2. Se enumeran también algunas resistencias al cambio que, como
docentes o alumnos, seguramente habremos experimentado en
las aulas. Por una parte, la rutina y repetición de tareas y la
uniformidad didáctica.
Esta transformación conlleva una personalización de la
enseñanza, una erradicación de la uniformidad y homogeneidad
didácticas, dando así al alumnado libertad y pidiéndole, en
consecuencia, responsabilidad de su práctica. Pérez Gómez
analiza así la finalidad de la educación en esta época: ayudar a
construir pensamientos críticos y creativos, para así que tenga un
escenario en el cual casi todo es más accesible, complejo global,
flexible y cambiante. La visión particular que considera una
escuela educativa, es decir un espacio público para que cada
ciudadano se construya como persona, elija y desarrolle su propio
proyecto de vida en el ámbito personal, social y profesional.