Los pastores buenos enseñan directamente por medio de la
explicación. Enseñar directamente y no con rodeos es muy importante. Esto
implica muchas veces el explicar porqué algunas cosas están bien y otras mal.
Sexto: El buen pastor del matrimonio utiliza el cuestionamiento para promover
el pensamiento moral de sus hijos, pues fomenta que los niños se detengan y
piensen en sus acciones.
Séptimo: Los padres buenos que emulan al Buen Pastor delegan a sus hijos
verdaderas responsabilidades. Los niños son responsables si se les dan
responsabilidades. Proveer a los niños oportunidades en donde desarrollen el
hábito de la responsabilidad.
Octavo: Los pastores domésticos ayudan a sus hijos a proponerse metas. Es
importante que se ayude a los hijos a pensar en algo que quieran alcanzar y
qué medios pueden utilizar para lograrlo. Así ellos encontrarán sentido en la
vida y algo por qué luchar.
Noveno: Los pastores efectivos son exigentes en su disciplina. La autoridad
adulta, propiamente ejercida, es vital para el desarrollo sano del niño.
Recordemos que no hay familias perfectas ni hijos perfectos, la clave para ser
12. una familia feliz está en la manera en que resuelven sus problemas y enseñen
a resolver los problemas.
Décimo: Los pastores buenos fomentan el desarrollo espiritual de sus hijos. Los
padres tienen la responsabilidad de enseñar a los hijos el por qué de la
existencia humana, las razones por las que debemos vivir de acuerdo con las
normas morales y las tradiciones y rituales que enriquecen la vida espiritual de
la familia.
5.- Muy queridos amigos:
Junto con la reflexión anterior, elevo a Dios nuestro Señor, una oración especial
por las madres de familia.
Resulta verdaderamente lamentable, el hecho tan real de la ingratitud,
especialmente cuando la cometemos contra aquellas personas que nos han
dado todo. Somos carne de su carne, sangre de su sangre, herencia de su
herencia. Ellos nos dieron la vida y muchísimo más que la vida.
Es lamentable que cometamos cada injusticia con ellos. Y la peor injusticia en
nuestra vida es esa ingratitud y esa falta de correspondencia a aquello que se
hizo, o que se hace por nosotros.
Resulta entristecedor, encontrarnos con situaciones en las que una persona
puede gastarse y desgastarse por nosotros y; de nosotros, no recibe sino
indiferencia, o en ocasiones, nuestro olvido y rechazo.
No es que la persona haya hecho las cosas con el afán de la retribución, no se
trata de pagar, puesto que hay cosas que con nada se pagan. Se trata de un
trato humano y cristiano en la vida, se trata de correspondencia
6.- Cómo sacerdote, yo nunca les diría a unos padres de familia que se dejen
de preocupar por sus hijos, ¡lejos de mí el hacerlo!, lo que sí digo es que los
hijos debieran preocuparse de la misma manera, a favor de los padres. Así
mismo, no me pasaría por la mente el decirle a una esposa cristiana que deje
de tener atenciones por su esposo, ¡jamás! lo que sí tengo que decir es que el
esposo debería ocuparse y preocuparse en la misma intensidad por su esposa.
7.- Me parece, que en ocasiones tenemos un pensamiento confuso sobre las
virtudes cristianas que debemos poner en práctica. Hay personas que piensan
que con los padres se practica la virtud de la caridad. No estoy totalmente de
acuerdo con ello.
Estoy profundamente agradecido por tantas bendiciones que Dios me dio a
través de Virginia, mi madre, y de Francisco, mi padre.
Así mismo, estoy convencido que, alimentar a quien me alimentó, cuidar a
quien me cuidó, besar la frente de quien besó mi frente, desvelarme por quien
13. se desveló por mí, preocuparme por quien tanto se preocupó por mí no es, en
modo alguno, una obra de caridad, sino una obra de justicia.
LA IMAGEN CRISTIANA DE DIOS.
“En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor
da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el
dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se
arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.”
1.- Queridos amigos:
El jueves santo del año 1992, que era a la sazón el día 16 de abril, el entonces
y muy querido Santo Padre Juan Pablo II, citando el texto del Profeta Jeremías
(3,15): “Os daré Pastores según mi corazón”, nos entregó un bellísimo
documento sobre el sacerdocio ministerial, que era el fruto del trabajo realizado
por la Octava Asamblea Sinodal Ordinaria de los Obispos, la cual se llevó a
cabo en la ciudad de Roma del 30 de Septiembre al 27 de Octubre de 1990.
En esta exhortación post-sinodal enfatizaba la importancia del ministerio
sacerdotal: “... sin sacerdotes la Iglesia no podría vivir aquella obediencia
fundamental que se sitúa en el centro mismo de su existencia y de su misión en
la historia, esto es, la obediencia al mandato de Jesús ”Id, pues, y haced
discípulos a todas las gentes” (Mt 28,19) y “Haced esto en conmemoración mía”
(Lc 22,19), o sea, el mandato de anunciar el Evangelio y de renovar cada día el
sacrificio de su cuerpo entregado y de su sangre derramada por la vida del
mundo”.
2.- El día de hoy, en que San Juan nos presenta el texto sobre el Buen
Pastor y cuando la Iglesia en las mociones del Espíritu Santo ya ha elegido y es
conducida por el sucesor 265 del Pescador de Galilea, es adecuado que
reflexionemos sobre los motivos por los que el Buen Pastor ha querido dejar al
frente de su rebaño a hombres como san Pedro y los otros apóstoles, y así a
sus sucesores el Papa y los Obispos, y como colaboradores a aquellos a
quienes se nos ha confiado indignamente el Sacramento del Orden Sagrado en
otros grados.
Importante será también, el no perder de vista, el cómo Jesucristo con su
regreso al seno del Padre no ha querido que se termine su obra al frente de sus
fieles, y es esto lo que nos puede ayudar a comprender que tampoco con la
muerte de san Pedro, ni con la muerte de los otros apóstoles se puede extinguir
la obra del Pastor supremo, que se sigue extendiendo en los sucesores del
Pescador y del Colegio Apostólico.
El Señor quería que mientras que hubiera un ser humano sobre la faz de la
tierra hubiese un hombre que le ofreciese el mensaje y el contenido mismo de
la salvación que Cristo ha traído al mundo. Mientras no falte el rebaño de Cristo
14. sobre algún lugar de este mundo no deberá faltar un hombre que pueda ser
instrumento del Pastor a favor de sus ovejas.
3.- A este ejercicio eclesial, bajo la acción de la gracia de Dios, de proveerle
a la grey de Cristo de sus ministros le hemos llamado Orden Sagrado. El
Sacramento del Orden Sacerdotal está ordenado a la salvación de los
hermanos, ya que el varón bautizado que recibe este sacramento posee una
misión particular en la Iglesia, a favor de los hombres, y contribuye a la
edificación del Pueblo Santo de Dios. Se trata del Sacramento, a través del
cual, la misión confiada por Cristo a sus apóstoles sigue siendo ejercida en la
Iglesia hasta el final de los tiempos.
Al acto sacramental que incorpora al orden de los Obispos, de los Presbíteros y
de los Diáconos se le llama ORDENACION, pues confiere un don del Espíritu
Santo que permite ejercer un poder sagrado que viene de Cristo a través de su
Iglesia. Se le llama también CONSAGRACION porque es un “poner aparte” y
un “investir” por Cristo mismo a favor de su Iglesia.
4.- A lo largo de la rica historia de nuestra Iglesia, el ministro ordenado ha
recibido diferentes denominaciones y, en cada una de ellas se manifiesta parte
de la misión que se contrae al recibir la Ordenación Sacerdotal.
No obstante, el contenido y el semblante del Buen Pastor es una de las
imágenes más solicitadas para hablar del sacerdocio en las obras eclesiales.
Profundicemos en esta imagen sugerente del sacerdocio ministerial.
5.- Jesucristo es, sin lugar a dudas, aquel en quien la imagen bíblica del
Buen Pastor alcanza su pleno sentido. El es quien conoce, ama, llama por su
nombre, camina delante, carga sobre sus hombros, apacienta, y da la vida por
sus ovejas.
Los apóstoles, sus sucesores que son el Papa y los Obispos, y los presbíteros,
han sido puestos por el Señor para apacentar a su grey. Ellos deben practicar
el pastoreo no como dominadores sino en el servicio a los demás. Se trata de
Cristo mismo que quiso darnos buenos pastores para que en su nombre
cuidaran de su Iglesia hasta el fin de los tiempos.
A imagen de Cristo, Buen Pastor, los Sacerdotes deben de atender a los fieles
cristianos. ¿Cuáles son las cualidades de aquellos que quieren ser un Pastor
Bueno a imagen de Cristo?
Para conocerlas nos bastaría leer y meditar el capítulo 10 del Evangelio de San
Juan que hoy se ha iniciado: caridad sin límites, la misericordia, la comprensión,
la perseverancia, el consejo, la persuasión, la autoridad, la obediencia total y
delicada, el silencio discreto y la palabra oportuna, inteligencia, humildad,
mansedumbre, el corazón indiviso del celibato para dedicarse a todas y cada
15. una de las ovejas, la servicialidad, la vigilancia, la paciencia, la pobreza, la
moderación, la indulgencia, la integridad...
Es tan grande y perfecto el Modelo que la impronta, es decir la imagen, debería
ser lo más fiel posible al original.
6.- No debiéramos olvidar los que participamos de este sacramento, y los
que en el llamado vocacional aspiran a la Ordenación Sacerdotal, que el
Sacerdocio de aquel que es el Buen Pastor se ha manifestado no en una
ceremonia sino en un acontecimiento: en la ofrenda de su propia vida.
Y así, el ministerio sacerdotal debería ser el recurso en el que se hace visible y
operante, aquí y ahora, el amor y los cuidados de aquel que por excelencia es
el Buen Pastor.
En este domingo es necesario que al abrir los labios y el corazón le pudiéramos
pedir a Jesús, Buen Pastor, ¡Señor, danos muchos y muy santos sacerdotes!
Y,... ¡Envíanos un Buen Pastor Universal para nuestra Iglesia!...
7.- Pero,... quisiera también en este momento pedir de una forma especial
por aquellos hermanos que se encuentran recluídos en los centros de
readaptación social. La razón de mi oración se ubica en el percibir en ellos uno
de los sectores más importantes en el rebaño de Cristo, Buen Pastor, y con ello
de la Iglesia y de todo cristiano.
En este cuarto domingo de Pascua, fiesta de Jesucristo Buen Pastor,
antiguamente la Iglesia visitaba de una forma especial los centros de reclusión,
viendo en el hermano encarcelado no tan sólo el rostro de las ovejas de Cristo,
¡puesto que lo son!, sino también el rostro del mismo Cristo, quien sin aceptar
ningún tipo de negociaciones nos ha manifestado, que todo aquello que
hagamos con ellos lo hemos hecho con Él mismo.
8.- Queridos hermanos:
Es domingo del Buen Pastor y les quiero decir, que Jesucristo piensa en los
encarcelados, que no les abandona, sino que busca a la oveja que se le ha
perdido momentáneamente. Que por ustedes, y por todos aquellos que un día
experimentamos la inconsistencia de nuestra fragilidad, Cristo ha dejado a las
ovejas buenas en un lugar seguro, para ir en nuestra búsqueda.
Les quiero recordar que Cristo conoció los separos judiciales de su tiempo, que
Cristo fue acusado falsamente, que fue abandonado mientras vivía un proceso
que tuvo como desenlace el más injusto de los veredictos. El decirles que Cristo
estuvo preso, ¡no es un recurso de oratoria! Cristo fue tratado con altivez e
injusticia por los guardianes del orden en su tiempo, y al ingresar al reclusorio
fue despojado ilícitamente de sus pertenencias y fue torturado injustamente por
aquellos que tenían la aplicación de la justicia en sus manos.
16. Jesucristo, el Buen Pastor, fue despojado de su libertad y habiendo pisado un
lugar, como en el que ahora ustedes se encuentran, Él santificó cada rincón de
los lugares en los que ahora ustedes experimentan la soledad.
El Señor se ha pasado las primeras horas del viernes-santo caminando de
Anás a Caifás y de Herodes a Pilato, para acompañarles y sacar provecho para
la historia de cada uno de ustedes. ¡No están solos!
Al que es la Verdad se le acusó de impostor, a Aquel que es Luz se le acusó de
la oscuridad de la blasfemia. Al inocente se le cometió una injusticia en una
sentencia manipulada por los hijos de la mentira.
9.- En Jesucristo, Buen Pastor, la Palabra se ha hecho carne, una carne
vulnerable, desgarrada, mortal, pero destinada a la gloria, como la de ustedes y
la mía. Dios se hizo visible, cercano e indefenso en Jesucristo.
Para nosotros los cristianos, creer en Jesús exige tomar conciencia de que se
acepta como nuestro modelo: la vida de un Dios hecho hombre rechazado,
perseguido y sometido a juicio, a causa del escándalo que sus palabras y
acciones producen en los que han atesorado intereses. Creer en Jesús supone
poner la propia confianza en la verdad del Hijo de Dios hecho hombre
ejecutado, abdicado en consecuencia de los intereses que encarnan muchos de
nuestros pensamientos mezquinos.
Jesucristo, Buen Pastor, se encontró ante una doble opción: o atenuaba la
fuerza con la que enseñaba a sus ovejas, reduciendo la información que
transmitía a los suyos, echaba, como dice el lenguaje popular, “agua en el
vino”, transigía, o llevaba hasta el final la tarea a favor de su rebaño: darles el
alimento de su palabra, hacer lo que tenía que hacer por resguardarlas,
sabedor que tropezaría con una resistencia tal que acabaría por ser víctima de
la misma, en donde el Pastor daría la vida por sus ovejas.
La fiesta del Buen Pastor es fiesta pascual, porque el Pastor tiene poder para
dar la vida y para recuperarla, y esta es la historia de la Pascua.