La sociedad y la ecología parecen profundamente ligadas a la domesticación, que puede ser la fuerza más amenazante actuando hoy en la tierra, donde el ser humano puede ser su víctima más inmediata. Este análisis teórico interdisciplinario re-imagina la domesticación como la condición de la vivienda—el entorno construído, lo que lleva a considerar a la especie humana como Homo domesticus.
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2. que la acción y la intención humana amaestradoras inicial al construír la casa.
Etimológicamente, "domes-ticación" deriva de la palabra raíz latina domus—casa,
hogar. La vivienda y la domesticación se relacionan. La domesticación nació con la
vivienda. La casa sin equanum la domesticación. John Livingston desvía la idea
sosteniendo que "Para domesticar a un ser no humano, literalmente, es traerlo adentro
de nuestra casa".[6] Es un desvío ideológico, ya que "traerlo" sigue siendo
amaestramiento—acción humana. Similarmente, C. E. Ayres argumenta que la
especie humana debe ser entendida como Homo domesticus con base en el
comportamiento. Para él, las instituciones y en general—como Livingston también
concluye—la cultura domestica al humano.[7] Pero en lugar de un tipo de
amaestramiento humanamente forzado, la domesticación es la casa actuando
directamente.
La domesticación y el amaestramiento refuerzan mutuamente el condicionamiento, los
humanos amaestran y la casa domestica. Mientras que la evidencia de
amaestramiento asociando seres humanos y lobos indica una práctica de 150.000
años, la vivienda surgió en los últimos 30.000 años.
En segundo lugar, la domesticación condiciona más allá del amaestramiento. I van
Pavlov al condicionar el reflejo con estímulos manipulados implicó el uso humano de la
ciencia, la tecnología y la técnica para condicionar (amaestrar) organismos.[8] La
ideología puede ser la herramienta cultural más importante—superestructura
hegemónica de persuasión, en términos dados por Antonio Gramsci,[9] o instrumento
de reproducción social, a los ojos de Karl Marx,[10] en general, es un conjunto de ideas
o lógica de razonamiento. Los seres humanos sin duda diseñaron la casa para la
supervivencia ideológicamente y como medio ideológico. Sin embargo, como sostiene
Robert Hahn, el trabajo de los arquitectos influyó en la poesía y la prosa de
Anaximandro, por lo tanto, la filosofía griega.[11]
La casa impacta más allá de la ideología. Por ejemplo, los humanos que vivían en
cuevas elaboraron protección, no necesariamente para auto-confinarse en un refugio
construído muy reducido, pero muchos gradualmente terminaron siendo sus residentes
permanentes. Los seres humanos pudieron inicialmente haber pensado en la vivienda
para sobrevivir y llevar a cabo ideas, pero se convirtió en influencia de la ideología y la
cultura más allá de la imaginación humana.
La vivienda informa a la anatomía y la cognición. Motivos inconscientes moldean el
comportamiento (neurosis), afirmó Sigmund Freud.[12] Del mismo modo, factores
genéticos y el medio ambiente forman el comportamiento ya sea a través de asociación
o de refuerzo, afirmó John Watson, fundador de la escuela conductista.[13] Al igual
que la inteligencia artificial de computación, una vez que el sistema archiva información
manipulada, el ahora organismo condicionado tiende a mutar. Los científicos genéticos
ven que la estructura de los organismos está relacionada con la información
3. almacenada a través del material genético. Así como el registro manipulado influye en
el cambio generacional, la mutación en esencia obedece al cambio en los datos
genéticos.[14] Por lo tanto el fenotipo y genotipo se modifican mutuamente bajo
domesticación. La vivienda condiciona la materia y la mente. Dicha domesticación
informa el consciente y el inconsciente, el instinto, la genética, el motivo, la creencia, la
conducta y la anatomía. De esta manera, la domesticación afecta a los organismos
como entidades existentes directamente en su nivel ontológico y esencia del ser, más
allá de la ideología.
La domesticación forza cambio evolutivo. Charles Darwin y Alfred Wallace,[15] y
Patrick Matthew[16] desafiaron el creacionismo—la creencia de que Dios creó y
sostiene al mundo—y la teoría de Jean-Baptiste Lamarck del uso y desuso (conocidos
como el Lamarckismo o herencia lamarckiana)[17] y hablaron de evolución por
selección natural. Darwin y Wallace argumentaron que el cambio en los organismos se
producen a medida que se adaptan a sus ambientes. La teoría de genes de Gregor
Mendel completó la síntesis, que fusiona los conceptos de la ascendencia común, el
origen de los rasgos de la novedad en un linaje y los mecanismos que causan algunos
de los rasgos que persistan mientras otros a morir.[18] La síntesis se refiere
principalmente a la reproducción con modificación. En última instancia, el organismo
individual y el medio ambiente de organismos se modifican mutuamente. La
domesticación y el amestramiento colaboran para condicionar y causar modificación:
amaestramiento como acción humana, domesticación como la acción de la casa. La
domesticación continúa actuando como una fuerza de evolución determinante.
En tercer lugar, la casa funciona como arquetipo o prototipo de las construcciones. La
domesticación se refiere a la influencia del medio ambiente construído—en el sentido
amplio—incluyendo monumentos, puentes, carreteras, represas, satélites, estaciones
espaciales, en general, los asentamientos. Al cumplir funciones similares y
manteniéndose con estructuras similares, el entorno construído replica la influencia de
la casa. El ambiente construído en general extiende y perpetúa el estado de la casa.
En cuarto lugar, el entorno construído domestica al ser humano. Peter Wilson
contrasta etnografías sedentarias y nómadas, y sostiene que los seres humanos se
domesticaron en pequeños poblados neolíticos. Él nombra a la vida de la pequeña
ciudad: la vida humana domesticada.
La sociedad domesticada depende en gran medida de la casa como símbolo
cultural dominante y punto central de la retransmisión y el contexto de la
organización y la actividad social.[19]
Wilson considera a los pueblanos como seres humanos domesticados, pero a los
nómadas y a los urbanos como no domesticados. Sin embargo, los seres humanos
continúan arraigados en la pequeña ciudad neolítica y son todavía influenciados por el
entorno construído. Por ejemplo, adueñarse de una casa puede ser la búsqueda más
grande a lo largo de toda la vida de un humano moderno promedio. Los humanos
continúan siendo una especie domesticada, por lo tanto, debe entenderse como Homo
4. domesticus.
En quinto lugar, la domesticación denota el estado del medio ambiente construído, ya
sea que los organismos se encuentren dentro o fuera de ella. Sin traerlos "adentro",
como indica Livingston, el entorno construído inicia el proceso de domesticación de los
organismos directamente, estén adentro o afuera, y no sólo con una impresión derivada
por agencia humana.
La mayoría de las tradiciones, considerando las construcciones como cosas inertes—
dada su quietud aparente y relativa inmovilidad—entiende a las construcciones como
sin vida, y subestima su influencia animada y surrealista, sin tener en cuenta sus
características de vida orgánica. Los edificios están hechos de micro-organismos
vivos, células vivas, compuestos vivos. Los edificios utilizan aire y oxígeno, y respiran,
como hace cada una de sus células. Ellos siguen patrones vivos de surgimiento,
desarrollo y decadencia. Las construcciones nacen, crecen, caen en ruinas y mueren.
Ellas transfieren energía y se expanden, y procesan y eliminan residuos. Una vez que
llega a ser, ya sea real o potencialmente, las condiciones de vida construídas influyen
en los organismos en su propia manera—activamente y actuando como referencia—
con vida propia.
Los edificios protegen y cuidan. Ellos rodean, nutren y dan forma, se conectan y se
dividen. Por encima de sus aparentes beneficios, el entorno construído no sólo
transforma el entorno social y ecológico topográficamente, también se abarrota,
consume y contamina. Los edificios requieren atención y mantenimiento de nivel de
vida. Una vez concebido y que viene a ser, el entorno construído tiene su propia
personalidad y forza su propia condición más allá de la empresa humana. El
transforma activamente su entorno más amplio de organismos. Sin duda, los seres
humanos inicialmente construyeron refugios para protegerse de los elementos, no
necesariamente con el deseo de esconderse del firmamento en la noche. Sin
embargo, los edificios altos bloquean la luz del sol de forma permanente. Diversos
organismos permanecen por debajo de las construcciones, privados del sol, el viento y
la lluvia. Ellas interfieren, incluso ocultan a los seres humanos de las estrellas y el
cielo. El entorno construído evita que las esencias naturales y los panoramas alcancen
al ser humano.
Las tasas de nacimiento humano aumentaron con la domesticación.[20] Tambié, por
supuesto, los seres humanos no quieren aumentar las tasas de mortalidad durante los
llamados desastres naturales por el colapso de las construcciones. Los edificios
dividen parientes y amigos, y alteran los hábitats, imponiendo muchos más condiciones
sobre las criaturas vivientes domesticadas. El medio ambiente construído ha inspirado
la creación de conglomerados humanos, instituciones, tradiciones y culturas
domésticas. Y el medio ambiente construído más influyente de todos puede ser la
ciudad.
En sexto lugar, la arquitectura se encuentra en el corazón de la empresa de la
construcción y la cultura. Hahn afirma que el logocentrismo es a la filosofía (búsqueda
5. de la verdad) como arché (origen, la conciencia de sí, y la homogeneidad de los límites
de la racionalidad) es a tecture.[21] Las formas arquitectónicas, John Hendrix explica,
presentan estructuras epistemológicas, científicas y creencias filosóficas, y teorías
artísticas—la base de la expresión cultural y contexto. Ellas cambian a medida que los
contextos culturales cambian y expresan énfasis a través de psicologías individuales y
experiencias subjetivas. La arquitectura manifiesta el orden doméstico. Salvaje puede
referirse al desorden y el caos en la sociedad doméstica. Así, las formas
fantasmagóricas o fantásticas, fragmentaciones y deformaciones promulgan el caos.
Psiquiastenia, la incapacidad para resolver a sabiendas dudas irracionales y
neurosis, puede resultar de la pérdida de la auto-identificación del sujeto como
un punto particular en el espacio a diferencia de su entorno ... la evocación del
caos y el desorden en el inconsciente ... y la salvaje y sin límites en una revuelta
contra la tiranía del mundo material y la razón, y los extremos metafísicos de lo
sublime y lo grotesco.[22]
Más allá de la ideología, la arquitectura sepulta al individuo y establece el orden,
manteniendo el desorden o lo salvaje bajo control. Para Hendrix, la arquitectura
alimentada por formas distorsiona. Las formas incantan (modifican y aumentan la
emoción), repitiendo y desorientando para crear sensación en lugar de reflexionar y
reafirmar las estructuras racionales que significan. Las sensaciones interiores se
combinan con la medida rítmica para crear ambientes místicos y mágicos, lo que
sugiere el conocimiento extraordinario. La negación del sujeto hace al conocimiento
racional imposible. Las formas—oscureciendo en lugar de iluminando—atrapan a la
arquitectura, informando, mejor, desinformando el conocimiento humano.
Por último, la domesticación se inició en un contexto nómada y se estableció
formalmente a través de una vida sedentaria. Ruth Tringham apunta a afirmar esto
indicando que "los seres humanos se domesticaron a través de aprender a vivir unos
con otros en espacios confinados (arquitectura)."
El Neolítico es un tiempo cuando la gente comenzó a asentarse y construír y
vivir en las viviendas, que no iba a durar sólo durante todo el año, sino también
por muchos años, quizás muchas generaciones ... cambio que los arqueólogos
llaman "el sedentarismo …"[ 23]
El enfoque útil de Tringham, sin embargo, merece qualificación. El ”sedentarismo" no
corresponde a la domesticación, sino al asentamiento. Más característicamente, la
arquitectura denota espacio construído o enmarcado en vez de "confinado". Parecido
a las teorías tradicionales, Tringham implica dos condiciones para la domesticación
humana, es decir, la acción humana por "aprender a vivir juntos" y "en espacios
confinados (arquitectura)." Pero antes de la aparición de refugios construídos, los
seres humanos se establecieron y aprendieron a habitar, unos con otros, espacios
confinados—cuevas—y eso no les hizo domesticados.
Las tribus nómadas se domesticaron con la aparición de refugios construídos, en
6. primer lugar temporalmente (continuando el estilo de vida nómada), luego de forma
permanente (en la sedentarización). Los primeros centros humanos de población eran
conglomerados nómadas inestables o transitorios en el Paleolítico. Éstos se
desarrollaron como asentamientos de larga duración en el Neolítico. Más
característicamente que el tránsito de sociedades nómadas a sedentarias, en términos
de domesticación, los humanos se aislaron de entornos naturales para habitar en
entornos construídos.
Mientras que la domesticación surgió entre los nómadas, la condición de los edificios
se estableció firmemente entre los pueblos asentados. Sin embargo, a juzgar por el
grado de ambiente construído de hoy, la domesticación ya condiciona a los pueblos
sedentarios y nómadas por igual. El ambiente construído dejó su marca indeleble en la
tierra. La domesticación es muy reciente, pero amenaza con fuerza. Contribuyendo en
gran medida a la extinción en masa y el sufrimiento sin precedentes a través de las
armas, la contaminación y el calentamiento global, la ciudad encarna la intervención
doméstica líder en la sociedad y la ecología.
En resumen, hace unos 200.000 años, el único superviviente anatómicamente de la
especie de homínidos—el humano moderno—apareció en África y Asia, evolucionando
hace unos 30.000 años en el Cercano Oriente como Homo domesticus. Los seres
humanos modernos siguen adaptándose en términos de fenotipo y genotipo por el
entorno construído. El humano muta, conscientemente gastando energía y recursos
por las demandas de las construcciones, ya sea en concepción, diseño, construcción,
mantenimiento, demolición, reconstrucción y adaptación a ellas, e inconscientemente,
para llevarse bien con ellas.
Debido a que la vida humana, incluyendo la imaginación, es domesticada, de hecho,
desde que los humanos se han vuelto tan dependientes y adictos a la domesticación, la
propia existencia humana estaría en peligro sin el entorno construído, algo realmente
inimaginable sólo hace unos pocos siglos.
En conclusión, la transición del Paleolítico-Neolítico se refiere distintivamente a la
emergencia del medio ambiente construído—en el sentido amplio—la edad de la
domesticación, la condición de la vivienda. Puesto que los humanos modernos siguen
viviendo bajo la condición del medio ambiente arquitectónico construído, la especie
humana debe ser considerada Homo domesticus. El alcance del entorno construído
configurando al humano y la forma de vida en la tierra parece un desafío disturbante,
rindiendo a la domesticación como tema inevitable concerniente a las preocupaciones
sociales y ecológicas.
[1] Northrop Terrible Frye, Un estudio de William Blake (Princeton University Press,
1947).
[2] Harvey Weiss, ed., Origen de las ciudades en cultivos secos de Siria y Mesopotamia
7. en el tercer milenio antes de Cristo (Guilford, Cuatro Cuartos Pub. Co., 1986).
[3] Pam J. Crabtree y Kathleen Ryan, eds., Uso de animales y de cambio de la cultura
(Philadelphia: Masca, El Museo Universitario de Arqueología y Antropología de la
Universidad de Pennsylvania, 1991).
[4] David R. Harris, “Relaciones Domesticadoras de personas, plantas y animales" en
Redefiniendo la naturaleza: ecología, cultura y domesticación, eds., Roy Ellen y Fukui
Katsuyoshi (Oxford: Berg, 1996), 454.
[5] Jared Mason Diamond, Armas, gérmenes y acero: el destino de las sociedades
humanas (New York: WW Norton, 1997).
[6] John A . Livingston, Rogue primates: una exploración de la domesticación humana
(Toronto: Key Porter Books Limited, 1994), 15.
[7] C. E. Ayres, “Instincto y capacidad --II: Homo Domesticus,” en Revista de Filosofía
18, no.1 (1921): 600-6.
[8] Ivan P. Pavlov, Reflejos condicionados (London: Routledge y Kegan, 1927).
[9] Antonio Gramsci, El príncipe moderno y otros escritos (Nueva York, International
Publishers, 1968).
[10] Karl Marx, El Capital, un análisis crítico de la producción capitalista (primera
edición alemana, 1867), Samuel Moore y Edward Aveling, trans., y Frederick Engels,
ed., (S. Sonnenschein, 1889).
[11] Robert Hahn, Anaximandro y los arquitectos: las contribuciones de las tecnologías
de arquitectura egipcia y griega a los orígenes de la filosofía griega (Albany: State
University of New York Press, 2001).
[12] Sigmund Freud, El origen y desarrollo del psicoanálisis (Berlín: S. Karger, 1910).
[13] John Watson, Comportamiento: una introducción a la psicología comparada
(Nueva York: H. Holt, 1914).
[14] Wen Zhu y Stephen Freeland, "El código genético estándar mejora la evolución
adaptativa de proteínas", Revista de Biología Teórica 239, no. 1 (7 de marzo de 2006):
63-70.
[15] Charles Darwin y Alfred Wallace, Sobre la tendencia de las variedades [para salir
indefinidamente del tipo original] y en la perpetuación de las variedades y especies por
medio de la selección natural [comunicada por Sir Charles Lyell y Hooker, JD; leer 01
de julio 1858] (Londres: Linnean Society de Londres, 1858).
8. [16] Patrick Matthew, Sobre madera naval y arboricultura (Edimburgo, A. Black:
Longman, Rees, Orme, Brown, Green, Londres, 1831).
[17] Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet de Lamarck, Philosophie zoologique, ou,
exposición consideraciones des un familiar l'histoire naturelle des animaux (Paris: Chez
Dentu [et] L'Auteur, 1809).
[18] Gregor Johann Mendel, Versuche uber pflanzenhybriden [Experimentos en
hibridación] (Westminster: Royal Horticultural Society, 1901).
[19] Peter J. Wilson, la domesticación de la especie humana (New Haven y Londres:
Yale University Press, 1988), 4.
[20] Weiss, Ibid.
[21] Hahn, Ibid.
[22] John Hendrix, las formas arquitectónicas y estructura filosófica (New York: Peter
Lang, 2003), 174.
[23] Ruth Tringham, Título de la unidad: La vida en el Neolítico 1 - Viviendo en casas
(NA), [en línea], disponible en:
http://www.mactia.berkeley.edu/aop/modules/Neo1_module_web.htm [2005, 18 de
diciembre].
Note: referencias y fuentes traducidas por el author.