1. SEPTIMO MANDAMIENTO, 6 El cristianismo tiene mucho que aportar en el campo de la justicia, dado que la moral cristiana enseña que debe ser completada con el ejercicio de la caridad . “La caridad es como un generoso desor- bitarse de la justicia” ( San Josemaría, Amigos de Dios 283 ). Quien comete injusticia, además de con- fesarse del pecado cometido, está obliga- do a restituir . Por dos razones: 1 ) la injusta retención de lo ajeno con el consiguiente lucro personal; 2 ) el daño ocasionado al prójimo, aunque no se haya obtenido ga- nancia personal alguna. Los colaboradores pueden estar obligados a restituir según la diver- sa forma en que participaron en la injusticia (ordenar, encubrir, etc.). ME 92 de 141
2. SEPTIMO MANDAMIENTO, 7 Existen muchas formas de apropiarse de lo ajeno: hurto (sin violencia), robo (con violencia en cosas o personas), apropia- ción indebida (quedándose con lo entre- gado, ej.: depósito), estafa (haciéndose entregar las cosas con engaño), malver- sación de caudales públicos, etc.. En cuanto al daño ocasionado (“injusta damnificación”), puede afec- tar a los bienes de la persona, a su fama o a otras realidades a las que tiene derecho (ej.: ganar unas oposiciones, obtener unos justos bene- ficios, etc.). La malicia moral se mide por la magnitud objetiva del daño causado: robar a una persona rica es distinto que robar a quien se le sustrae lo necesario (ciertas cantidades siempre materia grave) . ME 93 de 141
3. SEPTIMO MANDAMIENTO, 8 La totalidad de los seres creados están al servicio del hombre : puede disponer de la naturaleza y de los animales para su uso y servicio. Pero no es dueño absoluto de los seres creados, sino sólo su administrador . El hombre recibe de Dios dos misiones : desarrollar y proteger la naturaleza. Desarrollar : como si Dios hubiese finalizado la creación “en bruto” y se la entregase al hombre para que la perfeccionase . Proteger : cuidar de la creación. El hombre puede “usarla”, pero no debe “abusar”, destruyéndola . ME 94 de 141
4. SEPTIMO MANDAMIENTO, 9 La condición social del hombre y los principios de la justicia distri- butiva y legal demandan que todos los ciudadanos , cada uno en la medida justa que le corresponde, contribuyan al bien de la entera sociedad. Las leyes fiscales obligan en conciencia, siempre que sean justas, o sea: ley emitida por la autori- dad competente ; cuya causa es justa ; con la de- bida proporción con los ingresos ; con fines a los que se dedique el dinero honestos ; y con trans- parencia en la administración de lo recaudado. A veces, los ciudadanos “son víctimas de injusticias en la deducción del impuesto”, por lo que deben “ hacer valer sus derechos y defen- derlos ” ( Juan Pablo II, Discurso 08.11.1980 ). ME 95 de 141
5. SEPTIMO MANDAMIENTO, 10 Gaudium et spes 75 : “La Iglesia alaba y estima la labor de quie- nes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la cosa pública y aceptan el peso de las correspondientes responsabilidades”. Juan Pablo II, Christifideles laici 42 : “Para animar cristianamente el orden temporal -en el sentido señalado de servir a la persona y a la sociedad- los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la ‘ po- lítica ’. (...) Todos y cada uno tienen el dere- cho y el deber de participar en la política, si bien con diversidad y complementariedad de formas, niveles, tareas y responsabilidades”. ME 96 de 141
6. SEPTIMO MANDAMIENTO, 11 Nota doctrinal de la SCDF, 24.11.2002 : “La libertad política no está ni puede estar basada en la idea relativista según la cual todas las concepciones sobre el bien del hombre son igualmente verdaderas y tienen el mismo valor”. Los católicos no pueden ceder al relativismo laicis- ta en cuestiones que suponen “exigencias éticas fundamentales e irrenunciables ”: aborto , eutana- sia , familia “fundada en el matrimonio monogámico entre personas de sexo opuesto y protegida en su unidad y estabilidad”, “libertad de los padres en la educación de sus hijos”, “derecho de la libertad religiosa ”, paz , ... ME 97 de 141